miércoles, 15 de mayo de 2024

14 DE MAYO DE 2024, CUARTA DE FERIA: "MAÑANA MÁS Y... Y YA IREMOS VIENDO"

     Escopetados y como alma que lleva al diablo. No había otra forma más decorosa de abandonar la plaza, una vez que el último novillejo de Montealto dobló la pezuña. Hacía frío, cualquiera se quedaba otro rato. Pero ni aun haciendo una temperatura de playa, con tumbona y ruido de olas incluidos. Ni con frío, ni con calor. Más de uno, y de dos y de tres, seguramente se hayan quedado a continuar la juerga dándole al discotequeo y a los cubatas, pero no es el caso de esos a quienes sí le gustan los toros y van a las plaza a eso mismo: a los toros. Esos, a casita a meditar sobre lo visto, y a pensar ya en la próxima, que será mañana. Pues eso, mañana más... ¿Y mejor? No llevamos ni una semana cumplida de feria, y ya estamos con la cosa de que lo mejor ya lo hemos visto, entre el bravo toro de Baltasar Ibán, la actuación de Román y algún que otro toro más de Fuente Ymbro. ¡¡Qué ánimos nos damos a nosotros mismos!! Pues casi que lo dejamos en mañana más, y ya veremos después.

     Lo que si está clara es una cosa: que ni la novillada de Montealto ni la actuación de los tres señores que la han dado lidia y muerte, entran en las quinielas para quedar en el recuerdo. Al menos, en lo que se entiende como un "grato recuerdo". No se le eche entonces la culpa al frío, ni a nada más allá de lo acontecido en el ruedo. Que si la novillada de Montealto hubiera salido como Dios manda en cuanto a presencia y juego, al frío le dan morcillas. Y lo mismo podría decirse de lo realizado por quienes esta tarde hicieron el paseíllo destocados.

     No dio más de sí ni la tarde, ni la infame novillada de Montealto, ni lo que hizo Diego Bastos, ni lo que hizo Nek Romero, ni muchísimo menos, y aquí ya hablamos de histeria colectiva aparte, de la actuación de Samuel Navalón. Y no sería porque los chicos no le pusieron empeño, que no perdonaron una oportunidad de entrar en quites. Y eso ya dice mucho. Por desgracia, no estamos lo que se dice acostumbrados a que se entre en quites con tanto ahínco y no se perdone ocasión. Pero, siendo objetivos, una cosa es la intención y otra, el resultado. Y hubo buena intención, sí, pero resultados redondos no se vieron, ni tampoco se acercaron. A la novillada le faltó de todo lo que tendría que tener un animal bravo de lidia: trapío, seriedad, casta, poder, emoción... Y también, le sobró todo aquello de lo que no debería tener: sosería, falta de fuerzas, mansedumbre, ese ir y venir sin maldad... Y así, entre unos y otros, hicieron de esta tarde una tarde insufrible de dos horas y media de duración. Qué gustazo, cuando estas tardes finalizan y cada mochuelo se dirige a su olivo (o cada chuzo a la discoteca y al juego de muñecas, que también).

     Hubo dos novillos, 3° y 5°, de esos que se dice "novillo soñado en el momento y lugar soñado". Embestidas largas, repetidores, con claze, fijeza, ritmo, recorrido, nobleza... En resumen, nobilísimos y bobalicones, sin un mal gesto ni un mal derrote para que sus respectivos... Pues ya se sabe. Pero no fue el caso, claro. Samuel Navalón se encargó del 3°, comenzando la faena de rodillas y con el ya clásico pendulazo, para continuar con series aceleradas y muy despegadas, echándose al novillo fuera con un feo trallazo. Y para finalizar, esa lacra de nombre "bernardinas", que resultaron muy atropelladas; y como colofón, estocada muy trasera y tendida que sirvió. Y la histeria colectiva, pidiéndose un despojo que, gracias al acierto de la Presidencia, quedó solamente en eso: en la petición. Y en una vuelta al ruedo muy protestada, y las monsergas de "atraco", "qué Presidente más malo", y todos esos paripés que los taurinetes y sus plumas de cámara, sobre mediante, arman en estos casos.

     A Nek Romero le cupo en suerte el 5°, que también tuvo todas esas bondades antes cacareadas. No dejó mal sabor de boca este novillero tras vérselas con el 2°, un animalucho soso y huidizo al que fue capaz de robar algunos muletazos sueltos que tuvieron su mérito, a base de dejarle la muleta muy bien puesta y andar siempre bien colocado. También tuvo lo suyo el inicio de faena, con doblones de poderío con los que consiguió embeber en la muleta al manso. Pero lo de ese 5°, bajó mucho el nivel. No se entendió con él, componiendo una faena de medios muletazos por ambos pitones, siempre quitando la muleta de la cara antes de tiempo. Se alargó una vez más, y no se le tuvo nada en cuenta.

     Diego Bastos, ante un 1° infumable, ni fu ni fa. Y ante un 4° novillo que iba y venía sin más, pues también. Ni fu, ni fa. Dos faenas calcadas, rebosantes de vulgaridad y que no dijeron nada. Como tampoco volvió a decir nada la actuación de Samuel Navalón ante el novillo que cerró plaza. Se empeñó y empeñó ante un novillo que no tenía nada, le pegó muchos mantazos, volvió a capitanear la histeria colectiva con más bernardinas de esas, y dio un hermoso mitin con espada y descabello que por poco le suena el tercer aviso. 

     Con un grandioso par de banderillas por parte de Víctor del Pozo al 5°, habrá que conformarse en esta tarde. Lo dicho: mañana más. Y ya después vamos viendo. 

     

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