domingo, 6 de octubre de 2024

6 DE OCTUBRE DE 2024, SEXTA DE OTOÑO: "QUE VIVA EL WHISKY, LOS IGNORANTES... Y LAS PROTESTAS"

    Que viva el whisky, o la ginebra en caso los güenos afisionaos. Que viva el whisky, y también la ignorancia. ¿Qué sería de algunos toreros sin esta combinación? Mejor dicho, qué sería de los malos toreros, tan abundantes en la actualidad; y de las malas artes de los taurinejos, no menos abundantes, sin los vapores de Baco haciendo estragos en los tendidos, y sin la ignorancia y las cortas entendederas que derrochan unos pocos que en esos mismos tendidos plantan sus posaderas. Esto es el público, que no aficionado, que acude en masa (de vez en cuando solamente) a los toros: cubateo, triunfalismo, desconocimiento acerca de lo que es una tarde de toros, aplausos a todo, el discotequeo y la jarana del después...  Y los toreros, su legión de taurinetes y (des)informadores a sueldo con grado en Ciencias de la Información, tan contentos. ¿Qué sería de todos ellos si las plazas se llenaran de aficionados serios y entendidos, que valoren en su justa medida lo bueno, y censuren lo malo o mediocre? Muchos, más de los deseables, verían los toros desde la televisión. Por supuesto, a esa combinación de chuzos, ignorantes y chuzos ignorantes que acuden en masa (pero muy ocasionalmente) a los toros, habría que añadirle un tercer elemento para terminar prender la mecha de su chabacanería: las protestas (algunas a destiempo, es verdad, pero al fin y al cabo no exentas de razón) de los aficionados que sí viven esto de los toros con seriedad y rigor. Y lo acontecido en la plaza de Madrid durante la última tarde de abono otoñal, es una perfecta muestra de este indeseable extremo. Otra más. Comencemos.

    Enchiquerada para ser lidiada hoy, domingo 6 de octubre, una corrida de Fuente Ymbro de buenas hechuras, muy acorde al trapío exigible en Madrid. Seis toros que aguardaban la hora de que las cuadrillas de picadores y banderilleros al servicio de Paco Ureña, Roca Rey y Víctor Hernández, les den lidia y muerte. Uno a uno, y así hasta seis, los toros de Fuente Ymbro fueron haciendo el conjunto de una corrida de toros exigente, con mucho que lidiar y que torear, encastada por momentos, de acusada mansedumbre por lo general y, por ende, complicada. Complicada y exigente, sí, pero no imposible. Una corrida de toros con interés, a fin de cuentas, y que más quisiéramos echarnos a la cara en no pocas tardes que nos vemos aposentados en el duro granito de Las Ventas. No tuvo el mejor comienzo, pues el toro primero consistió en un buey de carreta, muy paradote y soso. Afortunadamente Ureña, tras probarlo y comprobar la imposibilidad de quedar algo más que aseado ante él, se lo quitó de encima sin miramientos. Nos desquitamos con lo que vino a continuación, y qué mejor forma que empezar con el 2º, un toro que se fue al caballo él solito en la primera vara, para cumplir con la tradición cuando el "lidiador" (por llamarlo de alguna forma) viene del Perú y se hace llamar Andrés Roca Rey; y se deja pegar dos varas traseras sin inmutarse. Ni fu ni fa el toro en el caballo, nada que ver cuando el matador desarrolla el trasteo y se ve cómo embiste en la muleta. Comienzo de rodillas, para variar, y con pendulazo incluido, también para variar. Ya en pie, Roca Rey comienza a pasarlo por ambos pitones con muletazos muy acelerados, sin poder con la casta del importante toro que tiene delante. Muletazos con la derecha, primero, sin parar, templar ni mandar; dos series de naturales a continuación en la que el toro vuelve a desbordar al figura, que anda además de acelerado, muy aliviado. Por debajo del toro a fin de cuentas, con parte de la plaza protestando la situación y otra gran parte sin echarle cuentas al matador... Hasta que al volver a la diestra, llega la cogida. Muy fea la voltereta y cornada incluida, que deja conmocionado al matador. Y ¿qué viene a continuación? La desfachatez. La mayor de las ignorancias. La desvergüenza. El no saber estar. La nota de los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes: ¡¡Echar la culpa de la cogida a las protestas!! Y aquí viene la gran bronca, gritos de "fuera fuera" por parte de los tendidos de sombra a los tendidos de sol, insultos, cortes de mangas y ladridos más propios de dóberman. Irónico cuanto menos que aquellos que solamente van a los toros un par de veces al año, como mucho, pretendan echar de la plaza a los que acuden domingo tras domingo. Y una vez en pie Roca Rey y repuesto de la conmoción, vuelve a la cara del toro entre los vítores entremezclados de insultos por parte de sus legiones de seguidores. Muletazos arrebatados, arrimón final y la histeria colectiva. Y pinchazo más una estocada en buen sitio. Y oreja al canto, una oreja como premio a una faena vulgar, muy por debajo de la excelente condición del toro, que nadie aplaudió hasta que sucedió la voltereta. Una voltereta que, según los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes, fue culpa de las protestas... Que viva el whisky, la ginebra, los ignorantes y también las protestas. ¿Qué sería de los malos toreros sin todo este cóctel explosivo?

    Tras la nota de color, la corrida siguió su curso. No sin más sobresaltos. A Víctor Hernández le dieron otra orejita verbenera, más por la inercia de todo lo relatado anteriormente que por otra cosa. Con los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes ya calientes, no había stop posible. Anduvo Víctor Hernández templado por momentos ante este 3º, pero sin conseguir someterlo por abajo. El toro nunca humilló, pero el matador tampoco acertó a bajarle la mano. ¿Y si resultara ser uno de esos toros con "teclas que tocar"? Un trincherazo ligado a un pase del desdén, de cartel de toros ambos, fueron lo mejor de una faena atropellada y poco asentada que finalizó con una novedad: bernardinas, no sin sobresalto. Nunca antes se vio algo así. La estocada cayó trasera, contraria y tendida, pero sirvió para que el toro doblara, y no fue impedimento para que la oreja fuera concedida.

    Traspasado el ecuador de la corrida y con Roca Rey en la enfermería con dos cornadas, Paco Ureña se tuvo que hacer cargo de dos toros más. Y ante ellos, más fu que fa. Ni se entendió con su toro, el 4º, ni quiso ver al que hubo de lidiar en lugar de Roca Rey, en último lugar. Un toro ese último muy complicado por manso y reservón, pero no por ello imposible para la lidia. Los banderilleros sudaron tinta para dejarle como buenamente pudieron cuatro palos arriba, de uno en uno y obviando que los pares al sesgo y a la media vuelta también existen. Y Ureña, tas probarlo por el pitón izquierdo sin siquiera machetearlo por abajo con poderío, se lo quita de encima malamente. Es una lástima, pero lo de Paco Ureña empieza a preocupar de veras, cosa poco extraña dadas las circunstancias.

    A Víctor Hernández no se le vio fino tampoco ante un encastado 5º, que se dejó pegar sin más dos extraordinarios puyazos por parte de Agustín Collado. Así sí, picador, ¡¡así sí!! Cometió el matador el mismo pecado que ante el 3º: no bajar nunca la mano. Y con ello, las tarascadas, los tornillazos, las coladas, el matador desbordado y a merced del encastado animal... Una pena.

    Que viva el whisky, la ginebra, los ignorantes y también las protestas. Vivan. Vivan todos ellos. Y gracias a todo ello también. Los amantes del triunfalismo andan de celebración cuando semejante cóctel recorre los tendidos de las plazas. Y la Tauromaquia, de luto. El rigor y la seriedad en un espectáculo como este debería ser santo y seña; y las cucamonas de los chuzos, de los ignorantes y de los chuzos ignorantes, alejadas de las plazas de toros. 

sábado, 5 de octubre de 2024

5 DE OCTUBRE DE 2023, QUINTA DE LA FERIA DE OTOÑO: "EMPATE A CERO"

La cosa del mano a mano entre los dos grandes triunfadores de San Isidro, quedó en empate. Un empate a cero muy ramplón, rebosante de vulgaridad y que cuando traspasó la línea del ecuador, empezó a hacerse bola. Y la bola, terminó por atragantar de aburrimiento y hastío las gargantas del kiosko. Empate a cero ramplón y con el goal average en negativo por parte de los dos señores que hicieron el paseíllo. En una tarde como tal, en la que dos toreros que han triunfado recientemente se iban a ver las caras vis a vis, lo que se espera es competencia, rivalidad, duelos a cara de perro... Pero nada de eso ocurrió en toda la tarde. Fernando Adrián y Borja Jiménez, Borja Jiménez y Fernando Adrián, se presentaron en Madrid a cubrir el expediente sin más, con aseo y sin grandes alardes. Como el funcionario que ficha a las 9 de la mañana, cumple los objetivos fijados y a las 3 en punto marcha a casa sin mirar atrás. Más allá de las portagayolas (que las hubo), de los quites (que también hubo), del toreo de rodillas, y los pendulazos, y los arrimones y demás cucamonas, no hubo competencia alguna por ver quién de los dos es mejor. Que, al fin y al cabo, es de lo que se ha tratado toda la vida eso de los mano a mano en los toros. Cada uno cubrió su turno de quites sin dar réplica alguna y menos lucimiento aún, más por aquello de "si hay que ir, se va", que por la cosa de quedar por encima del rival. Cada cual se plantó delante de cada toro por puro trámite, soltaron sus respectivas soflamas, y hasta luego Lucas. Y el resultado de todo esto acaba por condensarse en algo más de dos horas interminables con las posaderas apoyadas en el duro tendido, y poco más que meros detallitos de pinturería que llevarse a la boca. 

Fernando Adrián y Borja Jiménez se las vieron y desearon con una corrida de Victoriano del Río que no será ni mucho menos la mejor que vayamos a ver en nuestras vidas, ni de esta ni de cualquier otra ganadería. Pero tampoco la peor, qué diantres. La corrida fue para andar mucho mejor de lo que anduvieron con ella ambos matadores: se dejó torear, hubo un toro, el 1°, que ofreció arrancadas emocionantes y hasta algunos toros cumplieron más que de sobra en varas. Lo suficiente como para desear verlos en un tercer encuentro, cosas que nunca sucedió. ¡¡Para colmo!!

Fernando Adrián anduvo como alma en pena durante la tarde. No supo ni cómo ni por dónde meterle mano a ese encastado (aunque manso) toro 1°, que acabó ganándole la partida por goleada. El toro cantó la gallina al sentir el hierro por segunda vez, y el matador cometió el error de no ponerlo de nuevo para recibir un puyazo en regla. Tampoco anduvo el matador muy despejado al iniciar el trasteo con telonazos por alto, cuando el toro pedía a voces que se le hiciera todo por abajo. Siguió la faena por el camino de los trallazos a media altura cerrado en las rayas de picar, sin atreverse el matador a abrirse más para ver qué ocurría. El toro, como era de esperar, acabó defendiéndose. Mucho más claros y dulces para el torero fueron los toros 3° y 5°, ambos "castigados" con sendos picotacitos, y también con la casta justa. Sin pena ni gloria, y sí lleno de vulgaridad, se desarrolló la faena al 3°. Pero ante el 5° sacó el matador todo su arsenal de cucamonas y guiños a la galería: comienzo de faena de rodillas, con pendulazo y achuchón incluidos; trallazos fuera de cacho, coladas y sustos por no llevar al toro embebido en la muleta, el arrimón de rigor y, para finalizar, lo que nadie hace: bernardinas. Pero torear, lo que se dice torear... Pues eso ni se vio, ni tampoco se esperaba. El fallo a espadas se llevó por delante un despojo más que seguro. 

Borja Jiménez recibió a sus tres toros a portagayola, y hasta se permitió el lujo de torear elegantemente a la verónica al 2° una vez con las zapatillas pisando el albero. Fue este toro uno de esos que cumplió en el caballo, aunque se le dosificó mucho el castigo en las dos varas que tomó. Una pena que el bueno de Borja se apresurara a cambiar el tercio con dos picotazos. La faena tuvo dos momentos de interés: la primera serie, con la diestra y toreando con mucho gusto; y el cierre, con algunos naturales a pies juntos también de muy buen gusto y unos doblones torerísimos para cerrarlo. Y entre medias, mucha paja. Series de muchos muletazos y que muy poco decían. El toro se dejó sin más, y quizás lo que menos le convino fueron esas series de ocho o diez muletazos. También se falló con la espada y se perdió otro posible despojo. Y en esos pocos detalles que lucieron durante esta faena, terminó la tarde de Borja Jiménez. Sus dos faenas a los toros 4° y 6° no tomaron relieve en ningún momento. Dos toros estos que, como el resto, se dejaron torear, y con los que se requería mucha más garra y sentimiento que el que puso el matador. Por cierto que ese 6°, fue otro toro con el que hubo ganas de verlo en un tercer puyazo. 

El "mano a mano de triunfadores" acabó en un canto a la vulgaridad y a la desgana. Entre los de luces, animaron el cotarro Curro Javier en banderillas y en la brega; y José Antonio Barroso y Manuel Jesús Ruiz picando de maravilla a 1° y 6°, respectivamente. Hubo también por ahí un sobresaliente que cumplió con profesionalidad toda la tarde, pero ninguno de los matadores tuvo a bien invitarle a realizar un quite. Y luego, se llenarán la boca hablando de "los valores del toreo", el "respeto", el "compañerismo en el ruedo" y todas esas palabras tan bonitas que la gente del toro pronuncia y no demuestra en hechos. 

viernes, 4 de octubre de 2024

4 DE OCTUBRE DE 2024, CUARTA DE LA FERIA DE OTOÑO: "VENI, VIDI Y... PETARDI"

Al gran aficionado y amigo Pepehíllo, quien nos ha contado con gran sabiduría los últimos festejos desde su Andanada del 3. 

Gracias, MAESTRO



"Veni, vidi, vici", dijo el emperador romano Julio César tras salir victorioso de una batalla. Parecido a lo que podrían decir los toros del Puerto de San Lorenzo (y su prima hermana La Ventana del Puerto) tras protagonizar la cuarta de la feria de Otoño: "Veni, vidi y... ¿Vici?". Más bien se diría que vinieron, vieron y pegaron un clamoroso petardo. Quién podría pensarlo, ¡¡el Puerto de San Lorenzo, en unión a sus primos hermanos marca Domecq, echando una infamia de corrida!! Uno se queda ojiplático. 

Los espantajos del Puerto de San Lorenzo, "veni, vidi y petardi". Nada que ver con lo de sus señores propietarios, los cuales literalmente sí que 'veni, vidi, vici"; o mejor dicho, "veni, vidi y me lo llivi muerti", una vez más. Como en mayo. Como el año pasado. Como hace dos, y tres, y cuatro, y... Y si seguimos enumerando, terminamos hoy no, mañana. 

Así las cosas, lo de esta tarde por parte del Puerto de San Lorenzo, y sus dos primos lidiados en 4° y 5° lugar, se resume en pocas palabras. Las mismas de siempre: las casta brillando por su ausencia, flojera de remos y, sobre todo, mansedumbre. Mansedumbre a raudales durante toda la lidia, desde que asoman por chiqueros hasta que doblan la pezuña tras la estocada. Y con ello, el cabreo del personal, los siseos, los bostezos, algún recordatorio hacia el ganadero sobre cuál debería ser su mejor amigo, el famoso "¡¡bummmm, petardo!!" durante la lidia del 6°, y la alegría final de que la corrida ha acabado y de que todavía nos quedan unos 7 meses para ver otra bueyada marcada a fuego con este hierro. Ya podrían ser décadas, o incluso siglos, pero uno se conforma ya con muy poquito.

Y ahí, delante de semejante percal, anduvo la terna echando la tarde. Cada cual a lo suyo y a su manera. Sin que en ninguna de las seis lidias haya ocurrido algo como para que pase a los anales de la historia de la Tauromaquia, ni rebosen detalles que quedan en la retina del aficionado. En definitiva, José María Manzanares a lo suyo. Román, también a lo suyo. Y Tomas Rufo, pues lo mismo. 

¿Qué es lo de José María Manzanares? ¿En qué consiste "lo suyo"? Tiene dos lecturas, una corta y otra larga. La corta, similar a la de los ganaderos: "veni, vidi y me lo llivi muerti". La larga, ya tiene más trajín: se planta en Madrid una vez más, se pasea cual modelo de Armani, muestra sus múltiples encantos físicos y, con ello, provoca la historia colectiva en las damas; capotea con aseo y sin esmero, muletea a media altura y desde bien lejos para que la sangre no manche su precioso vestido, estoquea como puede, baño de multitudes (sobre todo femeninas) a la salida de la plaza, duchita en el hotel, cena y hasta mañana; no sin antes recoger sus honorarios. Y todo esto, resumido en cuatro simples palabras: Manzanares está para irse. Una vez más, queda demostrado que este torero anda quitándole el puesto a otros que sí lo merecen de verdad. 

¿En qué viene consistiendo lo de Román? Ante el 2° buey, ya rajado desde antes de tomar el primer capotazo, realizó una faena de más a menos, en las que brillaron las tres primeras series por el pitón derecho. En los medios y dando sitio, consiguió ligarle muletazos muy meritorios, pero al echarse la franela a la zurda se vino todo abajo y ya no remontó. El toro echó la persiana en ese momento, y fue imposible sacarle nada más. Bien y muy por encima Román ante este toro; e inédito ante el 5°, con el que se demoró más de lo que merecía el buey herrado con la Ventana. En resumen, Román vuelve a ratificar que es un torero que merece más de lo que se le da. 

Y ¿qué es lo de Tomás Rufo? En una palabra, vulgaridad. Vulgaridad ante flojo sobrero de Juan Pedro que sustituyó al 3°, y vulgaridad ante el toreable 6°. Lo mismo ante uno y otro. Ante el 3° nadie le echó cuentas, pero lo del 6° fue ya otra cosa. No fue la faena lo que avivaron los aplausos y la histeria colectiva, sino las protestas y los pitos a los cites perfileros, los mantazos hacia fuera, el abuso del pico... Si nadie hubiera protestado, a Tomás Rufo nadie le hubiera echado cuentas ante este 6°. Y ante esto, vuelve a quedar patente eso de que el día en que en Madrid se deje de protestar a los toreros durante la faena, se cortarán menos orejas. No es porque guste lo que el torero de turno está haciendo, es por llevar la contraria. Este es el público que va a los toros hoy en día. Una media estocada que cayó trasera, junto a un golpe de descabello, fueron el preludio de una petición de oreja que, por suerte, fue acertadamente desatendida por la Presidencia. Se pegó una vuelta al ruedo tras el arrastre, pero ni así maquilla el fiasco que está resultando ser la carrera como matador de toros de aquel chavalín que tanto gustó en su etapa novilleril. ¡¡Quién le ha visto y quién le ve!!

Y tras todo este despropósito, ya hay programados otros dos o tres encierros de esta ganadería para la temporada 2025. Se conoce que son baratos.


3 DE OCTUBRE DE 2024, TERCERA DE OTOÑO: "LA CASTA APARECIÓ EN EL SEXTO, PERO..."

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo


Feria de Otoño. Novillada.

“La casta apareció en el sexto, pero…”

Ganadería

Se anunciaron 6 novillos de la Fuente Ymbro. Bien presentados y con romana. En su juego prevaleció la mansedumbre y la falta de casta, donde prevaleció su mal juego en el caballo. En el sexto apareció la mansedumbre encastada y el toreo moderno no tuvo los recursos para vencerla. El novillo recibió tímidos aplausos en el arrastre.

Terna:

Valentín Hoyos: De malva y oro. En el primero de su lote tres pinchazos, aviso y tras cuatro descabellos el echó el novillo. Silencio. En el cuarto metisaca y estocada caída. Aviso. Silencio.

Nek Romero: De verde botella y oro. En el primero de su lote pinchazo, aviso, Otro pinchazo, media en su sitio, 2º aviso y dos descabellos. Silencio. En el quinto pinchazo y estocada baja. Silencio.

Alejandro Chicharro: De gris plomo y oro. En el tercero dos pinchazos, aviso, otros dos pinchazos y media estocada. El novillo se echó, lo levantó el puntillero y recibió el segundo aviso. El animal volvió a echarse para no levantarse más. Silencio. En el sexto estocada trasera, aviso, El novillo se echó después de dos descabellos. Silencio.

Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez.

Sis problemas en su cometido.

Suerte de varas:

1º. Adulador. Acudió suelto al jaco y derribó. En la segunda el piquero se agarró trasero y el animal se dejó pegar. En la tercera entrada acudió con tranco pero salió suelto sin entregarse en la pelea. Presentó dificultades en la muleta

2º. Taconero. Empujó en el peto con un pitón y el montado le arreó con saña. En la segunda se agarró bien pero marcó el castigo.

3º. Pijotero. En el primer encuentro con el caballo no se empleó. En la segunda fue castigado trasero, salió suelto perdiendo las manos.

4º Jupio. Entró suelto y recibió sólo la marca de la puya y salió suelto. En la segunda entrada hizo una pelea de manso. Anduvo sin fijeza durante parte de la lidia, buscando la salida del ruedo

5º Volante. Entró al caballo suelto e hizo una fea pelea En la segunda entrada el picador se agarró bien pero no lo castigó. Un manso en toda regla.

6º. Regatero. Marcó trasero el castigo aunque rectificó. En la segunda entrada cogió al piquero sin estar colocado, no se empleó y salió suelto. Manso encastado.

Cuadrillas y otros.

Con 16. 274 espectadores según la empresa, se celebró el segundo festejo de esta rara Feria de Otoño. En esta ocasión la empresa no se sacó de la manga un batiburrillo de ganado como en la novillada que abrió la feria, aunque el resultado tampoco llegó a convencer a los aficionados. Los “gallardos” mansearon más de lo que esperaban.

El tercio de banderillas se lucieron los toreros de plata, destacando en el sexto. Juan Carlos Rey y Jesús Robledo, Tito, ante un encastado y exigente animal. También tuvo que desmonterarse en el quinto Víctor del Pozo en el segundo tercio.

Comentarios:

Salvo el quinto, los matadores recibieron sendos avisos de la presidencia y en el segundo y tercero dos. Y los aficionados se preguntarían para qué faenas ta que llegara a los tendidos.

Pocas muletas hay para dominar la casta. Por eso cuando aparece en un animal como le ocurrió a Alejandro Chicharro en el sexto, la pañosa que utilizó no encontró la medida para poderle a su exigente enemigo. Estos novilleros buscan la misma faena a todos los toros pero ese juego que plantean, con la casta no vale. Fue una pena ver a un novillero considerado puntero, bailar al son que marcó Regatero. Cuando esto ocurre los aficionados entiende como las figuras huyen de ella ya que la mayoría se exponen a hacer el ridículo. Insisto fue una pena. Pero este es el juego que marca la belleza del enfrentamiento de un hombre con una fiera.

Como dije, esto ocurrió en el sexto, pero en el tercero Chicharro lo recibió de muleta con dos estatuarios. No me gustan estos muletazos, hacen mucho daño a los animales y les restan poderío. Es una opinión. A los toros hay que poderles por bajo, y el valga, bien, y el que no, aliviar la faena y como decía un aficionado, que salga el siguiente. El animal no quiso pelea y el torero de Miraflores de la Sierra no encontró el acoplo de su muleta en ningún momento. El novillo terminó soltando la cara en cada remate y el matador remató con unos muletazos por alto. Otra vez será torero.

Valentín Hoyos se encontró en su primero a un novillo que presentó dificultades en el segundo tercio echando la cara arriba. En el último tercio lo sacó a los medios y el novillo comenzó a soltar la cara por el pitón derecho. El salmantino lo intentó por el izquierdo pero su labor no llegó a los tendidos. La faena terminó con el animal tirando derrotes y el torero sin acoplarse a las dificultades de su enemigo. En el cuarto y ante un manso en varas, lo recibió en el último tercio de hinojos desde la boca de riego. El animal comenzó metiendo la cara en la muleta sacándole una tanda aseada por el derecho. Al cerrarlo en el tercio el novillo perdió movilidad y cuando lo intentó al natural su enemigo se fue rajando en la pelea, perdiendo la oportunidad de lucirse. A mi entender debió mantenerlo en los medios, pero…

Nek Romero recibió a su primero con la muleta en el anillo de la plaza, recetándole una tanda aseada de redondos bajándole la mano. El novillo transmitía muy poco. Lo intentó al natural pero a su labor le faltaba la esencia del mando y su enemigo buscando el amparo de las tablas, evitando con ello que su faena llegara a los tendidos. El quinto y como dije, fue un manso en toda regla. El torero lo intentó con la muleta pero el novillo salía suelto en la pelea. Consiguió pararlo en el 9 sometiéndolo por bajo, Pero el manso se encontró con las querencias y en esos terrenos intentó el toreo al natural, pero su intento no consiguió su objetivo. El novillo no dio para más.

Destacaría en la terna su disposición en los quites. Ese es un buen camino. Sin embargo el lucimiento con el percal, salvó Alejandro Chicharro en el sexto, brilló por su ausencia. En el toreo moderno solo se dedica atención al último tercio. Graso error.

©Pepeíllo.


lunes, 30 de septiembre de 2024

29 DE SEPTIEMBRE DE 2024, SEGUNDA DE OTOÑO: "ESPERPENTO DE NOVILLADA Y DE POCO CONTENIDO"

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Novillada.

“Esperpento de novillada y de poco contenido”

Ganadería

Se anunciaron 6 novillos de distintas ganaderías. José González, condesa de Sobral, Guerrero y Carpintero, Hermanos Quintas, Baltasar Iban y Ángel Luis Peña. Bien presentados pero de juego variado. En el caballo hubo de todo, animales que mansearon, otros que se dejaron pegar, pero ninguno dejó detalles para el recuerdo. El primero fue aplaudido en el arrastre después de mansear en el caballo saliendo suelto del castigo. El quinto también recibió aplausos camino del desolladero.

Terna:

Villita: De verde y oro. Estocada casi entera, baja y trasera. Recibió un aviso de la presidencia. Saludos desde el tercio. En el cuarto estocada en los bajos entrando con premeditación y alevosía. Silencio.

Jesús Moreno: De celeste y oro. Estocada muy baja. Silencio. En el quinto un recital de inoperancia: Estocada delantera y atravesada, aviso, ocho descabellos y el toro se echó aburrido de recibir un castigo innecesario. Silencio benevolente.

Diego Bastos: Bajonazo infame. Silencio. Estocada trasera y perpendicular después de cuatro pinchazos. Silencio.

Presidente: D. José María Fernández Egea.

Sin problemas en sus funciones.

Suerte de varas:

1º Deseado. (José González). Acudió suelto al montado, le tapó la salida y se permitió ejecutar la carioca. En la segunda entrada lo volvió a castigar trasero. El novillo salió suelto y se encontró con el picador de reserva. El peón que tapaba puerta hizo el D. Tancredo. Para eso cobra. De esta manera no hay quien pueda medir las condiciones de los toros.

2º Dulcero (condesa de sobral). Se defendió en la pelea y en la segunda vara no se entregó y salió suelto.

3º Caminante (Guerrero y Carpintero. Castigado trasero, el animal se defendió de la osadía del picador. En la segunda entrada se limitó a marcar el castigo.

4º Perdiz. (Hermanos Quintas). En la primera entrada lo castigó trasero, el novillo se dejó pegar. En la segunda se limitó a sujetarlo pero marcando trasero. Destacaré que no le tapó la salida.

5º Rabioso. (Baltasar Ibán). Lo castigó trasero y le tapó la salida. El animal se dejó pegar. Mal el piquero, marró y terminó zurrándole la badana.

6º Golondrino. (Ángel Luis Peña). Se agarró arriba y el novillo derribó. El picador cojeaba al caerse del caballo, pero tuvo la vergüenza torera de continuar la faena. En la segunda entrada lo castigó y el novillo aguantó el castigo.

Cuadrillas y otros.

Tarde agradable donde el coso venteño registró una buena entrada. Las cuadrillas cumplieron con su cometido.

Comentarios:

Seis novillos, seis hierros, varios de ellos sin antigüedad para una tarde sin contenido. La empresa monta unos espectáculos que solo se entienden desde el punto de vista de su beneficio. Es su estilo, saldo va y saldo viene. Con gran parte de papel vendido, a recoger beneficios. A la fiesta que le den por donde ellos consideren. Además con el visto bueno de la Comunidad de Madrid. Supongo que ningún aficionado entendería este montaje esperpéntico. Ni desafío ganadero, ni concurso… En fin un desmadre, que solo sirvió para aburrir a los presentes.

¿No hay ganaderías que ofrezcan una corrida completa? Supongo que algunos ganaderos por ver anunciado su nombre en los carteles, regalarían el novillo. Para este codicioso empresario, su único fin es el beneficio económico. Los novilleros contratados, excepto Diego Bastos, vinieron con lo puesto en cuanto al bagaje de los dos últimos años.

En cuanto al cartel el que más placeado venía es Diego Bastos, que demostró en su primero manejar el capote con gusto y en el quite que hizo al segundo de la tarde, dibujando tres verónicas excelentes. Pero cuando tuvo que mostrar su experiencia con la pañosa, se le vio acelerado, sin caer en la cuenta que una cosa es dar pases y otra muy distinta torear. En cuanto a la colocación, lo hizo al hilo y con descaro. Cuando lo intentó al natural utilizó las mismas ventajas y escaso temple para ahormar las embestidas del animal. Al sexto lo recibió con dos largas cambiadas en el tercio y el novillo llegó a la muleta exigiendo recursos del matador pero el sevillano no encontró el mando que pedía su enemigo, ya que acudía al engaño avisado que dejaba algo atrás rebañando el engaño. El recurso del torero fueron los medios pases para evitar que encontrara la presa.

La edad de Villita le permite pensar en ascender a la escala de los toreros mayores, En su primero se le vio con firmeza en el manejo de la mano izquierda, pero sin colocación, ofreciendo unas tandas que no llegaron a los tendidos. Lo intentó con la derecha, ofreciendo buenas maneras en su ejecución. En el cuarto y al tercer muletazo el novillo no soportó el sometimiento del matador y casi rodó por el albero. A partir de aquí el animal se defendía y el matador se limitó a mantenerlo en pie sin conseguir un muletazo limpio.

Jesús Moreno brindó la faena de su primero al cirujano jefe de la plaza. Comenzó su labor sacando a su enemigo a los medios, pero se pudo comprobar que no reunía condiciones para la lidia, ya que en los primeros compases perdió las manos. Las tandas que dio con la derecha adolecieron de temple y de colocación. El animal a pesar de su escasa fuerza, le ofreció al albaceteño unas embestidas que no aprovechó. Al quinto no lo sometió al comienzo de faena, ofreciendo unas tandas de naturales usando el pico con descaro y redondos faltos de colocación y por tanto de emoción. El novillo no se cansó de embestir y el matador de dar mantazos. Serán novilleros sin placear, pero el toreo moderno lo llevan ya en los genes  para el mal de la fiesta.

©Pepeíllo.

domingo, 29 de septiembre de 2024

28 DE SEPTIEMBRE DE 2024, PRIMERA DE OTOÑO: "QUÉ TENDRÁ EL AGUA CUANDO LA BENDICEN"

Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo

Corrida de toros.

“Que tendrá el agua cuando la bendicen"

Ganadería

Se anunciaron 3 toros de Garcigrande y 3 de Juan Pedro Domecq., en general bien presentados, al tercero le faltó remate. El segundo puso en duda la integridad de sus defensas, hecho que quedará en entredicho para la historia. La corrida no decepcionó, me refiero en el último tercio, En el caballo fue otro cantar y no precisamente para recordar la letra de la canción.

Terna:

Enrique Ponce: De malva y oro. Estocada casi entera cruzada y dos descabellos. Bronca del sanedrín. Estocada hasta la cruz y en buen sitio. Dos orejas. No salía de mi asombro, pero fue verdad.

David Galván: De verde y oro. En su primero estocada caída y trasera y tres descabellos tras aviso. En el quinto dos pinchazos y estocada. Silencio.

Samuel Navalón: (Que confirmó). De malva y oro. En el toro de su confirmación, pinchazo tras aviso y estocada habilidosa y dos descabellos tras el segundo aviso. División de opiniones cuando saluda.

Presidente: D. José Antonio Rodríguez San Román.

Formó parte del regalo que los aficionados de ferias le ofrecieron al torero de Chivas. En una palabra, sobró un pañuelo blanco en su regalo particular.

Suerte de varas:

1º Misterioso. (Garcigrande).Feos detalles tuvo el pupilo de Garcigrande. Escarbó demasiado. El picador en la primera entrada marró y el animal derribó al montado con poderío y casta. El montado lo castigó en los bajos en las dos ocasiones. No tuvo el detalle de rectificar.

2º Cantero. (Garcigrande). En la primera entrada fue castigado trasero y salió huyendo del impresentable montado. Se rompió parte del pitón izquierdo en un lance de la lidia. En la segunda entrada no se empleó. Demasiado tenía el pobre animal con la pérdida de su defensa.

3º Ecuatoriano. (Gracigrande). Hizo una fea pelea y salió suelto en la primera entrada al jaco. En el segundo capítulo, el piquero le tapó la salida y en cuanto pudo salió suelto. A nadie le extrañó. ¡Taparle la salida! Menudo borrón en la carrera de Juan Pablo Molina.

4º Requiebro. (Juan Pedro Domecq). Se dejó pegar en las ocasiones que entró al del castoreño.

5º Leguleyo. (Juan Pedro Domecq). En la primera entrada empujó con un pitón pero salió suelto. En la segunda acudió al caballo sin poner en suerte y recibió un picotazo. Que poco cuidan estos toreros modernos esta bella suerte, donde se ve el comportamiento del toro.

6º Pamplinoso. (Juan Pedro Domecq). En la primera entrada no se empleó y en la segunda al piquero se le rompió la vara y no pudo verse su juego.

Cuadrillas y otros.

Al finalizar el paseíllo, se le dedicó una cerrada ovación a Ponce en despedida de Las Ventas. El coso rozó el lleno, solo se vieron algunos claros en los altos de sombra. Las cuadrillas cumplieron en su cometido, destacando Fernando Sánchez y Víctor del Pozo en el cuarto, el primero con los palitroques y el segundo durante la lidia.

Comentarios:

La tarde fue para la ironía  y dentro de este juego semántico, hubo un protagonista, “el maestro de Chivas”, que marcó la tarde con una actuación de “Puerta Grande” a criterio” de los “aficionados” de sol y de sombra, que asoman por la plaza cuando la terna es de tronío o por otros toreros que pegan la “espantá” cuando los despachos no ven claro el beneficio del festejo, dejando por los suelos el recuerdo del “MONSTRUO”, como fue Manolete. Sí, el torero de Chivas salió por La “Puerta Grande”. Una Puerta Grande como regalo de los aficionados de feria y del presidente, pero que me hizo reflexionar sobre el hecho. Que habrá tenido Ponce en su toreo que ha sido bendecido por tantos aficionados y otros no tanto, y que no he entendido nunca el mensaje de su toreo y siempre recuerdo la faena al toro Lironcito de Valdefresno. Fue uno de los pocos toros que hizo despeinarse al maestro de Chivas. Mucha suerte torero en lo que resta de su segunda despedida por las plazas españolas, y si decide no reaparecer más, mucha suerte en su vida privada.

Y ahora vamos a lo serio. El primer toro de Ponce se rompió un pitón a la salida de su pelea en el caballo. Los aficionados de feria solicitaron con fuerza su devolución mostrando, una vez más, su desconocimiento del reglamento. Hubo quien se atrevió a decir desde el tendido que el torero de Chivas tenía el serrucho en el esportón. “Que osadía”. Dudar de la integridad de los toros que se lidian… Los que no tienen ni “pajot… idea”, perdón, se marcharían de la plaza creyendo que el “maestro de Chivas ha sido un impostor” y que ha necesitado que le manipulen las astas de su toros para triunfar. No me lo creo. Como tampoco me creo que el maestro trajera el serrucho en el esportón, habiendo maestros en esta materia, que tras los bastidores del escenario, ejecutan la preparación del protagonista “fundamental” del ruedo con verdadera maestría. Este “aficionado” pertenecería al “sector maldito del 7”, que acuden a los festejos haga frio o calor, y que tanto la empresa como muchos gacetilleros les gustaría que desapareciera.

Insisto, vamos a lo serio. Mal se le presentaba al torero de Chivas la tarde con un animal lisiado de sus preciadas defensas que dan la emoción a los tendidos al jugarse la vida un hombre ante una “fiera”. Requiebro salió en cuarto lugar y fue el nombre que Juan Pedro Domecq eligió para la despedida del torero. El toro no le permitió lucirse con el capote y cuando llegó a la muleta lo sacó a los medios y pudo comprobarse que poco tenía que ofrecer. El torero tampoco buscó el sitio donde se colocan los maestros a pesar de la nobleza de su enemigo. Puso disposición el maestro sacando de la pañosa unos circulares invertidos con mucha voluntad pero más propios de Marbella, pero no había más. El torero tenía que inventarse un toro, como lo ha hecho en múltiples ocasiones en su carrera, y casi lo consigue, y ante un público con generosidad ilimitada que le permitió salir por la “Puerta Grande”. Suerte maestro.

En el cartel se anunciaron dos toreros más. Por un lado Samuel Navalón, que confirmaba, hecho que ha sido pródigo el maestro de Chivas para no abrir plaza. El torero de Ayora recibió al toro de su confirmación frente a toriles, después de no entenderse con el “Chulo de toriles” que después de tener abierto el portón de los miedos, tuvo que cerrarlo y esperar a que el valenciano colocara su valor en la segunda raya de picadores. Al animal no le gustaron las querencias y le costaba repetir, pero al torero tampoco debieron gustarle los terrenos donde se colocan los toreros que quieren triunfar, limitándose a acompañar las embestidas de su enemigo y rematar los muletazos para fuera, fiel en la imitación a sus compañeros que lideran el escalafón. Así fue su labor tanto en el toreo en redondo como al natural. Perdió la noción del tiempo y casi le echan el toro al corral. Cerró plaza Pamplinoso. Navalón lo recibió de hinojos en la boca de riego y tuvo que levantar el vuelo. El toro le apretó y antes de sufrir una cogida desistió en su intento. Toda su labor la basó en el torero moderno. Al intentarlo al natural el animal se lo llevó por delante y al parecer sin consecuencias. Ya se sabe. “Revolcón, oreja al esportón”. Se cumplió el veredicto de la ciencia popular. El matador levantó los tendidos con el arrimón y con unas manoletinas, de las cuales salió apuradísimo, pero consiguió unificar a los tendidos feriantes. Si esto hubiera ocurrido en Benidorm, nadie se hubiera sorprendido… Pero Las Ventas de momento no es Benidorm. Lo mejor la estocada.

David Galván se encontró con Ecuatoriano, un toro que le puso en bandeja el triunfo y se limitó a lucir algunos detalles, con un toreo sin descomponer la figura, pero como dijo un aficionado, el toro se fue sin torear. ¡Matador hay que colocarse en su sitio!, y a su labor, vistosa sin duda, con desmayados que levantaron los olés de los tendidos, le faltó la colocación para romper de una vez ese ventajismo que aflora tarde tras tarde en los ruedos españoles. ¡Qué pena torero! El quinto fue otra historia bien distinta. El animal acudía al engaño con poco recorrido y flojo de remos y en cuanto intentaba someterlo clavaba las manos en el albero. Hay que aprovechar las oportunidades que a veces se les presentan hasta a los modestos, pero toreando, torero.

©Pepeíllo.

domingo, 9 de junio de 2024

9 DE JUNIO DE 2024, CORRIDA DE LA BENEFICENCIA: "CLASE Y RITMO"

    Garcigrande echó una gran corrida de toros esta tarde. Una corrida de toros de hechuras armónicas e ideales para embestir, cabezas que caben en la muleta, y dotada de "clase y ritmo". Ideal para permitir eso de torear. Garcigrande echó una gran corrida de toros para torear, lástima que muchos no estemos "educados" para verlo. Donde los "educados" en materia ven hechuras armónicas y cabezas que caben en la muleta, los "no educados" vemos torillos impresentables y sin rematar. Donde los "educados" ven "clase y ritmo", esos a quienes "nos falta educación" vemos falta de fuerzas, sosería, descaste y bobaliconería. El anti-toro de lidia, en una palabra. Por eso, la grandiosa corrida de Garcigrande lidiada en la Beneficencia, ha generado tantas protestas y ha habido quien se ha enfadado en el tendido. Porque "nos tienen que educar en que este es el toro que permite el toreo". Y no hay más.

    La corrida de Garcigrande fue grandiosa, porque tuvo "clase y ritmo". Lástima que en Madrid no estemos educados para valorarlo. En otra feria o plaza, hoy se hubieran indultado dos o tres toros. Como mínimo. Pero en Madrid, se ha silbado y protestado a toda la corrida, de principio a fin. También se hubieran cortado muchas más orejas, de haberse lidiado en otra plaza. Y hasta rabos quizás. Pero en Madrid, "solamente" se le han cortado dos a esta corrida. Cosas de la "educación", se conoce. Y como por aquí tampoco se está "educado", allá vamos: la corrida de Garcigrande era para haberla tirado entera para atrás. Primero, por la mañana: solamente se aprobaron cinco, pero era para haber rechazado la corrida entera. Por algo son los garcichicos. Y si no fue por la mañana, sí por la tarde, cuando los cinco inválidos fueron desfilando uno a uno por el ruedo, sin fuerzas, sin poder y teniendo que ser simulada la suerte de varas. Recibieron esos cinco inválidos garcichicos diez picotacitos de nada, que apenas hicieron sangre. Las respectivas lidias se iban realizando entre algodones, con el capotito muy arribita y sin molestar. Y luego, en el tercio de muleta, embistieron con muchísima suavidad y blandura. Lo que se viene llamando "clase y ritmo", pero nos falta educación para entenderlo. 

    Con semejante percal, Sebastián Castella y Fernando Adrián mano a mano. La Corrida de la Beneficencia, antaño corrida más importante del año en Madrid y donde toreaba el triunfador o triunfadores de San Isidro, quedó en un mano a mano ante la baja de Morante de la Puebla y la imposibilidad de encontrar un triunfador a la altura. El único que de veras ha triunfado en este San Isidro, tenía otros compromisos profesionales que atender esta tarde, y como el torero revelación de este año, véase David Galván, es como los futbolistas menos mediáticos, que no "vende camisetas", la cosa queda en mano a mano. Una decisión a la altura de lo que ha sido esta feria, y ganancia para la empresa. Cuando lo llamamos "Corrida de Beneficencia", se entiende que es en beneficio de las arcas de los taurinetes de medio pelo. 

    El mano a mano entre Sebastián Castella y Fernando Adrián se resolvió con una tarde que ni fu ni fa de Sebastián Castella ante tres mojones inválidos, y una puerta grande de Fernando Adrián, su tercera puerta grande en un año, tras una actuación tan arrolladora como ausente de toreo. Fernando Adrián es un torero que da la cara, es valiente y ofrece muchos gestos a la galería. Pero falla (y mucho) en el toreo fundamental. Fernando Adrián nunca cita de frente, ni tampoco carga la suerte, ni torea hacia dentro. Mucho toreo de rodillas, mucho pendulazo, muchos desplantes arrojando los trastos de fea manera, mucho encimismo... Pero lo que es el toreo de verdad, nasti de plasti. Le corta una oreja al 2º, al que recibe con faroles de hinojos, y le realiza una faena de muletazos aliviados a media alturita, muy retorcido y acompañando hacia fuera la blandengue embestida de la babosa. Y cuando ve que lo ha apurado al completo, comienza el toreo de pueblo: pendulazos, circulares, desplantes, encimismo y las pestilentes bernadinas. Toreo de pueblo que enardece a parte de la masa, y una buena estocada para rubricar. Pasa desapercibido todo lo que le hace al tetrapléjico 4º, cuya permanencia en el ruedo desató las iras del personal. Pero ante el 6º, vuelve a captar toda la atención: pendulazo de rodillas en los medios, dejándoselo venir desde las tablas, y toreo de rodillas en redondo por el pitón derecho que hace explotar el éxtasis en gran parte de la plaza. Ya de pie, da dos series con la mano derecha bajando mucho la mano pero toreando hacia fuera y echando siempre la pierna atrás. Con la zurda da otras dos series con el mismo corte, citando siempre de perfil el matador y toreando hacia fuera. El destoreo de Fernando Adrián arma un alboroto en los tendidos, y el ambiente es de que si lo mata le corta dos orejas. No tiene más la faena, salvo unos doblones para cerrarse al toro y prepararlo para la estocada. En el primer intento, el matador tropieza y alcanza el costillar del toro con media estocada. Al segundo intento, la estocada cae baja. Pero resulta fulminante, y la plaza vuelve a llenarse de pañuelos solicitando la segunda oreja para Fernando Adrián y su tercera puerta grande consecutiva. El señor Presidente no se complicó la vida esta vez, y la concedió. ¡¡Cualquiera!! 

    Sebastián Castella, ni fu ni fa en toda la tarde. Ni con los dos mojones de Garcigrande, ni con el mojón de El Pilar que remendó la corrida: otro más que, si sirvió para algo, ese algo sería, filetes y un guiso de rabo de toro con patatas. Eso, o que "falta educación". Y como falta educación, se dice y no pasa nada: la corrida de Garcigrande, más el remiendo de El Pilar, no sirvió para nada. Los torerines de pitiminí que soportamos hoy en día lo agradecen: se pueden expresar ante estos toros, y pueden crear jarte, y torear a gusto... Pero una corrida como tal, tan floja, tan descastada, tan tontorrona y que hace de la suerte de varas un simulacro, hace más daño a la Fiesta que veinte ministros como el mamarracho ese del Urtasun. Y los que defienden esto como el paradigma de la bravura, más aún. Afortunadamente, eso es "estar educado" en esto de los toros. 



8 DE JUNIO DE 2024, VIGESIMOSEXTA DE FERIA: "¿QUÉ HOMENAJE ES ESTE?"

    El cartel de la tarde anunciaba un homenaje a la Policía Nacional en el bicentenario de su fundación. Un homenaje que consistió en un bonito photocall en el patio de cuadrillas, un minuto de silencio en memoria de los caídos (reventado por el malnacido de turno con un comentario que no viene al caso), la interpretación del Himno Nacional por parte de la banda de música, y una recepción tras la corrida. El hombre lo compuso, Dios lo dispuso y el Toro, lo descompuso. Bueno, el "Toro", si a esos ocho animalejos que desfilaron por el ruedo se le pueden llamar tal cosa... 

    El homenaje estaba dispuesto a la Policía Nacional, tan presente en el mundo del Toro de la mano de los delegados gubernativos y de los presidentes. ¡¡Gracias a Dios que es así!! Felices doscientos años, y que sean muchos más. Y si los siguen cumpliendo ejerciendo esas funciones en las plazas de toros, mucho mejor. Hace falta quien ate en corto las fechorías y malas artes de los taurinetes, rabiosos en las últimas horas por un fallo presidencial. Cuando el fallo viene por otro lado, no ladran tanto.

    Un homenaje dispuesto a la Policía Nacional, y que terminó siendo un reflejo primoroso de esta calamitosa feria de San Isidro. Un grandioso petardo ganadero, acompañado de otro grandioso petardo por parte de una terna totalmente incapaz de lidiar y estoquear semejante bazofia ganadera con un mínimo de decoro. La corrida de Román Sorando fue malísima en todo, y para lo único que sirvió fue para tocarle más la moral a la sufrida afición de Madrid. Malísima de presencia, malísima de casta, malísima de bravura, malísima en el caballo, malísima de fuerzas y malísima de raza. Y a lo mejor, hasta malísima en el plato. Esto ha sido la tarde de hoy, y la inmensa mayoría de tardes que llevamos acumuladas desde el 10 de mayo. Una ruina. Un desastre. Una hermosa retahíla de mojones, cantados de antemano muchos de ellos. ¿Por qué Román Sorando para lidiar en San Isidro? ¿Porqué estos toros? Ya vimos una corrida de esta vacada el pasado verano, de la cual hubo algunos ejemplares que sirvieron. Y como esa corrida sirvió, ¿qué mejor que echársela a una terna de toreros artistas para la feria de San Isidro? La jugada era maestra, hasta que comenzaron a salir uno a uno de toriles esas seis birrias con cuernos, y esos tres artistas. Resultado: una traca más, de la que fueron partícipes hasta los dos sobreros que fueron lidiados.

    Diego Urdiales y Juan Ortega, dos de los artistas, estoquearon los cuatro toros de Román Sorando lidiados. Diego Urdiales anduvo de enfermero ante el primero, inválido hasta decir basta. Y como lo de pegar pases a una babosa no se toma mucho en cuenta en Madrid, pues nadie le hizo gran caso. Ni tan siquiera cuando acompañó con gusto y temple algunas embestidas por el lado izquierdo. El 4º fue el único toro de toda la corrida que, sin ser un dechado de emoción, embistió con otro aire y más poder. Se le pegaron dos fuertes puyazos, con el agravante de hacerlo en muy mal sitio, pero llegó a la muleta con el fuelle suficiente para ofrecer pelea. Urdiales, con la cara desencajada y sin ganas de fajarse con ese toro, se limitó a espantarle las moscas a base de telonazos. Quién le ha visto y quién le ve a Diego Urdiales. Luego está lo del novio del año, sin toros una vez más y dando un paupérrimo espectáculo con la espada en sus dos toros. Especialmente con el 5º, al que pinchó hasta en 5 ocasiones y, sin más, se lía a descabellar. Una cosa es no tener toros, y otra no andar ni con un mínimo decoro. 

    Merece mención aparte Pablo Aguado, lo suyo ante los dos sobreros y, lo peor, los dos berrinches de criatura que se pilló. Dos berrinches que se cogió cuando le devolvieron al corral los dos inválidos que le correspondieron en suerte a las 12 del mediodía. Sí, sí, tal cual: al señor Pablo Aguado le sentó como un tiro que a dos toros que no se tenían en pie, los cambiaran por dos sobreros. Los gestos de rabia dedicados a la Presidencia cuando esta asomaba el pañuelo verde, no dan a entender otra cosa. ¿No será que Pablo Aguado solo sabe torear primorosamente a las babosas inválidas? Luego viene lo suyo ante los dos sobreros: lo suyo ante el sobrero que sustituyó al 3º, un mulo de José Vázquez, tiene rápida explicación: la nada. Mucho más meollo tiene lo suyo ante el sobrero de Montalvo que sustituyó al 6º: salió con muchos pies este toro y puso en muchos apuros a su matador durante el recibo capotero, siéndole incluso arrebatado el capote de un gañafón. Lo que vino a continuación se barruntaba: masacre en varas. Pero el toro llegó a la muleta con ganas de pelea, y Pablo Aguado no estaba por la labor. Trapazos para espantar las moscas, impotencia, mitin con la espada, y la gran bronca. Lo dicho, a lo mejor es que a Pablo Aguado solamente le da para torear con ese gusto y esa despaciosidad cuando tiene toro para ello. Dicho de otra manera, cuando NO tiene Toro. 

    Más de dos horas y media duró esta tarde de toros sin toros ni toreros. Ni un detalle. Ni un par de banderillas. Ni un quite. Ni un lance. Ni una lidia... Nada. Solamente tedio, hastío y cabreo. Un homenaje a la Policía Nacional en su bicentenario, consistente en una corrida de toros sin toros ni toreros. ¿Qué homenaje es este?

sábado, 8 de junio de 2024

7 DE JUNIO DE 2024, VIGESIMOQUINTA DE FERIA: "LA CORRIDA DE LOS ESCÁNDALOS"

Esta corrida pasará a la historia de la Tauromaquia como la "Corrida de los Escándalos". Será toda una celebridad en los libros de historia, como lo fueron otras tardes del pasado a las que se le apodaron en virtud a sucesos que allí transcurrieron. Ahí están la famosa "Corrida de los dos solos", en 1917. La llamada "Corrida de la Victoria", en 1939. La "Corrida del Salario del Miedo" o de "la Vuelta Ciclista a España", en los años 50. El rabo de Palomo, en el 72. La "Corrida del Siglo", en el 82. O la de "Los Quites", en el 96. Entre otras muchas, han pasado a la historia y se hablará de ella por los restos, de la misma manera que se hablará durante mucho tiempo de la "Corrida de los Escándalos", acontecida en el 2024. 

De escándalos estuvo colmada no ya toda la tarde, sino el día entero. La cosa empezó mal en el apartado, viendo la fachada que lucían algunos toros; por no hablar de algunos pitones. Y una cosa llevó a la otra: un paseíllo, otro más, caldeado y en el que se exhibió una pancarta en el tendido alto del 7 por la que algunos aficionados mostraban su repulsa a eso del afeitado; y también algunos aficionados exhibieron serruchos. Y es que, por mucho que digan los taurinillos de pacotilla, el afeitado está muy presente en esto y es un problema contra el que se debe luchar sin miramientos.

Así pues, la que a todas luces pasará a la historia como "Corrida de los Escándalos" se inició con la lidia de un primer toro de Victoriano del Río de interesante juego  y mucho que torear. Emilio de Justo bien podría haber armado el primer escándalo de la tarde, pero no tuvo el honor ni la suficiente buena mano para ello. El toro cumple en varas y, aunque tiene tendencia a irse a las tablas durante el segundo tercio, embiste en los capotes con buen son y metiendo la cara. Emilio de Justo empieza la faena como correspondía, es decir, mandando por abajo y con tres doblones en redondo por el pitón derecho con mucho gusto y poderío. Pero ese buen comienzo fue solamente un espejismo, y a continuación le viene todo muy grande a un dubitativo y desbordado Emilio de Justo, quien no fue capaz en ningún momento de someter al animal  dejándole la muleta puesta, bajarle la mano y llevarle largo. 

Pero el escándalo verdadero de la tarde llega de la mano de Borja Jiménez y su lidia al 2°, un toro que mansea en el caballo y al que se le castiga poco. A portagayola se fue a recibirlo, como fuerte declaración de intenciones tras las dos tardes tan poco afortunadas que ha tenido en la última semana. Pero lo grande llega en el tercio de muleta: el toro, tras un castigo aliviado en vara, se ha venido arriba en el tercio de muleta, comenzando Borja Jiménez la faena doblándose, y le siguen tres series de derechazos de menos a más. Los primeros muletazos acompañan sin más, y poco a poco va acoplándose el matador hasta dejar algunos derechazos de mano baja y toreando hacia adentro, pero cometiendo el imperdonable pecado de citar escondiendo la pierna; esa última serie la remata con un SOBRENATURAL. Con la zurda le cuesta acoplarse al principio, pero al final deja tres naturales ligados extraordinarios y otro trincherazo de remate que para los relojes. El toreo eterno de verdad, el que conquista todos los corazones. Le sigue otra serie de naturales muy mandones y obligando mucho al toro, que ya anda venido a menos. Y como no había por qué alargarse más, se cierra Borja Jiménez al toro con unos doblones extraordinarios, de esos que inspiran a los mejores pintores, y a matar. La estocada es extraordinariamente ejecutada y cae arriba, y aunque el toro se resiste con casta a doblar, acaba cayendo sin puntilla y llega el delirio. La plaza se llena de pañuelos solicitando las dos orejas, la faena fue de menos a más pero aquellos naturales y esa estocada de remate, bien valían su peso en oro. O dos orejas. Borja Jiménez había escandalizado Las Ventas toreando al natural como de verdad se venía esperando en él, y no sucedió ni ante la corrida de Santiago Domecq, ni mucho menos ante la de Victorino Martín. La plaza, blanca entera solicitando las dos orejas... Y se acabó concediéndose solamente una. Muchos nos preguntamos a estas horas qué se le pasaría por la cabeza al bueno del señor Presidente para no sacar el mosquero blanco por segunda vez, pero así las cosas. El escándalo fue mayúsculo y la bronca, histórica. 

El escándalo de Boja Jiménez, sus naturales y estocada, la no concesión de las dos orejas, la bronca al señor Presidente y la madre que parió a Panete se entremezcló con es escándalo que produjeron los pitones del 3°. "Esas bolitas", decían por ahí. ¿Bolitas? Aquello eran dos pelotas de baloncesto. ¡¡Qué vergüenza!! Se le pega poco en varas al torete, que cumple sin más, y aparece en escena la reencarnación del mítico Platanito. Con la salvedad de que el Platanito era serio, en comparación de su homólogo del siglo XXI. A Roca Rey ya no parecen servirle sus, llamémoslo "recursos", ni frente a su público de aluvión y cubalibre en mano. Su comienzo de faena, de rodillas y pegando pendulazos, no desató la pasión de antaño, ni tampoco su retahíla de trapazos y destoreo burdo. Cómo además mató de estocada trasera y que provocó derrame, la bronca también fue importante.

El escándalo siguió con la salida del 4°, que por hechuras pareció llevar en huelga de hambre por lo menos un año. Las fuerzas que mostró, confirmaba la sospecha: el toro llevaba en huelga de hambre bastante tiempo, y el castigo en varas fue mínimo. No asomó pañuelo verde, y hubo que tragarlo. Emilio de Justo lo pasó por ambos pitones con la elegancia que él acostumbra, a media alturita y haciendo de enfermero. Aquello no llegó a nada, y todo se remató con otro bajonazo. 

Un Borja Jiménez enrabietado salió a recibir a portagayola, otra más, al 5°. Buenos lances a la verónica una vez superado el trago, y un galleo por chicuelinas para llevarlo al caballo. Pero este sí tuvo el honor de hacer trabajar esta tarde a Florito y sus berrendos, saliendo un sobrero de Torrealta al que, de nuevo, Borja Jiménez recibió de hinojos en chiqueros. El de Torrealta, ni fu ni fa. Ni en varas, ni en la muleta. Y la faena de Borja Jiménez, en situación normal, pues también ni fu ni na. Buen comienzo, con otros dos trincherazos enormes, al que sucedieron muletazos por el lado derecho corriendo bien la mano pero descargando la suerte. Con la zurda, no coge vuelo el asunto. Arrebatado (y enrabietado) el matador, apenas deja nada para el recuerdo en esta faena. Ni siquiera en la suerte suprema: pinchazo y estocada caída. Pero estaba cantado que, pasase lo que pasase en este toro, la oreja iba a caer. Y cayó, a pesar de una faena que ni fu ni fa, muy mal rematada con la espada. En desagravio por parte del señor Presidente.

La tarde estaba sobradamente echada cuando Borja Jiménez paseó su segunda oreja, pero aún faltaba el postre: Roca Rey dando muestras de no saber ni qué es lidiar, ante un marrajo. El toro, otro espantajo de Victoriano del Río muy escurrido, salió frenándose y regateando cuando su matador le presentaba el capote. Ni siquiera llegaba a meter la cara en los vuelos, desentendiéndose de todo Roca Rey y dejándolo en manos de sus peones. Fue Antonio Manuel Punta quien fijó al toro con muy buen hacer. Pero de nuevo la inhibición del matador: el toro se fue al caballo que guarda la puerta para recibir un refilonazo. Por fin consigue meterlo el propio matador en el caballo de contraquerencia, y al toro le da por emplearse como anteriormente no lo había hecho ninguno. Enorme la pelea de este toro en esta entrada, si bien salió suelto. Tras el puyazo y la lidia de Antonio Manuel Punta, el manso se ha venido arriba. Otorga un puñado de arrancadas, no muchas, que bien podrían haber sido aprovechadas si enfrente hubiera habido un torero. No lo hubo. Nunca lo ha habido en realidad, y cuando el caballero que tenía delante intentó el pegapasismo con la zurda, el animal cantó la gallina y acabó todo. Lo mejor de Roca Rey en esta tarde es que nos despedimos de él hasta el año que viene. 

La "Corrida de los Escándalos" pasará a la historia. Por sus cosas buenas, y otras no tan buenas. Siempre nos quedarán de aquella tarde los buenos naturales de Borja Jiménez y la estocada con la que culminó. La mediocre corrida de Victoriano del Río, los pitones de algunos toros, el nuevo numerito de Andrés Roca Rey y hasta el "descuido" presidencial, ya si eso le dejamos caer un tupido velo. ¿O no?

jueves, 6 de junio de 2024

6 DE JUNIO DE 2024, VIGESIMOCUARTA DE FERIA: TRADICIONAL TRACA DE ADOLFO MARTÍN

Petardo de Adolfo Martín. Da igual cuando se diga, el comentario es reciclable y sirve para todas las ocasiones. Aquí somos fieles a las tradiciones, y si lo que hoy correspondía era la traca de Adolfo Martín, no se podía fallar a la cita. Como corderos llevados al matadero, o como benditos que caminan hacia la plaza en las tardes de lisardianos. Pues hoy lo mismo: benditos aposentándose en la dura piedra para ser testigos de otra agolfada infame. Otra más. ¿Cuántas llevamos? Cualquiera sabe, hace ya años que perdimos la cuenta. 

Petardazo de Adolfo Martín en Madrid, y de los gordos. Petardo tras petardo. Traca tras traca. Mascletá tras mascletá... Cuando lidia Adolfo Martín en Madrid, más parecen esto las calles de Valencia en plenas Fallas, que otra cosa. No parece llegar el día en que se le dé a esta insufrible vacada el larguísimo descanso que merece. Es lo mismo de todos los años: corridas de hechuras y tipos muy variados, que van desde toros bien hechos y en tipo, hasta animaluchos que parecen no parecen saber qué es el pienso ni el pasto. Y en comportamiento, el denominador común es el que se lleva marcando durante los últimos 15 años: que Adolfo Martín es una vacada totalmente descastada, sin poder ni raza alguna para emplearse en el caballo ni tampoco en los capotes ni la muleta. Una ruina. ¿Hasta cuándo debemos seguir aguantando esta chacota? Basta ya de colar a Adolfo Martín como "ganadería predilecta de Madrid", solo por el mero hecho de descender del tronco Albaserrada. Esa monserga ya no funciona, en Madrid queremos TOROS. Sean del encaste que sean, pero TOROS. TOROS como los de Victorino ayer. TOROS como los de Fuente Ymbro hace días, o como los de La Quinta o El Torero, por citar las poquísimas ganaderías que han cumplido en esta calamitosa feria. TOROS, no conatos. Es ya hora de que a unas cuantas ganaderías se les dé un largo descanso de las ferias, y Adolfo Martín es una de ellas. 

Ni sesenta de minutos de festejo habían transcurrido cuando se arrastró el tercer toro, y ese fue el hecho mas relevante en ese momento. Las tres babosas lidiadas en primer lugar no dieron lugar a lucimiento alguno por parte de los tres matadores. Con habilidad, aseo y brevedad cumplieron el trámite Antonio Ferrera, Manuel Escribano y José Garrido, inéditos en esos tres primeros toros. Tampoco cambiaron la tónica los tres que siguieron, pero algunas cosillas por parte de los matadores y, sobre todo, la lluvia que cayó, pareció entonar a los presentes. Llovió durante la lidia del cuarto, pero viendo la reacción de los que  aguantaron en el tendido, parecía que llovía ginebra, más que agua. Ángel Otero y Víctor Manuel Martínez dejaron sendos pares de banderillas colosales a ese 4°, un inválido que hizo méritos más que sobrados para hacer asomar el pañuelo verde. No ocurrió, por desgracia, y lo que vino a continuación fue la clásica perfomance ferreriana. Larguísima faena, faena bajo la lluvia, de muletazos a media altura para que el pobre animalito no doblara, aderezados de esas contorsiones y ese amaneramiento. Hubo una serie, por el pitón izquierdo, que fue muy despaciosa y donde Ferrera tiro del toro hacia adentro. Buenos naturales aquellos, y si hubiera cortado en ese momento, quizás la faena hubiera sido interesante. Pero no, lo que siguió fue la parafernalia de arrojar el palo al suelo y continuar nuevamente las contorsiones y los trapazos. Así, hasta hacer sonar el aviso antes de entrar a matar. ¿Qué necesidad había? Pinchó, y eso posiblemente impidió que se solocitara el despojo.

Llovió también durante el 5°, otra babosa que se quedaba a medio viaje y le costaba arrancarse. Escribano anduvo como es Escribano: portagayola, tercio de banderillas espectacular, muy digno y aseado trasteo con el torete y hasta voltereta, afortunadamente sin consecuencias. Llegó a arrancarle algunos muletazos sueltos con mérito, a base de tragar. Pero tuvo un mal colofón: estocada trasera y desprendida. El Presidente, acertado al no conceder la oreja tras una estocada como tal. Se celebra y agradece el rigor que los presidentes están teniendo este año. 

A José Garrido también le aplaudieron y jalearon mucho durante su trasteo al 6°. La lluvia, que era de ginebra... Pero su quehacer ante ese esmirriado torillo, noble y de embestida simplona, no tuvo gran cosa. Lo pasó con aseo y despegado por ambos pitones, arrebatado a veces el torero. Una faena larguita, correcta sin más, y culminada de un feo bajonazo. Otro día más en la oficina para este torero, que no parece  demostrar en esta plaza, tras una década de alternativa, ese presunto "toreo artista" que se lleva pregonando desde su época de novillero. 


5 DE JUNIO DE 2024, CORRIDA DE LA PRENSA: "TOROS SÍ, PERO TOREROS..."

    Vimos toros. ¡¡Gracias a Dios!! Hoy sí, vimos una corrida de toros con toros. Nos parecía imposible después de tanta mojiganga, pero también existen las corridas de toros donde se lidian eso mismo, toros. Ya casi se nos había olvidado lo que era eso, y ha tenido que ser el hierro de la A coronada, con su divisa azul y encarnada, la que nos vuelva a mostrar qué es una corrida de toros de verdad, con todas sus letras. 

       La corrida de Victorino Martín nos devolvió el gusto por ver una corrida de toros con toros de verdad. Toros con sus complicaciones, exigentes, de mejor o peor condición, bravos o mansos, encastados o más reservones... Pero ante todo, toros con interés y con mucho que torear. No será ni la mejor corrida que veremos en nuestras vidas, ni lo mejor que puede dar de sí esta bendita vacada; pero nos hace volver a la realidad de lo que es el Toro de verdad. Victorinos que lucieron imponente fachada,  tuvieron un comportamiento variado, y que se fueron al desolladero muy mal lidiados, peor picados y con las orejas puestas en su sitio. Eran para mucho más esos toros de Victorino Martín que para andar de la manera tan pésima que anduvieron esta tarde los dos señores que vistieron chispeante bordado en oro, así como las cuadrillas de picadores y banderilleros que les acompañaron. Muchos capotazos, telonazos más bien, de más. Puyazos muy fuertes y traseros, si no paletilleros. Muchas pasadas en falso a la hora de banderillear. Falta de entendimiento por parte de los matadores... Fue una tarde de toros, pero no la tarde de los lidiadores, fueran estos de oro, plata/azabache o castoreño. 

    Los seis toros que Victorino Martín se trajo a Madrid salieron cada uno a su padre y a su madre. Comportamiento de lo más variado e interesante, sin dejarse nada o casi nada en el tintero. Para abrir plaza tuvimos nada menos que a una de esas alimañitas que también han dado leyenda a esta ganadería: un animal que manseó en las tres varas que tomó, y que llegó a la muleta orientado, frenándose y mirando mucho a lo que había detrás de la muleta. Le siguió el polo opuesto, un toro que si bien se defendió bajo el peto, tuvo una excelente y encastada condición. El que hizo de tercero anduvo más justito de fuerzas y derrochó más suavidad, pero no por ello fue menos exigente ni muchísimo menos imposible para el lucimiento. Con cuarto y quinto la corrida pareció bajar el listón: un toro de embestida simplona y sosa fue el cuarto, y rajado desde el primer muletazo el 5°. Y de postre, el toro más completo de toda la corrida: el único que de veras se empleó con bravura en varas y regaló extraordinarias embestidas en la muleta, si bien los dos puyazos asesinos que recibió y la pésima lidia le hicieron venirse abajo demasiado pronto. 

    Así jugaron sus cartas los seis albaserradas de Victorino Martín. Jugaron las cartas y, de paso, ganaron la partida a sus respectivos matadores de manera incontestable. La tarde que echaron Paco Ureña & cía, y Borja Jiménez & cía ante semejante sexteto de toros, no da lugar a la amabilidad. Qué mala suerte la de estos seis toros al encontrarse de bruces con estos dos matadores, esos ocho banderilleros y aquellos seis picadores. ¡¡Qué mala suerte la de esos seis toros, tan mal picados, tan mal lidiados y tan desaprovechados!! La tarde de Paco Ureña, mala y decepcionante: ni le dio la lidia adecuada a la alimaña, ni se entendió con el toreable, ni supo sujetar al manso. Pases, muchos. Muchísimos. Firmeza, pues también pero a ratos. Vulgaridad, a raudales. El toreo, ni por asomo. Peor aún fue la tarde que echó Borja Jiménez, con los dos mejores toros de la corrida para más inri. Ni los entendió, ni los pudo, ni muchísimo menos supo aprovechar a esos dos toros, 2º y 6º, de condición tan exigente y con tanto que ofrecer. Lejos de una lidia ordenada y de sometimiento, a lo que buenamente se dedicó Borja Jiménez fue a pegar trapazos. Sin más. Trapazos y más trapazos, series muy largas de trapazos sin someter ni poder a los toros por abajo. Ambos toros humillaban y embestían con recorrido, pero para ello había que bajarles la mano y llevarlos largo, con las zapatillas bien asentadas y sin retirarles el trapo de la cara. En una palabra, someter a la casta; he ahí la exigencia de un toro de verdad. Pero fue la casta la que sometió a Borja Jiménez esta tarde, y volvió a sembrar de dudas los tendidos de Las Ventas. 

    Los toros, sí. Los toreros, ya no. Fueron los primeros los que sometieron a los segundos, y ni tan siquiera el pésimo trato que recibió la corrida fue óbice para que esta dejara en paños menores a todos y cada uno de los lidiadores que actuaron en esta tarde. Pero poco importa ya a estas horas: hubo una importante corrida de toros, y eso es lo que verdaderamente paga el precio de una entrada. 

martes, 4 de junio de 2024

4 DE JUNIO DE 2024, VIGESIMOSEGUNDA DE FERIA: "SI FALLA HASTA ESCOLAR..."

    La corrida de José Escolar ha sido mala. Muy mala, sin paliativos ni excusas ridículas. Y si aquí nos falla hasta la corrida de José Escolar, con esas hechuras que ha lucido tan magníficas y ese historial que tiene esta vacada, ¿qué puede esperarse de todo lo demás? 

    Que Dios nos pille confesados. La corrida de José Escolar ha sido pésima, la tarde aburrida y la decepción, mayúscula. La feria de San Isidro se va acabando y los petardos se acumulan. Van haciendo montón, como las cáscaras de pipas. Una encima de otra, una encima de otra hasta formar una montaña cono el Everest. Y que petardeen esas de cuyo nombre no quiero acordarme, no nos coge de sorpresa y nos hace estar curados de espanto. Pero que aquí petardee hasta lo de José Escolar, una de esas corridas en las que se tiene fe ciega... Apaga y vámonos. Qué desastre, qué horror y qué espanto de feria llevamos.

    Los toros de José Escolar han venido a Madrid como hay que venir en cuanto a presentación, y la corrida ha terminado siendo un espectáculo visual. Pero ahí se quedó la cosa, solo en lo visual. Porque por dentro ninguno de los seis tuvieron qué ofrecer. Toros muy mansos que no quisieron ver el caballo ni en pintura, toreables y simplones sin más. Alguno que otro peligroso, orientado y con muy malas ideas Casta, pero de la mala. Mejor será la casta mala que no tenerla, aunque no sea lo deseable. Si hay casta, aunque sea de la mala (eso que también llaman "genio" y "bronquedad"),  se puede andar ahí delante y dar emociones. Ese ay que tan de menos se echa a veces. Pero con animales de embestida simplona y la bobaliconería por bandera, el aburrimiento está garantizado. 

    Ese ay vino cuando la tarde ya estaba a punto de llegar al fondo del precipicio, tras cuatro lidias anteriores en caída libre que fueron protagonizadas por la simplonería. El 5° toro de Escolar fue ese toro de casta malísima (genio, si lo prefieren), con el que pocas florituras cabían. Medía, se quedaba a medias al arrancarse, y probaba a su matador en todos los muletazos. No pareció importarle a Damián Castaño, que anduvo valentísimo y muy torero en una faena basada principalmente en la mano zurda. Fue de menos a más esa faena, y acabó con algunos naturales de frente, pegados de uno en uno, que tuvieron mucho mérito. Gustó Damián Castaño y bien pudo haberle cortado una oreja si llega a acertar con el acero. Algo menos gustó en el 2°: faena más centrado en gustarse que en torear de verdad, dando medios pases acelerados aunque bajando mucho la mano, que no tuvieron más cosa que ese afán por "gustarse".

    Gómez del Pilar también fue capaz de sacarle algunos muletazos muy mandones al 3°, por el lado derecho y a principio de faena. El toro se acabó pronto y la faena, también. Mejor dicho, el interés en la faena, porque se embarulló Gómez del Pilar en una faena larga, mucho más de lo que el toro mereció, y sacó muy poco en claro. El 6° pareció más un buey de arado que un verdadero toro de lidia, y su matador no se alargó demasiado está vez. Bien que hizo. 

    Fernando Robleño es un torero también esperado en esta plaza, y más después de algunas cosillas acontecidas en los últimos tiempos. Pero hoy afloró el Robleño que a nadie nos gusta, ese que se pone muy a la defensiva salga lo que le salga. Ante el lote más claro y con más opciones de prestarse al toreo, anduvo demasiado desconfiado y a la defensiva, desembocando así en dos trasteos vulgares y muy trapaceros. 

    La tarde de los escolares acabó con el chasco como gran protagonista. Si nos fallan hasta estos toros, ¿qué será de nosotros? Solamente la faena de Damián Castaño ante el peligroso 5º, un gran puyazo de Alberto Sandoval al 2º y los pares de Raúl Ruiz al 4º, nos hicieron por un momento despertar del letargo. La feria de San Isidro empieza a pesar, y a ello han incentivado mayoritariamente el montón de petardos ganaderos que hemos acumulado. Y es que aquí, hasta la de José Escolar nos falla...


domingo, 2 de junio de 2024

2 DE JUNIO DE 2024, VIGESIMOPRIMERA DE FERIA: "RUINAZA DE YELTES"

Lidió Pedraza de Yeltes, lidió una ruina de corrida. Una ruinaza, más bien. Fue la tarde de Ruinaza de Yeltes, qué decepción. Otra más, y además desde por la mañana ya se barruntaba malos aires: no pasó entera, y se remendó con un toro de Torrestrella. Y por la tarde, ese mal presagio se tornó en la ruina total, se mire por donde se mire: mal presentada, mansa, floja, descastada y sin nada positivo que aportarnos. Si no había toros para sacar dos corridas, ¿para qué viene a Madrid dos tardes, ganadero? Gracias, pero de petardos ya andamos bien servidos en los últimos días. 

Fue la tarde de Ruinaza de Yeltes, y también una tarde de sustos y sobresaltos. Francisco José Espadas e Isaac Fonseca fueron aparatosamente cogidos por sus respectivos segundos toros, y Juan Leal acabó matando cuatro toros esta tarde. Pero no todo fue negativo, pues Isaac Fonseca dejó la estocada de la feria ante el 3°, una estocada que, por sí sola, le valió una oreja de indiscutible peso. Se está empezando a ver a un Isaac Fonseca mucho más reposado que en su etapa de novillero, y eso agrada. Ahí queda la tarde que ha dado, andando fácil y aseado con el capote, sin perdonar quites, dándoles sitio a los toros y queriendo torear bien de verdad. Su faena al 3°, el torito que más se prestó al toreo, fue prueba de ello. No fue una faena rotunda y sí plagada de altibajos, pero llegó a dejar muletazos extraordinarios, muy especialmente al natural. Gustó en esos muletazos Isaac Fonseca, aunque no terminara de convencer su faena ni de apurar las dulces embestidas de ese toro, pero la grandiosa estocada con la que culminó, entrando recto y dejándola en el sitio, fue más que sobrada para llevarse esa oreja. ¡¡Así se mata a los toros, señores!! Espoleado salió el torero para vérselas con ese remiendo de Torrestrella en 6° lugar. Muy complicado ese toro, con una embestida brusca y orientado; y planteamiento de faena inadecuado por parte del matador: lo suyo hubiera sido machetear por bajo al inicio, en lugar de dejárselo venir de lejos sin probatura alguna. Al rematar con un pase de pecho, se echó al toro demasiado encima y llegó el grave percance, dejando así su obra inacabada. Se le desea lo mejor.

A Francisco José Espadas también lo evacuaron a la enfermería en el prólogo de su faena al 5°, tras una feísima voltereta que le produjo una fuerte conmoción. En su anterior turno, se las vio ante un sobrero de Chamaco que, de haber azulejo al toro más feo de la feria, seguro que sería candidato indiscutible al premio. Feo por fuera, pero aún más feo por dentro. No tuvo nada ese sobrero, y Francisco José Espadas no tuvo opción alguna de triunfo. Pero cometió uno de los peores pecados que un torero puede cometer en Madrid: pasarse de faena ante un toro que no tiene nada. Una cosa es justificarse, y otra muy distinta es que ante un toro así se llegue a escuchar un aviso, aviso que no llegó lo que se dice por atascarse con la espada. Pronta recuperación para él.

Juan Leal, lo dicho: cuatro toros tuvo que estoquear. Los dos de su lote, simplones como ellos solos y que salían mirando a las musarañas de cada muletazo. Y el matador, tan simplón o más que sus dos oponentes. Tampoco es de recibo que se pase de faena ante dos bueyes de carreta como tales. Intentó faena ante el toro que mandó al hule a Espadas, pero las protestas del personal le hicieron desistir. No era momento de lucirse y lo mató con aseo, el mismo con el que estoqueó al 6°, esta vez sin intentar faena. Juan Leal es un torero valiente, sin duda. Pero nada más. Su técnica, si es que se le puede llamar así, es muy limitada, y ello le hace quedar a merced de los toros en cada muletazo que da. Y en Madrid, eso no gusta nada: eso no es el toreo.

En la tarde de los Ruinaza de Yeltes y de dos fuertes percances, Isaac Fonseca dio la estocada de la feria. Y Raúl Ruiz, una lección de torería y buen hacer lidiando al 3°. Y es que, a pesar de que la tarde no sea lo que se dice brillante, siempre quedan en el recuerdo hechos por los que ha merecido la pena ir a los toros.