domingo, 6 de octubre de 2024

6 DE OCTUBRE DE 2024, SEXTA DE OTOÑO: "QUE VIVA EL WHISKY, LOS IGNORANTES... Y LAS PROTESTAS"

    Que viva el whisky, o la ginebra en caso los güenos afisionaos. Que viva el whisky, y también la ignorancia. ¿Qué sería de algunos toreros sin esta combinación? Mejor dicho, qué sería de los malos toreros, tan abundantes en la actualidad; y de las malas artes de los taurinejos, no menos abundantes, sin los vapores de Baco haciendo estragos en los tendidos, y sin la ignorancia y las cortas entendederas que derrochan unos pocos que en esos mismos tendidos plantan sus posaderas. Esto es el público, que no aficionado, que acude en masa (de vez en cuando solamente) a los toros: cubateo, triunfalismo, desconocimiento acerca de lo que es una tarde de toros, aplausos a todo, el discotequeo y la jarana del después...  Y los toreros, su legión de taurinetes y (des)informadores a sueldo con grado en Ciencias de la Información, tan contentos. ¿Qué sería de todos ellos si las plazas se llenaran de aficionados serios y entendidos, que valoren en su justa medida lo bueno, y censuren lo malo o mediocre? Muchos, más de los deseables, verían los toros desde la televisión. Por supuesto, a esa combinación de chuzos, ignorantes y chuzos ignorantes que acuden en masa (pero muy ocasionalmente) a los toros, habría que añadirle un tercer elemento para terminar prender la mecha de su chabacanería: las protestas (algunas a destiempo, es verdad, pero al fin y al cabo no exentas de razón) de los aficionados que sí viven esto de los toros con seriedad y rigor. Y lo acontecido en la plaza de Madrid durante la última tarde de abono otoñal, es una perfecta muestra de este indeseable extremo. Otra más. Comencemos.

    Enchiquerada para ser lidiada hoy, domingo 6 de octubre, una corrida de Fuente Ymbro de buenas hechuras, muy acorde al trapío exigible en Madrid. Seis toros que aguardaban la hora de que las cuadrillas de picadores y banderilleros al servicio de Paco Ureña, Roca Rey y Víctor Hernández, les den lidia y muerte. Uno a uno, y así hasta seis, los toros de Fuente Ymbro fueron haciendo el conjunto de una corrida de toros exigente, con mucho que lidiar y que torear, encastada por momentos, de acusada mansedumbre por lo general y, por ende, complicada. Complicada y exigente, sí, pero no imposible. Una corrida de toros con interés, a fin de cuentas, y que más quisiéramos echarnos a la cara en no pocas tardes que nos vemos aposentados en el duro granito de Las Ventas. No tuvo el mejor comienzo, pues el toro primero consistió en un buey de carreta, muy paradote y soso. Afortunadamente Ureña, tras probarlo y comprobar la imposibilidad de quedar algo más que aseado ante él, se lo quitó de encima sin miramientos. Nos desquitamos con lo que vino a continuación, y qué mejor forma que empezar con el 2º, un toro que se fue al caballo él solito en la primera vara, para cumplir con la tradición cuando el "lidiador" (por llamarlo de alguna forma) viene del Perú y se hace llamar Andrés Roca Rey; y se deja pegar dos varas traseras sin inmutarse. Ni fu ni fa el toro en el caballo, nada que ver cuando el matador desarrolla el trasteo y se ve cómo embiste en la muleta. Comienzo de rodillas, para variar, y con pendulazo incluido, también para variar. Ya en pie, Roca Rey comienza a pasarlo por ambos pitones con muletazos muy acelerados, sin poder con la casta del importante toro que tiene delante. Muletazos con la derecha, primero, sin parar, templar ni mandar; dos series de naturales a continuación en la que el toro vuelve a desbordar al figura, que anda además de acelerado, muy aliviado. Por debajo del toro a fin de cuentas, con parte de la plaza protestando la situación y otra gran parte sin echarle cuentas al matador... Hasta que al volver a la diestra, llega la cogida. Muy fea la voltereta y cornada incluida, que deja conmocionado al matador. Y ¿qué viene a continuación? La desfachatez. La mayor de las ignorancias. La desvergüenza. El no saber estar. La nota de los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes: ¡¡Echar la culpa de la cogida a las protestas!! Y aquí viene la gran bronca, gritos de "fuera fuera" por parte de los tendidos de sombra a los tendidos de sol, insultos, cortes de mangas y ladridos más propios de dóberman. Irónico cuanto menos que aquellos que solamente van a los toros un par de veces al año, como mucho, pretendan echar de la plaza a los que acuden domingo tras domingo. Y una vez en pie Roca Rey y repuesto de la conmoción, vuelve a la cara del toro entre los vítores entremezclados de insultos por parte de sus legiones de seguidores. Muletazos arrebatados, arrimón final y la histeria colectiva. Y pinchazo más una estocada en buen sitio. Y oreja al canto, una oreja como premio a una faena vulgar, muy por debajo de la excelente condición del toro, que nadie aplaudió hasta que sucedió la voltereta. Una voltereta que, según los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes, fue culpa de las protestas... Que viva el whisky, la ginebra, los ignorantes y también las protestas. ¿Qué sería de los malos toreros sin todo este cóctel explosivo?

    Tras la nota de color, la corrida siguió su curso. No sin más sobresaltos. A Víctor Hernández le dieron otra orejita verbenera, más por la inercia de todo lo relatado anteriormente que por otra cosa. Con los chuzos, los ignorantes y los chuzos ignorantes ya calientes, no había stop posible. Anduvo Víctor Hernández templado por momentos ante este 3º, pero sin conseguir someterlo por abajo. El toro nunca humilló, pero el matador tampoco acertó a bajarle la mano. ¿Y si resultara ser uno de esos toros con "teclas que tocar"? Un trincherazo ligado a un pase del desdén, de cartel de toros ambos, fueron lo mejor de una faena atropellada y poco asentada que finalizó con una novedad: bernardinas, no sin sobresalto. Nunca antes se vio algo así. La estocada cayó trasera, contraria y tendida, pero sirvió para que el toro doblara, y no fue impedimento para que la oreja fuera concedida.

    Traspasado el ecuador de la corrida y con Roca Rey en la enfermería con dos cornadas, Paco Ureña se tuvo que hacer cargo de dos toros más. Y ante ellos, más fu que fa. Ni se entendió con su toro, el 4º, ni quiso ver al que hubo de lidiar en lugar de Roca Rey, en último lugar. Un toro ese último muy complicado por manso y reservón, pero no por ello imposible para la lidia. Los banderilleros sudaron tinta para dejarle como buenamente pudieron cuatro palos arriba, de uno en uno y obviando que los pares al sesgo y a la media vuelta también existen. Y Ureña, tas probarlo por el pitón izquierdo sin siquiera machetearlo por abajo con poderío, se lo quita de encima malamente. Es una lástima, pero lo de Paco Ureña empieza a preocupar de veras, cosa poco extraña dadas las circunstancias.

    A Víctor Hernández no se le vio fino tampoco ante un encastado 5º, que se dejó pegar sin más dos extraordinarios puyazos por parte de Agustín Collado. Así sí, picador, ¡¡así sí!! Cometió el matador el mismo pecado que ante el 3º: no bajar nunca la mano. Y con ello, las tarascadas, los tornillazos, las coladas, el matador desbordado y a merced del encastado animal... Una pena.

    Que viva el whisky, la ginebra, los ignorantes y también las protestas. Vivan. Vivan todos ellos. Y gracias a todo ello también. Los amantes del triunfalismo andan de celebración cuando semejante cóctel recorre los tendidos de las plazas. Y la Tauromaquia, de luto. El rigor y la seriedad en un espectáculo como este debería ser santo y seña; y las cucamonas de los chuzos, de los ignorantes y de los chuzos ignorantes, alejadas de las plazas de toros. 

sábado, 5 de octubre de 2024

5 DE OCTUBRE DE 2023, QUINTA DE LA FERIA DE OTOÑO: "EMPATE A CERO"

La cosa del mano a mano entre los dos grandes triunfadores de San Isidro, quedó en empate. Un empate a cero muy ramplón, rebosante de vulgaridad y que cuando traspasó la línea del ecuador, empezó a hacerse bola. Y la bola, terminó por atragantar de aburrimiento y hastío las gargantas del kiosko. Empate a cero ramplón y con el goal average en negativo por parte de los dos señores que hicieron el paseíllo. En una tarde como tal, en la que dos toreros que han triunfado recientemente se iban a ver las caras vis a vis, lo que se espera es competencia, rivalidad, duelos a cara de perro... Pero nada de eso ocurrió en toda la tarde. Fernando Adrián y Borja Jiménez, Borja Jiménez y Fernando Adrián, se presentaron en Madrid a cubrir el expediente sin más, con aseo y sin grandes alardes. Como el funcionario que ficha a las 9 de la mañana, cumple los objetivos fijados y a las 3 en punto marcha a casa sin mirar atrás. Más allá de las portagayolas (que las hubo), de los quites (que también hubo), del toreo de rodillas, y los pendulazos, y los arrimones y demás cucamonas, no hubo competencia alguna por ver quién de los dos es mejor. Que, al fin y al cabo, es de lo que se ha tratado toda la vida eso de los mano a mano en los toros. Cada uno cubrió su turno de quites sin dar réplica alguna y menos lucimiento aún, más por aquello de "si hay que ir, se va", que por la cosa de quedar por encima del rival. Cada cual se plantó delante de cada toro por puro trámite, soltaron sus respectivas soflamas, y hasta luego Lucas. Y el resultado de todo esto acaba por condensarse en algo más de dos horas interminables con las posaderas apoyadas en el duro tendido, y poco más que meros detallitos de pinturería que llevarse a la boca. 

Fernando Adrián y Borja Jiménez se las vieron y desearon con una corrida de Victoriano del Río que no será ni mucho menos la mejor que vayamos a ver en nuestras vidas, ni de esta ni de cualquier otra ganadería. Pero tampoco la peor, qué diantres. La corrida fue para andar mucho mejor de lo que anduvieron con ella ambos matadores: se dejó torear, hubo un toro, el 1°, que ofreció arrancadas emocionantes y hasta algunos toros cumplieron más que de sobra en varas. Lo suficiente como para desear verlos en un tercer encuentro, cosas que nunca sucedió. ¡¡Para colmo!!

Fernando Adrián anduvo como alma en pena durante la tarde. No supo ni cómo ni por dónde meterle mano a ese encastado (aunque manso) toro 1°, que acabó ganándole la partida por goleada. El toro cantó la gallina al sentir el hierro por segunda vez, y el matador cometió el error de no ponerlo de nuevo para recibir un puyazo en regla. Tampoco anduvo el matador muy despejado al iniciar el trasteo con telonazos por alto, cuando el toro pedía a voces que se le hiciera todo por abajo. Siguió la faena por el camino de los trallazos a media altura cerrado en las rayas de picar, sin atreverse el matador a abrirse más para ver qué ocurría. El toro, como era de esperar, acabó defendiéndose. Mucho más claros y dulces para el torero fueron los toros 3° y 5°, ambos "castigados" con sendos picotacitos, y también con la casta justa. Sin pena ni gloria, y sí lleno de vulgaridad, se desarrolló la faena al 3°. Pero ante el 5° sacó el matador todo su arsenal de cucamonas y guiños a la galería: comienzo de faena de rodillas, con pendulazo y achuchón incluidos; trallazos fuera de cacho, coladas y sustos por no llevar al toro embebido en la muleta, el arrimón de rigor y, para finalizar, lo que nadie hace: bernardinas. Pero torear, lo que se dice torear... Pues eso ni se vio, ni tampoco se esperaba. El fallo a espadas se llevó por delante un despojo más que seguro. 

Borja Jiménez recibió a sus tres toros a portagayola, y hasta se permitió el lujo de torear elegantemente a la verónica al 2° una vez con las zapatillas pisando el albero. Fue este toro uno de esos que cumplió en el caballo, aunque se le dosificó mucho el castigo en las dos varas que tomó. Una pena que el bueno de Borja se apresurara a cambiar el tercio con dos picotazos. La faena tuvo dos momentos de interés: la primera serie, con la diestra y toreando con mucho gusto; y el cierre, con algunos naturales a pies juntos también de muy buen gusto y unos doblones torerísimos para cerrarlo. Y entre medias, mucha paja. Series de muchos muletazos y que muy poco decían. El toro se dejó sin más, y quizás lo que menos le convino fueron esas series de ocho o diez muletazos. También se falló con la espada y se perdió otro posible despojo. Y en esos pocos detalles que lucieron durante esta faena, terminó la tarde de Borja Jiménez. Sus dos faenas a los toros 4° y 6° no tomaron relieve en ningún momento. Dos toros estos que, como el resto, se dejaron torear, y con los que se requería mucha más garra y sentimiento que el que puso el matador. Por cierto que ese 6°, fue otro toro con el que hubo ganas de verlo en un tercer puyazo. 

El "mano a mano de triunfadores" acabó en un canto a la vulgaridad y a la desgana. Entre los de luces, animaron el cotarro Curro Javier en banderillas y en la brega; y José Antonio Barroso y Manuel Jesús Ruiz picando de maravilla a 1° y 6°, respectivamente. Hubo también por ahí un sobresaliente que cumplió con profesionalidad toda la tarde, pero ninguno de los matadores tuvo a bien invitarle a realizar un quite. Y luego, se llenarán la boca hablando de "los valores del toreo", el "respeto", el "compañerismo en el ruedo" y todas esas palabras tan bonitas que la gente del toro pronuncia y no demuestra en hechos. 

viernes, 4 de octubre de 2024

4 DE OCTUBRE DE 2024, CUARTA DE LA FERIA DE OTOÑO: "VENI, VIDI Y... PETARDI"

Al gran aficionado y amigo Pepehíllo, quien nos ha contado con gran sabiduría los últimos festejos desde su Andanada del 3. 

Gracias, MAESTRO



"Veni, vidi, vici", dijo el emperador romano Julio César tras salir victorioso de una batalla. Parecido a lo que podrían decir los toros del Puerto de San Lorenzo (y su prima hermana La Ventana del Puerto) tras protagonizar la cuarta de la feria de Otoño: "Veni, vidi y... ¿Vici?". Más bien se diría que vinieron, vieron y pegaron un clamoroso petardo. Quién podría pensarlo, ¡¡el Puerto de San Lorenzo, en unión a sus primos hermanos marca Domecq, echando una infamia de corrida!! Uno se queda ojiplático. 

Los espantajos del Puerto de San Lorenzo, "veni, vidi y petardi". Nada que ver con lo de sus señores propietarios, los cuales literalmente sí que 'veni, vidi, vici"; o mejor dicho, "veni, vidi y me lo llivi muerti", una vez más. Como en mayo. Como el año pasado. Como hace dos, y tres, y cuatro, y... Y si seguimos enumerando, terminamos hoy no, mañana. 

Así las cosas, lo de esta tarde por parte del Puerto de San Lorenzo, y sus dos primos lidiados en 4° y 5° lugar, se resume en pocas palabras. Las mismas de siempre: las casta brillando por su ausencia, flojera de remos y, sobre todo, mansedumbre. Mansedumbre a raudales durante toda la lidia, desde que asoman por chiqueros hasta que doblan la pezuña tras la estocada. Y con ello, el cabreo del personal, los siseos, los bostezos, algún recordatorio hacia el ganadero sobre cuál debería ser su mejor amigo, el famoso "¡¡bummmm, petardo!!" durante la lidia del 6°, y la alegría final de que la corrida ha acabado y de que todavía nos quedan unos 7 meses para ver otra bueyada marcada a fuego con este hierro. Ya podrían ser décadas, o incluso siglos, pero uno se conforma ya con muy poquito.

Y ahí, delante de semejante percal, anduvo la terna echando la tarde. Cada cual a lo suyo y a su manera. Sin que en ninguna de las seis lidias haya ocurrido algo como para que pase a los anales de la historia de la Tauromaquia, ni rebosen detalles que quedan en la retina del aficionado. En definitiva, José María Manzanares a lo suyo. Román, también a lo suyo. Y Tomas Rufo, pues lo mismo. 

¿Qué es lo de José María Manzanares? ¿En qué consiste "lo suyo"? Tiene dos lecturas, una corta y otra larga. La corta, similar a la de los ganaderos: "veni, vidi y me lo llivi muerti". La larga, ya tiene más trajín: se planta en Madrid una vez más, se pasea cual modelo de Armani, muestra sus múltiples encantos físicos y, con ello, provoca la historia colectiva en las damas; capotea con aseo y sin esmero, muletea a media altura y desde bien lejos para que la sangre no manche su precioso vestido, estoquea como puede, baño de multitudes (sobre todo femeninas) a la salida de la plaza, duchita en el hotel, cena y hasta mañana; no sin antes recoger sus honorarios. Y todo esto, resumido en cuatro simples palabras: Manzanares está para irse. Una vez más, queda demostrado que este torero anda quitándole el puesto a otros que sí lo merecen de verdad. 

¿En qué viene consistiendo lo de Román? Ante el 2° buey, ya rajado desde antes de tomar el primer capotazo, realizó una faena de más a menos, en las que brillaron las tres primeras series por el pitón derecho. En los medios y dando sitio, consiguió ligarle muletazos muy meritorios, pero al echarse la franela a la zurda se vino todo abajo y ya no remontó. El toro echó la persiana en ese momento, y fue imposible sacarle nada más. Bien y muy por encima Román ante este toro; e inédito ante el 5°, con el que se demoró más de lo que merecía el buey herrado con la Ventana. En resumen, Román vuelve a ratificar que es un torero que merece más de lo que se le da. 

Y ¿qué es lo de Tomás Rufo? En una palabra, vulgaridad. Vulgaridad ante flojo sobrero de Juan Pedro que sustituyó al 3°, y vulgaridad ante el toreable 6°. Lo mismo ante uno y otro. Ante el 3° nadie le echó cuentas, pero lo del 6° fue ya otra cosa. No fue la faena lo que avivaron los aplausos y la histeria colectiva, sino las protestas y los pitos a los cites perfileros, los mantazos hacia fuera, el abuso del pico... Si nadie hubiera protestado, a Tomás Rufo nadie le hubiera echado cuentas ante este 6°. Y ante esto, vuelve a quedar patente eso de que el día en que en Madrid se deje de protestar a los toreros durante la faena, se cortarán menos orejas. No es porque guste lo que el torero de turno está haciendo, es por llevar la contraria. Este es el público que va a los toros hoy en día. Una media estocada que cayó trasera, junto a un golpe de descabello, fueron el preludio de una petición de oreja que, por suerte, fue acertadamente desatendida por la Presidencia. Se pegó una vuelta al ruedo tras el arrastre, pero ni así maquilla el fiasco que está resultando ser la carrera como matador de toros de aquel chavalín que tanto gustó en su etapa novilleril. ¡¡Quién le ha visto y quién le ve!!

Y tras todo este despropósito, ya hay programados otros dos o tres encierros de esta ganadería para la temporada 2025. Se conoce que son baratos.


3 DE OCTUBRE DE 2024, TERCERA DE OTOÑO: "LA CASTA APARECIÓ EN EL SEXTO, PERO..."

 Plaza de toros de Las Ventas del Espíritu Santo


Feria de Otoño. Novillada.

“La casta apareció en el sexto, pero…”

Ganadería

Se anunciaron 6 novillos de la Fuente Ymbro. Bien presentados y con romana. En su juego prevaleció la mansedumbre y la falta de casta, donde prevaleció su mal juego en el caballo. En el sexto apareció la mansedumbre encastada y el toreo moderno no tuvo los recursos para vencerla. El novillo recibió tímidos aplausos en el arrastre.

Terna:

Valentín Hoyos: De malva y oro. En el primero de su lote tres pinchazos, aviso y tras cuatro descabellos el echó el novillo. Silencio. En el cuarto metisaca y estocada caída. Aviso. Silencio.

Nek Romero: De verde botella y oro. En el primero de su lote pinchazo, aviso, Otro pinchazo, media en su sitio, 2º aviso y dos descabellos. Silencio. En el quinto pinchazo y estocada baja. Silencio.

Alejandro Chicharro: De gris plomo y oro. En el tercero dos pinchazos, aviso, otros dos pinchazos y media estocada. El novillo se echó, lo levantó el puntillero y recibió el segundo aviso. El animal volvió a echarse para no levantarse más. Silencio. En el sexto estocada trasera, aviso, El novillo se echó después de dos descabellos. Silencio.

Presidente: D. Ignacio Sanjuán Rodríguez.

Sis problemas en su cometido.

Suerte de varas:

1º. Adulador. Acudió suelto al jaco y derribó. En la segunda el piquero se agarró trasero y el animal se dejó pegar. En la tercera entrada acudió con tranco pero salió suelto sin entregarse en la pelea. Presentó dificultades en la muleta

2º. Taconero. Empujó en el peto con un pitón y el montado le arreó con saña. En la segunda se agarró bien pero marcó el castigo.

3º. Pijotero. En el primer encuentro con el caballo no se empleó. En la segunda fue castigado trasero, salió suelto perdiendo las manos.

4º Jupio. Entró suelto y recibió sólo la marca de la puya y salió suelto. En la segunda entrada hizo una pelea de manso. Anduvo sin fijeza durante parte de la lidia, buscando la salida del ruedo

5º Volante. Entró al caballo suelto e hizo una fea pelea En la segunda entrada el picador se agarró bien pero no lo castigó. Un manso en toda regla.

6º. Regatero. Marcó trasero el castigo aunque rectificó. En la segunda entrada cogió al piquero sin estar colocado, no se empleó y salió suelto. Manso encastado.

Cuadrillas y otros.

Con 16. 274 espectadores según la empresa, se celebró el segundo festejo de esta rara Feria de Otoño. En esta ocasión la empresa no se sacó de la manga un batiburrillo de ganado como en la novillada que abrió la feria, aunque el resultado tampoco llegó a convencer a los aficionados. Los “gallardos” mansearon más de lo que esperaban.

El tercio de banderillas se lucieron los toreros de plata, destacando en el sexto. Juan Carlos Rey y Jesús Robledo, Tito, ante un encastado y exigente animal. También tuvo que desmonterarse en el quinto Víctor del Pozo en el segundo tercio.

Comentarios:

Salvo el quinto, los matadores recibieron sendos avisos de la presidencia y en el segundo y tercero dos. Y los aficionados se preguntarían para qué faenas ta que llegara a los tendidos.

Pocas muletas hay para dominar la casta. Por eso cuando aparece en un animal como le ocurrió a Alejandro Chicharro en el sexto, la pañosa que utilizó no encontró la medida para poderle a su exigente enemigo. Estos novilleros buscan la misma faena a todos los toros pero ese juego que plantean, con la casta no vale. Fue una pena ver a un novillero considerado puntero, bailar al son que marcó Regatero. Cuando esto ocurre los aficionados entiende como las figuras huyen de ella ya que la mayoría se exponen a hacer el ridículo. Insisto fue una pena. Pero este es el juego que marca la belleza del enfrentamiento de un hombre con una fiera.

Como dije, esto ocurrió en el sexto, pero en el tercero Chicharro lo recibió de muleta con dos estatuarios. No me gustan estos muletazos, hacen mucho daño a los animales y les restan poderío. Es una opinión. A los toros hay que poderles por bajo, y el valga, bien, y el que no, aliviar la faena y como decía un aficionado, que salga el siguiente. El animal no quiso pelea y el torero de Miraflores de la Sierra no encontró el acoplo de su muleta en ningún momento. El novillo terminó soltando la cara en cada remate y el matador remató con unos muletazos por alto. Otra vez será torero.

Valentín Hoyos se encontró en su primero a un novillo que presentó dificultades en el segundo tercio echando la cara arriba. En el último tercio lo sacó a los medios y el novillo comenzó a soltar la cara por el pitón derecho. El salmantino lo intentó por el izquierdo pero su labor no llegó a los tendidos. La faena terminó con el animal tirando derrotes y el torero sin acoplarse a las dificultades de su enemigo. En el cuarto y ante un manso en varas, lo recibió en el último tercio de hinojos desde la boca de riego. El animal comenzó metiendo la cara en la muleta sacándole una tanda aseada por el derecho. Al cerrarlo en el tercio el novillo perdió movilidad y cuando lo intentó al natural su enemigo se fue rajando en la pelea, perdiendo la oportunidad de lucirse. A mi entender debió mantenerlo en los medios, pero…

Nek Romero recibió a su primero con la muleta en el anillo de la plaza, recetándole una tanda aseada de redondos bajándole la mano. El novillo transmitía muy poco. Lo intentó al natural pero a su labor le faltaba la esencia del mando y su enemigo buscando el amparo de las tablas, evitando con ello que su faena llegara a los tendidos. El quinto y como dije, fue un manso en toda regla. El torero lo intentó con la muleta pero el novillo salía suelto en la pelea. Consiguió pararlo en el 9 sometiéndolo por bajo, Pero el manso se encontró con las querencias y en esos terrenos intentó el toreo al natural, pero su intento no consiguió su objetivo. El novillo no dio para más.

Destacaría en la terna su disposición en los quites. Ese es un buen camino. Sin embargo el lucimiento con el percal, salvó Alejandro Chicharro en el sexto, brilló por su ausencia. En el toreo moderno solo se dedica atención al último tercio. Graso error.

©Pepeíllo.