lunes, 27 de octubre de 2014

UN TORO EMPUJANDO AL CABALLO



El toro se lanzó a por el caballo. Enloquecido, arremetió con los cuernos con todas sus fuerzas. Esto era pelea. Esto era no saber nada que no fuera rajar, rajar, arremeter y empujar. Esto era olvidarse del dolor del morrillo, no oler la sangre que le corría por la espalda, no sentir la atracción de la puerta del otro lado de la plaza. De pronto aparecieron dos bultos: aquellas cosas que no eran pelea sino persecución y que quizás él ahora comiera e inmovilizara como al caballo. Lo sacaron del picador burlándose, y luego desaparecieron. 

Texto y foto: Toros en Iberia, Robert Vavra. 

lunes, 20 de octubre de 2014

EN ESTREMERA TRIUNFÓ... EL BARBERO

A estas alturas de la película, otra persona ya pasaría olímpicamente de ponerse tiquismiquis. Pero en este blog no podemos evitar ser muy raros y muy rancios (y mira que lo sentimos de veras). Pero es ver un pobre toro mutilado, exento de casta y fiereza a la par que se derrumba cuan castillo de naipes; o bajonazos infames, o puyazos paletilleros, y hasta subalternos mendigando trofeos, y uno no puede resistirse a la tentación de mostrar su más profundo rechazo. Bien podría parecer esto una crónica de cualquier festejo de la mismísima plaza de Las Ventas, que hasta ese punto de degeneración hemos llegado, todo hay que decirlo; pero ésto es una crónica de una novillada picada en una plaza de tercera, concretamente en Estremera, pueblo del que soy oriundo y vivo los 365 días del año. Y creo, modestamente, que hay que ponerse un poquito tiquismiquis (un poquito solamente), ya que en los pueblos, creo, también tenemos derecho a un espectáculo íntegro, que para eso también se paga la entrada, por si alguien lo duda. Pero, como ya hemos dicho, ésto está a la orden del día hasta en la primera plaza del mundo, ¡¡como para pedir lo contrario en un pueblo!! De los cuatro novillos lidiados (anunciados de José María López, o el Cabra en el argot; pero luciendo otro hierro distinto, creemos que de El Boyeril y César Chico) solo uno, tercero, mostró dureza de patas y más dificultad, esto último a consecuencia de lo nefastamente mal que le hicieron las cosas en banderillas. Los otros tres, inválidos, descastados y rematadamente bobones, sin nada más que añadir. Dirán que con toros fieros, encastados e íntegros de pitones, a los chavales se les quita la ilusión y las ganas de ser toreros. Pero, ¿y con un animalito que se arrodilla más que una monja durante la cuaresma? Y no digamos ya al aficionado, pero a ése como hoy en día no cuenta más que para pasar por taquilla, que le zurzan. Los chicos de hoy, pues miren, uno era su tercera novillada en 2014 y con los del castoreño, y el otro hacía su debut con picadores hoy. Y una cosa es pedir un espectáculo íntegro donde se respete, qué menos, el reglamento y la dignidad del toro, y otra muy distinta exigir a un niño como si estuviera en Madrid o Bilbao. De Abel Robles, me quedo con lo bien que toreó a la verónica a sus dos oponentes, y con la estocada con la que liquidó al tercero. Pero como se le ve un torero que quiere quedar al servicio del toreo moderno, poco más puedo reseñar de él. Cortó una oreja a cada uno de sus oponentes. David White "el Irlandés" debutó con picadores esta tarde, y en él pude ver que le gusta mucho dejar a los toros en suerte en el caballo, y además con variedad de remates. También, que le gusta torear con desmayo. Todo un lujo en tiempos en los que los retorcimientos están muy en boga. Llegó incluso a dejar tres naturales soberbios, los cuales quedaron en muy poco dada la borreguez del pobre animal que había delante. ¿Quizás con un toro con más casta y que transmita más? Que lo piense mientras machaca el carretón con el estoque, que lo necesita por cierto. Mucho paro y mucha hambre al barbero el año que viene.

martes, 14 de octubre de 2014

APLAZADO EL FESTEJO DE ESTREMERA (MADRID)


En el cartel, 4 novillos de José María López de la Torre (procedencia Torrestrella), para Abel Robles y David White "el Irlandés", que debuta con picadores. La hora fijada es las 17:00. Al finalizar la novillada, habrá capea.

Por la mañana, a las 11:00, encierro con los novillos a lidiarse por la tarde.

lunes, 6 de octubre de 2014

TOREAR NO ES DAR PASES

Supongo que aquellos que sean lectores habituales de este humilde blog, estarán ya cansados y quemados de leer en mis escritos la viejísima consigna de que torear no es lo mismo que dar pases. Hoy, además de volver a basar uno de mis escritos en esa consigna, tengo la suerte de que hasta voy a poder acompañarlo con un ejemplo del que muchos hemos sido testigos hace unas horas: las dos orejas que se han cortado en la última corrida de esta Feria de Otoño de 2014. Una, la de Diego Urdiales, llegó en el segundo de la tarde tras una faena en la que el torero de Arnedo, amén de desprender un aroma a torería muy poco común hoy en día e ir con la verdad por delante, ha toreado. Simplemente eso, ha toreado. Nada más. Exprimió lo poco que tenía el de Adolfo Martín con unos naturales en los que dio el pecho y ofreció los muslos sin trampa ni cartón, mandó en la embestida bajando la mano y trayendo al toro adonde había que llevarlo: detrás de la cintura. Templar, y mandar. Lo que llega siendo TOREAR, de toda la santa vida de Dios. Fueron solo unos pocos, cuatro o cinco a lo sumo. Pero, ¡¡qué naturales!! Y que naturalidad, sea dicho de paso. Lástima que el toro tuviera poco fuelle, porque de haberse tragado otros cuatro más, ahora mismo estaríamos hablando de un triunfo mucho más mayúsculo. Antes de eso, Diego ya dejó retazos de su pureza con la mano derecha. Y hubo un momento que hasta osó, entre tanda y tanda, a andar por la cara del toro con un arte y una torería que por un momento pensábamos que era un sueño. Y como la estocada fue sensacional en ejecución y colocación, Diego Urdiales acabó paseando una oreja que premiaba el regreso del toreo eterno a la primera plaza del mundo. La antítesis de todo esto, el pegar pases como quien reparte folletos de propaganda, se produjo en el toro que cerró festejo y feria. Fue éste un animal igual de manso que el resto de sus hermanos, pero llegó con nobleza y manejable al último tercio. Y, aproximadamente una hora después de volver a soñar el toreo verdadero, Serafín Marín puso cordura entre los amantes de la Tauromaquia 2.0 con una faena al uso, de las de poco ajuste, patita atrás, pico y de tirar líneas. Y con susto incluido además, por quedarse en la oreja, cosa que a los del moquero fácil les produce un orgasmo del que tardan días en reponerse. Justo Polo no se puso en su sitio y concedió en despojo que, al lado de lo que se vio anteriormente, personalmente me lo tomé como un cachondeo y una broma de muy mal gusto. El resto de la corrida pasó con más pena que gloria. Mucha pena, sobre todo, que el quinto se hiciera daño en una pata y saliera de sobrero un buey de El Puerto de San Lorenzo que fue una aunténtica guarrería, y por consiguiente nos quedamos sin ver de nuevo a un torero de los de verdad. Serafín Marín con el tercero ni siquiera se quiso ver. Sacó de la manga el as de las ratonerías para hacer peor al toro de lo que, creemos, fue. Tampoco quiso pelearse mucho y se fue rápido por la espada. Uceda Leal también dio una magistral lección de lo que es pegar pases con el boyante animalito que abrió plaza. Pero él se quedó sin premio, primero, porque el toro no le levantó los pies del suelo; y segundo, porque al ser madrileño en lugar de catalán, nadie siente compasión de él y la situación en su autonomía foránea. Con el cuarto no hizo sino demostrar que no estaba para venir en la feria, por mucho que en San Isidro cortara una orejita que, por cierto, muchos ya ni la recordábamos. Se inhibió durante toda la lidia, dejó que el picador machacara al toro en la puerta de arrastre, no lo sujetó ni lo paró de ninguna manera, la brega estuvo llena de capotazos sin orden ni control... Un desastre de lidia, y así quedó el toro, defendiéndose a la mínima y con mucho sentido, por lo que Uceda se fue a por la espada bien rapidito. Destacar, por cierto, a Antoñares, quien expuso en dos buenos pares y recibió un porrazo tremendo. Y todo esto sucedió en el marco de una corrida de Adolfo Martín mansa toda ella, sin codicia en varas ni casta, aunque con algunos ejemplares, primero, segundo y sexto, que salieron toreables. Otra adolfada más y van ya unas cuantas en lo que llevamos de año. Ahí quedan las dos orejas cortadas esta tarde. Una, a un torero; y la otra, a un pegapases. Algo que muchos, muchísimos, deberían empezar a tomar en cuenta. Hasta 2015, mi querida Madrid.

domingo, 5 de octubre de 2014

TRES NATURALES Y UNA ESTOCADA NO SON SUFICIENTES

Al finalizar la lidia del cuarto toro, el deber de una reunión familiar me obligaba a levantar el trasero de mi localidad y abandonar la plaza. Según iba la tarde, en realidad poco me importaba dejar el festejo a medias. Es más, si la cosa hubiera estado funcionando medianamente bien, la broma me hubiera costado cara con mi novia y su familia. Pero no fue el caso, y el disgusto personal me lo ahorraron toros y matador. Los toros, por feos, flojos, mansos y bajos de casta. El matador, por incompetencia para sobreponerse a las circunstancias. Una pena, porque su actuación en mayo y su más que digna temporada nos hacía albergar esperanzas de que podía dar una buena tarde, pero aquella verdad y aquella heroicidad con la que nos puso a todos de acuerdo, pareció ayer que se le quedó olvidada en casa. El primero de la tarde no tenía mucho dentro, y Miguelito le hizo una faena larga y con apenas sustancia. Sólo al final dejó tres naturales de frente e indiscutible pureza que nos despertó del letargo, y que junto a una buena estocada, fue lo único que vimos en toda la tarde. El segundo de la tarde, me dio la sensación de que llevaba dentro más de lo que Abellán le extrajo. El animal no quería medios, más bien más cerrado en el tercio, donde había demostrado buenas maneras en banderillas, pero la faena se realizó en el centro del anillo, donde el animal protestaba en cada muletazo. No hubo acople tras una faena voluntariosa pero carente de interés. El tercero, manso y descastado como el resto, fue nobilísimo y dulce como la miel. Un toro así era para haber reventado Madrid, pero no fue el caso. Aquí es donde Abellán dejó claro que no venía con muchas ganas de torear con la verdad que sí demostró en San Isidro. Tres series de nulo ajuste con la derecha llevando al animal con cadencia, pero metiendo el pico con descaro, descargando la suerte y sin rematar los muletazos. Las ovaciones de la plaza se mezclaban con las protestas de quien recriminábamos esas maneras de tratar a ese toro. La faena fue a menos, y tras pinchar varias veces con la espada, todo quedó en ovación con saludos. El cuarto, lo único que tenía era un comportamiento más propio de una bestia de tiro que de un toro bravo. Hizo bien Abellán en no darse coba con él y quitárselo pronto de en medio. Y aquí abandoné la corrida, y por lo que me cuentan, vi todo lo que había que ver. Los toros siguieron saliendo mansos y sin casta, al matador se le hacía cada vez más cuesta arriba la tarde, y el público y los aficionados se contagiaron ante tanta vulgaridad y tanto aburrimiento. Una pena todo, porque la tarde ilusionaba. Pero a encerrarse con seis toros a Madrid, ya ha quedado visto en otras ocasiones, hay que venir de otra manera.

viernes, 3 de octubre de 2014

UN FINO Y PREVISIBLE PESTIÑO

Decíamos ayer de la novillada de Fuente Ymbro, que si hubiera alguien tan incrédulo como para pensar que no había cosa peor, volviera mañana (o sea, hoy), que se iba a enterar de lo que vale un peine. Y vaya si se ha enterado, ya lo creo que sí. Baste con decir que de los diez toros que han saltado al ruedo esta tarde, ninguno se ha ido sin besar el suelo, y algunos incluso antes de entrar al caballo. Los tres cuvillos lidiados, tal para cual todos: sosos, descastados, mansos y desesperadamente tontorrones, es decir, lo que se preveía. El sobrero de Juan Pedro ni siquiera recibió del montado, y con su trote cochinero y bondad añadida, hubo que tragarlo. El sobrero de Bohórquez, amén de que nos hizo levantar sospechas fundadas de que estaba destinado a alguna de rejones, también fue devuelto por inválido, y en su lugar salió un sobrero de El Torero con una nobleza y una toreabilidad que más quisieran hasta en los sueños de la cumbre del toreo, pero de la cual su matador no se ha enterado. Y el sobrero que hizo de sexto, de El Risco, perfecto para las carretas de El Rocío. Si hablamos de toreros en lugar de toros, la cosa no va a mejor. De Finito de Córdoba, del cual el programa de mano aseguraba que está en uno de sus mejores momentos, podemos decir lo mismo que en sus dos actuaciones en los últimos 16 meses: ha venido a cobrar, pero a cobrar pasando muchísimo miedo. No está para trotes este señor. Por cierto, me gustaría conocer en persona al que redacta el programa; un gran tipo para tomarse unos cubalibres juntos y echarse unas risas, sí señor. Lo de Iván Fandiño es fidelidad a los modernismos imperantes. Un día nos ilusionó con buen toreo y buenas palabras, que por cierto, se las ha llevado el viento, pero su "toreo" es cada vez más ventajista, más retorcido y menos ajustado. Y Daniel Luque, que pasaba por allí como quien va barriendo las calles o leyendo la prensa, a lo suyo: torturar a la parroquia con esas faenas tan largas y tan insustanciales. No hay más que se pueda decir, ni de este señor, ni de los otros dos, ni de la ganadería, ni de la tarde en general, salvando la magnífica actuación de Miguel Martín y Pedro Lara con banderillas y capote en el quinto, respectivamente. ¿Que se podía esperar de un cartel así? Que los mandamases de la Fiesta, junto a sus periodistas lameculos y "afisionaos" palmeros, nos sigan poniendo como ejemplo carteles así. Verán la gracia que nos va a hacer a todos...

jueves, 2 de octubre de 2014

LO QUE SE ESTILA

Ni más ni menos que eso. La moda imperante, el toreo del siglo XXI, la Tauromaquia 2.0. Llámenlo X. Con ésto hemos iniciado la Feria de Otoño, con una señora y bobalicona mansada de los "Niños del Maíz" frente tres novilleros que, se supone, son los más destacados del momento, pero que como el futuro de la Fiesta tenga que recaer sobre ellos, estaremos finos filipinos. Pero como es el pan nuestro de cada día y lo que se demanda, aquí todos a callar y a tragar. ¿Para qué casta, bravura, poder y fiereza, habiendo animalillos flojos, tontorrones que no molestan, si sirven para que el torero se exprese agusto? ¿Y para qué novilleros que tengan a bien cargar la suerte, coger la muleta por el centro del palillo, ofrecerla planchada y torear en redondo, si los figurones de hoy en día hacen todo eso al revés y son famosos, ricos y, además, la gente los aplaude e idolatra? El caso es que hasta este verano, Gonzalo Caballero lo hacía, pero parece ser que esas orejas tan bien ganadas se le han subido tanto a la cabeza, que se ha tomado la libertad de creerse figura y y acomodarse como tal. Si no, no se comprende su actuación tan pésima de esta tarde. Al novillo que abrió plaza le dio muchos pases, desde Manuel Becerra eso sí, sin que ninguno recordara al Gonzalo Caballero que nos deleitó en el mes de julio con ese toreo en redondo y cargando la suerte. Las voces que le llegaban desde el tendido recriminándole las trampas le hicieron salir en el cuarto más puesto en lo que a él se le exige, pero no se terminó de acoplar a un mansurrón que iba y venía sin maldad. La estocada con la que mandó al cuarto al desolladero, sin duda, lo único reseñable de su actuación. Se presentó en Madrid un chiquito rubio de Espartinas llamado Borja Jiménez, y al cual el programa de mano le atribuía "una salida a hombros por la Puerta del Príncipe de Sevilla, en Arles, Pamplona, Puerto de Santa María o muchas otras plazas". Eso está muy bien, sí señor, pero si alguien consiguiera meterle en la cabeza al niño que de imitadores de cierto torero de Velilla ya estamos bien servidos, estaría mejor. Mucho mejor, diría yo. Y está todo dicho. También hoy hizo el paseíllo, para volver a entusiasmar a los parroquianos de moquero fácil, la que dicen es revelación de la feria de San Isidro 2014, Francisco José Espada. Particularmente, de aquella tarde guardo recuerdos que no me hacían apreciar grandes cosas en este chaval, pero después de ver esta tarde semejante descaro para pegar trallazos perfileros hacia afuera, me ha terminado de señalar el camino que pretende seguir y, de paso, seguir demostrando que esta plaza es el prototipo perfecto de plaza de pueblo, por si quedaba alguna duda. Las estocadas con las que acabó con sus colaboradores pueden servir como un gran ejemplo en las escuelas para que allí se aprenda como no se debe matar a los toros. Pero no todo ha sido negro esta tarde. Ese buen subalterno que es Curro Robles nos lo pintó todo de otro color por unos instantes cuando, casi de punta a punta de la plaza, se llevó a una mano al cuarto novillo hasta un burladero. El único momento emotivo de una tarde soporífera de novillos y novilleros. Podrán estar contentos todos. Sobre todos los que pagamos, que nos cuelan gato por liebre. O gato por toro, mejor dicho. PD.: Sí algún aficionado o aficionada que peque de cierta ingenuidad ha salido de la plaza afirmando que no hay nada peor que lo de esta tarde, quisiera avisarle que mañana tenemos cuvillos. Solo para que lo tenga presente. De nada.

miércoles, 1 de octubre de 2014

RAFAEL PERERA "EL BONI"


Larga vida al maestro Boni, quien el pasado domingo se vistió por última vez de luces en Sevilla. Siempre nos quedará en la retina esa maestría y magisterio impartido con su capote.

SUERTE TORERO