domingo, 4 de junio de 2023

4 DE JUNIO DE 2023, VIGESIMOCUARTA Y ÚLTIMA DE FERIA: LOS VICTORINOS VUELVEN A HACERNOS SONREÍR EN MADRID

Bendito "ay", entendiéndose ese "ay" como una exclamación de susto, incertidumbre o remordimiento. Más vale "ay" de susto, que el "ay" que acompaña al bostezo, en señal de aburrimiento y de cabreo. Muchos "ay" de bostezo en las cuatro últimas semanas, por desgracia. La mayor parte de las tardes, y solamente exceptuadas aquellas tardes en que lidiaron José Escolar Gil, Los Maños, Santiago Domecq... Y Victorino Martín.

Sí. Hoy, en la última de la feria de San Isidro, se lidió una corrida de Victorino Martín. Como antaño. Y como antaño, los victorinos volvieron a traerse la casta, la incertidumbre, las malas ideas, las complicaciones, toros que buscan los tobillos, algunos toros de excelente juego, alguna que otra alimaña... Y, con todo ello, EMOCIÓN. ¡¡Qué necesidad de todo eso!! La corrida de Victorino Martín cerró la feria con un corridón de toros cinqueña, de pavorosa presencia, complicada, encastada, exigente y con mucho que torear. Le faltó entrega a la corrida en varas, como también le faltaron a los seis toros otros tantos picadores que señalaran los puyazos en el sitio y en su justa medida. Porque tan importante corrida de toros, fue pésimamente picada, por lo trasero y lo muchísimo que se les pegó. Pero, aun así, la corrida se vino arriba. Gloria al Toro bravo, a la casta, y gloria a los victorinos como estos. 

En un reñido mano a mano, que rezaban los carteles taurinos de no tan antaño, lidiaron semejante encierro y le dieron muerte a estoque Paco Ureña y Emilio de Justo. Pero de reñido, lo que se dice reñido... Pues es que tuvo muy poquito, en verdad. Más que nada porque no hubo color entre uno y otro. Uno, en valor, cabeza y toreo, se comió al otro. O lo que es lo mismo, Paco Ureña puso la épica, la emoción y hasta el buen toreo; mientras que Emilio de Justo puso las dudas, la medrosidad y hasta el cabreo entre los aposentados en los tendidos. ¿Cómo se puede dejar ir de esa forma a un lote como el que dispuso? Paco Ureña se jugó la vida toda la tarde: ante la alimaña que abrió plaza, aguantó estoico y se la jugó con toda la verdad del mundo, recibiendo incluso una fuerte paliza que le provocó una aparatosa brecha en la frente. Cuajó por el pitón derecho al exigente tercero, con muletazos verdaderamente mandones y pasándoselo en cada uno de ellos rozando las colgaduras de la entrepierna. Le cortó una oreja a este toro tercero tras pinchazo y estocada. Y también se la jugó ante el quinto, un toro que no mereció tan larga faena ni tanto porfiar pegando mantazos. No fue essta una faena aseada, ni mucho menos merecedora de grandes alardes, pero dio la cara Ureña. Y así, se marchó para casa ofreciendo una buena dimensión ante tan exigente corrida.

A Emilio de Justo le sonrió la suerte sobremanera a las 12 del mediodía, momento en que alguien cercano a él sacó el papelito con los números de los toros corridos en cuarto y sexto lugar. Dos grandiosos toros por exigentes y bravos de verdad, en el tercio de muleta. Dos grandiosos toros, que, a fin de cuentas, entran en las quinielas para llevarse unos pocos premios. Y Emilio de Justo no pudo estar ni más desacertado, ni más por debajo de la situación ante semejantes animales. Se resumen ambas faenas en lo mismo: muletazos muy fuera de sitio y sin el valor suficiente para alargar el muletazo hasta el final. Medios pases, a fin de cuentas, citando muy fuera de cacho siempre y, si bien algunos dotados de despaciosidad, pero quitándole el trapo del hocico al animal a mitad de viaje. Dicho de otra forma, tuvieron muy mala suerte estos dos toros a las doce de la mañana. También se las vio Emilio de Justo con un toro segundo que se movió y metió la cara con franqueza, pero tampoco se las entendió. Feria muy, pero que muy sobrevalorada la de este torero. Puertas grandes, despojos y ovaciones aparte, claro. Madrid está bajo mínimos en lo que exigencia se refiere.

Ureña fue la cara y dio la cara. Emilio de Justo, la cruz y una cruz para sus toros y muchos de los aficionados. Y los seis toros de Victorino Martín, formaron el conjunto de una corrida de toros extraordinaria que hace sonreír. Más que sonreír, lo que hace es afición y reforzar ese sentimiento de veneración que cualquier aficionado a la Fiesta tiene por ese bendito animal que es el Toro bravo. Que sea pues enhorabuena al ganadero, y la súplica de que sea se continúe la misma línea. La de la casta y la emoción, línea que siempre caracterizó a la vacada que creara su señor padre hace décadas. 


sábado, 3 de junio de 2023

2 JUNIO DE 2023, VIGÉSIMOPRIMERA DE FERIA: DE OCA EN OCA, Y TIRO PORQUE...

Lo mismo que en el viejo juego de mesa: de oca en oca, y tiro porque... ¿Porque me toca? Más bien, por inercia ya. O lo que es lo mismo, de petardo en petardo, y me los trago por inercia. Porque la bendita afición que nos corre por las venas es lo que tiene, que no nos expulsa de aquí ni aunque vengan muy mal dadas. Eso es lo que quisieran los taurinetes infames y algunos pseudoaficionados... Pero no, aquí seguimos una tarde más para ser testigos de otro infame encierro, esta vez perteneciente a la vacada de El Él Torero. "Ezte toro zería de lío gordo con una zipitilla máz de fuersas", ha sido la frase más comentada a lo largo de la tarde y que, por otro lado, resume a la perfección el comportamiento de la corrida: sin fuerzas, blandengues, inválidos, tetrapléjicos... Como se quiera decir. Y sí, hubo toros a los que se les pudo entrever una buena condición entre toda esa maraña de invalidez, pero es ahí donde sale a colación otra frase que rebosa de verdad: "cuando se cae el Toro, se cae la Fiesta". Y no hay más. 

La Fiesta cayó esta tarde una vez más. O mejor dicho, la tiró por los suelos la corrida de El Torero y, por supuesto, el señor Presidente al no mostrarle el pañuelo verde a algunos ejemplares. ¿Para qué queremos antitaurinos, teniendo a unos, a otros, y entre medias a Plaza1 y al señor Abellán, responsables de esta gran MIERDA de feria que hemos padecido? Y con la corriditas de El Torero, esa que "con un poquito más de fuerzas tal y cual", tres toreros a los que bien hubiera gustado ver ante un corridón como la de Santiago Domecq o José Esc.... Bueno, como la de Santiago Domecq. Que soñar es gratis, pero hacerlo en exceso es nocivo. Así las cosas. Los tres de hoy, Uceda Leal, Morante de la Puebla y Castella.

¿Que cómo anduvieron los tres nombrados ante semejante percal? Como pudieron, si hasta se cortaron orejas y todo. Dos, para ser exactos, y que cayeron en manos de Uceda Leal y Sebastián Castella tras estoquear, respectivamente, a los toros 4° y 3°. Estoquear, valga la redundancia. Porque sendas orejas llegaron tras dos estocadas enormes, si bien precedidas de dos faenas muy diferentes. Tal y como son el uno y el otro. Castella se las vio con un inválido perteneciente a la vacada de José Vázquez (de esos que aún hierran con el antiquísimo 9 de Aleas), remiendo de la corrida de El Torero y que fue inválido el animalito. Eso sí, dotado de una claze formidable. Pero inválido, a fin de cuentas, y con el que Castella anduvo haciendo de enfermero. Sacó muletazos sueltos muy estimables ante el moribundo, pero lo mejor llegó en el momento de ejecutar la suerte suprema: estocada en buen lugar y de mejor ejecución, que por sí sola merecía una oreja. Y esta llegó. Uceda Leal también se las vio con otro parapléjico dotado de una claze no menos formidable, pero también parapléjico. Y Uceda, hizo lo que muy bien sabe: andar con una torería añeja, de las que por desgracia ya apenas se ve. Muchos detallitos de toreo muy caro que, unidos a otra estocada con las que José Ignacio, uno de los mejores estoqueadores que se han visto en las últimas décadas, se ha llevado ovaciones y orejas para dar y tomar. Y otra oreja por torería y matar bien de verdad, si bien gustaría mucho ver toda esa torería ante un toro de verdad. En fin, habrá que conformarse. 

Anduvo Morante de la Puebla por allí, que ni torería (salvo a la hora de hacer el paseíllo), ni faenas de enfermero, ni buenas estocadas, ni "detalles", ni de ná. Mucho lirili y poco lerele, es el mejor resumen de su tarde, y también de su feria. Será cosa de la mala suerte que tiene en los sorteos, de la cuesta, del toro de Madrid que es muy grande, así como de todas esas monsergas que lleva en su ilustre cráneo. Y de esta manera, pasa otra feria en la que Morante anda anunciado tres tardes, y se va con más pena que gloria. Pero luego llega Sevilla y... Ya se sabe, todo son alabanzas, muzho jarte, faenas cunvre, orejas, rabos, se ha inventao un toro... En fin, Morante, las morantadas, los morantistas y las morantadas de los morantistas. Y hasta la madre que parió a Panete.

No dio para más la mala corrida de El Torero ni lo restantes quehaceres lidiadores. Castella anduvo valiente una vez más ante el sexto, jugándose el tipo y cobrando el tributo de sangre al llevarse dos fuertes cornadas de 15 y 20 centímetros. Pronta recuperación para él. Ni tampoco dan para más los ánimos del sufrido abonado, que ya ven en las nueve de la noche del domingo 4 de junio una especie de liberación. 

jueves, 1 de junio de 2023

1 DE JUNIO DE 2023, VIGÉSIMA DE FERIA: 6 MULOS, 6

Hoy hubo toreros en el cartel, al menos a priori. Pero lo que no hubo fueron toros. Todo lo contrario al día de ayer, en la que hubo toros pero no hubo toreros. Unos toros que, más que menos, se fueron al desolladero sin torear. Y una vez más se cumple el tan común axioma de "cuando hay toros no hay toreros, y viceversa". Ojalá una corrida como la de Santiago Domecq ante los tres toreros de esta tarde, tres toreros que, independientemente de atravesar mejor o peor momento, saben torear bien de verdad . Claro que a saber, porque en esto de los toros ya se sabe que dos más dos no siempre suman cuatro. Igual se le echan los toros de Santiago Domecq a Urdiales, al Tala y a Luque, y por esas cosas de la vida vuelve a irse al desolladero con las orejitas en su sitio. Pudiera ser que a Urdiales se le manifestara el pésimo momento que atraviesa, que al Tala le vengan los nubarrones que de vez en cuando se le aparecen, y que a Luque no se le entendiera o que no pudiera. 

Pero no fueron los alcurrucenes como los toros de Santiago Domecq, no. La familia Lozano, que de andar cortos de vergüenza llevan ya décadas dando lecciones, se han traído a Madrid otra hermosa colección de mulos que, de toros, tenían lo que pueden tener Simón Casas y Rafael Garrido de buenos gestores y de gente seria. O sea, nada. Seis mulos seis, de infame presencia para colmo, fue lo que embarcaron los Lozano para cumplir con su segundo compromiso en esta feria. Y con un mismo resultado: mansedumbre a raudales y falta de casta. En realidad, un calco a la inmensa mayoría de lo que llevamos visto en estas tres últimas semanas. Y volvieron a desatarse los gritos de "Plaza1 dimisión", "ladrones", "Abellán vete ya" y hasta el "bummmmm petardo" que ameniza tardes así. No ganamos para pirotecnia este año.

Toreros sí que hubo. Tres, para ser exactos. De renombrada reputación y acompañados de sus correspondientes cuadrillas de picadores y banderilleros, que reza la letra pequeña de los carteles taurinos. Y muy bien vestidos, todo hay que decirlo. De cómo anduvieron ante la lozana bueyada, se pueden decir muchas o pocas cosas. Todo depende de sobre quién se pregunte. Por ejemplo, si se pregunta sobre Diego Urdiales, la retahíla es más bien cortita. Diego Urdiales pechó con un lote de mulos de los cuales el primero apenas se sostenía en pie, y el cuarto se movió (moverse, que no embestir), mediante arreones y descompuesto. Ante el primero pasó sin pena ni gloria, y ante el cuarto... Pues también. Mejor no pensar en qué hubiera pasado si el bueno de Diego hubiera tenido que pechar con cualquiera de los seis pupilos de Santiago Domecq, se le lleva viendo muy descentrado desde hace algún tiempo. 

Sobre Alejandro Talavante, se puede decir aún menos en lo referente a sus quehaceres frente al mulo segundo. Simplemente le pasó por ambos pitones comprobando así que lo mejor era mandarlo para filetes lo más rápido posible. Y así fue, si bien podría haberlo hecho con mayor celeridad de haber estado más acertado con la espada. Algo más de miga se le puede sacar a su asunto frente al mulo quinto. Se le aplaudió mucho al Tala, y muy especialmente en el vibrante comienzo de faena: de rodillas y sin inmutarse fue capaz de soltar unos cuantos muletazos por el pitón izquierdo, los cuales agradaron. Ya de pie, la cosa se torció. Le costaba a Talavante un mundo el pisar los terrenos adecuados, ya no digamos llevar a cabo los tres pilares del toreo, véase parar-templar-mandar. Sin ajuste y sin el acople necesario para que los muletazos fueran rotundos, es muy complicado satisfacer en Madrid. Aún más, bien es verdad, si lo que pasa por ahí es un buey de los que antaño tiraban del arado.

Mucho hay que decir sobre Daniel Luque. Sus cosas buenas, y por supuesto las que no lo son tanto. Las buenas fueron el comienzo de faena ante el mulo tercero, con doblones sobre el pitón derecho muy toreros y realmente mandones, así como la serie de derechazos que sucedió a ese comienzo. Unos derechazos en los que el matador, muy bien colocado y gustándose, tiró del otro en redondo, como mandan los cánones. La faena a ese tercero cayó en picado a partir de aquí, pues ya comenzaron los cites en la oreja y los trapazos hacia fuera, amén de que el mulo tampoco ofrecía demasiadas florituras. Cerró Luque con sus típicas luquesinas, esa especie de suerte en la que tira la espada al suelo en un gesto tan arrebatador como chabacano, y sin rectificar terreno pega muletazos cambiándose el trapo de mano y con la figura muy encorvada. Mató de estocada baja y se le pidió la oreja, pero el usía puso las cosas en su sitio y se guardó el pañuelo. Y, además, los pobres mulilleros se quedaron sin su preciado aguinaldo, aunque no sería porque no hicieran méritos para ello. Buena, pero que muy buena fue también la estocada con la que Daniel Luque mandó al mulo sexto para filetes. Y se le pidió la oreja, y de nuevo los mulilleros se quedaron compuestos y sin la propina de rigor (a este paso retrasarán su jubilación a los 65, como todo hijo de vecino). La estocada fue soberbia y merecedora por sí sola de una oreja en el supuesto de haber andado bien de verdad, o al menos aseado. No fue el caso, ya que en este acto se vio la versión más vulgar y pegapasista de un Daniel Luque visiblemente a disgusto y descentrado. A disgusto y descentrado no solo por el mulo con cuernos que le había caído en (des)gracia, sino por la disputa que se vivía en ese momento en los tendidos: al "¡¡vaya corrida, ganadero!!" le siguió un "¡¡cállate, gilip***!!". Al "que salude el mayoral", lo propio con "¡¡a que voy y te doy una host**!!". Lo mismo cuando a alguien le dio por mandarle el recado al ganadero, "¡¡hay que traer las corridas sin afeitar!!", y el chuzo de turno le dio las buenas tardes a su manera. Y entre medias, los vivaespañas, el nuevo grito de guerra "¡¡que te vote Txapote!!", y hasta la voz de la cordura "¡¡silencio, que están toreando!!". Como un partido de tenis. El año que viene, la final de Roland Garros no se la disputarán entre Djokovic y Alcaraz, será más bien entre "Los que caben en un autobús" y "Chuzos en los toros". 

Seis mulos, seis. Del primero al sexto. Una corrida que en otros tiempos hubiera dictado sentencia de matadero a las seis vacas reproductoras y a los correspondientes sementales. Pero estamos en el año 2023, y aquí todo vale. A la familia Lozano le lleva valiendo desde hace años con encierros infumables y de censurable trapío para regresar a Madrid el año siguiente. A la familia Lozano y a tantos otros. De la misma manera que a la infame empresa Plaza1 le vale con saldos ganaderos para cubrir el expediente y, de paso, atracar a mano armada con una política de precios descarada. Menos, por más. Los bramidos de "ladrones" que reciben de parte de los que caben en autobús, se les quedan cortos a toda esta tropa. De la misma forma que a los borrachos e indeseables del "¡¡cállate, gilip***!!", "¡¡a que voy y te doy una host**!!" o "¡¡que te vote Txapote!!", les queda muuuuuy grande tener cabida en una plaza de toros. Ambos merecen ser botados de Las Ventas no tardando.