jueves, 28 de mayo de 2015

TODOS LOS DÍAS NO SON CUMBRE (¿O CUNVRE?)

Mira que me siento afortunado en estos últimos días de haberme convertido en un gran aficionado a los toros, de amplios conocimientos en la materia, enorme sensibilidad y respeto al que está en el ruedo, y aún mayor flojera de manos para aplaudir todo lo vivo y sacar pañuelos. Una pena que en el día de ayer, por cierto, no pudiera vivir la más emocionante corrida del año, del lustro, de la década, del siglo e incluso de la historia. ¡¡Qué enorme se lo tuvieron que pasar con ese toro que le dieron la vuelta al ruedo!! Ah pero ¿que no era de vuelta al ruedo? Nada nada, quien diga eso no tiene ni idea de toros, si hasta el animal huyó del caballo dando a entender que también él piensa que eso de la suerte de varas es algo que debería desaparecer por rancio y caduco. Solo por eso, ya merecía la vuelta al ruedo. ¿Qué digo vuelta al ruedo? ¡¡Indulto, oigan!! Solo por esa declaración de intenciones, el indulto es lo que le deberían haber otorgado. Un animal que hace esos desprecios a la suerte de varas, debe merecer estar rodeado de buenas señoritas de compañía toda su vida. Y quien diga lo contrario, ni idea de esto, ya saben.

Bueno a lo que iba, que es ponerse uno a hablar de tardes cumbre (¿o cunvre?) y se pierde hasta la noción del tiempo. Lo de hoy, pues miren, qué quieren que les diga, todos los días no son fiesta, o mejor dicho, todas las tardes no pueden ser cumbre (¿o cunvre?). Y es que hoy no se ha visto ninguna oreja, ni ninguna puerta grande, ni ningún toro premiado con la vuelta al ruedo, aunque hubiera sido por el simple hecho de despreciar la suerte de varas. Qué va hombre. Así, esto desaparece.
Hoy, no obstante, me puedo alegrar más que ningún día de haber cambiado del bando talibán al bando de los mejores aficionados que hay, los que todo lo saben, todo lo aplauden y todo se lo beben (hasta el agua de los tiestos). Y me alegro por muchas cosas. La primera, por los toros: es imaginarme hablando de la corrida de hoy en aquellos tiempos oscuros en los que yo no sabía ni papa de toros, y entrarme los siete males. ¿Se imaginan ustedes qué ridículo más espantoso afirmar que algunos de los toros lidiados hoy tenían casta y mucho que torear, y que salvo el lote de Fandiño que estaba inválido perdido, los demás eran duros de patas, correosos y delante tenían que tener un tío que les hiciera las cosas bien? No quiero ni imaginármelo, oiga. Si donde quede un torito de embestida larga y repetidora y sin un mal gesto, de esos que ponen el triunfo en bandeja  para que su matador disfrute delante, que se quite lo demás. Ya no digo el toro de vuelta de ayer, porque eso es el paradigma de la bravura y es muy difícil conseguirlo. Pero oiga, ¿como el lote de Fandiño quizás? Flojitos, para que no molesten y no haga falta ese prescindible trámite del picador, que vayan y vengan sin maldad, dóciles como un perrito... Si es que yo, si fuera ganadero, esos toros me lo llevaría para mis vacas. Y quien diga lo contrario, de toros no entiende, por si hace falta decirlo.
Los demás, les han picado como a pocos en esta feria y ninguno ha salido de najas, e incluso alguno se ha tomado la licencia de empujar con cierta alegría. Y en la muleta, presentando muchas dificultades. Por favor, solo espero que no vengan igual los del mano a mano del próximo miércoles, que si no nos perdemos otra tarde cumbre (¿o cunvre?).
Qué alegría y qué gozo haber cambiado de bando y ser de los mejores aficionados que ahora hay en Las Ventas, con permiso de la señora de la grada 7 que siempre pide las orejas con dos pañuelos y dando saltitos. Si no, hoy me hubiera llevado un chasco enorme con Diego Urdiales al haberle visto muy por debajo de sus dos toros. Pero hoy, como la cosa es distinta, pregunto ¿y qué querría que hiciera, que se doblara con ellos por bajo e impusiera su dominio sobre ellos? Qué espanto y qué horror pensar en eso. Con lo bien que ha estado hoy el hombre... ¡¡si hasta ha intentado una de esas faenas interminables al cuarto, con arrimón incluido, hasta el punto de sonarle un aviso!! Como los grandes toreros de hoy, los que mejor torean en la historia.

De el Fandi, también hubiera soltado una sarta de barbaridades tecleando con el dedo. Con lo bien que pone banderillas el hombre, corriendo de un lado a otro como si la plaza fuera el circuito del Jarama, y clavando trasero para que todos viéramos que hasta el rabo todo es toro, y recortando primero para luego clavar. ¡¡Qué grande!! Con la muleta, vale que el muchacho quizás no sea Gallito (de Velilla), pero hombre, a su segundo le ha dado muchos pases, y ha empezado la faena de rodillas y todo... ¿No se le puede dar una oreja aunque sea? ¿Es tanto pedirle a Madrid que se sensibilice un poquito más con estas cosas y no sea tan desentendida?
Y con su otro toro, pues bueno, el hombre no se iba a poner tampoco a imponer mando y dominio por bajo, que eso es algo muy rancio del pasado. ¿O qué se piensan? Que lo digo yo, que entiendo muchísimo de toros oiga. Que ese toro era para matarlo después de las probaturas oportunas, y si no es toro para darle un millón de trallaz... perdón perdón, un millón de excelsos muletazos, pues se acaba con él prontito y ya. Si es que eso de lidiar... ¡¡ni que estuviéramos en la Edad Antigua!!

Y por último, Iván Fandiño, que solo por verle andar por la plaza tan bien vestido y con esa majestuosidad, era merecedor de un rabo. El hombre estuvo muy bien la verdad. Faenas muy largas, con muchos pases, una gran capacidad de enfermero para mantener a los torillos de pie... Y el culmen, el novamás de su actuación, lo mejor de la tarde: ¡¡qué manera de lanzar la montera al suelo después de brindar al público!! Como si estuviera jugando los bolos, pues igual, y porque no ha dado al toro, que si no lo derriba y ya está la jugada hecha. Y como encima la montera cayó boca abajo, pues ya tenía la ovación atronadora ganada y, por supuesto, una oreja. Y como empezó la faena con el pase cambiado desde los medios, pues ya tenía otra. Y como la faena estuvo llena de muletazos interminables y demasiadas concesiones a la galería... bueno no, de rabo tampoco, que le faltó terminar la faena con manoletinas. Si llega a hacerlo, y no llega a ser por la racanería de la plaza de Madrid, que todavía sigue llenita de desentendidos y "aficionadillos" sin ninguna idea de esto, hoy Iván Fandiño podría haberse ido con dos rabos de aquí. Y entonces sí hubiera podido ser una tarde cumbre (¿o cunvre?). Pero por desgracia, la tarde ha sido para olvidar,  aunque yo cada día más contento de haberme transformado y adquirir una enorme sabiduría taurina. Solo así puedo disfrutar de lo cumbre (¿o cunvre?).

PD: Ya que hablamos de aprender, animo a Pedro Lara y Jesús Arruga a que tomen nota de cómo banderillea Fandila, y no ese rancio concepto de dejarse ver, asomarse al balcón, arriesgar y demás chuminadas. Aunque sea por el bien de la Fiesta del toreo.

lunes, 25 de mayo de 2015

TARDE CUMBRE (¿O CUNVRE?)

Lo reconozco: estos días en los que no he pisado por Las Ventas del Espíritu Santo me han servido para regresar con aires renovados y, por qué no decirlo, convertido en un gran aficionado a los toros y al toreo. Ahora echo la mirada atrás, y me doy cuenta de que no tenía ni p*** idea de toros, ni yo ni todos esos pobrecitos ignorantes con los que me quedaba ensimismado escuchándoles soltar cada barbaridad por el morro. Ahora soy otro, ahora me he convertido en un gran aficionado que todo lo sabe y que, como tal, puedo impartir cátedra a cualquiera que se me ponga por delante, mandarle callar si suelta cualquier sandez por la boca, recriminarle que por qué no se pone el delante del bicho, y todas esas cosillas que, siendo sinceros, aún tengo que pulir. Y vaya comienzo he tenido como gran catedrático y de tauromaquia que soy ahora, si casi me quedo con las ganas de ver la corrida entera.

El primero de la tarde mandó a Martín Escudero a las manos del doctor García Prados y el tercero hizo lo propio con Joaquín Galdós cuando se disponía a pararlo de salida, así que hemos visto a un solo novillero, Francisco José Espada, frente a seis novillos. Al primero, se lo quitó Espada del medio tan pronto como pudo.

En el segundo acto, su turno ordinario, yo en otro tiempo hubiera dicho que estuvo muy vulgar y pesado ante un novillo soso que nunca humilló y con la casta bajo mínimos. Pero hoy, para empezar impartiendo cátedra y mostrando todo lo que sé de toros, diré que el chaval estuvo cumbre (¿o cunvre?).

El tercero arrolló de muy mala manera a Joaquín Galdós nada más salir, y mientras al chaval se lo llevaban inconsciente al hule, nos quedábamos en el tendido con mal cuerpo ante la situación; ya empezaba a aflorar en la mente de muchos el recuerdo de aquella tarde de la pasada feria en la que nos marchamos a casa antes de tiempo. Por suerte, no fue así. Con este tercero, se vio a un Francisco José Espada quizás un tanto en estado de shock al verse ante cuatro novillos el solo en Madrid, pero oigan que el chaval volvió a dejar patente su excelsa concepción del toreo.

EL cuarto sembró el pánico en el callejón de lo manso que era y, consecuentemente, las chanzas en los tendidos. Fue este un novillo complicadísimo para el toreo, pues huía de todo lo que se le ponía por delante, y aunque en otros tiempos hubiera afirmado sin temor que la lidia fue nefasta y nadie fue capaz de fijar al novillo, hoy, después de hacerme gran aficionado, veo que sin duda la culpa es del novillo que era ilidiable y hasta podrían haber salido los cabestros de Florito a llevárselo. El novillero volvió a estar cumbre (¿o cunvre?). Qué faenón, oiga, si hasta perdí la cuenta de todos los muletazos que dio. Qué muletazos, qué forma de torear, que inteligente fue de retrasar la pierna para alargar el muletazo. Y qué valiente, si hasta casi se tira encima del novillo haciendo ese fantástico número de tancredismo. Y por no hablar de cuando se pasaba al novillo por detrás. ¡¡Por Dios, qué torero, qué figurón!! Y qué estocada, si derribó al toro en un santiamén. ¡¡Y hasta se atrevió a pinchar para que viéramos que también sabe pinchar en hueso!! Una oreja de ley paseó en este manso cuarto, del cual algunos ignorantes se atreven a soltar blasfemias tales como que tenía casta y mucho que torear. ¡¡Qué sabrán ellos!!

El quinto fue el antitoro, con un toro así se quita la ilusión a cualquiera que se ponga delante. No puede echarse este tipo de toros hoy en día, tan complicado y con tanto temperamento. ¿Esto es eso que los talibanes llaman casta? ¡¡Al matadero con ello, y que dejen paso a las ganaderías que apuesten por la nobleza y la toreabilidad!! Suerte que ahí hubo un novillero que volvió a estar hecho un tío y le pegó de nuevo muchísimos pases a semejante morucho, lo que ya tiene mucho mérito. Y por no hablar de lo cerca que se puso de nuevo y de todos esas espaldinas que daba. ¡¡Y de la estocada, que volvió a tumbar al animal patas arriba!! ¿Qué dónde cayó? Ah no sé, los grandes aficionados que todo lo sabemos no nos fijamos es esas simplezas. Lo que cuenta es que el toro cayó fulminado y punto. Pero el presidente, el señor Trinidad, tuvo la poca decencia de no concederle otra oreja y robarle así la puerta grande. ¡¡Qué desfachatez!! Que sí, reconozco que to en otro tiempo hubiera aplaudido la decisión, pero que yo ya estoy reformado oiga, que yo ya sé mucho de toros y esas cosas no las hago.

Y en el sexto, Espada terminó de ratificar su gran tarde y su gran concepto con otro faenón de muchos muletazos y muchas agallas echándose literalmente encima del animal. Y sí, hay que reconocer que al chaval em esta ocasión se le fue la mano un poquito, solo un poquito no se crean, a la hora de matar. Pero ¿y qué? ¿Acaso si el toro no hubiera caído fulminado no se le podría haber dado otra oreja premiando su enorme tarde? Quien diga lo contrario no sabe de toros.

¿Qué qué hubiera dicho yo en otros tiempos? Pues hombre, hubiera salido afirmando que fue una novillada mansa del Montecillo pero con algunos ejemplares con mucho que torear, y que el chaval tuvo mérito al quedarse con seis novillos, pero nada más, y que no sometió a ningún novillo, ni lo toreó con la presunta pureza del hipotético toreo eterno, y que será otro pegapases al servicio del toreo 2.0, y que con la espada este chico es un desastre, y todas esas cosas que dicen, decíamos, los que no tienen ni idea de toros. Pero eso era antes, porque ahora, como buen aficionado a los toros que e he vuelto, lo aplaudo todo y premio todo. Aunque en otro tiempo lo hubiera considerado vulgar y mentiroso. Pero no, yo ya soy un gran aficionado a los toros, y afirmó con rotundidad que fue una tarde cumbre (¿o cunvre?).

lunes, 18 de mayo de 2015

TAUROMAQUIA 2.0: FUTURO ASEGURADO

O eso es lo que aparentemente dejan entrever la mayoría de festejos que se programan en la ex primera plaza del mundo. Y claro, como la cantera hay que cuidarla, los mandamases no se pueden permitir el lujo de dejar que los futuros doctores en el excelso destoreo que reina en nuestros días se desvíen e intenten torear con la pureza y el clasicismo que hizo grande al arte del toreo. Y no, en las novilladas las cosas no son muy diferentes. Los chavales vienen, qué menos, con ganas de comerse el mundo, mostrando un manejo de capote más propio de un sindicalista en día de huelga que de un torero lidiador y pulcro, y por lo general con intenciones de agradar a los amantes del destoreo.

Los ganaderos tampoco desentonan, no se crean, pues sabedores de que a la suerte de varas la queda medio telediario, ya traen a los toritos (novillitos en este caso) picaditos desde que la vaca los parió, y sabedores de que hoy se estila la excelsa y bobalicona embestida que colabore con el pegapases de turno, ya traen los toritos con esa predisposición. Y en ocasiones les sale, como con el cuarto novillo de hoy, y en otras no. En otras ocasiones, la mayoría vaya, los toritos topan como una vulgar cabra montesa. Y como si la cosa no pudiera ir peor, les cierra el festejo un novillo, también manso para no desentonar, pero derrochando el mayor pecado que la Tauromaquia 2.0 puede tener: casta. Y como la casta es muy puta y hay que cuidarla con poderío, limpieza y orden, el novillo ha terminado calamocheando al acusar la nefasta lidia de altos vuelos (nunca mejor dicho) que se le ha dado, y ha terminado por parecer peor de lo que en realidad fue. Pero claro... ¡¡la casta!! Qué poco favorece a la Tauromaquia 2.0.

Y volviéndo a esos novilleros que pretenden ser tan fieles a los maestros contemporáneos, hoy han hecho el paseo en la ex primera plaza del mundo para dar cuenta de esos seis novillos que, por cierto, eran del Conde de Mayalde, tres jovencitos ya conocidos en estos fueros. 

Ahí estuvo en primer lugar Posada de Maravillas, ese chaval, otro más, que viene de familia torera y al que dieron mucho bombo con su toreo al hilo, descargado, retorcido, en línea y totalmente ajeno al temple. Un año después de hacer gala de sus (des)encantos en Madrid, hay que decir que el chaval ha mejorado. Ahora sigue toreando al hilo, descargando la suerte, retorcido y en línea, pero toreando más templados y sin pegar aquellos horrorosos trallazos. Y como el público de la ex primera plaza del mundo es muy majete y sabe apreciar las evoluciones, y además había que premiar el porrazo que el chaval se había llevado al intentar conducir al novillo al caballo, pues le han concedido un nuevo despojo. 

Clemente, gabacho de panocha cabellera, ha pasado por aquí dos tardes en este mes de mayo, y el chaval lo único que ha demostrado en estas dos comparecencias es que quien no tiene padrino no se casa. Y no merece la pena decir más.

Y por supuesto, la joya de la corona novilleril de este 2015: Andrés Roca Rey, quien algún día debió inventar el toreo y muchos aún no nos hemos debido enterar. El chaval tiene agallas, quién lo niega, y se le ve disposición como al que más para llegar alto. Y contará con el voto benevolente de la masa que todo lo aplaude. Y se hará rico. Y se comprará muchas fincas y muchos coches. Y se seguirá pasando por el arco del triunfo el parar - templar - mandar, y el cargar la suerte, y el cruzarse, y el torear en redondo, y el lidiar, y todas esas cosas que hoy parecen estar prohibidas. Mejor para él y peor para los que amamos la Tauromaquia eterna, supongo. 

Qué bien, qué alegría, qué alborozo, y la grandeza de la Fiesta en un pozo. 





domingo, 17 de mayo de 2015

DE VUELTA A LA RUTINA MÁS RUTINARIA

Después del obligado día de parón que se nos ofrece los sábados al programarse el circo equino, volvió a la ex primera plaza del mundo la rutina diaria: toreros de a pie dotados de una excelsa gracia para pegar pases, la patente extinción de los picadores, ambiente pueblerino a secas, bla bla bla...
Nada mejor para volver a la rutina que una corrida del Montecillo, propiedad de Paco Medina quien, en otro tiempo, fue propietario del Ventorrillo, y cuyos pupilos de ahora nada tienen que ver con los de antaño. De presentación correcta, la característica común de los seis montecillos fue que ya salían picaditos de los chiqueros y sin mucha gana de hacer sudar a los picas. Luego, en el tercio de muerte, alguno sí hizo sudar a su correspondiente matador. No fue este el caso de Juan Bautista, que si ya de por sí su lote no le incumbió en demasiadas dificultades, tampoco él tenía muchas intenciones de complicarse la vida. Que puede que para rellenar huecos esté bien el hombre, nadie dice que no, pero que quizás hay por ahí toreros que, además de rellenar huecos, sean más interesantes.
Alberto Aguilar, cada año que pasa, parece que también va quedando para rellenar huecos. No pudo con el encastado que saltó al ruedo en segundo lugar, y con tontorrón que hizo de quinto se mostró muy vulgarote y sin decir nada.
Y Joselito Adame, con quien la concurrencia parece que se divirtió, recibió al tercero con unas bonitas verónicas hinchando la rodilla en la arena y ganando terreno, aunque sin conseguir fijar al toro en el capote. Después de los cuidados patológicos que recibió en varas, la cosa no pintó mal, pero el animal se lesionó la mano durante la lidia y dejó inédito al mexicano. El sexto salió nobilísimo y con un punto de castita, y Adame hizo lo único que sabe hacer: el antitoreo, eso de no cruzarse ni por casualidad, torear con el pico y tirar al toro afuera, amén de esos trallazos que llaman pase del desprecio, pero en realidad se debería llamar el pase del "¿la ves? Pues ya no la ves". La estocada con la que mandó al bicho a los carniceros, a la suerte de recibir y en todo lo alto, valía por sí sola la oreja.

Y poco más se puede destacar de la décima de esta feria en la que ya se empieza a notar la monotonía y la crispación de aguantar todos los días la misma canción. O llega pronto el Toro, o puede haber suicidio colectivo.


sábado, 16 de mayo de 2015

¿SUERTE DE VARAS? ¿QUÉ ES ESO?

Qué tardecita la del Santo Patrón, oiga, con esos toros de Parladé que lucían hechuras más de equinos que de bóvidos de lidia.
Qué tardecita han dado los primos - hermanos de la "Madre", tan escasos de casta y dureza de patas, y demostrando a la par que eso de ser apenas picados y venirse arriba en la muleta es cosa que solo puede llevarnos al abismo.
Qué tardecita de toritos con andares cochineros. ¡¡Cualquiera les daba medio puyazo, solo medio, en toda regla!!  ¿Para qué? Si eso de picar ya no se lleva, ya solo importa la muleta.
Qué tardecita deberán pasar los picadores cada vez que hagan frente a este tipo de corridas. O lo que es lo mismo, qué tardecita deben pasar la mayoría de los picadores cada vez que se enfundan la calzona. ¡¡Cáspita!! Soy yo, que no vivo del oficio y me entran los siete males cada vez que pienso que a la suerte de varas la quedan dos telediario, conque ellos no te quiero ni que contar. ¿Son conscientes de que de aquí a dos días se pueden ver en la fila del INEM? Que sigan, que sigan defendiendo así de bien su profesión...

Qué tardecita ha dado Eolo, con su molesto y constante soplar, venga para arriba y para abajo.
No ha sido este impedimento para que viéramos a un Miguel Abellán que ha estado bien con el primero, y horripilantemente mal con el cuarto. Una de las cosas que servidor reclama cada vez que escribe, es cargar la suerte y llevar al toro atrás. Y Abellán lo hizo con ese primero, siempre muy cruzado y bajando mucho la mano, aun yendo el toro con la cara mirando las musarañas. De uno en uno, llegó a dar algunos naturales francamente buenos, aunque la mala colocación del estoque a la hora de matar me hace cuestionar la verdadera valía del apéndice que se le otorgó. En el cuarto, qué cosas, la cosa fue radicalmente diferente. Trallazos desde la lejanía, mucho pico, y por supuesto un retorcimiento que a estas horas el hombre estará con la bolsa de agua caliente puesta. Y menos mal que pinchó, porque la cosa iba camino de otra puerta (chica) grande.

Tampoco Eolo fue impedimento para que Perera estuviera hasta que le sonaran los avisos dando pases, pases y más pases, y venga pases, y otros tantos pases, y después pases, y luego pases, y más tarde pases... ¿Alguien se acuerda de algo de sus interminables faenas? Yo es que a la trigésimoséptima tanda de trapazos ya  estaba dando cabezazos, siendo despertado por el "haaaalaaaaaa" que exclama la gente cuando sucede el bajonazo. Ah, y ha pasado otro año más sin que su apoderado, gran intérprete del toreo de capa, le haya enseñado siquiera a coger el percal. Pues nada...

Y Fandiño, que volvía después de aquella tarde gris. Y le habrá venido de perlas para su ánimo volver a escuchar las palmas en la plaza de Madrid, y ver cómo le pedían el despojo, aun no siéndole concedido por el buen criterio del funcionario de turno. El sexto, único ejemplar que no se paró en la muleta y ofreció varias arrancadas como para liar la marimorena, hizo la vida imposible al torero vasco. Los conformistas y palmeros jalearon incansablemente los muchos trallazos que dio, pero nunca más de dos sin tener que perder pasos al verse desbordado por el animal, y siempre descargando la suerte. El toreo y el dominio brillaron por su ausencia, e Iván Fandiño sigue dando razones para pensar que, de seguir en este plan, pronto le veremos como la suerte de varas: en el purgatorio. ¡¡Que no nos enteramos, que eso de picar es pasado, que hoy solo se lleva el pegar cuantos más pases mejor!! Pero yo, como que no me quiero enterar nunca de eso...

viernes, 15 de mayo de 2015

#FuerzaJiménezFortes

La dureza de la Fiesta (qué sería de ella sin esta realidad) nos vuelve a dejar el corazón en un puño. Milagrosamente, aun habiéndose producido unos momentos de verdadero drama y que la cornada es tremenda, Saúl Jiménez Fortes está estable dentro de la gravedad y saldrá adelante.
Un abrazo fuerte para ti y tu familia, Saúl, y mucho ánimo en estos duros días que te aguardan.

#FuerzaJiménezFortes 

miércoles, 13 de mayo de 2015

¡¡UNA CARRETA PARA LOS BUEYES!!

Si usted, querido lector, tiene pensado pasarse algún año de estos por la romería al Rocío y carece de bueyes para tirar de su galera, que sepa que esta tarde traigo excelentes noticias para usted. Hay una finca allá por Los Yébenes (Toledo) que los tiene a pares, y además a un precio de ganga. Solo hay un pequeño inconveniente: son chiquitos y un poco blandengues. Pero ¡¡qué importa!! Se lleva usted 6, y aun así seguirá ahorrándose unos cuantos duros. Y esos duros se los guarda usted para comprar algunos litrejos de Coca Cola, y así cuando a los animalitos les entre flojera, se les da de beber y se les sube el azúcar.
Tómeme usted por amigo, y acérquese cualquier día de estos a la finca Robledo de los Osillos, pregunte por Fidel San Román, y negocie con él. Seguro que se los saca casi regalados.
De esta forma, usted se queda con el problema de sus bestias de tiro resuelto, y además los animales esos acaban en el lugar para el que de verdad sirven. Porque mire usted, hace algunos años que el señor San Román compró una ganadería de toros de lidia a otro señor llamado Francisco Medina, que por cierto criaba animales duros y encastados. Pero solo le han bastado unos 10 años al señor San Román para liquidar aquella casta y aquella dureza, y ahora se dedica a la cría de manso. Que oiga, eso es muy respetable y está muy bien. El problema llega cuando esos bueyes los intenta vender como los toros de lidia que criaba su anterior criador, pero para eso sí que no valen. Su fin, querido lector, es tirar de carros y galeras, por mucho que al renombrado señor San Román y a la empresa de la ex primera plaza del mundo se les antoje lo contrario.

Y una vez dicho esto y hacerle publicidad al dueño del Ventorrillo para que no tenga la necesidad de acercar sus bueyes por una plaza de toros, me dispondrá a contarles cómo se desenvolvió la tarde con este bodrio de ganadería, aparte de aburrida y pesada.
Padilla a lo suyo, que es el toreo de cara a la galería, con sus largas cambiadas de rodillas, sus pares a penca pasada después de mucho adorno, toreo de rodillas, y por supuesto pegapasismo, para que no falte.
El Cid, también a lo suyo de estos años de atrás, ya saben. Y mejor no digo más, porque si no... pues eso.
Y Alejandro Talavante, que por supuesto le han tenido que regalar un despojo, para que no se les diga a los del moquero que vaya corrida que vieron y qué aburrimiento tuvieron que pasar. ¿Muchos pases? Sí... ¿Ligaditos? También... ¿Obligando al toro y llevándolo donde el torero mande en lugar de aliviarle? Pues va a ser que no. ¡¡Ah!! Y ¿matando de buena estocada? ¡¡Y un mojón de grande como la tarde de hoy!!

Suerte que Juan José Trujillo pasaba por allí y le ha soplado dos pares categóricos al tercero...

TRES TOREROS A CONTRAESTILO PARA UNA CORRIDA CON MUCHO QUE TOREAR

Cuando una corrida sale mala y los coletas se estrellan contra ella, lo normal es que se eche serpientes y culebras por la boca haciendo referencia al ganado en cuestión, y disculpar a los toreros porque estos "tuvieron mala suerte", o los toros "fueron toros a contraestilo" o "no se dejaban torear". Pues bien, hoy, después de ver cómo se desarrolló el 5° festejo de Feria, se puede afirmar rotundamente que ha sido uno de esos días, solo que con los roles cambiados: la mala suerte esta vez cayó de lado de los seis tiarrones de Pedraza de Yeltes, y además desde el mismo día que Taurodelta cerró el cartel, hace ya algunas semanas.
No, no ha sido una corrida que haya derrochado bravura, casta a raudales y emoción por los cuatro costados; ¡¡Dios me libre de afirmar tal cosa!! La corrida ha manseado lo suyo, y aunque han empujado en el caballo como aún no habíamos visto en lo que va de feria, ninguno lo ha hecho con total entrega, pues solo empujaban con un pitón y acababan saliendo sueltos. Pero eso sí, tenían mucho que torear. Qué delicia ver cómo acudían con prontitud y alegría al más mínimo cite, y cómo volvían a embestir las pocas veces que acertaban a dejarle la franela en el hocico, y cómo embestían por bajo cuando, de casualidad, se les bajaba la mano. A excepción del quinto, que se aplomó a causa de la desagradable carnicería que el picador le formó, pero el resto tenían muchas cosas dentro más allá de lo que sus matadores les han sabido sacar. Tres matadores, a fin de cuentas,  "a contraestilo", y que se los han dejado ir así como así, como quien se deja ir el metro porque dentro de dos minutos viene otro. Pues no tienen la cosa Javier Castaño, Paco Ureña ni Juan del Álamo como para perder muchos trenes, pero siguiendo en esta línea antilidiadora y antitoreo, van camino del purgatorio. 

Javier Castaño ha dado una paupérrima imagen de sí mismo, de las peores actuaciones que se le recuerda, y eso que no ha tenido lo que se dice grandes tardes en esta plaza, individualmente hablando por supuesto. Una actuación tan medrosa y tan perdida en un océano de dudas y alarmante carencia de técnica, amén de una irritable incompetencia con la espada, lo único que merece es que se dedique a pensar muchas cosas de manera muy seria. 

Paco Ureña tuvo la amabilidad en tarde tan calurosa de abanicar de manera obstinada a sus dos toros, que no digo yo que no se lo agradecieran, pero supongo que los toros salieron al ruedo a otra cosa. Y como esa cosa no pasó, los animalitos se fueron al desolladero maldiciendo su mala suerte, en su nombre y en la de sus hermanos de camada. 

Y cómo no, Juan del Álamo, uno de tantos en su profesión, por mucho que ahora le aplaudan y le saquen pañuelos como si hubiera inventado el toreo. Como mucho, puede pasar como una vulgar copia de quien inventó el destoreo y el pegapasismo. Pero como torero de pureza incuestionable, elegantes formas y poderosa capacidad lidiadora, desde luego que no pasaría. Ni por casualidad. Cierto es que en el tercero llegó incluso a torear muy bien a la verónica, y que el comienzo de faena a este mismo toro dejó chispazos de calidad. Pero lo demás fue pico por aquí, pata atrás por allí, retorcimientos para no desentonar, toreo en línea recta acompañando la dulce embestida del toro, y mucha vulgaridad. Ah, y un uso deficiente de la espada, más allá de que esta entre a la primera y caiga donde caiga.

No fue, a fin de cuentas, un corridón de toros que vaya a acaparar muchos premios. Pero sí mantuvo el interés y tuvieron mucho que torear. Pero la mala suerte se apoderó de ellos al toparse de bruces con tres toreros que no fueron capaces de sacarle absolutamente nada , y mostrar así sus verdaderos derroteros. Tres toreros, como dicen los modernos sobre algunas ganaderías, a contraestilo 



lunes, 11 de mayo de 2015

EL PARRALEJO TOMA ANTIGÜEDAD CON UNA NOVILLADA A MODO

Bueno, pues ya está, ya hemos visto lo del Parralejo en la que un día fue la plaza más importante del mundo.
El Parralejo... esa palabrita que provoca a muchos irse de aguas con tan solo escucharla. Cuántos no habrán sido los que nos auguraban una gran tarde de toros con este hierro, después de que los novilleros más punteros se la rifaran por Valencia, Pamplona o Bilbao, entre otras. Y seguirán rifándosela, y seguirán provocando diarreas de gusto a los grandes aficionados de clavel y cubata, y seguirán ofreciendo grandes espectáculos taurinos por ahí, y llegará un día no muy lejano que las mismísimas figuras del (des)toreo se la quiten a los chavales y se la queden para ellos, y se le indultarán muchos toros, y se les cortarán muchas orejas, y tendrá camadas interminables, y pasará a los anales de la historia de la Tauromaquia... Todo ello a la vez, que para eso el ganadero en cuestión ha apostado por el camino de la docilidad, la toreabilidad, la inexistencia de la suerte de varas, y la colaboración con el coleta para que las faenas sean kilométricas. Pero de la bravura, la casta, la dureza de patas y el poder que debe tener un toro... ¿eso dónde ha quedado? Uy amigo, eso quedó anclado en el milenio pasado. Ahora esto es otra cosa.

Pues sí, ya ha debutado el Parralejo en la ex primera plaza del mundo, y lo ha hecho con una novillada floja, mansurrona hasta decir basta, sin causar molestias a los de luces para que disfruten, y rematadamente descastada y boba. Vamos, lo que llega siendo el toro del siglo XXI. Podrá estar orgulloso el criador de su obra, ha conseguido calcar la misma basura que los ganaderos de cámara de los figurines han conseguido patentar para el disfrute de los toreros, el jolgorio en los tendidos y la extinción de la suerte de varas, la emoción, y la Fiesta en general.

Así como el señor ganadero se dedica a calcar los bodrios de sus compadres, los tres novilleros que hoy han comparecido han hecho lo propio. Ahí está por ejemplo Gonzalo Caballero, un novillero que nos ha dado buenas tardes de toros con su pureza y personalidad, y que hoy se ha convertido en uno más. Con ambos novillos ha mostrado una preocupante vulgaridad, siempre citando al hilo, metiendo el pico sin sonrojarse y rematando los trapazos en las lejanías. ¿Dónde ha quedado aquel novillero que toreaba con pureza y verdad, que exponía las femorales como ninguna figura de su tiempo lo ha hecho jamás y que, además, se llevaba a los toros en redondo? ¿Acaso ese novillero ya ha pasado a la historia y a partir de ahora veremos a un Gonzalo Caballero vulgar hasta extremos insospechados, carente de cualquier interés y, para colmo, tremendista? Porque esa es otra, y es que esta tarde, sin conocer exactamente qué tripa se le habrá roto, se ha tirado a matar sin muleta. ¡¡Toree usted y ejecute la suerte suprema como Dios manda, hombre, y déjese de cuentos que lo único que le provoca es retroceder en esto!! ¿O es que se cree que el despojo que hoy le han regalado va a ayudarle? Hágase y háganos un favor, y regrese a lo que un día no muy lejano consiguió.

Por otro lado, ni Fernando Rey ni Francisco José Espada han demostrado poco más que lo mismo de siempre: faenas interminables de destoreo y sopor, las típicas manoletinas y bernadinas de todo final de faena, el clásico quite por zapopinas/lopecinas, carencia de maneras lidiadoras, deficiente uso de la tizona... Aunque hay que tener muy en cuenta el torerísimo comienzo de faena del malagueño con el segundo de la tarde, con la rodilla hincada en el albero y sacando al novillo a los medios, para terminar rematando con un pase del desprecio de bonita factura. Pero, a fin de cuentas, el mismo concepto del (des)toreo pero con distintos nombres y apellidos. O el mismo perro con distinto collar, como en los partidos políticos. Y así va España...

Y todo esto, en el debut del Parralejo en la ex primera plaza del mundo, la cual sigue dando cada día más vergüenza ajena con su público en progresión verbenera. Y los aficionados a callar, si no quieren que les quiten el "Carnet de Buen Aficionado".

¡¡QUÉ TARDECITA!!

Qué tardecita, oiga.

Qué tardecita nos han dado los cuatro espantajos lidiados de Valdefresno, más feos que pegar a un padre, y con menos sangre brava en las venas que el asno que mi pariente el pastor utilizaba para sus faenas camperas. Es un clásico en la feria de San Isidro. ¿Alguien imagina un ciclo isidril sin su habitual petardo de este hierro? Habría que inventarlo si no existiera.
Y como por supuesto de Valdefresno han vuelto dos al corral para ser apuntillados como vulgares terneras de carne (uno por inválido y otro por partirse una mano), se corrieron sendos sobreros de Hermanos Revesado y El Risco cuya fealdad hasta se podría considerar denunciable. De comportamiento ya ni hablamos.

Qué tardecita, oiga, de despojos. Qué suerte esa gente que se conforma con cualquier cosa, qué alegría se deben llevar cada tarde de regreso a casa. Ojalá a mí también me entusiasmara de esa manera tan pasional el simple hecho de ver a un torero que se pone bonito. Solo eso. ¿Para qué pararse a calibrar si se coloca al hilo del pitón, si deja la pierna adelantada o no, o en si lleva al toro toreado o lo tira para afuera? Y por supuesto, ¿para qué querremos estocadas en lo alto, si con que entre entera y su efecto sea fulminante, ya está arreglada la cosa? Y tan arreglada como que a Eugenio de Mora le han dado una oreja del cuarto, básicamente por esa gente tan simpática y tan conformista que hay por ahí suelta. Si serán tan simpáticos que a Morenito de Aranda le sacaron a saludar al finalizar el paseíllo por su actuación el pasado 2 de mayo, pero de todos esos que aplaudían ya quisiera yo ver por dónde andaban muchos de ellos la tarde de aquel 2 de mayo. ¿Comiendo pipas en el Corte Inglés mientras la parienta se funde el oro de la Visa? Puede. ¿Remando en el lago de la Casa de Campo? Tal vez. ¿En los toros? Apuesto a que no.
Otra oreja le dio esta gente tan simpática al Moreno de Aranda de Duero, que está en estado de gracia en esta plaza. Alguna verónica buena de las muchas que dio, y detallitos pintureros llenos de sabor; pero en lo fundamental, toreo en línea y abusando de las triquiñuelas del toreo moderno. Todo ello rubricado con una estocada que entró a la primera, y que a nadie se le ocurra preguntar por la colocación de la estocada. Entró y punto, con eso vale.

Qué tardecita tuvo que pasar el bueno de Arturo Saldívar con dos auténticas bestias de tiro que no le dieron opción más que a ponerse muy plasta y hacernos pedir la hora.

Y cómo no, qué tardecita de nuevo los isidros. Quién no diría que se llevan comisión por cada despojo que regalan. Y todavía no han llegado las figuras...

viernes, 8 de mayo de 2015

¡¡A LA RICA Y LOZANA SARDINA ACOMPAÑADA DE OREJA A LA SAN ISIDRO!!

Si hace unos días nos dimos un rico festín de bistec a la Carriquiri, hoy hemos abierto la feria con otro rico manjar: unas lozanas sardinas de marca blanca, el Cortijillo. Si es que hay ganaderos que, lejos de decantarse por este negocio de criar toros bravos, lo suyo quizás hubiera sido presentarse a Máster Cheff, aunque viendo el percal que se gastan suponemos que no hubieran pasado ni el casting.
No importa, vendiendo bueyes para tirar de las carretas del Rocío o para labores de campo también les hubiera ido fenomenal. Pero no, estos señores que se apellidan Lozano han ido a meterse justamente en lo que peor se les da: criar animales poderosos y bravos aptos para la lidia.

Pero eso de las sardinas parece ser que hay a quienes no les va demasiado, que prefieren la carne. Aunque sea de casquería. Y se lo han tomado tan en serio que han conseguido un segundo plato de oreja a la San Isidro, y a muy bajo precio. Anda que no saben algunos.

El resto, que somos los que venimos a ver una corrida de toros con todas sus cosas, sus toros de trapío y de casta, sus buenos toreros que saben lidiar y después torear, sus buenos picadores y buenos banderilleros, y sus premios y broncas en la justa medida y sin regalarlos, nos tendremos que conformar con saber que ya queda un día menos de burras con cuernos y toreros que solo saben abanicarlas. Porque otra cosa buena, me temo, no nos llevamos de esta soporífera primera de feria.

martes, 5 de mayo de 2015

ÁNGEL TERUEL

 A poco que le den más oportunidades, este también puede poner el toreo patas arriba. 










Fotografías vía www.las-ventas.com


lunes, 4 de mayo de 2015

¡¡AL RICO BISTEC A LA CARRIQUIRI!!

Un amante de la buena carne roja se hubiera quedado con la boca aguada esta tarde viendo salir uno por uno los seis de Carriquiri. Con esas carnes tan abundantes y tan apretadas que han lucido, difícil era no imaginárselos ya despellejados y tostándose en la lumbre. Qué delicioso manjar para ser asados, estofados o a la parrilla. Siendo lidiados y dando espectáculo y emoción a los aficionados a la Fiesta, desde luego que han provocado más de una indigestión. Y aburrimiento, mucho aburrimiento. Y sopor, mucho sopor. No está mal una tarde así a cinco días del comienzo de San Isidro, para eso de ir cogiendo forma y acostumbrarnos a la situación.

¿Quiénes han dado cuenta lidiadora de este prometedor festín gastronómico? Pues tres señores que, por lo pronto, no están anunciados en las próximas semanas en esta plaza, y que por consiguiente les convenía estar a la altura.
Vale que ante semejante bodrio de corrida poco bueno se podía hacer, pero los tres han dejado más o menos claro quien puede tener una nueva oportunidad y quien no. 
Curro Díaz en su día enamoró a la afición de Madrid con su toreo eterno y su personalidad, pero a día de hoy no deja de ser un artista en decadencia. Tres buenas verónicas de recibo al segundo y trincherazo de cartel de toros no tapa su versión cada vez más ventajista y alejada de aquellas maneras auténticas con las que conquistó Madrid hace años.  
Sergio Aguilar es un torero de valor seco, como bien ha demostrado a lo largo de esta tarde, y además tiene una mano izquierda prodigiosa con la que le gusta enroscarse a los toros, como también ha demostrado esta tarde. Pero tiene un pequeño problema, y es que al hombre le gusta coquetear a ratos con esa fea costumbre de retorcerse. Madrid sigue esperando a este torero. 
Y por último el toricantano, un chaval llamado Leonardo San Sebastián que pisaba por primera vez en sus 35 años de vida el ruedo de Las Ventas. Ante dos animales que no le han puesto en demasiados aprietos se ha mostrado con una falta de confianza y de oficio muy propia de quien solo ha toreado dos festejos el año pasado. Y así ha sido como ha perdido los pies en la cara del sexto y el animal le ha mandado a la enfermería con una cornada de dos trayectorias. Solo se le podía ocurrir a Taurodelta anunciar en Madrid a un chaval con tan escaso bagaje (¿habrá influido en algo que el chaval sea hijo de uno de los presidentes de la plaza?). 

A partir del viernes, más. 



domingo, 3 de mayo de 2015

MUCHAS OREJAS Y ALGO DE BUEN TOREO

Día 2 de mayo. Día de la Comunidad de Madrid. Día de honores y recuerdos a aquellos valientes que hace 207 años honraron el nombre de Madrid y también el de España. Día de desfile de calesas y vestidos goyescos. Día en definitiva de fiesta en Madrid y Comunidad. También día de toros en Madrid. Y día de fiesta y verbena en los toros, por supuesto. Y qué verbena, madre mía. Cuatro despojos concedidos, dos puertas grandes, dos toreros en hule y uno de ellos aguantando en el ruedo con el muslo abierto, ovaciones en el arrastre, el mayoral saludando al terminar la corrida... Y como la gente celebraba los despojos como si España hubiera vuelto a ganar un Mundial, y hasta antes de comenzar el festejo los turistas hacían la ola y hasta algunos de los "aficionados" presentes les seguían la gracia, a la gente le habrá parecido que hemos asistido a la Corrida del Siglo o que aquella goyesca del año 1996 protagonizada por Joselito ha quedado a la altura del betún. Bueno, a mí me van a perdonar que les sea tan claro pero ¡¡y una mierda!! La goyesca del 2 de mayo de 2015 quedará sin duda en la memoria de los aficionados, pero más bien como aquella goyesca en la que Madrid sigue dando motivos para sentir vergüenza ajena y para seguir quedando por debajo de la cualquier plaza de la Costa del Sol, guiris incluidos.

Oiga, que los seis toros de Montealto, muy serios por cierto y de irreprochable presencia, habrán sido aplaudidos en el arrastre y hasta alguno le han pedido la vuelta al ruedo. Incluso más de uno ha alzado la voz en el tendido felicitando al señor ganadero por esos seis productos que, los que no huyeron despavoridos del jaco con solo rozarles la puya, se quitaban el palo de encima y daban cornadas al peto. Pero claro, los animalitos se movieron en el último tercio y permitieron (tanto ellos, como el público verbenero y el señor presidente) que se cortaran orejas. ¿Qué más dará si se mueven por tontuna o por casta y temperamenton? ¿Qué más darálo que pase en el caballo? El primer tercio es para pedirse otro whisky, sacar la tartera y hacerse el bocadillo o echarle el ojo a las guapas majas goyesca que rondaban por los alrededores, y quien diga lo contrario es un talibán, un integrista y casposo. 

Oiga, que López Simón habrá aguantado en el ruedo como un jabato con el muslo abierto, y eso nadie se lo puede reprochar. Pero ¿y torear? ¿Dónde queda aquello de echar la pierna delante y traerse a los toros en redondo y mandando sobre su embestida? ¿Dónde quedan las estocadas en todo lo alto? Eso también es valentía y coraje.

Oiga, que Morenito de Aranda ha sido el que ha puesto el toreo de verdad esta tarde, pero bien es verdad que entre mucha paja. Que si al otro chaval le dan una oreja en cada toro, aun matando fatal, y solo porque ha tenido coraje de mantenerse en el ruedo, qué menos que al que toree algo, un poquito solo, le den hasta el toro entero. Pero una cosa es eso, y otra muy distinta que su faena al quinto fuera de dos orejas. Muletazos retorcidos, descargando la suerte y tirándoselo fuera; eso sí, mucha bisutería fina en los remates y adornos. Solo al final de faena, cuando una conocida voz del bajo del 7 se lo ha recriminado, ha echado la pierna adelante y ha dibujado tres derechazos simplemente perfectos, de los que dejan huella y ponen los pelos como escarpias. Faena de oreja y gracias, y eso sin contar con que la espada quedó desprendida. Estuvo mucho más serio y de verdad en el toro que abrió plaza, y ante el cual dejó algunos naturales muy buenos y una estocada perfecta. 

Y oigan, qué pena lo de Ángel Teruel. Un torero que huele a una fragancia diferente, que da gusto verlo andar por la plaza y verlo citar de frente y con tanta verdad. Tardó en confiarse, pero cuando lo hizo dejó una serie por el lado derecho francamente buena, para después acabar corneado y verse así finalizada su tarde. Le seguimos esperamos, un torero así lo merece.