viernes, 31 de mayo de 2024

30 DE MAYO DE 2024, DECIMOCTAVA DE FERIA: "LOZANA MORUCHADA. Y VAN..."

    La familia Lozano se ha equivocado. De nuevo, se ha equivocado. Querrían, se conoce, mandar a la romería de El Rocío un lote de seis de esos animales que crían en la provincia de Toledo- Para tirar de las carretas, se entiende. No sirve para otra cosa eso que cría la familia Lozano, por mucho que se empeñen en llamarlo "toro". Pero eso que querían mandar de romería (se supone que la historia era así, que esos animales estaban preparados para tirar de las carretas), ha acabado siendo lidiado como corrida de toros en plena feria de San Isidro. La familia Lozano se ha equivocado otra vez, han confundido al buey de carreta con el toro de lidia. Y en esa equivocación tan desafortunada, también entran un francés y un vendedor de viajes. 

    En estos últimos días de bueyadas en serie, no podía faltar Alcurrucén. Ni podía, ni debía. ¡¡Faltaría más!! Es como la guinda a un pastel infumable cocinado a base de bueyes y más bueyes. La guinda de siempre, la de la familia Lozano. Dos corridas en feria, dos petardazos como para mandar al matadero a media ganadería, y empezar desde cero. O mejor aún, no empezar. Quedarse en el manso, y dejar el bravo para manos más expertas y ambiciosas. O cogerse de la mano con el de las agencias de viajes, e irse todos a vender paquetes para recién casados y jubilados. 

    La corrida de Alcurrucén fue muy bajita, sin grandes excesos de carne pero bien hecha, enmorrillados y poca arboladura. Lo que viene siendo el tipo núñez de toda la vida, por mucho que hayan aflorado las protestas a la presentación en la tarde de hoy. ¿Pues que se espera de este encaste, mastodontes? La corrida anduvo, por lo tanto, muy bien presentada y con buen trapío atendiendo a su procedencia. Pero es lo único a lo que no se le puede reprochar nada, la presentación de la corrida: núñez por fuera, moruchos por dentro. Moruchos que, solo con ver al caballo, ya huían y era muy costoso meterlos (¿desechos de tienta que ya sabían lo que es el caballo de picar?). Y cuando por fin se les conseguía meter bajo el peto, todo eran cabezazos, repucharse y salir escopetados. Moruchos parados en la muleta, de condición reservona y poca duración, huidizos, y no hablemos de casta, que salen sarpullidos. Una lozana moruchada que volvió a encender los ánimos de los sufridos aficionados de Madrid, hastiados ya de mansos, bueyes, mojones e inválidos que son, sin ánimo de exagerar, el anti-toro de lidia. 

    Se sabía a lo que se iba en esta tarde prácticamente desde que salió a la palestra el cartel anunciador, allá por el mes dé enero. La ruina estaba cantada, pero a ultima hora cayó del cartel el guapísimo y portentoso José María Manzanares, para dar paso, sustitución mediante, a uno de los poquísimos que de verdad han toreado en estos días. Como si a uno le cambian un Seat Toledo del año 2000 y más kilometraje que las camareras de una sauna (tuneado y bien cuidadito, eso sí); y en su lugar, se encuentra con un Serie 3, no tan tuneado, pero muy nuevo y sin apenas rodaje. Y ganamos con el cambio, claro. Cayó como agua de mayo la entrada de David Galván en la corrida pero, aun dejando un fuerte aroma a torería eterna, su actuación no terminó de ser rotunda, y tuvo muchos claros y sombras. Ante el 3º dejó muletazos con la mano izquierda de mucho gusto y rematados atrás, pero le faltó más ajuste. Dejó también cantidad de detalles finísimos, como dos trincherazos y un pase del desdén como para inspirar una docena de carteles de toros; así como otros remates, pases de pecho y un epílogo de faena de gran belleza, toreando en redondo con doblones por el pitón derecho. Mató de una estocada casi entera y algo atravesada que fue suficiente por sí sola, y dio una vuelta al ruedo. El 5º fue un manso de embestida bronca y correosa, con el que Galván sudó. Muy firme, quiso sacarle los muletazos de uno en uno pero le faltó temple a su faena, y también un comienzo más poderoso. Muchos nos acordamos de su actuación hace días con aquel toro de El Torero, marrajo también, con el que se afanó en poderlo por abajo desde el primer momento. Solo al final, cuando el toro ya está más parado, logra robar una serie de naturales mucho más asentada, despaciosa y con finura. Con luces y sombras, pero ha sido David Galván la verdadera revelación de este mes de mayo. 

    Quien no parece terminar de cogerle el aire a esta plaza es el tan cacareado Daniel Luque, ese torero al que ponen por las nubes fuera de Madrid, pero que es llegar a esta plaza y ser todo un dechado de vulgaridad. De nuevo, su gran punto débil fue lo que el sorteo le deparó. ¿Sorteo? ¿Quién dijo sorteo? Esta tarde, y hace días con la otra corrida que lidió, o el año pasado, o hace dos, ya podían haber existido las archiconocidas bolas calientes (papelillos calientes, en este caso), que Daniel Luque se hubiera llevado un mojón como premio. Quizás, y ya de cara al año que viene, lo que mejor le podría venir a Daniel Luque es variar un poco a la hora de seleccionar el ganado cuando le toque negociar sus tardes. Dicho de otro modo, menos alcurrucenes, menos lisardianos, menos juampedros, menos montalvos, menos valdefresnos, y más mirar por otro lado. Que lo de José Escolar, La Quinta, Fuente Ymbro o Santiago Domecq también embiste. Y muy bien, por cierto. Sobre su tarde de hoy, poco que comentar: anduvo Daniel Luque por encima del mojón que salió en 2º lugar y al que robó algunos muletazos por el lado izquierdo muy meritorios; pero acabó excediéndose con el dichoso encimismo. Con el 4º, de puntillas y ya sin gana alguna de continuar luchando contra la infamia borreguil. Lo dicho: Escolar, Fuente Ymbro o Santiago Domecq también embisten, torero.

    Confirmó la alternativa Víctor Hernández, y lo hizo con un sobrero de Juan Manuel Criado que cumplió sobradamente en varas, derribando en el primer encuentro y metiendo la cara abajo en el segundo. No duró mucho en la muleta, pero sí regaló unas pocas embestidas con las que su matador podría haberse entendido mejor. Pero no, todo fueron cites muy encima, tirones, falta de ajuste, trapazos... Se estrelló el confirmante con el 6º, pero a base de tesón, firmeza y eso de valor seco, fue capaz de construir una faena de la que pueden hacerse dos lecturas: una, la del aguante, la firmeza, el encimismo, los uys y el valor; y dos, la de los trapazos y los enganchones. No sirvió para gran cosa el toro, muy parado y a la defensiva, por lo que puede considerarse una labor muy meritoria la del nuevo doctor en tauromaquia. Pero  tampoco es de recibo que, ante un toro como tal, se citara con la muleta tan retrasada, se iniciara el trasteo con pendulazos, y se rematara los muletazos a media altura. Habrá que seguir su progreso.

    Alcurrucén, factoría de bueyes, merece un largo descanso en esta plaza. Y quien sabe si una buena purga. No es de recibo que tras años y años de escándalos, todavía la sigan repitiendo por partida doble. Es reventar al que paga, reventar al que quiere torear y triunfar, reventar la dignidad de la plaza de Madrid, y hasta reventar la tauromaquia. 

miércoles, 29 de mayo de 2024

29 DE MAYO DE 2024, DECIMOSÉPTIMA DE FERIA: "DE COSITAS SUELTAS NO SE VIVE"

    Hay quien se conforma con las migajas para vivir. Si acaso, con un mendrugo de pan y un vaso de agua los hay que se sacian para dos o tres días. Y para cenar, un vaso de leche y a acostarse. A algunos les basta con eso, pero a la mayoría no les da. Se acaba muerto de hambre más pronto que tarde. Y en los toros, igual.

    En toda tarde de toros, y si no es en todas sí lo es en la mayoría, suele ocurrir algo que queda en la retina: un par de banderillas, un quite, una estocada, uno o varios toros, alguna brega, algún detallito... Pero aunque siempre se saque algo bueno para grabar en la memoria, si la tarde ha sido un mojón del tamaño de un piano, no hay qué ni quién lo tape. De cositas sueltas no se vive, ni de vasos medio llenos. Y ahí queda la tarde de los juampedros como ejemplo de todo ello. Que los toros de Juan Pedro Domecq no pegaron el petardo al que nos tienen acostumbrados, y que hubo toros con los que se podría haber estado bien, es irrefutable. Tan irrefutable como que la corrida ha sido muy mediocre. Y claro, lo de intentar consolarse de tan infumable tarde con la cosa de que "se esperaba peor", pues no es de lo más sensato. La corrida de Juan Pedro Domecq fue desigual de hechuras y con romana, pero por lo general vino bien presentada. No salió tan infumable como otras veces, de estas donde se ven desfilar sobreros y cabestros por doquier; y la imposibilidad de lucimiento es tónica general. Echó algunos toros con los que se podría haber andado mejor y hasta uno de ellos, el 5º, fue un toro de esos que llaman de bandera para la muleta. Pero a la corrida le faltó casta y fondo. 

    Las cositas sueltas de los toros de Juan Pedro Domecq, nada que envidiar a lo realizado ante ellos por los toreros. Más cositas sueltas, por parte de Alejandro Talavante y de Pablo Aguado, pero de eso no se vive. Alejandro Talavante le cortó una oreja a ese 5º toro de bandera tras una faena de mucho gusto y grandes destellos. Naturales sueltos cargando la suerte y muy mandones, así como pases de la firma, trincherazos, pases de pecho rematando en el hombro contrario y un cierre de faena elegantísimo doblándose con el toro en redondo por el pitón derecho. Una buena faena, una faena de oreja... A un toro de dos. Anduvo bien Talavante, pero mucha, muchísima más rotundidad mereció ese toro, con el que solo hubo destellos. Para colmo, culminó de un bajonazo que no fue impedimento para que gran parte del personal sacara el pañuelo. Destellos, o cositas sueltas, pero de eso no se vive. Y mucho menos si esas cositas sueltas ocurren ante un toro de triunfo clamoroso.

    Cositas sueltas por parte de Pablo Aguado, y muy en especial con el capote. Al tercero, tras pararlo en los medios con eficacia, lo lancea a la verónica con suavidad y esa gracia tan característica de la escuela sevillana, dejando algunos lances bellos. A este mismo toro, Morante de la Puebla le hace el quite del perdón por tres verónicas y una media que es lo mejor que se le ha visto en esta plaza en los últimos años; y Pablo Aguado replica por chicuelinas de manos bajas, despaciosas... Y apartándose en todas. Llegado el momento de torear con la muleta, el toro ya se ha rajado, y Pablo Aguado no consigue sostenerlo. Destellos de torería, el gusto, la esencia... Y poco más. El toro acudía con presteza a cada cite de Aguado, pero este no logró en ningún momento dejarle la muleta puesta para meterlo en el canasto. Pero lo mejor de Pablo Aguado en esta tarde fue el recibo al 6º: en la boca de riego, mediante un manojo de verónicas exquisitas. Luego, ese 6º no permitió nada más y en la muleta quedó inédito Pablo Aguado. En resumen: buen toreo a la verónica de Pablo Aguado esta tarde, lo mejor que llevamos en toda la feria. En realidad el único en toda la feria que ha ejecutado bien de verdad el lance rey con el capote. ¿Cositas sueltas? En realidad, ver torear así a la verónica amortiza el precio de una entrada. Por lo menos una entrada en grada de Sol y a precio de abonado; el que haya pagado un tendido de sombra sin ser abonado, ya veríamos si lo amortiza.

    Morante de la Puebla, ni cositas sueltas ni rábanos que se le parezca. Tres verónicas y una media que fueron el quite al 3º, el del perdón, y el resto lo de siempre: el naufragio del genio. La apatía. La incompetencia. El desencanto. El enfado. La bronca... Mucho más podría haber hecho con dos toros que no fueron imposibles. Al 1º se lo quitó de encima tras espantarle las moscas, y con el 4º se embarulló en un ridículo quiero y no puedo. Telonazos y tirones ante un toro que se dejaba sin hacer extraños. Pero Morante de la Puebla no está. 

    Cositas sueltas, pero de esto no se vive. Y menos cuando los petardos, las malas corridas y el aburrimiento se acumulan día tras día, semana tras semana... El hambre empieza a matar, y con las migajas no vamos a sobrevivir. 

martes, 28 de mayo de 2024

28 DE MAYO DE 2024, DECIMOSEXTA DE FERIA: OCHO NOVILLOS, DOS HORAS Y MEDIA... Y ALEJANDRO CHICHARRO

    La novillada duró dos horas y media. Concretamente, ciento cincuenta y tres minutos desde que sonó el clarín hasta que fue arrastrado el último novillejo. Ciento cincuenta y tres interminables minutos de sopor, de novillejos con hechuras de erales y comportamiento borreguil, de inválidos, de sobreros, de perfomance floritiana... Y entre medias, un novillero al que hay que empezar a tomar muy en serio.

    Lo de Guadaira tuvo el honor, ya es meritorio, de hacer que los berrendos de Florito se tuvieran que emplear tanto como en toda la feria. Y también, a los veterinarios a lo largo de la mañana, con el reconocimiento de varios novillos para que, finalmente, la novillada fuera remendada con otro ejemplar de Torrehandilla. Ya es meritorio lo de esta divisa, ¿le investirán con algún azulejo? Por lo demás, semejante sexteto no consiguió llegar más allá en cuanto a lo realizado por otras divisas durante los últimos días: sosería, falta de fuerzas, suerte de varas inexistente, falta de casta y de emoción, sopor... Ni los tres de Guadaira, ni los tres de Torrehandilla que fueron el remiendo y los dos sobreros. Otra ruina ganadera más pa la saca, que diría aquel. 

    El encierro, un mojoncete. Lo que no es óbice para que una terna de novilleros con todo por hacer en esta profesión, y en pleno San Isidro, saliera a morder y a vender cara la pesca. Pero la pesca la vendió de verdad, y bien cara, solamente uno. Y los otros dos, por vender, no llegaron ni a regalar los desperdicios para los gatos. Premio para Alejandro Chicharro, y tirón de orejas a Lalo de María y a Pepe Luis Cirugeda. Salgan los novillos que salgan, no se puede pasar por Madrid con la actitud tan desangelada con que ellos dos lo han hecho.

    Alejandro Chicharro se personó esta tarde en Madrid veintiocho días después de abrir una puerta grande que despertó fuerte división de opiniones. No siendo aquella actuación todo lo redonda que tiene que ser para un premio de tal magnitud, ni tampoco alcanzó la unanimidad de los aficionados, esta tarde disipó las dudas surgidas entonces y, esta vez, sí, convenció con rotundidad. Magnífica tarde la de Alejandro Chicharro, que si en esta ocasión no salió por la puerta grande con todas las de la ley fue por un uso deficiente de la espada. Una oreja pudo cortar del 3º, novillo de Guadaira que se movió con sosería y muy a menos. La faena, también de más a menos, tuvo la virtud de saber cortarla a tiempo y de exprimirlo por el lado izquierdo desde el primer momento, con tres series en la que destacaron algunos muletazos dando el pecho y rematando atrás. Pero la serie más rotunda llegó a continuación y con la derecha, muy mandona y de mano baja. Anduvo muy por encima del novillo Alejandro Chicharro durante todo el trasteo, aunque al mismo le faltó lo que le faltó: toro. Aun así, muy buena dimensión dio el novillero, y solamente el pinchazo previo a una estocada fulminante le dejaron sin la oreja. El Presidente, acertado y en su sitio. Las sensaciones las reafirmó en el 6º, también de Guadaira. Un novillo flojo de remos que llegó al último tercio reservón y sin regalar las embestidas. Esta vez y al contrario que el anterior, la faena de Alejandro Chicharro fue de menos a más. A base de firmeza, de tragarle las medias arrancadas al novillo y de una buena colocación, consiguió el joven aspirante esculpir unas cuanta series de muletazos por ambos pitones, muletazos de mucho mérito, mandones y figura erguida. Bien de verdad, hasta la hora de ejecutar la suerte suprema: varios pinchazos lo tiraron todo por la borda. A Alejandro Chicharro le hubiera sabido a gloria una segunda puerta grande en veintiocho días, pero a estas horas eso es ya lo de menos. Esta vez se iría de Madrid a pie, pero con el reconocimiento unánime. Así sí, torero. Enhorabuena.

    La tarde de Alejandro Chicharro, un gran par de banderillas de Juan Carlos Rey y un puyazo señalado arriba por parte de Adrián Majadas al 2º, fueron motivos más que sobrados para justificar esos ciento cincuenta y tres minutos sentados en la dura piedra, aguantando el chaparrón de un nuevo esperpento ganadero y a otros dos novilleros, Lalo de María y Pepe Luis Cirugeda, que por el momento no dan lugar a las esperanzas entre los aficionados. 

domingo, 26 de mayo de 2024

26 DE MAYO DE 2024, DECIMOQUINTA DE FERIA: APOLOGÍA DEL ANTI-ESPECTÁCULO

    Ni el más íntimo enemigo de los taurinetes, ese pelagatos apellidado Urtasun y dedicado a la (In)Cultura desde su poltrona ministerial, se atrevería a tanto. ¡¡Semejante anti-espectáculo!! El de hoy, el de ayer, el de anteayer, ante-anteayer... ¿Seguro que el tal Urtasun no anda detrás de todo esto? Cualquiera lo diría. 

        El anti-espectáculo, la anti-corrida, el anti-Toro, el anti-toreo, la anti-Fiesta... Como se le quiera llamar. La feria de San Isidro más ha parecido en los últimos días una feria de muestras de lo que es todo eso que lleva el prefijo "anti", que otra cosa. Y en la tarde de hoy, domingo, ha llegado a su culmen. De momento, porque todavía nos queda media feria y muchas cosas que pasar. Se veía venir de lejos: corrida con la etiqueta de "mixta", esa en la que un rejoneador le abre el cartel a dos matadores de toros, con sus toretes bien escogiditos y arregladitos para la ocasión. Tanto el rejoneador como los dos matadores de toros, que aquí no se libra nadie. El recelo se hacía notar desde que se anunció semejante formato para esta tarde, desgraciadamente habitual en estos últimos años. Pero para recelo, la divisa escogida para el toreo a pie: Montalvo. Y por supuesto, Cayetano. Y hasta el bueno de Ginés Marín, viéndole como se le vio hace días en su primera comparecencia. 

        La tarde ha sido toda una apología del anti-espectáculo desde que asomó por chiqueros el primero de la tarde, un torete de presencia lamentable y "defensas reglamentariamente despuntadas". Diego Ventura, el rejoneador de marras, ahí anduvo con lo suyo. Y por aquí no se entiende gran cosa de rejoneo, ni de caballos, ni de doma, ni de nada; pero a juzgar del poco entusiasmo que mostró el personal presente, su actuación no debió de ser lo que se dice histórica. A continuación, dos toretes de Montalvo regordetes, y que ofrecieron un juego ambos que no fue diferente al esperado: flojos, mansos, descastados y tontorrones. El anti-Toro, una vez más. Lo realizado por Cayetano y Ginés Marín ante ellos, tampoco pasará a la historia viva de la Tauromaquia. Sale el 4º, otro torete que lució las "defensas reglamentariamente despuntadas", y esta vez sí la lidia a caballo de Diego Ventura enardece a los presentes desde el primer momento. Sería que anduvo verdaderamente bien, por lo visto. Salvo con el rejón de muerte, con el que pinchó reiteradas veces y dejó la cosa en una ovación saludada desde el tercio por el rejoneador. La cosa a pie no se viene arriba: el 5º toro de Montalvo no cambia la tónica de sus hermanos lidiados. Los lidiados esta tarde, y todo lo que esta divisa ha lidiado en los últimos años en Madrid. Otro torete simplón y justo de fuerzas, con el que Cayetano... Pues eso, Cayetano. ¿O a este paso alguien pretende pedirle peras al olmo? El 6º toro es devuelto por inválido, y en su lugar sale un sobrero de José Vázquez: esa ganadería que todavía hierra con el 9 de Aleas, la mítica vacada de procedencia jijona que espantaba a los grandes lidiadores de antaño. "Los Aleas, ni los veas", se decía en el siglo XIX y principios del XX, momento en el cual la sangre de Vistahermosa por la rama de Santa Coloma absorbe lo jijón. Hogaño, ya con la sangre de Santa Coloma también extinguida y que dio paso a lo domecq (qué si no), lo mismo: "lo que fue de Aleas, ni lo veas". Pero ese chascarrillo llega ahora desde el tendido y no desde el ruedo... El sobrero de José Vázquez herrado con el 9, no cambió la tónica a última hora: mansurrón que huyó de los caballos como alma que lleva al diablo, y que en la muleta se movió con sosería. Y Ginés Marín, embarullado en una faena larga y vulgar.

        Los amantes del noble Arte de Marialva serían, se supone, los únicos que disfrutaron en la tarde de hoy. Lo de Montalvo volvió a demostrar que no es una ganadería apetecible en este momento para ver. Y también volvió a dejar cátedra del anti-Toro de lidia, una cátedra intensamente repetida a lo largo de los últimos días por las vacadas anunciadas. Cayetano sentó cátedra también, por supuesto, pero de lo que es un torero limitadísimo y hecho únicamente a golpe de apellidos. Que el año que viene le vuelvan a contratar también. Y Ginés Marín, de catedrático tuvo muy poco esta tarde. Mejor para él, hay cátedras que mejor no sentar. Pero lo que sí ha demostrado en esta tarde, la de su último compromiso, es que no ha sido su feria, ni está en buen momento. Una pena, es un torero que tiene el buen toreo metido en la cabeza y al que los aficionados esperan. La realidad es la que es, para todos. Qué bien nos vendrá a todos el lunes para descansar y reflexionar. 

25 DE MAYO DE 2024, DECIMOCUARTA DE FERIA: "LA VENTANA DEL PUERTO (DE SAN LORENZO) A LA PARRILLA"

    Esta es la crónica de una muerte anunciada, aunque pueda sonar a tópico el comenzar de tal forma. Como borregos llevados al matadero. Como María Antonieta llevada a la guillotina. Como Jesucristo camino del Gólgota. Cómo el funcionario que ficha a las ocho de la mañana. Así se dirigió esta tarde el aficionado a la plaza, a sabiendas de la cruz que se le cernía sobre los hombros. No era difícil esperarse semejante percal.

    Cuarenta y ocho horas después de que El Puerto de San Lorenzo pegara el petardo padre, su prima la pequeña, ese Hacendado de la familia Fraile que se anuncia con el pseudónimo de La Ventana del Puerto, hace lo propio y cumple así los pronósticos que se vaticinaban cuando se anunciaron los carteles de la feria. Los lisardianos (o eso dicen que son) del Puerto de San Lorenzo solamente sirvieron para acabar en el mismo lugar que fue martirizado su santo patrón: la parrilla. Y cuarenta y ocho horas después, su prima pequeña de sangre aldeanueva (eso dicen también que son), nos agasaja con otra corriducha infame cuyo destino debiera haber sido similar: la parrilla. Para carne, sí. Para ser lidiados en una plaza de toros, no. Nunca. Ni por asomo. "Enhorabuena" por semejante hazaña, señor ganadero. 

    Al grito de "qué asco de ganadería", "ladrones" o "toro, toro, toro" transcurrieron los últimos albores de una tarde, otra más, para ser olvidada. Podría finiquitar de esta crónica de una muerte anunciada de forma escueta, diciendo que fueron cinco toros de la Ventana del Puerto y un remiendo de la prima mayor, el 4º, muy flojos de remos y que hicieron de la suerte de varas un puñetero trámite; descastada, simplona y delirantemente mansa. Y en cuanto a la terna, que simple y llanamente "se estrelló" ante semejante corriducha. De los toros, poco más que decir. De los toreros, tiene el asunto más tela que cortar...

La terna, de postín: Sebastián Castella, Daniel Luque y Christian Parejo, que confirmó la alternativa. Tiene tela que cortar lo suyo, y no porque anduvieran penosos. Ni estuvieron bien, ni estuvieron mal. Simplemente, anduvieron ahí. Lo intentaron a su manera los tres, se recrearon en algunos pasajes, en otros momentos porfiaron más de lo necesario, y la mataron con estocadas que tampoco pasarán a la historia. Pero tiene tela que cortar, sobre todo lo de los dos maestros de ceremonia. Porque Sebastián Castella y Daniel Luque son dos toreros de acusada veteranía y el suficiente prestigio como para andar dejándose caer, año sí y año también, ante semejantes bodrios de encierros. Mejor dicho, y para no romper la cadena, hay que señalar al primer eslabón de esa cadena: la empresa, que le compra dos corridas a todo un criador de bueyes de carreta o de arado, que lleva acumulando los petardos en esta plaza (y también en otras) como quien acumula en un archivador los papelajos de Hacienda y de los seguros de casa y del coche. La empresa, principal responsable. ¿No hay más ganaderías, que tiene que ser siempre la misma? Por partida doble, para colmo. Luego está lo de los toreros: que toda una figura del toreo como lo es Sebastián Castella, se deje caer en una corrida así, a sabiendas de lo que se viene (porque lo sabe, que de tonto no tiene un pelo), con toda la legión de partidarios que arrastra y que pagan por verle, es de traca. Que todo una figura del toreo como lo es Daniel Luque, se deje caer en una corrida así, también a sabiendas de lo que se viene (que este, de tonto tampoco tiene un pelito), con todo lo que se viene hablando de él en los últimos tiempos, con toda la gente que le espera, que confía en él y que está como loca por verle y que paga por hacerlo, también es de traca. Ambos se han estrellado con una corrida infumable. ¡¡Por supuesto que sí!! Pero no es esa la cuestión, sino el tropezar cincuenta veces con la misma piedra, sea esta el Puerto de San Lorenzo y su sucursal, u otras ganaderías que ahora no vamos a nombrar pero que todos sabemos cuáles son. Año tras año. Feria tras feria, la de San Isidro y otras. No hay perdón de Dios para ninguno de los dos, ni por supuesto para el empresario que año tras año adquiere toros a las mismas factorías de bueyes, ni para los otros toreros importantes que, pudiendo pedir corridas que verdaderamente sí tienen posibilidades de embestir, no lo hacen. No tienen perdón de Dios, no.

    A Christian Parejo también le estrellaron con la bueyada, y siendo joven y bisoño todavía tiene oportunidad de aprender de estos errores. Más que nada, para no cometerlos en el futuro. En la tarde de su confirmación anduvo animoso, entró en quites, se preocupó por cuidar la lidia y hasta cumplió con cierto aseo en el toro de la confirmación; pero se embarulló más de la cuenta en el 6º, pasando momentos de apuro, y acabó haciendo que se pidiera la hora de acabar. Merece mejores oportunidades.

    Lo de la Ventana del Puerto, de sangre domecq por la vía de Aldeanueva, a la parrilla. No para torear, no. Para la parrilla. Como sus primos mayores de hace 48 horas. Sería lo ideal, pero seguirán siendo lidiados en las plazas de toda España al amparo de los figurones del toreo. Y, por supuesto, volverán a Madrid más pronto que tarde. Lamentable. Para muchos no servirá, pero otros cuantos sí que amortizamos el precio de la entrada con los pares de banderillas de José Chacón e Iván García, y con la buena tarde que echó Antonio Chacón en la brega y con los palos; así como un puyazo bien señalado arriba de Patillas al 3º. 

sábado, 25 de mayo de 2024

24 DE MAYO DE 2024, DECIMOTERCERA DE FERIA: "SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA JARANA DEL DESPUÉS"

    Se dice "vamos a los toros", pero en lenguaje coloquial se pronuncia "vámonos de copas, y lo que surja". Se empieza a la 1 de la tarde con las cervecitas, luego comida copiosa regada con una botella de vino (o dos, o tres, o las que hagan falta), el chupito digestivo, unos ginc-tónic aparentado que se es un afisionao der güeno; un par de cubalibres más en los bares de la plaza... Y hala, ya está amortizada la jornada. Lo que pase en el redondel a partir de las siete de la tarde, como si se la pica un pollo. Pero a partir de las nueve y media, se continúa la jarana en la infame discoteca, esa que no espera ni a que los toreros abandonen la plaza para encender la música. Esto es la Tauromaquia hoy en día: una manada de gente guapa y glamurosa que solamente se dejan ver en días postineros, ataviados ellos con mocasines y camisas de las mejores marcas; con vestidos de boda y taconazos las damas; cubata en mano, la foto o fotos de rigor en posado exclusivo para Instagram, beber como si no hubiera un mañana hasta cogerse la cogorza padre, y a dormir la mona. Y entre medias, jalear con el ya legendario biiiiiiiennnnnnnnnjjjjjjjjjj todo mantazos que pegue el de luces. O el no menos célebre Vivaspaña. O el Vivalrey. Si será por variedad.

    El día es completito para esa masa de gente guapa, elegante y postinera. Suceda lo que suceda a partir de las siete de la tarde y durante las dos horas y media posteriores. Si, por casualidad, eso de los toros sale bien, eso que se lleva el cuerpo. Si por el contrario los toros no embisten, los toreros no andan a la altura, o las dos cosas a la vez, no pasa nada: las penas se ahogan cubata en mano, y en esa discoteca bochornosa una vez acaba la corrida. Y es que se dice "vamos a los toros, vamos que torea Fulano. O Mengano"; pero lo que verdaderamente  se quiere decir es "vámonos de jarana". Siempre nos quedará la jarana. O, al menos, siempre le quedará la jarana a la masa. A los que sí van verdaderamente a los toros (quienes caben en un autobús, como muy acertadamente apuntó cierto torero mediático de los años 90), lo único que les puede quedar es el "mañana será otro día". Eso sí, al día siguiente frescos como lechugas, sin resaca ni ingesta masiva de ibuprofenos. 

    La jarana la continuaron como si nada los glamourosos afisionaos de postín, tras una tarde de toros para olvidar. Esta vez, los toros fueron del Conde de Mayalde. Esa vacada habitual durante años anteriores en novilladas y algún que otro sobrero de cuatro o cinco años; y que hoy hizo su presentación en Madrid con una corrida de toros completa. El resultado de tal hazaña no fue el deseado, presentando una corrida dispar de hechuras. El comportamiento, digamos que fue simplón en líneas generales. La casta brilló por su ausencia una vez más, de poder no anduvo tampoco sobrado y sí derrochó cierta nobleza para que los toreros anduvieran ante ella para algo más que para lo poquísimo, o nada, que se la hizo. Los toreros, o séase Cayetano Rivera Ordóñez, Andrés Roca Rey y Jorge Martínez, confirmante de alternativa este último, anduvieron ante esta corrida igual de simplones y de vulgares. Aburrieron los toros, y aburrieron los toreros. Aplausos y peticiones de orejas aparte, claro. 

    Cayetano, en la primera de sus dos tardes contratadas, demasiado hizo con matar sus dos toros después de todo. El primero de la tarde le arrolló aparatosamente a la salida del caballo y le pegó tal porrazo que hasta le rajó la chaquetilla de arriba a abajo, produciéndole además diversos pisotones en la cabeza. Conmocionado, lidió como pudo al 2º de la tarde, con susto incluido al tener que tomar el olivo al verse muy apurado, y se metió a la enfermería. Se corrió el turno y no salió hasta último momento para lidiar de nuevo sin pena ni gloria y como buenamente pudo a ese segundo de su lote. Tarde muy accidentada para él.

    Jorge Martínez es un matador de toros incipiente que dejó gratos recuerdos durante su época de novillero. Tiene el buen toreo, el toreo basado en la pureza, el cite de frente y el torear hacia adentro, muy metido en la cabeza. Pero se le vio esta tarde, la de su confirmación de alternativa, muy espeso y vulgarote ante dos animales que bien podrían haberle servido para algo más que para dos faenas pegapasistas e interminablemente largas. Además, no anduvo fino tampoco con la espada.

    Lo de Andrés Roca Rey, el fenómeno peruano que arrasa allá por donde pasa, merece capítulo aparte. Lo suyo esta tarde, y todas las demás que actúa a lo largo de la temporada, bien podría resumirse en una frase que acuñó en su momento en gran Gregorio Corrochano. Dice así: "El torero que no lidia al toro y el espectador que desdeña la lidia, tienen una afición para cual. Son los analfabetos del toreo, aun en tardes de aparente éxito en las que, a favor de la casualidad, uno pide la oreja y el otro la corta. ¡Cuántos malos toreros cortan orejas!". Mejor no se puede definir al tal Roca Rey. Ajeno a la lidia, a su sitio en el ruedo durante la misma, a los momentos de peligro que pasan sus compañeros mientras él anda pegando capotazos al aire, dejando que los toros se vayan solos al caballo y no ponerlos  en suerte ni evitar que se vayan al caballo que guarda la puerta. Ajeno a todo, hasta a sus deberes como estoqueador, dejando que el toro agonice con el estoque hasta la bola desde la otra punta de la plaza, desinhibido del descabello y dejando que los avisos suenen y suenen hasta agotar los 15 minutos que el reglamento le otorga para matar al toro. Roca Rey desdeña la lidia, desdeña el toreo, desdeña al que paga y hasta a sus compañeros, no estando donde tiene que estar para hacer un quite que pueda salvar de una cogida. Y lo peor de todo, desdeña al Toro. Aun en tardes de aparente éxito, como dijo el gran Corrochano. Porque la tarde de hoy estaba encaminada para ser de éxito para este señor. En el 3º, el descabello y un largo tiempo esperando en vano a que el toro doblase, le hicieron perder una oreja (quién sabe si hasta dos, viendo en nivel de la concurrencia). Se le aplaudió mucho por parte de la plaza por una de sus irrisorias faenas de muletazos descargando la suerte, y tirando al toro fuera en cada muletazo; aderezando todo ello con los pendulazos, los circulares, el encimismo y hasta las bernadinas. En el 5º anduvo también a lo suyo con lo mismo ante un toro soso y bobalicón, volviendo a ser jaleado el destoreo y las monsergas postmodernas. La faena, larga, hizo sonar un aviso antes de entrar a matar; y el segundo mientras volvía a esperar en vano que el toro doblase, y hasta el tercer aviso dos segundos antes de que el toro, por fin y ya aburrido, terminara por echarse solo. La bronca hizo retumbar los cimiento de la plaza.

    La corrida del Conde de Mayalde, una más a la colección de tardes infumables de toros y de toreros. Mirando y releyendo el programa de mano, a algunos nos dio por echar a volar la imaginación y visualizar un cartelazo de apoderados: Curro Vázquez, Roberto Domínguez y Ruiz Manuel. Los dos primeros, figuras del toreo en los años 80 y muy del gusto de Madrid; siendo el torero restante un torero mucho más modesto de principios de este siglo, pero del que en su momento se hablaron maravillas de su buen estilo. Y es que una tarde como esta de la que se ha escrito, insoportable y mal llevada con agua mineral, da para muchas imaginaciones. 

    

jueves, 23 de mayo de 2024

23 DE MAYO DE 2024, DUODÉCIMA DE FERIA: EL PUERTO DE SAN LORENZO A LA PARRILLA

    Llegaron a Madrid un año más los ¿toros?, qué digo toros, los bueyes del Puerto de San Lorenzo. Llegaron con figuras de por medio, para colmo de males. Y cumplieron con las expectativas, claro. ¿Cuáles son esas expectativas? Mayormente, las expectativas que suele haber siempre que lidia esta insufrible vacada, más si hay figuras anunciadas: mansedumbre, falta de casta, falta de fuerzas, aburrimiento, irritación en el kiosko... Pues pleno al 15, y premio para el caballero o caballeros que, a la hora de echar la quiniela, hayan marcado todas esas casillas. Corriducha infumable del Puerto de San Lorenzo. Rebosó la mansedumbre, la bobaliconería, la falta de fuerzas, la falta de poder y de pies. Y por supuesto, el pilar fundamental del toro de lidia: la casta. También el trapío y las buenas hechuras. Seis de seis. Pleno al 15. Enhorabuena a los afortunados, que no serán pocos.

    Para una parrillada igual hubieran servido los seis adefesios de procedencia lisardiana, pero lo que es para una corrida de toros, pues no. No sirvió para nada en lo estrictamente taurómaco. Así que lo del Puerto de San Lorenzo, para la parrilla. Como Lorenzo, diácono de Roma y célebre por su martirio en una parrilla, allá por el siglo II d.C. Ironías de la vida: San Lorenzo, torturado en las ascuas de una hoguera; y la ganadería del Puerto de San Lorenzo, apta exclusivamente para una buena parrillada. Y los mártires, además de San Lorenzo, la sufrida afición de Madrid cada vez que el Puerto de San Lorenzo lidia esta plaza. Y esto suele ser dos, y hasta tres veces al año. Lo dicho: mártires y santos, como San Lorenzo, diácono de Roma. 

    La corriducha del Puerto de San Lorenzo colmó la paciencia de los santos mártires aposentados en el duro granito de Las Ventas. Algunos, unos cuántos a decir verdad, ahogaban las penas con ginebra de garrafón y berreando el Vivaspaña de rigor. Otros, menos de los deseados, protestaban y clamaban contra lo que estaban presenciando. Y entre unos y otros vivieron una tarde para olvidar. Y mañana será otro día. Claro que, hablando de mañana, los de la protesta cuentan con una ventaja sobre los del Vivaspaña y los biiiiiennnnnnnjjjjjjj con aroma al aguarrás que se beben con tónica: mañana no tendrán resaca y estarán frescos como lechugas. Bien por ellos. 

    Chamuscados, como San Lorenzo, acabaron tras dos horas exactas de sufrimiento los unos y los otros. Dos horas de ruina ganadera, en la que tampoco pasó nada relevante por parte de los tres figurones que se las vieron en el ruedo con los seis adefesios lidiados. No pasó nada. O casi... Y es que Alejandro Talavante fue capaz de cortarle una orejita al primero. Un torito de embestida chochona que embestía al ralentí, sin fuelle alguno y con una tontuna digna de cualquier pelagatos al mando del ministerio de (In)Cultura. Talavante realizó una faena de más a menos y muy medida, en la que predominó el buen gusto y la pinturería. Pero solo eso: gusto y pinturería. Acompañaba el matador la embestida, sin más, con relajo y cadencia. Algunos remates sueltos para completar las series tuvieron un buen corte, pero a la faena le faltó en su conjunto precisamente la emoción que otorga un toro encastado y con poder que verdaderamente ha sido sometido. Y también, le faltó una estocada buena de verdad y no la media estocada defectuosa con la que culminó. Con el cuarto moribundo, inválido y vergonzosamente mantenido en el ruedo, Talavante no tuvo opción alguna y se lo quitó pronto de encima. 

    Otra orejita se podría haber llevado Juan Ortega del 5º si la espada le llega a entrar a la primera, fuera en el sitio que fuera (el garrafón, que hace milagros como San Lorenzo y otros santos). Pero no es que lo de Juan Ortega fuera sublime, ni extraordinario, ni anduviera sobrado de buen toreo, ni nada por el estilo. Fue ese 5º otro animalejo chochón que embestía al ralentí. En realidad, embestía de la única manera que le daban sus escasas fuerzas y su inexistente casta. En el inicio de faena se llevó por delante a su matador cuando este lo pasaba con relajo. La voltereta fue fortísima, pero por suerte no fue impedimento para que volviera a la cara del toro. Acompañó Juan Ortega, sobre la mano derecha, la embestida del animalejo con gusto y ese sentimiento que caracteriza a este torero, dibujando algunos muletazos que fueron muy jaleadas y aplaudidas por parte de la concurrencia. Pero de nuevo a la faena le faltaba la emoción propia que rezuma el tener enfrente un verdadero toro, y no un espantajo con cuernos y medio moribundo. Tampoco existió el toro en segundo turno de la tarde, y Juan Ortega optó por abreviar en este acto. Muy acertado.

   Tomás Rufo no abrevió con el cadavérico tercero y claro, la parroquia se cabreó con razón. No tuvo sentido alargarse. El 6º pareció tener más alegría durante los primeros compases de la lidia, y de ello se percató Tomás Rufo mientras presenciaba el tercio de banderillas y el buen hacer de su peón, Daniel Duarte, con el capote. Comenzó Tomás Rufo la faena de manera vibrante: de rodillas y toreando en redondo sobre la derecha. Efectivamente, pareció por un momento que el toro tenía otro aire a los cinco que le precedieron, pero solamente fue un espejismo. Una vez de pie el matador y con la muleta en la mano derecha, se sale a los medios pero el toro se raja al segundo muletazo. Porfía Tomás Rufo, cada vez más cerrado y hasta acabar el toro al abrigo de las tablas. Pero ni en ese terreno el toro quiere saber nada, y Tomás Rufo acaba pegándose más de media vuelta al ruedo pegando pases y sin ser capaz de someter al marrajo. Y en este punto exacto de la tarde, muchos nos acordábamos de David Galván y su faena del día anterior. Mató al manso ya en los terrenos de chiqueros, de un bajonazo. Y ni por esas se dejó de pedir la oreja, petición afortunadamente desatendida por la Presidencia. 

    La corrida del Puerto de San Lorenzo fue motivo de escándalo mayúsculo, otro más a su ya extensa colección de petardos y tardes insufribles. No importa, en la feria de Otoño los tendremos otra vez anunciados. Y el año que viene, otras dos corridas reseñadas. Y el siguiente, y el siguiente... Pero para lo único apto que está esta vacada es para ser asada a la parrilla. Como el santo que lleva en el nombre. 

miércoles, 22 de mayo de 2024

22 DE MAYO DE 2024, UNDÉCIMA DE FERIA: "LA BOTICA Y UNA LECCIÓN DE PODERÍO Y GUSTO"

    Una corrida de El Torero muy seria, astifina y dispar de hechuras, tanto como de juego. De todo, como en botica. Y ese de todo se enumera, por estricto orden de lidia, en el manso encastado, el soso, el de las teclas que tocar, el buey, el bueno y el otro "teclero". Tuvo de todo la corrida de El Torero. No fue buena, pero sí entretenida y con mucho que lidiar. Y, por supuesto, mucho que torear. Corrida no apta para pegapases y sí para toreros con frescura y mentalizados para lidiar. Será por eso, quizás, por lo que en una tarde así David Galván haya dado una verdadera lección de torero poderoso, y han sucumbido estrepitosamente Álvaro Lorenzo y Ángel Téllez.

    La faena de David Galván a ese 4° toro es de esas faenas que quedan en la retina por su inteligencia y su poderío lidiador frente a un verdadero buey de carreta, pero sobre todo por el tremendo gusto con el que este torero ha regado el albero de Las Ventas. El toro de El Torero ya de salida apuntaba maneras: muy a su aire, haciendo caso omiso a los capotes y sin codicia ni fijeza alguna. En varas también manseó de lo lindo, y llegó a necesitar una tercera entrada para darle lo que no le pudieron dar en las dos que precedieron. Tras un tercio de banderillas en el que destacó un par muy meritorio de Juan Carlos Rey, nadie daba ni una perra gorda por el marrajo, pero de repente todo se va a la cima con el inicio de faena de David Galván: doblones en redondo y por el lado derecho, embebiendo al marrajo en la franela roja, más dos derechazos muy relajados y con gusto, y algunos remates de cartel de toros. Con ese inicio tan portentoso, ya tenía David Galván al toro fijado, y lo que viene a continuación es otro manojo de derechazos genuflexos y en redondo, muy despaciosos, y un trincherazo de remate que volvió a inspirar a los mejores pintores. Sobre la segunda raya dibuja otra serie de derechazos con muchísimo gusto, rematados esta vez con un pase de pecho portentoso y llevándose al animal al hombro contrario. Para entonces, el toro ya estaba totalmente podido, por lo que el matador se lo saca a los medios y se echa la muleta a la zurda. Pero el toro echa el freno en esos terrenos, aunque no es impedimento para que David Galván vuelva a dejar un aroma de torería eterna y unos trincherazos enormes. Y a por la espada, no había motivo para alargarse más. Aunque antes de cerrarse al toro para estoquearlo, remata la faena con otros cuantos genuflexos en redondo por el lado derecho, tirando mucho del toro y gustándose de la misma forma. El delirio, ante una faena muy poderosa, inteligente y de mucha inspiración a un mansazo por el que nadie daba un duro. Rubricó con una buena estocada, y la oreja fue paseada entre grandes ovaciones.

    La corrida de El Torero tuvo muchos más argumentos, pero nadie más se enteró por ahí abajo. David Galván se hizo cargo en primer lugar de un toro que se movió con gran temperamento. Esta vez, aunque con mucha voluntad y firmeza, no anduvo del todo fino este torero ante un toro que requería ser sometido por abajo. Álvaro Lorenzo se pasó de faena ante el soso segundo, el cual no merecía tanto tiempo ahí delante. Sí lo mereció el buen quinto, un toro que cumplió en el caballo y que fue de bandera en la muleta. No se le aplicó excesivo castigo en el primer tercio tampoco. Un toro de consagración, para relanzar una carrera venida a menos en las últimas temporadas... Pero el tren pasó, y Álvaro Lorenzo se lo dejó ir en una faena excesivamente larga y plagada de vulgaridad. Para Ángel Téllez tampoco fue una tarde feliz: le cayó en sus manos un lote complicado, y la dimensión que dio no fue la esperada. Ni mucho menos. Aquel torerito que nos enamoró a todos hace dos años toreando al natural, parece haberse esfumado. Espeso, abúlico y sin recursos, anduvo a la deriva ante esos dos toros que requerían distancia, mano baja y mucho temple. Todo lo que Ángel Téllez no tuvo. Dio, además, un mitin con la espada para deshacerse del 6º. Una pena. 

    La corrida de El Torero no fue todo lo buena que se podía desear, pero sí dio argumentos para hablar de ella. También dieron argumentos para hablar algunos subalternos: Juan Navazo echó una tarde muy completa con el capote y las banderillas ante los toros 3º y 6º, respectivamente; y buena fue también la brega de Raúl Ruiz al 2º, como bueno fue también un par de banderillas de Juan Carlos Rey al 4º. Muchos argumentos en esta tarde, pero por encima de todo el de David Galván y su faena a ese mansazo. Una faena que debiera ser puesta como ejemplo en todas las escuelas taurinas, para que las futuras generaciones de toreros conozcan que hay vida más allá del pegapasismo, los pendulazos, las bernadinas, las manoletinas o el encimismo. 

 

     

martes, 21 de mayo de 2024

21 DE MAYO DE 2024, DÉCIMA DE FERIA: EL TOREAR Y EL PEGAR PASES

    Torear. Qué bonita palabra, y qué vilipendiada está en los últimos tiempos. Decir o creer que pegar pases equivale a torear, es maltratar tan bello verbo. No digamos eso de regalar orejas al pegapasismo burdo, chabacano y mentiroso. Torear... Qué bien suena. Es casi un milagro hacerlo, y cuando sucede, que sucede pero mucho menos de lo que nos gustaría, es como si se apareciera la mismísima Virgen María ante nosotros. El milagro ha ocurrido en la tarde de hoy: la Virgen María se ha aparecido Las Ventas, y su profeta tiene nombre de dinastía torera: Jarocho. 

    Jarocho, novillero de Burgos, nuevo en esta plaza e hijo de ese buen subalterno del mismo nombre. Ese es, ni más ni menos, el que ha obrado el milagro de torear. ¡¡Y cómo ha toreado!! Jarocho ha estado torerísimo toda la tarde: con el 3º, sobrero de Villanueva con poco fuelle; y con el 6º, un complicado ejemplar de Fuente Ymbro al que le ha cortado las dos orejas tras cuajarlo al natural con no más de una docena de muletazos. No hacen falta más. Dejó entrever Jarocho que atesora un concepto del toreo de mucha clase y gran pureza, ante ese sobrero de Villanueva; un sobrero ayuno de casta y fuerzas, y sí muy sobrado de sosería. Sopló el viento en los primeros compases de la faena, lo que hizo que no anduviera sobrado de confianza el novillero en ese prólogo. Cuando el viento dejó de molestar, se asentó más y se empezó a entrever ese aire vertical que enamora en Madrid. Se entrevieron también otras grandes virtudes como los cites de frente, o el llevar la embestida detrás de la cadera, pero toda la importancia que pudiera tener el quehacer de Jarocho, se desvanecía ante la sosería del novillo. Quedó impronta y, sobre todo, ganas de verlo con un novillo que embistiera con más transmisión. Y se le vio, vaya si se le vio. Fue ante ese 6º, un novillo que se defendió en varas, apretándosele poco desde lo alto, y llegó reservón  e incierto a la muleta. Jarocho se lo sacó fuera de la segunda raya con doblones, y dándole distancia, intentó el toreo con la derecha. Sufrió una colada al segundo muletazo por quedarse con la ventana abierta y, porfiando posteriormente por ese pitón, no saca nada. Sin dilación se cambia de mano la franela roja, y de nuevo por citar fuera el novillo se le cuela. Está Jarocho muy abierto, pero cambia de terrenos al novillo y se lo cierra al tercio, donde vuelve a intentar el toreo con la diestra, con el novillo muy agarrado al piso y, con gran firmeza, saca unos derechazos de poco temple. Parecía que la faena iba camino de ser calificada "sin pena ni gloria", pero cuando Jarocho vuelve a la zurda, se viene la hecatombe. De uno en uno, y aguantando los parones y las miradas de pocos amigos que le echaba el novillo, saca Jarocho dos series de naturales colosales. Siempre citando de frente y sin feos aspavientos ni retorcimientos. No. Con una naturalidad y una clase apabullante, Jarocho se lució al natural en esas dos enormes series y, sin dilación, se va a por la espada. No entra a matar sin antes torear de nuevo al natural a pies juntos y de frente, volviendo a esparcir pétalos de toreo caro por el ruedo. La plaza, en pie. Se tiró con todo a matar y, aunque la estocada fue en lo alto, sí pecó de tendida y algo atravesada. Sirvió para que el novillo doblara. Y dos orejas indiscutibles, y salida a hombros apoteósica. ¡¡Enhorabuena, torero!! No te tuerzas...

    El toreo, cual Virgen María en Fátima o Lourdes, se nos apareció. Jarocho obró el milagro. Y, a partir de aquí, bien se podría cubrir un tupido velo y dejar de hablar de lo demás. Y es que eso de lo demás, es difícil de digerir. Lo demás: el pegapasismo. El torear. Lo demás. El torear, y luego lo demás. En la práctica: Jarocho, y luego, Alejandro Peñaranda e Ismael Martín. Porque además de Jarocho, también actuaron (que no torearon) Alejandro Peñaranda e Ismael Martín esta tarde.  Y hasta cortaron oreja, una cada uno. Pero lo de torear se les queda grande a ambos. Muy grande. Y también las orejas que cortaron.

    Alejandro Peñaranda se llevó una oreja del extraordinario novillo, aunque poco picado, que salió en 4º lugar. El mejor de toda la novillada de largo, por encastado, exigente y de muy buena clase. Le dio sitio siempre Alejandro Peñaranda, y ello ayudó a que se viera al novillo y este se viniera arriba. Pero nunca fue capaz de someterlo ni llevarlo por abajo, cosa que el novillo pedía a grandes gritos, y en las tres primeras series por el pitón derecho se palpó a un novillero desbordado. La faena iba a menos, hasta que saltó a la palestra el gran comodín para cortar los despojos: la voltereta. Esta ocurrió en los primeros muletazos con la zurda, y recompuesto volvió a la cara del novillo para seguir pegando pases. Sin más, pegar pases sin más. A una distancia sideral de lo que es el toreo. El novillo se acabó rajando y su pelea en el caballo fue de lo más discreta, pero fue extraordinario para la muleta. Muy por debajo Alejandro Peñaranda, pero como la estocada fue efectiva y, sobre todo, hubo voltereta, la oreja cayó.

    Otra orejita, auténtica baratija como la anterior, se llevó Ismael Martín tras lidiar y estoquear al 5º. Un novillo exigente y encastado con el que el su lidiador anduvo muy debajo, recortando el viaje del mismo y volviéndose a la defensiva. Ismael Martín, lo mismo: pegar pases, carreritas para aquí, carreritas para acá, arreones por recortarle la embestida al novillo y, como guinda al pastel, una de las siete plagas de Egipto: las bernadinas. Estocada de rápido efecto que resultó desprendida, y orejita al canto. Y es que la palabra "torear" esta muy vilipendiada.

    La novillada de Fuente Ymbro fue un tres y tres: dos novillotes sosos y descastados fueron los dos primeros (fue devuelto el 3º por inválido y en su lugar salió el sobrero de Villanueva antes mencionado), y otros tantos novillos de juego interesante para amenizar la segunda parte. En hechuras, fue una limpia de cercados en toda regla por parte del señor Ricardo Gallardo: mal presentados, escurridos y mal hechos en muchos casos. No es este el prototipo de "novillo de Madrid". Ante esos dos primeros novillos, pasaron sin pena ni gloria Alejandro Peñaranda, su pegapasismo, Ismael Martín y su pegapasismo. Y es que entre torear y pegar pases, la diferencia es insalvable. 

domingo, 19 de mayo de 2024

19 DE MAYO DE 2024, NOVENA DE FERIA: RETALES Y PIPAS

    Desembarcaron los temibles toros de Miura en Las Ventas. Se esperaba que con los miuras llegara la bravura, la casta, la incertidumbre, el peligro, el "ay"... Ese "ay" que distingue a las tardes de toros verdaderas de las tardes de borregos, torerines de pitiminí y glamour. La diferencia entre el "ay" que destila emoción, y el "biiiiiiiennnnnnnnnjjjjjjjjjj" que destila aroma a ginebra de garrafón. Pero nada, o casi nada de eso llegó con los miuras, y sí lo hizo el desencanto en su mayor parte.

    La corrida de Miura solamente se trajo consigo el sonido relativo al chascar de las pipas. Tarde importante para los vendedores de pipas, los únicos beneficiados del petardo ganadero con el que la legendaria vacada ha agasajado a la afición de Madrid durante este domingo de feria. En realidad, esta bendita afición fue agasajada una vez más por los señores ganaderos con una corridita dispar de hechuras, intercalándose algún que otro toro de buenas hechuras e imponente, con toritos escurridos y menos descarados de cara; así como el típico miureño largo, fino y cornalón, el 6º, que parecía sacado de una antigua litografía de La Lidia en el siglo XIX. En definitiva, corrida de retales. Esos retales sobrantes de Sevilla y de Pamplona, las dos plazas en las que los señores ganadero de tan legendario apellido echa el resto. Por encima de cualquiera, incluso de Madrid. Y cuando se confecciona una corrida de retales para venir a Madrid, mal asunto. Esto es Miura en Madrid, nos guste o no. Y así pasa. 

    Los retales de Miura hicieron en conjunto una corrida de juego muy decepcionante. Y con la decepción, pronto llegaron los bostezos, las protestas, el desencanto y los montones de cáscaras de pipas apilados a los pies de cada espectador. Y también las voces disconformes, en forma de "qué vergüenza, ganaderos", "buuuum, petardo", o "que no vuelvan hasta el año 2030". Mal empezó la tarde con el 1º, un toro muy parado y sin opciones al que Rafaelillo se quitó de encima con rapidez y diligencia. ¿Cosa única y exclusivamente de los genes, o es que el picador asesinó al animal de dos puyazos carniceros en mitad del espinazo? He ahí la cuestión. Al 2º toro de Miura se le picó mucho menos, y es que este sí dio claras muestras de blandear en los primeros capotazos. Por ello, se le suministraron dos picotazos de nada, y a correr. Y aquí entran en disonancia dos facciones muy diferenciadas: los partidarios de echar el toro al corral, o aquellos quienes preferían comerse un inválido de Miura antes que jugar a la ruleta rusa con el sobrero de El Montecillo. El señor Presidente pareció ser de esta última, por lo que Juan de Castilla acabó lidiando al flojo miureño con aseo y dignidad. Realizó la única faena que cabía: la de enfermero, esa de sobar y sobar a base de muletazos a media altura, midiendo los tiempos y no molestando. Una faena de menos a más que acabó con una muy buena serie por el lado derecho, mandando y bajando la mano. Con dos pinchazos y una estocada baja, lo mandó Juan de Castilla a hacer filetes. Con el 3º, pareció que los vendedores de pipas se quedaron durante un rato cruzados de brazos. Fue este 3º el mejor toro del encierro, y de largo. El único que empujó con casta y poder en el último tercio, aun haciendo una pelea discreta en varas. Hablar con detalle de lo realizado por Jesús Enrique Colombo, quizás acabaría en el cierre de cuenta y de blog por las autoridades competentes, por lo que la cosa quedará en un simple y escueto "el toro muy por encima del torero". La tarde volvió a bajar en picado, como una montaña rusa, con la lidia del 4º. Descastado, corto de recorrido y sin poder, Rafaelillo anduvo aseado y realizando la faena justa. Sin más. Una estocada desprendida y salida al tercio a recoger una ovación, más en señal de respeto a una trayectoria y a un torero que siempre da la cara, que a otra cosa. La salida del 5º despertó del letargo a las 20.000 almas registradas: dos saltos al callejón en menos de dos minutos, y a continuación lo previsible: masacre en varas. Y, como no podía ser de otra forma, el torete venido a menos en el último tercio. Juan de Castilla perdió esta vez parte del crédito ganado en su anterior actuación: faena larga y muy aliviada, haciendo un uso excesivo del pico y sin pisar los terrenos comprometidos ni una sola vez. Algún que otro muletazo largo y mandón llegó a trazar, pero de nada sirve correr la mano así si se cita fuera de cacho y se escupe el toro fuera a final del muletazo. La estocada cayó, nunca mejor dicho, en mal sitio. Y para finalizar, de nuevo Jesús Enrique Colombo pasando las de Caín. Esta vez, ante el único toro que, por orientado, incierto y peligroso, sí pareció algo más de Miura. Aunque muy lejos de aquello que se espera y desea. 

    La esperada corrida de Miura resultó soporífera, con algunos sobresaltos pero pocos detalles para el recuerdo. Rafaelillo, que permitió la masacre en varas de su primero y, con ello siempre nos quedaremos con la duda de si sí o si no, anduvo pulcro y sin pena ni gloria. Juan de Castilla recibió una ovación de reconocimiento tras finalizarse el paseíllo, en reconocimiento a su maratoniana jornada: sendos toros de Prieto de la Cal y de Pagés Mailhan por la mañana en Vic-Fezesanc, y dos de Miura por la tarde en Madrid. Se entretuvo en cortarle una oreja a ese de Pagés Mailhan, y lo suyo ante los dos de Miura que les correspondieron en suerte, ya queda dicho. A Jesús Enrique Colombo, simple y llanamente, le vino demasiado grande el compromiso de matar una corrida de Miura en pleno San Isidro. Ni se entendió con el bueno y exigente, ni se vio con recursos e ideas lidiadoras para hacerse con el manso. 

    Así que como decía aquel, los retales para la caja de costuras y las pipas, para dar de comer al hámster y al periquito. Nunca para una corrida de toros en Madrid. 

sábado, 18 de mayo de 2024

17 DE MAYO DE 2024, SÉPTIMA DE FERIA: "UNA TARDE DE TOROS"

    Fue una verdadera tarde de toros. ¡¡Por fin, milagro!! Mejores y peores. Buenos y malos. Encastados unos, descastado alguno que otro, mansos otros cuantos y hasta el bravo de verdad no se lo quiso perder. Pero, ante todo fueron eso mismo: toros. La Quinta echó esta tarde una corrida de lo más variada y entretenida, y muchísimo se agradece después de una semana complicada, colmada de medio-toros y borregos. Seguramente no será la corrida de la feria, pero sí tuvo argumentos para salir de la plaza esbozando una sonrisa. Hoy sí. 

    Hoy hubo toros. Una corrida de La Quinta con mucho que torear, dispar de juego y de hechuras: para esos a quienes le interesa lo de mirar la tablilla que anuncia el peso, vino con romana. ¿Santacolomas de 577, 574, 589 y hasta 627 kilos? Da que pensar... En hechuras  también hubo variedad: desde los más regordetes y cornalones, hasta otros más lavaditos de cara y finos, como manda el encaste. Se supondría que, con una corrida con tantas opciones, una terna con la importancia de Miguel Ángel Perera, Emilio de Justo y Ginés Marín, saldría triunfadora con una rotundidad incuestionable. Pero hasta en este punto hay disparidad de hechos y de palabras, y lo que debería haber sido una importantísima tarde de toros y de toreros, solo lo fue de toros. Y si acaso, de un solo torero: Emilio de Justo. Porque Emilio de Justo sí fue capaz de armar el alboroto, y lo armó además con el bravo. Pero lo de Miguel Ángel Perera y Ginés Marín, cada uno con lo suyo, sí dejaron cuestiones mucho más discutibles. Pero vayamos paso a paso.

    La tarde la abre Miguel Ángel Perera yéndose a la puerta de chiqueros para recibir a portagayola a ese primer toro, al cual pegaron más bien poquito en varas, y sin que llegara a hacer una brava pelea. Ya en banderillas el toro mostraba que bravo, lo que se dice bravo, no iba a ser; y Perera se lo saca fuera de la segunda raya para darle una primera serie con la derecha muy aliviada. En la segunda serie, también con la derecha, Perera le somete con más temple y poderío por bajo y ejerciendo ese destoreo de pierna retrasada y remate del muletazo hacia fuera. Y el toro dijo "hasta aquí": al segundo muletazo de la tercera serie, el toro canta la gallina y no hubo forma posible. Perera se lo lleva a los terrenos del tendido 4, pero no hay toro. Y aun no habiendo toro, Perera lo soba y lo soba incansablemente hasta el punto de escuchar el primer aviso sin tener la espada de verdad en su poder. Falla al entrar a matar, llegando a escuchar el segundo aviso. 

    A continuación, Emilio de Justo recibe al segundo estirándose a la verónica con mucho gusto, y de hecho llega a pegar dos lances por el lado derecho buenos de verdad. El toro se dejó pegar en el caballo, sin más, y su castigo tampoco fue excesivo. Entre medias, guerra de quites por chicuelinas entre Emilio de Justo y Ginés Marín: ambos dejan sendos quites de manos muy bajas y cierta belleza. Fue este un toro de esos que se dice "teclas que tocar": se movió con nobleza, tuvo prontitud y una embestida larga y franca, pero con tendencia a rajarse, lo que le hacía abrirse demasiado y dejar al matador descolocado. Un toro para tirar de él dejándole la muleta puesta y llevarlo largo. Y es exactamente lo contrario a lo que Emilio de Justo hizo: medios muletazos, arrancándole la muleta del hocico al toro a mitad del muletazo. Tuvo algo más ese toro.

    El tercero fue el animal más soso y parado de toda la corrida. Apenas se le rozó con la puya en las tres veces que fue al caballo (el presidente obligó, acertadamente, a una tercera vara tras quedar inédito en la primera por descabalgar al piquero). Pero ni aun así el toro sacó empuje para el último tercio. Ginés Marín se limitó a ser un derroche de vulgaridad y apatía.

    Hasta el momento, la corrida parecía no tener gran cosa en su haber. Pero con la lidia del 4º, la cosa cambia. El toro es tardo en varas y se deja pegar sin más, pero en la muleta se viene arriba y, además, ofrece lo que ningún otro de los lidiados hasta ahora: picante. Un toro no apto para pegar pases sin más, sino para someter y llevarlo muy metido en la muleta. Ni un pelo de tonto tuvo el toro, y se lo dejó bien claro desde el primer momento a un Miguel Ángel Perera que, si de algo es experto y sabe lucirse, es precisamente en lo que menos necesitaba el toro: pegar pases. Perera nunca lo lleva sometido, simplemente se limita a llevarlo a media altura y tirarlo fuera, a base de series muy largas de muletazos. Sufre el matador varias coladas a lo largo de la faena, lo que no fue óbice para que siguiera pegando esa preciosa colección de trapazos vulgares. Y eso de que el matador pase apuros, es muy del gusto de los públicos actuales y los envalentona, por lo que la faena llegó a coger vuelo. Llegaron entonces las monsergas del "valor seco", la "firmeza" y el aguante; pero sometimiento y poder no hubo ni gota, en otra faena larga y con el toro muy aburrido de tanta chabacanería taurómaca. La estocada cayó trasera y algo tendida, escuchó un aviso y hasta hubo petición insuficiente, acertadamente desatendida por la Presidencia. 

    Sale el 5º, y viene la hecatombe. Sale Periquito, nº 50 y de cinco años y medio de edad. Ante nosotros, uno de los toros de la feria sin lugar a las dudas. Un toro bravo de principio a fin, que se come al arre en las dos veces que acudió. En banderillas, el toro mete la cara de lujo en el capote del banderillero, y la concurrencia se frota las manos (salvo aquellos que las tienen ocupadas sujetando el cubata o el teléfono móvil haciéndose la foto para Instagram). Efectivamente, el toro embiste con una casta y una codicia que Emilio de Justo tarda en vislumbrar: no se termina de confiar en la primera serie, que es sobre el pitón derecho y la da muy despegado; y, de nuevo, quitando el trapo del hocico con demasiada prontitud. En la segunda serie sigue Emilio de Justo sin terminar de acoplarse, y por esa falta de acople y de apreturas, llega una fuerte voltereta. Se levanta el torero arrebatado y sin mirarse, y deja una serie de naturales muy acelerados y echándose al toro fuera, rematados con un pase de pecho muy mandón y al hombro contrario. Está caliente el matador y, con él, gran parte de la plaza. Sigue con la zurda, y citando de frente y fuera de cacho, deja unos trallazos rematados atrás que acaban en histeria colectiva. El toro sigue embistiendo como si fuera el primer muletazo, y de ello se aprovecha Emilio de Justo para dejar otro manojo de naturales en los que, esta vez sí, destacan dos muy ajustados y despaciosos. Una última serie de naturales de frente, o más bien tirones, precede a un torerísimo abaniqueo para sacarlo a los medios y ejecutar la estocada. Sin duda, lo mejor de toda la faena ese abaniqueo. La estocada entra hasta la bola, y aunque resulta algo trasera y tendida, todo el mundo ya ve llegar la primera puerta grande de la feria... Pero el gozo en un pozo, ya que tarda en caer el toro y tiene el matador que echar mano del descabello, rematando al toro con 5 golpes del mismo y perdiendo lo que, a buen seguro, eran dos orejas. Y gran ovación a ese gran toro de nombre Periquito, un toro bravo con todas las de la ley. Enhorabuena, ganadero. Se podría decir de la faena de Emilio de Justo que rezumó torería y gusto desde que agarró la muleta con la zurda, pero le faltó ajuste en los muletazos y mucha más despaciosidad. Hubo muletazos de quilates, pero también hubo verdaderos telonazos que quedan lejos de lo que es el toreo de verdad. 

    Encastado también resultó el 6º, pero este en manso. Huyó del caballo como alma que lleva al diablo, y en banderillas apretaba mucho hacia los adentros. Pero se vino arriba tras ese segundo tercio, y ofreció un buen puñado de embestidas que el bueno de Ginés Marín, a medio camino entre el "quiero y no puedo", la falta de recursos y la apatía, se entretuvo en dejar ir. No ha sido la tarde de este torero, ni muchísimo menos.

     No solamente quedan ahí la corrida de La Quinta y Emilio de Justo, pues hubo otro hombre esta tarde, de plata aunque azabache su bordado, que echó una gran tarde el con capote y las banderillas. Abraham Neiro Algabeño firmó un tercio de banderillas colosal ante el 2º y fue capaz de llevar la brega del bravo Periquito con orden y aseo. La tarde, en general, tuvo argumentos sobrados. Fue una verdadera tarde de toros. 

jueves, 16 de mayo de 2024

16 DE MAYO DE 2024, SEXTA DE FERIA: "VUESTRA TAUROMAQUIA"

    Feliz Día Internacional de la Tauromaquia, hoy 16 de mayo. Pero antes de proseguir las felicitaciones y los buenos deseos en tan señalado día, cabe hacerse una sencilla pregunta: ¿Qué Tauromaquia? 

    ¿Será quizás esa Tauromaquia verdadera, en la que prima por encima de todo el Toro? El Toro, entiéndase, con casta, poder, bravura, completo en los tres tercios y, por ende, con emoción. ¿Esa Tauromaquia? ¿O estamos hablando de la otra Tauromaquia, desgraciadamente tan en boga? Esa pseudotauromaquia (llamémosle a las cosas por su nombre) del postureo, los torerines de pitiminí y el medio toro sin remate, bobalicón, escaso de fuerzas, que va y viene sin molestar y, ante todo, DESCASTADO. ¿Qué Tauromaquia?

    ¿Qué Tauromaquia? ¿La de verdad, o la de los torerines de pitiminí, los ganaduros y los taurinetes que la montan y se hacen de oro a su costa? Si es lo primero, que sea feliz Día Internacional de la Tauromaquia por muchos años. Pero si es lo otro, eso que llevamos tragando durante tres días consecutivos en la plaza de Madrid durante su feria de San Isidro... ¿Os sirve lo que reza en ciertas pancartas, o más claro? Más claro es imposible.

    Por tercer día consecutivo, petardo ganadero. La corrida de Victoriano del Río con la que se festejó ese "Día Internacional de la Tauromaquia" vino muy mal presentada: toros sin rematar, feos, algunos demasiado altos y destartalados, escurridos... Con la cantidad de toros que este ganadero tiene en el campo, ¿y nos presenta esta birria en Madrid? A semejante corrida le faltó lo fundamental en un Toro bravo: casta. Y cuando se dice que a una corrida le ha faltado casta, malo malo... Pero que muy malo. A la corrida de Victoriano del Río le dio, eso sí, por cumplir en el caballo. Sin grandes excesos, sin derribos, sin echarse los jacos a los lomos, ni empujar con poderío hasta pegar el arre una costalada contra los tableros. Pero cumplió. Y sin mansear ni salir sueltos, con la excepción del toro que cerró plaza. La corrida cumplió en varas, sí, pero le faltó fuelle para llegar al último tercio con ganas de pelea. ¿Quién dijo fuelle? Casta, eso fue lo que le faltó a la corrida. Casta, y sin casta nada tiene importancia. Sin casta, una corrida acaba (y también empieza) siendo bobalicona, sosa y no ofrece emoción alguna.  

    Y con este percal de toretes vulgares y sosos, tres de esos torerines de pitiminí no menos vulgares y derroches de sosería. Pegar pases, y pases y más pases, no es torear. Una cosa es pegar pases, y otra muy distinta es torear. Pases, se pegaron muchos esta tarde; lo de torear, ya... A Sebastián Castella le tocó el torete más parado y flojo de toda la tarde, y abrió plaza con él intentando darle lo que pedía: toreo a media altura, sin molestar , dosificando los tiempos... Lo que se dice una faena "de enfermero". Y eso, por ahí, puede valer para llevarse orejas a mansalva, pero lo que es en Madrid, solo sirve para mosquear al kiosko. Por lo tanto, Sebastián Castella no se dio demasiada coba en este primer acto. La que sí se dio ante el 4º, que se movió durante los primeros compases de faena pero se vino abajo muy pronto. Castella, con un inicio de telonazos por alto y pendulazo incluido, pareció que la armaría. Pero el toro se paró, y ahí quedó todo. Vinieron a continuación series por ambos pitones, de muletazos a media altura y echándoselo fuera. Y cuando el toro ya ni se arrancaba, soflama encimista hasta el punto de escuchar un aviso sin perfilarse a matar. Culminó con bajonazo

    Luego llegó, cual modelo al más puro estilo Míster Universo, el guapetón y portentoso José María Manzanares. Y ante el lote con más posibilidades de la corrida, sucumbió en el ruedo de Madrid. Una vez más, y ya van unas cuantas. Se le pidió una oreja de manera minoritaria tras deshacerse del 2º de estocada corta recibiendo, y una faena en la que pasó a la babosa a media altura, en muletazos templados y dejándose un hueco como para que circulara un autobús atravesado. Arroz pegado en este acto, y más arroz pegado aún en el 5º, con el que directamente pasó un quinario. Este toro también se movió algo más, requiriendo sitio y mano baja. Pero Manzanares no está para trotes, lleva sin estarlo muchos años ya. Y le quedan dos tardes por delante.

    A Tomás Rufo sí le dieron una oreja tras la lidia del tercero. Una faena corta y suficiente, en la que no se palpó fragancia a toreo caro. Hubo un comienzo electrizante y meritorio de rodillas, con muletazos templados en redondo y aguantando la media arrancada del toro. Pero el toreo se ejecuta principalmente de pie, y de pie Tomás Rufo no llegó a esparcir quilates. Una serie con la derecha, perfilera y templada, en la que el toro cae antes de ser rematada; y una segunda serie en la que sufre una fuerte voltereta. Recompuesto del susto, se echa la muleta a la zurda y deja una serie en la que también derrochó firmeza ante ese toro incierto, pero una vez más citando perfilero y fuera de cacho. El destoreo. Y todo ello, culminado por media estocada baja y que provocó derrame. Y oreja de baratija al canto. Muchos pases le pegó al espantajo lidiado en último lugar, espantajo por fuera y por dentro. Sosería y tontuna son los dos calificativos que mejor le viene al pelo. Pases, pero nada más. 

    Hubo buen hacer en el día de hoy por parte de algunos hombres de plata/azabache, y también de casaquilla en oro y castoreño. Buenos puyazos de Manuel José Bernal al 4º, y de Paco María al 5º; estupendos capotazos de José Chacón al 1º, y un tercio de banderillas colosal entre Sergio Blasco y Fernando Sánchez al 3º. 

    Pues lo dicho: Feliz Día Internacional de la Tauromaquia. Pero de vuestra Tauromaquia, no de la de verdad. Sin Toro, ni hay Tauromaquia, ni verdad, ni emoción, ni de ná. Postureo, glamour, torerines guapos y de buen porte, ríos de ginebra regando las gargantas de los chuzos presentes, los berridos de Vivaespaña, y la juerga finalizada en esa infame discoteca que montan al terminar el festejo; de eso, que no falte. Pero eso no es Tauromaquia y, por desgracia, es lo que abunda todas las tardes. Y lo que debería abundar, que es Toro-Toro, sin hacer apenas acto de presencia. Y luego querremos que se nos respete desde las altas esferas politicas. 

    

miércoles, 15 de mayo de 2024

15 DE MAYO DE 2024, QUINTA DE FERIA: "FUEGOS ARTIFICIALES EN HONOR A SAN ISIDRO LABRADOR"

El día grande de Madrid, 15 de mayo, se celebró con una hermosa pirotecnia que, se supone, iría en honor a San Isidro labrador. Aunque por la magnanimidad de semejante traca, pareciera que también quisieron dedicarla a Santa María de la Cabeza, esposa del labrador; a la Virgen de la Almudena, a la Virgen de la Paloma, a San Lorenzo, a San Cayetano, a Jesús de Medinaceli y a toda la corte celestial que tiene relación de fe y cristiandad con Madrid. 

Se sabía y esperaba, por desgracia, que la tarde no iba a tomar otros derroteros. Y es que la corridita que se trajeron a Madrid los señores ganaderos, cumplió con las expectativas que ya se tenían de antemano: muy descastada, tontorrona, parada, mansa, floja y, para colmo, de presentación delirante. Como la del año pasado, también lidiada el día del Santo Patrón. Y como la de hace dos años en el mismo día. Los fuegos artificiales en honor a San Isidro no son solamente en la Pradera, ni en el parque del Retiro. No, también en Las Ventas, y nada mejor que una corrida de El Parralejo para rendir pleitesía al Santo con una buena retahíla de pólvora. Pero no solo ha sido la infame corrida de El Parralejo la única y exclusiva productora de este galimatías de tarde. Porque la corrida, malísima. Pero la tarde ofrecida por los tres espadas del cartel, no ha ido a la zaga. Y qué espadas, Dios santo... ¡¡Qué espadas!! En el sentido más estricto de la palabra.

Como bien dijo Gregorio Cochorrano tal día como hoy, 15 de mayo pero del año 1920, acerca de cierta corrida celebrada también en Madrid: "habéis estado fatales". De un lado, seis babosas de El Parralejo, a saber Escultor, Hostelero, Zaherido, Bienmesabe, Ostrero Gestor; y los señores Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y Alejandro Fermín, al otro lado. Y en el medio, veinticuatro mil almas cándidas aguantando el chaparrón. Los menos, sin saber cómo matar el aburrimiento ni dónde meterse. Otros, unos pocos, desertando el granito al arrastre del 4° o 5° (esos sí que saben). Y el afisionao cumlouder, echando el resto ginc-tónic en mano y bramando "Viva España". Aquí, cada loco con su tema.

Ante semejante corrida, no cabía triunfo, pero qué menos que lidiar y, sobre todo, estoquear con decoro y aseo. ¿No? Pues ni eso. A Miguel Ángel Perera se le aplaudió mucho su faena al 4°, aunque más que por su buen hacer, fue por contrarrestar las protestas al destoreo, y a las voces de "ponte bien", "arrímate", "así no" y "muy mal". El día que en Madrid se le deje de protestar a un torero (sobre todo cuando es figura) todas esas trampas del toreo postmoderno, se cortarán muchas menos orejas y se aplaudirá menos. Bueno, en realidad ese día, y también el día que se aplique la Ley del Deporte, y queden fuera de la plaza las bebidas alcohólicas y los chuzos. Perera anduvo tan vulgar y tan pesado como siempre. En ambos turnos le sonó el aviso sin tan siquiera haberse ido por la espada de verdad, y soltó la misma soflama de siempre de cites perfileros, pierna escondida y muletazos rematados hacia fuera. Y para culminar, dos infames bajonazos. Miguel Ángel Perera estuvo "fatal".

Paco Ureña se contagió de su infame lote y de sus toros. Y, por ende, también pegó el petardo. No se excedió, gracias a Dios, ante la babosa que salió en tercer lugar. Pero sí ante el 5°, componiendo una faena de mantazos al aire con los que espantar las moscas. Muy a disgusto, y también muy mal matando: bajonazo al 5°. Paco Ureña estuvo "fatal".

Alejandro Fermín confirmó la alternativa. Y ya está.  Poco más se puede decir de él y de su actuación, salvo  el mitin que dio con la espada para cerrar la corrida. Tan vulgar como los dos maestros que le confirmaron. Tan contagiado del ambiente como de sus toros y del resto. Ya se dijo en su momento que no se comprenden cuáles son los méritos de este torero para venir a confirmar la alternativa en pleno San Isidro, día 15 de mayo además. Y, además de su alternativa, esa misma sensación confirmó en esta tarde. 

La tarde tuvo tan solo dos cosas positivas: que ya acabó, y la lidia de Jesús Talaván al 6°. ¿Otra corrida del Parralejo para 2025? Cotiza al alza la idea. 

14 DE MAYO DE 2024, CUARTA DE FERIA: "MAÑANA MÁS Y... Y YA IREMOS VIENDO"

     Escopetados y como alma que lleva al diablo. No había otra forma más decorosa de abandonar la plaza, una vez que el último novillejo de Montealto dobló la pezuña. Hacía frío, cualquiera se quedaba otro rato. Pero ni aun haciendo una temperatura de playa, con tumbona y ruido de olas incluidos. Ni con frío, ni con calor. Más de uno, y de dos y de tres, seguramente se hayan quedado a continuar la juerga dándole al discotequeo y a los cubatas, pero no es el caso de esos a quienes sí le gustan los toros y van a las plaza a eso mismo: a los toros. Esos, a casita a meditar sobre lo visto, y a pensar ya en la próxima, que será mañana. Pues eso, mañana más... ¿Y mejor? No llevamos ni una semana cumplida de feria, y ya estamos con la cosa de que lo mejor ya lo hemos visto, entre el bravo toro de Baltasar Ibán, la actuación de Román y algún que otro toro más de Fuente Ymbro. ¡¡Qué ánimos nos damos a nosotros mismos!! Pues casi que lo dejamos en mañana más, y ya veremos después.

     Lo que si está clara es una cosa: que ni la novillada de Montealto ni la actuación de los tres señores que la han dado lidia y muerte, entran en las quinielas para quedar en el recuerdo. Al menos, en lo que se entiende como un "grato recuerdo". No se le eche entonces la culpa al frío, ni a nada más allá de lo acontecido en el ruedo. Que si la novillada de Montealto hubiera salido como Dios manda en cuanto a presencia y juego, al frío le dan morcillas. Y lo mismo podría decirse de lo realizado por quienes esta tarde hicieron el paseíllo destocados.

     No dio más de sí ni la tarde, ni la infame novillada de Montealto, ni lo que hizo Diego Bastos, ni lo que hizo Nek Romero, ni muchísimo menos, y aquí ya hablamos de histeria colectiva aparte, de la actuación de Samuel Navalón. Y no sería porque los chicos no le pusieron empeño, que no perdonaron una oportunidad de entrar en quites. Y eso ya dice mucho. Por desgracia, no estamos lo que se dice acostumbrados a que se entre en quites con tanto ahínco y no se perdone ocasión. Pero, siendo objetivos, una cosa es la intención y otra, el resultado. Y hubo buena intención, sí, pero resultados redondos no se vieron, ni tampoco se acercaron. A la novillada le faltó de todo lo que tendría que tener un animal bravo de lidia: trapío, seriedad, casta, poder, emoción... Y también, le sobró todo aquello de lo que no debería tener: sosería, falta de fuerzas, mansedumbre, ese ir y venir sin maldad... Y así, entre unos y otros, hicieron de esta tarde una tarde insufrible de dos horas y media de duración. Qué gustazo, cuando estas tardes finalizan y cada mochuelo se dirige a su olivo (o cada chuzo a la discoteca y al juego de muñecas, que también).

     Hubo dos novillos, 3° y 5°, de esos que se dice "novillo soñado en el momento y lugar soñado". Embestidas largas, repetidores, con claze, fijeza, ritmo, recorrido, nobleza... En resumen, nobilísimos y bobalicones, sin un mal gesto ni un mal derrote para que sus respectivos... Pues ya se sabe. Pero no fue el caso, claro. Samuel Navalón se encargó del 3°, comenzando la faena de rodillas y con el ya clásico pendulazo, para continuar con series aceleradas y muy despegadas, echándose al novillo fuera con un feo trallazo. Y para finalizar, esa lacra de nombre "bernardinas", que resultaron muy atropelladas; y como colofón, estocada muy trasera y tendida que sirvió. Y la histeria colectiva, pidiéndose un despojo que, gracias al acierto de la Presidencia, quedó solamente en eso: en la petición. Y en una vuelta al ruedo muy protestada, y las monsergas de "atraco", "qué Presidente más malo", y todos esos paripés que los taurinetes y sus plumas de cámara, sobre mediante, arman en estos casos.

     A Nek Romero le cupo en suerte el 5°, que también tuvo todas esas bondades antes cacareadas. No dejó mal sabor de boca este novillero tras vérselas con el 2°, un animalucho soso y huidizo al que fue capaz de robar algunos muletazos sueltos que tuvieron su mérito, a base de dejarle la muleta muy bien puesta y andar siempre bien colocado. También tuvo lo suyo el inicio de faena, con doblones de poderío con los que consiguió embeber en la muleta al manso. Pero lo de ese 5°, bajó mucho el nivel. No se entendió con él, componiendo una faena de medios muletazos por ambos pitones, siempre quitando la muleta de la cara antes de tiempo. Se alargó una vez más, y no se le tuvo nada en cuenta.

     Diego Bastos, ante un 1° infumable, ni fu ni fa. Y ante un 4° novillo que iba y venía sin más, pues también. Ni fu, ni fa. Dos faenas calcadas, rebosantes de vulgaridad y que no dijeron nada. Como tampoco volvió a decir nada la actuación de Samuel Navalón ante el novillo que cerró plaza. Se empeñó y empeñó ante un novillo que no tenía nada, le pegó muchos mantazos, volvió a capitanear la histeria colectiva con más bernardinas de esas, y dio un hermoso mitin con espada y descabello que por poco le suena el tercer aviso. 

     Con un grandioso par de banderillas por parte de Víctor del Pozo al 5°, habrá que conformarse en esta tarde. Lo dicho: mañana más. Y ya después vamos viendo. 

     

lunes, 13 de mayo de 2024

12 DE MAYO DE 2024, TERCERA DE FERIA: "CÓMO IBA A FALLARNOS, CON ESE NOMBRE"

     La corrida de Baltasar Ibán iba cuesta abajo y sin frenos. La decepción y el desencanto se habían apoderado de los tendidos cuando era arrastrado el 4° toro, y no tenía pinta el asunto de remontar. Pero estamos en Madrid, y en Madrid somos expertos en remontadas en el último instante. Los toros de Baltasar Ibán no estaban cumpliendo las expectativas en cuanto a juego y fachada: el primero, dentro una condición de mansedumbre, sacó cierta casta y el mexicano Calita pasó un trago ahí delante; no acertó nunca a llevarlo por abajo y el toro acabó defendiéndose de tanto trapazo. El segundo anduvo muy justo de fuelle, de casta, de poder y, por supuesto, de bravura. El tercero, también manso y saliendo distraído de cada muletazo, si bien con nobleza suficiente como para que una muleta más poderosa le hubiera metido en el canasto; y el cuarto, reservón y con el freno echado desde el primer momento. 

    Camino de una gran decepción de corrida nos encontrábamos cuando el tablillero se plantó en los medios y nos mostró lo que se venía: Bastonito, n° 35, 592 kilos de peso y nacido en febrero de 2020. Y claro, con ese nombre ¿cómo iba a fallar? Pues no falló, y la tarde correspondiente a este 12 de mayo de 2024 quedará reservada a la historia de la plaza de Madrid, como también quedó registrada en esos anales la del 7 de junio de 1994. Saltó al ruedo Bastonito, negro salpicado de capa, y en el recibo capotero de Francisco de Manuel no pasó nada relevante. Lo relevante vino cuando fue puesto en suerte en la primera vara, y el toro se arrancó como un tren hacia la montura para empujar con buen tranco y derroche de bravura. Francisco de Manuel lo saca y, tras un quite por chicuelinas que ni fu ni fa, lo vuelve a colocar de lejos, ante lo cual el toro volvió a arrancarse con la misma presteza y a empujar con la cara abajo. Y cambio de tercio, ¿para qué ponerlo una tercera vez, aunque se le hubiera dado con el regatón? No se sabe muy bien qué se les pasaría por la cabeza a los banderilleros en el segundo tercio para banderillear de una en una, pero la psicosis se apoderó de ellos y protagonizaron un vergonzoso tercio de banderillas. ¿Será por eso de "Dios te libre de un toro bravo"? La cuestión es que, efectivamente, se trataba de un toro bravo, con todas las letras, y como no podía ser menos esa bravura mostrada bajo el peto fue ratificada en el tercio de muleta. Dotado de una embestida muy pronta, encastada y de clase desbordante, Bastonito se merendó la muleta de su matador en cada arrancada, y no dejó nunca de embestir. Un gran toro, a fin de cuentas, que ya entra en las quinielas para llevarse todos los premios de la feria. Un toro bravo llamado Bastonito, y de la ganadería de Baltasar Ibán. ¡¡Si es que no podía fallar con ese nombre!!

    Con la emoción a flor de piel tras este delirante quinto acto en el que Bastonito fue único amo y señor, las aguas regresaron al cauce de la mansedumbre, la decepción y el mal estilo de la mano del toro 6°. Otro toro manso, efectivamente, que se defendió del castigo en varas (muy medido), y de los trapazos a los que su matador le sometió. Y es que la corrida de Baltasar Ibán no cumpliría con las expectativas generadas ni por asomo, peso sí lo hizo ese toro de nombre Bastonito que se lidió en 5° lugar, y que hizo honor s su nombre. 

    Pero hablando de cumplir expectativas y demás, ¿qué pasa con la terna de matadores que trenzó el paseíllo para medirse a esta corrida? ¿Cumplió la terna las expectativas generadas en torno a ellos? Pues dependiendo de a quién se le pregunte, claro. Si se le pregunta a cualquiera que tuviera confianza en el buen hacer de Calita, de Francisco de Manuel y/o de Álvaro Alarcón, seguramente que no. Que no cumplió las expectativas. Pero si se le pregunta a quien pensara que el cartel era muy flojito y le podría venir grande el compromiso... Pues oiga, ahí queda eso. ¿Para qué hacer más leña del árbol caído? Calita, el hombre, paso un mal trago con el complicado aunque no imposible toro primero, y se embarulló en una especie de "quiero y no puedo" con el reservón cuarto. A Francisco de Manuel no le libró Dios del toro bravo esta vez, y bien que lo sentiría el hombre. Bastonito fue arrastrado al desolladero con las orejas en su sitio, bajo una gran ovación y gritos de "se va sin torear". Queda dicho todo. Álvaro Alarcón, ese chico menudito que tanto gustó aquí de novillero el día de su presentación, de expectativas también sabe mucho. Y las habría esta tarde en torno a él, pero no parece haberlas cumplido. Su primer toro mereció mucho más que esa hermosa colección de trapazos a la que fue sometido. Al último le pegó poco en el caballo, y puede que en este pecado llevara la penitencia, posteriormente en la muleta, de que el animal embistiera demasiado rebrincado y con la cara muy suelta. Con más pena que gloria lo mandó al desolladero.

     No conviene engañarse a sí mismo: la corrida lidiada con el hierro de Baltasar Ibán en la tarde de hoy, 12 de mayo de 2024, ha sido mala, sin paliativos, y decepcionante. Muy decepcionante. Y, a partir de aquí, cada uno podrá ver el vaso como mejor le convenga: medio lleno o medio vacío: un grandioso toro salva los muebles de un mal encierro, o ni siquiera el dedo que fue Bastonito es capaz de tapar el sol de una mala corrida de toros. Pero quizás pueda haber término medio, sí: Bastonito trajo la emoción que tan solo llevan consigo los toros bravos; y los cinco restantes (a saber, Camarita, Saltillo, Barberito, Sartenero y Santanero, nombres ilustres de la casa todos ellos y que también evocan grandes recuerdos), trajeron la decepción. 

sábado, 11 de mayo de 2024

11 DE MAYO DE 2024, SEGUNDA DE FERIA: ¿DÓNDE ANDABA LA PORCELANA?

     En los corrales, una corrida de Fuente Ymbro lista para ser lidiada. Fuente Ymbro, procedencia pura Jandilla; una línea muy codiciada por los grandes toreros de la parafernalia esa "se torea mejor que nunca" (o así se pronuncia, parece ser). No es Fuente Ymbro una ganadería de la que huyan, como de la peste, esos grandiosos torerines de porcelana. De hecho, suelen acartelarase a lo largo de la temporada con esta vacada nombres de la talla de Perera, Roca Rey o Talavante, entre otros. Pero, sea por lo que fuere en el día de hoy y con una corrida de Fuente Ymbro enchiquerada, la porcelana no asomó por Madrid. Y el resultado se magnificó en algo que veníamos barruntando: corridón de imponente presencia, cuajada, buenas hechuras y no menos hermosas bolitas; y como colofón, de juego más que interesante. Qué cosas...

     La corrida de Fuente Ymbro vino a Madrid como hay que venir y, aunque acusó cierta mansedumbre, no menor fue la casta que desprendió. Mucho que torear tuvo la corrida de Fuente Ymbro, haciendo por ello una tarde de lo más interesante. Y la porcelana, por ahí con sus bolos. Pero con semejante corrida de Fuente Ymbro enchiquerada, desde luego no en Madrid. A cambio, tuvimos presente una terna más de "segunda fila", como se dice: el inefable David Fandila (el Fandi para los amigos), Román y Leo Valadez. Ahí se las vieron y desearon con los hombrecitos de Fuente Ymbro, dejando para la posterioridad actuaciones de lo más dispares. Empezando por el final, está Leo Valadez. Muy bullicioso desde que entró en su turno de quites al 2°, por caleserinas que remató con una larga muy vistosa; y tampoco quiso perdonar otro quite a su toro, el 3°, por chicuelinas. Con este toro, manso en varas y poco picado, anduvo Leo Valadez con voluntad, pero nada más. Mucho que torear tuvo este toro, desbordando a un Valadez demasiado acelerado y poco asentado. Muchos guiños de cara a la galería, como por ejemplo esa arruzina de la que salió prendido, pero la faena de Valadez tuvo muy pocos argumentos y este acabó por debajo de tan importante ejemplar. Se tiró a matar con todo, saliendo de nuevo prendido y con una luxación de hombro que le impidió salir a matar al 6°.

     Por tal motivo, El Fandi tuvo que hacerse cargo de tres toros. ¿Qué decir de su actuación? O mejor dicho, ¿qué decir que no se sepa ya? Pues mejor ser breve: llegó a Madrid una vez más, anduvo muy activo con el capote toda la tarde, soltó su soflama en el segundo tercio, e hizo con la franela roja lo que buenamente sabe y le permite su técnica y expresión artística... Una pena no haber visto a esos tres toros en otras manos. Mansos los dos de su lote y venidos a menos, aunque les duró el fuelle lo suficiente para otorgar un buen puñado de embestidas muy emocionantes. Claro que, ahora que lo pienso... ¿Venidos a menos esos dos toros, o aburridos de tanto mantazo y tanta vulgaridad? Aburrido también acabó el encastado 6°, del que también podría decirse que hubiera sido mejor verlo en otras manos. Por cierto que este animal sí cumplió en varas, aunque se le alivió el castigo.

     Y lo mejor por parte de los toreros, queda para el final: Román. Buena tarde echó este torero ante la importante corrida de Fuente Ymbro. No es un dechado de arte ni de clase, pero sabe darle a los toros lo que piden, derrocha firmeza y hasta llega a poder con los toros. Sorteó el mejor y el peor. El mejor salió en 2° lugar, que romaneó en la primera vara hasta derribar, empujando en la segunda con un solo pitón tras arrancarse con alegría. Luego, lo de siempre: una tercera vara, y tal... El toro embistió como un tren de principio a fin. Román le dio mucho sitio y tuvo el mérito de bajarle siempre la mano, plateándose toda ella en el tercio. Le costó acoplarse a las embestidas, en una faena de menos a más que terminó con muletazos de mano muy baja y mandando. En otras palabras, el toreo. El colofón de la faena fue lo mejor: unos doblones de mucho sabor, rematados por un trincherazo que paró los relojes. Y una estocada de gran ejecución, aunque algo trasera. Y oreja. Aunque intermitente, muy meritoria la labor de Román frente a este toro, pues lució al toro y le supo dar la lidia adecuada, por lo cual degustamos su buena condición gracias al matador. Otra cosa es que lo aprovechara de principio a fin, pero al fin y al cabo, ahí quedó eso. Y lo peor de la corrida, salió en 5° lugar: un animal incierto y reservón, que sabía lo que se dejaba atrás. Román, molestado por el viento, anduvo firme y valiente. Volvió a ejecutar la suerte suprema con limpieza y pureza, y dio una vuelta al ruedo tras ser arrastrado este 5°.

     La de Fuente Ymbro, aunque mansa y poco picada en algunos ejemplares, salió con casta y emoción. Es una pena que esos que son tan figuras, muy figuras y muzho figuras, nunca se encuentren cerca cuando salen este tipo de toros. Será cosa de la mala suerte, claro. No hay que ser mal pensados.

viernes, 10 de mayo de 2024

10 DE MAYO DE 2024, PRIMERA DE FERIA: LA PANCARTA

    El gran acontecimiento de la tarde fue la pancarta exhibida al romperse el paseíllo en el alto del 7. Mejor dicho, una de las dos pancartas exhibidas. La otra gastó buen acierto, al recordar un selecto grupo de aficionados a un amigo y compañero de correrías taurinas que se encuentra convaleciente. Sus amigos le desearon una pronta recuperación, y desde este humilde espacio no será menos: mucho ánimo Fran.

    A lo que íbamos, la pancarta de marras. Esa pancarta exhibida en el alto del 7 cuando rompía el paseíllo... Pues acabó siendo el acontecimiento de la tarde. Tarea poco complicada la de imaginarse cómo transcurrió la tarde para que su mayor acontecimiento fuera la exhibición de una pancarta, pero así la cosas. ¿Que qué decía? Con no mucho decoro y si excedente de guasa,  saludaba al señor ministro de (In)Cultura. Mejor dicho, le invitaba a comer. ¿El qué? Dejémoslo en "algo redondo y que cuelga", sin más. Y es que el señor ministro de (In)Cultura se ha ganado nuestras más sinceras muestras de cariño en los últimos días, aunque seguro que no tanto como la simpatía que desde esta parte de la Fiesta, esos que pagamos solemnemente y acudimos tarde tras tarde aun a sabiendas del bodrio que se nos viene encima, le guardamos a ciertos personajillos del mundo taurino que, a base de golpes en el pecho, dicen defender la Fiesta, siendo en realidad mucho peores que el convidado a comer eso que se puede freír, cocer o escaldar. A fin de cuentas, tampoco es el señor Ministro de (In)Cultura el responsable de que la añorada Venta del Batán, criadero de buenos aficionados durante muchos años, permanezca con el cierre echado un San Isidro más. Ni tampoco de que la sombra del afeitado se cierna sobre nosotros tarde sí y tarde también. Ni de que una factoría de bueyes de carreta como lo es Alcurrucén venga anunciada dos tardes en San Isidro y, de paso, protagonice escándalos ganaderos como este de esta tarde. Me libre Dios de escurrir el bulto y defender a esa banda de chacales y de mala gente que convive actualmente en el Palacio de la Moncloa, ¡¡faltaría más!! Pero, por supuesto, aquí hay problemas mucho más graves que el mero hecho de que a un analfabeto funcional le dé por retirar un premio de 30.000 euros. Métaselos por donde le quepan, señor ministro, pero si lo que pretende es hacer daño a la Fiesta de los toros, esa que usted tanto odia, tome nota de lo que tenemos dentro. Son expertos en materia.

    La pancarta de marras fue la única protagonista de una tarde en que nuestros Lozano volvieron a dar el cante, con una corrida mal presentada, mansurrona de principio a fin, que huyó del caballo como alma que lleva al diablo, y con la casta muy justa. ¡¡Ja!! Casta... Qué bonita palabra. 30.000 toneladas de casta a cambio de otros tantos euros en un premio, y a ver quién le tose a esto. Pero no. Y con los flamantes toros de Alcurrucén, una terna compuesta por Morante de la Puebla, Diego Urdiales y el confirmante Guillermo García Pulido. Casi ná. 

    Hubo dos toros de comportamiento notable en la muleta, mansos como el resto, pero al fin y al cabo regalaron un puñado de buenas embestidas. No muchas, aunque sí las suficientes para poner aquello boca abajo. Uno, el 1º: y Guillermo García Pulido confirmó la alternativa que tomó en febrero de 2024 (y no de 2023, como rezaba erróneamente el programa de mano). Unas cuantas embestidas francas y con buen son por el lado derecho, llevándolo algo acelerado el matador y sin terminar de acoplarse. Muy firme, pero sin terminar de templar y mandar esas buenas embestidas. Luego, el animal se vino abajo y la faena, también. 

    El otro fue el 3º, con otras cuantas arrancadas con las que Urdiales se malentendió desde la lejanía, sin pisar esos terrenos que hay que pisar para que todo suba al cielo, acompañando la embestida sin más. Desprendió el trasteo de Diego Urdiales ese aroma que solo desprenden los elegidos del buen gusto y el pellizco, pero más allá de las poses y la fragancia, la faena no tuvo toreo verdadero. Se le pidió la oreja tras una estocada trasera, pero acabó dando una vuelta al ruedo sin pasear tan preciado despojo gracias a que la Presidencia se mantuvo en su sitio. Y, de paso, sorteando no pocas protestas por darse ese autobombo.

    La corrida tuvo otro acontecimiento de categoría y, por suerte, estrictamente taurómaco: los dos pares de banderillas que Joao Ferreira le sopló al 4º, acompañado del gran hacer lidiador del mejor banderillero que hay en este momento: el señor Curro Javier. Más allá de todo eso, la corrida no tuvo nada más: Diego Urdiales y Guillermo García Pulido se estrellaron con dos ejemplares muy reservones que no querían saber nada de embestir, en 5º y 6º lugar respectivamente. Y Morante de la Puebla... ¡¡Ah sí!! Morante, si casi había caído en el olvido... Pero Morante de la Puebla nunca cae en el olvido, haga lo que haga. Para eso tiene trato de "genial", y eso conlleva una cara buena y otra menos amable. Hoy tocó esta última. Lo más esperado de él, el capote, lo trajo de paseo en esta tarde. Como el mal estudiante menor de 16 años que tiene que acudir al instituto por obligación, pero que en realidad lo único que hace es pasear los libros en la mochila. Pues Morante con el capote esta tarde, igual. Ante el 2º, un toro de acusada sosería, se justificó y porfió más de lo que muchos esperábamos que porfiara. Y hasta le jalearon sus más fervientes partidarios algunos muletazos que ya me dirán qué tuvieron, la verdad. Eso sí que es ser optimista. Pero no hubo nada por parte de un Morante muy fuera de sitio, de pico abusivo y muletazos hacia fuera. A este toro lo pinchó hasta en ¡¡11 ocasiones!!, y sin más descabelló... El 4º fue masacrado en varas y llegó al tercio de muleta muy agarrado al piso y reservón, y aquí sí que ocurrió lo que tenía que ocurrir: la abreviatura, no sin antes dejar unos detallitos muy pintureros para el recuerdo. Y sus partidarios, claro, se enfadaron. Normal: más de 400 euros gastados entre entradas, cubalibres, el puro, los mocasines de marca, la barbería para ir con las patillas arregladas para la ocasión y, hasta en algún que otro caso, la compañía... ¿Para esto? Vaya guasa. 

    La pancartita de marras tuvo tanto mal gusto como protagonismo en esta tarde. La primera decepción de la feria ya la tenemos en la buchaca.