miércoles, 11 de mayo de 2022

MIÉRCOLES 11-MAYO-22, CUARTA DE FERIA: EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS, DON JULIÁN ES REY

A estas alturas de la vida, después veintitrés años que serán veinticuatro en septiembre, para qué pararse a explicar quién es don Julián y qué supone en este bendito mundo de los toros. De manera escueta, podría decirse que aquí el amigo se trata de lo más parecido a un dios para unos, y una especie de ratero para otros. Lo que si está clara es una cosa, y es que nunca deja indiferente a nadie. Mientras los unos atribuyen a don Julián un poderío y una maestría exagerada delante del toro, para los otros supone un verdadero maestro de la mentira y del destoreo. Precisamente en eso es lo único en lo que se ponen de acuerdo ambos bandos: don Julián es un maestro consumado, pero el debate surge cuando se hace una simple pregunta: "¿Maestro de qué?".

Y es por esos derroteros por donde se ha desarrollado su primera tarde en Madrid en esta Feria, primera de las dos que tiene. En el 2° de la tarde, un bomboncito de capa cárdena y sangre samtacolomeña (quién diría que no tenía genes domecqsticados en lo más profundo de sus entrañas), don Julián ha puesto de acuerdo a la parroquia toreando con el capote de maravilla, en un quite por verónicas de manos muy bajas y cargadísimas de cadencia. Un gustazo ver torear así con el capote. Luego, muleta en mano, volvió la discrepancia entre los unos y los otros: para los unos, don Julián ha estado "en maestro", llevando al torete suavemente y dando series ligadas con una despaciosidad que "paraba los relojes". Sin embargo para los otros, ante el borreguete de La Quinta, don Julián ha estado "en maestro del embuste". ¿Cómo es eso? Pues lo que buenamente ha estado haciendo durante sus veintitrés años de alternativa que serán veinticuatro en septiembre: pico, pico y más pico; echándoselo fuera en todos y cada uno de los mantazos que ha pegado y alargando el brazo hasta casi salir disparado al tendido, y citando siempre perfilero. Bueno, perfilero en el mejor de los casos; hubo muletazos en los que el toro, en el momento del cite, llegaba casi a lamer el glúteo de don Julián. Lo llaman "torear", claro... Y como la espada quedó en un sitio aceptable (qué más da la ejecución, o sea el archiconocido e infame julipié) la oreja le fue concedida sin mayores complicaciones. En el 5º toro don Julián volvió a poner de acuerdo a todos en que es un maestro consumado, pero ¿maestro de qué? Esa pregunta vuelve a ser, otra vez, el caldo de cultivo de la discrepancias. Ese 5º fue la antítesis a la babosa de la que procedió la oreja que anteriormente se le otorgó a don Julián, un animal con guasa que requería buena colocación, mando, temple y manos poderosas. A los medios se lo llevó don Julián sin apenas probaturas, y fue allí donde realizó la faena al completo. Comienza con la zurda y, como cita al hilo y el toro le mide perfectamente, se le cuela. Pasa a la mano diestra y se encuentra con el mismo problemita: don Julián vuelve a quedarse fuera de cacho y el toro vuelve a medirle y a querer echarle mano. Estaba claro que el toro no era la tonta del bote, llevaba dentro cierto temperamento santacolomeño, de lo muy poco que se vio esta tarde, y requería una lidia perfecta para conseguir serle sacado el partido que merecía. Tras esas dos coladas por ambos pitones, don Julián vuelve a la mano zurda y, más cruzadito pero citando descaradamente de perfil y descargando la suerte, traza muletazos rematando a media altura y echando al toro fuera. Otra vez a la diestra, donde poco a poco ya se ve que lo ha metido en el canasto, pues lo lleva suavemente mientras el toro sigue la tela como un perrito; hasta algún muletazo termina rematado en redondo. El toro ya está atrapado en las garras que la muleta de don Julián lleva cosidas, y tras esa serie con la diestra vuelve a agarrar el trapo rojo con la zurda, donde dibuja naturales muy despegado, citando no ya de perfil sino dándole al toro toda la retaguardia, y echándoselo para fuera descaradamente con el pico. Excepto dos. Dos muletazos que han sido sueltos, muy lentos y verdaderamente poderosos, tirando del toro en redondo. Y si verdaderamente don Julián sabe hacer eso, ¿por qué diantres no lo lleva a cabo con normalidad, en lugar de ir siempre por la senda de la falacia y con esa forma tan chabacana de DESTOREAR? La faena, vista por los unos, ha sido de "verdadero maestro en tauromaquia", una "verdadera lección de poderío" ante un toro "complicado" y "que no sirve para el toreo actual". Vista por el bando de enfrente, la faena ha sido otra maravillosa muestra de destoreo en la que tres muletazos, solamente tres entre los muchos que se vieron, llevaron consigo el sello del toreo puro y verdadero. El resto, pico-latigazo hacia fuera-paso atrás, y vuelta a empezar. Pero esta vez la espada jugó una mala pasada a don Julián y a su séquito que todo le aplaude, pues remató al bicho de pinchazo, otro pinchazo hondo y un golpe de descabello; lo que sin duda le arrebató su segunda oreja de la tarde y, por consiguiente, la puerta grande.

En el país de los ciegos, don Julián fue el Rey. Ciegos hubo esta tarde, y llevaban nombres y apellidos: José Antonio Morante Camacho, de Puebla del Río; y Pablo Aguado Lucena, de Sevilla. Cada uno a su manera, pero esta tarde ninguno de los dos ha estado presente por Madrid salvo para hacer el paseíllo. Bueno, y en el caso del llamado José Antonio, además, para darse un paseíto por Madrid en un bonito carruaje tirado por caballos. Poco más que resaltar de ambos en esta tarde. José Antonio Morante Camacho, apático y a disgusto con los dos bureles que le cupo en suerte lidiar y mandar trocear vilmente a sus picadores. Pablo Aguado Lucena, además de apático y a disgusto, completamente incapaz de sacarle el más mínimo partido a dos toretes de La Quinta que se dejaron sin maldad. Otro día será para ellos, y también para los que esta tarde nos acercamos a la plaza con la ilusión de los santacolomas de La Quinta. Mala, pero que muy mala y decepcionante fue la corrida. Mala por descastada, falta de poder y de bravura. Eso no es lo que hemos visto en los últimos años por este foro de parte de este ganadero.

En el país de los ciegos, el tuerto, o sea don Julián, es el Rey. Y en el país de don Julián, aquel donde solamente él habita, el propio don Julián ha de guiarse con bastón, gafas y perro guía en la mayoría de las ocasiones.

3 comentarios:

  1. El segundo toro te ha parecido malo ¿? Podrían haberlo lucido más en el primer tercio, pero loas dos veces que va al caballo lo hace con ganas y buen tranco. Empujando con los riñones, especialmente en el segundo puyazo. Se arranca con alegria en banderillas y a la muleta todavía con bastante motor. Embiste metiendo la cara y acudiendo presto al engaño… Corrisa entretenida en líneas generales en lo que al ganado se refiere. Con muchas más opciones de las que Morante y Aguado pidieron y quisieron sacar tanto el primero como el tercero.

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  2. Totalmente de acuerdo, corrida desclasada

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  3. Se picó mal, muy mal. Trasero, tapando la salida y con saña. Ni rectificando el puyazo con el toro parado en el peto eran capaces de atinar y clavar la puya en su sitio...

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