martes, 23 de mayo de 2023

23 DE MAYO DE 2023, DUODÉCIMA DE FERIA: CUANDO MARZO MAYEA...

"Cuando marzo mayea, mayo marcea", dice el refrán. Hace dos meses andábamos por la calle en mangas de camisa y bermudas. Y ahora, casi finales de mayo, tenemos días de fresquete, viento molesto (que se lo digan, sino, a muchos de lo toreros que están desfilando por Madrid en estos días) y hasta lluvia. Como si estuviéramos  en el mes de marzo. No, no es el cambio climático (o como quiera que llamen a ese invento con el que algunos y algunas se están haciendo de oro), sino que cuando marzo mayea, mayo marcea. Así ha sido siempre, y así será por los restos. 

El día de hoy ha sido desapacible, y no solamente en lo estrictamente meteorológico. También fue una tarde desapacible en lo taurómaco. Nos tocaba esta tarde una novillada de Montealto y tres novilleros con muy buena pinta, por lo que la ilusión acompañó de camino a la plaza. Más, incluso, que en muchos días en que se anuncia una corrida de toros (verás tú mañana amigo, que para colmo nos van a colar una de Valdefresno sustituyendo la corrida de Luis Algarra). Pero el gozo en el fondo de un pozo, y que de ahí no salió ni saldrá. La novillada de Montealto fue una mansada que no anduvo muy sobrada de fuerzas ni de casta, y los tres novilleros pues tampoco es que se afanaran gran cosa en animar el cotarro. Fuimos a la plaza con frío, pero ilusionados; y salimos con más frío aún (algunos, los del tendido, incluso mojados) e indiferentes con lo visto. Una pena, pero así las cosas. 

Hubo, entre la ristra de mansos, un novillo que ofreció buen juego en la muleta y fue un derroche de buenas embestidas para que alguien ratificara lo que tanto y tan bien se habla de él. Pero el novillito en cuestión se marchó al desolladero sin torear y con las orejas puestas, y Sergio Rodríguez se afanó, simplemente, en pegar pases. Y también, en que nos surgiera la misma inquietud de siempre: ¿qué más necesitan estos chicos para torear?

Los dos Jorges, Molina y Martínez, también anduvieron a lo suyo durante la tarde. Faenas muy largas, más de lo necesario, y muy pocas cosas que dijeran algo allí arriba, en los tendidos. Ambos, y con ellos la inmensa mayoría de novilleros y de matadores que hoy colman el escalafón, debieran aprender el momento en que hay que irse a por la espada. El veterano, Martínez, tiene su alternativa a la vuelta de la esquina, y durante su etapa de novillero ha demostrado con creces que de él puede emanar un gran torero en un futuro no muy lejano. Sacó a relucir, por momentos, sus buenas maneras ante los dos novillos que le cupieron en suerte, pero todo quedó muy venido a menos después de tanto pase y tanto sobar a los novillos.

Con fresquito y empapados de lluvia y de desilusión, la plaza quedó vacía a eso de las nueve y media de la noche. Mañana, más marceo y... Que viene Valdefresno. Sálvese quién pueda.






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