De manera concisa. O, como se dice en el balompié, "cortita y al pie": dejar de sacar la entrada de esta tarde, alegando un "cartel flojito", es de ser un verdadero PATÁN. Y hubo unos cuantos, al parecer. Peor para ellos.
Cierto, no era una tarde de postín, ni de glamour. Tampoco había por allí figurillas de porcelana que aseguran aluvión de orejas, ni torerines famosos y con porte de modelo que son habituales en los programas y revistas de marujas. Qué decir tiene sobre la ganadería, si tampoco era de esas que indultan media camada por temporada en esas plazas de Dios. No, hoy no era día para dejarse ver. Pocas fotos en Instagram sujetando el cubalibre, y con el incomparable marco de Las Ventas como fondo; ataviado con el uniforme reglamentario del güen afisionao (a saber, camisa de ya sabemos qué conocida marca, chaleco, pantalones pesqueros de pitillo, calcetines de colores, mocasines y sombrero cordobés al gusto). Poco negocio hoy para los de la ginebra, no digamos ya para la odiosa discoteca. No hubo nada de eso pero, a cambio, sí tuvimos toros y toreros. Con eso igual solo se llena un autobús, mientras que el glamour llena las plazas. Pero, al fin y al cabo, de eso se trata esto de los toros: de disfrutar del Toro y del toreo. ¿No?
La tarde tuvo contenido, y se veía venir desde que se anunció. A pesar de los augurios, pero se veía venir que aquí sí podía saltar la liebre. Enchiquerada, una corrida de Araúz de Robles; vacada cuanto menos peculiar dado que confluyen diversas sangres y procedencias en sus venas; y que durante los últimos años ha lidiado ejemplares muy interesantes. Su hoja de servicios era cuanto menos justificable como para acercarse con ánimo a la plaza. Sin embargo, la corrida de esta tarde ha sido mala. Una mala corrida de toros por mansa, complicada, bronca y muy parada. Mansos de principio a fin, desde que salían y se les veía cómo buscaban la salida, hasta el momento del arrastre; pasando, naturalmente, por el caballo de picar y la faena de muleta. Una corrida de toros muy complicada, y a la que se supo sacar partido. O, al menos, lidiar con suficiencia. Pareciera esto último una perogrullada, pero nada más lejos de la realidad: el escalafón, atestado de matadores y novilleros; y cuando sale una corrida complicada casi nadie sabe meterle mano.
Anunciado estuvo Morenito de Aranda, un matador de muy elegantes maneras, ya veterano (exactamente veinte años de alternativa), y que sabe torear bien de verdad. En esta plaza ha dado muchas tardes de toros excelentes y, aunque parece haber desaparecido en las últimas temporadas, ahí sigue. ¿Un "cartel flojo", aquel que lo abre Morenito de Aranda? Vamos, hombre... Pues anduvo ciertamente bien durante toda la tarde. Lidió a sus dos toros con oficio y eficacia, se preocupó por poner en suerte en el caballo, dio los capotazos y muletazos precisos, y anduvo con torería. Dispuso en primer lugar de un auténtico buey de carrera, con el que poco pudo hacer. Sí tuvo más toro en cuarto lugar, un toro manso, correoso y exigente que llevaba hule en sus pitones. En los medios y sin probaturas (quizás desacertadamente con semejante manso), Morenito realizó una faena con altibajos, costándole mucho trabajo someter la embestida del toro. Algunos muletazos sueltos consiguió sacar y sobre todo firmeza. Se la jugó de verdad el matador antes ese toro y, a pesar de los altibajos de la faena, esta fue muy meritoria por todo lo que tragó. Lo mejor llegó al final: tres naturales excepcionales, y un cierre de faena mediante algunos remates y adornos que bien podrían quedar impregnados en los carteles de toros. Con la espada, mal durante toda la tarde.
La tarde continuó con Saúl Jiménez Fortes, un torero de muy desigual carrera y al que muy poco hemos visto durante las últimas temporadas. Tras lo de esta tarde, a buen seguro le veremos más a menudo de aquí en adelante. Como para no... Fortes echó en Madrid una tarde sensacional, de puerta grande de verdad si no se hubiera dedicado a pinchar en hueso. Una oreja pudo haberle cortado al 2°, un toro reservón, muy agarrado al piso y al que sacó muletazos de veras muy meritorios. Fue una faena corta y muy medida: una primera serie con la mano derecha y gustándose, a la que siguió otra serie de naturales muy mandones y sometidos, de gran belleza y pureza. Siempre muy bien colocado Fortes y enfajado con el toro, vuelve a la derecha para dejar otros cuantos muletazos enormes; y un cierre de faena mediante ayudados por alto de sabor añejo. No hizo falta más, el toro tampoco tenía dentro gran cosa y, aun así, su matador logró hacerle faena. Solo faltó una buena estocada, pero esta no llegó y el asunto quedó en una ovación. Mucha más movilidad tuvo el 5°, con el que Fortes anduvo toreando con la misma pureza, aunque algo desigual. Si la primera serie, con la derecha, fue discreta, la segunda fue perfecta; volviéndose a pasar cerca al toro y rematando cada muletazos atrás y por abajo, mandando e imponiéndose a cada embestida. En la tercera serie el toro se le para y le prueba, no es una serie limpia pero sí estoica y de aguante, que derrocha mérito. Tras ello se la echa a la zurda y, de uno en uno, sacó aquellos naturales de fragancia eterna. El TOREO en mayúsculas. ¡¡Así se torea!! En este punto el toro está ya muy parado y se le solicita al matador que culmine, cosa que no hace. Gran desacierto por su parte, la siguiente serie, de derechazos, fue muy deslucida y enfrió al público en cierta medida. Quizás sobrara esa serie, aunque la oreja la tenía ya ganada de haber rematado con una buena estocada... La cual no llegó. La vuelta al ruedo fue apoteósica, Fortes se ha revelado en Madrid y ha dejado claro el porqué en las ferias debería estar anunciado su nombre. Definitivamente, mi más sentido pésame y un fuerte abrazo a los del "cartel flojito".
La terna la completó Adrián de Torres, que pasó de puntillas. Le correspondió el peor de la tarde, un pregonao que huía de todo lo que se le ponía por delante y, aunque anduvo el matador porfión y entregado, no llegó a sacar nada. Peor fue lo del 6°, sobrero de Castillejo de Huebra que acusó cojera de la mano derecha durante toda la lidia. A pesar de los esfuerzos del bueno de Adrián de Torres (demasiados, y hasta prescindibles en cierto punto) no ocurrió absolutamente nada de interés.
La tarde tuvo contenido, vaya si lo tuvo. La madurez de Morenito de Aranda y el buen toreo de un resucitado Fortes, ante una corrida con muchas complicaciones de Araúz de Robles. Y el grandioso tercio de banderillas que Iván García protagonizó ante el 4°. ¿"Cartel flojo" el de esta tarde? A mí tardes flojas como estás, y que Dios me libre de tardes de "glamour". Empezando, sin ir más lejos, por las tres que vienen...
Gracias por la crónica y gracias a todos los integrantes del cartel por una tarde de las que nos reconcilian con el toreo. Grande Fortes!
ResponderEliminarMuy de acuerdo con tu crónica!
ResponderEliminarDos toros fueros mansos encastados , exigentes y pidiendo el carnet que dos toreros tenían vigente.
ResponderEliminarPeña que los figurillas tengan a toreros como Fortes o Morenito además de a ganaderías vetadas. Ellos ya llevan sus segundos para que no le hagan sobra. Pobre Juan Ortega, con el oficio que tiene este torero también.
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