La tarde iba teniendo contenido cero hasta que en sexto lugar salió por toriles un mastodonte de 633 kilos y fuera de tipo a lo que es el encaste Núñez. Un animal que, al igual que sus predecesores, fue mansurrón y abanto a más no poder, pero a diferencia de los demás tuvo la suerte de encontrarse con todo un torero que tuvo la generosidad de ponerlo de largo en el caballo tres veces, un gran picador que hizo la suerte como Dios manda y supo lucirse a lomos del caballo, aunque luego los puyazos no le cayeran en buen sitio; y una gran cuadrilla que supo lucirlo en el tercio de banderillas darle la lidia adecuada. Marco Galán con el capote, y David Adalid con los palos; ambos saludaron montera en mano por sus buenos quehaceres. ¿Que el toro salió como alma que lleva al demonio al sentir el acero de la puya? Correcto, y bien que nos pesó a todos que no empujara debajo del peto, pero para entonces ya todo daba igual después de ver hacer la Suerte de Varas medianamente en condiciones y sentir la emoción en el cuerpo al ver un toro arrancarse de lejos con alegría. Solo una reflexión: como el viernes a este tío le salga un Cuadri al más puro estilo
Podador, Rivete, Frijonero o
Poleo, vamos a salir todos de la plaza que ya podemos llevarnos en una bolsa de plástico unos calzones limpios de recambio. Así podría poner el fin a una gran rúbrica que no le permitió este grandullón de Carriquiri, pues llegó a la muleta sin mucho salero ni ganas de embestir. Eso sí, los arrimones que se los deje aparcados al lado del coche de cuadrillas, pues son cosas que sobran.
Del resto de la corrida ni merece la pena hablar siquiera. Bueyes de carreta todos aunque correctamente presentados, pero sin una gotita de sangre brava en las venas. Garibay protagonizó el enésimo petardo mexicano en esta feria y Frascuelo no se confió con ninguno de sus oponentes. Tampoco lo merecían mucho, la verdad, pero se le ve ya algo mermado de facultades a Carlos Escolar. Normal, como que los años no pasan en valde.
FICHA DEL FESTEJO
6 Toros de Carriquiri; correctos de presentación, a excepción de la mole corrida en 6º lugar, fuera de tipo y muy atacado en kilos. Muy descastados y mansos en líneas generales. El 6º, bravucón que se arrancó al caballo de Tito Sandoval con alegría pero manseó al sentir la puya.
Frascuelo (marfil y oro): Silencio y silencio.
Ignacio Garibay (canela y oro): Silencio y silencio.
Javier Castaño (azul marino y oro): Palmas y vuelta al ruedo.
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