Lástima de toros, ya podría haber estado más fino el apoderado de Eduardo Gallo por la mañana en el sorteo a la hora de sacar el papelito del sombrero del mayoral. Y es que el Gallo salmantino volvió a cantar como lo hiciera antaño en su época novilleril, poniéndose en una situación privilegiada para cubrir alguna vacante de la Feria. Arreó desde el primero momento con unos buenos delantales de recibo y galleo por chicuelinas para llevar al toro al caballo, un 2º toro tontorrón con el que estuvo limpio y aseado, parecía que toreaba de salón al nobilísimo y soso de Martín Lorca. Más interés tuvo su actuación con el 5º, un mulo al que robó buenos muletazos a base de pundonor y buena colocación. Lástima que con este toro fallase a espadas, porque de haber cobrado una buena estocada a la primera se habría llevado en el esportón una oreja que hubiera premiado su tarde en conjunto. Otro gallo fue otrora protagonista de la tarde, pero este con cresta, que fue arrojado al ruedo al arrastre del 5º mientras el Gallo de Salamanca iniciaba la vuelta al ruedo, y que volvió loco al personal para conseguir capturarlo. En fin otra de las anécdotas de la tarde.
Lo dicho, como esto sea una premonición de lo que va a dar de sí San Isidro, no va a haber tripas que lo aguanten. De momento aquí hay un tío que se ha ganado a pulso cojer alguna sustitución.
FICHA DEL FESTEJO
5 Toros de Martín Lorca, nulos de juego a excepción del manejable 4º; y 1 de Escribano Martín (3º), encastado.
Salvador Vega (de manzana y oro): Silencio y pitos tras aviso.
Eduardo Gallo (de tabaco y oro): Vuelta al ruedo en ambos.
Oliva Soto (de sangre de toro y azabache): Silencio tras aviso y silencio.
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