sábado, 11 de mayo de 2019

PABLO AGUADO, ¡¡TORERO!!

Cuatro de abril de 2016. Domingo. Ya había pasado Semana Santa y en Las Ventas ya estábamos inmersos en los habituales festejos primaverales que suelen ser el preludio a las fiestas de la Comunidad Autónoma de Madrid y a las de San Isidro. Ese domingo cuatro de abril había programada una novillada con picadores, una más de las muchas que se celebran en Las Ventas a lo largo de toda la temporada, y en ella estaba anunciada una novillada de Sánchez Herrero para ser estoqueada por un veterano en aquel entonces de la novillería y viejo conocido en ese foro (Miguel Ángel León) y dos debutantes en Madrid llamados Pablo Aguado y José Ruiz Muñoz. Los tres, sevillanos. 

Los novillos de Sánchez de León resultaron flojos, bobalicones y descastados, pero ello no impidió que uno de los debutantes, vestido de un bonito terno corinto muy cargado en oro con unas cuantas puestas ya, dejara esparcido por el ruedo multitud de destellos de toreo eterno acompañados por esa esencia de la escuela sevillana que tanto se caracteriza por la multitud de remates, adornos, naturalidad y arte. ¡¡Un novillero radicalmente distinto a los demás, que no se retuerce, que torea bonito, que trata de llevar a los toros hacia atrás y que ofrece el pecho al citar!! ¿Estaremos soñando?No cortó orejas esa tarde, ni tampoco hizo faena alguna merecedora de ello, pero... ¡¡Al demonio con la casquería!! Lo importante es que aquí ha quedado demostrado que hay torero a seguir, y que si sigue dentro de ese estilo va a darnos grandes tardes de toros.

Fue pasando el tiempo y, como no podía ser de otra manera, muchas fueron las atenciones que se pusieron sobre Pablo Aguado en sus respectivas actuaciones, tanto fuera como dentro de Madrid. No sabría explicar qué pasó después, pero tras aquella novillada no vi por ninguna parte a aquel chaval que tanto me deslumbró durante la tarde que se presentó en Madrid. Continuó su etapa de novillero siendo uno de los punteros de este escalafón, pero el concepto que derrochó posteriormente se acercaba más quizás a esa vulgar Tauromaquia 2.0 a la que tanto se venera hoy en día, que a aquel aroma sevillano y eterno que tanto deslumbró una tarde de abril en Madrid. Tomó la alternativa en Sevilla una tarde de la feria de San Miguel del año 2017, y Pablo Aguado bajó considerablemente su número de actuaciones como matador de toros respecto a las que sumaba como novillero. Vino a Madrid, a confirmar doctorado, una tarde de la feria de Otoño de 2018 ante una corrida de Victoriano del Río, en sustitución de Paco Ureña, y esa tarde le cortó una oreja al sexto, pero se podría decir que no convenció lo más mínimo a la exigente afición de Madrid. Mucho menos hace algunos días, ante los toros del Torero que se lidiaron el Domingo de Resurrección. La pregunta era "¿dónde quedó aquel torerito que despertó la llama del toreo caro aquella tarde de abril del 2016?". Si casi pareció un espejismo...

La respuesta a esta cuestión, qué alegría más grande, la encontré en la tarde de ayer, en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Todo lo expuesto sobre lo que hizo Pablo Aguado la tarde qie debutó como novillero en Madrid quedó reflejado ayer, viernes de farolillos, en lo que fue una gran faena al tercer toro de Jandilla. Perono en sensaciones, sino en el marco incomparable de una gran faena de muleta plagada de muletazos por ambos pitones que resucitaron el toreo de verdad, el de siempre ¡¡Qué manera de torear!! ¡¡Qué torería, qué empaque, qué naturalidad, que manera de llevar atrás a los toros!! ¡¡Qué gusto y qué variedad para rematar las series de muletazos!! Pases de la firma, cambiados de mano, kikirikís, pases de pecho llevados al hombro contrario... Y lo mejor de todo, ligados al último muletazo, sin ceder medio milímetro de terreno y con la misma naturalidad de quien se toma un café. Toreó Pablo Aguado, pero no solo toreó con la muleta. Qué verónicas dejó plasmadas al toro que cerró plaza, tanto para recibir al toro de salida como en el quite que fue réplica al de Morante. Verónicas lentas, con el toro hilado completamente al percal y sin echar el pie atrás en ningún momento. ¡¡Qué poco se ve esto ya!!

Pablo Aguado, en definitiva, destapó ayer tarde el tarro de las esencias, y los aficionados acabamos toreando después de todo, ya fuera por el sevillano paseo de Colón, camino del Real de la Feria, en casa, en el puesto de trabajo o en el bar. Y además, lo hizo con el mérito añadido de que toreó y puso a todos de acuerdo en una tarde en la que él, visto lo visto en la afición maestrante y escuchado lo escuchado a los pagafantas de la tele, parecía convidado de piedra ante el de Puebla del Río (a quien le vociferan eso de biiiiiiiieeeeeeeeeeeennnnnjjjjjjjjjjjjj antes incluso de que el capotazo sea una realidad), y ante el huracán Roca Rey, quien cuelga el cartel de "No hay billetes" allá donde pisa, pero cuya tauromaquia se basa en los chabacanos modos dospuntocero. 

Pablo Aguado, ¡¡torero!! Madrid le espera en los próximos días con gran expectación, la que causa un toreo de tantísimos quilates.

viernes, 3 de mayo de 2019

LA GOYESCA: "YO NADA"

"Yo nada". Contestación tajante que ha soltado el buen amigo Enrique Martín cuando, en tono jocoso, se me ha ocurrido preguntarle qué se podría escribir sobre lo de hoy.

-- "Oye Jefe, ¿y de esto qué escribimos hoy?".
-- "Yo nada". Y a otra cosa, mariposa.

Él nada, y bien que hace. Un servidor, aquí anda enfrascado en sus pensamientos y reflexionando acerca de lo acontecido en este 2 de mayo, día grande de la Comunidad de Madrid y el cual se tiene a bien celebrar, desde hace un tiempo a esta parte, una corrida Goyesca para conmemorar la gloriosa jornada del 2 de mayo de 1808. ¡¡Quién la ha visto y quién la ve, a la Goyesca del 2 de mayo!! Qué tiempos aquellos cuando nada menos que José Tomás se dejaba caer por aquí en fecha tan señalada, y la plaza lucía llena hasta la bandera. O los vis a vis protagonizados por César Rincón y Enrique Ponce, o Luis Francisco Esplá y Luis Miguel Encabo. Y aquella corrida concurso del año 2001 en la que tomaron parte ganaderías como el Conde de la Corte, Hernández Pla, Cuadri o el Conde de la Maza. Por no hablar de las encerronas de Uceda Leal y, cómo no, de Joselito aquella histórica jornada del año 96. E incluso alguna corrida de Victorino Martín se ha visto lidiarse algún 2 de mayo. Y también de Adolfo Martín cuando aún generaba gran interés (el recordado Mulillero fue lidiado un 2 de mayo, precisamente). En fin, otros tiempos.

¿Qué queda ya de todo aquello? Nada, por desgracia. Aquellas goyescas eran todo un acontecimiento, un gran preludio al comienzo de San Isidro días después, y que servía a los abonados de Madrid para ir cogiéndole el pulso a lo que se avecinaba. Ahora la Goyesca no es más que una más de relleno, un día más en la larga temporada madrileña, con el aliciente de que todos, cuadrillas, areneros, monosabios, mulilleros, el calero y hasta el buñolero (¿hoy no es una falta de respeto que vista como los toreros?) calzan un vestido que, supuestamente, está inspirado en la época de Goya. Ah sí, y que en el prolegómenos de la corrida, los aficionados tenemos permitido pisar el ruedo mientras las calesas tiradas por caballos desfilan por el ruedo al son de la Banda de Música Municipal, que también se encuentra en el ruedo interpretando algunos pasodobles. Pero por lo demás, un cartel más de relleno en la temporada. Otros años pasados, con algún que otro aliciente de interés, pero sin rotundidad ni el reclamo suficiente para el aficionado. Este año, ya ni eso. ¿Qué reclamo tiene una ganadería como José Luis Pereda en Madrid? El reclamo de salir corriendo como alma que lleva al diablo, como mucho. Solo con recordar su historial en Madrid, basado en innumerables festejos de invalidez, descaste y aburrimiento, es para eso y para mucho más. Y hoy, gracias a los cielos, ninguno ha hecho que nadie se acordara de Florito. Han sacado la casta justita justita pero que muy justita y sí, la corrida en líneas generales se ha dejado, pero le ha faltado mucho más.

Se dejaron torear los peredas y además no se cayeron. ¡¡Oh, milagro!! ¿Qué hubiera sido si hubieran sacado casta a raudales? Salta a la palestra con una corrida que no pasa de normalita una ganadería como esta, vieja conocida en el lugar y célebre por lo mucho malo y lo poco bueno que ha ofrecido al personal, y nos creemos que ha sido un corridón de época. Se dejaron torear, iban y venían, algún ejemplar como el cuarto o el sexto sacaron más picante... Pero muy poca cosa.

Y la terna, ¿qué decir de la terna? ¿Qué decir de Cristian Escribano, de Francisco José Espada y de Ángel Sánchez? Pues pocas cosas y aún menos buenas, mal que nos pese. Escribano, con el soso y pastueño primero se dedicó a tirar líneas con la mano derecha, a media altura y hacia fuera, sin alma. Peor fue cuando cogió la muleta con la zurda: cinco trapazos que hicieron pleno en enganchones, y a por la espada. Cayó esta en muy mal sitio, ante lo cual el matador hizo gestos evidentes de pedir perdón, lo cual le honra. ¿Cuántas veces no habremos visto matadores pegar sartenazos más infames y levantar la mano como si hubiera emulado a Rafael Ortega?
También apuntar como nota destacable que lució Escribano las alegres arrancadas del burel que hizo de cuarto, citándolo siempre dándole distancia y dejandole el tiempo suficiente entre serie y serie para que tomara aire. El toro tuvo mucho qué torear, y su matador así lo dejó en evidencia, pero otra cosa es que consiguiera imponerse al animal. Se le fue sin torear, y ya está. Mató con estocada un poquito desprendida y contraria, para después pegarse una vuelta al ruedo que nadie le reclamó y sí muchos le protestaron.

Pero lo que verdaderamente se protestó con ahínco esta tarde fue el empeño de la Presidencia en conceder una chabacana oreja al bueno de Francisco José Espada quien, si hiciera algo de autocrítica de manera objetiva, ya debiera haberla olvidado. Sucedió en el segundo de la tarde, animal que fue puesto en suerte tres veces para ir a la montura, pero que a pesar de ello se quedó sin picar. El toro se dejó torear sin más, y Espada realizó una faena que comenzó con algunos estatuarios y un cambiado de esos por la espalda que puso a parte del personal en ebullición. Siguió el matador pegando trapazos por ambos pitones, muy mal colocado siempre y dando un horrendo tirón hacia fuera en todos. Si la faena brilló por algo, fue por la ausencia de la más mínima torería y verdad. No había motivos para premiar la faena con una oreja, y menos aún después de matar de un bajonazo. Pero el despojo cayó, y todos contentos. O al menos el matador y quienes lo pidieron. Ah, y los mulilleros, quienes sin su inestimable colaboración el pañuelo blanco nunca hubiera asomado. ¿Se puede tener más desfachatez?
Una oreja cortada por un matador en el primero de su lote ya se sabe, media puerta grande abierta. Pero la cosa quedó en eso, en media puerta grande nada más. ¿Pasó algo ante el quinto? Nada, salvo que pareció que tenía más ganas de fiesta parte de la concurrencia que el propio interesado. El mismo corte vulgar, basto, mentiroso y tramposo ante este toro, que fue mandado camino de los fogones con un sartenazo. Para otro momento lo de la puerta chica, ya si eso.

A Ángel Sánchez hay quien le espera en Madrid. Sus razones tendrán, quién lo duda, pero van a tener que esperar a que el chico madure, profesionalmente hablando, porque está más verde que una paraguaya. Poca cosa dentro tuvo el tercero, con el cual se contagió el matador de su sosería y se dedicó a pegar muletazos sin fuste alguno, como quien tenía un discurso sobre Derecho Laboral preparado y tenía que soltarlo sí o sí. Pues lo soltó el hombre, y quedó como si nada.
El sexto sí fue un toro con más motor, un toro que sacó interés y que necesitaba de una mano poderosa que consiguiera someterlo y sacarle unos cuantos muletazos mandones para animar el cotarro. Demasiado para alguien que todavía acusa mucha bisoñez. Y además, se eternizó más de la cuenta con la espada.

Las mayores ovaciones que se tributaron a los de luces esta tarde, o mejor dicho de pasanamería, se las llevó Iván García por dos buenos pares al tercero y una brega más que eficiente al sexto. A Goya le hubiera dado para dejarlo reflejado en su Tauromaquia. 



jueves, 2 de mayo de 2019

FERIA DE LA COMUNIDAD: NOVILLADA DULCE, TERNA AGRIA

Suena a lo mismo de siempre, pero no por ello deja de ser realidad. Lo mismo de muchas novilladas celebradas en Las Ventas. Lo mismo de todas las temporadas, aunque pasen mil años. La misma frase de todos los santos días: ¿qué más necesitan estos chavales para triunfar? Entiéndase "qué" por lo que sale de toriles. Porque la respuesta, si se contesta con seriedad, sería que estos chicos lo que necesitan son facultades y valía para este oficio. Pero la pregunta es retórica, gasta cierta ironía y, además, trata acerca de los toros que les caen en suerte, en muy buena suerte a decir verdad.

¿Qué necesitan que les salga de toriles a los tres señores de esta tarde, véase Pablo Mora y los debutantes Diego San Román y Fernando Plaza, para conseguir causar buena impresión en Madrid? Dudo mucho que algo muy diferente a lo que los seis mozos de Montealto lidiados en esta tarde han sacado. Nobleza a raudales, toreabilidad para cogerse un empacho, dulzura, colaboración extrema con el de luces... Ni un mal gesto, ni malas miradas, ni un derrote, ni nada de nada que se saliera de madre. Si no triunfan con esto, es prácticamente imposible que lo hagan con otra cosa. 

¿Qué más necesitam estos chicos para triunfar? No será porque no han tenido novillos aptos para el triunfo y con mucho, muchísimo que torear. Lo que verdaderamente necesitan no viene de la dehesa, ni está en manos de los ganaderos a la hora de seleccionar. En esta tarde al menos no ha sido así. Necesitan valer para ser toreros, ni más ni menos. ¿Quién es el sinvergüenza que pone, nunca mejor dicho, a novilleros tan pobres de condiciones a funcionar en todas las ferias desde que son becerristas, los riegan de elogios aunque no los merezcan, y los venden como la panacea del toreo? ¿Dónde están los novilleros que de verdad atesoran dentro de sí facultades y torería suficiente como para poder funcionar en esto? Si es que acaso los hay, claro, porque uno ya empieza a dudar de que eso sea posible. 

Que Pablo Mora ya ha pasado por Madrid unas cuantas veces en los últimos 365 días, y podemos estar de acuerdo en que algún despojo que otro se habrá llevado, y que habrá sido triunfador absoluto de las nocturnas del pasado verano, y que lo pintan como novillero puntero, y que no sé cuántas cosas más. Estadísticas varias, pero el aficionado a los toros no es de números, sino de letras. Y las letras utilizadas para contar los dos quehaceres de Pablo Mora en esta tarde son similares a actuaciones anteriores: pocas y fáciles de escribir. Nada trascendental con el capote, dos interminables faenas de muleta en las que de doscientos muletazos fueron buenos, como mucho muchísimo, cero; y un uso de la espada más que deficiente. Absolutamente nada más. Y qué dos novillos le cupieron en suerte al mozo...  

El lote de Diego San Román, mexicano y nuevo en esta plaza, fue el menos bueno de la novillada, es verdad, pero no por ello dejó de ofrecer grandes posibilidades. El segundo fue un mansurrón que se iba de najas cada vez que podía, pero a ese manso había que tocarle las teclas adecuadas para que no desertara al segundo muletazo, lo cual no era otra cosa que dejarle el trapito muy bien puestecito al rematar cada muletazo, y llevarlo con adecuado mando. Y al final, acabó embistiendo y regalando un puñado de buenas arrancadas para armar el taco. No muchas, pero sí las suficientes como para hacer algo grande. No solo no las aprovechó, sino que además alargó la faena mucho más allá de lo que el novillo dio de sí, con muchos muletazos que no ofrecieron nada nuevo a lo que el personal está acostumbrado desde que la Tauromaquia 2.0 es torear mejor que nunca. Y además, dejó para la posterioridad un bonito metisaca en los bajos para mandarlo al desolladero. El quinto novillo fue el garbanzo negro de la novillada, pues se movió poco, dejó pocas opciones y, además, se echó al poco de comenzar la faena de muleta. Claro que, quizás, las tres veces que lo dejaron estamparse contra la acorazada de picar y los tres puyazos en tan mal sitio que le colocaron tuvieran algo que ver en todo eso. Por suerte, Diego San Román no se extendió demasiado rato delante, optando por estoquearlo más pronto que tarde con un espadazo en el Rincón de Ordóñez, y sin que ninguno de los muletazos que dejó fueran como para emocionarse demasiado. 

Fernando Plaza trajo consigo debajo del brazo una legión de seguidores que desplegó estratégicamente por toda la plaza, y que le agasajaron con esos gritos de biiiiiiieeeeeeeeennnnnnjjjjjjjj y jaaaaandaaaaaaaaa a todo lo que hacía, aunque en realidad fuera maaaaaaaaaaaaaaal. Sus dos novillos, tercero y sexto; sexto y tercero, llevaban un cortijo cada uno en las orejas. Algo así como "el novillo soñado en el lugar y momento oportuno". O mejor dicho, el lote soñado. ¿Cuántas más veces se verá en otra así? Dos novillos ante los cuales dejó una extraordinaria cátedra de toreo (pseudotoreo mejor dicho) moderno y ventajista. Sobre todo que quedara claro que es perfecto aprendiz de los maestros contemporáneos: los cites, perfileros, fuera de cacho y escondiendo la pierna; los trapazos, hacia fuera y metiendo el pico con enorme descaro; y la figura, retorcida y flexionando el espinazo hasta límites que es un verdadero suplicio verlo. Dos faenas calcadas la una de la otra y que hicieron florecer todas aquellas virtudes del destoreo que se estila a día de hoy, y por la que el paisanaje se volvió loco de atar, llegando a pedir orejas incluso después de matar a ambos novillos de manera poco ortodoxa: trasera y atravesada la del tercero y por la que el novillo agonizó durante unos interminables minutos (escuchó dos avisos desde que enterró la espada el el morrillo), más un pinchazo y otra estocada atravesada y trasera en el sexto. La Presidencia, divina providencia, puso las cosas en su sitio e hizo oídos sordos. 

De la novillada de Montealto está casi todo dicho: magnífica novillada para hacer el toreo y para conseguir un triunfo gordo. Presentada con corrección, los seis fueron mansos en el tercio de picas, no se emplearon y se les picó a unos más que a otros, pero a ninguno hubo que levantarle el palo para que no terminara derrumbándose por manifiesta falta se fuerzas. Y muy maltratada por las cuadrillas, por lo pésimamente que fue picada y lo mal que se lidió. Ni un solo puyazo en lo alto, ni un picador que hiciera la suerte, ni un par de banderillas, ni un capotazo, ni un quite, ni nada de nada. ¡¡Vaya tarde dieron las cuadrillas también!! Y aun así, los novillos ofrecieron grandes posibilidades para triunfar con ellos ¡¡Pena de novillos, que se fueron sin torear!! Y es que resulta desesperante que vayan pasando novilleros y novilleros por esta plaza, y que sean inmensa mayoría los que no despierten  la más mínima ilusión por volver a verlo repetido. Muy mal futuro le aguarda a esto.

martes, 30 de abril de 2019

MEMORIAS DE LA MONUMENTAL DE SEVILLA

Probablemente, cualquier aficionado que se preste conoce el porqué de las Plazas Monumentales. Corrían los primeros años del siglo XX en España, y el planeta de los toros vivía una de sus más esplendorosas épocas, si no la que más: la Edad de Oro. José Gómez Ortega Gallito y Juan Belmonte García; José y Juan, Juan y José. Rivales por antonomasia y revolucionarios del toreo no solamente en el ruedo, sino además, más allá de lo que allí acontecía. Es este un importante punto de inflexión en el origen de las monumentales.

Corrían aquellos gloriosos tiempos de los años 10 del siglo XX, y la locura que ambos colosos generaban entre los aficionados de entonces alcanzaba tales cotas que muchos incluso eran capaces de empeñar su colchón para verlos torear. A tanto llegó aquello, que las plazas de toros de la época empezaron a quedarse chicas ante la demanda de público que arrastraban el Coloso de Gelves y el Pasmo de Triana. Fue entonces cuando a Gallito se le ocurrió la idea de las plazas monumentales: recintos taurómacos que pudieran albergar más público que las primitivas plazas que la época, no solamente para que fueran más los aficionados que pudieran paladear la rivalidad entre José y Juan, sino también para que pudieran tener acceso a este espectáculo todas las clases sociales a través de una política de precios cuya heterogeneidad así lo permitía. Y además, este hecho conllevaba que los toreros pudieran cobrar honorarios más altos. De esta manera, todos contentos.

Y así fueron haciéndose realidad los proyectos de la Monumental de Barcelona (inaugurada en 1914 y con 19.582 localidades, frente a las 14.983 de Las Arenas), Las Ventas (inaugurada en 1931, con 23.798 localidades frente a las alrededor de 12.000 de la antigua plaza de la Fuente del Berro) o la Monumental de Pamplona (inaugurada en 1922, y que contaba primitivamente con 13.620 localidades, frente a las 8.000 que aproximadamente albergaba la antigua plaza). Tres plazas de toros monumentales que no tardaron demasiado en alcanzar gran importancia, y cuyas directas competidoras tuvieron suerte muy dispar, pues la vieja plaza de Pamplona ardió en 1921, un año antes de inaugurarse la Monumental; la de Barcelona estuvo compitiendo a gran nivel con Las Arenas hasta que esta fue cerrada el 19 de junio de 1977; y Las Ventas no tardó en comerse a la plaza de la antigua Carretera de Aragón, la cual fue derruida en el año 1934.

Y también existió la Monumental de Sevilla, la cual parece pasar un poco más desapercibido entre los aficionados, pero lo cierto es que también existió e incluso le hizo gran competencia la Maestranza durante los pocos años que estuvo activa. Así como las otras plazas de toros monumentales, la de Sevilla fue precursada por Gallito con el objetivo de dar acceso a un número de espectadores (23.055), de todas las clases sociales además, más elevado a los que daba su competidora más directa: la plaza de toros propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Ni que decir tiene que el ambicioso proyecto de José le hizo canjearse numerosos enemigos en su tierra, pues no todos los sevillanos veían con buenos ojos eso de que a la Maestranza le saliera competencia. Pero así las cosas, la plaza comenzó a contruirse en el año 1916, siendo proyectada por el arquitecto Francisco Urcola, encargándose de dirigir la construcción el arquiecto José Espiau y Muñoz. La edificación no estuvo exenta de sobresaltos, pues al poco de ser comenzada, un fuerte temporal provocó fuertes inundaciones en las obras, y como además se cometió la imprudencia de desencofrar antes de que el hormigón estuviera completamente sólido, el agua que cayó dio al traste con parte de lo avanzado. Pero lo peor llegó en 1917. Con miras a ser inaugurada la plaza durante el emblemático Domingo de Resurrección sevillano de aquel año, se realizaron unas pruebas de carga sobre los tendidos que acabaron de la peor manera posible, pues parte del edificio se fue a pique. Se cuenta que el pobre Francisco Urcola cayó enfermo del disgusto. De manera que hubo que retrasar la inauguración más de un año.

Llegó el año 1918, y terminada de nuevo la construcción se realizó otra prueba de carga que, esta vez sí, resultó satisfactoria. Vía libre pues para la inauguración, que se programó para el día 6 de junio con un cartel compuesto por Gallito (como no podía ser de otra forma), Francisco Posada y Fortuna, ante ganado de Contreras. Cuentan las crónicas de la época que asistieron unos 15.000 espectadores a la corrida, que José brilló por encima de sus compañeros y que los contreras resultaron ser buenos en general.

La Monumental, además de esa temporada de 1918, estuvo en vigor durante los años 1919 y 1920. Durante este breve espacio de tiempo, la competencia con la Maestranza fue intensa, pues aquella obligó a esta a reducir considerablemente los precios ofertados. En el año 1919 ambas plazas organizaron sendas ferias de abril, la Monumental la comprendió entre los días 26 y 30 de abril; y en la Maestranza se desarrolló entre el 27 y el 30. Cabe destacar como nota importante que Gallito actuó en todos los festejos de feria organizados en la Monumental, y que Belmonte hizo lo propio en la Maestranza, por lo cual y consiguiente ambos se ausentaron de la Maestranza y de la Monumental, respectivamente. Realmente fue esta feria de abril de 1919 la única que mantuvo la competencia entre ambos cosos, pues en el año 1920 se hizo cargo de organizar las corridas de la Monumental el empresario de la Maestranza, y ello llevó a que hubiera alternancia entre ambas plazas: la Maestranza celebró sus festejos los días 18, 19 y 20 de abril; y la Monumental hizo lo propio los días 21, 22 y 23 de abril. En ambos cosos tomaron parte, además de Gallito y Belmonte, Ignacio Sánchez Mejías, Varelito, Chicuelo y Manolo Belmonte. Si bien durante esa feria de 1920 no hubo competencia de festejos entre las dos plazas, sí se mantuvo el equilibro entre los económicos precios.

Aquella de 1920 fue la tercera temporada en la que la Monumental de Sevilla se encontró en funcionamiento. Y también la última. Durante la primavera de 1921 trascendió a la prensa un informe redactado por técnicos especializados en el que se alegaba que la estructura de la plaza no se encontraba en un estado óptimo para seguir operativa, y que dicho informe fue remitido al Gobernador Civil quien, tras mantener una reunión con la Junta de Espectáculos, ordenó la clausura del edificio mediante orden gubernativa. Sin embargo, dos días después la propiedad de la plaza solicitó que se realizaran pruebas de carga con las que comprobar la exactitud de dicho informe. También a instancias del Gobernador Civil, esas nuevas pruebas de carga fueron rechazadas, lo que terminó por condenar definitivamente la Plaza de Toros Monumental de Sevilla. Evidentemente cabe pensar que la muerte de José en Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920 no dejó de tener transcendencia en estos hechos. La Monumental de Sevilla, al igual que el resto de plazas monumentales, fue un proyecto de lo más ambicioso, pero no fue bien acogido por todo el mundo. La altísima competencia que le hizo a la Maestranza levantó ampollas en cierta parte de la sociedad sevillana, y sirva como ejemplo el ajuste de precios a la que tuvo que someterse esta última. Por ejemplo, antes de la inauguración de la Monumental, una barrera de sombra en la Maestranza salía por el módico precio de 24 pesetas, mientras que la misma localidad costaba casi la mitad en la corrida que inauguró la Monumental: 13,50 pesetas. Ello supuso que la Maestranza tuviera que reducir los precios si quería seguir en la órbita: 20 pesetas la misma localidad en 1919. Y para terminar de rizar el rizo, recalcar la subida que se llevó a cabo en esta plaza durante la temporada 1921, ajena a toda competencia con la Monumental ya clausurada: 30 pesetas. ¿Había entonces intereses políticos, propiamente dicho, en guillotinar la Monumental de Sevilla? Eso, quizás, nunca podrá saberse. Pero lo cierto es que, comprobados algunos datos y opiniones autorizadas en la materia, da que pensar.

La Monumental sevillana se mantuvo en pie y en estado de abandono hasta el año 1930, durante el cual se procedió a su derribo. Hoy en día queda en pie a modo de vestigio una de las puertas que daba acceso al coso, situada en la avenida Eduardo Dato. Sin duda, un precioso recuerdo a lo que fue un grandioso proyecto del Rey de los Toreros, y que desgraciadamente quedó en agua de borrajas al poco de ser estrenada, quien sabe si por motivos más allá de los estrictamente taurino y arquitectónico.



BIBLIOGRAFÍA

"Plaza de Toros Monumental de Sevilla, la dignidad de un proyecto"

www.monumentaldesevilla.com

www.portaltaurino.net



lunes, 22 de abril de 2019

DOMINGO DE RESURRECCIÓN EN MADRID: HAY TORERO EN JUAN ORTEGA

Era agosto del año 2018. Las playas y las piscinas estaban atestadas de veraneantes; y la temporada taurina se encontraba en todo su esplendor. Las ferias de provincia atraían al gran público, los figurines de porcelana se rifaban el oro y el moro por esas plazas, los pueblos programaban sus novilladas, encierros y concursos de recortes; y por lo general todo iba con normalidad y sin grandes sobresaltos. También en Las Ventas se vivía la temporada con la absoluta normalidad propia de esas fechas: es decir, los ocho o nueve guiris de turno tumbados a lo largo del granito del tendido 5 sin camiseta y cociéndose para coger color; los señores y señoras procedentes del Japón y de la China sacándole fotos a todo lo que se movía, y algún que otro aficionado (pero que muy muy muy aficionado) dejándose ver, con toda la chicharra agosteña, a ver si caía algo que llevarse a la boca. Y todo esto mientras los proveedores de ginebra y tónica se maldecían porque nadie les reclamaba. "¿Sabrán que también hay toros en Las Ventas por agosto?", se preguntaban. Acabarán por cambiar el gintónic por el sake y el sushi cuando los festejos sean fuera de abono.

Pero hete aquí que durante la castiza y emblemática tarde del 15 de agosto, llegó a Madrid un chaval procedente de Sevilla que hizo de las delicias de los pocos aficionados que aquella tarde se apostaron en el tendido, con un toreo que derrochó clasicismo y ese pellizco que es debilidad de Madrid. Su nombre resultaba familiar entre los aficionados de Las Ventas, pues ya había actuado como novillero unas cuantas veces, hace algunos años. Juan Ortega no tuvo el reconocimiento unánime de Madrid en su época novilleril, por eso la sorpresa que dio bajo el calor de aquella tarde agosteña fue aún más grande y agradable. ¡¡Vaya cambio, desde que le vimos la tarde de su confirmación en la primavera de 2016!! Una muy agradable sorpresa, sí señor. Sorpresa que fue en aumento a lo largo de lo que restaba de 2018, cuando llegaban más noticias de este torero, y que apuntaban todas a lo mismo: que aquí hay torero y que merecía tener su sitio. 

Pues bien, meses después de aquello y tras la meditación que acarrea el largo y duro invierno, Juan Ortega hizo de nuevo el paseíllo en Madrid en esta tarde del Domingo de Resurrección, con muchas miradas puestas en él, y para vérselas con una corrida de El Torero junto a David Galván y Pablo Aguado. Elegantemente ataviado con un terno verde oscuro y azabache combinado con un corbatín color grana, su carta de presentación fue un quite al primero de la tarde por chicuelinas, resultando aturullado y poco asentado. David Galván despachó a este inválido primero sin pena ni gloria después de una faena larguísima y sin apenas transcendencia. El segundo de El Torero era precioso de hechuras y muy aplaudido de salida, y Juan Ortega salió con grandes intenciones de hacer el toreo a la verónica para recibir a este toro, pero todo quedo en eso: disposición, pues el toro le punteó el capote en todos los lances y no consiguió llegar a convencer. Puso al toro en suerte con una bonita revolera para que este tomara un picotacito que no hubiera dado ni para un análisis, y después de sacarlo y llevarlo a los medios vino el primer suceso de la tarde: cuatro verónicas despaciosas y de mucha enjudia, rematadas con una media verónica abelmontada que hubiera inspirado a cualquier pintor, y que pusieron a la plaza en pie. El toro volvió al caballo para tomar otro picotazo que le hizo aún menos pupa que el anterior. Sin picar pues, y también sin mucho poder. Se desarrolló rápido y limpio el tercio de banderillas. Juan Ortega cogió los trastos y se dirigió a los medios para brindar al personal, y acto seguido se fue a los terrenos del 7, para empezar la faena doblándose por bajo y a dos manos, dejando un torerísimo comienzo que puso al público en ebullición. Después de algunas probaturas y sin salirse más allá de las rayas de picar, llegaron tres derechazos despaciosos y muy pintureros, sin bajar la mano en exceso, pero tirando del toro y llevándolo atrás. Siguió el torero con la mano derecha dejando esparcidos por el ruedo algunos muletazos sueltos llenos de verdad, siempre de uno en uno para dejar reponerse al flojo toro entre cada muletazo, y haciendo gala además de un pellizco que hacía tiempo no se paladeaba en Madrid. Cambió a la mano izquierda y dejó algún que otro natural de bello trazo, pero la cosa no alcanzó cotas más altas dada la nula condición del toro, que hacía grandes esfuerzos por no derrumbarse. Estaba hecha la faena y el toro no daba mucho más de sí, por lo que optó el torero acertadamente a irse a por la espada. La estocada cayó, nunca mejor dicho, en mal lugar y ello hizo que la presidencia negara acertadamente una oreja que, de haber matado bien, hubiera sido merecidísima. Dio una aclamada vuelta al ruedo.

De un modo u otro la corrida acabó en este punto, porque en verdad apenas nada más ocurrió digno de mencionarse. La corrida de El Torero tenía buenas referencias de años anteriores, pero por cada animal que se arrastraba, la decepción era mayor entre los aficionados. Una corrida inválida hasta la saciedad y descastada que, por ende, hizo que los seis piqueros apretaran el brazo muy poco o nada. Ya llorarán cuando se vean en la fila del INEM, ya. Solo un toro fue devuelto (el quinto), pero alguno más debió haberse ido de vuelta a los corrales por tetrapléjico. Fue el caso del cuarto, al cual las sucesivas caídas, los dos picotacitos de nada que hubo de recibir, y ni tan siquiera las dos vueltas de campana que pegó y que tanta mella le hicieron, fueran suficientes para que el señor presidente hiciera asomar el pañuelo verde, provocando en la concurrencia un solemne mosqueo que se exteriorizó con gritos de "fuera del palco", "antitaurino" o "ladrones". Hubo alguien que comentó con cierto tono jocoso que "la empresa está en ruina y no interesa gastar sobreros, conlleva mucho gasto". ¿He dicho "en tono jocoso"? A ver si es que los tiros no van muy desencaminados. 

David Galván realizó dos faenas tan largas como vulgares que no hicieron sino mosquear aún más al respetable, que ya de por sí andaba de muy mala uva no solo por la inoperancia de la presidencia al no devolver inválidos, sino por la suya misma al incentivar a la cuadrilla para que mantuvieran los capotes en alto y así intentar disimular algo más la evidente invalidez de lo que había delante. ¡¡Qué desfachatez!! ¡¡Todos, y no solo el señor del palco!! 

Juan Ortega, después de su buena faena al segundo, se las vio en quinto lugar con un sobrero de Lagunajanda que no mejoró a los anteriores en cuanto a pies y casta, dejando un quehacer en el cual se le notó a disgusto, sin demasiada confianza y muy precavido. No había gran cosa que sacar ante tal ejemplar, y por suerte no se pasó mucho rato ahí delante. 

Pablo Aguado sorteó el único de El Torero, sexto de la tarde, que se vino arriba en el tercio de muerte y llego a desarrollar cierto picante y mucho que torear. Se embarulló Pablo Aguado en una faena larga y repleta de medios-trallazos que resultaron enganchados en su mayoría. Para colmo, el viento sopló y eso no ayudó en nada a un matador que ya de por sí se mostró muy acelerado, poco asentado y sin ideas para templar y mandar unas embestidas de triunfo. Una pena.
El tercero, muy basto y feo de hechuras, embistió rebrincado y a la defensiva, y Aguado se preocupó más toda la faena en ponerse bonito que en someter con inteligencia las embestidas, sufriendo por ello varios achuchones y hasta una fea voltereta que le hizo pasar a la enfermería tras la estocada. 

Verdaderamente aquí parece haber torero: es de Sevilla y se llama Juan Ortega. Lleva el clasicismo por bandera, gasta personalidad y  está dotado de esa gracia sevillana que tanto ha encandilado a todos los aficionados a lo largo de los tiempos. Ahí quedan las ganas de volver a verlo en las próximas semanas durante la feria del Santo Patrón, y a ser posible ante ejemplares con más casta y poder, cosa harta fundamental.

martes, 2 de abril de 2019

FERIA DE SAN ISIDRO (III): LAS NOVILLADAS

Tres novilladas con picadores, como lleva haciéndose prácticamente toda la vida. Tres novilladas con los hierros, respectivamente, del Conde de Mayalde, La Quinta y Fuente Ymbro. Plantel ganadero atractivo, que podría haberse mejorado muy mucho si en lugar de la del Conde de Mayalde se hubiera apostado por otro hierro con más picante en la sangre que recorre sus venas. Pero así las cosas, es lo que toca y de poco o nada serviría quejarse.


¿Qué es lo que tenemos entre los encargados de lidiar y estoquear esas tres novilladas? Pues de todo un poco. Por un lado tenemos a uno de los poquísimos novilleros que ilusionan de veras al aficionado, que es Francisco de Manuel. Novillero este con muy buenas maneras pero al cual todavía le falta oficio, como bien demostró el pasado 24 de marzo en la primera novillada de la temporada. Viene a San Isidro para vérselas con los utreros de La Quinta, encaste el cual ha tenido oportunidad de conocer muy a fondo.


De los ocho nombres restantes, así como de los demás que componen el escalafón de novilleros con picadores, ¿es Francisco de Manuel el único novillero que hoy en día le ilusiona de verdad al aficionado? Por lo menos, de los diez o quince novilleros punteros que hay funcionando, parece ser que sí. No había más que darse una vuelta domingos anteriores, a la salida de las novilladas celebradas en Las Ventas, y quedarse escuchando en los corrillos de los aficionados. Circunscribiéndonos exclusivamente a lo que hay para San Isidro, los nombres de Rafael González, Juanito, Marcos, Ángel Jiménez y El Galo sí son ya conocidos en este foro. Rafael González participó en la novillada inaugural de la temporada, y en esa tarde dejó más o menos lo mismo que en sus anteriores comparecencias por aquí: nada. Algún despojo conseguido la pasada temporada, pero más por la benevolencia del paisanaje que se traía en autobús que por lo realizado capote y muleta en mano. João Silva "Juanito" es un novillero portugués que ya ha pasado por Madrid en varias ocasiones, la última en la pasada feria de Otoño. Su bagaje en esta plaza no pasa de discreto, y las sensaciones dejadas entre los aficionados no distan mucho de la indiferencia. Marcos Pérez, anunciado como "Marcos", tiene un rancio abolengo taurino en su familia, pues es nieto del ganadero Domingo Hernández e hijo de Maximino Pérez. Casi , que dirían los castizos. No es raro, pues, que le tengamos ahí, en lo más alto del escalafón y anunciado en las ferias más importantes y bien colocado. Dos tardes la pasada temporada en Madrid (debutó en esta plaza en San Isidro de 2018), en las cuales no despertó lo que se dice grandes pasiones entre los aficionados congregados en el granito. Ángel Jiménez también es un viejo conocido por esta parroquia, y lo cierto es que, en las primeras comparecencias, sus maneras despertaron interés y ganas por volver a verlo. Todo eso, por desgracia, se diluyó hace tiempo, y ahora viene como uno más. De El Galo también tenemos nuestras referencias, las cuales fueron adquiridas el pasado mes de julio con motivo de las novilladas nocturnas. Se plantó aquella noche veraniega en Las Ventas con intención de arrasar como un huracán. Y el chico arrasó, vaya si arrasó. Quites (o así lo llaman ahora) muy julianos, pares de banderillas afandilados, molinetes de rodillas, trapazos mirando al tendido, desplantes y guiños de cara a la galería... Y como colofón, estocada tirándose sin muleta. Vamos, que arrasar, lo que se dice arrasar, sí que arrasó, pero con lo único que arrasó fue con las maneras ortodoxas que le convierten a la Tauromaquia en un arte serio, de las cuales no quedaron ni rastro y acabaron los aficionados por creerse que nunca había existido tal cosa.


Tres son los que restan, y al parecer, en este 2019 harán su primer paseíllo en Madrid. Por un lado, el mexicano Diego San Román, quien hará su presentación en esta plaza el día 1 de mayo con motivo de la miniferia de la Comunidad de Madrid, ante una novillada de Montealto; y además, matará la novillada de Fuente Ymbro dentro de la feria. Y por el otro lado están dos novilleros llamados Fernando Plaza y Antonio Grande. Un servidor, en un ejercicio de honestidad, reconocería que esos dos nombres no le suenan absolutamente de nada, y ha de indagar en San Google para poder tener referencias sobre ellos. El primero, Fernando Plaza, hijo del banderillero Fernando José Plaza, se ha hecho en la Escuela Taurina de Madrid. Al igual que Diego San Román, hará su debut en esta plaza el 1 de mayo ante la novillada de Montealto, y posteriormente se las verá con la de Conde de Mayalde en la primera novillada de la feria. Por su parte, Antonio Grande es de Salamanca y también es nuevo en Madrid este año. Se anuncia con la novillada de Fuente Ymbro.


Esto es lo que hay en cuanto a novilladas para San Isidro, habiendo en ellas algún que otro nombre que ilusiona, otros cuantos ya bastante vistos, y tres novedades que, se quiere y desea, se conviertan en nuevas ilusiones para el aficionado.








lunes, 1 de abril de 2019

DOMINGO MADRILEÑO: FRÍO Y NADA MÁS

¡¡Qué frío!! Y parecía que había venido ya el verano para quedarse, y que era hora de guardar la ropa de invierno, quitar las mantas de la cama; y sacar los polos de manga corta, las bermudas y las sandalias. Había que estar muy loco para dejarse ver por los toros en semejante tarde de perros, amenazante de lluvia, con un frío del copón y tal cartel: novillos de José Luis Pereda para Juan Carlos Carballo, El Chorlo y Adrien Salenc. O lo que es lo mismo, un hierro que asoma por aquí año tras año sin dejar apenas nada trascendental; y tres novilleros ya conocidos en Madrid pero que no han dejado lo que se dice huella en el aficiondo. Lo dicho: como un cencerro había que estar. Será por eso por lo que hemos acabado esta tarde dejando el calor del hogar en beneficio del frío tendido y el predecible aburrimiento producido con lo que sucedía en el ruedo.

"Si lo sé me quedo en casita, tan agustico", pensábamos muchos mientras el festejo se iba desarrollando y los aficionados apostados en el granito nos quedábamos pajaritos a causa del frío. Porque en esta tarde es lo único que ha habido: frío. Frío y aburrimiento, a partes iguales. Y entre medias, un novillo de bandera. Uno de esos novillos cuya perfecta descripción sería "el novillo soñado en el lugar y momento adecuado". Un novillo de bandera en la muleta que no peleó con demasiada presteza en varas, fue poco castigado y manseó, como toda la novillada. Un novillo que ya en banderillas empezó a arrancarse con alegría y embestir con mucha dulzura en los capotes que le ofrecían los peones, refrendando tan halagüeñas condiciones en el último tercio. Un novillo para reventar Madrid y alzarse figura indiscutible de la novillería. ¿Ocurrió esto último? Pues... Baste con decir que el animalito se fue al desolladero con las orejas puestas.
Adrien Salenc fue el agraciado a quien le tocó el gordo, y lo cierto es que el chico fue generoso a la hora de lucir al animal, manejando muy bien los tiempos y las distancias. Pero a la hora de lo verdaderamente importante, que no es otra cosa que parar, templar y mandar, la cosa hizo aguas. Un buen inicio doblándose por abajo por el lado derecho, al más puro estilo talavantiano, pareció el preludio de algo importante, pero nada más lejos de la realidad. La faena instrumentada por el novillero no dejó de ser una más de las que se estilan hoy en día, de esas repletas de trapazos citando perfilero, y echando al novillo fuera usando el pico con mucho descaro. Y tan larga, que le sonó el primer aviso mientras se hallaba todavia pegando pases como un poseso. Quizás si hubiera matado bien y a la primera se le hubiera pedido la oreja, pero un pinchazo (del que salió violentamente prendido aunque sin consecuencias, por fortuna) secundado de una estocada trasera y varios golpes de verduguillo, le privaron de tales honores.

La novillada no tuvo apenas más historia. La casta en los animales de Pereda apenas hizo atisbo de asomar, y las buenas maneras de la terna menos aún. Juan Carlos Carballo abrió plaza con un novillo inválido y soso con el que se limitó a tirar líneas, sin dejar nada relevante. Tan pocas cosas como las que dejó ante el complicado cuarto, mansazo el cual huía al abrigo de las tablas desde que los peones le echaban el capote. Aun con esa condición, se empeñó el novillero en hacerle faena en los medios, pero tuvo que desistir y cerrarlo más pronto que tarde. En sus terrenos, el novillo llegó a embestir con más claridad, pero su matador no consiguió meterle mano en una faena poco pulcra y con aún menos dominio. El uso que hizo Carballo de la espada, muy deficiente durante toda la tarde.

Completó la terna Jesús Díez "El Chorlo", a quien repetían en Madrid después de, dicen, "una actuación valentísima el pasado mes de septiembre ante un novillo de Saltillo". Con un bagaje a sus espaldas de dos novilladas en 2018 (incluida la de Madrid), lo raro hubiera sido que el mozo hubiera quedado bien en esta tarde. Y menos aún con el lote que sorteó, compuesto por un segundo novillo que le costaba un mundo arrancarse en cada muletazo, y un quinto noblote y soso que tenía muy poco dentro. Sus quehaceres no pasaron de discretos, y en ambos el personal acabó pidiendo la hora, pues pasó mucho más rato de la cuenta pegando pases insustanciales. Tanto, que le sonó un aviso cusndo todavia no había entrado a matar al segundo novillo. Igual que sus compañeros, muy mal con la espada.

La novillada de Pereda salió muy pero que muy justita de fuerzas, manseó mucho y sacó muy poca casta. La poca que pudo haber corrió a cargo de ese tercer novillo. La suerte de varas fue un desastre en esta tarde, pues se picó muy poco y de forma pésima, y ni siquiera hubo ningún tercio de banderillas que quedara para el recuerdo. En definitiva, una tarde ideal para haberse quedado en casa. Y las que nos quedan como esta...


viernes, 29 de marzo de 2019

FERIA DE SAN ISIDRO 2019 (II): LOS TOREROS

Diseminado el asunto ganadero, es tiempo ahora de hacer lo propio con quienes vestirán el chispeante. Como ya pasó hablando de ganaderías, llegamos a la conclusión de que faltar, más bien faltan pocos nombres de relieve. El primero que se nos puede venir a la cabeza es el mismo de siempre: José Tomás, pero cada año que pasa esta empresa cobra menos realismo. Casi tan poco realista como la fantasía de muchos consistente en haber tenido a Alejandro Talavante de vuelta. También resulta curioso ver cómo un nombre que despertó tantísima expectación en su época novilleril, véase Jesús Enrique Colombo, no haya dejado rastro a la hora de confeccionarse los carteles. No menos curioso resulta también la ausencia de quien abrió una puerta grande hace un par de veranos: Javier Jiménez, de quien tampoco se tiene noticia alguna. Y hablando de curiosidades, la  que despierta la ausencia de quien vendían hasta hace muy poco como futuro figurón del toreo: Antonio Catalán "Toñete", teniendo en cuenta además que lo apodera el propio Simón Casas. Al parecer, entre las clausulas existentes que podían encontrarse en ese acuerdo de apoderamiento, se encontraba la de no torear durante este 2019 en Sevilla y Madrid. No hace falta preguntar por los Morante-Cayetano-Manzanares, pues mordieron polvo al olor del bombo, y quizás (solo quizás) salvando al primero, la verdad es que mejor tal cual nos quedamos. Un quebradero de cabeza menos. Y sobre los lesionados Enrique Ponce y Jiménez Fortes, solo nos queda desearles una recuperación lo más pronta posible.




A ultimísima hora llegó la noticia de que los huecos vacantes que dejaba Ponce iban a ser ocupados por el... Bueno, por don Julián. De malos modos y de malas maneras, como acostumbra este sujeto cada vez que su nombre asoma en algún lado, sobre todo Madrid. Ausente en un primer momento junto a ese terceto antes mencionado (el bombo tenía mucho que ver), finalmente debió convencerle llevarse el parné que iba a cobrar Ponce en un primer momento. Y por supuesto, que sin necesidad de pasar por el bombo de Simón, se iba a llevar de calle la juampedrada y la cuvillada. Y yo me pregunto que si a Ponce le hubiera salido la bolita no ya de Adolfo Martín, si no del Puerto de San Lorenzo o de Fuente Ymbro ¿hubiéramos tenido este bajonazo de última hora haciendo un julipié la mar de hermoso? Sea como fuere, el caso se ha hecho efectivo gracias a la bajada de pantalones del palabrero que tenemos por empresario. Quizás, hubiera sido una oportunidad de oro para anunciar en la Corrida de la Beneficencia al triunfador de San Isidro, como se hacía antaño. Quizás hubiera sido oportuno también darle una segunda tarde a toreros que bien podrían haber merecido algo más que un solo festejo, caso de Gonzalo Caballero o Gómez del Pilar. En fin...






En cuanto a lo que sobra de la feria, principalmente (se lleva diciéndolo muchísimo tiempo y es repetirse hasta la saciedad), son festejos. Solo así nos ahorraríamos tanto relleno y se incentivaría de una vez por todas la calidad. Porque cantidad no es calidad, necesariamente. Y los últimos sanisidros son una buena prueba de ello. ¿Qué pintan dos tardes Luis David Adame, José Garrido o Juan del Álamo? ¿Qué pintan en la feria Eugenio de Mora, Daniel Luque, Juan Leal, El Fandi o Joaquín Galdós? ¿Y Finito de Córdoba, dónde va Finito de Córdoba? ¿Y a Antonio Ferrera no le hubiera bastado con dos tardes, y gracias? RE-LLE-NO.














TRES TARDES


DIEGO URDIALES (Fuente Ymbro - Alcurrucén/Lozano Hermanos - Núñez del Cuvillo): Entra en la feria como merece, ni más ni menos. Va bien colocado además con el ganado, teniendo la suerte de que el bombo le deparó Alcurrucén y, posteriormente, eligió mejor (Fuente Ymbro). Eso sí, a algunos nos hubiera gustado verlo menos con lo de Cuvillo y más con otra cosita. Pero bueno, si esto de Cuvillo tuviera los matices del pasado año, podría dar también una gran tarde.



PACO UREÑA (Juan Pedro Domecq - Alcurrucén/Lozano Hermanos - Victoriano del Río/Toros de Cortés): Reapareció en Valencia después de su grave percance, y felizmente demostró que sigue siendo el mismo. Madrid le espera, y espera que por fin pueda consumarse el golpe definitivo que le falta en esta plaza. Una pena que haya elegido la juampedrada para una de sus comparecencias, pero lo de Alcurrucén suele echar ejemplares encastados, y Victoriano del Río también, según tengan el día.



ROCA REY (Parladé - Adolfo Martín - Victoriano del Río/Toros de Cortés): El torero de moda irrumpe un año más en Madrid, llevándose además lo que muchos consideran "el coco del bombo" (lo del "coco" será por lo malo que lleva saliendo en los últimos años, porque por otra cosa...). Sin embargo, sus maneras un tanto tremendistas y otro tanto muy apegadas al toreo 2.0 no terminan de convencer al aficionado exigente de Madrid (a los cuatro o cinco que ya quedan). Veamos como viene este año.



LÓPEZ SIMÓN (Parladé - Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto - Santiago Domecq): Quien ya suma cinco puertas grandes en Madrid sin haber pegado un solo muletazo. Otra cosa no, pero un rato meritorio sí que es. Y aquí le tenemos un año más, anunciado tres tardes y esperemos que con la incentivación de querer cortar alguna oreja en Madrid después de torear, aunque sea por una vez en la vida.



OCTAVIO CHACÓN (Pedraza de Yeltes - Victorino Martín - Celestino Cuadri): Gran revelación del pasado 2018 en aquella dificilísima corrida de Saltillo, y reivindicándose en Otoño ante otro correoso ejemplar de Fuente Ymbro. Ha empezado la temporada muy bien en Valencia, y la ilusión por verle es máxima. Además, le tendremos una cuarta tarde dentro de poco, el próximo domingo 14 de abril y ante otra corrida de Victorino Martín. Una apuesta fuerte.



EMILIO DE JUSTO (Jandilla/Vegahermosa - Victorino Martín - Baltasar Ibán): Torero también revelación la pasada temporada con una puerta grande conseguida en Otoño, aunque un tanto barata. Jandilla por un lado, y por el otro dos compromisos fuertes con Victorino Martín y Baltasar Ibán. Bien por él. Esperemos que este año termine de convencer muleta en mano a quienes no consiguió meterse en el bolsillo hace un año.



GINÉS MARÍN (Montalvo - Garcigrande/Domingo Hernández - Alcurrucén/Lozano Hermanos): Se trata este de un matador dotado de un corte torero muy exquisito, y que apuntó alto al principio, llegando incluso a salir a hombros de esta plaza hace dos temporadas. Posteriormente no ha conseguido ratificar aquel triunfo, pasando de puntillas en sucesivas comparecencias por esta plaza. Le convendría pisar el acelerador este año.





ÁLVARO LORENZO (El Tajo/La Reina - Alcurrucén/Lozano Hermanos - Garcigrande/Domingo Hernández): Una puerta grande en este escenario a principios del 2018 le puso en órbita. Tres tardes es hacerle justicia.





SEBASTIÁN CASTELLA (Jandilla/Vegahermosa - Garcigrande/Domingo Hernández - Victoriano del Río/Toros de Cortés): Entró en el bombo y este no le pudo deparar mejor destino conforme a sus intereses: Jandilla. El resto, como siempre: cómodo y sin demasiadas complicaciones.



ANTONIO FERRERA (Zalduendo - Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto - Alcurrucén/Lozano Hermanos): Tres tardes son muchas tardes para un torero que lleva mucho tiempo sin justificarse en Madrid. Seguramente, las cosas del tener que rellenar tantos huecos.








DOS TARDES


JAVIER CORTÉS (La Quinta - Pedraza de Yeltes): Torero que ilusiona a los aficionados exigentes desde su época de novillero, llamó la atención en los desafíos ganaderos de 2017, y en 2018 se reivindicó. El 2019 debería seguir dejando el pabellón alto, y viendo con qué está anunciado, se podría decir a priori que tendrá material.



MIGUEL ÁNGEL PERERA (Fuente Ymbro - El Puerto de San Lorenzo/La Ventana del Puerto): No hace falta comentar mucho acerca de este matador. Si acaso, que sus dos comparecencias vendrán marcadas por dos hierros que últimamente están en buen momento. Pero en verdad, para lo que él suele ofrecer, que es la monofaena vulgar y pegapasista al uso, solo se puede desear que no acabe aburriendo también a los ejemplares que le toquen en suerte.



ROMÁN (El Tajo/La Reina - Adolfo Martín): Quien cuenta con un concepto del toreo poco ortodoxo y embarullado, aunque con algo muy positivo: siempre se preocupa de lucir a sus toros. Consiguió salir a hombros hace dos veranos, cosa que le hizo entrar en todas las ferias. El pasado año, en tres tardes, pasó de puntillas y además se dejó ir varios toros de nota, como el Hechizo (Fuente Ymbro) o el Taponero (Miura).



LUIS DAVID ADAME (Montalvo - Zalduendo): Mediano de la insufrible saga Adame, su toreo no se aleja demasiado de lo que ofrece su hermano el mayor. O sea, pegapasismo chabacano y muy alejado de las formas clásicas. Y además, también parece haberse copiado de su hermano hasta en eso de ponerle cara de perro al presidente de turno que no entra por el aro a la hora de regalarle las orejas. Hace un año sorteó al famoso Ombú, siéndole otorgado un despojo de tal ejemplar. Por lo demás, poco o nada digno de mención.



PABLO AGUADO (Montalvo - Santiago Domecq): La oreja cortada la pasada feria de otoño (un tanto benévola, por cierto), le hace entrar dos tardes en este serial, además de matar la de El Torero el próximo domingo de Resurrección. De novillero mostró finas maneras y un concepto que recuerda a la Escuela sevillana, pero como se dice ahora en el mundo del fútbol, le falta cocción.

JUAN DEL ÁLAMO (El Pilar - Las Ramblas): Su amplia colección de orejitas en esta plaza le han hecho un imprescindible año tras año en Madrid a la hora de rellenar huecos, aunque al aficionado le diga poco su toreo.



JOSÉ GARRIDO (El Pilar - Fuente Ymbro): Pasan los años y con ellos las ferias; y por más que lo intentamos y requeteintentamos, aún somos muchos los que no hemos conseguido verle a este torero ninguna de esas virtudes tan cacareadas desde que era novillero. Ya son muchas tardes pasando de puntillas por esta plaza, el asunto empieza a aburrir un poco.



EL JULI (Juan Pedro Domecq y Núñez del Cuvillo): Todo dicho.



FERNANDO ROBLEÑO (José Escolar - Valdellán): Por momentos pareció volver a sus antiguos fueros el pasado mes de septiembre ante el famoso Navarro de Valdellán, ofreciendo a la parroquia algunos naturales con mucha enjundia. Si fuera capaz de repetirlo ante los escolares o los valdellanes próximamente pero con más rotundidad, sería de cine.



CURRO DÍAZ (Baltasar Ibán - Zalduendo): Pinturero y cargadito de detalles, pero tomando cada año que pasa más precauciones.



MORENITO DE ARANDA (Las Ramblas - Fuente Ymbro): También muy pinturero, solo que este sí es de los que se ponen y saben torear de verdad. Por ende, siempre se le espera en Madrid, feudo donde ha dado buenas tardes de toros y ha dejado multitud de detalles, como por ejemplo un formidable ramillete de verónicas el pasado año, y el cual justificó las más de dos horas que duró ese tedioso festejo.



PEPE MORAL (Baltasar Ibán - Fuente Ymbro): Gran faena el pasado año al recordado Chaparrito, con la que por fin terminó de convencer a gran parte de la afición de Madrid. Se espera que  sea capaz de ratificar ese buen toreo. Con esas dos ganaderías a las que se enfrentará, todo hace prever que oportunidades tendrá.






UNA TARDE


RUBÉN PINAR (La Quinta): Abre feria un torero que en los últimos años parece haber encontrado su sitio en el circuito de las llamadas corridas duras. Y la verdad que, dejando aparte lo tosco que resulta su toreo, el hombre parece defenderse con solvencia en estos lares.



THOMAS DUFFAU (La Quinta): Francés que cortó una oreja el pasado mes de septiembre a un toro de Pallarés. Credencial suficiente para tenerlo en la feria.
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FINITO DE CÓRDOBA (Fuente Ymbro): ¿Cuáles son los credenciales que presenta este señor para verse anunciado en Madrid una vez más? ¿Que le apodera Simón Casas? Es lo único que se le ocurre a uno. Hace muchísimos años que en Madrid no solo no interesa, sino que se le dejó de tragar. Y,
además, en un día tan señalado como lo es el 15 de mayo y en un cartel de lujo. No, no se entiende.



DAVID GALVÁN (Valdefresno/Fraile Mazas): Torero joven del que se lleva temporadas esperando cositas importantes, sin terminar de llegar estas. Se anuncia, además, el próximo domingo de Resurrección con los toros de El Torero.



JUAN ORTEGA (Valdefresno/Fraile Mazas): Muy grata fue la sorpresa que nos llevamos el pasado verano con este matador, el cual en su época de novillero no terminó de convencernos a unos cuantos. Sin embargo, mostró para la ocasión un toreo mucho más reposado y con formas muy clásicas. Puede ser una de las sensaciones de la feria, si los de Valdefresno se prestan a ello y él tiene el día. Completará también la terna del domingo de Resurrección.

JOAQUÍN GALDÓS (Valdefresno/Fraile Mazas): Poco más que añadir a lo anteriormente expuesto sobre este matador. Solo que ha gozado de unas cuantas oportunidades en esta plaza que han terminado cayendo en saco roto.



JOSELITO ADAME (El Tajo/La Reina): Primogénito de la familia Adame, y de quien también ha quedado todo expuesto.



GONZALO CABALLERO (El Pilar): Se trata este de un torero que dispone de muy buenas maneras y muy pocas oportunidades. ¿De verdad tanto hubiera costado incluirle una tarde más en el abono?

EL CID (Parladé): En el año de su adiós a los toros, se espera y desea que Manuel Jesús salga con ganas de dar un recital en memoria a sus mejores años.



ÁNGEL TÉLLEZ (Jandilla/Vegahermosa): Confirmará la alternativa en plena feria quien ha sido un novillero de más nombre que argumentos dejados en el ruedo.



DAVID DE MIRANDA (Juan Pedro Domecq): Es una inmensa alegría ver anunciado a este torero en San Isidro, después de la lesión sufrida hace dos veranos. Viene a confirmar alternativa y, además, también se espera que confirme las buenas sensaciones que dejó en sus tiempos de novillero.



JUAN LEAL (Pedraza de Yeltes): De Francia, y que lleva algunas temporadas colándose en la feria sin reeditar créditos de un año para otro, en verdad.



GÓMEZ DEL PILAR (José Escolar): Se ha hecho un huequecito en las corridas donde el Toro hace aparición (vulgarmente conocidas como duras), y el hombre parece ir creciendo a pequeños pasos en ese circuito. Por cierto, ¿no hubiera merecido este señor entrar en una 2ª tarde, en detrimento de otros espadas los cuales no se sabe muy bien qué pintan anunciados?



ÁNGEL SÁNCHEZ (José Escolar): Novillero de altos vuelos en su época, tomó la alternativa el pasado año en la corrida de Adolfo Martín, estando poco acertado aquella tarde. Muchos confían en él, y el hecho de haberse curtido matando mucho santacoloma da a pensar que puede funcionar en ese circuito. Está también anunciado para el día 2 de mayo.



DANIEL LUQUE (Victorino Martín): He aquí el que iba para figura, y se ha quedado para los restos de los restos. En verdad tiene más que suficiente con una tarde, pero ¿alguien hubiera echado en falta su ausencia?



MANUEL ESCRIBANO (Adolfo Martín): Poca historia se recuerda de este matador desde el indulto al toro Cobradiezmos en la Maestranza. Y de eso han pasado ya tres temporadas. Se sabe que dentro lleva buenas maneras para enfrentarse a este tipo de corridas, pero debería apretar el acelerador, pues no puede vivir toda la vida de aquella renta.



DAVID MORA (Alcurrucén): Caso muy parecido al anterior: aquella faena al Malagueño de Alcurrucén hace tres ferias no debería durar toda la vida. Lleva ya tiempo arrastrándose por las plazas y dando sensación de tristeza, hecho agravado además por la cosa de que siempre se lleva al mejor toro de cada festejo, y se lo deja ir sin torear.



TOMÁS CAMPOS (Las Ramblas): Actuó el verano pasado en esta plaza y, los que le vieron, afirman rotundamente que es un torero a seguir. Bienvenido sea y deseando que ratifique tan buenas sensaciones.



EUGENIO DE MORA (El Ventorrillo): Relleno, relleno, relleno y más relleno. Y por si a alguien no le ha terminado de quedar claro... RE-LLE-NO.



SEBASTIÁN RITTER (El Ventorrillo): Merecía entrar este año con todas las de la ley, después de vérselas con muchísima dignidad y solvencia el pasado año con los demonios andantes de Saltillo.



FRANCISCO JOSÉ ESPADA (El Ventorrillo): Mucho ruido, y pocas nueces. El pasado año, sin ir más lejos, se le fue con las orejitas puestas un gran toro de Baltasar Ibán al cual no fue capaz de someter, y todo lo cacareado por los adeptos al sistema sobre él ha tenido poco refrendo por su parte. Tiene esta oportunidad y, además, la del 2 de mayo.



IVÁN VICENTE (Valdellán): Destellitos y elegantes poses, pero resbala (y mucho) en el toreo fundamental. Se le recuerdan buenos naturales hace dos años, un 12 de octubre. Pero poco más.



CRISTIAN ESCRIBANO  (Valdellán): La oreja cortada el pasado mes de septiembre a un toro de Saltillo le hace entrar una tarde en la feria y, además, vestirse de goyesco el 2 de mayo.



RAFAELILLO (Celestino Cuadri): Fijo en este tipo de corridas, Rafaelillo se trata de un torero que ha combinado magníficas faenas en esta plaza con otras tardes en las que no ha querido ni verse a sí mismo. ¿De qué palo le tendremos esta vez?



LÓPEZ CHAVES (Celestino Cuadri): Un torero que hace años también era un fijo en este tipo de corridas, y la empresa ha considerado oportuno desempolvarlo para dar cuenta de la corrida de Cuadri. Seguramente tampoco habría muchos candidatos para estos menesteres.



EL FANDI (Santiago Domecq): Una, y gracias. Y si hubiera sido ninguna, habría sido muchas gracias. En fin...





martes, 26 de marzo de 2019

FERIA DE SAN ISIDRO 2019 (I): LOS TOROS

Pues nada, que ya tenemos a nuestra disposición la cartelería de la feria de San Isidro 2019. O como dirían los intelectuales, Habemus San Isidro. Uno nunca pierde la esperanza de que alguna vez pudiera darse la circunstancia de no recurrir a la clásica frase de siempre: "Esta feria es peor que la del año pasado, y mejor que la del que viene". Pero en este 2019, por desgracia, la esperanza cae en saco roto y tenemos que decir, un año más, que LA FERIA DE SAN ISIDRO 2019 ES PEOR QUE LA DEL 2018, Y PROBABLEMENTE MEJOR QUE LA DE 2020. 

¿Que qué le faltaría a esta feria para que podamos decir que es una gran feria? Hombre, ya puestos, pudieramos decir que le faltan nombres tipo Manolete, Gallito, Manolo Vázquez, el Viti, Belmonte, Curro Romero... Y también del tipo Aleas, Vicente Martínez, Coquilla, Graciliano Pérez-Tabernero... Si por pedir, no será. Ahora bien, siendo realistas, a esta feria la verdad es que faltarle, lo que se dice faltar, le faltan pocas cosas, porque bien es cierto que, prácticamente, no hay más cera que la que arde. Tiempo habrá en sucesivas entradas de hablar sobre los toreros: lo que hay, lo que no hay, lo que pudo haber y no hubo, lo que sobra, lo que falta... Pero ya habrá tiempo para esas cosas.




Es tiempo ahora de hablar de los toros. ¿Qué es lo que tenemos? De todo, pero sobre todo muchísima paja. ¿Qué falta? Por desgracia, poca cosa. Al tratarse de la feria más importante del Mundo (o eso dicen), se puede decir que la mítica vacada de Miura debería estar anunciada sí o sí. Pero hay muchas connotaciones en este apartado. Primero, que el descalabro del año pasado, con positivo en afeitado incluido, la hacen merecedora de quedarse fuera un tiempecito; y por otro, que estos ganaderos anteponen Sevilla y Pamplona a Madrid, y eso desemboca en que es muy complicado que todos los años saque una corrida para Madrid que cumpla los estándares mínimos.
¿Saltillo? Al parecer, solo comparecerá en desafío ganadero más adelante, lo que lleva a pensar que no tiene toros suficientes. Aunque sobre Saltillo es justo decir que son cada vez menos aficionados los que la echan de menos. Bien es cierto que ahí quedan toros de la talla de Horquillito o Viergado, pero convertir en costumbre eso de lidiar corridas que en otra época hubiera provocado aunténticos escándalos y desórdenes públicos... Como que no. ¿Dolores Aguirre? Ciertamente se le echa de menos. ¿Partido de Resina? Sin noticias de Holanda, que se suele decir, aunque después de lo del pasado 12 de octubre, mejor dejarla para otro momento. ¿Cebada Gago? ¿Torrestrella? ¿Rehuelga? ¿Flor de Jara? ¿Mauricio Soler Escobar? ¿Juan Luis Fraile? ¿Alguna de la rama de Vega-Villar como Barcial o Monteviejo? ¿Algo de Murube para lidiarse a pie? ¿La rama vazqueña de la mano de Concha y Sierra o Prieto de la Cal? ¿Aquella rama antiquísima del Conde de la Corte con la marca a fuego del Cura Valverde? Si no será por falta de ganaderías, pero en la inmensa mayoría nos topamos con la misma frase: "no tienen toros para Madrid". Y es la puñetera realidad, pero yo pregunto a qué se debe esto. ¿Puede ser en gran parte a que el fallo realmente está en la mentalidad de los aficionados, que ven trapío únicamente en los kilos, el tamaño y la cornamenta, y ello se ha trasladado a presidentes y veterinarios?





Por otro lado, ¿se podría conseguir una feria de mayor calidad si se prescinde de lo supérfluo? Por supuesto. Básicamente, lo que sobra, son festejos. Treinta y cuatro tardes son muuuuuuchas tardes. Demasiadas. Al final, eso obliga a rellenar los muchos huecos existentes, y así es como llegamos al punto en que hay anunciados unos cuantos hierros que mejor hubiera sido dejarlos en la finca, toreros que hacen dobletes cuando en realidad con una sola tarde hubieran ido que chutan; y otros que vienen anunciados en una tarde y cuya presencia no está del todo justificada. ¿Qué sentido tiene confeccionar una feria tan larga, para luego a la hora de pasar por taquilla al abonado se le va a dar la oportunidad de echar la quiniela, llegando así en muchos festejos al dantesco espectáculo de la media plaza? ¿No se hubiera ganado en calidad, y también economicamente, reduciendo el número de festejos, e incluirlos todos en un solo abono, sin posibilidad de eliminar festejos, y a un precio más asequible?

En cualquier caso, lentejas es lo que hay. Como ya habrá tiempo más adelante de hablar de los toreros anunciados, centrémonos ahora principalmente en el Toro, el cual viene cargadito de cosas, buenas, menos buenas,  malas, y de ahí a paupérrimas e inexplicables. Cae bien el triplete de una gandería como Fuente Ymbro, dados las enormes tardes que ha ofrecido últimamente, así como la presencia de los clásicos denominados toristas como Baltasar Ibán, Valdellán, La Quinta, José Escolar, el regreso de Celestino Cuadri y, aunque fuera de ese denominado torismo, Alcurrucén con otro doblete, la cual también suele echar ejemplares de nota. Más entrados en materia, el Toro de San Isidro es el que sigue:


LA QUINTA (*14 de mayo --》Rubén Pinar/Javier Cortés/Thomas Duffau.
*27 de mayo (novillada) --》Ángel Jiménez/El Galo/Francisco de Manuel): Doblete de una ganadería de procedencia Santa Coloma, con corrida de toros y novillada. De esos dobletes que nada molestan, y además abriendo feria. Nada mal para abrir boca.


FUENTE YMBRO (*15 de mayo --》Finito de Córdoba/Diego Urdiales/Miguel Ángel Perera.
*3 de junio (novillada) --》 Juanito/Antonio Grande/Diego San Román.
*14 de junio --》 Morenito de Aranda/Pepe Moral/José Garrido): Presente en tres tardes, con todo el merecimiento del mundo. Ejemplares como Hurón, Laminado, Agitador o Damasco tienen la culpa de esto, de que los aficionados la tengan cada vez más en cuenta y, dicho de paso, de que los figurones del todo y de a la vez nada cada vez se apunten menos a ella. Ay, la casta...


VALDEFRESNO/FRAILE MAZAS (16 de mayo --》 David Galván/Juan Ortega/Joaquín Galdós): Dicen los que la vieron que lidió buenos ejemplares el pasado 15 de agosto en 2018, pero ciertamente esta gandería ha provocado desde tiempos lejanos numerosas tardes de tedio y solemnes cabreos. Como un grano no hace granero, se le puede considerar una ganadería de relleno en esta feria. Vamos, que sobra.






EL TAJO/LA REINA (17 de mayo --》Joselito Adame/Román/Álvaro Lorenzo): La ganadería del maestro Joselito suele echar toros que no se emplean en varas, van con la casta justita y ofrecen grandes oportunidades de triunfo a quienes los sortean. La corrida que lidió el pasado año con motivo de la Goyesca fue claro ejemplo de ello.


MONTALVO (18 de mayo --》Ginés Marín/Luis David Adame/Pablo Aguado): Irregular donde las haya, y que lo mismo se planta un año y lidia una buena corrida de toros, que pasan tres o cuatro años echando aunténticos saldos de borregos inválidos que le dan la tarde al más pintado.


CONDE DE MAYALDE (Novillada, 20 de mayo --》Rafael González/Marcos/Fernando Plaza): Habitual en novilladas y sobreros de corridas de toros, sobre todo cuando aparecen la figuras. Esto último lo dice todo: animales más bien flojos en los primeros tercios de la lidia y que luego en la muleta se vienen arriba y sacan esa nobleza y dulzura empalagosa.


EL PILAR (21 de mayo --》Juan del Álamo/José Garrido/Gonzalo Caballero): ¿Cuánto tiempo hace que esta ganadería no se presenta en Madrid con una corrida medianamente aceptable?¿Cuánto tiempo hace que no se libra de los escándalos con novillotes adelantados, inválidos e inservibles para otra cosa que no sea carne? Su presencia, un año más, clama al cielo, y si algún poder divino no lo remedia a última hora, ese día el aficionado volverá a ser víctima de esta chacota.


PARLADÉ (22 de mayo --》El Cid/López Simón/Roca Rey): La que apunta a ser una de las últimas corridas que se lidiará en Madrid con este hierro. Siempre se le recordarán buenos ejemplares para la muleta, pero a costa de convertir la suerte de varas en una pantomina. El medio-toro de toda la vida.


JANDILLA/VEGAHERMOSA (23 de mayo --》Sebastián Castella/Emilio de Justo/Ángel Téllez): Siempre nos quedará la esperanza de que eche otra similar a la buena corrida de toros que se lidió en la feria del año 2017. Que para esperpentos ganaderos como el del pasado San Isidro, día en que lidió una auténtica borregada inválida, ya habrá tiempo de pensar.


JUAN PEDRO DOMECQ (24 de mayo --》El Juli/Paco Ureña/David de Miranda): No, definitivamente no se puede aceptar semejante porquería en San Isidro solo porque sea una de las favoritas de los figurones de todo y a la vez de nada. Para el empresario, como imán para atraer al bombo a aquellos, le habrá venido de lujo, pero al final el que paga es el aficionado, y está harto de tragar año tras año con los innumerables petardos que ha protagonizado esta ganadería. Dos buenos encierros en esta plaza: 2011 y 2015, de acuerdo. ¿Y el resto, qué? ¿No cuenta? A algunos hasta le servirá aquel ejemplar del año pasado llamado Ombú para justificar su presencia este año, pero si eso se supone que es el nova más de la bravura, apaga y vámonos.


PEDRAZA DE YELTES (25 de mayo --》Octavio Chacón/Javier Cortés/Juan Leal): Unas cuantas tardes decepcionantes lleva acumuladas este hierro en esta plaza. No termina de cogerle el punto el ganadero a Madrid, plaza donde causa expectación. ¿Se dará este año el fin de la mala racha?


JOSÉ ESCOLAR (28 de mayo --》Fernando Robleño/Gómez del Pilar/Ángel Sánchez): Favorita del aficionado, el pasado año sobresalió el buen Chupetero dentro de un conjunto boyante y justito de casta. Siempre se espera mucho más.


VICTORINO MARTÍN (29 de mayo --》Octavio Chacón/Daniel Luque/Emilio de Justo): Quién la ha visto y quién la ve. No hay manera de convencerse de que es solo un bache y que volverá a sus antiguos fueros. De un año para otro queda más en evidencia que Victorino Martín García no busca precisamente la casta.


ADOLFO MARTÍN (30 de mayo --》Manuel Escribano/Román/Roca Rey): Un caso parecido al de sus primos-hermanos de Las Tiesas, pero mucho más extremo. El Chaparrito de hace un año no hace olvidar los innunerables petardos que lleva acumulados en los últimos años, siendo ofrecidos además por partida doble al anunciarse año sí y año también en mayo y octubre. El último, hace seis meses, allá por Otoño. Baste como ejemplo de su lamentable estado que ha entrado a sortearse en un bombo repleto de figuras, quienes no parecen haber puesto demasiados reparos en rifársela. El regalito, al final, le cayó a Roca Rey.


ALCURRUCÉN/LOZANO HERMANOS (*31 de mayo --》David Mora/Paco Ureña/Álvaro Lorenzo.
*7 de junio --》Antonio Ferrera/Diego Urdiales/Ginés Marín): El hierro de los Lozano suele agasajar al personal venteño con buenos ejemplares casi todos los años. Este año seguro que no será menos. Es más, apostaría a que el toro de la feria pueda salir de aquí. Y si me piden que afine, diría que será el día 31 de mayo. Y si hay que afinar aún más si cabe, será lidiado en primer o cuarto lugar. ¿Que por qué? Cada uno que deje echar a volar su imaginación...


ZALDUENDO (1 de junio --》Antonio Ferrera/Curro Díaz/Luis David Adame): Lo que en un primer momento parecía (y se deseaba) que fuera una bromilla de mal gusto, se ha tornado en realidad. Zalduendo llevaba décadas sin aparecer por aquí, nadie la echaba en falta y las únicas noticias que llegaban desde fuera sobre ella eran que si desaparecía le hacía un favor a la cabaña brava. Pues nada, que aquí la tenemos, y algo así solo se puede esperar de quien tuvo la idea de asar la manteca. Y de don Simón, claro, que aunque pudiera parecer, no son la misma persona. ¿O sí? En cualquier caso, lo que ocurrió hace pocos días en Valencia no hace sino ratificar que es una burla meterla en San Isidro. Por favor, si ni siquiera las figuras se han apuntado.


LAS RAMBLAS (4 de junio --》Morenito de Aranda/Juan del Álamo/Tomás Campos): Ganadería típica en San Isidro que hace las veces para rellenar tantos huecos existentes. Qué poquitos ejemplares dignos de mención se le recuerdan.


GARCIGRANDE/DOMINGO HERNÁNDEZ (5 de junio--》Sebastián Castella/Álvaro Lorenzo/Ginés Marín): Hierro fetiche por excelencia de los figurones de todo y a la vez de nada. Todavía está muy presente en la mente de los aficionados aquel Granadino de hace dos años, lidiado en el marco de una buena corrida de toros que sorprendió gratamente. Sobre la del año pasado, los que la vieron hablan de otra corrida con mucho que torear. Con estos antecedentes, será grato acercarse a la plaza para verla.


EL PUERTO DE SAN LORENZO/LA VENTANA DEL PUERTO (6 de junio --》Antonio Ferrera/Miguel Ángel Perera/López Simón): Habitual en Madrid, su camino siempre ha discurrido entre dos aguas: la de las mojigangas que causaban tardes aburridas e insufribles, y la de las corridas con casta e interés. Ciertamente, lleva dos o tres temporadas echando alguna que otra de las últimas, por lo que se espera que este año siga en esta tónica.



BALTASAR IBÁN (9 de junio --》Curro Díaz/Emilio de Justo/Pepe Moral): Hierro siempre venerado en Madrid por derecho propio. Cuántas tardes de toros gloriosas no nos habrá dado. Y las que les queda.



EL VENTORRILLO (10 de junio --》Eugenio de Mora/Sebastián Ritter/Francisco José Espada): Hay que remontarse muchos años atrás para recordar los buenos tiempos de este hierro, allá por la época en la que Paco Medina andaba al mando. Aquello por desgracia ya pasó, y ahora nos vemos año tras año más ante una ganadería de bueyes que de toros de lidia. De relleno hasta decir basta.


VALDELLÁN (11 de junio --》Fernando Robleño/Iván Vicente/Cristian Escribano): Tras años implorando a la corte celestial su presencia en Madrid, por fin asomó el pasado mes de septiembre. Y los resultados fueron más que satisfactorios, pues el ejemplar apodado Navarro hizo honor a su sangre santcolomeña con todas las de la ley. Vuelve meses después, esta vez con corrida completa, y la expectación generada en torno a ella no es insignificante, ni mucho menos.


NÚÑEZ DEL CUVILLO (12 de Junio): Lidiará cuatro toros que serán lidiados por el Juli y Diego Urdiales, completándose la terna por Diego Ventura a caballo, que rejoneará dos toros de Los Espartales. Se compone así la Beneficencia de este 2019. Cuvillo es otro de esas ganderías por las que hay palos entre los importantes del escalafón por anunciarse con ella, y las dos corridas lidiadas el año pasado explica el por qué: toritos muy justos de trapío, sin remate en los cuartos traseros, y que rompen con los moldes de la lidia en tres tercios, pues la suerte de varas se convierte en algo totalmente prescindible. En la muleta son obedientes, nobilísimos, empalagosos y todas esas cosas que sustentan el toreo 2.0.


CELESTINO CUADRI (13 de junio --》Rafaelillo/López Chaves/Octavio Chacón): Divisa muy venerada por el aficionado de Madrid, y que no pasa por su mejor momento. El pasado año se ausentó después de algunas temporadas nada afortunadas. Con ilusiones renovadas se afronta su vuelta, deseando que salgan ejemplares que muestren por qué el aficionado la desea.


VICTORIANO DEL RÍO/TOROS DE CORTÉS (15 de junio --》Sebastián Castella/Paco Ureña/Roca Rey): Ganadería de grandes ocasiones que siempre ha estado ahí ahí, con corridas que pedían el carnet (casualmente las figuras andaban muy lejos en ocasiones así), otras que eran un regalito para eso de disfrutar y tal, y otras también las cuales era imposible meter mano (las dos bueyadas del año pasado, sin ir más lejos). Habitual con dos corridas, este año se ha quedado sorprendentemente en una.


SANTIAGO DOMECQ (16 de junio --》 El Fandi/López Simón/Pablo Aguado): Para cerrar San Isidro, nada mejor que otra befa: meternos con calzador una ganadería que hacía años que no aparecía por aquí, y que invoca recuerdos los cuales no son precisamente felices. No obstante, hay quienes aseguran que está en buen momento y que merece la pena probar. Los experimentos, ante todo, con gaseosa.

domingo, 24 de marzo de 2019

PRIMERA DEL AÑO EN MADRID: CIENTO SESENTA Y OCHO DÍAS DESPUÉS...

Ciento sesenta y ocho (168). Cifra que puede resultar, así de primeras, insignificante e intrascendental. Pero si se analiza calmada y profundamente, en realidad guarda detrás mucho más significado que un simple número. Si se cuenta en días, ciento sesenta y ocho (168) son los días que han pasado desde aquel apoteósico 7 de octubre de 2018, fecha de una tarde culmen en nuestra plaza de Madrid por obra gracia de dos toreros y un ganadero. Desde aquel suceso, imborrable de nuestra mente, han sucedido más acontecimientos tanto dentro como fuera del planeta taurino, hemos cambiado de año, se ha iniciado una nueva temporada... Y nos hemos plantado en este domingo 24 de marzo de 2019, día en que Las Ventas ha iniciado su nueva temporada taurina, precisamente con la misma ganadería que protagonizó aquella apoteosis hace ciento sesenta y ocho (168 días) y tres novilleros que, se supone (y solo se supone) que son la cúspide de la novillería actual y futuros mandones de esto. Dios nos pille confesados.





Iluso de aquel iluminado que viera lo del 7 de octubre del 2018 algo así como una revolución, o mejor dicho una contrarrevolución. Igual creíamos que el magisterio clásico de Diego Urdiales y la no menos importante labor lidiadora y no exenta de torería por parte de Octavio Chacón, pondrían a cavilar a lo largo del largo invierno a las nuevas generaciones de esto de la tauromaquia, haciéndoles llegar a la conclusión de que hay vida más allá de pegar pases, citar al hilo, esconder la pierna, meter el pico, los pendulazos de pie y de rodillas, pegar esos circulares, las bernardinas y todo ese montón de amaneramientos que acumula la nefasta tauromaquia 2.0. Ilusos, más que ilusos.





Por lo menos, en lo que respecta a los tres caballeros que esta tarde han inaugurado la temporada en Madrid, ha quedado demostrado que ellos no han cavilado lo más mínimo acerca de aquel 7 de octubre de 2018, y que prefieren seguir apegados a esa vulgar Tauromaquia 2.0. Si a ellos les sirve, pues bien por ellos. Enhorabuena. Y si a parte de los que se sienten en el tendido también les sirve, felicitaciones también para ellos. A otros cuantos, desde luego, no nos da por tragar con esto a sabiendas de que hay mucha vida más allá de los modernismos hoy tan al uso.




La terna que ha abierto la temporada de Las Ventas, formada por Rafael González, Ángel Téllez y Francisco de Manuel, ha bien podría editar con lo de esta tarde un completísimo manual de Tauromaquia 2.0, Nivel Avanzado. Los dos primeros, con sus faenas calcadas las unas de las otras, de hoy y de otros días, han pasado de puntillas y apenas han despertado el más mínimo interés entre el personal. Francisco de Manuel, por su parte, lleva poco más de un año como novillero con picadores, demostrando en muchas ocasiones que él sabe torear alejado de los vicios modernos y apegado a las buenas maneras, pero bien es verdad que quizás le ha venido todo un pelín rápido. Como está de moda decir ahora en el mundo del fútbol, le falta cocción. O taurinamente hablando, le falta mucho poso a su toreo. Le falta quizás aprender que el capote no sirve para pegar esos telonazos que tanto mal le hacen a los toros, sino que se utilizan para recoger cuidadosamente y con suavidad a los toros, llevarlos por abajo, enseñarlos a embestir y tratarlos con cariño; y luego ya se puede hablar de torear de capa finamente. Le falta quizás (y sin quizás) que alguien de su entorno más íntimo le coja frente a frente y le diga: "Mira niño, no pongas banderillas más en tu vida, porque vaya desastre. Tienes tres banderilleros para algo". De hecho, es muy probable que haya ocurrido algo así una vez terminado su quehacer ante el tercero, pues en el 6º toro ha sido su cuadrilla la que se ha hecho cargo del segundo tercio. Le falta a Francisco de Manuel, quizás, andar más reposado corriendo la mano; tirar de los toros con más suavidad. Le falta alcanzar el secreto del temple. Y eso le llegará con entrenamientos, rodaje y mentalización. Le ha faltado esta tarde eso que sí ha tenido otras veces, que es colocarse en el sitio y no quedarse tantas veces fuera de cacho. Tiene tiempo y maneras el muchacho para pulir las cosas, y si lo consigue seguro que funcionará. Una oreja, muy baratita, del tercer novillo le ha sido otorgada, ejemplar este que tenía cosas dentro; y ha sido desbordado por el encastado sexto, el mejor novillo de la tarde.




De la novillada de Fuente Ymbro decir, simple y llanamente, que las hemos visto y veremos mejores. Y que también las hemos visto y veremos peores. Solo es cuestión de ver el vaso medio lleno o verlo medio vacío.


martes, 5 de marzo de 2019

ÁNGELA, UNA VERDADERA LUCHADORA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER

La sociedad de hoy día vive una época convulsa en la que, al parecer, ni el ser humano se reconoce a sí mismo. Ese buenismo y el ser políticamente correcto ha ido a desembocar, paradójicamente, en una sociedad poco o nada tolerante entre sus iguales, y que no le hace ningún bien a nadie. Quien hoy día quiera manifestar abiertamente sus opiniones, orientaciones políticas o sexuales, sus gustos y aficiones o hasta a veces incluso su equipo de fútbol, ha de andarse con pies de plomo para no despertar la fiera que llevan dentro los ofendiditos. Imposible hoy en día eso de opinar de manera sana y respetuosa sobre algo y que el -ista de turno no salte a la yugular. Y es que esta parece ser la "Era de los -istas": ecologistas, animalistas, separatistas, independentistas, feministas... Y así un larguisimo etcétera que hacen de sus ideas un dogma de fe incuestionable y que ha de calar sí o sí, aunque sea a la fuerza, en todas y cada una de las mentes que poblan este mundo. Esa parece ser la lucha diaria de esos -istas, sean de la vertiente que sean, y que se han empeñado en ser una especie de mosca cojonera a la cual la única forma de tranquilizar es la de darles la razón, aunque en realidad no la tengan. La razón como a los tontos. Ya lo dice un dicho muy popular: a veces, quien calla no siempre otorga, es simplemente que a veces no le apetece discutir con idiotas. Como para decirle al ecologista de turno que un cazador, un agricultor o un ganadero hace más por la supervivencia del ecosistema que todos los miembros (y miembras, no se me vayan a ofender los feministos y feministas) de Greenpeace juntos.
A ver quién sería el guapo que le dice al paisano de turno que "maltrato animal" como tal es adoptar a un galgo para luego tenerle encerrado en un piso de 80 metros cuadrados en el centro de Madrid; o que un ganadero de bravo lucha más por el bienestar de los toros que aquel parias que se coloca las banderillas de ventosa en la espalda y se encenaga de pintura roja que simula sangre. 

¿Que a qué viene todo esto? Sencillamente a que por los fueros de la Piel de Toro llevamos unos días escuchando tambores de guerra por parte de los -istas por excelencia, los (y las) feministas, con motivo de eso que hacen llamar "Huelga Feminista", y que se celebrará el 8 de marzo. Y uno, que no es de piedra, se aburre y hasta cabrea de tanta paparrucha junta que sueltan por la boca los de aquellos menesteres. Que igual más de uno se sorprenderá de que en este humilde blog en el que siempre se habla de toros se vaya a tratar un tema a priori totalmente ajeno a los toros. Nada más lejos de la realidad. Al tema taurino, como no podía ser de otra manera, es donde pretendo ir a parar, aunque haya tenido que pegarme semejante rodeo para llegar al punto exacto en el que quiero desembocar. Y este punto no es otro que una persona grandiosa, mujer para más señas como no podía ser de otra manera, que tanto dignificó en su día, primero, la lucha por la igualdad real de hombres y mujeres; y segundo, su profesión. Una verdadera feminista, al fin y al cabo. Una luchadora radicalmente opuesta a los espantajos que hoy día forman el conjunto del "feminismo" (convertido en feminazismo), y que, lejos de una lucha por la igualdad real de la mujer en la sociedad y por conseguir alcanzar unos derechos y una dignidad por el sexo femenino, causan naúseas y vergüenza ajena.

Igual si suelto así de primeras el nombre de María Ángeles Hernández Gómez, a muchos les suene a chino. Pero si nombro a Ángela, torera de los años setenta, posiblemente a la mayoría les empiece a sonar de qué va la historia. Y es inevitable acordarse de Ángela en estos tiempos, especialmente en los días que corren, días en los que el pseudofeminismo de pandereta e hipócrita ocupa grandes áreas de la opinión pública con sus bochornosas arengas sobre cómo tenemos que hablar, qué tenemos que pensar, cómo tenemos que vestir, qué está bien dicho y qué no, o de qué hay que reírse y de qué no. Algo, en definitiva, muy alejado del verdadero espíritu feminista de antaño que verdaderamente luchó por los derechos de las mujeres, y por el que muchos y muchas se dejaron bastantes cosas por el camino, la vida incluida en algunos casos. 

Ángela encarniza a la perfección ese espíritu de lucha por unos derechos, y bien es cierto que no estaría de más que algunas autoproclamadas "feministas" de hoy en día se fijaran en el ejemplo de esta gran mujer. 

Mejor será comenzar desde el principio. Ángela nació en 1946, años negros en la historia de nuestro país. Su infancia fue, como para muchos de su generación, muy difícil, teniendo de ganarse la vida trabajando en el campo o de repartidora. Para colmo se quedó huerfana con 13 años, por lo que tuvo que dejar su tierra natal para marchar a Madrid en busca de un futuro mejor. Allí consiguió incluso hacer sus pinitos en el cine, pero por entonces su afición por los toros ya le removía las entrañas. Su maestro, Paquito Esplá, padre del maestro Luis Francisco. Pero por entonces pasaba que el Reglamento Taurino prohibía expresamente la participación de mujeres en el toreo a pie. No así en el rejoneo, arte en el que Ángela logró meter la cabeza. Pero a ella lo que le apasionaba era el toreo a pie, y el rejoneo no terminaba de llenarla. Y como en España no se les permitía tal cosa a las mujeres, marchó a Francia y México para abrirse camino en la disciplina taurómaca que más le hacía sentirse feliz: el toreo a pie. 
Llegó el año 1972, y con ello la cruzada de Ángela contra ese artículo 49 párrafo C del Reglamento Taurino, el cual hacía que Angela no pudiera torear en su país. Ángela encontró apoyo jurídico para ganarle la batalla al injusto Reglamento Taurino en el abogado José Briones, y juntos lucharon a favor de su causa contra el Ministerio de Gobernación, el Ministerio de Trabajo y el Sindicato Nacional de Espectáculos. O lo que es lo mismo, contra el Régimen franquista y contra una sociedad que en aquel entonces sí era verdaderamente machista. Con menos valor que aquel, cualquier mortal mataría seis toros de Saltillo en Madrid.
Tras meses y meses de pleitos judiciales que llegaron incluso al Tribunal Supremo, y tras conseguir que más de cien compañeros de profesión firmaran una petición formal dirigida al Sindicato Nacional del Espectáculo, Ángela cantó por fin victoria en agosto de 1974: el Ministerio de Gobernación emitió una Orden por la cual levantaba el veto a las mujeres para torear. Su lucha dio frutos.
Y así, el 15 de septiembre de 1974, Ángela realizó por fin su sueño toreando un festival en Jerez de los Caballeros, con Antonio Lebrija, Pepe Cámara, Antonio Medina y Yiyo. Siguió haciendo historia en los meses sucesivos, llegando a debutar con picadores en Palma de Mallorca el 25 de mayo de 1975. Pero tanto esfuerzo quedó truncado por un cúmulo de lesiones graves que le hicieron tener que abandonar demasiado pronto su carrera, aunque sin desligarse nunca del mundo sel toro, su mundo y al que tanto llegó a dignificar con su lucha. Se dedicó al apoderamiento de toreros como Luis Rubias, El Nico o Conchi Ríos, e incluso llegó a ser representante de las ganderías de Aguadulce y María Palma. Murió el 2 de marzo de 2017.

La mala suerte quiso que Ángela apenas pudiera saborear sus propios frutos, aunque bien podría decirse que ella fue en gran parte la precursora de todo lo que vino después: Maribel Atiénzar, Mary Fortes, Cristina Sánchez, Mari Paz Vega, Raquel Sánchez, Ana Infante, Sandra Moscoso, Conchi Ríos, Rocío Romero y tantísima otras que lucharon en algún momento por abrirse camino en un mundo tan complicado, y otras muchas que en estos momentos se encuentran batalla por cumplir su sueño de ser toreras. Se me viene en estos momentos a la cabeza  también el nombre de Marta Reíllo, una novillera sin picadores a quien se le ha visto en los últimos días con su muleta salir a los toros de capea en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo.

Ángela, en definitiva, luchó. Y ganó. En una época difícil de verdad dada la coyuntura política y social del momento. Seguramente muchas de las que hoy integran el movimiento feminista no tendrían reparo alguno en llamarla asesina y maltratadora de animales si escucharan su historia. La ignorancia es muy atrevida, y la mala baba causa ese tipo de estragos. No importa. Ángela consiguió mucho y, seguramente sin darse cuenta en su momento, también fue un ejemplo para todos.

Gracias maestra.