Un toro de Juan Luis Fraile romanea en la plaza de Cenicientos el 17 de agosto de 2013. Ese día hubo casta, bravura, toros pensados para el aficionado y, en definitiva, emoción.
Así sí se hace afición.
"Lo peor que puede pasarle a un ganadero es que las figuras empiecen a fijarse en su ganadería, porque en ese momento ya no piensas para el aficionado sino para el torero. No quiero desgracias, pero hay que buscar la emoción".
"Al toro de hoy le falta chispa, fondo, casta en definitiva. Y cuando quitas esas bases, después es muy difícil reconducir la ganadería. Es una situación que deberían estudiar muchos ganaderos por el bien de la Fiesta".
Vía: Aplausos
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