Si a día de hoy las cosas en el rejoneo siguieran como en los tiempos de la fotografía, quizás, durante ese tipo de festejos, la plaza estaría más poblada de aficionados que de público no habitual. Como no es así, la grandeza del rejoneo y de la Tauromaquia en general seguirá siendo pasto de la degradación.
(Qué les importará la Fiesta y su degradación a los mandamases, si mientras haya papeles morados de por medio, como si se la pica un pollo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario