sábado, 1 de octubre de 2022

SÁBADO 1-OCTUBRE-2022, PRIMERA DE OTOÑO: ENTRE EL MEDIO-NOVILLO Y LA VULGARIDAD

"Medio-toro" (o en el caso que nos ocupa, "medio-novillo"): dícese del animal de cuatro patas y dos cuernos, perteneciente a la raza bovina, y que se lidia en las plazas de toros como si de un animal bravo se tratara, pero el cual no soporta ni medio picotazo y que se deja torear sin molestar a su matador.

Y eso es lo único que el señor Ricardo Gallardo se ha traído a Madrid para lidiarse en el primer festejo de la Feria de Otoño: el medio-novillo en todo su explendor. El medio-novillo, para ser lidiados en un "reñido" mano a mano por dos de los novilleros más destacados (si acaso los dos más destacados) de todo el año no solamente en Madrid, sino en toda España.  

Novillada para andar bien, para ratificar todo lo bueno que tanto Víctor Hernández como Álvaro Alarcón han mostrado, supuestamente, a lo largo de los últimos meses; para romperse en unos pocos muletazos buenos de verdad y cortar las orejas. Pero eso nunca pasó, y finalmente la sensación es que ambos novilleros anduvieron por debajo de la situación. Es lo que tiene irse a la plaza con una monofaena ya concebida desde horas antes, y que consiste en pegarle muchos pases a lo que se tiene, independientemente de la condición de estos. 

Tres novillotes para Víctor Hernández que no fueron gran cosa. Flojitos de remos, castigo casi inexistente en varas, poquita casta y dificultades... Y nobleza, mucha nobleza y clase. Y ante ellos, faenas interminables en las que predominó la vulgaridad, el toreo lineal y la falta de apreturas. El oficio que este chico ha ido adquiriendo en los muchos festejos que ha toreado esta temporada, consiste en esto: en los mismos vicios de las figuritas de porcelana. Qué lastima..

Álvaro Alarcón se llevó las dos perlitas del encierro: el 2° tuvo complicaciones, sabía lo que se dejaba atrás y requería firmeza y mucho mando por parte de su correspondiente. No se encontró a gusto el chico, y el resultado se condensó en una fuerte voltereta con puntazo en el muslo incluido. Maltrecho y mermado, se lo quitó del medio con decoro y se fue derecho a la enfermería, de donde salió rato después para lidiar en 5° y 6° lugar lo que le restaba. La otra perla del encierro cerró plaza, un inválido que bien debería haber regresado a los corrales y con el que resultó ser imposible pegar un pase. El mayor pecado de Álvaro Alarcón ante este fue andar demasiado rato sobándolo. Mucho mejor el 5°, y hasta pareció apuntar buenas maneras la faena en los primeros muletazos sobre la mano derecha, pero a todo ello le siguió un mar de muletazos perfileros y enganchones. 

No fue una gran novillada, y bien haría el ganadero reflexionando si esto de lidiar una tromba de encierros año tras año es un buen camino para una vacada. Pero, más allá de todo ello y hablando de reflexionar, tanto a Víctor Hernández como Álvaro Alarcón les toca hacer lo propio después de esta tarde en Madrid. Y entre medias de todo ello, dos buenos pares de banderillas de Marcos Prieto. 



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