domingo, 26 de septiembre de 2021

26 DE SEPTIEMBRE DE 2021, TERCERA DE OTOÑO: VICTORINO MARTÍN GARCÍA ESTÁ DE ENHORABUENA

Victorino Martín García, ganadero de bravo por herencia, está de enhorabuena. Muy contento puede estar de lo que está consiguiendo, pues le falta el canto de un duro para conseguir el objetivo que, al parecer, lleva años codiciando: ver su nombre, su hierro y su divisa plasmado en el mismo cartel que los figurones del (des)toreo. Adiós a aquellas tardes de cualquier feria en que los toros de la A coronada eran todo un acontecimiento, una nota diferente que le daba un color a especial a la feria. Adiós a aquellas tardes en Madrid cuando se mascaba en el ambiente que en los corrales aguardaba un corridón de Victorino, ganadero del gusto de Madrid por antonomasia, y que la tarde en que le tocaba lidiar sus toros en esta plaza era todo un acontecimiento radicalmente diferente a cualquier tarde, fueran los toros que fueran y actuaran los coletas que actuaran. Adiós a aquellas tardes de preferia en Sevilla, fechas en las que, por lo general, Victorino (el de verdad, no su hijo) llevaba sus toros por abril a la Maestranza y ofrecía grandes acontecimientos. Y, por supuesto, adiós a los toreros machos y buenos de verdad acartelados con los cárdenos de la A coronada; que abran paso a los figurines de porcelana que solo codician la nobleza y la toreabilidad para "crear" y para "estar a gusto". ¡¡Y lo venderán como gesta, con estos toros!! Enhorabuena pues al señor Victorino Martín García, que está logrando con muchísimo exito criar la antítesis a lo que un día hizo grande el nombre de Victorino Martín Andrés: un toro descastado, insulso y dulzón que, a buen seguro, les servirá a los renombrados porcelanosos para continuar sus andanzas. Es una pena, pero es tal cual. ¿Qué otra cosa podemos pensar después de los insufribles 142 minutos de tedio que han tardado López Chaves, Alberto Lamelas y Jesús Enrique Colombo en darle boleto a los seis de Victorino Martín García? ¿Qué otra cosa, si es la misma tónica (salvo contadísimas excepciones tampoco demasiado honrosas) que llevan ofreciendo los toros del señor Victorino Martín García durante las últimas temporadas? A este ganadero, con muchísimo dolor se dice, llegados a este punto ya no se le puede dejar de tomarle por imposible. Han sido 142 minutos desde que el clarín anunció el inicio del paseíllo hasta que dobló la pezuña el último, pero han parecido 142 días ahí sentados, viéndose lidiar uno a uno los cárdenos por tres toreros que, en verdad, tampoco anduvieron para torar cohetes. Porque una cosa es que los toros dejen en evidencia muchas cosas relativas a su actual amo, y otra muy distinta que fueran imposibles para cualquier conato de lucimiento. Que hubo toros que pudieron servir, y de hecho sirvieron, pero los toreros anduvieron a por uvas y no se enteraron. Y muy en especial López Chaves y Alberto Lamelas, este último con el lote más potable. Colombo, en contrapartida, el peor. Le pudo servir a López Chaves el 1°, sí. Un animal flojito que acudía con prontitud y nobleza cada vez que su matador le proponía acudir a la muleta, pero lejos de alargar el viaje y llevarlo corriendo la mano con largura, a lo único que estuvo fue a quitarle la muleta rapidamente mientras se lo metía por dentro, consiguiendo así que el animal, que tampoco es que se comiera a nadie, le apretara y se quedara muy pegajoso. Alberto Lamelas, con un lote para cortar orejas, defraudó. Y mucho además. No se entendió con el 2°, fuera de sitio durante toda la faena, desconfiado y sin verlo claro; y no mejorando apenas ante el 5°, el más en "victorino" de toda la corrida. Se vio desde la primera serie de muletazos que el toro embestía de muy buena manera, pero a medida que la faena iba entrando en su nudo, el matador acortó las distancias en un absurdo ejercicio de encimismo, ahogando así la embestida del toro y acabando este por embestir a la defensiva. Había toro ahí para alborotar el kisko, Lamelas comenzó sobre la mano derecha sin ponerse ni una sola vez y, aun bajando la mano y corriéndola con majeza, echando al toro hacia fuera descaradamente. Las tandas de muletazos por ambas manos se iban sucediendo a la par que las distancias se acortaban, el toro acudía pero se quedaba corto y los trallazos hacia fuera y los enganchones cada vez eran más numerosos. En ambos turnos, el uso de la espada fue deficiente, pues cobró sendas estocadas caídas. Una pena, ahí puede haber torero y hoy no ha hecho acto de aparición por ningún sitio. Jesús Enrique Colombo se llevó el lote que no ofrecio ni media oportunidad, y fue listo de no demorarse en demasía con el 3°, pues despues de pasarlo por ambos pitones, optó por quitárselo de delante no tardando. Por desgracia no tuvo a bien realizar lo mismo con el 6°, con la parroquia ya deseando desertar la plaza tras vivir semejante tarde. Fue mucho rato por parte de Colombo ahí delante pegando demasiados pases y no mostrando otra cosa que no fuera vulgaridad. Irritante fue también no ver ni un solo quite en toda la tarde, ni una sola verónica, ni ningún par de banderillas, ni nada. Hubo, eso sí, dos picadores que anduvieron aseados: David Prados le propinó dos varas en el sitio al 5°, e Israel de Pedro hizo bien la suerte ante el 6°. Y sobre todo, las grandes ovaciones que se llevó, como suele acostumbrar, el amo y señor de la brega: Marco Galán, que TOREÓ de maravilla durante la lidia del 5°.

1 comentario:

  1. Me gusta leer tus crónicas, porque expones la visión de un aficionado en la plaza y no la de esos "periodistas taurinos" que van escribiendo y mintiendo a la vez, quiero pensar que será porque no saben más (soy bien pensado). Hay que decir la verdad aunque duela. Gracias.

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