Como en toda feria importante (o al menos esta debería ser la norma), la feria de San Isidro también tiene espacio reservado para las novilladas con picadores. Poco o nada nuevo hay respecto a otros años: tres novilladas con picadores que se distribuyen en los días 17 (miércoles), 23 (martes) y 30 (también martes). Las cosas, si están bien, ¿para qué cambiarlas? Algo así pasacon las divisas escogidas: Los Maños y Fuente Ymbro lidiaron sendas novilladas el año anterior en el abono, con muy buen resultado ambas a decir verdad. Por lo tanto, si ambas disponen de un encierro acorde a la categoría de Las Ventas, ¿por qué no repetirlas? Y si las cosas no funcionan, pues lo suyo es abrir la ventana y renovar un poco el aire. Que se lo digan si no a la divisa marrón y encarnada que representa a Conde de Mayalde, que después de algunos años echando novilladas verdaderamente insufribles se quedará fuera de San Isidro esta vez; claro que no del todo nos libraremos de ella: es la escogida para la “Novillada de los Triunfadores” que se celebrará el 25 de junio. La novillada restante, por tanto, será de Montealto, lo que resulta una noticia agradable.
Tres novilladas de Los Maños, Fuente Ymbro y Montealto, respectivamente, que serán lidiadas por 9 novilleros de los cuales 5 llevan la etiqueta de nuevo en esta plaza. Christian Parejo, Marcos Linares, Jorge Molina, Sergio Rodríguez y Lalo de María son sus nombres, y lo cierto es que a lo largo de la temporada 2022 han resonado muchos ecos provenientes de los lugares en que actuaron. Son, en definitiva, un puñado de los novilleros más punteros que hay en su escalafón ahora mismo y puede que la feria de San Isidro no les venga grande, aunque ya se verá el día que pasen su correspondiente examen. Claro que, antes de anunciar en plena feria de San Isidro a cinco chavales que son nuevos en esta plaza, quizás podría haberse tenido en cuenta otros nombres que la pasada temporada quedaron bien y un hueco en esta feria hubiera sido un premio muy justo. Se me vienen a la cabeza, sin ir más lejos, José Fernando Molina o El Niño de las Monjas…
Los 4 novilleros restantes a los que veremos las caras en la feria de San Isidro son de sobra conocidos en esta plaza y todos ellos, más que menos, no están faltos de méritos para estar aquí anunciados. O al menos eso dice la estadística, porque si se echara mano de las letras, igual se encuentran matices. Decir “tengo una puerta grande en Madrid” está muy bien para hacer currículum y, además, proporciona una foto que queda de lujo colgada en el salón de casa. Pero si esa salida a hombros fue provocada en mayor parte gracias a los bramidos del paisanaje que el novillero de turno se trae en autobús desde el pueblo, y que luego suscita no poca polémica entre los habituales en el tendido, le corresponde al aludido decir “aquí estoy yo” cuando sea repetido en novilladas posteriores, y demostrar que no todo llegó gracias a los que se trajo desde su pueblo en autobús. Pues eso fue exactamente lo que no ocurrió con Diego García. Tras una salida en volandas el día 1 de mayo con mucha polémica, actuó dos tardes más (verano y feria de otoño), sin que sus quehaceres de esas tardes hicieran el más mínimo ruido ni despertaran nada positivo. Caso parecido es el de Víctor Hernández, que sumó otra salida a hombros la primera novillada del año pasado que no dejó de ser benévola, aunque dejara retazos de buen toreo. Cabreó la salida a hombros pero bien es cierto que, a pesar de todo, ilusionó el chaval. Lo malo fue que cuando volvió a ser repetido en junio y octubre, y a pesar de que se llevó alguna orejita (no sin la nueva ayuda del paisanaje que le acompañó), las sensaciones eran radicalmente diferentes. Por tanto, tanto Diego García como Víctor Hernández tendrán una nueva oportunidad durante la feria de San Isidro para convencer a quienes se mostraron muy escépticos con sus triunfos en esta plaza.
En los toros la estadística es lo de menos. Se pueden cortar 20 orejas y no despertar la más mínima ilusión y, por el contrario, no cortar nada y hacerse una buena legión de partidarios con tan solo un par de actuaciones. Diego García y Víctor Hernández por un lado, y Jorge Martínez por el otro, son los mejores ejemplos de una cosa y de la otra. Sí, Jorge Martínez. Ese chavalín oriundo de Totana que se jugó la vida sin trampa ni cartón ante un complicadísimo novillo de Fuente Ymbro el pasado mes de mayo, y que en la feria de Otoño le dio los mejores naturales que un novillero ha pegado en esta plaza desde hace años. ¿Cuántas orejas se llevó el chaval de ambas tardes? Ninguna. Y, sin embargo, así esta: con todas las ilusiones puestas en él.
Álvaro Burdiel es el hombre restante. Dicen los que más le han visto que torea con muchísimo gusto y verdad, y lo cierto es que ha dejado algún que otro retazo en las pocas actuaciones que ha tenido en Madrid. Por desgracia, en ninguna de ellas le ha acompañado la suerte. Ojalá sí la tenga el próximo mes de mayo y podamos disfrutar de ese gusto con el que, dice, practica su toreo.
¡¡Feliz temporada 2023 y feliz San Isidro!!
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