miércoles, 1 de junio de 2022

MIÉRCOLES 1-JUNIO-22, CORRIDA DE LA BENEFICENCIA: VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA EL ORDEN Y LA LEY

Hay cierto chascarrillo popular que asegura que "quién al grito de Viva España no responde, no es español; y si es español, no es hombre". La frase es cuanto menos entrañable, pero cogea. Está incompleta. A eso de "quién al grito de Viva España no responde, no es español; y si es español, no es hombre" le falta como remate "o simplemente está en los toros y no es tiempo para andar haciendo el mamarracho". Viva España. Viva el Rey. Viva la Policía Nacional y viva la Guardia Civil. Viva Ayuso también, por supuesto. Viva er Betis manque pierda, y también Hala Madrid, Forza Atleti y todo lo que se guste. Pero no es momento de andar bramando, cual ciervo mascando el celo de las hembras, en una plaza de toros. 


Esto es lo que pasa cuando a una plaza de toros entra gente que no sabe estar ni sabe cómo se anda. Vocear impertinencias ajenas a la lidia mientras esta se desarrolla, o mientras el torero de turno anda ante el toro, se está banderilleando o se está el matador perfilando para entrar a matar, es lo que se dice "no saber estar", ni más ni menos. Y si a eso se le suma el gusto que tienen algunos por el azufrarse a cubalibres, y también el tedio  que provocan los bodrios como el visto en esta tarde, la mezcla es perfecta para pasar más vergüenza ajena que en toda nuestra vida. ¡¡Qué plaza, señora!! ¡¡Qué plaza!!


Gente que no sabe comportarse, alcohol y aburrimiento, mala mezcla. Ayer sin ir más lejos, nadie rebuznaba vivaespañas. No había tiempo para ello, la casta del verdadero Toro mantenía todo el interés y fue un mal día para los vendedores de las pipas y del matarratas ese que sirven en botellitas bonitas de las mejores marcas de alcohol. Hoy, como no hubo ni casta, ni Toro ni ninguna cosa de esas, había que matar el tiempo de cualquier manera. ¿Matando moscas, por ejemplo? No, rebuznando en el momento menos oportuno. Al rebuznar de esos impertinentes bien podrían haberse unido los seis novillos presentados por los señores Lozano esta tarde. Solo les faltó eso a los novillejos de Alcurrucén, porque por lo demás tuvieron las mismas condiciones de cualquier mula de esas con las que los antiguos arrieros hacían sus rutas. Volvió el anti-toro a Madrid tras cuarenta y ocho gloriosas horas de ausencia, con su descaste, su tontuna bóvida, su mansedumbre y todo el hastío que ello provoca. Y, por mucha figura del toreo que haya por ahí, si esto es lo que los cuadrúpedos ofrecen ¡¡como para no aburrirse!!

Por mucho que a Morante de la Puebla le hayan dado una orejita por dedicarse a pasar con la muleta, pasarlo así sin más, y matarlo de una estocada trasera y caída completada con dos golpes de descabello. Con mucha torería, mucho gusto y mucho de lo que se quiera, pero...

Por mucho que se le haya aclamado a don Julián su destoreo y vulgaridad ante el 2º. Por mucho que también se le haya aclamado a Ginés Marín su valerosa faena al mansazo 6º... Pero ¡¡como para no aburrirse!!

 

A Morante de la Puebla, en su tercera y última comparecencia en Madrid, le tocó un marmolillo para abrir plaza con el que no se dio ninguna coba, y bien que hizo. Sí podría haber matado un poquito mejor. O un muchito, ya dependiendo de si se ve el vaso medio lleno o medio vacío... Se le iba a Morante de la Puebla esa apuesta de tres tardes en Madrid pero, a última hora, le salió el caramelito ideal desquitarse y desquitar a la parroquia. O no, porque a algunos nos dejó esa faena de Morante como si nada. Haciendo gala de esa torería y naturalidad que tanto le caracterizan y que le acompañaron durante toda la faena, comenzó esta con unos ayudados por alto que no son los mejores que se le han visto, pero los remató con un pase del desdén y un pase de pecho verdaderamente toreros. Solo le bastó eso para despertar al personal de la modorra (o interrumpirles el comienzo de la resaca, en algunos casos), y a continuación vinieron diversas series de muletazos por ambos pitones acompañando sin más, citando de perfil y con la pierna retrasada, y echando al toro fuera. Suaves, muy suaves los muletazos y con una naturalidad que daba gusto verla, pero torear es algo más; y acompañar dibujando líneas rectas, algunos entendemos que no, que no es torear ni mucho menos se le parece. Y entre medias, pases de pecho rematados en el hombro contrario, trincherazos y algún molinete muy torero que sí valían su peso en oro, pero nada más. Y para culminar, estocada trasera, caída y tendida a la que le hizo falta dos golpes de descabello. Y orejita...

 

A don Julián se le aclamó mucho esta tarde, y hasta se hubiera llevado también otra orejita del 2º si no llega a ser porque la espada le hizo la misma que en sus dos tardes anteriores. Muleta en mano, tampoco hizo nada diferente a lo que lleva acostumbrado en el último cuarto de siglo: cites en la oreja, pico y trallazo hacia fuera; y vuelta a empezar, no sin echar la pierna exageradamente atrás. Ese es don Julián, ese ha sido siempre y ese seguirá siendo hasta que él quiera. O sea, hasta que el hombre se vaya a casa para dedicarse a otras cosas. No terminó de estar a la altura del 2º, que se dejó hacer y con el que le faltó el temple oportuno para que el animal no le tocara tantas veces la muleta. Los únicos muletazos limpios que le sacó, fueron con la zurda y ayudándose del palito. El 5º no tuvo nada de nada, y con esto terminó el periplo de don Julián en Madrid por este año. Y también finalizaron las ganas exacerbadas de algunos por sacarle en hombros calle Alcalá arriba, pero cada día eso se parece más al Atleti tratando de ganar una Copa de Europa. Será porque a don Julián le van las rayas rojas y blancas...

 

Ginés Marín le pegó los mejores muletazos de la tarde, con diferencia, al 3º. Muy bien colocadito y llevando al animalejo atrás, sobre todo por el lado izquierdo; además de un comienzo de faena primoroso. Y la parroquia, seguramente en plena modorra a consecuencia del bendito juego de muñeca, ni se enteró ni le echó cuentas. También le faltó toro, y eso deslució mucho; pero ahí quedaron esos muletazos de Ginés con verdad y gusto. Una pena. En el 6º estuvo con muchísima voluntad ante el mansazo que tuvo delante, pero no terminó de pararlo, templarlo ni mandarlo. Le faltó una lidia de poderío, de esas por abajo con las que se encela al toro en la muleta desde el primer momento. Estuvo un largo rato ante el manso Ginés Marín e hizo un gran esfuerzo, sacándole muletazos limpios y algunos ligados; pero sin terminar de dominarlo de verdad.

Volvió el anti-toro a Madrid, y de ello fue testigo SM El Rey. Como manda la tradición en día tan señalado, día en que se celebró la Corrida de Beneficencia. Que de Beneficencia ya se da por hecho que no tendrá nada. La casta y la emoción se la llevaron ayer consigo los toros de don José Escolar Gil, y qué falta hacen corridas así para que esto deje de ser la Verbena de la Paloma. Casta, emoción... Y la aplicación en los toros de algunos artículos de la Ley del Deporte, esos que hablan de la prohibición de consumo y venta de alcohol en el interior del recinto, y de impedir el acceso a chuzos. El espectáculo y el orden ganarían con ello.

 

 

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