Después de una inversión millonaria y tras una polémica considerable, el proyecto de la cubierta provisional se ha ido, y nunca mejor dicho, a pique. Yo me pregunto que quién le manda al señor Abella y a los responsables de Taurodelta a meterse a bomberos retirados. Poderoso caballero don Dinero, supongo. Pues al final pasa que la avaricia rompe el saco (o la cubierta, o la tapadera, o como lo quieran ustedes llamar) y les ha pasado como en el cuento de la lechera.
Si a lo largo del invierno o de la temporada (esto último mientras no afecte a la temporada taurina claro, que una Plaza de Toros es una Plaza de Toros ante todo) quieren emplear Las Ventas para otros menesteres, que lo hagan, pero que no anden con inventos propios de los tebeos de Pepe Gotera y Otilio, porque son cosas que como ya queda visto no pueden salir bien y además puede abocar en una desgracia, como en este caso. Gracias a Dios que ha sido de madrugada, si llega a ser un día en el que se celebre un acto bajo la cubierta, ¿que hubiera pasado? Mejor no parar a pensarlo. Bastantes malas noticias nos han llegado desde Brasil este fin de semana con una tragedia enorme en una discoteca, o hace pocos meses en el Madrid Arena. Como para ponerse ahora a inventar más calamidades.
En definitiva, si hace unas semanas los aficionados teníamos motivos para no querer ni oir hablar de cubierta, ahora rebosamos. A no ser que el único proyecto de la CAM y Taurodelta sea el de aplastar a todos esos "talibanes" que tanto critican y protestan, claro.
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