martes, 28 de agosto de 2012

EL VERANO MADRILEÑO

Poco a poco estamos ya llegando al final de la época estival y, con todo lo que ello conlleva, comenzamos  a encauzar el último tramo de la temporada taurina metiéndonos de lleno en el mes de septiembre, el mes de las novilladas por excelencia. Arganda, Arnedo, Algemesí, Moralzarzal, El Álamo o Calasparra, por poner los ejemplos de más importancia, son los lugares donde más solera tienen las ferias de novilladas. También en Las Ventas este año las novilladas del noveno mes del año van a tener más interés y repercusión que en años precedentes gracias a ese oasis en el desierto que es el Ciclo de Encastes Minoritarios. Pero antes de que todo esto ocurra, nos ha precedido en nuestra Plaza de Las Ventas un veranito que ha estado bien cargado de vulgaridad, monotonía y mucho cemento en los tendidos; y en el que las emociones fuertes han brillado más bien por su ausencia. Nada nuevo respecto con los años anteriores, la verdad. Empezó el mes de julio con las mal llamadas novilladas "nocturnas". ¿Nocturnas de qué? Será por seguir la tradición, pero de nocturnas, a las ocho de la tarde en pleno mes de julio y con un sol todavía a esas horas para asar con patatas al demonio, bien poquito la verdad. Nocturnas, en su más estricto sentido de la palabra, eran durante aquellos maravillosos años de mi infancia a comienzo de siglo y milenio, cuando yo que no levantaba ni dos palmos del suelo y con la comunión recién hecha, asistía con mi tío, primos y hermano a Las Ventas los viernes a las 10 y media de la noche, tomando así el primer contacto con toreros como Rafael de Julia, Leandro, Bolívar, Alberto Aguilar o Fernando Cruz. Y con entrada de tendido general a 10 o 15 euros. La plaza no se llenaría, pero recuerdo que por lo menos tres cuartos de entrada si había. Lo mismito que ahora, vaya. Eso pasaba los viernes de la segunda quincena de julio y la primera de agosto. Y todos los domingos de verano, a las 7 de la tarde, corridones de toros de Monteviejo, Barcial, Prieto de la Cal, Moreno de la Cova o Isaías y Tulio Vázquez para medir a aquellos modestos que estuvieron bien en San Isidro y para los que no estuvieron anunciados en dicho ciclo para darles la oportunidad. Ahora nada de eso, ahora los domingos novilladas a precio de San Isidro, con novilleros que si quieren tener un futuro de provecho ya pueden ir hincando codos en el instituto o en la facultad; y con ganado por lo general carne de matadero. Aunque, por suerte, en ocasiones hay excepciones y nos cae un ángel del cielo en forma de GANADERO con una señora novillada debajo del brazo para complacer a la afición, excepciones que, desgraciadamente, dudo yo que vuelvan a repetirse (cosas del G-10 y sus líderes).
Y después de un ciclo novilleril carente de contenido y de triunfador (!), llegó agosto, mes en el que por fin, despues de casi dos meses de sequía, volvían los cuatreños. Dos nombres tengo apuntados en mayúsculas para tener en cuenta de aquí en adelante. Bueno, mejor dicho uno (Miguel Ángel Delgado) porque a Sergio Aguilar ya le venía yo siguiendo desde hace unos años. Simple y llanamente, los mejores naturales del año en Madrid, al menos para mí. Delgado, uno de los 3 confirmantes, me mostró un concepto de toreo verdadero, caro y, sobre todo, temple, mucho temple. Hay que volver a repetirle y darle muchas más oportunidades, pues aun así se le vio con falta de rodaje. Al igual que hay que repetir a ese buen torero de tan mala suerte que es Fernando Cruz, que se llevó el tabacazo del año. Una oreja cortó Leandro el día de la Virgen de la Paloma, aunque a mí ese toreo tan despegado y de tanto postureo no me dice nada. Y de Aníbal Ruiz, Sergio Marín, Juan Antonio Siro, Octavio Chacón y Gabriel Picazo, nada que decir. En cuanto al ganado, Gavira, Pereda, Soto de la Fuente y Conde de la Maza que no vuelvan de aquí a muchísimo tiempo; y la novillada de Villamarta, en la que Luis Gerpe cortó una oreja pegando pases sin demasiadas apreturas, fue interesante y me quedo con ganas de volver a verla el año que viene.
Adios al monótono verano, hola al a priori interesantísimo septiembre. Ojalá todo salga como como esperamos y poco a poco se de más cancha a las minorías. El domingo primer plato, con los veraguas de Tomás Prieto de la Cal. Suerte al ganadero y a los tres novilleros.

2 comentarios:

  1. Luis:
    Con lo joven que eres y ya tienes que mirara atrás para poder hablar de algo interesante. Rectifica y entrégate al G-10 y las ganaderías comerciales, que todavía estás a tiempo, o quizás no. Me parece que se te ha metido el veneno del toro y el toreo de verdad y eso difícilmente tiene vuelta atrás. Quizás yo añadiría la novillada de Javier Molina, y destacaría la falta de preparación de los novilleros que vienen a Madrid como el que viene a ver si le sale el boleto ganador de la lotería. Lo que ellos no saben es que el boleto es falso.
    Un abrazo

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    1. Ya ves Enrique, ventiuna primaveras y ya ando con eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. A este paso seguro que cuando tenga cincuenta recordaré 2012 y pensaré """¡¡bendita isidrada la de aquel año, que en 30 tardes vi una corrida buena de cuadri, a Alberto Aguilar cortarle una oreja a un victorino y a Julio Aparicio cortarse la coleta!! si es que ya no quedan ferias como las de antes..."""
      Desde hace unos cuantos años, o mejor dicho desde que tengo uso de razón, mi frase tradicional de cuando termina San Isidro es la siguiente "ESTA FERIA HA SIDO PEOR QUE LA DEL AÑO PASADO Y SEGURO MEJOR QUE LA DEL AÑO QUE VIENE"
      Pero al grano, que me voy por los cerros de Úbeda. Tengo la desgracia de que como tu dices se me ha metido en la sangre el veneno del toro y el toreo de verdad, y eso me está costando mas que disgustos y cabreos, hasta cuando sale una buena corrida como la de Javier Molina y se mete por medio algún payaso por el twitter a derrumbarnos la pequeña alegría que hemos adquirido en la plaza tanto tiempo despues.
      Un abrazo maestro

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