miércoles, 18 de julio de 2012
POR LA RECUPERACION DE LA CASTA NAVARRA
Se viene sugiriendo muchísimo por los aficionados, desde hace un tiempo a esta parte, la posibilidad de abrir el abanico ganadero y dar cabida a multitud de encastes en las principales ferias españolas. Da muchísima pena ver como algunos de encastes que bien podrían reactivar la emoción del toreo y el verdadero sentido de la tauromaquia terminan sus días en el matadero cuán ganado vacuno destinado a ser carne de hamburguesa en los Mcdonall´s o Burguer Kings. Ahí estan los tristes casos de hierros como Atanasio Fernández, Sánchez Cobaleda o Mariano Cifuentes. Estaría cojonudo ver anunciados en la próxima feria de Bilbao (por poner el ejemplo más cercano) veraguas, vegavillares, pedrajas, pablorromeros, miuras y así hasta un largo etcétera. Pero, amén de las castas y encastes antes mencionados, yo quería aprovechar estas líneas para romper una lanza a favor de una sangre brava que hace años, siglos se puede decir, estaba en primerísima línea, pero que actualmente poquito género de tal calaña se conserva, y de lo poco que queda se destina a las capeas, encierros, concursos de recortes y demás festejos populares. Me refiero a la Casta Navarra.
Hace unos días leí un extenso texto acerca de la Casta Navarra, y fue algo que me conmovió. Muy poco o nada sabía yo acerca de estas reses, pero el texto del veterinario José Luis Prieto recogido en el libro "El Toro Bravo. Ganaderías míticas" me hizo conocer bien a fondo esta pequeña reliquia brava que hoy por hoy está casi extinguida, para pesar del aficionado y alegría del taurinismo militante. Y para colmo de los colmos, naturalmente.
Son estos toros de estatura pequeña y muy finitos, con encornaduras cortas y veletas, y en ocasiones cornuvueltas y cornipasos. Predominan los colorados en todas sus vertientes, y en algunos casos las capas castañas y, en menor proporción, las tostadas y negras. Pero es cuando leo sobre su comportamiento donde se desata mi gran admiración por estos toros: animales con mucho nervio, ágiles y con pocas ganas de entregarse con nobleza. En el caballo se arrancan de lejos y empujaban con gran fiereza, hasta el punto de que cuando derriban los caballos de picar se subían encima de ellos y los pataleaban y, en muchos casos, hasta llegaban a morderlos. En banderillas perseguían a los rehileteros con mucho celo por todo el anillo y en muchas ocasiones hasta saltaban la barrera junto con el banderillero, haciendo caso omiso a los capotes que intentaban distraer su atención. Llegaban a la muleta con mucha viveza y coraje, resabiándose muy facilmente y revolviendose con muchísima rapidez en un palmo de terreno. Tampoco son muy propensos a humillar.
En definitiva, no son toros a los que se les puedan torear siguiendo los cánones modernos. Y ni falta que hace, sinceramente. No digo que esto sea lo que predomine el mercado ganadero, de todo tiene que existir (excepto "ovejas artistas, claro está") pero ¿porqué no en corridas concurso o de alguna feria importante de plaza de 2ª o 3ª? Porque verlos anunciados en Madrid sería misión imposible, entre otras muchas cosas por el tamaño. Pónganse en situación: verlos entrar media docena de veces al caballo (aunque la mitad sea con el regatón) y verlos expresar esa fiereza y bravura única siendo domeñada por un LIDIADOR ágil y que tenga la inteligencia y reflejos suficientes para anticiparse a los desconcertantes movimientos de estas pulguitas navarras que tienen más mala leche que toda la camada junta que un día fue propiedad del Rey Fernando VII y posteriormente del Duque de Veragua. Vamos, igual que lo que nos hemos chupado estos últimos días en la Feria de San Fermín.
Desde este humilde blog hago un llamamiento a la recuperación de la Casta Navarra y felicito y doy muchos ánimos de corazón a los ganaderos que conserven en sus casas vestigios de sangre navarra y trabajan día a día con el fin de instaurar un tipo de toro que un día estuvo en boga en el planeta taurino. La afición lo agradecerá.
POSDATA: Y hablando de dar ánimos, no quisiera terminar esta entrada sin hacer lo propio con dos personas del mundo del toro que lo están pasando mal y a los que deseo todo lo mejor y una pronta recuperación. Jacinto y Vicente: ¡¡MUCHO ÁNIMO TOREROS!!
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