Llegó la primavera y, con ella, volvieron los toros al coso de la Calle Alcalá. Y para empezar, Taurodelta nos programó una novillada de Carmen Segovia a la que se enfrentarían el mexicano Sergio Flores, el pacense Tulio Salguero y el madrileño Fernando Adrián. A priori, interesante cartel para abrir boca. Y si a eso le sumamos que hacía una tarde espléndida y de agradable temperatura, se me hizo aún más placentero e ilusionante sentarme por primera vez en mi escaño de la grada 7. Pero como no es oro todo lo que reluce, según los novillos iban siendo arrastrados por el tiro de mulillas la sensación de decepción me invadía. La novillada en líneas generales resultó mansa, descastada y escasa de fuerzas; pero tuvo nobleza y se dejó torear, algo que fue desaprovechado por los coletas.
Sergio Flores en primer lugar compuso una faena en la que estuvo fácil y aseado, destacando algún muletazo suelto y, sobre todo, una buena estocada que le valió para dar una vuelta al ruedo después petición de oreja. Con el cuarto tuvo pocas opciones, pues fue el peor del encierro. Aun así, estuvo dispuesto y entregado.
Tulio Salguero pechó con el peor lote. El de Badajoz demostró estar muy verde aún. Pegó pases sin sustancia, siempre fuera de cacho y abusando del pico. Además de mostrarse un tanto encimista. Pero lo peor de todo fue su falta de conocimientos en la plaza, ¿no hay nadie que le pueda decir a este chico que tiene que colocarse a la izquierda del caballo de picar después de dejar en suerte al novillo, o que en banderillas debe colocarse en el sitio oportuno para hacer el quite al banderillero después de prender éste el par? Así no se puede venir a Madrid.
Y, por último, Fernando Adrián, que debutaba en Las Ventas. Con el tercero estuvo muy acelerado y pegando pases desde el pirulí. Incomprensiblemente salió a saludar las pocas palmas que le tributaron sus paisanos, lo que provocó los no pocos pitos que le dedicaron los aficionados. Al sexto lo recibió con unos faroles de rodillas que calentaron al público. Con la muleta abusó del pico, echando la pierna atrás, llevando al novillo hacia afuera y muy desajustado (como se nota que se ha formado al amparo de la Fundación El Juli). Le pidieron la oreja, petición que desatendió, acertadamente, el presidente Muñoz Infante.
En resumen, novillos noblotes y ayunos de casta (el toro moderno vaya) que se fueron al desolladero con las orejas puestas. Habrá que estar atentos el domingo que viene al duelo Fandiño-Mora. Puede ser una gran tarte, eso sí, si los Jandillas lo permiten claro… ¡¡Miedo me dan!!
FICHA DEL
FESTEJO
6 Novillos de Carmen Segovia (de procedencia
Torrestrella); correctos de presencia, nobles, flojos y descastados.
SERGIO FLORES (Malva y oro): Vuelta tras petición
y silencio tras aviso
TULIO SALGUERO (Marino y oro):Silencio tras aviso
y saludos con protestas
FERNANDO ADRIÁN (Vainilla y oro): Saludos con
división tras aviso y vuelta al ruedo protestada tras aviso y petición
Muy en género narrativo la reseña. El léxico y el estilo veo que roza lo novelesco. Te leeré todas las tardes, por buena costumbre. Un abrazo vecino de abono venteño.
ResponderEliminarSera un honor que me leas, pero aun me queda por mejorar mucho en esto de escribir, aqui espero tenerte aconsejandome tu que eres un experto de la narrativg. Un abrazo vecino
Eliminar