El pasado 20 de enero, siguiendo otra vez las indicaciones del jefe de Toros de Lidia, la amiga Marta Tejera y un servidor nos dimos cita en nuestra querida plaza de Madrid para tener un rato de charla con un TORERO, el señor Diego Urdiales. Puntual a la cita, apareció el maestro en el patio de arrastre para regalarnos un rato de su tiempo, y solo con verle venir de lejos hasta el menos aficionado de los hombres se hubiera percatado de que ahí había un torero. No solo hay que ser torero dentro de la plaza, también hay que serlo fuera, y él cumple a rajatabla con esa premisa. El día se presentaba ventoso e intermitentemente lluvioso, impidiendo de esta forma la idea inicial de grabar la entrevista en el ruedo, el mismo ruedo en el que Urdiales esparció su esencia de toreo puro semanas atrás. Así que con nuestro gozo en un pozo y resignados a nuestra suerte, nos acomodamos bajo la teja de la Grada del 4, donde nos creíamos a salvo de los elementos. "Ojalá estuviera todo el año", se le escuchó pensar en voz alta al maestro mientras vislumbraba desde lo alto de la grada la carpa improvisada en el ruedo que sirve para conciertos, actos públicos y entrenamiento de los futuros toreros. "Para qué, si los toros son sol y moscas", terminé por pensar yo, también en voz alta.
No nos percatábamos, mientras el maestro hablaba ante la cámara, de que no solo el mal tiempo iba a ser nuestro mayor enemigo: dentro de la carpa había ensayo general de un próximo concierto, y la música terminó por ahogar la agradable conversación que mantuvimos durante unos treinta minutos con quien tanto nos emocionó en tan solo diez hace no mucho tiempo, en ese mismo escenario y con un trozo de tela roja en la mano. De esta forma, el habitual vídeo con el que Toros de Lidia publica sus entrevistas, queda testificado en papel y tinta digitales. Solo nos queda agradecer al maestro su tiempo dedicado a nosotros, su amabilidad ofrecida durante todo el rato y, como no, desearle mucha suerte en la inminente temporada. Gracias maestro.
Maestro, hay un antes y un después en Diego Urdiales tras el 7 de octubre
Hombre… supongo que el que uno abra la Puerta Grande de Madrid siempre marca un antes y un después en cualquier momento de tu vida
Aquel 7 de octubre llega a Madrid con tal solo cuatro corridas de toros toreadas en la temporada, ¿tan escaso balaje pesa cuando un torero se presenta aquí en Madrid?
Hombre, es lógico, ¿no?, cuando es una temporada en la que toreas tan poco y, bueno, mi tercera corrida de toros fue en Bilbao y la quinta en Madrid pues imagínate, la responsabilidad es muy grande, cuando no toreas seguido siempre pesa.
Este año 2018 se iba desarrollando, iba pasando, iban saliendo los carteles y Diego Urdiales se quedaba fuera de todas las ferias, incluido Madrid en San Isidro que es una plaza creo que importante para Diego Urdiales, esta situación, ¿cómo ocurrió?
Bueno, pues ocurrió que me quedé fuera de las primeras ferias, me hablas de Madrid… no hubo entendimiento con la empresa y bueno, decidí no ir, fue una decisión personal que consideró que me deben de respetar como yo creo y así lo hice.
Con todo esto, aquel día, salieron los toros aquí en Madrid y luego pasó lo que pasó… ¿Cree que esto fue una bofetada bien grande a un sistema que le ha estado marginando de todas las ferias en 2018?
Bueno yo creo que es una evidencia, porque el que después de cómo me han tratado ya en muchas ocasiones pasará lo que pasó pues pone en evidencia muchas cosas, lo importante es que, para mí, personalmente, pues el que fuese capaz de hacer lo que hice, pues me dio la razón interior del que cuando te digan algo, era por motivos.
Se la dio usted la razón y nos la dio a los aficionados que le reclamamos
Sí, eso es lo triste, que además de lo que siente uno, pues tienes la sensación detrás de tener mucha gente, muchos aficionados, que creen en ti y admiran tu forma de torear, y bueno, privar de ello a la afición es hacerle mucho daño al toreo.
Hablemos si le parece de aquella tarde. Primer toro suyo, noble, servía, iba y venía… Pero la sensación desde el tendido era que le faltaba un poquito más de ‘’chispa’’ y sobretodo que le molestaba el viento
Bueno, no estoy de acuerdo en casi nada de lo que has dicho, creo que el toro tuvo que torear, dificultó muchísimo el viento, y fue una faena creo que importante porque el toro exigía y que con ese inconveniente pues era difícil de dominar lo primero y después poder torearlo. Pero sí para mí, cuando yo entré al callejón después de haber acabado la faena tuve una satisfacción interior muy grande, a pesar de todas esas dificultades.
Y luego al cuarto toro, el ya celebré Hurón, un gran toro. ¿Vio usted desde el primer momento que podía funcionar y que iba a pasar aquello?
Bueno, yo creo que no lo vio nadie. Fue un toro muy agradecido, fue un toro muy importante, es evidente que para obtener un triunfo así el toro tiene que poner, puso mucho, y bueno pues yo creo que al principio no se definió, y sí que vi ciertas virtudes, pero hasta que no cogí la muleta no fui encontrando ese interior de esa bravura del toro y de esa embestida, que afortunadamente lo cogí en un momento en el que yo fui capaz de expresar todo lo que yo llevaba dentro.
Sí, no fue una faena excesivamente larga, quince veinte muletazos a lo sumo, pero sin embargo dos orejas, eso fue… o por lo menos a nosotros, los aficionados, nos dio la razón de que, con una faena con quince muletazos, pero de verdad, como los pegó Usted, basta para cortar dos orejas en Madrid.
Si bueno, eso siempre se dice, sí que es verdad que depende mucho del toro, hay toros a los que tienes que plantear una faena en la que, bueno, cuesta más buscar su fondo y cuesta más el poder imponer tu toreo, y hay otros en los que te los dan antes. Todos queremos que sea pronto, desde el primer momento. Afortunadamente no es así, cada toro tiene su lidia, cada toro tiene su faena y la largura de la misma depende de su condición.
Permíteme que le pregunte porque yo, días después aquí en Madrid, escuché en una tertulia de aficionados, que la salida a hombros no la disfrutó.
Pues no, la verdad es que no la disfruté, porque bueno, yo entiendo totalmente la pasión y la emoción con la que la gente vivió la tarde, y esos momentos los llevó a una euforia desatada y entonces lo transmitieron ahí, en la Puerta Grande y sí que me hubiese gustado que no me hubiesen maltratado tanto, pero lo entiendo.
Dicen los aficionados viejos sobre esto que cuando un torero salía a hombros la cosa era acompañarle hasta la furgoneta, el hotel… hasta cuando se iba. Pero eso en los últimos tiempos ha cambiado un montó, acaban ustedes ahora mismo con el traje hecho jirones.
Si, ya te digo que desde el momento que te quieren agarrar y se quieren llevar algo de recuerdo de aquella tarde, pues llega a pasar los límites de lo supuestamente correcto, normal.
Cambiando de tercio, ¿cómo fueron sus comienzos en esta profesión?
Bueno, pues difíciles, al principio con un sueño en el que vives que no conoces la realidad y que es muy bonito, y que bueno cuando va pasando el tiempo te das cuenta de lo difícil que es esta profesión, de que el toro exige mucho, de que todo el entramado te lo pone complicado, y te vas dando cuenta de la realidad.
Su etapa de novillero, tanto con caballos como sin caballos, ¿qué tal estuvo?
Fueron etapas en las que, hubo años en los que toreé más y otros en los que prácticamente nada, la gran mayoría no toreé nada, incluso años en los que no toreé nada, ninguna. Igual que de matador, en las que ha habido años en los que he estado parado, totalmente, y bueno fui sacando fuerzas de donde podía.
Cuando un torero está tanto tiempo parado, y el teléfono no suena, año tras año, ¿qué se le pasa por la cabeza? ¿pensó usted en quitarse?
Por supuesto, en muchos momentos. Pero siempre lo he dicho, cuando cojo un capote y una muleta siento algo que lo dan pocas cosas en la vida.
Años estando parado, pero en 2007 parece que cambió un poquito la cosa: una corrida en Logroño de Cebada Gago, usted estuvo bien, cortó una oreja. Repite día después, en Logroño también en la corrida de Victorino, y ahí sale un toro que se llama Molinito, al que indultó. ¿Eso supuso un punto de inflexión?
Sí, por supuesto, cuenta que era mi segunda corrida de toros de la temporada, y que venía de no torear nada en las anteriores, y entonces pasé por lo menos a estar en boca de la gente. Y bueno, pues eso supuso, el que pudiese debutar en San Isidro al año siguiente, aunque fuese por la vía de la sustitución, porque en la feria no entré, y se me abrió por lo menos esa puerta de Madrid, fue el año siguiente donde yo obtuve un primer triunfo, y a partir de ahí pude torear y entrar en alguna feria.
Aquella tarde a la que se refiere fue una tarde en la que sustituyo a Serafín Marín, si mal no recuerdo, una corrida de toros de Carmen Segovia. Cortó una oreja, pero podrían haber sido más si no hubiese sido por la espada.
Sí, pudieron ser dos o tres incluso, porque el primer toro lo pinché, y bueno creo que fue la faena más expectante incluso al toro al que corté una oreja.
Ese San Isidro sin estar anunciado, estuvo dos tardes, porque la siguiente fue otra sustitución en una corrida de Adolfo Martín, que también estuvo bien.
Sí, fue una tarde en la que, bueno, hice cosas bonitas y sobretodo que sentí que había entrado en Madrid de una manera y muy especial.
¿Es Madrid para Usted una plaza especial, una plaza que le ha dado mucho?
Por supuesto, es la primera plaza del mundo, y la que debe mantener ese sitio, y que bueno, para todos los toreros es fundamental, para mí por supuesto; ya desde novillero tuve la oportunidad de entrar con fuerza y ya hasta la última tarde pues he sentido que la afición quiere verme, y que la afición disfruta con mi toreo.
¿Usted cree que la afición de Madrid le considera torero de Madrid, como han sido por ejemplo toreros como Manolo Vázquez, Frascuelo o más reciente El Cid?
Sí, por supuesto, por supuesto que considero que soy torero de Madrid porque ya te digo que desde novillero así lo siento, y bueno de hecho hay mucha afición que así me lo transmite.
Hablando de plazas importantes para Usted, también está Bilbao.
Por supuesto, Bilbao indudablemente es una de las plazas más especiales en mi vida, porque, bueno, siento que puedo expresarme de una forma especial por esa capacidad que tiene la gente de tener paciencia, de saber esperar, de saber ver y sentir cada detalle, y eso a mí me hace crecerme como torero, y bueno he tenido la suerte también que los toros me han ayudado y de ahí que tuve puertas grandes y estar diez años consecutivos triunfando en esa plaza.
Hábleme Maestro cómo es la tauromaquia de Diego Urdiales y cuáles han sido sus fuentes de inspiración a la hora de desarrollarse.
La tauromaquia yo la siento como la siento, y bueno siempre he concebido una forma de interpretar el toreo desde que era niño, un camino, y es el que me ha llenado, durante ese camino pues siempre uno piensa muchas cosas, si voy bien si no voy bien… pero tú tienes que ser capaz de sentir lo que llevas dentro y hay unos conocimientos del toreo que tienes que adquirir, y que bueno, a lo largo del tiempo aprendes lógicamente. Es injusto hablar de un torero o dos que me hayan marcado, ha habido un montón de toreros extraordinarios a lo largo de la historia, intento ver a todos, me gustan muchos toreros de épocas pasadas lógicamente, porque a los de ahora los puedo ver más en el día a día, pero sí que cuando buscas, buscas cosas de otros tiempos que me llenan mucho.
Háblame de una cuestión técnica que crea cierta controversia en el aficionado ¿qué es cargar la suerte?
Bueno, cargar la suerte es estar apoyado en los talones con la máxima verdad dando el pecho a los toros, y que bueno, el toreo tenga la máxima verdad.
¿Se carga la suerte dejando la pierna de salida retrasada?
Yo considero que no.
Otro tema espinoso si me permite, en los últimos tiempos se está dando casos de afeitados con figuras, ¿Usted cree que esto daño la imagen de la fiesta?
Lógicamente todo lo que no sea positivo daña la imagen de la fiesta. Entonces, es un tema que desconozco y que no soy quien, para opinar, porque no he estado en las corridas en las que ha pasado, ni soy ganadero, ni he estado en ese toro. Yo considero que no es bueno para la fiesta que salgan noticias negativas en este ámbito como en cualquiera.
Para finalizar, ha hablado Usted cuando hablaba de sus comienzos de cumplir un sueño, ¿ese sueño se ha cumplido?
Bueno, yo creo que la verdad uno se va poniendo objetivos a corto plazo, y los míos se van cumpliendo poco a poco
¿Qué espera de 2019? El año, por cierto, el vigésimo aniversario de su alternativa.
Si, así es. Espero poder sentir en las plazas y delante del toro cosas de las que este año he sentido, porque es a lo que siempre aspiro, a crecer como torero y eso que me llena la profundidad delante del toro, esa pasión, que sea capaz de mantenerla viva.
¿Ha habido ya contacto con la empresa de Madrid?
Sí. No hay nada concreto aún. El interés de la empresa de Madrid y que las cosas se desarrollen con normalidad acorde a la situación y hay una disposición buena de la empresa y por supuesto de mi parte también.
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