miércoles, 5 de septiembre de 2018

NO HABLEN DE " RESPETO", QUE ME ENTRA LA RISA




A veces nos creemos haberlo visto todo en esto de los toros, pero cuando uno menos se lo espera va y salta el gañán de turno con alguna de las suyas para demostrarnos que no es así, que lo peor está por llegar y que son capaces de superarse. La última de esta gente llega a través de las imágenes captadas por algunos aficionados en la plaza portátil de Navas del Rey, durante el transcurso de una novillada sin picadores. Dichas imágenes hablan por sí solas: mientras el novillero de turno realiza la faena de muleta a su correspondiente oponente, al parecer pasando algún que otro apuro, otro de los que tomaban parte en el festejo, tan a gusto en el callejón entreteniéndose con el teléfono móvil, como si estuviera en la barra del bar. Puede parecer una estupidez mayúscula, pero analizando bien la situación uno se da cuenta de que el asunto es más serio de lo que pueda parecer a simple vista. Y es que un lidiador, sea matador o banderillero, y esté o no en su correspondiente turno, siempre ha de estar atento a la plaza y presto a echar un capote cuando sea necesario. Y nunca está de más poner como ejemplos en casos así a Luis Francisco Esplá, Domingo Navarro o, caso más reciente, Octavio Chacón. Cuántas cogidas no se habrán evitado con actitudes como las de estos tres señores, sólo por citar los ejemplos más próximos.

A los taurinejos se les llena la boca, con una mezcla de orgullo y falsa indignación, con la palabra respeto. Respeto al que se juega la vida. Respeto a ese que está delante del toro. Respeto a quien se pone. Respeto... ¿Respeto? ¿Respeto de qué y a quién? ¿Qué respeto pueden pedir los que ni siquiera se respetan a sí mismos, ni mucho menos al Toro y al aficionado? ¿Acaso no es una falta de respeto mayúscula hacia la vida del compañero que se está jugando la vida andar haciendo el indio con el teléfono móvil y pasar absolutamente de todo lo que pasa alrededor? ¿Me van a decir ahora que un señor o señora que pide desde el tendido seriedad o protesta situaciones censurables, falta más al respeto que un tío vestido de luces al que se la bufa lo que pasa en el ruedo? ¿Dónde estaban en ese momento los del respeto para reprender al novillero con esa actitud?

Por desgracia, esta situación no es un hecho aislado. Se viene observando desde hace ya tiempo que en la plaza de Madrid ¡¡Ojo, la mismísima plaza de las Ventas!!, cuando el matador de turno se dispone a realizar la faena al sexto toro del festejo, las cuadrillas (salvo la que le corresponde al matador que está en ese momento ante el toro, ¡¡sólo faltaría!!) ya están con el capote de paseo doblado sobre los brazos y sujetando la montera, dispuestos a abandonar la plaza a escape. Como si tuvieran algún tipo de prisa en ello. Con actitudes así, lo único que queda en evidencia es una total dejadez por parte de algunos, más preocupados en irse de la plaza cuanto antes que en lo que en ese momento sucede en el ruedo, que no es otra cosa que un compañero ante el toro. Y vuelvo a decirlo: esto ocurre en todos y cada uno de los festejos que se celebran en Madrid. ¡¡Qué no se verá en otros lugares de menoe categoría!!

Se viene también a la cabeza otra situación acaecida durante una novillada en Pamplona, hace no muchos años. Durante la faena de muleta por parte de uno de los espadas, el siguiente lidiador a quien le correspondía turno se hallaba en el túnel de cuadrillas realizando lo que parecían ejercicios de calentamiento, demostrando importarle un carajo el cómo se desarrollaba la lidia de su compañero. Y los peseteros con carné de informador, enfocando la situación con la cámara y riéndole la gracia al chaval. Con un par.

Respeto, sí. Pero depende de con quién y para quién. Porque no es para todos igual ese rasero. Respeto, palabra que, pronunciada por el taurinejo de guardia, le afloja la risa a más de uno. Como si la conocieran y la ejercieran.

Por cierto, el del teléfono móvil se llama Manuel Casado y es novillero sin picadores.

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