miércoles, 11 de febrero de 2015

BROMAS GANADERAS



Juan Carlos Martín Aparicio, a través de sus escritos en la enciclopedia La Pasión por los Toros, nos hace llegar este singular escrito sobre la guasa que se gastan los ganaderos durante los largos inviernos en las dehesas, cuando se han apagado las luces y se recluye en la soledad del campo.

"Las bromas ganaderas difieren de unas comarcas a otras y no son las mismas en Castilla o en el Centro que en Extremadura o en Andalucía, pero todas tienen un denominador común: asustar al visitante con los animales bravos.

COGER ÑARROS
En Salamanca, por ejemplo, es costumbre la broma conocida como "cazar ñarros". En días de herradero o de tentadero, cuando la noche se ha echado sobre el campo, después de cenar, generalmente se queda uno al amor de la lumbre. Cuando hay visita y se quiere gastar una broma, entra en la cocina el mayoral con un saco, preguntando si alguien quiere ir a cazar ñarros. Se explica entonces que esa caza consiste en colocarse -en un lugar que previamente eligen los vaqueros- con un saco abierto, donde entrará un precioso y raro animal parecido a un zorro. Se va al cercado de los toros, de noche; se coloca al elegido para la broma en una gatera, al lado de una pared, acurrucado. Se le dice que en breves momentos aparecerá el valioso animal, que no se mueva, que esté callado y espere. Allí se le deja y, pasadas unas horas, los vaqueros le echan los toros a su lado. El visitante se ve acorralado y de noche, completamente solo y entre veinte o treinta toros, sin poder hacer nada e indefenso. No puede ni gritar, ni correr, ni marcharse. Algunos, al ir a recogerlos, estaban al borde del infarto.

A LOS RECIÉN CASADOS
Una broma que suele gastarse a las parejas de recién casados es la de introducir en su habitación una becerra brava mamona, y cerrar la puerta por fuera para que no pudieran salir. La becerra campa a sus anchas por la habitación y los porrazos están asegurados.

MIENTRAS SE TOREA
En los tentaderos suele gastarse bromas a los aficionados que presumen de toreros. Cuando están toreando, se abre la puerta de chiqueros para dar salida a otra becerra nueva. El infortunado se encuentra en el centro del ruedo con dos animales, por lo que no habrá Cristo que le ampare. Con esta broma, algunas veces se han tenido serios disgustos, pues la becerra recién salida puede romperle un brazo o una pierna al aficionado.
Una típica broma mexicana durante las tientas, es sentar a quien haya bebido alcohol en exceso sobre el respaldo de una silla colocada en el centro de la plaza. Después se suelta a una becerra, la cual embestirá al bulto, provocando el consiguiente revolcón de la víctima de la broma. 
En Andalucía suele tentarse de noche, con los focos de la plaza encendidos. Así, una broma que suele gastarse es apagar las luces repentinamente a media faena de muleta. El hombre se queda a oscuras, pero el animal aún ve. El golpe puede ser de campeonato. 
Otro tipo de broma es incitar a los valientes a arrodillarse frente a la puerta de chiqueros, apostando a ver quien se levanta antes cuando salga la becerra. Ellos se arrodillan al lado del ganadero, que también lo hace; pero como, por el miedo, son ellos los que se levantan antes, les coge la becerra, que embiste a lo que se mueve. 

A pesar de lo duras que pueden parecer estas bromas, son parte de las costumbres ganaderas tradicionales y, a excepción de algún caso lamentable, todo queda en risa y alborozo".


TEXTO: Juan Carlos Martín Aparicio, "La Pasión por los Toros".
FOTO:  JM Llorca, tomada del mismo ejemplar.

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