lunes, 22 de septiembre de 2014
BUEN "PARTIDO"
Los aficionados amantes de la diversidad de encastes tenemos motivos para creer en la recuperación de un hierro mítico que tantas grandiosas tardes de toros nos ha brindado, y que tantos dolores de cabeza nos ha ocasionado en los últimos tiempos: Partido de Resina.
No fue una corrida la lidiada ayer domingo para aquellos que se visten de luces para "disfrutar" de las excelsas embestidas de los borregos artistas, ni tampoco para aquellos que gustan de ver faenas de interminable duración. Fue más bien una corrida para lidiar con pulcritud, para dejar los toros en suerte en el caballo y picarles lo justo y necesario en el sitio correcto, para poderla con recursos y sabiduría lidiadora, y por supuesto para no excederse de 15-20 muletazos. Pero claro, ¿quién de los que hoy se visten de torero son capaces de todo eso? De haberlos, ayer desde luego no hicieron el paseíllo en Las Ventas. Aunque bien es verdad que de la terna actuante, por unas cosas u otras, poco se podía esperar. O nada.
José María Lázaro es un torero que apenas torea y del que se podía esperar escaso oficio, como así fue; pero eso no quita para que su picador le asesine a sus dos toros. El toro que abrió plaza apretó en varas, aunque con un solo pitón, hasta tal punto de derribar el jaco. Aun recibiendo él solito lo que reciben tres corridas juntas de las figuras, todavía llegó a la muleta con el combustible suficiente como para poner la plaza boca abajo con 15 muletazos. La inexperiencia y también las pocas ganas de pelearse del matador hicieron el resto para que el animal se fuera al desolladero sin torear. Toros 1-0 Toreros.
Con el segundo en el ruedo, lo que debía ser un festejo serio en la primera plaza del mundo, se convirtió en una esperpéntico capea de pueblo. Ningún capote fue capaz de fijar al toro, quien se paseó por el redondel a sus anchas como si de su casa se tratare. Si hasta daban ganas de tirarse a hacer un recorte. Con semejante lidia, el animal llegó al tercio de muerte a la defensiva y orientado, y haciéndole pasar un mal rato a Pérez Mota, quien no fue capaz de dominar al toro.
Toros 2-0 Toreros.
El tercero fue un toro huidizo y a la vez con mucho que torear, claro que había que sudar la gota con él. Así lo demostró el subaltermo Alberto Martínez durante brega en banderillas, donde se vió como embestía por bajo de manera espectacular. Pinar no estuvo ni mal, ni muy mal, ni pésimo. Estuvo peor que todo eso. De las pocas veces que fue capaz el matador de dejarle la muleta puesta y llevar al toro toreado, quedó patente cómo el animal perseguía las telas con codicia y casta. Pero como el matador solo se limitó a tirar líneas tomando las debidas precauciones, hasta el animal se aburría de semejante pegapases.
Toros 3-0 Toreros
El que hizo de cuarto fue el único que manifestó flojera en los remos, pero no porque su naturaleza fuera de inválido. Aquí de nuevo entra el picador de JM Lázaro, Manuel Cordero, quien propinó, primero, casi en toriles y con el toro empujando con poder, un paletillazo y un segundo traserazo, sin rectificar ambos. Desde luego la actuación de este señor ayer fue de noche en el calabozo y una fuerte sanción. El animal quedó mermado y llegó al último tercio defendiéndose. El matador no quiso darse tampoco mucha coba y optó quitárselo pronto de encima.
Toros 4 - 0 Toreros
El quinto fue una joya. Una auténtica preciosidad que decía mucho del porqué a estos toros se les conoce como los "toros guapos del campo bravo español". Una delicia para la vista. Un animal así no podía fallar. No lo hizo. Tras una buena pelea en varas, llegó a la muleta con nobleza y cierta casta para hacerle la vida imposible a un Pérez Mota que naufragó ante tanto trallazo y falta de mando. Gran ovación para el toro y aplausos con cierto aroma gaditanos para el torero, y que fueron secundados con protestas.
Toros 5-0 Toreros
Cerró plaza otra pintura que acabó el tercio de varas, raramente, con borbotones de sangre hasta las pezuñas. Por si hace falta decirlo, aquí se terminó el toro, aunque la arrancada que tuvo al sacárselo el matador a los medios da a pensar que ahí había otro toro diferente al que nos hicieron ver.
Toros 6-0 Toreros
Con buen sabor de boca abandonamos la Plaza de Madrid, una plaza a la que los "pablorromeros" han honrado lo poco que queda de su excelsa categoría con una corrida en la que Toro, con sus problemas y sus encantos, ha vuelto a estar presente. Buena falta hace.
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