Si hay algo bueno de verdad de lo que se pueda presumir en esta feria, eso han sido extraordinarios tercios de banderillas que nos han recreado una legión de buenos rehileteros que hay en la actualidad. David Adalid y Fernando Sánchez son, sin duda, los que se llevan la palma y los que más han destacado. Pero no por ello hay que olvidar a ese gran subalterno que es Javier Ambel y que tanto ha destacado este mes, sobre todo la tarde del viernes 24 ante los astados de Victoriano del Río. Joselito Gutiérrez, Juan Navazo, José Mora, Luis Carlos Aranda Miguel Martín o Curro Robles son otros nombres que han destacado en el segundo tercio.
No se puede decir lo mismo, por desgracia, respecto a los picadores. Solo ha habido en esta feria dos buenos tercios de varas de verdad, en los que el montado torease con el caballo y picara en su sitio, y esos dos tercios de varas han sido protagonizados por el mismo picador. No hace falta dar nombre porque todos sabemos de sobra de quien se trata, pero sí deberían fijarse del ejemplo los demás picadores de como se monta a caballo, y al resto de matadores que se fijen igual en el jefe de filas del picador al que nos referimos, porque a los toros no hay que tirarlos encima del caballo y no hay que dar la órden de que se piquen trasero a los toros. La lidia no solo es el tercio de muleta, y si queremos que la Fiesta resurja no estaría mal que se volviera a la lidia total en los tres tercios. Ahí está el clamor que se despertó la tarde de los adolfos y de los cuadris a causa de los buenos tercios de varas y banderillas protagonizados por estos señores que se ponen como ejemplo.
Por otro lado, en esta feria no habrá habido grandes novedades, pero sí ha habido casos suficientes para darnos la razón a quienes reclamamos el descenso al purgatorio de algunos toreros. Por ejemplo, El Cid y Daniel Luque. Conste que a mi Manuel Jesús me emocionó muchísimo en sus buenos tiempos y siempre me he declarado partidario suyo, pero no es la sombra de lo que era y debería plantearse dejar esto por un tiempo. Tres tardes que toreó, tres tardes que dispuso de un toro lo suficientemente bueno como para cortar orejas, pero se fueron con ellas puestas. Da pena verlo vagando delante de la cara del toro sin ideas y totalmente desbordado por sus oponentes. En otros tiempos, otro gallo hubiera cantado. Ahora le toca reflexionar y darse cuenta de que va de mal en peor y tiene que poner remedio. Lo de Danie Luque es harina de otro costal. Nunca acabaré de entender qué le han visto a este chico para que nos le tengamos que tragar en todas las ferias y, además, haciendo dobletes e incluso algún triplete, tal es el caso de Madrid en el que lleva tres ferias seguidas viniendo tres tardes. Y la unanimidad entre los aficionados con este torero es evidente: nadie, absolutamente nadie, le traga. Y con la reciente confirmación de su ausencia en Bilbao el próximo agosto, parece que algunos empresarios tampoco. Ojalá sea la línea a seguir del resto.
Tres tardes también vino Morante. Tres petardos pegó Morante. Y no porque sea un mal torero, ya se ha hablado en este blog varias veces de la tauromaquia de Morante (http://torosenpuntas.blogspot.com.es/2012/04/lastima-de-lo-que-nos-estamos-perdiendo.html). Los petardos de Morante vienen de las entrañas de cercados y corrales, de tanto mangoneo y tanta golfería en sus peticiones. Viene con dos de sus ganaderías preferidas (Jandilla y JP Domecq) y salen torillos de vergonzosa presentación y escasos de fuerzas y casta. Vamos, lo que a nadie le vale. Se anuncia con lo de Valdefresno y todos sabemos lo que pasó en los corrales de la plaza. Y eso sin contar con que al señorito hay que sacarle cuatro o cinco camiones de arena para que el albero quede a su gusto. Y ya ven, no es capaz siquiera de llevarse una ovación. Y encima se pone farruco y exige al público, a quienes pagan la entrada para que el cobre su sueldo, que baje y lo hagan ellos. Váyase usted a la mierda, hombre.
Urdiales y Robleño, dos toreros poderosos y capaces ante toros de verdad, me decepcionaron soberanamente. Urdiales quedó inédito ante los peredas y no pudo dos ibanes de diferentes estilos pero con faena que hacer; y Robleño ni quiso ni pudo con los escolares e hizo polvo al que podría haber sido el toro de la feria, un señor Toro de Celestino Cuadri llamado Brigada.
Y Curro Díaz, otro pedazo de torero, tampoco ha tenido su feria. Decepcionante y penoso verle desconfiado ante toretes que no se comían a nadie e incluso alguno de ellos con orejas que cortar. Qué pena la criba de que se puede hacer después de esta feria de toreros en los que los aficionados tenemos confianza: Urdiales, Robleño, Curro o el Gallo de Salamanca que tampoco estuvo muy lúcido son claros ejemplos de ello.
Diferente es lo de Sergio Aguilar y Jiménez Fortes, que no tuvieron material. Se les reclaman oportunidades con corridas que embistan. Como también se reclaman, ya para finalizar esta segunda entrega, una oportunidad para dos con firmantes que fueron heridos y merecen la repetición. Ellos son Chechu y Sergio Flores.
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