lunes, 21 de abril de 2014
DECEPCIONANTE DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Domingo de Resurrección, fecha taurina por excelencia. Festejos en Arles, Francia, donde se lidió una corrida de Miura; en Sevilla, de nuevo con los de Zahariche y que no mejoraron la situación de sus hermanos lidiados en el país vecino; también se celebró un festejo en Málaga que pretendía ser un homenaje a José y Juan, pero que desde el primer momento que se anunció dicho cartel fue todo un insulto y un ultraje a su memoria (imagínense como sería la cosa, que hasta Moles, ya entrada la madrugada, denunciaba con un solemne cabreo el despropósito a través de las ondas).
Y por fin, toros en Madrid, donde la mansa corrida de Gavira y los tres coletas anunciados nos dieron la tarde. Los toros de Gavira fueron desiguales de presentación y, aunque con el denominador común de la mansedumbre, también de juego. Primero, cuarto y sexto ofrecieron posibilidades; el tercero debió volver al corral por inválido, y segundo y quinto broncos y con poco fuelle.
Con poco fuelle también se le ve últimamente a Curro Díaz, ese torero tan pinturero y fino que se ganó con todo el derecho ser Torero de Madrid, y que hoy en día anda perdido. Tuvo el lote que más posibilidades ofreció, sobre todo el que abrió plaza, el cual tenía un buen pitón izquierdo. Curro pasó mucho miedo en sendos turnos, abusó de las ventajas y mala colocación , tiró líneas rectas, y hasta en algunos momentos se retorcía, cosa insólita en él. Para colmo, el sartenazo que le propinó al primero fue de noche en el calabozo. Qué gran decepción.
Morenito de Aranda también es un torero que ha dado tardes interesantes en esta plaza, pero tampoco tuvo su día ayer. Su actuación se centró en tres buenas verónicas al primero de la tarde en su turno de quites y algún doblón con sabor añejo de comienzo de faena. Y hasta ahí. Poco más mostró que dos faenas huecas y alargadas en exceso.
Antonio Nazaré completó la terna y consiguió sacar del sopor a cierto sector de la plaza en el sexto. Tenía ese toro un buen pitón izquierdo y lo cierto es que lo aprovechó, pero muy "a su manera". Sí, muletazos muy templados, pero toreando desde Manuel Becerra, escondiendo la pierna y retorciéndose de muy feas maneras. Me pregunto si no le dolerá la espalda a estas horas, esas feas posturas y tanto agarrotamiento, es para ello. Por ello, y bajo una fuerte protesta, dio una vuelta al ruedo después de que desde el palco, con acertado criterio, se le negara la oreja. También quiso tragar, y hacernos tragar, con el inválido tercero, pues se le vio con pocas ganas de que le saliera otro toro con más fortaleza, pero como eso hoy en día no interesa, hubo que aguantarse. Así las cosas hoy en día.
La tarde fue mal hasta para dos grandes banderilleros como José Manuel Montoliú y Luis Carlos Aranda, que no estuvieron nada acertados en sus turnos. El resto de las cuadrillas estuvieron pésimas, no fueron capaces de fijar un solo toro y las bregas se convirtieron en auténticas capeas de plaza de pueblo, y lo único destacable de los subalternos fue un buen puyazo de José Antonio Flor al sexto.
Para poco más dio el Domingo de Resurrección madrileño, se esperaba más del cartel, pero la decepción fue mayúscula y a la salida los agoreros ya pregonaban tardes como ésta para dentro de un mes. Y lo peor de todo es que vamos camino de ello.
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