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domingo, 10 de agosto de 2014

DOS ENCASTADOS DE GUARDIOLA FANTONI FUERON EL POSTRE EN LA DESPEDIDA DE ESTE LEGENDARIO HIERRO DE MADRID

Hoy hemos presenciado en Madrid una variada corrida remendada de Guardiola Fantoni (3°,4°, 5° y 6°) con dos núñez de Conde de la Maza (1° y 2°), en la cual, tanto el primero como los dos últimos, dieron muchas opciones de triunfo a los matadores. La corrida última de este histórico hierro, que según el ganadero está a punto de desaparecer, ha sido seria de presencia, aunque salieron más bajos de seriedad el primero y el sexto, al que le sobraban kilos a granel.
Los de Poli Maza fueron los dos primeros, el primero fue blando y mansote; y frente a él, Eugenio de Mora dejó muchos remates y nada de toreo regular debido a su fueracachismo. Cortó una oreja con una estocada traserísima y contraria.
El segundo fue una perita en dulce que se dejó, y Jairo Miguel demostró su falta de oficio y gusto. A destacar fue la soberbia lidia capotera del muy completo peón Ángel Otero, que en el quinto puso un primer buen par, aguantando la codiciosa embestida del toro en los medios.
El tercero, fue un toro flojo que pedía los adentros como buen manso y Venegas se empecinó en sacárselo a los medios, donde el toro no quería tutía.
El cuarto fue un toro flojo de fuerzas y muy noble frente al que Eugenio de Mora no estuvo acertado ni con la franela ni con el acero, y al que su picador masacró en el caballo.
Los dos últimos, por fortuna, fueros de enorme interés. El quinto se empleó, empujando ante el peto, pidiò las afueras y acabó muriendo al encontrar el abrigo de las tablas, después de haber derrochado casta, dificultad que Jairo Miguel no supo afrontar, queriendo esconder el toro en los adentros. El sexto fue otro toro encastado y de afueras con el que Venegas tuvo que pechar con más ineptitud que acierto. Acabó muriendo como el anterior en los adentros y con la boca cerrada, después de haber prendido al matador andaluz.

domingo, 3 de agosto de 2014

"MANDA LA IGNORANCIA", POR PEPEILLO. Crónica de la novillada picada del 3 de agosto en "Las Ventas"

Domingo 3 de agosto de 2014. Novillada picada | Plaza de toros de "Las Ventas".

-Se corrieron seis novillos de Aurelio Hernando, origen Vicente José Vázquez. El tercero fue devuelto por inválido y se corrió turno, saliendo por chiqueros el que estaba anunciado en sexto lugar. De irregular presentación, en general mansos, descastados y toreables.
-Terna: Antonio Puerta: De rosa palo y oro. . En su primero bajonazo infame. El puntillero levantó al toro para doblar a continuación con una muerte brava. Recibió un aviso de la presidencia. Saludos inmerecidos desde el tercio. En su segundo dos pinchazos saliéndose de la suerte, un metisaca y un bajonazo de regalo. Después de este dosier de autentico pinchaúvas, el público se permito la osadía de aplaudir su labor y el novillero corresponder con saludos desde el tercio. Juan Millán: De canela y oro. Tres pinchazos y una estocada en los costillares. Tímidos pitos. En el segundo de su lote entró a matar sin muleta haciendo un cuarteo, consiguiendo media estocada perpendicular y atravesada y dos descabellos tras aviso. Saludos con mucho descaro del torero. César Valencia: De azul pavo y oro. En su primero, bajonazo infame. Silencio. En su segundo estocada tendida, saliéndose de la suerte y perdiendo la muleta. Vuelta al ruedo por su cuenta, tras petición de oreja de un público muy generoso a la vez que ignorante de las reglas que rigen esta denostada fiesta, tanto desde los despachos como desde los tendidos. Presidente: D. Justo Polo Ramos. Estuvo serio el presidente, tanto que sorprendió a los aficionados la celeridad con que devolvió el tercero de la tarde, cuando creían que había cambiado el tercio. Eso es lo que necesita la fiesta, presidentes independientes que se sienten en el palco a cumplir el reglamento y no a satisfacer los intereses del taurinismo.
-Suerte de varas:
 1º Notario. 452 Kg. Acudió al caballo en dos tiempos, con parada incluida. En la pelea hizo cosas de manso y no dejó de berrear durante toda la lidia, saliendo suelto de la pelea. En la segunda entrada el picador se limitó a marcar trasera la puya. Manso, descastado que se dejó torear.
 2º Finito II. 521 Kg: Muy mal el picador, lo castigó en los bajos haciéndole la carioca y el astado salió suelto. Quien no tiene ese comportamiento ante determinado individuo tocado con el castoreño En la segunda vara volvió a salir suelto. Manso y descastado.
 3º Molinero. 505 Kg: En las dos entradas que hizo al caballo el novillo se encontró con un carnicero que a pesar de no castigarlo, marcó las dos varas en el brazuelo. Manso y complicado en la muleta debido a la actuación del picador.
4º Casero II. 498 Kg: El piquero no tuvo su día. En la primera entrada, marró en la colocación de la puya y el novillo salió suelto, en la segunda picó trasero y el astado volvió a salir suelto y en la tercera le arreó la badana. Manso, con poca casta y toreable en la muleta.
 5º Africano. 488 Kg: Otro novillo que no fue castigado. No le hizo ni sangre. En la primera vara marcó trasero y en la segunda ni eso tan siquiera. Manso y descastado.
 6º Lapicerito. 508 Kg: Marcó trasero el supuesto castigo, le tapó la salida y no lo castigó. En la segunda vara empujó y se dejó pegar, pero salió suelto de la pelea. Novillo mansote que se dejó torear en la muleta. 

-Cuadrillas y otros: Todo lo ocurrido en el ruedo rayó en la vulgaridad, hasta la mayoría del público que acudió a la plaza para rellenar el desolado cemento de la plaza estuvo poco serio y condescendiente en su comportamiento en cuanto a la concesión de los premios, de acuerdo a la labor de los toreros. Cualquier detalle valía para aplaudir y desde un punto de vista sociológico, sentirían el triunfo del torero como una hazaña propia. En base a como se desarrolló el festejo, desde los picadores hasta los novilleros, nada justificó la asistencia del reducido grupo de aficionados que aún se atreve a acudir a estos espectáculos deprimentes que ofrece la empresa. Ni el ganado tan siquiera, que ofrecía sobre el papel un reclamo al proceder de una línea diferente al monoencaste que se ha impuesto, fue suficiente para que acudieran a la plaza. Los picadores, en su línea descendiente. Ya hay quien comenta que podrían sustituirlos por un sucedáneo de montado, con un caballo más ligero, algo parecido a un rejoneador, que ofrezca vistosidad al primer tercio. Con sus actuaciones deprimentes no es de extrañar que se viertan comentarios de este tipo. Después llegarán sus lamentaciones. El único problema es que poco a poco la fiesta quedará como un atractivo turístico. Comentarios: El público es el que manda y hasta los presidentes condicionan sus actuaciones en base a sus exigencias, perdiendo con ello su autoridad, su criterio y el respeto a las normas establecidas. Aunque en este caso no hubo regalos que procedieran de la presidencia, i el público fue muy generoso con los coletas, obligándoles con sus aplausos a saludos totalmente inmerecidos, y en lugar de taparse, se dejaron llevar por ese afán de protagonismo que mana de la ignorancia, consiguiendo con ello alimentar falsas expectativas en novilleros que no demostraron nada en el ruedo, salvo los detalles de pinturería que muestran a la menor ocasión. Ni un detalle que justificara la presencia de los aficionados en la plaza. Ni un quite, ni un par de banderillas, y los toreros, no digamos. Si uno estuvo mal, el siguiente le superaba y eso que hubo novillos que se dejaron torear pero dio la impresión que desconocían el toreo o lo habían dejado olvidado en el hotel, y eso que había algún novillero de edad próximo a la treintena, y si con esos años no se conocen las reglas que rige este arte, mejor es que se olviden de él. Los novillos primero, cuarto y sexto, pusieron en bandeja el triunfo a sus matadores, pero Antonio Puerta, que se llevó el mejor lote, no mostró condiciones. Con el pastueño primero mostró todas las triquiñuelas del toreo moderno, pero con una muleta de saldo, y en el cuarto que fue un poco más exigente, mostró un desconocimiento total de la lidia. El novillo necesitó un torero que le bajara la mano y lo sometiera y el torero mostró valentía haciendo uso del toreo encimista para tapar sus carencias. El sexto, un sobrero de Hnos. Martín Alonso, en cuanto a romana fue un toro en toda regla y César Valencia lo único que mostró fueron unos muletazos por bajo para someterlo con un bonito cambio de manos. Con esto terminó su lucimiento, la blandura de su enemigo, los inadecuados terrenos y sus limitaciones físicas, le impidieron rematar los muletazos, quedando estos en auténticos trapazos. Fue una pena, pero así ocurrió. Sin embargo el torero tuvo la osadía de dar la vuelta al ruedo y con ello satisfacer el prurito de sus incondicionales. El tercero de la tarde lo enganchó sin consecuencias al segundo muletazo. Fue un animal que lo raro era que se moviera después de la carnicería a que fue sometido en varas. Lo volvió a enganchar en otra fase de la faena de muleta, y terminó presentándole complicaciones que el torero no supo solventar. El primero del lote de Juan Millán fue un burel con algunas complicaciones y el torero comenzó la faena al natural por exigencias del guión, ya que era el pitón bueno del novillo, pero le costaba humillar y al torero bajarle la mano, consiguiendo con ello que su enemigo fuera por un lado y el torero por otro, cuando la que tenía que mandar era su muleta. El quinto le dio pocas oportunidad de lucimiento, a pesar de ello, el torero terminó dando pases al aire dedicándose a salir pinturero de los inexistentes muletazos. Que atrevimiento tiene estos jóvenes, tratan de vender humo a los tendidos y lo malo es que hay quien lo compra, ya que terminó convenciendo al público festivalero que lo obligó a saludar desde el tercio. No hay ninguna duda que este público es el que manda.

 ©Pepeíllo.

lunes, 28 de julio de 2014

GONZALO CABALLERO: UN NOVILLERO DE OTRA ÉPOCA

En estos tiempos que corren hoy día de novilleros insustanciales, monótonos, faltos de ambición y cuyo patrón a seguir es el destoreo practicado por las figuritas, da gusto ir a la plaza estando anunciado Gonzalo Caballero. Ayer volvió a demostrar este buen torero de Torrejón de Ardoz que lo suyo es llevarse a los toros atrás, echar la pata pa'lante, ponerse en el sitio adecuado, entrar en quites y no aburrir al personal con mantazos que no llegan a ninguna parte ante borregos imposibles. Y a todo eso hay que sumarle que el chaval desprende torería y cierto gusto. Casi nada.
Cortó una oreja al segundo novillo de la tarde, un animal de La Guadamilla que, al igual que el resto de sus hermanos, estuvo vacío de casta pero se dejó hacer. Y su matador lo hizo. Un comienzo de faena con unos doblones muy toreros ganando terreno, intercalados con un natural de cartel de toros, hacía presagiar que allí íbamos a disfrutar. A ello le siguieron series por la derecha y por la izquierda en las que el novillero empezó acelerado, pero poco a poco se fue relajando y dejando muletazos muy templados y con mucho gusto, llevando al novillo toreado en redondo. Se tiró a matar por derecho y el resultado fue una estocada delantera un tanto desprendida, pero que valió para que se paseara una oreja que premió el buen toreo.
La inválida borreguez del quinto impidió que Gonzalo Caballero rubricara la tarde. Aquí se vivió otro detalle importante por parte del novillero, y es que después de probarlo por ambos pitones y comprobar que no había nada que sacar, se fue sin mucha demora a por la espada.

De vuelta a la realidad, Juan Miguel Benítez y Miguel Angel León dieron una soberbia muestra de lo que es un novillero actual: vulgaridad, retorcimientos, el novillo en la Castellana y el novillero en Lavapiés, faenas interminables, destoreo... Lo dicho: nos devolvieron a la realidad.

Si Gonzalo Caballero dio una lección de torería y buenas maneras a todo su escalafón y a gran parte de "los mayores", el picador Agustín Romero "hijo" en el quinto dio una lección de como se pica. Una delicia observar como tiró la vara y lo cogió en lo alto.
Lo de La Guadamilla, hace falta decirlo, salió como se esperaba: cero de casta y de fiereza pero prestándose al toreo, a excepción del marmolillo quinto. Su mayor y única virtud, que están baratos y a la empresa le viene bien para cubrir huecos, porque otra cosa...
Solo queda congratularnos ante el progreso por la buena senda de Gonzalo Caballero y desear verlo por aquí en alguna de las novilladas de septiembre, ya que nos quedamos con ganas de comprobar su tauromaquia ante otro tipo de toro.

martes, 22 de julio de 2014

ES LO QUE HAY, por Pepeillo. Crónica de la novillada del 20 de julio del 2014 en Las Ventas


-ES LO QUE HAY-
Ganadería
6 novillos de Antonio Palla.  Encaste Juan Pedro Domecq Díez, línea Jandilla. En general bien presentados, pobres de cara y el sexto presuntamente tocado de pitones. De juego variado, 2º, 3º, 5º y 6º, escasos de fuerzas, unido a que los picadores en el 2ª, 3ª y 6ª no se anduvieron con templanzas y los castigaron donde más daño hacían, en el brazuelo y traseros El tercero se echó en la arena durante la faena de muleta para no levantarse más. Si el toro se cae o lo tiran, la fiesta se derrumba, pero eso da la impresión que solo importa a los aficionados
Terna:
Miguel Giménez: De fucsia y oro. Estocada trasera, atravesada y tendida. Silencio  En su segundo, estocada trasera y tendida. Aviso. El respetable silencio su labor.
Curro de la Casa: De marino y oro. Media estocada baja saliéndose de la suerte. Los aplausos de sus incondicionales le hicieron saludar desde el tercio. Bajonazo infame que el público ignorante jaleó con la petición de un trofeo. Vuelta al ruedo por su cuenta.
Alejandro Fermín: De  caña y oro. El novillo se echó durante la faena de muleta y no tuvo necesidad de entrar a matar. Bronca. Cinco pinchazos, aviso. El novillo se echó aburrido del   pinchaúvas que le tocó en suerte. Silencio generoso.  
Presidente: D. Javier Cano Seijo.
El único detalle que estuvo a la altura de lo que se espera de un presidente que aplique el reglamento, es que no concedió el trofeo en el quinto ante la petición minoritaria y después de un bajonazo infame del torero. Tuvo detalles que puso en entredicho su afición, ya que se tragó varios novillos inválidos y los mantuvo en el ruedo con la afición en contra. Como siempre los presidentes jugando a empresarios y mirando por el bien de la fiesta……      
Suerte de varas:
1º Pulgarcito. 464 Kg.  Al no pararlo el torero, acudió al picador cuando hizo su aparición  en el ruedo. En la segunda vara no se empleó. No se le vio en toda su dimensión en el caballo. Manso encastado. Cumplió en la muleta.   
2º  Tomillero.  460 Kg: En la primera vara el novillo empujó ante el castigo trasero que le aplicó el picador, pero al salir de la segunda vara, y después de que el picador marcase trasero, el novillo era un  cadáver. No se le vio  ni en el caballo ni en la muleta.
3º Insulso. 457 Kg: Entró suelto al caballo salió al sentir el hierro y volvió  entrar al relance. El picador lo castigó trasero y en la paletilla. En la segunda vara el piquero se limitó a marcar el castigo, pero una vez más, trasero. De pena. Dejó al novillo para el arrastre, y no rodó por la arena porque no se empleó en la muleta.
4º Melindroso. 461 Kg: Otro novillo que no fue parado de salida y se marchó al picador de reserva, que le arreó de lo lindo. En la segunda vara el picador se limitó a marcar el castigo  pero trasera. Novillo con casta que se marchó sin torear.
5º Horquillero. 506 Kg: En la primera entrada se dolió del castigo  y perdió las manos. En la segunda acudió suelto y salió suelto sin castigar. No lo necesitaba. Manso e inválido que mostró bondad en la muleta.
6º Huertero. 505 Kg: No se pudo pedir más incompetencia. Fue picado trasero, en el brazuelo y cuando volvió a entrar de nuevo al caballo a pesar de que no lo castigó marcó trasero. El novillo un invalido. Las protestas no sirvieron para nada.
Cuadrillas y otros:
Los picadores hicieron de todo menos lucirse y cuidar la fiesta. Después de la actuación de algunos ejemplares que se permitieron el lujo de salir al ruedo tocados con el castoreño, al aficionado no le quedó la mínima duda que estos señores ni son profesionales, ni tienen afición. Si  no toman medidas estos individuos se cargan la fiesta, pero sin bajarse del caballo. Después de sus actuaciones,  salían al callejón y se ponían a dialogar  con sus compañeros, posiblemente comentando los pormenores de su labor, pero sin el menor recato, mientras que su matador se las deseaba para sacarle faena a la piltrafa de animal que su picador le había dejado. ¡Vergonzoso! Los aficionados pensarían que no hay forma más ruin de denostar a la fiesta y eso que viven de ella.  Se puede criticar la labor de los picadores, pero los banderilleros tampoco les fueron a la zaga. Habría que destacar de la vulgaridad el par que puso Jesús Carreño en el quinto de la tarde, casi salió andando del embroque después de ganarle la cara a su enemigo.
Comentarios:
No hay más. Los matadores buscaron su triunfo de la manera más vulgar. Ninguno de los tres mostró maneras que destacaran sobre sus compañeros, mostrando unos desconocimientos de la lidia que hacían dudar al aficionado sobre el recorrido de su carrera. Si no vinieran de las escuelas taurinas, podría pensarse que desconocen el oficio, pero al no ser así, ponen en entredicho la efectividad de éstas. Desconocen elementos fundamentales como es parar al toro de salida, pero  nadie debe extrañarle este hecho, ya que las figuras tampoco lo necesitan, los animales que lidian son de plena garantía en su comportamiento, pero cuando aparece la casta, es un detalle importantísimo que los toreros no deben obviar.
Como decía, en la escuelas no deben enseñarles de la necesidad de parar a un toro de salida, pero si deben enseñarles las trampas y los trucos que hacen del toreo la vulgaridad personificada, y eso es lo que mostraron ayer los tres coletas. Ninguno se libró de ella y que atesora con sus garras  los distintos escalafones, mantazos por un lado, trapazos por otro, toreo fuera de cacho, con la suerte descargada, metiendo el pico de la muleta, estocadas que da vergüenza a quien la tiene, y cuando ejecutan un bajonazo, que harían reflexionar sobre su futuro a muchos toreros, estos chavales saltan de alegría  en la cara del toro como si la hubieran ejecutado un estoconazo tirándose  por derecho y metiendo el estoque en los rublos hasta la cruz.  Antes una buena estocada podía hacer triunfar a un torero después de una mala faena, pero hoy las malas estocadas ponen en marcha el mecanismo de los espectadores y son capaces de regalar hasta la hacienda por el trofeo de su torero. Eso ocurrió en el quinto que después de una faena inexistente y una estocada infame en los bajos, el público solicitó con denuedo la oreja para su torero, y al no conceder el presidente el trofeo, le hizo dar la vuelta al ruedo. Que poca vergüenza torera mostró el coleta y sus  mentores, que son los que le indican a los chavales el guión que tiene que seguir en el ruedo. El único bagaje del torero en ese novillo  fue un pase de pecho de pitón a rabo. No vendría mal que estos espectadores explicasen a los aficionados que aplaudían cuando comprobaron  la manera de matar de su torero. Es el triunfo de la vulgaridad, y como dice el dicho: engordar para morir, aunque con  ello a la fiesta le chirríen las estructuras de su pureza. La tarde no dio para más.

©Pepeíllo.

miércoles, 2 de julio de 2014

LAS VENTAS: UN CAMPO DE EXTERMINIO DE AFICIONADOS

¡¡Empieza el mes de julio, empieza el verano taurino!! Lejos quedan aquellos gloriosos veranos madrileños en los que se anunciaba en viernes, de noche ya cerrada, una novillada y, el domingo, una corrida de toros que servía para que toreros más modestos pudieran llamar la atención y abrirse abanico. Los hierros del Cura de Valverde, Barcial, Isaías y Tulio Vázquez, Adelaida Rodríguez o Murteira Grave se veían plasmados en los carteles de aquellos años no tan lejanos. Hoy todo es diferente. En este mes de julio de 2014 no hay corrida de toros que valga, y ni mucho menos otra cosa que no sea monoencaste: Los Chospes, Antonio Pallá, Santos Alcalde y La Guadamilla, más de lo mismo, como siempre. Y si hablamos del plantel novilleril, ya es para cortarle la digestión a uno: chavales nuevos y poco o nada conocidos en su mayoría y sin experiencia suficiente para anunciarse en Madrid. Y aquí entra otro tema tabú: la crisis hace mella en la celebración de festejos, pero también es sangrante ver como en plazas de tercera y portátiles se anuncian corridas de toros con matadores ya consagrados, quitando el puesto a la celebración de una o dos novilladas que sirvan para que la cantera se curta. No sólo es la crisis, es más, hasta ésta es lo de menos; el mayor problema es lo mal distribuido que está todo en este mundillo. Y el resultado es el que ya conocemos: el estrepitoso porrazo de los chavales en Madrid, algunos incluso aun llevándose algún despojo en el esportón que los del pueblo y los extranjeros despistados conceden. Y es que estos dos bandos de espectadores componen la mayor parte del escaso público presente. Los aficionados, cada vez menos en la Fiesta, son ahuyentados del granito venteño con este desolador panorama que Taurodelta y la CAM proyectan sin escrúpulos, y van en favor de querencia adonde haya interés. Por ejemplo, ahí está el certamen de novilladas sin picadores Ribera del Tajuña que se celebra en Valdelaguna, Tielmes y Perales de Tajuña. Nada menos que Saltillo, Baltasar Ibán y Flor de Jara, junto con El Torreón y Victoriano del Río, lidiarán en este ciclo que ya está consolidado como un referente para los aficionados que buscamos interés ganadero. Villaseca de la Sagra, en Toledo, también es un lugar de peregrinación para los aficionados en los últimos tiempos. Baltasar Ibán, Flor de Jara y Fuente Ymbro, junto con una novillada concurso en la que se lidiarán novillos de Moreno Silva, Conde Mayalde, Pablo Romero, Navalrosal, La Quinta y Fidel San Román, componen la feria del Alfarero de Oro que se celebrará en las próximas fechas. Tampoco podemos obviar Cenicientos, en donde, según se habla en muchos chascarrillos, se anunciarán sendas corridas de Juan Luis Fraile y José Escolar. Son solo unos pocos ejemplos para evadirse de ese campo de exterminio de aficionados en el que han convertido Las Ventas en los últimos tiempos. A buen seguro, se pasará un verano taurino agradable lejos de monoencaste, público autobusero, guiris, novilleros sin interés y vacío de contenido. Con Taurodelta de empresa y el señor Abella mirando a otro lado, no se espera otra cosa.

miércoles, 11 de junio de 2014

EL PÚBLICO DE MADRID

Ya ha acabado San Isidro 2014, una feria que los superpoderosos y sus publicistas disfrazados de periodistas tachan de feria "histórica" y "la mejor en muchos años". No sé si habrá sido histórica en cuanto a número de triunfos, de orejas cortadas, número de toros buenos lidiados o de afluencia de público, pero por lo que sí será tristemente histórica y recordada es como la feria en la que Las Ventas se consolidó definitivamente como una plaza de pueblo.
La afición de Madrid un día fue grande, entendida, caprichosa tal vez, pero justa y sabiendo valorar las cosas en su adecuada manera. ¿Qué ha quedado de aquello? Salvo alguna rarísima excepción, absolutamente nada. La plaza de Madrid ha sido tomada en su amplia mayoría por un público festivalero y sin criterio, muchos que van de aficionados entran al tendido ya ebrios y allí siguen bebiendo cubalibres o ging - tónics, y no dudan en mandar callar de manera amenazante al que proteste un toro inválido, un pitón escobillado, recriminen al coleta de turno el abuso del pico o protesten una oreja o una puerta grande barata. A cambio, aplauden de salida torillos diminutos solo porque la tablilla les asignó 650 kg., aplauden en el arrastre toretes flojitos y descaradamente mansos que se dejaron con bondad pasmosa en el tercio de muleta, callan mientras los toros se derrumban por el ruedo a causa de la invalidez, apremian con el famoso "biennnjjjjjj" muletazos enganchados o trallazos rematados en línea recta, conceden orejas después de uno o dos pinchazos o por una estocada defectuosa...
Pero sin duda, lo más descollante se vivió el día de la Corrida de Beneficencia, con la oreja concedida a El Juli. Reproduzco fielmente lo que una conocida mía abonada en los tendidos de sombra me comentó sobre aquella oreja: "A mí nunca me ha gustado El Juli, y nunca me gustará. Tampoco me gustó la faena que hizo, pero pedí la oreja solo por joder a los le pitaban". Ese mismo día se vivió otra situación muy triste con Fandiño. Y es que, como ya quedó dicho en la crónica de aquel día, la actuación del vasco no distó mucho de la de El Juli. A éste, se le recriminó todo cuanto hizo, y la protesta que se generó por la concesión de su oreja se escuchó desde la otra punta de Madrid. En cambio, y es cuanto menos justo reconocerlo aun no sintiendo la más mínima simpatía por el toreo julianesco, a Fandiño se le respetó más de la cuenta por una oreja tan barata y tan pueblerina como la de El Juli. Y aquí no me refiero precisamente a los de la sombra.
El Tendido 7, y con él sus "aficionados" que van de íntegros por la vida, también ha sufrido una triste degeneración. ¿Qué oscuros intereses pueden suscitarles a algunos a darlo todo contra Julián y callarse y aplaudir hasta la extenuación a Fandiño, cuando en realidad sus faenas fueron muy similares? Supongo que los mismos intereses que con los ganaderos, a algunos no se les perdona el mínimo tropiezo y, en cambio, con otros se es muy pero que muy severo, más de la cuenta.
No hay afición a los toros, lo que hay es afición a las merendolas en finca, y quien diga lo contrario miente. Pues no se les ve el plumero ni nada a algunos. El día 29 de mayo, con Castella, Manzanares y Talavante estoqueando ejemplares de El Pilar, también se vivieron momentos bochornosos. Decir que los becerros de Moisés Fraile de aquella tarde estaban afeitados es de ser muy generoso. Y al público festivalero de la sombra tan entendido y tan amante del buen toreo, eso se la repampimpló, a juzgar por su actitud silencio. Hasta se aplaudió de salida al quinto, solo porque su supuesto peso era 640 kg. ¡¡Esperpéntico!! Esos "afisionaos" tan sensibles con quienes se ponen delante y que no dudan en gritar "baja tú", protagonizaron otro bochorno el día de los victorinos abroncando injustamente a la terna que dio cuenta de la corrida de Victorino Martín. Más concretamente, a Antonio Ferrera y a Alberto Aguilar, solo por doblarse y lidiar sobre los pies a dos aunténticas alimañas y no darse coba con ellos. ¿Qué querían, que les pegaran 60 o 70 muletazos? Tampoco dudaron en recriminar al bueno de Ferrera que cogiera la puntilla y él mismo cacheteara al quinto después de que su tercero fuera aparatosamente cogido. Es algo que antiguamente los matadores hacían, pero claro ellos como solo quieren ser partícipes del toreo del siglo XXI, en el cual se torea mejor que nunca y se lidia el toro más corpulento y bravo de la historia. Éste es el perfil de la nueva afición de Madrid. Suerte que, hasta dentro cuatro meses no volvemos a verlos las caras. Ahora se avecinan unos meses de soledad en Las Ventas, en las que se darán cita los que sí tienen afición de verdad para aguantar el calor y observar con esperanza si no habrá algún novillero que tanga algo que ilusione. Como se suele decir, mejor solo que mal acompañado.

sábado, 7 de junio de 2014

RECUPERANDO EMOCIONES PERDIDAS

Vamos a hacer un juego de sinceridad con nosotros mismos: la corrida de ayer de Victorino Martín, si en lugar de lidiarse un 6 de junio de 2014 hubiera sido lidiada un 6 de junio de... 1995, sin ir más lejos, no hubiera pasado de ser una más del montón. Incluso hubiera rozado la decepción, si nos atenemos a lo que lidiada el Paleto por aquel entonces. Pero estamos en 2014, año en el que de está viendo muy poca casta y aún menos bravura; año en el que, si Miura no lo remedia a última hora, se premiará con el famoso azulejo a una corrida que tuvo aguante porque no se picó o a otra mansa hasta la extrema unción pero que se dejó en la muleta sin más. Y después de todo eso, que llegue el Paleto en la penúltima de feria con una corrida de toros, sí, una CORRIDA DE TOROS, mejor o peor, pero una corrida de toros de impecable presencia y juego variado que ha hecho que nadie (nadie que no sea "afisionado" que gusta del toreo artista y el toro tonto, faltaría más) se aburriera y acabara pidiendo la hora, es cuanto menos reconfortante. No es, ni mucho menos, lo que se le pueda pedir a los albaserradas, pero por fin se ha vivido emoción verdadera y, hasta por momentos, nos ha devuelto el verdadero porqué de nuestra afición por esta Fiesta, después de unos días de confusión y dudas ante la borreguez y tontuna de toros y público.
Ayer, salvo en el cuarto toro, no hubo de la primera, pero sí de la segunda para ser fieles a la tradición, pero se tratará en su debido tiempo. Como se ha dicho, corrida de impecable trapío y preciosa lámina, como de las que hacía tiempo que no se le veía a Victorino; que manseó lo suyo y no se empleó nada en el caballo, y en donde la casta fue apareciendo poco a poco. Empezó muy tímidamente en el primero, sin ser un derroche se dejó torear sin comerse a nadie. El segundo derrochó un punto más de fiereza u picante, pero aún quedaba lejos de lo que se le espera a este hierro. Aún así, la cosa no iba mal encaminada y mantuvo el interés de los aficionados.
Por fin, la cosa explotó en el tercero, que respondía al nombre de "Vengativo", y que al igual que sus hermanos fue discreto en el caballo y manseó, pero sacó una casta y una fiereza que nos hizo recordar a aquellos victorinos que tantas tardes de gloria nos dieron. El bicho en cuestión repetía como un tren, siempre por abajo y demostrando ser un toro poderoso y al que su matador, que bastante tuvo con aguantar el tipo, no se impuso en ningún momento. ¿Dónde han quedado las lecciones de maestría y poderío ante estos toro impartidas por maestros de la talla de Andrés Vázquez, Ruiz Miguel, Esplá, Campuzano o El Cid? ¿El el ostracismo quizás? Una pena. El cuarto no transmitió nada, salía de cada muletazo mirando la andanada y no dijo nada interesante.
Uceda Leal estuvo toda la tarde como si delante tuviera la típica alimaña albaserrada que tantas pesadillas ha provocado. Para resumir la actuación del torero de Usera, se dirá que le pesó mucho más el nombre de lo que tenía delante que la condición en sí de ambos oponentes. Y así se pasó toda la tarde, desconfiado y tomando unas precauciones exageradas ante el lote más light de la tarde. Quinto y sexto sí fueron las típicas alimañas victorinas que también hacía tiempo que no veíamos. Con ellas solo cabía lidiar sobre las piernas, que es lo que acertadamente hicieron sus matadores; y matar lo más decorosamente posible, que es lo que dejaron de hacer. Aun así, la bronca que escucharon y la posterior ovación a las alimañas en el arrastre fue cuanto menos injusta, muy propia del público ignorante que no aprecia faenas de aliño como éstas pero luego aplaude faenas de destoreo puro y duro, alza en volandas toreros mediocres, aplaude en el arrastre toretes mansos que aguantaron la faena por el nulo castigo recibido en varas, y que regala orejas solo "por joder a los que faltan al respeto al torero de turno porque les causa envidia lo guapos y ricos que son".
 Los tres toreros abandonaron el ruedo haciendo piña y bajo una fuerte pitada, pero ya solo por haber estado ahí delante, habiendo estado más acertados o menos, tienen más respeto ganado que cualquiera de los que han salido a hombros o cortado orejas a lo largo de esta mierda de feria que ya va tocando a su fin. El domingo, con el mítico hierro de la A con asas, deseamos que volvamos a palpar los mismos sentimientos perdidos a lo largo de esta feria y que recuperamos, en pequeñas gotas eso sí, con la corrida de Victorino Martín. Una CORRIDA DE TOROS, pero de TOROS DE LIDIA, de los de verdad, sean mejores o peores. Nuestros mayores deseos de recuperación a Manolo Rubio, que sufrió un aparatoso percance apuntillando al quinto. ¡¡ #FuerzaManoloRubio !!

jueves, 5 de junio de 2014

UN PSIQUIATRA POR FAVOR

Cuando me dirigía a la plaza, me encontré a la salida del metro con un buen amigo que dirigía sus pasos hacia el mismo destino que yo y que me contaba que en ese momento venía de visitar a su psicólogo. Gran elección la suya irse al psicólogo antes de una tarde de figurines en Las Ventas. Hoy es con el psicólogo, pero cualquier día de estos llegará y me dirá que viene del psiquiatra, y lo hará conmigo de acompañante, porque al paso que va todo esto, no creo que tarde mucho en necesitarlo. Asumo mis errores y mi incapacidad para ejercer como aficionado en cualquier plaza de toros, mi estado de locura cada día va a más y no tiene solución. Veo vacas donde en realidad hay toros de bonitas hechuras para embestir y con caras muy bonitas, veo toreros mentirosos donde hay grandes figuras del toreo que hacen el mejor toreo de la historia, veo gente pitando y protestando las mismas ratonerías que le aplauden a otro torero, veo gente ebria y malencarada donde hay grandes aficionados de postín, veo antitaurinos vestidos de luces y queriendo imitar el toreo, veo borreguez y tontuna donde hay bravura... No se equivoquen, soy un hombre sano que no toma drogas, ni fuma, ni bebe. Mi enfermedad supongo que debe venir de que en un pasado remoto me enseñaron que un toro debe dar miedo con sólo mirarlo y debía ser encastado y fiero y que todo lo que sea nobleza y colaboración era una farsa. Esos mismos desalmados me enseñaron que torear consiste en dominar a esa fiera con un trapito rosa y otro rojo, manejarlos con despaciosidad y utilizarlos para pasarse al toro cerca y enroscárselo en la cintura. También que para matar un toro ese mismo trapo rojo se utiliza para desviar la acometida del toro, no para taparle la cara mientras se pega un saltito y de clava el estoque desde la lejanía. Todo eso se ha aplaudido hoy, y hasta se ha premiado. El problema, pues, es mío y tendré que reformarme si quiero seguir disfrutando de este bonito espectáculo en el que un hombre vestido de luces da muchos trapazos a un pobre animal manipulado y sin maldad alguna. ¿Qué culpa tengo yo si cuatro o cinco impresentables me han tomado el pelo con que el toreo era un cuerpo a cuerpo entre una fiera y un hombre cuya función es dominarla? Que no me intenten engañar más, que el Juli hoy ha toreado de miedo, ha pegado unos... doscientos cincuenta y siete pases a dos animales exentos de maldad, como debe ser. Y matar, ya ha sido la leche matando. Con esos saltitos y ese cañón que tiene y que tumba a los toros patas arriba. ¿Qué más dará donde caiga la espada? A quienes le protestan, ya les pasaré yo el número del psiquiatra, también les vendrá bien. Luego ha venido Fandiño, que ha venido haciendo un poco más o menos las mismas tramp... perdón el mismo arte y la misma maestría que el Juli, y hasta componía la figura igual. Admirable, no sólo desprecian la cornada, sino que también el lumbago y las hernias discales. Y los pitan a los pobrecillos. ¡¡Ni puta idea!! Menos mal que todavía quedan aficionados cabales para premiar con una oreja la gran labor de este torero. Aun habiendo estado por debajo de un manso pero encastado toro de Alcurrucén (¿es así o la locura a me causa estragos?). Talavante, por culpa de los toros, los cuales no colaboraban ni se prestaban al toreo, no ha podido cortar orejas. O eso habrá sido, digo yo, que ya no se si es delirio o es la pura verdad. Por cierto, ¿y cuando veo lo festivalera y barata que está esta plaza, es verídico que solo me falte un cubalibre en la mano y estar ataviado con el polo de la peña, o también es cosa de las paranoias que padezco? No sé, pensaba que en Las Ventas había más seriedad. Pero como está demostrado que me han engañado, ya salgo de dudas.

miércoles, 4 de junio de 2014

PERERA, LAS OREJAS; URDIALES, EL TOREO

Para no enredarme, voy a ser directo: con la valentía y el temple de Miguel Ángel Perera y con la pureza y la verdad de Diego Urdiales, me hago yo un torero de época que ponía de vuelta y media a gran parte del escalafón. Pero mientras uno siga con las mentiras del toreo moderno y el otro no tenga el aguante suficiente para tirar de los toros y ligar muletazos, aquí paz y después gloria. Todo esto, el día en el que los cárdenos de Adolfo Martín protagonizaron una vomitiva muestra de descastamiento, aburrimiento, monotonía y falta de emoción. Si ayer, para poder explicar el gran desencanto de Cuadri hacíamos mención a ilustres de Comeuñas como Ribete, Poleo o Frijonero, hoy hacemos lo propio con con Madroñito, Mulillero, Baraterillero o Marinero. ¿Dónde está la casta y la agresividad de los albaserradas? El único resquicio lo tuvimos en ese sexto al que Perera, con la ayuda de un público muy benévolo, desorejó. Los demás, totalmente huecos, mansos todos y sin hacer honor a su sangre. Ese sexto sí tuvo la codicia y la casta propia de los buenos albaserradas. No era fácil poderle y Perera se plantó allí delante, templó las acometidas del animal y mandó sobre ellas. Pero claro, con las típicas ratonerías del toreo moderno a las que el torero extremeño, como buena figura del toreo que es, tanta fidelidad y cariño las guarda. Ya saben, que si pico por aquí y pico por allá, patita escondida, toreo perfilero, un muletazo lo remato detrás de la cadera y los veinte siguientes los tiro en línea recta, la figura retorcida, colocación perfilera... pero hay una cosa que nadie le podrá negar, y es que ha podido con la casta del cárdeno. La ha templado, la dominado, la ha... ¡¡Qué no, que no y que no!! Y mil veces diré no, ea. Acertadamente o no, pero aquí se sigue empecinado en que torear es dar el pecho, echar la pierna pa'alante y rematar el muletazo detrás de la cadera, sin retorcerse ni crisparse. Algo así... ¿Cómo decirles? Ah sí, algo así como lo que ha hecho Diego Urdiales con el quinto toro. Ha toreado, a cuentagotas, pero ha toreado. En el sentido más estricto de la palabra. Lástima que a Urdiales no le diera por dejarle la muleta puesta en la cara, dar el toque e incluso incitar al burel con la voz, si fuera necesario. Porque el toro iba, había que incitarle y buscarle las cosquillas, pero iba. Y eso no se terminó de aprovechar. Pero esos muletazos sueltos, tan verdaderos y llenos de pureza, dejan constancia de que el toreo eterno sigue presente en el corazón de algunos toreros, por mucho que hoy en día se premie otra cosa. Eso sí, alguien debería recomendar al torero de Arnedo que, con la rapidez y diligencia pertinente, cambie de cuadrilla, y empezando por los picadores. Porque vaya desastre... Antonio Ferrera, el otro integrante del cartel, estuvo por ahí, entre medias. Sin acierto en sus costumbres lidiadoras, no tan atento como otros días en su bien adscrito rol de director de lidia, igual de pésimo que todos los días con los palos, y en la misma senda vulgar con la muleta. Lástima, porque ilusionaba verlo. Pero por suerte vuelve en tres días y, para entonces, esperamos poder tenerle más asentado. De los toros, ya queda todo dicho: excepto el sexto, poca casta y codicia y, para colmo de males, algunos picadores y banderilleros haciéndolos peores.

martes, 3 de junio de 2014

¿CUADRIS?

Hablar de Cuadri es hablar de casta, poder y fiereza. Hablar de Cuadri es hablar de toros duros e imponentes, lejos nobleza chochona y colaboradora. Es oír hablar de la ganadería de los herederos de don Celestino Cuadri Vides y, automáticamente, recordar nombres como Poleo, Clavellino, Ribete (el toro castaño de 2010), Frijonero, Pesador, Muñeco, Aviador, Camarote o Podador, entre otros. Pues bien, a estos señores que tanta gloria dieron a esta divisa, ninguno de sus hermanos de esta tarde les han hecho honores. En Ribete, Salero, Diseñador, Comandante, Tejedor y Macetero ha habido de todo, desde torazos que imponían pavor de solo verlos salir por la oscuridad de chiqueros, hasta alguno impresentable para una plaza como Madrid; uno, primero, al que se le pegó en el caballo más que al resto juntos y que aún así tuvo unas diez o doce arrancadas de lujo; otro, segundo, nobilísimo y bondadoso cuan domecq; un marrajo que hizo de tercero y al que, bendita inteligencia de su matador, se lo llevaron a los medios a espantarle las moscas de la cara; un cuarto manejable y exento de picante que se fue sin torear; u otro, quinto, borregazo descastado que salía mirando las musarañas entre muletazo y muletazo.
Sólo el sexto sacó fiereza para dar emoción a los tendidos, pero en forma de genio y, en gran parte y por obra y (des)gracia del esperpéntico piquero, por las caricias que recibió bajo el peto. En conjunto, la corrida ha tenido tres cosas: falta de casta y picante, falta de poder en el caballo y, sobre todo, mansedumbre y querencia del tercio para adentro. Quizás pueda hablarse de un petardo por parte de los toros, pero si hablamos de los toreros, se hablaría de un castillo de fuegos artificiales de esos con los que el Real Madrid celebra sus copas de Europa.
Javier Castaño, tan castaña como como siempre, ha contado con el lote más propicio para triunfar, como siempre, y ha demostrado, como hace siempre, que si está en las ferias es por causas ya de sobra conocidas y que huelga decir. Por cierto que esas "causas" hoy se han llevado grandes ovaciones pero, en mi modesta opinión, no han estado tan acertados como otras tardes: Adalid clavando a toro pasado, Fernando Sánchez cuadrado y con su torería de siempre pero algún par se le ha ido al costado, y Tito Sandoval toreando muy bien a caballo pero con poquito trabajo que hacer hoy. El único que sí ha sido digno de saludar una gran ovación no lo ha hecho, y ha sido Marco Galán por sus extraordinarios capotazos.
A Iván García lo único bueno que le he visto esta tarde es que ha dejado de banderillear. Su lote fue el peor, pero podría haberse estado de otra manera. Nadie sabe el empeño en sacarse a los medios a un marrajo con sentido al cual no cabía otra cosa que no fuera un macheteo en tablas y una estocada en lo alto, rubricado así lo que hubiera sido una digna actuación. Tampoco comprendemos la cabezonería de estar media hora delante del buey de carreta lidiado en quinto lugar. Todo, para dar constancia de que es el mismo pegapases de antaño.
 A Venegas, con seis actuaciones el pasado año, poca cosa se le puede echar en cara. A pesar de mandar una carnicería en varas a su primero, éste acabó ofreciendo diez o doce arrancadas que no fueron aprovechadas, y todo lo que le sobró de castigo a ese primero, le faltó al sexto, que acabó haciéndose el dueño de la situación y con el que el pobre Venegas sudó tinta. Mis respetos para él, que le echó coraje y corazón y encima se llevó un tremendo porrazo, con cornada incluida. Pero ahí, frente a esa fiera apodada Macetero, que más quisiera yo ver a uno de esos toreros poderosos y llenos de temple que nos venden como figuras, que llevara una cuadrilla más digna que hiciera las cosas bien, y que supiera someter al toro, templarlo y luego, torearlo con verdad, como intentó hacer Venegas, que a pesar de carecer de temple y mando, se puso en el sitio, bajaba la mano y quería hacer como si torrara en redondo. Cuestión de oficio. Por cierto que, el tercero de su cuadrilla, a pesar de no estar dotado de una gran forma física, expuso muchísimo en sus dos pares y los clavó cuadrando y asomándose al balcón. Digno de mención.
En resumen, corrida decepcionante pero con algunos toros para triunfar. Lejos quedan estos toros de sus antecesores más ilustres. Y los matadores, por unas u otras razones, pésimos. Y todo esto cabrea y jode más que cualquier otra cosa ajena al espectáculo y a la voluntad de cualquier aficionado, torero o ganadero. Pero como aquí no se le da propaganda a ningún salvaballenas, me despido hasta mañana.

viernes, 30 de mayo de 2014

MANSA PERO ENCASTADA CORRIDA DE "EL MONTECILLO" FRENTE A UNA TERNA QUE ESTUVO MUY POR DEBAJO

30 de mayo del 2014. Plaza de toros de "Las Ventas". 22° de abono
6 toros, 6 de El Montecillo (Juan Pedro Domecq-El Ventorrillo) -corrida de seria presencia, salvo el segundo,mansa y encastada, con algún ejemplar con genio) para Miguel Abellán ( De blanco en hilo blanco), Paco Ureña (de dorado y oro) y Joselito Adame (de grana y azabache)
-Miguel Abellán: Leves palmas cariñosas y oreja de los isidros.
-Paco Ureña: Silencio y palmas palmas cariñosas al retirarse a la enfermería
-Joselito Adame: Silencio con leves pitos y silencio

Empezó la tarde con Miguel Abellán, recibiendo a portagayola a Carpetón, un castaño bragado de indigna presencia que daba coces a los capotes de salida. En el peto, el pica hizo que trabajaba sin hacerlo ante un toro que salió suelto y sin meterle las cuerdas. Otro que se fue sin picar de la lista infinita de este San Isidro. Se ajustó Ureña al burel en un lucido y templado quite por gaoneras, consiguiendo pararle. El.manso iba y venia sin fijeza, intentando hacer presa ante la penosa labor de los rehileteros y los que deberían estar al quite. Brindó Abellán al respetable e inició el trasteo intentando doblarse para hacerse con él sin conseguirlo. Le dio sitio Abellán y el burel en el segundo encuestro a media distancia se le coló y le prendió. Se levantó y cogió la izquierda para seguir destoreando y sacando el gadgetobrazo , colándosele el burel repetidas veces. Dejó algún remate de interés pero sin vender una escoba. El burel se acabó rajando y mató de una estocada desprendida y tendida. El toro se fue con las dos orejas, era un toro para apostar en los.medios y Abellán no lo vio, estando siempre a expensas del bicho. El manso se defendía a su muerte de la ofensa capotera de los peones sacando algo de genio, y acabó cayendo tras un pinchazo, una estocada tendida y cuatro descabellos. El matador se fue a la enfermería al caer el de Paco Medina, recibiendo leves palmas cariñosas.
La condición del primero fue de manso muy encastado y con dos.orejas para cortar.

El segundo, Balancín, castaño listón de capa y de muy justita presencia, fue parado a la verónica por Paco Ureña. Recibió una primera vara trasera y señalando. La segunda fue marcado de nuevo, saliendo incruento del primer tercio. Otro toro que exige doblarse, Ureña no lo hizo y se puso a dar regulares sin asentarse y como si los diese un robot. Siguió su trasteo sin templar los muletazos. Le dio a Ureña por sacárselo a los medios y ahí el toro solo andaba a la defensiva. Ureña, ventajista y sin recursos, siguió con el trasteo acelerado sin dar ni uno, y acabó su labor con un golletazo caído, que provocó, como es evidente, que la boca del toro se convirtiese en una fuente de sangre.
La condición del toro fue de manso reservón, blando y con genio.

El tercero tuvo por gracia "Farruco" y por capa la negra. Falto de trapío, atacado de kilos y, presuntamente, "tocado" de pitones. Salió topando frente a los capotes, sin embestir, y en el tercio de varas calamocheó ante una primera vara, que fue larga y paletillera. La segunda fue trasera. Mala labor del buen pica Óscar Bernal.
Adame cogió la muleta y le prendió en el segundo encuentro.La capea se alargó, prendiendo sin herir a uno de sus peones y robando el capote a Ureña, que salió a hacer el quite. Adame se lo sacó a los medios, cometiendo el mismo error que sus compañeros, y no se quiso doblar. Estuvo a merced del toro en todo momento. Acabó macheteando sin doblarse y haciendo desplantes de Plaza de talanqueras. No aprovechó ni se ajustó a lasel toro y el animal le toreó a él. Acabó con él de dos pinchazos sin clavar, saliéndose de la suerte, y un infame bajonazo. Penosa labor de Adame con el tercero, un manso con poder que tenía faena si se le podía.
Ya saben ustedes, si no sale el toro babosero que va y viene con nobleza hiperbólica en los medios, no saben qué hacer con ellos los de luces.

Corrió turno para esperar a Abellán, que no salía de la enfermería, y en cuarto lugar salió el quinto, Triunfalista. De hechuras muy justitas y de capa castaña, salía suelto de los primeros capotazos de encuentro. Manseando al buscar toriles, como sus hermanos, fue recibido a la verónica por Ureña, quien le endosó unos mantazos sin templar. En el caballo no se empleó, saliendo suelto de los dos encuentros. En el primero, el pica apretó y en el segundo, como ya es costumbre en esta Plaza, el toro se fue de rositas.
Con la muleta, Ureña comenzò con unos estatuarios en los adentros del 7, no dejando de pisar el acelerador como en el segundo. Sin asentarse, siguió dando trapazos uno tras de otro, estando fuera de cacho, y gustando al sector clavelero, que le mira con ojos de enamorado. Trasteo al relance y discotequero a un manso que se vino a menos después de tanto sobeteo. En un arrimón, el toro hizo por él y le prendió violentamente, aunque pudo continuar el trasteo.Veo a Ureña muy falto de facultades y me recuerda con la muleta a Javier Castaño.Mató de un bajonazo infame y los isidros aplaudiendo... Olé.Qué vergüenza...En qué te has convertido Madrid... El matador se fue a la enfermería al terminar su labor y Abellán sale de ésta.
La condición del toro fue de manso descastado y noble de los que se deja hacer.

El quinto, el cuarto en el sorteo, de nombre "Raspiya" -ya no disimulan ni con los nombres...- fue una sardina con cuernos. Fue parado a la verónica por Abellán, que dejó cuatro mantazos y un lance digno. No fue puesto al caballo el burel en el primer encuentro y recibió un micropuyazo en la cruz. En el segundo encuentro fue acariciado de nuevo al relance, dejándolo Abellán entre las rayas. Nada bueno que anotar en banderillas.
Abellán se fue a los terrenos del 4 y empezó su faena de toreo lineal y con el pico ante un manso con genio que casi le prende al perderle la cara. El público pueblerino se entrega al de Usera y a su repertorio provinciano, al perder por tercera vez la herramienta. Mató de una estocada en el cerviguillo, escuchando un aviso y volviendo a ver el respetable cómo el toro sangraba por la boca. El presidente dio la oreja, otra oreja barata como las lentejas, ante el bullicio de los isidros.
La condición del toro fue de manso con genio.

El sexto fue un mansurrón descastado ante el que Adame volvió a hacer su monofaena.

Finalizó así la tarde, una mansada de Paco Medina, pero que tuvo casta y muchas posibilidades para triunfar con ella.

SIN TORO NADA TIENE IMPORTANCIA

Ayer no había ganas de hablar de toreo ni de analizar faenas. Sólo de denunciar el fraude, la ignorancia y pasotismo del público actual que acude a los toros y de la lamentable prensa taurina que padecemos, la cual todo tapa y hasta manipula. Pero hoy me he levantado con ganas de hablar de Alejandro Talavante y su nuevo concepto del toreo. Supongo que toca hacerlo, vista su actuación de ayer y del pasado día 22. Ante nosotros podemos palpar un torero mucho más reposado y dotado de más naturalidad, dejando atrás esas crispaciones y esa manera tan fea de retorcerse. De eso no hay niguna duda. Pero claro, si nos remitimos a que torear equivale al parar - templar - mandar de toda la vida y ante un animal con trapío y al que no se le manipula grotescamente; un animal fiero, encastado, poderoso; un animal con nobleza, sí, pero no atontado... pues a mí, que quieren que les diga, pero no me deja de parecer otra pantomima más. Alejandro ha demostrado que sabe torear, que cuando quiere se pone en el sitio y carga la suerte, se pasa a los toros rozándole la taleguilla y remata los muletazos atrás. Pero paralelamente, y basándome en hechos (concretamente en la encerrona con seis de Victorino Martín aquel 18 de mayo de 2013) también he de decir que este señor ha demostrado que no tiene, con perdón, ni puta idea de lidiar un toro. Aquella tarde no se lidió un encierro del paleto como los de antaño (y menos mal, porque si no...), pero uno solo exigía más que todos los carretones desmochados con los que Alejandro acostumbra a verse las caras en cualquier plaza. Y aquella tarde, hizo el ridículo y nos demostró que, sacándolo del toro fácil y bobo, Alejandro es un torero limitadísimo de facultades lidiadoras, de recursos, de mando y de todo. Que cuando sale "su toro" torea mil veces mejor que cualquiera de las figuras actuales pero, como reza la chapita roja que muchos aficionados llevamos en la camisa los días de corrida: NADA TIENE IMPORTANCIA SÍ NO HAY TORO. Y Alejandro Talavante, muy acostumbrado a vérselas con TOROS de verdad, no está. El día que Alejandro Talavante pegue diez o quince muletazos, solo diez o quince, no necesito más, de esos que él sabe a un Tomillero, un Camarito o un Ribete, entonces me callaré la boca y me descubriré ante él como se merece. Pero mientras tanto, para mí seguirá siendo un figurín del toreo más.

¡¡DEL PACMA ME RÍO YO!!

Nos horrorizamos el pasado domingo, a eso de las once de la noche, cuando conocimos que PACMA (Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal) subía en número de votos en las elecciones al Parlamento Europeo. Pero el varazo gordo nos lo llevamos al conocer que el partido PODEMOS, liderado por el antitaurino Pablo Iglesias y que en su programa electoral reza claramente "abolir la tauromaquia", se alzaba con la solera de 5 eurodiputados y se convertía así en la cuarta formación más votada en España. Pues bien, ¿después de tardes como las de hoy todavía queda alguno al que le extrañe todo esto? ¿Qué pasa en los corrales de Las Ventas? ¿Por qué la tablilla anuncia animales de 640 kg. y luego sale un animalillo que ni pasaría como novillo? ¿Nos quieren tomar el pelo, la báscula estará averiada quizás, pesan a los animales de dos en dos o incluso sin bajarlos del camión siquiera? ¿Por qué esa falta de casta y poder de los toros? ¿Por qué esa flojedad y esa nobleza ovejuna? ¿Problemas en la selección? ¿El puñetero maíz quizás? ¿Será cierto que drogan a los toros? ¿Es verídico ese rumor de que los hacen perrerías en los corrales tales como golpearles los testículos o tirarles peso encima para mermarles? ¿Dónde quedan los análisis postmorten de los veterinarios de los pitones y las vísceras? ¿El señor presidente está para algo más que para regalar despojos? ¿Y el aficionado? ¿Dónde demonios está el aficionado y qué ha sido de él? Ha ido desapareciendo paulatinamente y en su lugar ha ido entrando un público más festivalero y menos entendido para calibrar sobre qué es dominar un toro, qué es cargar la suerte, qué diferencia hay entre lo que es casta y nobleza chochona, diferenciar entre torear y pegar pases... El público de la plaza de Las Ventas está fatal, cada día peor, pero hoy ha llegado a límites insospechados. Sólo les ha faltado sacar al barbero a saludar, aunque tal y como están las cosas, no creo que tardemos mucho en ver algo así. Porque hoy se ha visto aplaudir toros de salida solo porque, según la tablilla y el programa de mano, el bicho en cuestión pesaba 640 kg.; se ha visto como la mayoría de la gente no alzaba la voz ante el fraude del afeitado, y hasta gritar a un torero "viva la madre que te parió" a la vez que éste se ponía cañí ante un pobre bicho inválido (al que por cierto y al igual que al resto de sus hermanos se le hizo cosquillas con la puya) y bobalicón que iba y venía sin un mal gesto. A esto, hay que sumarle lo mismo de días anteriores: jalear el destoreo, callar ante la invalidez y moruchez, aplausos a estocadas bajas y desprendidas, el del típico "baja tú", el otro que pretende que los aficionados cayen ante el fraude, los que protestan porque la montera cayó hacia arriba, luego los mismos jaleando que el torero de turno la pusiera mirando hacia abajo... ¡¡Ay Señor, llévame pronto!! Y a todo esto, ¿y la prensa? ¿Denunciará el fraude? ¿Criticará a las figuras por presentarse así en la primera plaza del mundo? ¿Tratarán a la corrida de hoy de la misma manera que a la de Baltasar Ibán o José Escolar? Eso es lo que haría falta quizás, un Tomillero que pusiera a cada uno de estos asaltadiligencias que van de figuras del toreo en su sitio. O un Bastonito. O un Camarito. O Madroñito. O Pistolero. O Ribete. O Poleo. O Aviador. O Bombito. O Chumbero. O Mulillero. O Joyerito. Será por toros célebres. Afortunadamente, la semana que viene, sin figuras de por medio y ganaderías como Cuadri, Adolfo o Miura, alguno nos saldrá que nos haga recordar que la casta no fue un sueño del pasado. Mientras tanto, la Fiesta estará sentenciada a muerte. Y con PACMA, PODEMOS y EQUO esperando desde el tendido a que la cabeza se la sirvan en bandeja de plata.

miércoles, 28 de mayo de 2014

OTRA INTERESANTE CORRIDA DE BALTASAR IBÁN QUE SE VA SIN TOREAR

28 de mayo del 2014. Plaza de toros de Las Ventas. 20° del abono de San Isidro.
6 toros, 6 de Baltasar Ibán
para Fernando Robleño (de rosa palo y oro), Luis Bolívar (de sangre de toro y oro) y Rubén Pinar ( de verde botella y oro). Corrida magníficamente presentada, bajó algo el quinto, y de más a menos.Apretaron casi todos en varas, aunque salían sueltos del peto. El 2° fue encastado en bravo escondido. 1°y 2° muy encastados; el 6° encastado pero a la defensiva, y 3° 4°y 5° geniudos y manseando. El 5° blando, debió ser devuelto. Ninguno fue aprovechado. Destacaron en banderillas Ángel Otero y Gustavo Adolfo García.

El primero de la tarde, Camarito -nombre típico de este hierro- , lucía una negra estampa y unas hechuras cuajadas con unos pitones abrochados
Robleño paró al burel con unos lances templados de salida a la verónica. "El Victoriano" picó trasero en la primera vara, saliendo suelto en animal, y, en la segunda, repitió colocación, marcando sin meter las cuerdas a un ejemplar que empezaba a pagar la falta de fuerzas. Se dolía en banderillas como poseido por el demonio, mientras Ángel Otero llevaba a cabo una gran brega. Robleño apostó dándole sitio y el burel con tranco de desplazaba, entrando en la muleta humillado, pero no siempre empleándose ya que acusaba falta de fuerzas. Se venía arriba el ibán haciendo varias veces el avión por el derecho, pero Robleño no lo aprovechó, estando por debajo de su oponente en todo momento. Dio algún natural de.ley al final del trasteo, pero el toro era para bastante más. La condición del primero fue de manso con genio, nobleza y clase; y Robleño acabó con él con dos pinchazo en hueso y una estocada entera arriba aunque algo caída.

El segundo, Tomillero, lucía unas perchas de espanto y unas hechuras prototípicas de la casa. Preciosa su capa retinta. Fue picado por Luis Miguel Leiro, en el primer encuentro, con un picotazo casi en el rabo y un puyazo largo arriba, tapándole la salida cuando el toro se quedaba dormido bajo el peto. En la segunda entrada, Bolívar lo dejó de largo, el toro fue con tranco y el pica volvió a fallar con la vara, esta vez sin aplicar a penas castigo. El toro apretó por abajo en ambas varas. Después de una penosa labor en banderillas y en la brega, el burel se vino arriba. Bolívar, frente a un toro que calamochaba, no le bajaba la mano ni se imponía por bajo, cuando el toro exigía doblarse con él. El toro iba y venía, aunque rebrincado, y se hizo dueño del albero, ya que Bolívar no se hizo con él y le dio más de mil trallazos. El toro estaba casi sin picar y toreó a Bolívar, entrando suavecito por el derecho. Segundo toro que se fue sin torear de los de
Bolívar. Acabó con él con una media estocada, atravesada y trasera; y cinco descabellos, escuchando un aviso de la Presidencia. Bolívar no.consiguió esconderlo, porque el buen ibán segundo fue ovacionado en el arrastre por su encastada condición. Ha sido uno de los toros de la feria.

El tercero, Arbolario; negro listón de capa y veleto de pitones, tuvo una salida nada codiciosa, pero fue poco a poco fijándose. Fue picado traserísimo en la primera vara por el picador del sexto y, de la segunda vara volvió a salir suelto, ya en los terrenos de contraquerencia.  Rubén Pinar hizo bien llevando a los adentros del 4 al manso tardo, pero su destoreo consiguió no arrancar aplausos del respetable, que estaba bajo los paraguas protegiéndose de la lluvia. Fuera de cacho, siempre en la oreja, y metiendo pico, Pinar no aprovechó las nobles condiciones del animal, que iba y venía empleándose por bajo. Otro que se fue sin torear, aunque este no tuvo la duración de los anteriores. Pinar lo mató de una estocada desprendida, levemente caída; y dos descabellos. La condición del burel fue de manso con raza y nobleza. Tuvo mucho más de lo que vimos y Rubén Pinar quiso sacar.

El cuarto, Costurito I; negro listón de capa y de hechuras prominentes y serias de cara y por detrás, tardó mucho en salir por la boca de toriles y tardeó en los lances primero. La primera vara fue muy trasera y el burel consiguió derribar al jamelgo. En la segunda, el toro se vino de lejos recibiendo otra puya trasera. Ángel Otero se volvió a lucir en banderillas, aunque no arriesgando tanto como ayer, y volvió a desmonterarse. Fernando Robleño se puso otra vez ratonero, ahogándo al burel cerrándolo en tablas y no dejándolo respirar entre tanda y tanda. Apostó por el arrimón, se quedó sin toro y nos negó verlo. Robleño mató con una estocada corta y caída, cuatro descabellos sin sacar la espada, y otro más cuando ya la había sacado, escuchando un aviso de la Presidencia cuando el toro se resistía a caer. El toro se fue sin torear y cayó de aburrimiento.Otro que se va sin haber sido bien lidiado y aprovechado.

El quinto, Mejicano; negro salpicado y de hechuras serias, partió las tablas más bajas del burladero que separa el 7 del 6. Acusó falta de fuerzas en la primera salida del caballo después de un puyazo trasero. Blandeó sin ser picado en la segunda entrada, no queriendo el ussía D. Justo Polo devolverlo.  Perdió las manos en banderillas, quedándose tumbado en el albero. Puso dos pares buenos Gustavo Adolfo García, dejándose ver. Bolívar dio muletazos al paso, sin asentarse, ante un toro que no transmitía más que flojedaz. Ante el marmolillo, Bolívar quiso dar mil pases cuando perdía las manos continuamente, mientras que a su primero quiso esconderlo y se le fue sin torear. A Bolívar ya no le queda ni el valor que tenía al inicio de su carrera. Mató con una estocada corta muy trasera y un descabello

El último de la tarde, Costurito II, lucía unas envidiable hechuras. Su cuajo se aplaudió de salida y recibió dos puyazos traseros por parte de Daniel López, en los que el toro se dejó picar. Justo Polo cambió rápidamente el tercio cuando el toro, sin apretar en vara, se venía pronto y no había sido picado en las dos entradas. Rubén Pinar no consiguió acoplarse y estuvo muy por debajo, dando trallazos y trallazos. Muy por debajo Pinar de su lote. Mató de una estocada algo caída.

Y así acabó una tarde fría, con lluvia a rachas, donde la corrida de Baltasar Ibán se fue sin torear como en los últimos añoa. Hubo ibanes de todos los comportamientos y dieron posibilidades a la terna para conseguir un triunfo que no cosecharon.

PEREDA POR GALLARDO: ¡¡BENDITO CAMBIO!!

La combinación José Luis Pereda - La Dehesilla espanta de solo oírla a cualquier aficionado a los toros. Aún más a los aficionados madrileños, quienes, como herejes sometidos a torturas inquisitorias, han de tragar todos los años con la invalidez, tontuna, falta de casta y de emoción de los toros del señor Pereda. La tarde de hoy estaba destinada a ser una de esas tediosas tardes pero, por circunstancias que no conocemos pero nos podremos imaginar, el hierro titular fue desechado por completo y sustituído por un lote de Fuente Ymbro. Todo esto, a última hora, pues los toros de Gallardo llegaron a la plaza a eso de las nueve de la mañana y hasta cerca de la una y media los aficionados seguíamos esperando el resultado del sorteo. Algunos toros incluso, al salir al ruedo, todavía tenían los cuernos amarillentos a causa de las jodidas fundas. Vergüenza ajena dan este tipo de situaciones en la primera plaza del mundo, pero con Taurodelta ocupando el burladero de empresa, estamos todos curados de espanto. Por suerte, el señor Gallardo vino a Madrid trayendo una corrida bien presentada y, aunque mansa y rajada, con mucho que torear. Los seis, cada uno a su estilo, unos más dulzones y otros más complicados, pero ninguno hizo que nadie en el tendido se aburriera. Los matadores, tres modestos toreros del gusto de esta afición y muy necesitados de un importante toque de atención para romper con esa escasez de contratos, salieron al ruedo como si ya tuvieran cuarenta o cincuenta corridas firmadas para todo este 2014. Por ejemplo, está Uceda Leal, que dispuso de un delicioso bombón en primer lugar que repetía con nobleza y metía la cara de lujo. Para soñar el toreo. Pero lo que se impuso fue el destoreo moderno y los amables isidros, desconocedores de términos como "cargar la suerte", "torear en redondo" o "no quedarse al hilo del pitón", jalearon todo cuanto José Ignacio hizo. La estocada, por ejecución y colocación, merecedora por sí sola de una oreja que se antoja baratísima dada la condición del animal. El cuarto, manso y encastado, no fue sometido y eso le hizo hacerse el amo y señor de la situación, dejando al descubierto que su matador hoy no vino precisamente a mancharse de sudor y sangre. Una estocada también de gran ejecución aunque esta vez desprendida rubricó la mediocre actuación de hoy del torero de Usera. Curro Díaz deja cada vez más evidente que es un artista en decadencia. Bien es verdad que en sus manos tuvo el lote más complicado, pero con orejas por cortar. El segundo de la tarde empujó de lo lindo en la segunda vara, y en la muleta se colaba con el menor resquicio que el matador le abriera. El quinto también tuvo casta para aburrir aunque se le pegó mucho y mal en dos varas a las que se arrancó pronto y empujó con un solo pitón. En la muleta embestió como un tren, siempre queriendo coger las telas por abajo y protestando cada vez que Curro, desconfiado y muy retorcido toda la tarde, alzaba el brazo. Una pena. A Matías Tejela le cayó en suerte otro tocino de cielo en tercer lugar, un toro que huyó despavorido como buen manso que fue en sendos encuentros con el penco, pero que en el último tercio se prestó al matador para hacer cuanto quisiera. Ello fue muletazos de todo tipo, la mayoría retorcidos y en línea recta y algunos hasta relajando la figura y toreando en redondo, pero con las trampas del toreo moderno del no cruzarse y tirar la pierna atrás. Pinchó y ello le hizo perder, por suerte, otra oreja que hubiera sido de chiste. El sexto derribó al jaco en el segundo encuentro y Tejela, tonto él, cambió rápido el tercio quedando el toro sin picar. ¿Resultado? Un matador sucumbiendo ante un animal muy venido arriba, y al que no se supo ni por donde meterle mano. Eso sí, cuenta Matías Tejela con tres subalternos que más quisieran muchos. Jesús Romero y sobre todo Ángel Otero estuvieron sensacionales con capote y banderillas, y Javier Gómez Pascual, muy eficaz en los quites. Gracias al cielo que, al menos, vemos hombres de plata con quilates todas las tardes, destacando sobremanera por encima de los de oro, la mayoría de los que cagó el moro, como se suele decir coloquialmente. A la salida, muchos nos congratulamos de habernos librado de los de Pereda y habernos topado con los fuenteymbro que, siendo una mansada, sí sacó casta en algunos toros y ofrecieron espectáculo. Yo, por lo menos, no me aburrí. Y eso ya es algo en esta insufrible feria que ya encauza su recta final, la de más interés, por cierto.

martes, 27 de mayo de 2014

LO BUENO SI BREVE, DOS VECES CABALLERO


Lunes 26 de mayo del 2014. 17º del abono de San Isidro. 28º de la temporada. Dos horas de festejo. Tres cuartos de entrada.

Novillada picada. 3 utreros, 3 de Guadaira – de sangre, Jandilla- (1º, 2º y 3º) y 3, remendando, de Montealto –de sangre, Domecq Díez (Algarra) y Domecq Solís (El Ventorrillo)- (4º, 5º y 6º) para:

-ROMÁN (de azul noche y oro), en sustitución a Martín Escudero.
1º) Estocada entera, atravesada y algo caída. Silencio.
4º) Estocada entera, pasada y atravesada. Silencio.
-GONZALO CABALLERO (de catafalco y oro):
2º) Metisaca arriba con dos descabellos. Fuerte Ovación
5º) Estocada arriba, ligeramente caída, y dos descabellos. Silencio
-POSADA DE MARAVILLAS (de azul rey y oro):
3º) Pinchazo en la suerte contraria, bajonazo a la natural y tres puntillazos. Leves pitos.
6º) Estacada entera, trasera y atravesada. Silencio.

-Presidencia: D. Julio Martínez Moreno debió devolver el inválido 5º, al ver cómo perdía las manos con reincidencia después de pasar sin pena ni gloria por el peto. No hizo cumplir el tercio de varas, al sacar rápidamente el pañuelo blanco cuando varios de los novillos no habían sido ni señalados.
-Cuadrillas y otros: Las lidias fueron, como casi siempre, tema aparte. Abundaron los trallazos en la brega, la falta de colocación a la hora de los quites en banderillas, la ineptitud de los picadores y fue norma generar el no parar los novillos a su salida. Por otro lado, Raúl Martí dejó un lucido y arriesgado par al cuarto, dejándose ver y aguantando la embestida de un novillo que le apretaba hacia los adentros. Mención de honor, como muchas anteriores tardes, merece el subalterno de oro Curro Robles. Dio gusto verle bregar al segundo de la tarde, templando las embestidas del novillo y siempre por abajo. Dejó un gran par, el tercero al quinto novillo, dando ventajas al enemigo y saliendo de la suerte con torería. Curro Robles recuperó la labor de dejar largo el capote, tumbado sobre el albero y cogido de un extremo, para que el toro humillado se fijase en su capa, y así Gonzalo Caballero pudo descabellar con mayor facilidad al quinto.

1º) Impostor (4), de Guadaira: Negro de 475 Kg.
-Presentación: Bajito de presencia. Alto y largo de hechuras, pero con cara de eral.
-Tercio de varas, por Justo Manuel Jaén: En la primera entrada, el utrero recibió un puyazo largo y caído al relance, tapándole la salida. Impostor sale blandeando. En el segundo encuentro, otra vez al relance, el picador le acaricia con un picotazo cariñoso para que el utrero salga crudito. Salió suelto de los dos envites.
-Condición y comportamiento: Mansote, blando y a la defensiva, sacando genio en las afueras cuando Román, durante el trasteo, le cambió los terrenos. De comportamiento bronco, se quedaba corto y soltaba tornillazos después de un trasteo largo de trallazos. Fue parado por Gonzalo Caballero durante su correspondiente quite al finalizar el primer tercio.
2º) Opresor (32), de Guadaira: Castaño de 497 Kg.
-Presentación: Indigno para Madrid. Con cara de eral, ensillado, atacado de peso y largo.
-Tercio de varas, por Agustín Romero “hijo”: En la primera entrada, dio un picotazo trasero al relance sin meter las cuerdas. En la segunda, picó en dos tiempos, cayendo sendos castigos traseros y saliendo el utrero de este tercio sin haber recibido castigo real. Salió suelto del peto.
-Condición y comportamiento: Mansote, noble, descastado, sin fijeza en los engaño, soso y de más a menos.
3º) Jipio (50), de Guadaira: Castaño de 454 Kg.
-Presentación: Más serio por atrás que los anteriores, pero con cara muy fea, al ser casi cubeto y bizco del izquierdo.
-Tercio de varas, por Antonio Palomo: Otro novillo que salió crudo y penosamente lidiado, ya que, Antonio Palomo le recetó un primer leve picotazo, trasero y caído al relance; y un segundo picotazo paletillero. En ninguno de los dos el utrero apretó, tampoco el picador metió las cuerdas y de ambas entradas salió suelto.
-Condición y comportamiento: Manso en varas;  encastado, fijo, noble, pronto y repetidor en los cites durante el muleteo. Se vino arriba en la muleta fiel a su sangre parladeña. Una perita en dulce que embestía sin freno. Galopó hasta aburrirse con tranco y codicia, aunque con una embestida algo descompuesta al no haber sido ni parado ni templado. Se hizo dueño del albero durante el último tercio, demostrando poder frente a la ineptitud lidiadora de Posada de Maravilladas, que no supo acoplarse y estuvo siempre a merced del novillo. Jipio fue ovacionado en el arrastre por buena parte de los asistentes.
4º) Halagado (40), de Montealto: Castaño listón de 500 Kg.
-Presentación: Abrochado de pitones; largo y serio de hechuras.
-Tercio de varas, por Santiago Morales “Chocolate”: El utrero entra sin haber sido parado y recibe, en el primer encuentro con el del castoreño, un paletillazo y un picotazo trasero al rectificar. En la segunda entrada recibió un picotazo trasero. El picador no metió las cuerdas de la puya en ninguno de los encuentros.
-Condición y comportamiento: Manso, nobilísimo, pronto, repetidor y blando. Embistió sin malicia, y, como el anterior, con ritmo y con fijeza en la franela. También como el 3º, se vino arriba en el último tercio. Del peto salió suelto y se dolió estruendosamente en banderillas. Como el primero, no fue parado por Román de salida y Gonzalo Caballero consiguió realizar dicha labor de nuevo en un templado quite después del tercio de varas. Fue aplaudido al ser arrastrado por parte de los asistentes.
5º) Dormilona (56), de Montealto: Negro salpicado de 486 Kg.
-Presentación: El más serio de la corrida y muy en el tipo de Algarra respecto a sus hechuras.
-Tercio de varas, por Agustín Navarro: En la primera entrada, el utrero recibió un puyazo trasero al relance y sin que el picador apretase; y, en la segunda, un picotazo paletillero de leve ejecución. El novillo salió suelto y demostrando muy blandura, perdiendo posteriormente varias veces las manos. Debió ser devuelto por D. Julio Martínez Moreno.
-Condición y comportamiento: Manso acobardado e inválido. Muy bronco, corto en sus embestidas y siempre a la defensiva.
6º) Zurito (57), de Montealto: Negro de 491 Kg.
-Presentación: En hechuras, por debajo del utrero que se debe lidiar en Madrid, debido a su terciado aspecto y su cara de eral.
-Tercio de varas, por Anderson Murillo: Mala labor de este picador con galones, ya que no tocó al novillo en el primer encuentro de este con el peto, dejando un picotazo al rectificar. En el segundo encuentro y con el utrero parado entre las rayas, el picador le dio un picotazo trasero. El utrero salió suelto de ambos encuentros y derrochando celo al soltar gañafones ante los capotes de los peones cuando finalizó este tercio.
-Condición y comportamiento: Manso geniudo, soso, descastado, mirón de salida y muy parado. Se dejó dar pases cual carretón, yendo y viniendo, durante el trasteo, pero con total sosería. Cayó, aguantando largo tiempo con el estoque dentro, al abrigo de las tablas.

Hoy se lidió en Madrid una novillada con utreros de dos hierros del monoencaste que dio posibilidades para que tanto Román como Posada saliesen triunfantes de su segunda cita en la feria. “¿Qué quieren estos chavales para torear?”, comentaban buena parte de mis vecinos de abono al ver cómo el tercer y cuarto del encierro se fueron al desolladero sin haber sido mínimamente aprovechados. Chocaba ante nuestros ojos también la correcta conciencia de los tiempos de La Lidia por parte de Gonzalo Caballero al realizar su labor muleteril, frente a los aburridos, hasta la extenuación, trasteos de los dos restantes espadas.
Román, novillero valenciano que va a tomar la alternativa en menos de un mes, demostró que aún es pronto para hacerse matador de toros, ya que no estuvo a la altura de sus dos novillos, sobre todo del 4º, que se fue con las orejas puestas. Con su primero, un manso que sacó genio al no sentirse cómodo en las afueras, tardó mucho en acoplarse. Decidió sacárselo a los medios y el novillo únicamente se defendía, soltando constantes tornillazos. Con el segundo de su lote, una perita en dulce que recibió dos leves caricias en el peto, estuvo muy por debajo; y, de nuevo, se equivocó al querer comenzar la faena tan en las afueras a un novillo aquerenciado. Poco a poco se fue adaptando al ritmo duermevela de las embestida del novillo, pero adoptó siempre una postura con la muleta falta de naturalidad y propia del llamado, irónicamente, “Joselito de Velilla”. Román dio ocho tandas, como si con cuatro se quedase corto, al más puro estilo julista. Despatarrado en el cite, embarcando y vaciando para afuera con el pico de la muleta y más retorcido que el carácter de Cruella de Vil, acabó siendo pitado por sus maneras ventajista antes de ir a por estoque, estoque que, al volapié, Román dejó algo trasero respecto a la cruz del novillo.
El único de los tres que estuvo en novillero fue Gonzalo Caballero, siempre dispuesto a aprovechar su quite. Tanto fue así que, en los dos utreros de Román, el novillero madrileño realizó labores lidiadoras que a él no le correspondían, pero que ejecutó con temple y cierto gusto, consiguiendo para los dos novillos de su compañero. En su primero, Gonzalo Caballero dio las dos más asentadas y puras tandas muleteras de lo que llevamos de feria. En la primera de éstas, se dobló por bajo y, con temple y gusto, se hizo con un novillo que daba tornillazos y entraba a la muleta sin emplearse. La segunda tanda fue de escándalo, ya que corrió la mano muy despacio, embarcando al animal hacia dentro, asentando las zapatillas y sin moverse un ápice; adoptando una postura tan erguida como torera al ver pasar el novillo cerca de sus muslos. El novillo segundo se vino abajo pronto debido a su falta de casta y fuerzas, y acabó con el utrero de una estocada arriba que el propio novillero sacó con la manga de su chaquetilla en el momento de salir de la suerte del volapié. En el quinto, ante un novillo muy parado, inválido y acobardado; quiso plantarle cara en el tercio, dejándosela en la cara, pero el novillo entraba descompuesto y salía, soltando derrotes y queriéndose ir al abrigo de las tablas. Acabó su faena con un arrimón que a nada supo, ya que el marmolillo nada tenía en su haber, y mató de otra estocada arriba, aunque tuvo que utilizar de nuevo el descabello para que cayese, ya que la espada quedó algo caída.
Posada de Maravillas es otro novillero, como Román, al que los medios taurinos acompañan allá donde va, vitoreando cada una de sus faenas. Esta tarde volvió a demostrar que está muy verde y carente de capacidades lidiadores para hacer frente a novillos que exigen doblarse por bajo y un macheteo por la cara. Se ha impuesto eso de que torear es solo dar pases regulares abrochados con uno de pecho, y parece que cuesta mucho que los que están empezando vayan asimilando que torear es mucho más que eso. Frente a su lote, Posada estuvo fuera de combate en todo momento, al querer ir a la pelea con un repertorio más que justito. En su primero, el novillo de la tarde se lo merendó de principio a fin, ya que no supo plantar cara con la muleta a un ejemplar que iba y venía sin pararse y con el hocico por abajo aunque embistiendo algo rebrincado. Tuvo que volverse a colocar después de cada trallazo y se pasó bailando por el albero todo el trasteo. Acabó, con esta hermanita de la caridad herrada con la enseña de Guadaira, de un infame bajonazo que provocó que el respetable le espetase una pitada con toda la razón del mundo. Con el último de la tarde, uno de esos toros-carretón que tan acostumbrados estamos ya de ver, llevó a cabo una faena de muleta inaguantable, en la cual no dejó ni uno de ley. Esperemos que este novillero progrese y que los que le acompañan le hagan ver que, aunque los medios taurinos digan que está hecho, debe mejorar notablemente para pasar por Madrid con buenos resultados.
Y así acabó la tarde, bastante pronto y con un agridulce sabor de boca. El futuro se ve negro, aunque esto suene muy agorero. Hoy hemos visto dos novillos (3º y 4º) que, sin grandes complicaciones, tenían faena para triunfar y no han sido aprovechados, como suele pasar. La mansedumbre y las malas lidias poblaron el albero, como cada tarde, aunque creo que debemos tener un poco de esperanzas, a ver si salen más novilleros de los que plantan cara, como hizo Gonzalo Caballero durante toda esta tarde soleada con oleadas de viento helador.



lunes, 26 de mayo de 2014

MUCHOS TOROS Y POCA SUSTANCIA

Las diez y cinco minutos de la noche marcaba el reloj de la plaza cuando abandonamos nuestros asientos los pocos que quedábamos ya aguantando el desfile de ganaderías que vivimos ayer. Hasta de seis hierros diferentes, a saber Peñajara, El Cortijillo, Los Chospes, Torrealba, Conde de la Maza y La Rosaleda. La tarde hubiera cambiado quizás si hubiera salido alguno de los sobreros de Ana Romero que sabemos que había por ahí dentro, pero nos tuvimos que conformar con ésto. De los tres lidiados de Peñajara, el destinado en cuarto lugar y finalmente corrido como primero tris, al igual que el quinto que hizo de segundo, también merecieron el honor de hacer trabajar a Florito; y el sexto fue el único que ofreció posibilidades, pero a su matador le vino enorme y la lidia fue penosa. El de El Cortijillo, primero bis, se partió el cuerno desde la base en el primer encuentro con el penco, en su lugar salió, como queda dicho, el que hacía de cuarto, al el que Víctor Puerto intentó sacar algo, cosa que era imposible. Eugenio de Mora tampoco pudo hacer nada con el inválido segundo bis, también de Peñajara y que era quinto en la lidia ordinaria. Dejó para el recuerdo una larga de cartel de toros en el saludo capotero. El de Los Chospes hacía de tercero tris en sustitución de sendos toros de Peñajara y Torrealba. De Lamelas gustó con este toro su colocación, pero se mostró muy vulgar y pesado, hasta el punto de llevarse un tremendo porrazo por jugársela tontamente. El segundo sobrero del Conde de la Maza imponía respeto solo con mirarlo. A Víctor Puerto, muy bien toda la tarde en sus tareas de director de lidia y siempre al quite, no supo hacerse con él y fue pitado por el respetable. El quinto, de La Rosaleda, permitió que un retorcido y tosco Eugenio de Mora deleitara a los isidros domingueros con una faena hecha a base de medios pases y trallazos. Sólo al final quiso relajar la figura y dejar un derechazo templado que despertó del letargo a los aficionados. Después de esto se vino arriba y quiso repetirlo, pero para entonces ya no había toro. Después de pinchazo y estocada desprendida, hubo petición de oreja que, afortunadamente, el presidente desatendió. La plaza de Las Ventas está muy barata, pero a tanto no llega (aún). El sexto y último, el único titular de Peñajara que fue lidiado en su correspondiente lugar, fue un toro que requería una lidia poderosa por bajo por unas manos más expertas. Lamelas, muy verde y sin rodaje, estuvo ahí y poco más. Pocas cosas buenas para tres horas de corrida y once toros vistos. Esperamos con curiosidad el informe veterinario sobre los toros devueltos de Peñajara.

viernes, 23 de mayo de 2014

TOROS SÍ, FIGURINES NO

Nos quejamos de los antitaurinos, esos seres que van de pacifistas (que no pacíficos en muchos casos) que tanto castigo dan en los últimos tiempos y tanto nos molestan. Pues bien, ¿ninguna cabeza lúcida del taurineo se ha parado a pensar en que si cada vez tienen más fuerza es porque no nos hacemos respetar? No, no me refiero a denuncias ante la autoridad de insultos, amenazas, malos deseos, etc. ¿Y si los antitaurinos cada vez tienen más fuerza en la sociedad porque los dantescos espectáculos como el de esta tarde fortalecen sus argumentos? Pónganse en situación: una persona que nunca tuvo contacto alguno con este espectáculo, se le invita a asistir por primera vez hoy, un cartel en el que se anuncia una ganadería que el pasado año lidió una preciosa y buena corrida de toros y de la que darán cuenta tres toreros importantes, dos de ellos además con la vitola de "artistas". Observa la plaza llena, cartel de "no hay billetes" en la taquilla, ese ambiente de la plaza propio de las tardes de expectación... ¡¡Y nuestro invitado, por ahora, se siente cómodo!! La cosa va por el buen camino y más cuando ve desfilar a las cuadrillas bajo el son del pasodoble, con esos elegantes vestidos bordados en oro y plata. La cosa cambia cuando se abre la puerta de chiqueros y empiezan a desfilar uno por uno seis animalitos sin fuerza, algunos calcos de gorrinos con cuernos, otros cabritas montesas, y hasta alguna sardinilla que se ha podido colar. Hay algunos que se lastiman los pitones al rematar en las tablas. El nuevo aficionado se sorprendería, lógico, y preguntaría que si acaso los pitones son frágiles como el cristal. El aficionado instructor, abochornado, se dispone a explicarle la situación de la manera más digna pero a la vez más honesta, pero el aficionado de al lado se adelanta y vocifera la cruda evidencia. La corrida sale floja y bobalicona, la casta brilla por su ausencia y el miedo que ha de imprimir un toro se convierte en... lástima. Para colmo de males, otro aficionado de los alrededores salta con otra coletilla: "esos toros están drogados". ¿Droga, afeitado, invalidez? Nuestro nuevo amigo palidece más conforme pasan los minutos, y la cara de quien lo ha invitado, enrojece. Los toreros tampoco ayudan. Finito de Córdoba solo muestra miedo en el primer toro y Morante da muchas vueltas en la cara del segundo sin sacar nada en claro y, para colmo de males, arma un vergonzoso espectáculo con la espada y el descabello. Talavante llega a tiempo en el tercero para dar tres monumentales naturales y poner la plaza boca abajo. Veterano y novel se miran y el primero pregunta, a lo que el otro contesta: "bonito pero... ese toro no transmitía sensación de peligro, parecía más mi perrito jugando. ¡¡Eso lo hago yo!! Tú me hablaste del toro como un animal fiero y poderoso, que no rehuye de pelea alguna... Y este seguía los trapos como un tonto, y además había que salir corriendo detrás de él porque estaba acobardado". Le veo disgustado y con ganas de irse, pero le animo a quedarse advirtiéndole que vienen dos grandes artistas y pueden levantar la tarde con cualquier detallito. Acepta, no sin reservas, y la segunda parte de la corrida continúa. La parada de bueyes arrastra al cuarto y sale un feísimo sobrero de Cuvillo que no cambia el guion de los anteriores. Finito vuelve a mostrarse apático y dando señales de que esta tarde vino a dos cosas: a cobrar y a abrirle el cartel a los dos figurines. Lo del quinto ya es catastrófico. Nuestro nuevo amigo ve como el animalito perdona la vida a Morante al acorralarle contra las tablas, pero en lugar de acometer contra el bulto, huye despavorido de allí. También hace lo mismo con el Lili, que ha perdido los pies en la cara del toro y éste vuelve a tener alma de ursulina. No, no es lo propio en un toro bravo. Para colmo, el picador origina una carnicería que hace un caño de sangre que llega hasta la pezuña del pobre bicho, que es un marrajo que, como bien demostró, ni mordía ni se comía a nadie. El nuevo aficionado, harto de tanto despropósito, se levanta y se va , pues sabedor de lo que se avecinaba no quería ver un nuevo sainete de Morante con la espada. Al día siguiente, me lo encuentro en una manifestación contra las corridas de toros, exclamando horrorizado que fue testigo de una tortura hacia seis pobres animales indefensos a los que mutilaron sus defensas y se dejaba en seria duda si los toros solo tomaron el pienso de la finca y agua. Esto es una historia que no ha pasado en realidad, pero puede pasar realmente. ¿A quién le agrada lo de hoy? Los amantes de la pureza y la integridad del toro lo rechazamos enérgicamente, y somos conscientes que de seguir así, el triste vaticinio de Martínez Uranga se hará realidad: a esto le quedan dos telediarios.