martes, 31 de mayo de 2022

MARTES 31-MAYO-2022, VIGÉSIMO CUARTA DE FERIA: GÓMEZ DEL PILAR Y DOS MÁS ANTE UNA CORRIDA DE TOROS

Volvió el Toro. ¡¡Bendito sea!! Volvió el Toro y con el Toro, la casta, la emoción, la incertidumbre, la ausencia de aburrimiento, y todos esos componentes de la Fiesta que tan poco hemos paladeado en las últimas semanas y que ya creíamos perdidas. Volvió el Toro. ¡¡Eso es el Toro!! Y eso es el Toro de Madrid, con trapío, serio desde la punta del pitón hasta la penca del rabo, musculado y sin dejar de ser fiel al fenotipo que su procedencia, Albaserrada, demanda. Y ni eran mastodontes, ni iban con excesiva romana, ni tampoco eran exageradísimos de cara. Para que luego los apesebrados esos de la plumilla oficial y del microfonito digan que en Madrid gusta el toro mastodonte, de no menos de 600 kg y con leña para pasar veinte o treinta inviernos... 

Volvió el Toro a Madrid, y si el Toro está presente también lo está la casta y la emoción. No así la bravura, porque a los albaserradas del Tío Pichorronco (que es así como se le conoce a don José Escolar Gil, ganadero por la gracia de Dios) le faltaron de eso: bravura. ¡¡Qué gran corrida hubiera sido si se hubieran empleado en varas!! Es el mayor lunar que tuvieron los 6, que mansearon lo suyo; aparte de que alguno llegó a flojear más de lo deseado. Pero aun con esa mansedumbre, la corrida sacó mucho que torear e hizo posible que lo que ocurriera en el ruedo tuviera importancia. O, al menos, todo aquello hecho con el más mínimo decoro. Porque cuando el Toro aparece, la dureza se masca en el ambiente y las dificultades salen a relucir no tardando mucho. Ello hace que estas corridas solamente sean aptas para lidiadores altamente cualificados, vistan de oro, de plata o de azabache; o anden tocados del castoreño. Y en esto, hubo de todo.

Hubo un TORERO, así en mayúsculas. Y con él, dos más. Y entre medias, nueve banderilleros y seis picadores que hicieron de todo. Hubo un TORERO que se hace llamar Noé Gómez del Pilar y que tuvo las dos caras de la moneda en esta tarde: la cara, al llevarse una oreja del 3º; y la cruz tras ser herido al recibir a portagayola al 6º, lo que le impidió completar su obra esta tarde. Verdaderamente la oreja cortada al 3º fue un trofeo ganado a ley, tras andar con ese encastado y complicado ejemplar con mucha torería, valiente de verdad, inteligente y hasta lidiando con acierto, rara avis en tiempos de coletas a los que solo les caben en la cabeza pegar pases a todo aquello que tenga cuernos y cuatro patas. Gómez del Pilar se fue a recibir a portagayola a ese 3º, toda una declaración de intenciones que le honra pero que quizás está de más en este tipo de corridas. El toro no se empleó en las tres varas que le fueron propinadas y salió suelto, dejando también claro que muy bravo no resultaba ser. La mala lidia que se le hizo tampoco ayudó, no se le fijó en los capotes e iba a donde le daba la gana y cuando le daba la gana. Aun con esas, José Antonio Aponte "Candelas" puso un par de banderillas con mucho mérito. Y cuando Gómez del Pilar agarró la muleta, el animal andaba en los terrenos del 7 esperando, como diciendo "ven para acá y plántame batalla, si te atreves". Y el torero, lejos de amilanarse y de dejar de atreverse, allá que se fue para empezar a lidiar al toro con acierto y metiéndole en la muleta con inteligencia y temple. Lo que vino a continuación fue uno de los momentos más emocionantes de todo lo que llevamos de feria: el toro acudía con prontitud a cada cite y luego embestía con casta, no sin ignorar lo que se dejaba atrás. Eso que se dejaba comenzó dándole muletazos por el lado derecho y dos de ellos resultaron mandones y de mano baja, pero a los muletazos posteriores le faltaron más mando, si bien derrocharon la misma firmeza. Agarra la muleta con la zurda Gómez del Pilar y, de uno en uno y ayudándose con el palo, comienza a pasar al toro, embebiéndole así en la tela roja poco a poco y con mucha inteligencia. ¿Quién había dicho que todo es plantarse a pegar pases? Cuando ya tenía al toro en su poder, comienza a darle muletazos muy mandones por ese lado izquierdo, de uno en uno. Pero ¿quién fue aquel a quien se le ocurrió decir que si no se liga no se torea? Tras dejar esos muletazos por el lado izquierdo vuelve a la diestra, pero aquí y aunque sigue igual de asentado, la faena baja un poco más, no sin dejar un pase del desdén de auténtico cartel de toros. ¡¡El toreo!! Y cuando vuelve a echarse la muleta a la zurda, viene lo mejor: tres naturales inmensos y que demuestran que la casta del toro ha sido dominada, pero se abandona tanto Gómez del Pilar que el toro le achucha y le propina un fuerte porrazo, sin consecuencias por suerte. Ya estaba hecha la faena, y aunque vuelve a intentar una serie más de muletazos, desiste ante la evidencia de que ya estaba todo hecho. Se perfila y, entrando de verdad, mete la mano hasta dentro; pero le queda un palmo caída la estocada. La oreja no dejó de caer y tampoco nadie la protestó, ¿quién iba a negarle un triunfo así a un torero que de verdad estuvo valiente, lidiador y hasta se tomó la licencia de torear ante un toro de esa condición? No todos los días pasan esas cosas. ¡¡Honra a los toreros valientes de verdad!!

 

Y con Gómez del Pilar, dos más. Se hacen llamar Octavio Chacón y Alberto Lamelas. Mala, muy mala tarde por parte de los dos. A Octavio Chacón, consumado lidiador muy esperado en esta plaza, le cupo en suerte lidiar uno de los lunares de la corrida. Ese 1º, inválido, debió haber terminado sus días de un puntillazo en los corrales, pero hubo que tragar con él. El terror se apoderó de quienes estábamos aposentados en el tendido viendo la lidia de ese toro: sí, el terror que provocan los fantasmas de días pasados, o lo que es lo mismo, lo fantasmas del medio-toro inválido, bobón y descafeinado. ¡¡Cómo era posible que la corrida de don José Escolar Gil fuera una de esas tantas!! Pero una vez se quitó de encima Octavio Chacón a ese inválido, sainete con el descabello mediante, esos fantasmas desaparecieron. Solo quedó un fantasma en la plaza, y andaba comentando la corrida para el Canal Plus (de Triana, para más señas). Los otros fantasmas desaparecieron, se los llevó la casta de un plumazo.

La casta no desapareció en toda la corrida. La tuvo el 4º, otrora del lote de Chacón y con el que anduvo falto de recursos para meterlo en la muleta y llevarlo largo y por abajo. El acierto tampoco le acompañó a Chacón para lidiar la alimaña que mandó a Gómez del Pilar a la enfermería, y es que lo que no se puede pretender es pegar pases, o intentarlo, a semejante ejemplar sin antes intentar siquiera machetearlo. ¿Dónde quedó ese lidiador inteligente y poderoso que ha deslumbrado años atrás? Y ante ese complicadísimo 6º, el grandioso banderillero Ángel Otero le sopló dos pares de banderillas enormes, los mejores de la feria. ¡¡Qué ovación se llevó!!

Alberto Lamelas, el hombre, no dio para más ante semejante corrida. Sin recursos y sin ideas para hacerles frente a esos toros es difícil llegar lejos, pero menos aún si lo que falta es el valor. Y Lamelas careció de todo ello esta tarde. Muy desconfiado toda la tarde con los dos toros que le cupieron en suerte, incapaz para lidiarlos y mucho menos aún para darles muletazos limpios y mandones. Y además, al igual que Octavio Chacón, muy mal con la espada.

Tarde de emociones, de reencuentro con la verdad del Toro, de sensaciones ante un torero que dio la cara y toreó bien de verdad, de un grandioso tercio de banderillas protagonizado por Ángel Otero, y de reconciliaciones con la Fiesta. Ay, si hubiera más tardes de estas...

lunes, 30 de mayo de 2022

LUNES 30-MAYO-2022, VIGÉSIMO TERCERA DE FERIA: LEÑA PARA PASAR UN INVIERNO, CASTA PARA MORIRSE DE HAMBRE

Esto es Samuel Flores. Nueve años han pasado desde que apareciera por última vez en esta plaza pero, visto lo visto, parece que no han pasado ni dos días. Hay cosas que nunca cambian, y las cualidades que han caracterizado desde hace algunas décadas a la vacada de Samuel Flores, es una de ellas. Vinieron los samueles como se fueron: de comportamiento amoruchado, sin una gota de casta en las venas, chicos, muy vareados, escurridos... Y, por supuesto, con la leña necesaria para pasar un invierno entero en Gredos. O dos. De casta y bravura, como para morirse de hambre; pero eso sí, frío no pasamos. Habrá a quien le guste tanto cuerno aunque las hechuras luego sean de becerro y el comportamiento más propio de un vulgar buey de carreta. Pues si nada más que tanto cuerno es lo que gusta, mejor andar viendo Telecinco a todas horas, con eso del Sálvame, la Isla de no se qué tentaciones, a los Viceversos, y a demás morralla televisiva. Pero que no lo pidan para Madrid, porque cualquiera diría que, aplaudiendo a los seis espantajos enviados por Samuel Flores a Madrid en el día de hoy, se reivindica como tal el famoso "Toro de Madrid" que tantos añoramos y deseamos que vuelva. ¡¡Acabáramos, hombre!! 

El regreso de Samuel Flores a Madrid tras casi una década de ausencia, como se ve, ha sido de lo más feliz y regocijante. Y si me dicen que van a estar otros tantos años alejados de Madrid, mucho más feliz y regocijante sería. O, por lo menos, hasta que el señor ganadero consiga arreglar el estropicio (si eso fuera posible) que cierto genio del toreo, ya retirado, causó en la vacada cuando era un gran asiduo en sus tentaderos y corridas. O hasta que sus productos, por llamarlo de alguna manera, salgan con otro aire más propio de un toro bravo. Si será por formas de decirlo.
¿Qué hay de la terna? Anduvieron ante ellos como pudieron y supieron, se justificaron más que menos, o menos que más también; no sin antes trenzar el paseíllo elegantemente vestidos de toreros (o de banderillero en el caso de Morenito de Aranda, con un triste vestido gris plomo y azabache que a buen seguro anunciaba lo que se nos venía encima). Y posteriormente, sobrecito bien ganado a la saca, duchita en el hotel, cena y hasta otro día.
 
¿En el ruedo? Pues Fernando Robleño hizo que el 4º morucho dejara de existir con una estocada a la suerte de recibir perfectamente ejecutada (aunque luego resultara algo caída), siendo muy aplaudido por ello. Morenito de Aranda, cara y cruz: "cara", por llamarlo de alguna forma, ante el sobrero que sustituyó al 3°, ante el cual dejó detallitos muy toreros. Quería ese sobrero pero no podía ni con la divisa, y el Moreno de Aranda de Duero anduvo ante él sin bajarle la mano, pasándolo en línea y aliviando al animal a la hora de tomar la muleta; pero dejando impronta de ese aroma tan torero que la extrema vulgaridad de los pegapases actuales se han comido. Y, además, algunos remates y detalles de mucho gusto. La cruz llegó cuando tuvo enfrente al mansurrón 5°, el único toro de Samuel Flores que se movió con más gracia y con el que se pudo haber estado mucho mejor de lo que estuvo su desconfiado matador, incapaz de dominarlo por bajo y darle muletazos limpios. Una pena.  Y Damián Castaño confirmó la alternativa. Sin más, sin decir ni una palabra, sin demostrar nada bueno ni nada malo.  
 
Esta de Samuel Flores es otra de tantas más que llevamos en esta infumable feria, de la que se puede decir que lo único bueno que tuvo es que ya ha acabado. Y de aquí a seis días estaremos diciendo, a buen seguro, que lo mejor que tuvo es que también acabó. ¡¡Qué feria, Virgen santa!!

 


 



sábado, 28 de mayo de 2022

VIERNES 27-MAYO-22, VIGÉSIMA DE FERIA: TOREO DE ORO, PUERTA GRANDE DE PLATA

Un TORERO ha TOREADO hoy en Las Ventas. ¡¡Qué gustazo da decirlo y haberlo sentido!! ¿Importa todo lo demás? Importa, importa... Y todo lo demás importa porque es TORERO, pero a la vez es MATADOR DE TOROS. Y el mismo TORERO que ha grabado muletazos en letras de oro con quilates, como MATADOR DE TOROS ha demostrado que todavía le queda muchiiiiiiiiiiisimo por entrenar en el carretón. Un bajonazo es suficiente motivo para que, en Madrid, se deje de conceder una oreja y, a cambio, una vuelta al ruedo clamorosa sea el premio justo. Por ello, TOREO DE ORO, PUERTA GRANDE PLATEADA. 

Y una vez soltada esta soflama, al demonio las puertas grandes, al demonio las orejas, al demonio las estadísticas, y con las estadísticas también se puede ir al demonio el adalid en números, ese mendrugo llamado Maxi Pérez. ¡¡Torerazo Ángel Téllez!! Los retazos de toreo caro que esparció hace pocos días ante la corrida de Araúz de Robles, trajeron a este torero esta tarde a Madrid, en sustitución del lesionado Emilio de Justo. No ha podido ser mejor elección. Vino Ángel Téllez esta tarde a Madrid con las mismas ganas de demostrar que él sí que sabe torear y que su toreo encaja a la perfección en los gustos de la afición de Madrid. Y con él vinimos muchos esta tarde esperanzados en que aquellos naturales de hace días no fueran mero espejismo, que consolidara rotundamente aquella importante actuación que le ha llevado esta tarde a torear en Madrid por la vía de la sustitución. Se consolidó Ángel Téllez y, además, reivindicó qué es el toreo verdadero y qué es la torería, al lado de todos esos pegapases y toda esa chabacanería post-moderna. Ahí va eso: sale el 3º e intenta el toreo a la verónica, echando la pierna adelante e intentando llevarlo suave, pero todo queda en eso mismo, en el intento. Deja que el toro vaya al relance, un lunar en su actuación, y tras hacer pelea de manso intenta un quite por chicuelinas, poco brillantes por su falta de limpieza, pero sobresale una media verónica despaciosa. Pone al toro en suerte, esta vez sí, pero en ese momento ya estaba claro que el animal quería de todo en ese momento menos ir al peto. No importó, porque ese buen picador que es Marcial Rodríguez hizo la suerte estupendamente, y el toro acabó convenciéndose y acudió a recibir un picotazo sin emplearse. En banderillas el toro pone en aprietos a los banderilleros, está muy agarrado al piso y aculado en tablas, y los banderilleros cumplen con más oficio que brillo. Con la muleta en la mano, se va el matador hacia el toro y se lo saca sin miramientos a los medios para quitarle las querencias de tablas, y una vez allí cae una serie con la derecha de buen trazo: lenta, cargando la suerte y rematada atrás. La siguiente tanda de derechazos baja mucho en calidad, es más acelerada y peca de mala colocación, sufriendo además revolcón al rematar con el de pecho. Afortunadamente ileso, se rehace Ángel Téllez y toma la muleta con la zurda, el toro ya anda para entonces aún más reservón, y parece que lo adecuado es sacárselos de uno en uno. Y así es como pasó, lo siguiente fue colocarse muy cruzado y cargando la suerte, echarle la muleta al hocico y llevarlo en redondo, pero ha de rectificar en cada uno y volver a cruzarse. Vuelta a empezar pues cada vez que remata uno, y así saca algunos sueltos verdaderamente bellos. Son dos series las que da con la izquierda, tirando mucho del toro y llevándolo en redondo, y no todos son igual de buenos, pero sí deja algunos sueltos de los que emocionan. Y tras esto, el cambio de espada, y unos doblones bellísimos para cerrar al toro en el tercio, rematándolos con un natural eterno. La faena había tenido gran belleza y aroma a torería; con una buena estocada, hubiera sido una oreja de ley. Pero no lo fue, al matador esta vez se le fue la mano a los costillares del toro y dejó un feo bajonazo que convirtió la oreja cortada en excesiva. ¡¡No hacía falta tanto!! Hubo muletazos de oro en esa faena al 3º, pero lo grande todavía estaba por venir. Y vino con el 6º en el ruedo, de Toros de Cortés y que, a decir verdad, se empleó en varas y sacó en la muleta la suficiente casta como para propiciar un triunfo gordo. El único de toda la corrida que sacó algo medianamente aceptable. Ángel Téllez no consigue pararlo de salida y realiza un quite por gaoneras muy aceleradas y pasándoselo muy cerca. Ya en el 5º había intentado otro quite por delantales que acabó teniendo poco brillo y, aunque con el capote no llegó a lucirse en toda la tarde, dejó la impronta de que para él la tela rosa no es un mero adorno para pasearse por el ruedo. Que le gusta torear con el capote. Tiempo tendrá de pulirlo. El toro ofreció, como quedó dicho, unas pocas embestidas más que aceptables, y de ellas se valió su matador para poner la plaza boca abajo. Se va a los medios a buscar al toro y, tras darle unos pases de tanteo, coge la muleta con la derecha y le deja algunos muletazos acelerados y fuera de sitio. Se asienta más en la siguiente serie, también con la derecha, y deja tres derechazos muy mandones y de muy buen estilo. La plaza ruge, y acto seguido se echa la muleta a la zocata, pero no es muy lucido lo que viene, que son algunos telonazos sin conseguir acoplarse al toro, hasta que consigue asentarse y deja uno a cámara lenta, cargando la suerte y llevándose al toro atrás, rematando con un molinete tremendo. Vuelve a la diestra para disgusto de muchos, deja medios pases fuera de sitio, hasta que le da por cruzarse y deja dos derechazos imponentes y un SOBRENATURAL. La plaza vuelve a rugir con esos tres últimos muletazos, pero lo mejor aún queda por venir. Cambia la espada y se echa la muleta a la zurda para tratar de redondear la faena de la mejor manera posible. Empieza dejando dos naturales extraordinarios, pero posteriormente el toro le desborda, aunque no consigue hacerle ceder ni un centímetro de terreno al matador. Se para y respira, vuelve a echarle la muleta al hocico, agarrada con la mano izquierda y ofreciendo la totalidad del pecho y las femorales, y los naturales que vienen son como hacía tiempo que no se veían en esta plaza, por puros, despaciosos y excelentes. Y el pase de pecho, eterno. ¡¡Así se torea, señores!! Tomen nota los pegapases que se conforman con los pendulazos, torear de rodillas, el encimismo, las manoletinas, las bernardinas y luego no son capaces ni de cargar la suerte, ni de ponerse en el sitio ni de torear en redondo. A Ángel Téllez esta tarde no le ha hecho falta nada de ese toreo populista para poner Madrid boca abajo, tan solo con unos muletazos cargando la suerte y redondos, y una torería inmensa, le ha bastado para reventar Madrid. Lástima, otra vez la espada: pinchazo, estocada arriba pero tendida, y un descabello. Y oreja. Y puerta grande, excesiva y protestada por los mismos que le habíamos gritado los olés más sinceros que Madrid ha tributado desde hace mucho tiempo. Y es que una cosa no quita la otra, ya que si se mata mal, en Madrid se debería penalizar gravemente. Por muy bien que se toree. Pero a esta hora ¿qué más da? Un torero ha toreado de verdad hoy en Madrid y se ha llevado por delante a gran parte del escalafón, tan colmado de pegapases, para desgracia de la Fiesta

Y con Ángel Téllez, empezó y acabó la corrida. De nuevo Victoriano del Río se trae de su particular escaparate corteinglesista una corrida censurable de todo: juego y presencia. La inmensa emoción a la que nos ha sometido Ángel Téllez no hace olvidar la pregunta de rigor: "¿Dónde está el Toro de Madrid?". Y con todo eso, dónde está la casta, la bravura, el poder, la seriedad, el trapío acorde a esta plaza, y unos cuántos etcéteras más. Nuevo petardo ganadero, y van ya unos cuantos. Y lo mismo que se vio de casta, se vio de Diego Urdiales y de Alejandro Talavante esta tarde. La pregunta es: "con las ganas que ambos traían, si hubiera habido toro ¿qué habría pasado?". Mejor dicho, ¿qué hubiera habido por parte de Diego Urdiales y de Alejandro Talavante esta tarde si hubieran tenido toro? Grandes misterios de la Humanidad sin resolver, tales como las desapariciones en el triángulo de las Bermudas, qué hay después de la muerte, los contactos extraterrestres con la Tierra, o si el carácter de ese marrajo nacido en Triana, y que hace las veces de comentarista en la caja tonta, sería más afable con la afición de Madrid de haber cortado alguna oreja en esta plaza a lo largo de su carrera. 

Ángel Téllez ha sido la verdadera revelación esta feria. Muchos no confiábamos en él cuando lo vimos anunciado, y mire usted por dónde que se va con dos corridas toreadas, una puerta grande (que en realidad fue excesiva por culpa de la espada) y un mar de toreo puro y de torería esparcido en el ruedo de Madrid. Ahora empieza todo para él.



jueves, 26 de mayo de 2022

JUEVES 26-MAYO-22, DECIMONOVENA DE FERIA: EL SUELO ESTÁ DURO Y LOS PROTESTONES MOLESTAN

"Hay que recuperar el Toro de Madrid", rezaba una pancarta que se mostró en el tendido 7. Tras diecinueve tardes de hastío por la carencia de Toro, salvo contadas y muy honrosas excepciones, parece lícito reivindicar tal cosa. Y también lo sería el preguntarse por el Toro de Madrid. ¿Dónde está el Toro de Madrid? ¿Dónde está el toro serio, bien hecho desde la punta del pitón hasta la penca del rabo, y que sea acorde a la categoría de la plaza de Madrid? No ya la casta, ni la bravura, ni el poder, no… El Toro en cuanto a presencia, ¿dónde está? Y aparte, por supuesto, ¿dónde está la casta, la bravura y el poder de los toros? No falla, corrida de Juan Pedro, corrida en la que falta todo eso. Dicho en una sola palabra: petardo de Juan Pedro. Otro más. Como el de Sevilla. Como el de Valencia. Como el de Madrid hace 3 años. Como el de Sevilla hace 3 años. Como el de Madrid hace 4 años. Como casi siempre… ¡¡Fuera Juan Pedro Domecq, fuera de Madrid y de la Fiesta!!

 

Escasos ciento veinte minutos hemos estado aposentados en la dura piedra, y esa ha sido la mejor noticia de la tarde: que, al menos, ha sido corta. Escasos ciento veinte minutos de pseudotoros mal presentados (salvo para el infame Emilio Muñoz, el cual afirma rotundamente que la corrida "ha sido seria"), y vacíos de la más mínima característica que ha de tener un Toro de lidia como Dios manda. Semejante encierro es suficiente para causar un tremendo enfado en los aficionados, máxime si así llevamos la inmensa mayoría de las diecinueve santas tardes que llevamos de feria. Y el enfado, mostrado a través de esa pancarta, de los gritos de "Toro Toro", de las palmas de tango y de los gritos de desaprobación, ha estado ahí prácticamente desde que salió el primero. Pero Dios me libre de echarle las culpas a Juan Pedro Domecq Morenés, actual propietario, de que su ganadería sea una completa podedumbre. Ni de la filosofía ganadera con la que su señor padre, Juan Pedro Domecq Solís (aqDg), hizo tanto daño a la Fiesta. Tampoco de los toreros por anunciarse con ellos, ni de los empresarios que adquieren esos toros. La culpa es del tendido 7 y de sus protestas. La culpa es de que el suelo de la plaza está duro y de que hay una pendiente pronunciada en el ruedo. La culpa es de los aficionados que no nos da por tragar y tragar ante tanta infamia. Y la culpa es también de que ese mamarracho estúpido que es Emilio Muñoz sea un amargado por no haber escuchado un solo aplauso en Madrid en toda su puñetera carrera, y de que al más mamarracho y estúpido aún Maxi Pérez solo le da su intelecto para darle click al botón de búsqueda en Google. Y hasta de hasta de la madre que parió a Panete puede ser la culpa. Pero ¿del ganadero, de los toreros y de los empresarios? Eso nunca hombre...

 

Los toreros exigen un tipo de toro, el ganadero lo cría y el empresario los pone a ambos en el cartel. Y al resultado de esa nefasta combinación, los del micrófono y la pluma lo venden como el paradigma del jarte, de la bravura y del toreo güeno; y a la par adoctrinan a parte de su audiencia mientras generan un odio terrible hacia aquellos aficionados que no pasan por el aro, su aro. ¡¡Poco nos pasa, señora!! Poco nos pasa...

 

La juampedrada, infame. Pero ¿y los toreros? Pues solamente las verónicas de Juan Ortega para recibir al 2º y las salerosas chicuelinas con las que Pablo Aguado quitó en el 5º, canelita en rama, apaciguaron los ánimos por un instante. Pero solamente por un instante. Morante de la Puebla habrá venido con ganas hoy Madrid, eso seguro. Lástima que esas ganas (que no sé si habrán sido muchas o pocas) las haya gastado por la mañana haciendo cosas de persona mensa en el ruedo de la plaza, que si el suelo está duro, que si lo llevo diciendo mucho tiempo, que si... ¡¡Váyase al mismo sitio que decía Fernando Fernán Gómez, oiga!! Que de agradecer es que abreviara con los dos animalejos que tuvo enfrente, pero qué menos que haciéndolo con decoro, torería y, sobre todo, buen uso de la espada. Juan Ortega y Pablo Aguado, aparte de esas bonanzas antes descritas, tampoco es que fueran la personificación del decoro y de las buenas maneras ante sus respectivos. Ambos sin sitio y muy a disgusto toda la tarde, han acabado su feria pasando de puntillas y sin que haya pasado absolutamente nada con ellos.

 


miércoles, 25 de mayo de 2022

MIÉRCOLES 25-MAYO-2022, DECIMOCTAVA DE FERIA: EL DÍA Y LA NOCHE

Como el día y la noche. El día es luminosidad y alegría. La noche, en cambio, es oscuridad y silencio; las horas de los granujas. La luminosidad y alegría del día, en los toros, sería la casta y la emoción que esta trae siempre. La oscuridad y el recatamiento de la noche, representa el aburrimiento que provoca la falta de casta. Y para granuja, el señor Ricardo Gallardo, un buen ganadero que tan pronto echa una novillada bien maja que hace disfrutar, y cuarenta y ocho horas después se trae bajo el brazo una corrida de toros bien presentada, pero descastada y mansa. A veces el señor Ricardo Gallardo, en un ejercicio de tomarse demasiadas confianzas con una afición que le respeta y ha disfrutado con muchos de sus encierros, parece abusar demasiado de esa confianza. 

El día, la novillada del lunes. La noche, la de hoy. Y entre medias, el granuja, bautizado con el nombre de Ricardo Gallardo. ¡¡Vaya con lo de Fuente Ymbro esta tarde!! Tan esperada siempre la divisa verde, tan venerada por los aficionados que exigen el Toro-Toro, tan respetada que hasta los borrones no son capaces de restarle mayor credibilidad, tan... Tantas cosas. La casta no salió esta vez, sí la mansedumbre. Y también la flojera de remos en ocasiones, y la simulación de la suerte de varas. Y así, es imposible. O casi.


Casi, porque los toros anduvieron poco acertados esta tarde, pero no por ello hubo ejemplares con los que se podría haber andado un poquito mejor ante ellos. Dentro de la mansedumbre y las embestidas descompuestas y a la defensiva de algunos, los hubo que plantándoles cara en su terreno empujaron en la muleta con algo más de alegría, pero había un problema: que había que someterlos y poderlos. Nada de esos toretes que van y vienen tontos y sin frenos, que decía un gran ganadero charro de antaño. 


Uno de esos fue el 4°, un toro de embestida muy brusca que requería una de esas lidias por abajo y sobre las piernas con las que poderlo y encelarlo en la muleta. De esas como las que ya se ha visto alguna que otra a lo largo de estas dos semanas. Pero enfrente tuvo el manso a Diego Urdiales, en uno de esos días en que no era él. O siendo el mismo hombre, no así el torero. Mediocre y de carácter apático durante toda la tarde, muy a disgusto con sus toros, y aparentando un "quiero y no puedo" que no coló. Dicen algunos incautos que Diego Urdiales es un torero acabado. No, lo que Diego Urdiales es un torero que no está hecho para darlo todo de tarde en tarde, al que hay que esperar y otorgarle el beneficio de la paciencia, porque cuando el ánimo le acompaña se lleva por delante a gran parte del escalafón. Tardes y tardes...

 

En cambio, uno que sí sale a darlo todo tarde tras tarde es Roca Rey. Bueno, quien dice "darlo todo" también se refiere a "dar todo lo que tiene y puede ofrecer".

-- Por noventa y dos pesetas, virtudes de Roca Rey ante los toros, como por ejemplo, el valor. Un dos tres, responda otra vez.

-- El valor.

-- Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-...Tilín tilín tilíiiiiiin CAMPANA Y SE ACABÓ.

 

Uno con más maña en esto diría, o más bien repetiría cual papagayo, que "los cojones que tiene el peruano". Pero pronto le pararían los pies Las Tacañonas o don Cicuta, alegando repetición. El valor se puede expresar con diferentes palabras, per es el mismo significado siempre. Efectivamente, a Roca Rey le sobra valor. Pero después de ahí, se acaba Roca Rey. Nada de técnica, ni de recursos, no digamos ya conocimientos lidiadores. Y mejor ni mentar el arte... A Roca Rey le sobra valor para eso de los pendulazos, y las chicuelinas dejándose atropellar, y las bernardinas, y el encimismo hasta tal punto de que el toro le lame la taleguilla... Pero valor también tuvo el célebre Platanito. Si el toreo solo fuera demostración de valor, Roca Rey estaría entre uno de los cinco mejores de la historia (y de ahí para arriba); pero como el toreo es algo más aparte de eso, al peruano le pintan bastos en ocasiones. Y una de esas ocasiones es cada vez que pisa Madrid, y a la afición de Madrid no le sirve solamente con el valor. La afición de Madrid quiere ver torear de verdad, con más o menos pellizco porque eso hasta puede resultar secundario, pero sin eso de citar fuera de cacho, y echarse a los toros para fuera metiendo el pico con enorme descaro, y descargar la suerte... Roca Rey dispuso en 2º lugar de un torito al que se le simularon los puyazos, pero se vino arriba y ofreció buenas arrancadas como para reventar Madrid. O, al menos, eso pareció en el capote de Antonio Chacón, que lo lidió de maravilla. El problema fue que Roca Rey acortó distancias desde el primer momento, y el toro claramente pedía distancia. Así, con ese encimismo infame y a la vez efectivo para meterse al personal en el bolsillo, fue como hizo que ese toro pareciera mucho peor de lo que en realidad fue. La clave fue la alegría con la que embistió en el capote del banderillero cuando le corría para atrás y le alargaba la embestida; y cómo se quedaba más corto y se defendía cuando su matador le citaba echándose encima. No llegó a tener gran trascendencia ese trasteo, pero sí le jalearon mucho su actuación ante el manso 5º, al que le dio muchos pases en los terrenos de toriles aprovechándose de la inercia del animal en esa su querencia; pero también se le protestó mucho, muchísimo, su faena en todo momento ya que abusó de todas esas ratonerías antes mencionadas que caracterizan el destoreo. Su destoreo. Tampoco le faltaron los cambiados por la espalda, ni las bernadinas, ni todos esos guiños de toreo populista. Y provocó discordia entre los presentes, muchos aplausos y aclamaciones pero también muchos pitos y protestas. En Madrid no todo debiera valer, aunque por desgracia son muchas más cosas las que valen últimamente.

De todos ellos, el único que se llevó aplausos sinceros de verdad fue Ginés Marín, quien contra todo pronóstico pudo torear esta tarde tras su percance hace diez días en este mismo escenario. En reconocimiento a ese esfuerzo, se le sacó a saludar una calurosa ovación tras romperse el paseíllo. Y hasta ahí todo. Inédito quedó ante el infumable 3º, que debió haber regresado al lugar donde salió, y que se quitó del medio sin demorarse. Se agradecen esos gestos. Sin embargo tuvo más material para desquitarse en último lugar, un toro igualmente manso que requería una lidia de mucho poderío antes de ponerse a pegarle pases, o de torearle bonito. Pero no se vio a Ginés Marín sobrado de facultades físicas para hacer frente esta tarde a un ejemplar así. Y no hay por qué decir más.

La siempre esperada corrida de Fuente Ymbro fue un chasco esta vez. Fue la noche, y a su lado la de cuarenta y ocho horas atrás fue el día. En una semana los tenemos de vuelta, ¿con gafas de sol o pijama?

 

 


martes, 24 de mayo de 2022

MARTES 24-MAYO-22, DECIMOSÉPTIMA DE FERIA: VIENTO, BUEYES... Y LO QUE NO ES EL VIENTO Y LOS BUEYES

Un día más, un día menos. Como el funcionario acaimanado que traza tachones en los números del calendario, hasta que le llega el momento de cumplir las sesenta y cinco hierbas. Así está el funcionariado del abono isidril, aburrido de tardes vacías de contenido y cada vez con menos esperanza de que la feria coja vuelo. Aún quedan doce tachones por hacer en el calendario del abono y algunos de ellos sobre carteles con mucho contenido, pero la gran mayoría de tardes infumables que llevamos comienzan a pesar sobremanera, casi tanto como les deben de pesar, al día siguiente de la cogorza, las copas de más a los beodos que pueblan los tendidos en las tardes de figuras.

El tachón número diecisiete del abono se hizo sobre un cartel que ofrecía pocas esperanzas desde que se presentó, y por desgracia los pronóstico no han sido muy alejados de la realidad. Se confiaba más bien poco en los toros de Valdefresno, viejos conocidos en estos fueros; la primera en la frente. Si a estos seis cuadrúpedos presentados esta tarde por estos ganaderos se les hubiera registrado en su momento como bueyes útiles para el manejo del ganado bravo, o para labores agrícolas tales como el arado o la trilla, nada habría habido que objetar. Pero mis sospechas podrían confirmar que a estos seis animales los han criado como ganado bravo de lidia, seguramente con la esperanza quizás de que, por una de esas casualidades de la vida, les diera por embestir  en una plaza de toros al momento de presentarlos en tal escenario. ¿Casualidad o milagro? Lo primero pasa una vez cada quinientos años, y Valdefresno tan solo lleva lidiando en Madrid ininterrumpidamente desde el año 1994 (si las cuentas no me fallan, esto son veintiocho años); aún les quedan por lo tanto cuatrocientos setenta y dos años más para llegar a la casualidad de que seis bueyes les embistan como si de toros bravos se trataran. Eso, en el hipotético caso de que esto se tome por una casualidad. Pero si se acude a lo segundo, o séase al milagro, es peor; pues no existen. Luego mejor sentarse a esperar a ver si dentro de cuatrocientos setenta y dos años a seis bueyes de Valdefresno les da por sacar bravura y casta. Mejor, sí...  

Referido pues el apartado ganadero, no haciéndose más falta reseñarse nada más para hacerse una pequeña idea de cómo fue este, queda la terna: Daniel Luque, José Garrido y Juanito, confirmante de alternativa este último. Ahí anduvieron los hombres, cada uno a su manera, haciéndole frente a la extrema mansedumbre de los seis bueyes de Valdefresno. Y también al viento, que para colmo de males no quiso dejar de estar presente esta tarde. ¿Para qué, digo yo? Si el viento, perro viejo en esto de las ferias de San Isidro, sabe mejor que nadie que a esta ganadería no hay quién. Pues ahí estuvo, dando por saco durante prácticamente toda la tarde, y haciéndolo todo aún más complicado y desapacible. No cabía triunfo sonoro ante tal situación por parte de los tres coletas, pero bien es verdad que al final a los mansos se les puede lidiar con decoro; entendiéndose por lidiar algo más allá de pegar pases como mandan los cánones modernos. Quizás Daniel Luque sí anduvo más decoroso ante el 4º, al cual consiguió meter en la muleta y trazar algunos muletazos por el lado derecho mandones y de mano baja. El problema fue cuando le dio por sacar a relucir ese horripilante repertorio de trapazos encimistas, luquesinas, la cosa esa de tirar la ayuda al suelo... Cierto, no ha sido una feria afortunada para Daniel Luque y se vuelve a ir de vacío de Madrid. También se va de vacío otro torero que pocas cosas excelsas ha demostrado desde que tomara la alternativa con la gran promesa de que estaba llamado a ser un "artista". Ese es José Garrido, que hizo frente a un lote de bueyes con la intención de hacer eso de ponerse bonito y torear con musho jarte; pero ante estas situaciones, o se realiza una faena corta y de poder sobre las piernas, o perece en el intento. Tuvo en sus manos al 3°, un animal que, cerrado en tablas, ofreció arrancadas provechosas por el lado izquierdo. Pero entre que si el viento tal y cual, y también lo que no era el viento tal y Pascual, hizo que la faena de Garrido quedara en mera voluntad. No es que esa faena llegara con fuerza a quienes asentaban las posaderas en el granito, pero pasó lo de tantas tardes: que la estocada, trasera, entró hasta dentro y fue fulminante, y eso hizo flamear algunos pañuelos que, acertadamente, fueron desatendidos por la Presidencia. Dio la vuelta al ruedo.

Y el confirmante, Juanito, lo único que dejó para la posterioridad esta tarde fue eso: que confirmó la alternativa y que se pegó contra la bueyada. Intentó, para variar, el lucimiento pegando pases al más puro estilo moderno sin siquiera realizar una lidia de aliño para someter a los animales. Pero en estos casos, lo normal es que pinten bastos. Y pintó la sota de bastos, efectivamente; dando gracias que fuera la sota en lugar del rey, porque por poco se lo deja vivo tras dar un mitin con el descabello. Otro día puede que sea para él.

 

¿Algo verdaderamente bueno de reseñar esta tarde? Lo primero, que ya acabó y que la vacada de Valdefresno no volverá por aquí hasta el año que viene (ya si se le dieran algunos años de descanso, sería la monda; pero no tendremos tanta suerte). También, los buenos puyazos de Óscar Bernal, como casi siempre; y lo bien que anduvieron con los palos José Chacón y Alberto Zayas. Algo es algo. Y es que aunque la tarde sea infumable, siempre hay algo bueno que repescar.  

lunes, 23 de mayo de 2022

LUNES 23-MAYO-2022, DECIMOSEXTA DE FERIA: ESTAMOS QUE LO REGALAMOS

En Madrid estamos que lo regalamos. Como en esos comercios que van a echar el cierre y cuelgan el cartel de "liquidación, todo a mitad de precio". ¿Tal vez será eso, que Las Ventas va a cerrar en verano y hay que aprovechar? ¿O será el efecto contrario, que hemos estado tanto tiempo cerrados (y encerrados) y hay que hacer regalitos a todo aquel que se nos ponga por delante? Pueden ser cualquiera las dos cosas, y eso aderezado con que la murga de feria que llevamos (murga es la palabra más elegante que se me ocurre en este instante) también hace de las suyas, hace de esto una jaula de grillos. Y cada tarde que pasa, peor. 

Verdaderamente, en Madrid estamos que lo regalamos, sea lo que sea. Orejas, puertas grandes, pañuelos azules, aplausos y hasta elogios a picadores que pican trasero o que, directamente, no pican. ¡¡Si será por regalar!! Pero que estos acontecimientos, que hay que decir que es cosa de días anteriores y no solamente de hoy, no nos tapen la realidad: Ricardo Gallardo se trajo casta debajo del brazo y, por consiguiente, un encierro más que correcto. A la decimosexta, y uniéndolo a lo de la segunda y la tercera (Los Maños y El Pilar, respectivamente), fue la vencida. ¡¡Ya era hora!!

Sí, buena novillada de Fuente Ymbro. No magnífica, ni sobresaliente, ni de vacas que dicen ciertos estómagos agradecidos que mejor no mencionar. No. Buena a secas, que si lo comparamos con todo lo que llevamos tragado en los últimos quince días sí, fue magnífica, sobresaliente y de vacas. Pero como las comparaciones son odiosas, mejor no recurrir a ellas. Ricardo Gallardo se trajo un encierro variado de presencia y de juego que no aburrió y que sacó algunos animales verdaderamente interesantes, algunos hasta se tomaron la licencia de emplearse en varas y hasta uno, el 6º, fue un novillo de bandera. Hubo ejemplares bravos en varas, hubo casta, hubo toros para empacharse a torear y hasta hubo un novillo malo por inválido, el 1º. 

Y ante tal novillada, tres chiquillos que mostraron de todo y que se llevaron muchas orejas. Demasiadas. Una se llevó Manuel Diosleguarde, novillero con la alternativa ya planificada para verano en Santander, y que no hizo cosas ante sus dos novillos que vayan a quedar para el recuerdo. O al menos, como algo diferente a toda la vulgaridad que llevamos arrastrada desde hace semanas. Pero ahí anduvo el hombre, realizando dos faenas calcadas y mondadas a sendos novillos que fueron la noche y el día: el 1º, un novillo sin fuerzas que quería pero, por poder, no podía ni con su alma; y el 4º, con más poder y que, por ello, ofreció mucho más que torear. A ambos novillos les aplicó el mismo destoreo perfilero y marcando las afueras que tanto gusta a día de hoy, estando mucho más relajado y a gusto en el 1º por su floja condición; y con más apuros ante el 4º, que le tocó la muleta mucho más y al que no consiguió templar. La oreja se la cortó al 1º tras una estocada entrando recto y de muy buena ejecución, verdaderamente lo mejor de su actuación de largo y con el mérito añadido de que el novillo le puso en apuros varias veces al quedarse distraído con las gentes del callejón (muchas menos que en días anteriores por cierto) y haciéndole cuadrarse varias veces. Seguramente esa estocada fue lo que hizo asomar los pañuelos tras un trasteo que no tuvo excesiva repercusión.

 

Cosas de la vida, a Jorge Martínez, segundo en discordia, no se le concedió oreja. Y no sería porque no hubiera petición suficiente para ello ni porque no hiciera más méritos que se han hecho esta tarde para cortarse otras orejas. Dio miedo ver a Jorge Martínez esta tarde y no porque derrochara excesivo arrojo, sino por la mezcla explosiva que causó la casta de sus dos novillos y su evidente falta de oficio. Dos novillos encastados con su dosis de mansedumbre y, por ende, complicados; y con los que se requería una buena colocación y una muleta más experta que los llevara muy sometidos. Con el 2º, siempre muy encima y fuera de sitio, sufrió una voltereta y varias coladas, optando por quitárselo del medio más pronto que tarde ante el naufragio que estaba sufriendo ante tal ejemplar. El 5º también tuvo mucho que torear y verdaderamente se vio  Jorge Martínez sin recursos ni ideas para volver a someterlo. Volvió a sufrir diversos achuchones, pero nunca volvió la cara y por cada susto que se llevaba, con más altanería volvía a la cara del novillo. Y ya al final, consiguió sacar algunos muletazos por el lado derecho y hasta algún natural que de verdad llevaron el poderío por bandera. Fueron pocos muletazos así, y la larga faena del chiquillo quedó muy por debajo de la condición de su oponente, pero solamente por la actitud que derrochó, por esos poquillos muletazos que sacó, porque verdaderamente demasiado hizo para el oficio que mostró tener, y porque antes de él se habían concedido dos orejas de liquidación por cierre, no se comprende la tozudez de la Presidencia al negar una oreja que tenía más valor que las cortadas por Manuel Diosleguarde y Álvaro Alarcón en primer y tercer lugar. Dio una vuelta al ruedo muy aclamada y gran bronca a la Presidencia, la cual da igual por quién esté representada, no hay tarde en que no se dé la nota en el palco.

 

Y el protagonista rotundo de la tarde, Álvaro Alarcón, se llevó el lote y, desde luego, no desaprovechó tal oportunidad. Se preocupó de poner en suerte a sus dos oponentes, algo de verdad extraordinario de ver en los novilleros actuales, y fue así cómo se vieron dos novillos que empujaron de verdad en el caballo y contemplamos dos buenos tercios de varas. Además, ambos animales resultaron encastados en la muleta, los mejores y más claros de toda la novillada. Al 3º, Alarcón lo pasó a media altura siempre y echándoselo para fuera en todos y cada uno de los muletazos, trazando diversas series de muletazos sin que mostrara ningún guiño al toreo clásico. Bueno, en realidad fue la misma tónica toda su tarde y ante sus dos novillos. Ningún muletazo en redondo, ningún muletazo sin echar la pierna atrás, ningún muletazo sin citar perfilero… Pero gustándose mucho por momentos, ese ponerse bonito que entra por los ojos con demasiada facilidad. Sus dos estocadas, además, fueron de efecto fulminante (que no buena colocación) y eso aceleró más el flamear de pañuelos blancos solicitando las orejas. Una al 3º, con petición mayoritaria; y dos al 6º, la segunda cuanto menos generosa. Fue precisamente ese 6º el mejor de toda la novillada, pero no dejó de ser excesiva la vuelta al ruedo póstuma que se le dio. ¿Casta? Para dar y regalar. ¿Empujó en varas? Por supuesto. ¿El defecto? Que solo se empleó en el caballo con un solo pitón, y eso no deja de ser "emplearse a medias".

Así es, Madrid está que lo regala. Perero regalados no han sido las ovaciones a un subalterno por su buen hacer toda la tarde con capote y banderillas. Ese fue Andrés Revuelta, un banderillero que está toreando mucho este mes de mayo y que está echando buena feria. Bien por él.

 

jueves, 19 de mayo de 2022

JUEVES 19-MAYO-22, DUODÉCIMA DE FERIA: CON LO BUENA QUE ESTÁ EL AGUA

El agua no sabe a nada. Es insípida, incolora y no desprende olor. Pero está cojonuda, y si es fría mejor. El agua sabe bien en todo momento, ya sea para saciarse la sed, para hidratarse en el gimnasio o haciendo carrera, para refrescarse la garganta y el cuerpo y hasta para las comidas (aunque en este caso, un chato de vino tinto no es menos que el agua). 

Y para los toros también. No hay nada como el agua en los toros. Oye, que si a uno le aprieta la sed antes de entrar a la plaza, pues se compra una botellita de agua mineral en uno de los cuarenta o cincuenta bares que hay en la plaza, a riesgo de dejarse un buen pico de la nómina por tan solo medio litro, y sienta como que hay Dios. El agua es cojonuda hasta en los toros, pero otros prefieren darle al matarratas con Coca-Cola (o con Fanta, o con tónica... Eso ya depende de los gustos de cada uno). Pero visto lo visto, parece sentar mejor tomarse cuatro o cinco matarratas de esos que los güenos afisionaos se toman cada vez que van a los toros: al menos salen felices y con la sensación de haber visto el mejor espectáculo de su vida. Mientras que el que se consume nada más que medio litrejo de agua sale con la sensación de que le han dado gato por liebre y que mejor hubiera sido quedarse en casa echado la siesta, el que se ha metido para el cuerpo un cubata de matarratas (o dos, o cuatro o hasta veinte en algún caso, visto lo visto) servido de botellita de Ballantines, JB o Beefeater, ha salido como si hubiera visto torear a Manolete y a Pepe Luis Vázquez mano a mano un corridón de Alipio Pérez-Tabernero, Miura o Carlos Núñez. A riesgo, eso sí, de amanecer la día siguiente con un resacón del quince.

Prefiero el agua. Sabe mejor, hidrata, purga el cuerpo y no deja rastro ni resaca. En muchas tardes de toros resulta cuanto menos tedioso e irritante regarse el cuerpo únicamente de agua, pero a la larga es mejor, sobre todo para el cuerpo. Que uno se cabrea ante una borregada infumable como la lidiada en la tarde de hoy por el ganadero Victoriano del Río; a diferencia de los que le dan al matarratas servido como si fuera whisky o ginebra de la mejor marca, que van con la sensación de que han presenciado la Corrida del Siglo. Pero prefiero el agua, que es más saludable. Agua a palo seco le hace ver a uno solamente chabacanería, vulgaridad y pegapasismo infame mientras que el que se ha pegado un lingotazo de lo que cree ser whisky o ginebra de calidad, ha visto resurgir a quien inventó al toreo. Pero no importa, mejor el agua....

Mejor el agua, aunque la tarde se haga interminable y los borregos que han saltado al ruedo y los tres pegapases que les han dado coba le dejen a uno la sensación de que se le ha caído una losa de mármol encima. Total, al final de feria el cuerpo se lo agradecerá a uno. Y también lo agradecerá la seriedad y el rigor de la Plaza de Madrid. Sin chuzos esparcidos por los tendidos, no se escucharán los ya lamentablemente clásicos gritos de Viva España, ni los aplausos a los toretes chochones y descastados, ni el biiiiiiieeeeeeeeeennnnnnnnnjjjjjjjjjj a los trapazos, ni las ovaciones a los picadores por no picar, ni las protestas a los toros solamente porque son mansos... Sí, mucho mejor el agua. definitivamente. Bien lo sentirán los toreros, ya no digo los taurinetes que hacen negocio con el triunfalismo y, sobre todo, con la venta de alcohol en el interior de las plazas de toros. Pero es por la salud.

Ah sí, sobre la corrida de hoy y tal... Pues eso: seis toretes muy mal presentados por Victoriano del Río, que ha sacado del escaparate que supone su particular Corte Inglés seis torillos para la ocasión de las figuras, es decir, blandos, tontorrones, escurridos y que van y vienen sin molestar. Todos sabemos que cuando las figuras estén por ahí, sacudiéndose el polvo de las plazas de tercera tras haber cortado orejas, rabos, patas y hasta asaduras, el señor Victoriano del Río echará en Madrid casta y bravura a raudales. Y ante estos seis espantajos, el guapísimo y portentoso José María Manzanares echando la tarde en Madrid sin despeinarse y sin mancharse el traje, para luego salir como el dios Zeus en las fotos de las fans; el flamante vencedor de la Copa Chenel del año pasado, Fernando Adrián, que el hombre es un alumno de lo más aventajado en la escuela del toreo post-moderno consistente en el cite fuera de cacho, los trapazos hacia fuera, el descargar la suerte, los pendulazos de rodillas, las manoletinas, etc., etc., etc... Y el señor Andrés Roca Rey, quien dejó hace tiempo de ser alumno aventajado en esa materia para convertirse en todo un maestro del destoreo post-moderno y de la vulgaridad. 

Y dicho esto, viva el agua  que es la mejor bebida del mundo. Feliz resaca.

 

miércoles, 18 de mayo de 2022

MIÉRCOLES 18-MAYO-22, UNDÉCIMA DE FERIA: UN GRANO NO HACE GRANERO

Un grano no hace granero. Y un buen toro, un toro bravo y encastado, no hace de una corrida de toros una buena corrida de toros. Un optimista, en estos, casos diría que el toro de marras salvó los muebles, y también diría de esta corrida que le fallaron las fuerzas, pero que a los mismos toros, dotados de más poder, hubieran sido el conjunto de una corrida de toros cuanto menos entretenida. Eso como mínimo. Sin embargo, el pesimista diría que ese buen toro, aun haciendo disfrutar, no le hace olvidar que lo que ha visto han sido toretes blandos y pastueños sin más, y que es un problema muy grande para una ganadería verse así de fuerzas y de poder. Y así llevamos toda la feria, con las honrosas excepciones de El Pilar y de los Maños. Hoy le ha tocado el turno a Pedraza de Yeltes, que ha vuelto a decepcionar una vez más en Madrid trayéndose otra corrida de toros de censurable presentación, escasa de poder, aliviada en varas y excesivamente noble. Le faltaban fuerzas, ¡¡claro que le faltaban fuerzas!!, y de haberlas tenido hubiéramos sido testigos de uno de los encierros más completos de toda esta Feria de San Isidro. Pero el poder para empujar durante toda la lidia, de principio a fin y en los tres tercios, le ha faltado y el resultado ha sido el visto y anteriormente comentado.  

Por culpa de las nulas fuerzas que los pedrazas han derrochado, no hemos disfrutado de una buena corrida de toros, pero sí hemos saboreado al que, sin duda, será uno de los toros de la feria: Huracán fue su nombre, el 32 su bautismo de fuego y septiembre de 2016 su fecha de nacimiento. Un cinqueño en toda regla que hizo pelea de bravo en varas, tomando dos encuentros en los que colocó la cara abajo y metió riñones; y en el último tercio se comió la muleta, una muleta que en ningún momento le sometió ni le pudo. O mejor dicho, ese que la sujetaba. Jesús Enrique Colombo se llama, y se dejó ir un toro de bandera que bien le podría haber cambiado la vida y con el que podía haber tapado muchas bocas. Pero con su faena tan poco asentada, vulgar y carente de mando, se dejó ir el muchachito al toro con las orejas en su sitio y, de paso, la oportunidad de su vida. Una lástima.

Ahí anduvieron también, ante los inválidos de Pedraza de Yeltes, Domingo López Chaves y Javier Cortés, cada uno a su estilo y sin realizar nada que vaya a pasar a los anales de la Tauromaquia. López Chaves realizó dos faenas caldadas a las dos babosas que lidió, de esas faenas que se llaman faenas de enfermero, pasando a los animalillos sin demasiadas apreturas, a media altura y en línea para no exigirlos mucho y, de paso, que permanecieran en pie. Aseado sin más estuvo toda la tarde Domingo López Chaves, y excediéndose en demasía con sus dos faenas para la materia prima que tenía delante. Hay que saber cuándo es el momento de echar la persiana, y de paso matar con más decoro, pues el bajonazo con el que se quitó del medio al 4º fue de multa.

Javier Cortés cogió la vacante que dejó Diego Carretero, lesionado hace pocos días, gracias a la orejita (que no oreja) cortada hace una semana a un buen toro de El Pilar. Hoy se vio sin materia prima, y por ello tampoco pudo transmitir absolutamente nada en sus dos turnos, en los que al igual que su compañero que le precedió, estuvo en enfermero. Y al igual que este compañero que iba por delante suya en el cartel, alargó sus faenas más de lo necesario. La persiana...

Pedraza de Yeltes volvió a echar en Madrid una corrida excesivamente blandurria y pastueña, y van ya unas cuantas. Demasiado para una ganadería venerada por los aficionados que gustan del Toro-Toro, y que por cada año que pasa menor es su crédito entre estos. Más toros como ese bravo Huracán es lo que sí se espera, y no esos compendios de sosería e invalidez con los que, parece, se nos quiere acostumbrar en Madrid año tras año.

 

 

martes, 17 de mayo de 2022

MARTES 17-MAYO-22, DÉCIMA DE FERIA: LECCIÓN MAGISTRAL DE TOREAR Y DE DAR PASES

Entre torear y dar pases hay un abismo. Como la cara y la cruz. Como bravura y la mansedumbre. Como la derecha y la izquierda. Como el buen gusto y la chabacanería... Y así hasta la llegada del apocalipsis. 

Torear no es dar pases, ni dar pases es torear. Y esta tarde, ante una mansada (casi) inaguantable marcada a fuego con el hierro de Araúz de Robles, se han dado sendas lecciones magistrales de lo que supone una cosa y la otra: a un lado, Ángel Téllez toreando; al otro, Joselito Adame pegando pases. Y entre medias Pepe Moral, que ni una cosa ni la otra. Simplemente no estuvo.

A Ángel Téllez se le vio mucho de novillero y también confirmar la alternativa pocos meses antes de que llegara eso que todo el mundo sabe; y gracias a todo eso se pudo observar a un chico que no dejaba de ser uno más. Hasta el punto de que tras verlo anunciado este año en plena feria se hacía excesivo. Pero hete aquí que a más de uno, y de dos y de unos cuantos más, nos ha callado la boca. Y qué agradable resulta cuando un torero, a base de pegar esos naturales que ha pegado y desprender esa torería eterna, tape bocas y diga "oiga, que estaban ustedes equivocados. Yo sí sé torear, miren miren...". Y acto seguido llega, se planta ante un torito de Araúz de Robles que ofreció pocas embestidas, y le saca cuatro naturales de los de verdad, echando toda la pierna adelante y ofreciendo el pecho, llevarlo sometido y, mientras le baja la mano, se lo lleva detrás de la cadera. Todo eso con un gusto exquisito. Pero hubo más, porque tras eso otra vez se planta ante el torete, y tras intentar en vano ese cambiado de mano que liga el derechazo con el natural, se pone de frente y da tres naturales que todavía superan, en todo, a los anteriores: en gusto, en cadencia y en pureza. Y hasta aquí la faena, ¿para qué más? Como dijo el Faraón de Camas, pobrecito de aquel que necesite más de 20 muletazos para decir algo, y a Ángel Téllez esta tarde le bastaron no más de 8 para demostrar qué es torear, aunque fuera a un torete con poco fuelle y al que hubo que sacarle todo a base de picar piedra. Solamente la espada le privó de cortar la oreja más verdadera de todas aquellas que hayamos visto en toda la feria, y en gran parte de otras. Dio una vuelta al ruedo que igualmente resultó clamorosa ¡¡Ole torero!! Dejó tal regusto el jovencito que la plaza era una caldera de expectación a la salida del 6°, pero fue entonces cuando todos nos dimos de bruces con la cruda realidad. El de Araúz de Robles ya lo ponía difícil desde que había que colocarlo para picarlo, no regaló ni medio gramo de polvo ni al matador, ni a subarlernos, ni a picadores ni a nadie. Y a los medios que se fue Ángel Téllez, citándolo desde allí, pero este tenía muchas más complicaciones. Basó toda la faena el torero en los medios, y allí el toro puso muchísimas más dificultades de las que por sí ya llevaba de serie, abriéndose excesivamente en cada muletazo y dejando al torero fuera constantemente. Ángel Téllez puso toda la voluntad del mundo, pero no resultó esta vez lucida la faena, y la sensación en el tendido es que se equivocó con el planteamiento de la faena. ¿Mala elección de terrenos? ¿Faltó de lidiar y poder primero al manso antes de torearlo, como perfectamente mostró, sin ir más lejos, Daniel Luque ante aquel mansazo de Montalvo? ¿Un poco de todo a lo mejor? Quién lo sabe... En cualquier caso, gran dimensión la ofrecida esta tarde por parte de un torero al que no acompañaba la confianza de muchos aficionados; y gran lección de lo que es torear.
 
Ah sí, lo de pegar pases y tal... Joselito Adame en estado puro, vaya. Y ante el toro de la tarde, el 4º, un encastadito animal de Araúz de Robles que, eso sí, quedó crudo en varas. Pero ofreció embestidas realmente emocionantes. Adame, en el primer estatuario que sirvió para comenzar la faena, fue arrollado espeluznantemente y cayó de muy mala manera. Se incorporó visiblemente conmocionado y volvió al toro con pundonor, pero eso no basta para triunfar en Madrid, máxime si lo que viene a continuación es una hermosa ristra de series de muletazos por ambos pitones que resultaron, del primero al último, aceleradísimos, carentes de temple y mando, citando desde la lejanía y sin fajarse con el toro, y pegando ese chabacano zapatillazo. Así durante toda la faena. El buen toro de Araúz de Robles embestía en la muleta con mucha casta, no se guardó nada el animal. Pero Joselito Adame no da para más: es un pegapases muy vulgar, siempre lo ha sido y por más que pasen los años no dejará de serlo. Lo ratificó, por si había dudas, ante ese buen toro que salió en 4º lugar; y ya lo dejó entrever ante el sobrero de Chamaco que lidió en primer lugar, un torito bonacible que iba y venía y con el que cometió los mismos pecados capitales del mantazo, el cite fuera de sitio y el zapatillazo. Lo dicho: pegar pases.
 
Sobre Pepe Moral está todo dicho: no estuvo, o eso pareció. Su alta figura vagó por el ruedo de Las Ventas como un alma en pena, y cierto es que su lote no valió para mucho más que un suculento guiso de carne de lidia, pero qué menos que andar decoroso. Y para colmo, la Presidencia le perdonó muy amablemente el tercer aviso en el 2º toro. Si no se está para venir a Madrid, no se viene y punto.
 
Lo mismo que Araúz de Robles, vacada a la cual se esperaba con cierta expectación. Dio la tarde con el encierro mandó: una corrida mal presentada, muy mansa, descastada y carente de poder. El de mejor presencia y hechuras fue, curiosamente, ese 4º que sí que dio buen juego y que, por desgracia, cayó en manos equivocadas. Redundo: si no se está para venir a Madrid, no se viene y punto.
 
A las lecciones que dieron, cada uno de lo suyo, Joselito Adame y Ángel Téllez, se le unió una lección de cómo se pone un par de banderillas perfecto, de esos que se deja al toro venir, se cuartea y se clava en toda la cara asomándose al balcón. Su ejecutor, el de casi siempre en estos casos: Fernando Sánchez. Y mención aparte a otro tercero, Alberto Zayas, por su magnífica colocación toda la tarde y que salvó algunos percances. Este peón ha actuado muchas tardes estas temporadas en Madrid y está realizando un papel sensacional.
 
Que viva el toreo eterno, hoy traído a Madrid de la mano de Ángel Téllez; y que vivan los toreros que nos tapan bocas. Ojalá más como estos.

lunes, 16 de mayo de 2022

LUNES 16-MAYO-22, NOVENA DE FERIA: PARA EL AÑO QUE VIENE, OTRA DEL CONDE DE MAYALDE

Cuatro ángeles bajaban

y, abriendo surcos de flores,

al rey de los matadores

en hombros se lo llevan.

(Rafael Alberti)

 

 

 

Para el año que viene, que traigan otra del Conde de Mayalde. Y también de El Parralejo, y de Jandilla ya puestos. Y de paso, que sigan quedándose en el campo los animales de Dolores Aguirre, de Celestino Cuadri, de Valdellán, de Juan Luis Fraile, de Murteira Grave, de Miura, de Cebada Gago, de Palha, de Flor de Jara, de Rehuelga… Que sigan apostando por los animalejos de acusada falta de fuerzas y tontorrones, y se siga vapuleando a los ganaderos que apuestan por el Toro; que mientras se corten orejas y la gente conocida y guapa se deje ver por las plazas de toros, la buena salud de la Fiesta está asegurada.

No se ve casta, ni animales dotados de poder, ni animales bravos en el caballo... ¿El caballo? Si eso es para rejones oiga, el caballo nada pinta en corridas a pie. Pero no importa, hay orejas, la gente aplaude y es feliz, el Instagram arde a eso de las 7 de la tarde con fotos de gente guapa posando con el ruedo de Las Ventas de fondo y cubalibre en mano, y hasta hay miembros de la farándula que no dudan en dejarse caer por los toros aunque sea de vez en cuando y de gañote en el callejón. ¿Qué más da lo demás? ¿Qué más da que en en nueve tardes de toros que llevamos a nuestras espaldas, exactamente un tercio de la feria de San Isidro, solo hayamos visto una corrida de toros como Dios manda, la de El Pilar, y una novillada que fue de Los Maños y que también tuvo lo suyo? No importa lo demás, porque se cortan orejas, la gente presume de ir a los toros y algunos famosetes se dejan caer. La Tauromaquia está salvada.


 

La Tauromaquia está salvada, pero de ser exterminada por los zopencos del tofu y los perrihijos. De lo que no está salvada es de ser exterminada por los propios taurinetes, con esa fijación en seleccionar nobleza, nobleza y más nobleza, eliminar todo vestigio de casta y de poder, y hacer del tercio de varas un trámite prescindible. Algo así como la novillada lidiada en el día de hoy en Madrid, con el hierro del Conde de Mayalde. Novillos sin fuerzas y a los que hubo que señalar los puyazos. Novillos sin casta, que iban y venían. Novillos que se tragan doscientos mil muletazos sin inmutarse, tontorrones a más no poder y capaces de creerse hasta que el infame Emilio Muñoz triunfó un día en Madrid. Un desastre de novillada, como la inmensa mayoría de encierros que llevamos vistos en estas nueve tardes que llevamos a nuestras espaldas. Y ahí seguimos, porque cuando uno menos se lo espera salta la liebre.

La liebre puede saltar habiendo toros o no. Hoy, aun sin toros, saltó. Saltó la liebre y se vieron cosillas interesantes por parte de los tres novilleros, y también por parte de algunos banderilleros (Javier Ambel e Iván García brillaron en sus pares de banderillas, como casi todas las tardes). Cada uno a lo suyo, pero los tres dejaron algo en algún momento. Santana Claros no torea mucho y eso pasa mucha factura cuando se viene a Madrid. Se le vio sin oficio, le faltó el pulso suficiente para que sus novillos no le tocaran la tela y para llegar a cuajar faenas con más solidez. Pero sus formas, cargadas de un trazo clásico y muy torero, gustaron. Muy despacito en todo, andando por la plaza y ante la cara del toro, echando el capote y la muleta con naturalidad y sin dar toques bruscos. Muy de verdad los cites, de frente y echando el paso hacia delante. Muy de verdad también queriendo hacer el toreo, haciendo siempre por trazar el muletazo hacia dentro. Algunos pasajes con el capote fueron bellos, como ese quite por verónicas al 3º. Detalles como cuadrar al toro para la estocada andándole con mucha torería y despaciosidad, y hasta ponerse a pegar naturales con la derecha sin hacer ese feo gesto de tirar la ayuda al suelo. Lo dicho, una lástima que toree tan poquito.

A Isaac Fonseca lo que se le notan son dos cosas: que torea muchísimo más y que quiere ser torero. Solamente la espada le privó de cortarle la oreja al 5º, tras una faena arrolladora y no excesivamente larga (cortó en el momento oportuno), en la que intercaló series de muletazos por ambos pitones y llegando incluso a dejar una serie con la mano derecha buena y poderosa de verdad. Tampoco le faltan los gestos hacia la galería tales como los pendulazos, el toreo de rodillas, las bernardinas y los desplantes; pero no importa, es novillero y ya tendrá tiempo en asentar la cabeza. Inédito quedó ante el 2º, un inválido infumable al que, tras probar por ambos pitones, decidió quitarse del medio. Es de agradecer esa diligencia cuando no hay material.

También se le nota a Álvaro Burdiel que no torea poco. Lo que le faltó fue novillo, aunque habría que ver qué tal se le daría ante su presencia. Se ven elegantes sus formas y también se le ve que tiene temple, pero le falla algo no menos importante: que le cuesta ponerse en el sitio y fajarse con los toros. Lo mejor de su actuación, cómo preparó al 6º para la estocada, cerrándolo con ayudados por bajo muy pero que muy finos. Lo dicho, hay que verle con más material.

El material es importante, e importante dejó de ser la novillada de esta tarde. Pero lo dicho, no importa porque la Fiesta goza de buena salud, o eso dicen por ahí los voceros oficiales. Propina mediante, claro. 

 

 

 

 

domingo, 15 de mayo de 2022

DOMINGO 15-MAYO-22, OCTAVA DE FERIA: BUEYES PARA TIRAR DEL ARADO Y OREJAS DE VERBENA, EL MEJOR HOMENAJE A SAN ISIDRO LABRADOR

Nada, que no hay forma. No le vemos a la vacada de El Parralejo echar en Madrid una corrida no ya buena, sino medianamente aceptable, que más o menos entretenga y no crispe los ánimos del personal por su obstinada falta de fuerzas, de casta y, por ende, de emoción. ¿Qué pasa con El Parralejo en Madrid? ¿Por qué en otros sitios sí (o eso dicen) y en Madrid nunca? Ni en novilladas ni en corridas de toros. 

La tarde del San Isidro, el día grande de Madrid, parece que los ganaderos de El Parralejo quisieron rendirle tributo al Santo Labrador mandando una corrida de bueyes, de esos a los que Isidro colocaba a tirar del arado para labrar sus tierras. Pero con muchísima menos fuerza, entre esos seis toros de hoy no hubieran tirado ni de un arado de los que Isidro, con tan solo dos de sus bueyes, labraba fanegas. Y así, con semejantes corriditas de lisiados que van y vienen sin molestar, y que permiten a los toreros la cosa del expresarse, el crear jarte y no sé cuántas paparruchas más hechas posibles por ganaduros sin afición y alentadas por los mamarrachos de la tele, es como se vacían las plazas de afición y la verbena toma el poder absoluto. Porque así es, que a pesar de lo infumable que resultaron los toreres de El Parralejo, entre medias hubo tres animalicos que se prestaron al jarte. Para ser exactos, toreables y sin molestar resultaron 1°, 5° y 6°.  Pero de ahí a que la corrida tuviera emoción y casta, hay un par de mundos o tres. O más. 

El Parralejo, en realidad y pensado fríamente, no causó un chasco. En el fondo se esperaba algo así, aunque siempre queda la cosilla del a ver si hoy... Pero habrá que seguir esperando. Para chasco, el que muchos sí nos llevamos a casa tras el percance de Ginés Marín ante el marrajo 3° y que, a pesar de poder mandárselo por sí mismo a los carniceros, le impidió salir a matar el 6°. Se fue a la enfermería entre aplausos de respeto, los mismos que, tras romperse el paseíllo, se le tributó en memoria de su actuación el pasado 12 de octubre. 

Con Ginés Marín en el hule siendo tratado, Curro Díaz y Álvaro Lorenzo se entretuvieron en pegar pases y cortarles una oreja cada uno al 5° y al 6°. La verbena, el festivaleo y las ganas que hay de verse cortar despojos, sea como sea, lo hicieron posible. A Álvaro Lorenzo, en el 5° bomboncito de El Parralejo, realizó una faena tan vulgar como aliviada, entre pasecitos fuera de sitio y descargando la suerte en todos y cada uno de los telonazos que se inventó. Varias series de muletazos por sendos pitones, algunos muletazos resultaron verdaderamente templados y de mano baja, pero eso en Madrid no basta. No se puede estar ante el toro, y menos en Madrid, haciéndose gala de una chabacanería tan pronunciada, con esos modos tan ventajista citando con la cadera, retrasando la pierna y echándose al toro fuera en todas los muletazos. Pero en Madrid, desde hace algún tiempo, todo vale, con tal de que se peguen pases. Para colmo, mató de estocada trasera, y la orejita fue concedida.

También se le concedió otra orejita, tan de verbena como la anterior, a Curro Díaz tras matar al 6°, en el lugar de Ginés Marín. Curro, venerado por cierta parte de la afición de Madrid, realizó una faena también por ambos pitones a la que le faltó muchísima rotundidad, verdad y mando. Eso sí, haciendo gala de una estética preciosista que le puede dar para regalar a espuertas. No consiste en torear eso de ponerse bonito a secas, pero sí regala mucho la vista. Curro Díaz anda sobrado de eso, y también de un temple que más quisieran mucho; pero todo se pierde cuando los cites son como para dejar pasar al Metro entre medias, y se echa la pierna tan atrás. Hubo más mando en los muletazos por el lado derecho que por el izquierdo, pero en ningún momento a Curro Díaz le dio por ponerse en el sitio y pegar los mismos muletazos bien colocadito. La estocada con la que se lo quitó de encima, al menos, fue buena; y orejia para Curro Díaz que el alguacilillo tuvo que ir a buscar al desolladero corriendo los 50 metros lisos; y dándole allí una gran alegría a los mulilleros, que arrastraron al toro sin percatarse de que el pañuelo había asomado gracias a sus malas artes. Sí, finalmente hoy se verán con dos aguinaldos en vez de con uno... Así salen de pobres seguro.

Del resto de la corrida, nada mas mereció la pena. Curro Díaz volvió a dar una lección de un preciosista toreo ventajista ante el torito que abrió plaza, que mereció mucho más, y con el 4° buey nadie le echó cuentas; lo mismo que Álvaro Lorenzo ante el 2°, un sobrero herrado con el antiquísimo 9 que diferenciaba la mítica vacada de Aleas, y que resultó ser un trozo de carne con patas y cuernos. Sí cabe destacar una buena tarde por parte de algunos banderilleros: Lipi, Andrés Revuelta, Óscar Castellanos y Alberto Zayas anduvieron muy bien con los palos, y les fue reconocido. 

viernes, 13 de mayo de 2022

VIERNES 13-MAYO-2022, SEXTA DE FERIA: Y LA OVACIÓN DE LA TARDE FUE PARA...

Tiene cojones, que se dice en mi pueblo (y con la debida disculpa). Pero tiene cojones. Tarde de gran expectación en Las Ventas, con un lleno total y la ilusión desbordada. Vuelve Alejandro Talavante tras su "retiro"; un torero muy del gusto de Madrid y esperado por todos. Está anunciado también Juan Ortega, un torero dotado de arte y un halo especial que muy pocos tienen; uno de esos llamados "toreros artistas", y que se le espera por los aficionados exigentes. Ambos, en un atractivo mano a mano, se medirán a una corrida de Jandilla, hierro por el que los "importantes" del escalafón se zurran por vérselas ante ellos y de la que reniegan tan vehemente esos talibanes que ni idea tienen de nada. 

Tiene cojones, que se dice en mi pueblo (y de nuevo otra disculpa). Pero es que los tiene, que en una tarde como esa, con todo desatado y tan a flor de piel, la mayor y más unanime ovación vaya y se la lleve... Exacto, el sobresaliente. ¿Los tiene o no los tiene? Si no, que baje Jesucristo del cielo y lo vea.

Tiene cojones, que se dice en mi pueblo (va la tercera). Pero no deja de tenerlos. Que ese paradigma de la bravura y del jarte que es Jandilla pretenda vivir toda la vida del cuento de aquel buen toro apodado Hebrea y que echó en Madrid en el año 2017, y desde entonces no se le haya vislumbrado el menor atisbo del verdadero Toro, el que de verdad saca casta, bravura y emoción. Petardo tras petardo, uno tras otro. Así un año, y otro y otro y... ¿Y no será que a lo mejor ese hato de talibanes que ni idea tienen de nada, sí que puedan llevar un poquito de razón a veces? No hubo por dónde coger a lo de esta tarde: mal presentados, flojos, descastados, vacíos y sin nada dentro que ofrecer. Y ahí siguen, año tras año anunciados tanto en Madrid como en otras plazas importantes. Pero no importa, a los toreros les gusta y punto. ¿Qué más da el resto? 

Tiene cojones, que no para de decirse en mi pueblo (ya no hay más disculpas). Pero sigue teniéndolos, que a Alejandro Talavante se le REGALE (con sus seis letras) un despojito, y la vuelta al ruedo parezca más un velatorio que un triunfo en Madrid. ¿Hasta los propios que pidieron la oreja se quedaron a medias de un cuarto con la faena de Alejandro Talavante? No sería para menos: el único toro de Jandilla que verdaderamente sacó algo, aun  teniendo que pisotear y vapulear el primer tercio para ello, le cae en gracia en tercer lugar al mismo que regresaba a Madrid tras su particular parón. La faena la desarrolla toda en los medios: intercala series de muletazos por ambos pitones sin ponerse en el sitio, descargando la suerte y pegando telonazos hacia fuera. Desde el tendido parecía que sí, pero que a la vez no... Pero no importaba, era Alejandro Talavante el que estaba ahí abajo; ¿qué más da lo demás? La faena es larguita y a Talavante parece que se le va a ir un toro al desolladero sin desorejar al completo, un toro ideal para reventar Madrid en su regreso y poner por las nubes el precio de la carne y del pescado. Se le fue, a pesar de que las dos últimas series, que fueron con la derecha, estuvo mucho más asentado y menos acelerado, pero sin dejar de echarse al toro fuera metiendo el pico sin disimulo. En una de esas dos últimas series estuvieron los verdaderos quilates de toda la faena: un cambiado de mano lento y un pase de pecho ligado a ese cambiado de mano que fue eterno. Mató Talavante a la primera de estocada trasera y tendida entrando por derecho, y que sirvió para que el animalito cayera rodado y para que el funcionariado del pañuelo fácil lo hiciera flamear, sin mucho entusiasmo y como si la oreja se tuviera que dar más por el nombre de ese que vestía el chispeante que por su faena. Y la orejita fue concedida, y ese del chispeante la paseó en un ambiente frío. Poco Talavante ante un toro aceptable, pero nulo Talavante ante dos babositas de Jandilla que no hicieron nada bueno por ser recordadas para los restos. La sombra de ese torero apático, ventajista y vulgar que en ocasiones ha asomado, se cernió sobre Las Ventas en esta tarde, la de su regreso. Y verdaderamente ya puede espabilar si no desea que las tres tardes que le quedan desemboquen en un petardo de época al final de la feria.

Tiene cojones, que para variar se dice en mi pueblo. Pero los tiene que se hable de espabilar y el siguiente en discordia para juntar algunas letras sea Juan Ortega. ¿Algo que rescatar de su tarde? Algo positivo, quiere decirse... Porque si el algo viene del polo negativo, se podría acabar trazando las mismas letras que trazó Miguel de Cervantes para describir las andanzas de Alonso Quijano en su lugar de La Mancha. No, nada positivo ni halagüeño, pero ante este tipo de toreros quién lo sabe...

Y, definitivamente, tiene cojones, como hablan en mi pueblo, que con toda esta verbena montada entre figuras del toreo, buenos toreros de arte, ganaderías bravísimas anunciadas, orejas y demás parafernalia triunfalista, la ovación de la tarde haya recaído en el sobresaliente. O séase, Álvaro de la Calle, el mismo que hace justamente un mes, y con un pobrísimo bagaje a sus espaldas de festejos toreados y toros estoqueados, lidió cinco toros con buen oficio pero sin grandes excentricidades. Saludó una cálida ovación tras romperse el paseíllo que Alejandro Talavante y Juan Ortega, con una empanada muy grande encima, le quisieron arrebatar. Luego ambos tuvieron sus tres oportunidades cada uno para convertir aquel hecho en una mera anécdota. Pero muy al contrario, quedó como un hecho resonante y que describe a la perfección el transcurrir de tan infame tarde.

jueves, 12 de mayo de 2022

JUEVES 12-MAYO-22, QUINTA DE FERIA: ACABÓ PRONTITO, Y GRACIAS

Dicen los más viejos aficionados, que al final terminan siendo los más sabios, que de una tarde de toros siempre se puede sacar cosas positivas, aunque el aburrimiento se haya apoderado de todos los presentes. Rascar algo de una tarde en la que precisamente el aburrimiento ha sido el mayor protagonista siempre es complicado, pero acaba haciéndose. Aunque a uno se le vaya la vida en ello.

La vida se le va a uno sin saber qué sacar en positivo de la 5ª de feria, festejo en que se han lidiado seis infumables toros, cinco de El Torero y un sobrero de Montealto. Pero al final, más que menos, se acaba sacando. Lo mejor, que ya ha acabado y que nos hemos quitado de encima la que será una de las tardes más infames de toda la feria. También, se puede sacar en positivo el número ciento veintitrés. ¿Que qué tiene ese número de especial en una tarde de toros? En la que ocupa, mucho: Ciento veintitrés han sido los minutos duró el suplicio. Esto es, exactamente, igual a dos horas y tres minutos; y quiere decirse así que la cosa, por lo menos, acabó más bien prontito. Hay tardes que pueden alargarse hasta las tres horas de duración y uno sale de la plaza con la sensación de se pasó en un pispás, de la misma forma que hay tardes que no se alargan más de dos horas, y parece que allí sentados estuvimos un año entero viendo la vida pasar. O viendo una bueyada infumable lidiarse. La diferencia siempre la suele marcar el hecho de si hay toros, o hay bueyes. Hoy, más bien, hubo bueyes; y así ha pasado. Dos horas y tres minutos que parecieron un año entero viendo pasar seis bueyes que terminaron siendo siete. De El Torero ha cogido fuerza en los últimos años la fama de que nunca decepciona, que siempre ofrecen buen espectáculo; pero a partir de hoy, 12 de mayo de 2022, se empezará a decir que casi nunca decepciona. Gustó y vaya si lo hizo, el arrogante aspecto que los seis de El Torero fueron mostrando según salían de toriles y se dejaban ver por la plaza, pero esa sensación inicial se derrumbaba, cual castillo de naipes, según transcurría la lidia y cada uno mostraba sus credenciales de mansos y de descastados. Tampoco ayudaron mucho a levantar el estado de ánimo los tres señores que vistieron taleguilla y chaquetilla bordada en oro, o séase Antonio Ferrera, Daniel Luque y Gonzalo Caballero. Tres vulgares pegapases que, lejos de lidiar con decoro y la rapidez y diligencia pertinente para estos casos, se dedicaron a eso precisamente: a pegar muchos pases de manera vulgar y sistemática, como el que aprieta los tornillos en una cadena de montaje, o como el guardia de fronteras que sella pasaportes. No, no era una corrida apta para triunfar de ninguna de las maneras, pero lo que tampoco se puede pretender es querer torear a semejantes animales como se le torea al torete artista ese tan de moda. 

Por supuesto, de la 5ª de feria también se puede rascar el buen hacer con los palos de algunos hombres de plata: Raúl Ruiz en el 3º, y José Chacón y Fernando Sánchez en el 4º. Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las 7 de la tarde, no sin desear que la peor haya sido esta con diferencia.

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

MIÉRCOLES 11-MAYO-22, CUARTA DE FERIA: EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS, DON JULIÁN ES REY

A estas alturas de la vida, después veintitrés años que serán veinticuatro en septiembre, para qué pararse a explicar quién es don Julián y qué supone en este bendito mundo de los toros. De manera escueta, podría decirse que aquí el amigo se trata de lo más parecido a un dios para unos, y una especie de ratero para otros. Lo que si está clara es una cosa, y es que nunca deja indiferente a nadie. Mientras los unos atribuyen a don Julián un poderío y una maestría exagerada delante del toro, para los otros supone un verdadero maestro de la mentira y del destoreo. Precisamente en eso es lo único en lo que se ponen de acuerdo ambos bandos: don Julián es un maestro consumado, pero el debate surge cuando se hace una simple pregunta: "¿Maestro de qué?".

Y es por esos derroteros por donde se ha desarrollado su primera tarde en Madrid en esta Feria, primera de las dos que tiene. En el 2° de la tarde, un bomboncito de capa cárdena y sangre samtacolomeña (quién diría que no tenía genes domecqsticados en lo más profundo de sus entrañas), don Julián ha puesto de acuerdo a la parroquia toreando con el capote de maravilla, en un quite por verónicas de manos muy bajas y cargadísimas de cadencia. Un gustazo ver torear así con el capote. Luego, muleta en mano, volvió la discrepancia entre los unos y los otros: para los unos, don Julián ha estado "en maestro", llevando al torete suavemente y dando series ligadas con una despaciosidad que "paraba los relojes". Sin embargo para los otros, ante el borreguete de La Quinta, don Julián ha estado "en maestro del embuste". ¿Cómo es eso? Pues lo que buenamente ha estado haciendo durante sus veintitrés años de alternativa que serán veinticuatro en septiembre: pico, pico y más pico; echándoselo fuera en todos y cada uno de los mantazos que ha pegado y alargando el brazo hasta casi salir disparado al tendido, y citando siempre perfilero. Bueno, perfilero en el mejor de los casos; hubo muletazos en los que el toro, en el momento del cite, llegaba casi a lamer el glúteo de don Julián. Lo llaman "torear", claro... Y como la espada quedó en un sitio aceptable (qué más da la ejecución, o sea el archiconocido e infame julipié) la oreja le fue concedida sin mayores complicaciones. En el 5º toro don Julián volvió a poner de acuerdo a todos en que es un maestro consumado, pero ¿maestro de qué? Esa pregunta vuelve a ser, otra vez, el caldo de cultivo de la discrepancias. Ese 5º fue la antítesis a la babosa de la que procedió la oreja que anteriormente se le otorgó a don Julián, un animal con guasa que requería buena colocación, mando, temple y manos poderosas. A los medios se lo llevó don Julián sin apenas probaturas, y fue allí donde realizó la faena al completo. Comienza con la zurda y, como cita al hilo y el toro le mide perfectamente, se le cuela. Pasa a la mano diestra y se encuentra con el mismo problemita: don Julián vuelve a quedarse fuera de cacho y el toro vuelve a medirle y a querer echarle mano. Estaba claro que el toro no era la tonta del bote, llevaba dentro cierto temperamento santacolomeño, de lo muy poco que se vio esta tarde, y requería una lidia perfecta para conseguir serle sacado el partido que merecía. Tras esas dos coladas por ambos pitones, don Julián vuelve a la mano zurda y, más cruzadito pero citando descaradamente de perfil y descargando la suerte, traza muletazos rematando a media altura y echando al toro fuera. Otra vez a la diestra, donde poco a poco ya se ve que lo ha metido en el canasto, pues lo lleva suavemente mientras el toro sigue la tela como un perrito; hasta algún muletazo termina rematado en redondo. El toro ya está atrapado en las garras que la muleta de don Julián lleva cosidas, y tras esa serie con la diestra vuelve a agarrar el trapo rojo con la zurda, donde dibuja naturales muy despegado, citando no ya de perfil sino dándole al toro toda la retaguardia, y echándoselo para fuera descaradamente con el pico. Excepto dos. Dos muletazos que han sido sueltos, muy lentos y verdaderamente poderosos, tirando del toro en redondo. Y si verdaderamente don Julián sabe hacer eso, ¿por qué diantres no lo lleva a cabo con normalidad, en lugar de ir siempre por la senda de la falacia y con esa forma tan chabacana de DESTOREAR? La faena, vista por los unos, ha sido de "verdadero maestro en tauromaquia", una "verdadera lección de poderío" ante un toro "complicado" y "que no sirve para el toreo actual". Vista por el bando de enfrente, la faena ha sido otra maravillosa muestra de destoreo en la que tres muletazos, solamente tres entre los muchos que se vieron, llevaron consigo el sello del toreo puro y verdadero. El resto, pico-latigazo hacia fuera-paso atrás, y vuelta a empezar. Pero esta vez la espada jugó una mala pasada a don Julián y a su séquito que todo le aplaude, pues remató al bicho de pinchazo, otro pinchazo hondo y un golpe de descabello; lo que sin duda le arrebató su segunda oreja de la tarde y, por consiguiente, la puerta grande.

En el país de los ciegos, don Julián fue el Rey. Ciegos hubo esta tarde, y llevaban nombres y apellidos: José Antonio Morante Camacho, de Puebla del Río; y Pablo Aguado Lucena, de Sevilla. Cada uno a su manera, pero esta tarde ninguno de los dos ha estado presente por Madrid salvo para hacer el paseíllo. Bueno, y en el caso del llamado José Antonio, además, para darse un paseíto por Madrid en un bonito carruaje tirado por caballos. Poco más que resaltar de ambos en esta tarde. José Antonio Morante Camacho, apático y a disgusto con los dos bureles que le cupo en suerte lidiar y mandar trocear vilmente a sus picadores. Pablo Aguado Lucena, además de apático y a disgusto, completamente incapaz de sacarle el más mínimo partido a dos toretes de La Quinta que se dejaron sin maldad. Otro día será para ellos, y también para los que esta tarde nos acercamos a la plaza con la ilusión de los santacolomas de La Quinta. Mala, pero que muy mala y decepcionante fue la corrida. Mala por descastada, falta de poder y de bravura. Eso no es lo que hemos visto en los últimos años por este foro de parte de este ganadero.

En el país de los ciegos, el tuerto, o sea don Julián, es el Rey. Y en el país de don Julián, aquel donde solamente él habita, el propio don Julián ha de guiarse con bastón, gafas y perro guía en la mayoría de las ocasiones.

martes, 10 de mayo de 2022

MARTES 10-MAYO-22, TERCERA DE FERIA: TARDE DE TOROS, QUE NO DE TOREROS

El Pilar se ha lucido. Y por una vez y sin que sirva de precedente, no es ironía. Se respiraba cierto runrún en el ambiente por cómo saldrían los pilares, si derrochando el buen estilo de aquella corrida de 2019, con varios ejemplares encastados y con mucho que torear; o si por el contrario la tónica iba a ser flojera, descaste y aburrimiento, como también han derrochado en no pocas ocasiones. A Dios gracias que ha sido lo primero, y esta tarde la afición ha salido de la plaza con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando hay casta y poder, hay Toro; y cuando hay Toro hay emoción. Aunque no haya toreros.

 

Esta tarde hubo toros. Una corrida de El Pilar seria, bien hecha, con importancia, poder, casta y temperamento. Tres toros buenos de verdad, 1º, 2º y 3º, dos más que lo hubieran sido con más fuerzas y que fueron 4º y 6º, y un 5º al que destrozaron en el caballo con dos puñaladas asesinas en mitad del espinazo. Sí, una buena corrida de toros; un regalito caído del cielo para una terna que no torea mucho y que, por consiguiente, le urgen triunfos importantes. Pero después de ver cómo la terna de hoy ha despachado semejante corrida de toros y cómo estos se han ido sin torear uno a uno, lo extraño resulta que todavía alguien se acuerde de ellos para hacer que se vistan de luces. Injusto sería meter en ese saco a Javier Cortés, ya que sí a ratos (solamente a ratos) se justificó y dejó algunos lances y muletazos que muestran con creces que él lo sabe hacer. Pero ¿Tomás Campos y Francisco José Espadas?

 

La tarde prometía ser emotiva desde el paseíllo para Javier Cortés. Volvía al mismo escenario donde sufrió aquel durísimo percance en el ojo, y la afición de Madrid, a pesar de haber pasado casi tres años y muchísimas cosas entre medias, se acordó y lo sacó a saludar una ovación nada más romperse el paseíllo. Emotiva también fue la lidia del 1º y no solo por la circunstancia de Javier Cortés, también (y en gran parte) por el magnífico toro que abrió la corrida. Cumplió en varas el animal sin más, sin grandes excesos que recalcar; y su matador estaba con las ganas a flor de piel por hacer grandes cosas cuando agarró la muleta y se fue a por él. Dejó desde el principio algunas series muy aceleradas y sin poder evitar que fuera el toro quien mandara, intercalando enganchones y muletazos rematados a media altura que le hacían protestar, y sin terminar de rebasar la línea que delimita el no querer y el querer hacerlo. Ya bien entrada la faena, consiguió el torero bajar la mano y dejar dos series por el lado derecho verdaderamente buenas por mandonas, de las que aún no se han visto en toda la feria ni seguramente en todo el año por Madrid. Fue en ese momento cuando se conjugó satisfactoriamente el milagro de la casta con el del buen toreo, pero supo a poco: el toro merecía mucho más. La espada entró a la primera y, aunque arriba, quizás cayera un poquito atrás. Posteriormente, lo que cayó fue la oreja, que a buen seguro le supo a gloria a Javier Cortés después de todo lo sufrido en los últimos meses. Salió muy espoleado en el 4º, y se notó tras un buen quite por chicuelinas de manos bajas y rematadas por una media abelmontada muy bonita. Siguió con un comienzo de faena primoroso por estatuarios llevándose al toro a la hombrera contraria, dejando después algunos remates por bajo y un gran trincherazo. Y ahí acabó todo el interés porque la faena, que fue excesivamente larga, se desarrolló entre cuidados paliativos para que el animalito no besara el suelo. Quería el animal, tenía casta suficiente para pelear, pero las fuerzas no le daban. Una pena.

 

Una pena fue también la mala suerte que tuvo el resto de la corrida con los restantes espadas. A Tomás Campos se le vio fuera de sitio por completo. No por cómo se colocaba (que también, sea dicho de paso), sino fuera del toreo, como si esto no fuera con él. Se dejó ir al buen toro que salió en 2º lugar en una faena en la que dejó muy patente su falta de técnica, de recursos y hasta de valor. Peor fue lo del 5º, al que mandó que fuera ejecutado en el primer tercio de dos sablazos infames sin que rectificara el del castoreño ni dejara de meter el palo. El animal acusó el fuerte castigo y también la pésima lidia de Tomás Campos y de su cuadrilla, pero aun así demostró su temperamento y mostró que, en otras manos, hubiera sido otro buen toro. Mala suerte para el animal.

 

A Francisco José Espada no se le puede recriminar lo voluntarioso que siempre está cuando pisa esta plaza, ni las ganas que tiene por comerse el mundo. Otra cosa es que el hombre de verdad consiga comerse el mundo. Para eso hay que estar sobrado técnica y de una óptima expresión artística, y él no lo está, y en verdad nunca lo ha estado. Sus dos faenas fueron un calco de vulgaridad, mantazos sobre ambos pitones citando siempre fuera de cacho, pegar el trallazo hacia fuera y retorcidísimo. Poco podía hacer ante el 6º, otro torito flojo y soso y con el que se le hubiera agradecido sobremanera que hubiera abreviado; pero tuvo en sus manos al buen 3º para demostrar muchas cosas y callar bocas. No demostró nada ni mucho menos calló boca alguna, más bien al contrario: avivó a quienes piensan que su presencia en esta feria, al igual que Tomás Campos, estaba de muy más.

 

A la emoción que hizo realizad la buena corrida de El Pilar, también se le sumaría lo bien que picó al 4º ese grandioso picador que es Óscar Bernal, y los buenos pares de banderillas de Iván García. Enhorabuena pues a los ganaderos, y más suerte para la próxima vez con la terna.

lunes, 9 de mayo de 2022

LUNES 9-MAYO-22, SEGUNDA DE FERIA: NO ESTUVIERON A LA ALTURA

No estuvieron a la altura. 

Novillos 6 - 0 Novilleros. 

Se fueron sin torear. 

Mucho arroz y escaso pollo.

Y la joya de la corona provocando úlceras de estómago: Qué novilleros más malos.

Etc., etc., y más etcétera...

Es difícil ponerle título a lo visto esta tarde, y no porque no se atine a encontrar algo con lo que empezar. Más bien al contrario, es tanto lo que a uno se le pasa por el interior del cráneo, que resulta complicado elegir las palabras más... Llamémoslo "amables". Tan complicado resulta eso como ver a Emilio Muñoz recibir aplausos de parte de la afición de Madrid, o encontrar al tal Maxipedia haciendo un comentario acertado sin tener que tirar de chuleta que le chive las estadísticas. 

A riesgo de que a uno le llamen mar afisionao, chuflón, talibán, faltaderespeto y no sé cuántas monsergas más que utilizan los taurinetes para calificar a los que les llevan la contraria, lo más amable que a un servidor se le ocurre para titular lo de esta tarde es que "no estuvieron a la altura". Así que con esas, se desecha lo demás como hacen en los tentaderos Daniel Ruiz y unos cuantos ganaduros (que no ganaderos) más con todo aquello que les sale encastado, y se dice sin reparos que "no estuvieron a la altura". Y tras ello, a cenar y a acostarse, que mañana será otro día. 

No, no estuvieron a la altura ninguno de los tres novilleros. Tres, tres y cuatro son las actuaciones que, respectivamente y con escrupuloso orden de antigüedad, sumaron cada uno en 2021. Muy poco bagaje para plantarse en Madrid, nada menos que en pleno San Isidro y con una novillada de Los Maños (vacada que, por lo general, pide el carnet a todo el que se pone delante). Quien quiera milagros, que se vaya a Lourdes o al Bernabéu, pero que no pretenda buscarlos en los toros. No estuvieron los novilleros a la altura de una novillada de Los Maños que, en lo que a presentación se refiere, tampoco estuvo a la altura de lo que manda la plaza de Madrid, pero sí lo estuvo en juego. Flojitos y mansos en el caballo, les dieron lo justo, sin excederse ni aliviarles el castigo, para venirse arriba posteriormente y pelear en el tercio de muleta con casta y muchísima nobleza, sin excederse tampoco en dar demasiadas complicaciones a sus respectivos. Mejor, porque si ante una novillada como tal los chicos, tan verdes como los melones, se vieron en apuros, ¿qué hubiera sido de esto si los santacolomas hubieran salido con mucha más casta y pidiendo de verdad el carnet?

Carlos Domínguez, Arturo Grilio (que fue herido grave en el gemelo y se le manda un fuerte abrazo y los mejores deseos de recuperación) y Guillermo García Pulido, los nombres de los tres novilleros que no estuvieron a la altura. No fue su culpa. Más bien, del ingeniero o ingenieros que maquinaron semejante idea de presentarlos en plena feria de San Isidro con tan pobre bagaje y ante una novillada que podía salir exigente. Tampoco hay razón para concebir esperanzas de que alguno de los tres, con mucho más oficio, hubieran conseguido llegar a los tiernos corazones de los aficionados aposentados en el granito. Sin hablar de los claveleros, resultando más difícil llegar a estos porque nunca van a las novilladas, mayormente. Los tres derrocharon un estilo postmoderno y dospuntocero irritante: cites fuera de cacho, trallazos abusando descaradamente del pico, trazando líneas perfectamente rectas, ninguna apretura... Y vulgaridad. Muchísima vulgaridad. Porque hay formas y formas de salir del trance que puede provocar plantarse en Madrid sin oficio ni madurez: una, demostrando un concepto clásico del toreo, poniéndose de verdad e intentando hacer el toreo puro (eso en Madrid y en una novillada gusta mucho, y hasta puede hacer perdonar el escaso bagaje); y dos, estando sin estar y sin querer; pecado mortal para cualquiera. Los tres han optado por esto último, desgraciadamente para ellos, para los novillos de Los Maños y para los que gastamos los cuartos y nuestro hermoso tiempo en ir a los toros tarde tras tarde.

Nada. Pero que nada de nada por parte de los de luces; ni de oro, ni de plata ni de los que montan a caballo. Solamente por parte de los de cuernos y cuatro patas, y eso fue lo que hizo de esta tarde tan vacía de contenido artístico una tarde entretenida. Y es que cuando hay toro...

Así que lo dicho: a cenar y a acostarse, que mañana será otro día.

 


 


domingo, 8 de mayo de 2022

DOMINGO 8-MAYO-2022, 1ª DE FERIA: QUÉ GANITAS TENEMOS DE VER CORTAR OREJAS

Qué ganitas tiene este año el personal de ver cortar orejas. Bueno, en realidad qué ganitas ha tenido siempre el personal clavelero de regalar orejas, a diestro y siniestro y a todo aquello que se mueva y respire. Pero este año esa deriva orejil se va a agravar en exceso. Cosas de haber estado en lo más profundo de la cueva durante dos largos años, y no haberle podido dar al aplauso fácil, al cubata, a la ginebra, al pañuelo blanco, al biiiiennnnnmnnjjjjjjjjjjj y hasta a la madre que compró a Panete. Están los toreros que se frotan las manos ante este panorama, y no es para menos. Ya se ha visto en los primeros festejos del año en Madrid, y se ha refrendado peligrosamente en Sevilla, donde además de la ginebra también se le da al rebujito y al fino. El público clavelero ha salido por fin de la cueva y se empezará a plantar, desde esta misma tarde, en sus aposentos de granito, cubalibre en mano, pañuelo blanco impoluto preparado para salir a pasear (o flamear) a la más mínima ocasión, y garganta perfectamente afinada para entonar su amado biiiiennnnnmnnjjjjjjjjjjj. Pero que no cunda el pánico, que lo de esta tarde solamente ha sido un pequeñísimo avance de lo que aguarda en días venideros. Aún no han venido las figuras, ni los toreros guapetes que se descalzan en mitad de faena, ni los pases de modelo, ni los toritos a modo...

Sí, hay muchas ganas de aplaudir y de dar orejas. Y si no, que le pregunten al señor Daniel Luque y, sobre todo, al señor Álvaro Lorenzo. Al primero se le ha aplaudido mucho y le han pedido el despojo tras estoquear al marrajo de Montalvo que salió en 4º lugar, pero se tuvo que conformar con dar la vuelta al ruedo con las manos vacías tras ponerse el Presidente en un sitio, aunque haya sido una sola vez en dos horas y media, y negarse a sacar el pañuelo. A Álvaro Lorenzo le han dado una orejita muy pero que muy baratita tras estoquear al 6º, pero si hacemos un ejercicio de objetividad era mucho más merecedor de oreja Daniel Luque que Álvaro Lorenzo. De Madrid a Lima. ¿Qué se le ha pasado al Presidente por la cabeza (o qué le habrán dicho)? Eso solo lo sabe él, pero se ha cubierto de gloria. La faena de Daniel Luque al 4º de Montalvo, un mansurrón que huía de todo lo que se le ponía por delante, tuvo su mérito sobre todo en el comienzo, porque tras algunos muletazos de tanteo en los que el animal salía de najas sin querer saber nada, el matador se arremangó y, con tres doblones por el lado derecho sometiendo mucho al animal por abajo, consiguió meterlo en el canasto. Siguió con algunos muletazos por el lado derecho muy trabajados y de mucho poder, dejándole la muleta muy bien puesta en la cara y tirando del animal. Ya tenía al toro metido en el canasto, no sin mérito, pero fue echarse la muleta a la mano izquierda y comenzar toda la parafernalia de muletazos perfileros hacia fuera, y escondiendo la pierna descaradamente. La faena fue larga y de los muchos pases que Luque trazó, ninguno llevaba aroma a toreo de verdad; y fue una pena, porque se puede decir que se sobrepuso a las complicaciones del manso y consiguió poderle, pero pasa que cuando un torero se coloca tan fuera de cacho, no echa la pierna adelante y torea hacia fuera es imposible tomarle en serio. Y se le pidió la oreja, a pesar de la estocada caída que dejó para la posterioridad; pero el Presidente, en un ataque de rigor que le entró, se guardó el moquero blanco para otra ocasión.

 

A Álvaro Lorenzo sí que se le otorgó el despojo tras estoquear al 6º y, además, se llevó el lote de la tarde. Ya había dispuesto en tercer lugar de un toro de Montalvo con muchísimo que torear, duro de patas y encastado; pero el hombre no supo ni por dónde meterle mano. También tuvo lo suyo ese 6º, que creó una especie de psicosis en el tercio de banderillas y acabó sufriendo varias pasadas en falso, y otras cuantas para serle colocadas, de una en una,  solamente tres banderillas. Y el presidente cambió de tercio, y se quedó tan fresco. El animal esperaba demasiado a los rehileteros y luego se arrancaba a traición, pero en estos casos ¿a nadie se le ocurre banderillear a la media vuelta? Cuántos tercios de banderillas clamorosos no se habrán vivido en Madrid, y ante toros muchísimo más complicados, utilizándose ese recurso. O banderilleando al sesgo.  Pero a la par que creaba psicosis en los banderilleros, el toro mostraba una embestida larga y de mucha calidad en el capote de Andrés Revuelta, que estuvo francamente bien en la brega. La sensación en el tendido es que había toro, y no se estaba mal encaminado al pensar así. Álvaro Lorenzo comenzó la faena sobre las rayas de picar en terrenos del tendido 9, ligando trallazos sobre la mano derecha y sin sobreponerse a las buenas embestidas del toro. Tras ese conato, se la echa a la zurda y, pegando otros tantos trallazos sin conseguir domeñar al animal, sufre una aparatosa voltereta que se traduce en una cornada de 15 cm, no impidiéndole continuar la lidia. El toro tiene muchísimo que torear, pero su matador no consigue estar por encima. Se van sucediendo las series de muletazos por ambos pitones y en ningún momento asoma el menor atisbo de toreo, tan solo trallazos que han sido precedidos de cites perfileros y sin echar el pie adelante. Tampoco se percibe que el torero haya estado por encima del toro, más bien al contrario, pero no importa, la parte de sombra sobre todo está encantada con la faena, y está dispuesta a que esta vez sí haya oreja. La espada entra hasta los gavilanes, pero queda trasera. No importa, ha entrado y el toro no ha tardado en caer; ¿qué si se ha ido atrás? Flamean los pañuelos y se concede un despojo de verbena.

 

Y con este público tan verbenero, ¿qué le pasó al bueno de Alberto López Simón para no llevarse ni un triste mendrugo de pan a la boca? Tan dado él a llevarse casquería cada tarde que pisa Madrid... Parece que no hubo voltereta de rigor, y eso en este torero es igual a nada. Tirando de estadística, cada oreja y cada puerta grande que este hombre se ha llevado a la boca por Madrid no ha sido sin llevarse un porrazo, y como esta tarde no lo hubo, pues no hay nada que rascar. Y salvo por ese pequeño detalle, cierto es que sus faenas fueron calcos perfectos de lo que ha hecho siempre en esta plaza, con o sin puertas grandes. Nada, absolutamente nada diferente a lo que acostumbra: faenas interminables de pegapasismo vulgar y chabacano, esos muletazos acelerados y que consisten básicamente en un feo latigazo hacia fuera, para posteriormente pegarse el arrimón y, si se tercia (que se terció en el 2º), las bernardinas que nadie ejecuta para terminar una faena. 

La corrida de Montalvo, penosamente presentada, tuvo de todo a excepción de bravura, y mucho sorprendieron los dos toros que compusieron el lote de Álvaro Lorenzo por su casta y temperamento. Los dos primeros, babosas inválidas que debieron morir en la oscuridad que caracterizan los dominios de Florito (otro acierto más del señor usía, dejar ese par de inválidos en el ruedo); mansurrón aunque con sus "teclas que tocar" el 4º, y pastueño que se dejó sin más el 5º.

 

Paciencia con lo de las orejas regaladas, aún quedan la friolera de 28 tardes por delante, y la verbena y el jolgorio que siempre traen consigo los toreros guapetes que, dicen, son figuras, aún no ha llegado.