viernes, 23 de mayo de 2025

23 DE MAYO DE 2025, DECIMOTERCERA DE FERIA: "EL MEDIO-TORO EN TODO SU ESPLENDOR"

        A Victoriano del Río no le salió esta vez un Frenoso, uno de esos toros bravos de principio a fin, que cumple en varas y va a más durante toda la lidia. No hubo Frenoso alguno esta vez, como tampoco hubo alcurrucenes, ni lisardianos o aldeanuevas frailunos. Dicho de otro modo, la corrida de Victoriano del Río no fue extraordinaria, pero sí echó toros con posibilidades. Sirvió la corrida, sirvió dentro de los parámetros de la nobleza, la toreabilidad, las pocas fuerzas, la simulación del tercio de varas y la casta, enemiga pública esta del torero y del jarte. El medio-toro en toda su extensión. Ni toros, ni moruchos. Simplemente el medio-toro. Es cosa de según se mire el vaso, si medio lleno o medio vacío. Y yo, pobre de mí, lo veo medio vacío. Sugestionado acaso por los Frenoso, Brigadier, los de Palha del mes de abril, o el de Saltillo también de abril (que sí señores, que en Madrid no solo hay toros en mayo, a ver si se enteran). Pero también, sugestionado ya después de las inmundicias que llevan por nombre El Puerto de San Lorenzo, Alcurrucén, El Pilar o Valdefresno...

      Pues fuera las sugestiones. En el día de hoy, Victoriano del Río se echó al morral una corridita bien presentada aunque sin grandes excesos, que no hizo cosas grandiosas en varas (si bien, hubo algunos que cumplieron bajo el peto y no mansearon), baja de casta, y que se dejó hacer. Y con el morral atestado de esas cualidades desembarcó Victoriano del Río en Madrid una vez más, con el personal esperando mucho más, y después de unos días de "mucho menos". Poca cosa ocurrió durante la lidia de los tres primeros toros, cuya pelea en varas fue más o menos igual que la que libraron en el último tercio: se dejaron sin hacer un mal gesto, pero sin grandes alardes de bravura y de casta. Al 1º, Emilio de Justo le realizó una faena muy poco asentada y atropellada, sin terminar de confiarse y pegando sus clásicos medios muletazos. El 2º, al que no se picó apenas, fue un toro reservón y muy agarrado al piso, que cuando decidía arrancarse repetía y otorgaba buenas embestidas. Sobre todo por el pitón izquierdo. Un toro, a fin de cuentas, complicado y con el que había que meterse mucho y saber lidiar. Pero fue a encontrarse con un huracán, el famoso Huracán de los Andes, que en el día de hoy no fue ni brisa. Desentendido e indolente, como si la cosa no fuera con él, se limitó a tirar líneas con una chabacanería absoluta. El 3º, dentro de esa línea pastueña y toreable, tuvo una faena de pocos pero intensos muletazos, de esos que hacen recordar el "pronto y en la mano" del inolvidable maestro del mechó blanco. Pero Tomás Rufo, que no es Antoñete ni mucho menos (poooooor favorrrrrr), realizó una faena larguísima y anodina, con un comienzo espectacular toreando de rodillas, pero venida rápidamente abajo, al asentar las plantas de los pies sobre la arena. Mal, además, con la espada.

    En cierto modo, empezaron a ocurrir cosillas una vez el 4º irrumpió en el ruedo. Dos picotacitos recibió, saliendo suelto del segundo; pero en la muleta derrochó cierta alegría en sus embestidas. Emilio de Justo paseó una oreja de este toro tras su lidia, por una faena en la que hubo mucha paja y algún que otro grano. Faena de altibajos, con pocos altos y sí muchos bajos. Los bajos fueron cuatro series de derechazos muy pero que muy modestas, siempre citando muy fuera de cacho y escondiendo la pierna descaradamente, sin terminar de rematar ningún muletazo. Se la echa a la zurda y no ocurre nada en la primera serie, pero sí llega a lucir algunos naturales aislados al final, a pies juntos, con gusto y despaciosidad, que fueron rematados con un GRANDIOSO pase de pecho. Extasiado, arroja la espada al suelo en un feo gesto que no representa torería alguna, y comienza a pegar naturales con la mano derecha, cuyo calificativo más amable bien podría ser "ni fu, ni fa". Como culminación, algunas florituras de mucha enjundia para cerrarse al toro, y una buena estocada que sirvió por sí sola. Y orejita al canto, a un toro que mereció mucho más. 

    Al 5º toro lo asesinó un picador de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que se hace llamar Sergio Molina. Semejante sujeto asestó una puñalada al animal en todo el costillar, y desde entonces el toro no hizo sino blandear y defenderse. Tampoco anduvo muy lucido el señor Presidente, que lo mantuvo en el ruedo. Y ese presunto huracán que hoy se quedó en una pequeña brisa, encantado de la vida. O al menos eso aparentó durante el largo trasteo al inválido, recreándose en sus cucamonas de excelso pepagapases que es, hasta el punto de llegar a escuchar un aviso. Ya hay que ser mal profesional para, en Madrid, llegar a escuchar un aviso por recrearse ante un pobre inválido. Pero claro, estamos hablando de Roca Rey, de quien nada puede ya sorprendernos. Ya sabemos que en cualquier otro lado, por esto le hubieran otorgado dos orejas y rabo, y hasta hubiera habido petición de indulto... Pero Madrid aún no se ha perdido del todo.

    Y llega el momento culmen de la tarde. Es el 6º toro, que ya daba muestras de ser un completo inválido desde que asomó por chiqueros, sin tan siquiera pasar por el trámite (porque, al fin y al cabo eso es lo que es) de los puyazos. ¿Puyazos? Picotacines de nada, más bien. Como hubiera dicho un legendario aficionado de Madrid (a quien Dios tenga en su santo seno), "ni para un análisis". Y con esas, el toro se viene arriba tras ser banderilleado por Sergio Blasco y Fernando Sánchez. El primero dejó dos buenos pares de banderillas, y el que resta... Pues es que como ya se le aplaude todo, qué más da si lo fueron o no. Salió apurado Fernando Sánchez de ese par, el toro le hizo hilo y por poco le echa mano... Pero más apurado aún es salir perseguido y que sea Roca Rey quien deba estar al quite. ¿Apurado? Un deporte de riesgo, más bien. Como tirarse en paracaídas y que este no se abra... ¡¡Mal profesional y mal compañero es ese torero!! Y lo peor, no es la primera vez... En definitiva, que ese inválido se vino arriba y propició un puñado de enclazadas y rítmicas embestidas, que a cualquiera de esos paladines del jarte hubiera extasiado hasta el orgasmo. Pero Tomás Rufo no es un torero excelso, artista ni inspirado. Tomás Rufo es... Tomás Rufo. Un torero que torea retorcido, que se echa a los toros para fuera metiendo mucho el pico, que no carga la suerte, que se alivia... Y eso fue lo que hizo durante toda la faena, una faena por cierto muy jaleada. Varias series de muletazos por ambos pitones, bajando mucho la mano pero tal vez aceleradas, sin mando ni sometimiento. Muletazos despegados y escupiendo al toro fuera. Series ligadas, en algunas haciendo la noria y hasta haciendo ese censurable gesto de agarrarse a los cuartos traseros... ¿Que si entra la espada a la primera, se hubieran pedido las dos orejas? Ni qué decir tiene. Pero la espada no entró, y el bueno de Tomás Rufo se quedó sin cantar bingo.

    La corrida de Victoriano del Río fue un canto al medio toro. Una lírica a la tauromaquia postmoderna. Un poema a la toreabilidad. Una fábula en la que la nobleza es protagonista principal; y la casta y la suerte de varas, antagonistas. El vaso medio vacío. 

22 DE MAYO DE 2025, DUODÉCIMA DE FERIA: "NI PICANDO A VEINTE METROS BAJO TIERRA"

    Regla no escrita en esto de los toros: en toda tarde de toros siempre se rasca algo interesante. Aunque sea cualquier nimio detalle. Cualquier cosa... Un capotazo. Un quite. Una media verónica. Un remate. Un par de banderillas. Un puyazo. Un... Algo. La regla es esa y, como toda regla, siempre hay una excepción. Por lo pronto, esa excepción es una corrida de Alcurrucén que fue lidiada por Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque un 22 de mayo de 2025. Es decir, la corrida de hoy. A ver quién es el guapo que le saca el más mínimo contenido a semejante bueyada. Una bueyada con la que se vio las caras la vulgaridad en persona y vestida de luces. 

    Como cerdos llevados al matadero, célebre frase "rowlingiana", se dirigió a la plaza el aficionado (a los toros, que no al cubateo, a los vivaspaña y a la jarana); sabedor de las nubes negras que se cernían sobre la tarde. Alcurrucén... Si solo de oírlo da escalofríos: moruchada hace nueve días. Dos moruchadas hace doce meses. Otras dos moruchadas hace veinticuatro. Y hace treinta y seis, lo mismo. ¿Qué podía salir mal? "De una tarde de toros siempre se rasca algo interesante", decía el más optimista, acaso con la noble intención de inventarse cualquier excusa para dejarse caer por la plaza, con semejante panorama oteando en el horizonte. Y hasta de la peor tarde de toros se puede rascar algo, faltaría más. Pero no fue el caso, porque una cosa es una mala tarde de toros, y otra muy distinta fue esto. Y en verdad, no hubo nada de nada. Pero vamos a ver ¿qué demonios se va a rascar de tal infamia? Nada, es imposible. Ni rascando, ni rastreando como sabuesos, ni aun picando a veinte metros bajo tierra. La tarde ha sido infinita y anodina, de más de dos horas y media de duración y completamente vacía. Uno a uno fueron desfilando, ante los ojos de los presentes, una nueva y lozana bueyada que añadir a la colección de lozanos despropósitos. Seis moruchos de carne, mal presentados, mansos, descastados, parados, bobalicones, marmolillos, tontunos y toda esa ristra de calificativos tan impropios de toda una corrida de toros. El 4º, inválido, hizo mover el esqueleto a los chicos de Florito, a buen seguro más bravos que cualquiera de los últimos cien lozanos toros que hemos visto por aquí. Y en su lugar salió un sobrero de Zacarías Moreno: el tuerto en un país de ciegos. Un tuerto miope y astigmático, pero tuerto al fin y al cabo. Y eso, al final, puede llegar hasta a servir. Y sirvió, para que Castella soltara una inaguantable soflama de destoreo. Pero sirvió, que ya es algo.

    Ante semejante panorama bóvido se plantaron los tres vulgares pegapases antes referidos, para echarle aún más leña al fuego de la chabacanería y de la inmundicia. Con el capote, con la muleta y, por descontado, con la espada. Castella anduvo pegapases y anodino con el morucho. Y con el tuerto miope y astigmático, lo mismo. Se dejó ese 4°, que regaló un puñado de embestidas que fueron derroche de bobaliconería. Sacó Castella todo su arsenal: pendulazos desde los medios, series de muletazos sobre ambos pitones; sin mando, sin temple, sin acople, sin colocación, con muchos enganchones y aún más vulgaridad... Anduvo mal Castella con ese potable toro, muy mal. Pero aún más con la espada, y durante toda la tarde además: bajonazo al 1° y bajonazo al 4°. Y aun con esas, le piden la oreja. Debe de ser duro, pero que muy duro, dejarse un buen número de billetes en entradas, cubatas, vestuario y accesorios, para luego salir de la plaza sin haber visto cortar ni una mísera oreja. Qué digo una oreja, sin tan siquiera tener ocasión de dar un mísero aplauso. Solo por este motivo, aderezado correctamente con la ingesta de unos cuantos litros de ginc-tónic, se puede llegar a comprender que parte del personal pierda la razón de esa manera. Muy duro...

    Miguel Ángel Perera, maestro del pegapasismo más vulgar que se pueda encontrar en una plaza de toros, se estampó contra la moruchada. Soltó su soflama, poco caso le hicieron, hizo un deficiente uso del estoque (de nuevo), y hasta otro ratito. O lo que es lo mismo, hasta dentro de diez días. 

    Daniel Luque también es maestro. O al menos, así lo quieren vender los paladines de la (des)información taurina. Maestro, sí. ¿De qué? Eso ya no lo sabemos decir. Es maestro, y punto. Pero fuera de Madrid, claro. Lejos de esta plaza y de esta afición, sus andanzas son solo comparables a las del Cid (ojo, el Campeador; que no nuestro Manuel Jesús, pues no ha nacido aún hombre alguno que se pueda equiparar a ese Cid de sus buenos años). Pero es pisar Madrid, y el señor Luque queda como don Quijote luchando contra los gigantes que en realidad eran molinos. Perfecta metáfora, quijotesca además, de lo que es este torero: donde dicen que hay gigantes, tan solo hay molinos. Una feria de San Isidro más a la buchaca, y Daniel Luque vuelve a pasar de puntillas. Ni con ese capote ese tan magnífico que (dicen) tiene, ni con esa muleta que (dicen) es tan poderosa y tan artística, ni con la espada. Daniel Luque se plantó, de nuevo, ante dos moruchos. También soltó su soflama de pases, muy despegado y a media alturita para no molestar; lo de las luquesinas, lo del (des)toreo en ochos, lo del encimismo... Y hasta otro rato, que ya si eso llegará con una nueva feria. 

    Alcurrucén dio la tarde, y con Alcurrucén la dieron tres matadores que son capaces de aburrir hasta a una oveja. Tampoco dieron motivos de alegría las cuadrillas, tan socorridas en tardes así para recordar algún que otro momento de altura. Hubo algún que otro par de banderillas aseado por parte de Rafael Viotti y de Jesús Arruga, pero no pasó de eso mismo. Aseado, y ya. De todas las tardes de toros siempre se repesca algo, pero en la de hoy es misión imposible. Como soltar la piara de cochinos en mitad del Sáhara y pretender que te encuentren una trufa. Pues igual. 

jueves, 22 de mayo de 2025

21 DE MAYO DE 2025, UNDÉCIMA DE FERIA: PATANES

De manera concisa. O, como se dice en el balompié, "cortita y al pie": dejar de sacar la entrada de esta tarde, alegando un "cartel flojito", es de ser un verdadero PATÁN. Y hubo unos cuantos, al parecer. Peor para ellos. 

Cierto, no era una tarde de postín, ni de glamour. Tampoco había por allí  figurillas de porcelana que aseguran aluvión de orejas, ni torerines famosos y con porte de modelo que son habituales en los programas y revistas de marujas. Qué decir tiene sobre la ganadería, si tampoco era de esas que indultan media camada por temporada en esas plazas de Dios. No, hoy no era día para dejarse ver. Pocas fotos en Instagram sujetando el cubalibre, y con el incomparable marco de Las Ventas como fondo; ataviado con el uniforme reglamentario del güen afisionao (a saber, camisa de ya sabemos qué conocida marca, chaleco, pantalones pesqueros de pitillo, calcetines de colores, mocasines y sombrero cordobés al gusto). Poco negocio hoy para los de la ginebra, no digamos ya para la odiosa discoteca. No hubo nada de eso pero, a cambio, sí tuvimos toros y toreros. Con eso igual solo se llena un autobús, mientras que el glamour llena las plazas. Pero, al fin y al cabo, de eso se trata esto de los toros:  de disfrutar del Toro y del toreo. ¿No?

La tarde tuvo contenido, y se veía venir desde que se anunció. A pesar de los augurios, pero se veía venir que aquí sí podía saltar la liebre. Enchiquerada, una corrida de Araúz de Robles; vacada cuanto menos peculiar dado que confluyen diversas sangres y procedencias en sus venas; y que durante los últimos años ha lidiado ejemplares muy interesantes. Su hoja de servicios era cuanto menos justificable como para acercarse con ánimo a la plaza. Sin embargo, la corrida de esta tarde ha sido mala. Una mala corrida de toros por mansa, complicada, bronca y muy parada. Mansos de principio a fin, desde que salían y se les veía cómo buscaban la salida, hasta el momento del arrastre; pasando, naturalmente, por el caballo de picar y la faena de muleta. Una corrida de toros muy complicada, y a la que se supo sacar partido. O, al menos, lidiar con suficiencia. Pareciera esto último una perogrullada, pero nada más lejos de la realidad: el escalafón, atestado de matadores y novilleros; y cuando sale una corrida complicada casi nadie sabe meterle mano. 

Anunciado estuvo Morenito de Aranda, un matador de muy elegantes maneras, ya veterano (exactamente veinte años de alternativa), y que sabe torear bien de verdad. En esta plaza ha dado muchas tardes de toros excelentes y, aunque parece haber desaparecido en las últimas temporadas, ahí sigue. ¿Un "cartel flojo", aquel que lo abre Morenito de Aranda? Vamos, hombre... Pues anduvo ciertamente bien durante toda la tarde. Lidió a sus dos toros con oficio y eficacia, se preocupó por poner en suerte en el caballo, dio los capotazos y muletazos precisos, y anduvo con torería. Dispuso en primer lugar de un auténtico buey de carrera, con el que poco pudo hacer. Sí tuvo más toro en cuarto lugar, un toro manso, correoso y exigente que llevaba hule en sus pitones. En los medios y sin probaturas (quizás desacertadamente con semejante manso), Morenito realizó una faena con altibajos, costándole mucho trabajo someter la embestida del toro. Algunos muletazos sueltos consiguió sacar y sobre todo firmeza. Se la jugó de verdad el matador antes ese toro y, a pesar de los altibajos de la faena, esta fue muy meritoria por todo lo que tragó. Lo mejor llegó al final: tres naturales excepcionales, y un cierre de faena mediante algunos remates y adornos que bien podrían quedar impregnados en los carteles de toros. Con la espada, mal durante toda la tarde.

La tarde continuó con Saúl Jiménez Fortes, un torero de muy desigual carrera y al que muy poco hemos visto durante las últimas temporadas. Tras lo de esta tarde, a buen seguro le veremos más a menudo de aquí en adelante. Como para no... Fortes echó en Madrid una tarde sensacional, de puerta grande de verdad si no se hubiera dedicado a pinchar en hueso. Una oreja pudo haberle cortado al 2°, un toro reservón, muy agarrado al piso y al que sacó muletazos de veras muy meritorios. Fue una faena corta y muy medida: una primera serie con la mano derecha y gustándose, a la que siguió otra serie de naturales muy mandones y sometidos, de gran belleza y pureza. Siempre muy bien colocado Fortes y enfajado con el toro, vuelve a la derecha para dejar otros cuantos muletazos enormes; y un cierre de faena mediante ayudados por alto de sabor añejo. No hizo falta más, el toro tampoco tenía dentro gran cosa y, aun así, su matador logró hacerle faena. Solo faltó una buena estocada, pero esta no llegó y el asunto quedó en una ovación. Mucha más movilidad tuvo el 5°, con el que Fortes anduvo toreando con la misma pureza, aunque algo desigual. Si la primera serie, con la derecha, fue discreta, la segunda fue perfecta; volviéndose a pasar cerca al toro y rematando cada muletazos atrás y por abajo, mandando e imponiéndose a cada embestida. En la tercera serie el toro se le para y le prueba, no es una serie limpia pero sí estoica y de aguante, que derrocha mérito. Tras ello se la echa a la zurda y, de uno en uno, sacó aquellos naturales de fragancia eterna. El TOREO en mayúsculas. ¡¡Así se torea!! En este punto el toro está ya muy parado y se le solicita al matador que culmine, cosa que no hace. Gran desacierto por su parte, la siguiente serie, de derechazos, fue muy deslucida y enfrió al público en cierta medida. Quizás sobrara esa serie, aunque la oreja la tenía ya ganada de haber rematado con una buena estocada... La cual no llegó. La vuelta al ruedo fue apoteósica, Fortes se ha revelado en Madrid y ha dejado claro el porqué en las ferias debería estar anunciado su nombre. Definitivamente, mi más sentido pésame y un fuerte abrazo a los del "cartel flojito".

La terna la completó Adrián de Torres, que pasó de puntillas. Le correspondió el peor de la tarde, un pregonao que huía de todo lo que se le ponía por delante y, aunque anduvo el matador porfión y entregado, no llegó a sacar nada. Peor fue lo del 6°, sobrero de Castillejo de Huebra que acusó cojera de la mano derecha durante toda la lidia. A pesar de los esfuerzos del bueno de Adrián de Torres (demasiados, y hasta prescindibles en cierto punto) no ocurrió absolutamente nada de interés. 

La tarde tuvo contenido, vaya si lo tuvo. La madurez de Morenito de Aranda y el buen toreo de un resucitado Fortes, ante una corrida con muchas complicaciones de Araúz de Robles. Y el grandioso tercio de banderillas que Iván García protagonizó ante el 4°. ¿"Cartel flojo" el de esta tarde? A mí tardes flojas como estás, y que Dios me libre de tardes de "glamour". Empezando, sin ir más lejos, por las tres que vienen...


miércoles, 21 de mayo de 2025

20 DE MAYO DE 2025, DÉCIMA DE FERIA: SOBRE ESTRELLAS, ESTRELLADOS Y ESTRELLITAS ESTRELLADAS

La cosa va de estrellitas estrelladas. Chiquetes que engrosan las filas de la novillería, con sus cosills, sus bonanzas sus defectillos... Y a los que les han comido la oreja y les han subido a los altares mucho, pero que muchísimo antes de tiempo. Sin hablar de las bochornosas campañas publicitarias auspiciadas desde los medios, las revistas y las gacetas; las cuales, qué duda cabe, habrán sido hechas por amor al arte y por pura filantropía. 

Pero póngase en contexto el tema de las estrellitas estrelladas: segunda novillada de la feria de San Isidro. Sorteada, a las doce en punto del mediodía, una novillada del Conde de Mayalde muy desigual de hechuras. Siete horas después, comienzan uno a uno esos novillos a irrumpir en el ruedo para ser lidiados por una terna de novilleros que... Bueno, dejémoslo en una terna de novilleros, simple y llanamente. 

Los seis novillos del Conde de Mayalde hicieron en conjunto una novillada cuanto menos interesante, ideal para que las estrellitas, lejos de estrellarse, ratificaran tooooooodo aquello tan bueno y tan maravilloso que desde hace meses se ha convertido en una de las mandangas favoritas de los interesados, voceros, gorrones y publicistas con carnet de periodistas, que de esto viven. Una novillada, a fin de cuentas, que con sus cosas y sus disparidades, era de triunfo. ¿Qué mejor escenario que la plaza de Madrid, en pleno San Isidro y con la televisión presente, para toparse con semejante novillada? La novillada ideal en el momento y lugar más adecuado; si bien, como dijo aquel, semejante alineación de astros hizo más dura la caída. 

Y antes de continuar hablando de la terna, conviene una pequeña puntualización en lo que concierne al primer espada de la tarde, el señor Fabio Jiménez: pañuelo naranja para él. ¿Estrellado? Por supuesto. Contra el novillo más soso y flojo de toda la novillada, que fue el primero y con el que el hombre anduvo por encima de la situación, llegando a demostrar cierta personalidad y unas óptimas maneras. Lo malo fue eso, que no tuvo novillo. Se estrelló también contra el 4°; o, mejor dicho, contra su picador. Un individuo de nombre Carlos Pérez, que tuvo a mal pegarle dos fortísimos puyazos en muy mal sitio a ese novillo 4°, dejándolo visiblemente mermado. Si esto fuera como tiene que ser, ese sujeto no debiera volver a calzarse la greogirana y tocarse con el castoreño, ni en carnavales. Para colmo, una de las banderillas llegó a ser clavada en uno de los puyazos; y entre pitos y flautas el animal acabó echado al poco de empezar la faena, teniendo que ser apuntillado. Nada se pudo hacer con él.

Fabio Jiménez se estrelló de esta manera. Se estrelló, podría decirse, contra las circunstancias. Y es que hay formas y formas de acabar estrellado. Está la de este buen hombre, y luego están la de El Mene y Tomás Bastos, otroras componentes del cartel. En sus manos cayó una novillada de triunfo, con sus cosas, pero de triunfo y para haberse ratificado como primeras figuras de la novillería que les presumen ser. Pero lejos de ello, los cuatro novillos fueron arrastrados con las orejas puestas, y lo que es peor, se fueron sin torear. Tomas Bastos se estrelló con un novillo toreable y de embestida suave, el 3°, al que realizó una faena larga, sin apreturas ni sometimiento, y sí muchos vulgaridad. Se estrelló también con otro novillo, el 6°, complicado en varas y en banderillas, pero que acabó por romper en la muleta. El novillo, manso de solemnidad, puso pegas para ser picado, y aún más para banderillearlo. Tuvo su guasa, pero al comenzar la faena de muleta y con muy buen acierto por su parte, Tomás Bastos se lo sacó a los medios y le dio sitio. Y ahí el novillo se le vino con alegría, repitió con casta en cada muletazos y, por consiguiente, acabo derrochando algunas embestidas muy emocionantes. No fue, ni mucho menos, la tonta del bote: cada vez que Tomás Bastos, enemigo declarado de las apreturas y del ponerse en el sitio, se quedaba fuera en el cite, el novillo se le venía encima. Un novillo, a fin de cuentas, exigente y con mucho que torear. Un compromiso demasiado grande para Tomas Bastos.

El Mene se estrelló contra tantas cosas... Se estrelló, primero, con un novillo que fue bravo y exigente de principio a fin. Fue este novillo el 2°, que hizo una notable pelea en varas (qué pena no verle acudir por tercera ver), y embistió en la muleta con mucha nobleza, buen estilo y casta. Un señor novillo, el novillo soñado en el momento y lugar adecuado. Ya lo dijo Juan Belmonte, "Dios te libre de un toro bravo". Dios quiso, no se sabe muy bien el motivo, que El Mene se topara con ese bravo novillo. O mejor dicho, se estrellara. Y se estrelló, vaya si lo hizo. Muy por debajo en todo momento de la situación El Mene, preocupado únicamente de la estética que del toreo de verdad. Preocupado de ponerse bonito y de gustarse, más que de ponerse en el sitio, bajar la mano, templar la embestida y mandar. Muy mal El Mene con el bravo, pero también con el toreable. El 5° fue este, y la faena dispuso de la mismas trazas: primó la estética, la plasticidad, lo visiblemente bonito, lo elegante, el salir bien en la foto... Y fracasó el toreo de verdad, el parar-templar-mandar. Con lo que "mejor" estuvo  fue con la espada: demostró que ejecuta el volapié tirándose recto y por derecho, si bien las dos estocadas que cobró fueron traseras y atravesadas. Con sus dos novillos se estrelló El Mene, pero la cosa no acabó aquí para él. Se estrelló con sus dos novillos, pero también con el que paga religiosamente. Mejor dicho, le hicieron estrellarse. ¿Que quién? La cuadrilla, quién si no. Haciéndole pegarse una vuelta al ruedo con muuuuucho rostro, que provocó una sonora pitada por parte del respetable, mucho más que aplausos fueron. En realidad, nadie más que sus tres banderilleros y su mozo de espadas (a este último solo le faltó cogerle del brazo y pegársela tirando del chaval), nadie más le solicitó tal honor. Por mucho que él mismo pensara que sí... Pero no. Qué necesidad tendría ese muchacho de pasar por debajo de los tendidos y toparse con multitud de dedos en señal de negación. Ya hay que ser no solo soberbio, sino mala pécora para meterle en semejante compromiso. 

Que sea enhorabuena pues al señor ganadero por la lidia de esa novillada, y muy especialmente por el 2°. Así pues, no deja de ser perceptible hacerles un recordatorio a Tomás Bastos y al Mene sobre dónde queda el rincón de pensar. Dos estrellitas que acabaron estrelladas. 

lunes, 19 de mayo de 2025

18 DE MAYO DE 2025, OCTAVA DE FERIA: LA QUINTA-ESENCIA... DE LA VULGARIDAD

La tarde, y qué cruz de tarde, rebosó de vulgaridad por los cuatro costados. Era la tarde de los santacolomas de La Quinta ante tres toreros de la parte alta del escalafón. Una vacada y tres matadores con el favor de los aficionados. Un cartel de relumbrón, quizás el más rematado de toda la feria...  Un cartel y una tarde que acabó siendo un fiasco. Fue la tarde de La Quinta, sí: La Quinta-esencia de la vulgaridad. 

Y es que todo aquello cuanto aconteció fue vulgar, tanto por parte de los seis cárdenos como por la de aquellos caballeros que vistieron de luces. Aquel que postulaba a ser cartel más interesante de toda esta feria acabó haciendo aguas, y prácticamente desde el primer momento. De la corrida de La Quinta se esperaba mucho más. Se esperaba poder, bravura en el caballo, casta y complicaciones; pero todo eso se echó en falta durante toda la tarde. Los seis toros de La Quinta, bonitos y muy en tipo, salieron sosos, blandos y pastueños. En el caballo no se les castigó en exceso, apenas se emplearon y algunos hasta llegaron a defenderse con mal estilo; en la muleta, fueron un derroche de sosería. Fue una corrida de toros toreables sin más, a la que le faltó romper, noblota e iritantemente descastada. Seis toros de embestida simplona y juego vulgar, a los que todo lo que se le realizó derrochó las mismas trazas de vulgaridad. 

Todo, o casi todo... Porque por momentos, Uceda Leal borró esa vulgaridad de un plumazo y con algunos detalles muy pintureros. Detalles sueltos de toreo eterno. Demasiado sueltos. Su aroma a torero clásico, algún que otro muletazo y una buena ejecución del volapié. En eso consistió su faena al cuarto, y por eso le llegaron a dar una oreja de lo más barata. Toda esa esencia, esa torería añeja, esos pases de la firma y esos pocos muletazos no hicieron en conjunto como para una oreja, y menos aún con el colofón de una estocada desprendida, por muy buena que fuera la ejecución de la suerte. 

A diferencia de Uceda Leal, no lograron hacer olvidar esa vulgaridad ni Daniel Luque ni Emilio de Justo. No es que no lo lograran, sino que fueron cómplices y hasta cooperadores necesarios. Daniel Luque va ya a por los veinte años de alternativa, que se dice pronto. Veinte años de alternativa y prácticamente todos ellos ahí arriba, codeándose con las figuras, echando números de figura y con una publicidad propia de figura. Se venden grandes logros de este torero por ahí fuera, se vende un toreo primoroso y de gran técnica... Pero es llegar a Madrid y ante su afición, y no deja de ser un torero vulgarote, pegapases y aburrido que es incapaz de decir gran cosa. Este ha sido el Daniel Luque de los últimos veinte años, y el de esta tarde no ha sido diferente: dos faenas a sendos toros que se dejaron, calcadas la una de la otra, largas, y totalmente vacías de contenido. Tuvo material como para haber estado algo más que decoroso, pero... ¿Es que se le atraganta Madrid, o es que realmente este torero no da más de sí? Después de veinte años de lo mismo...

Emilio de Justo también tuvo un lote como para haber estado mucho mejor de lo que estuvo. Y, lejos de estarlo, echó una tarde para olvidar. Le faltó ese paso adelante, un paso adelante de por lo menos veinte kilómetros de longitud. A este torero también le sobra la elegancia y las buenas maneras, pero se embarulla en los medio muletazos, en la falta de quietud, en la falta de confianza para aguantar clavado en la arena con el fin de llevar el muletazo hasta el final... Su lote no se comió a nadie, pero anduvo desconfiado, perdido. Sin saber ni querer meterle mano. Ambos, Luque y de Justo, se contagiaron de la sosería de sus toros y acabaron acusando el mismo pecado.  

La vulgaridad de los toros y las dos terceras partes de la terna, fue guía de un verdadero fiasco. Uceda Leal, con sus cosas, fue ese "de todas las tardes de toros se puede rescatar algo". Aunque ese algo no haya sido para el premio que se llevó. Pero a estas horas, eso ya es lo de menos.






viernes, 16 de mayo de 2025

16 DE MAYO DE 2025, SÉPTIMA DE FERIA: "EL MUERTO DE SAN LORENZO Y LA VENTANA DEL MUERMO"

El Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto. La Ventana del Puerto y el Puerto de San Lorenzo. Dos hierros y divisas. Dos procedencias, Atanasio-Lisardo y Aldeanueva. Un mismo ganadero. Y una misma filosofía: la crianza del morucho de carne, que no del toro de lidia. El Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto, tanto monta, monta tanto. Viejos conocidos de los aficionados, pues no faltan ni un solo año a su cita con la plaza de Madrid. Y que no falten estos toros nunca, que no falten... Porque al fin y al cabo, ¿qué sería de una feria de San Isidro, o de una feria de Otoño, sin el clásico petardazo del Puerto de San Lorenzo y sus primos de la Ventana? Se quedaría coja la feria, sentiríamos que nos falta algo y hasta acabaríamos padeciendo síndrome de Estocolmo. Una feria de San Isidro sin esa divisa encarnada y amarilla, esas hechuras bastas, esos muermos mansos y amoruchados. Sin ese grito de "Bummmmmm, petardo", mientras atardece en Madrid. Sin esos Yegüeseros, Cubas, Cartucheros Langostas. Los Cigarrones, Cigarreros, Pitillitos. Los Carasucia, Carafea, Caraseria. Los Billeteros y Billetitos...Si hasta las reatas clásicas de la casa nos sabemos al dedillo, y es que son como de la familia. Se les ha cogido cariño, a pesar de todo. Y gritaremos desde el tendido eso de "Bummmmmm, petardo", pero con cariño, eso sí. Si es que es imaginarse por un momento un San Isidro sin estos del Puerto de San Lorenzo y de La Ventana del Puerto, y uno ya empieza a padecer ese síndrome de Estocolmo antes referido. ¡¡Por muchos años más, estos dos hierros por aquí!!

Un año más, tarde infumable de estas dos vacadas fusionadas en un mismo ente, y de la mano del mismo ganadero. Y mal empezó la cosa desde que por la mañana le echamos el ojo a la hoja del sorteo y vimos que no se iba a lidiar entera, que había dos remiendos de Victoriano del Río y que... ¿He dicho "mal empezó la cosa"? Al contrario, al contrario. Frenoso, n° 95, fue uno de los remiendos de Victoriano del Río y en qué buena hora. Salío en 5° lugar, y tras una hora y media de mansedumbre, moruchos y tedio, nos hizo revivir el encanto de la bravura. ¡¡En qué buena hora se echaron para atrás algunos de los toros titulares!! 

Frenoso fue un toro extraordinario y bravo. Discreto en varas: se arrancó con alegría en los dos encuentros y no manseó, pero en la primera vara se dejó pegar sin más, y en la segunda solo empujó con un pitón. ¿Por qué no se le dio la oportunidad de ir al caballo por tercera vez? El toro de Pedraza de Yeltes, que sí fue tres veces al caballo, fue de menos a más y su mejor pelea la realizó en la tercera vara. ¿Y si este toro hubiera sido de las mismas trazas? Nunca lo sabremos, por desgracia. De esa guisa fue Frenoso en varas, y en la muleta se vino totalmente arriba. Qué forma de embestir la de ese toro de Victoriano del Río, alegre, humillado y con su casta. Un señor toro con el que Fernando Adrián estuvo... ¿Cómo estuvo Fernando Adrián? He ahí una ecuación de difícil planteamiento y peor solución. Pues Fernando Adrián, efectivamente, estuvo. Estuvo asentado en el suelo. Estuvo que le dio sitio y le acertó a bajar la mano, cosa que hizo ver bien de verdad al toro. Estuvo templado por momentos y hasta llegó a sacar muletazos mandones. Pero... ¿Pero? Sí, rotundamente sí. Muchos "peros". Pero realizó una faena con altibajos. Realizó una faena que comenzó de manera electrizante con el dichoso pendulazos de rodillas desde los medios, un pendulazo que fue ajustadísimo. Lo siguiente fueron tres series de muletazos muy asentados y de mano baja. Algunos fueron largos y mandones, pero otros (muchos, a decir verdad) no fueron rematados y quedaron en el "medio muletazo". Muletazos todos ellos citando perfilero, con el pico, descargando la suerte y llevando al toro hacia fuera, prácticamente sin mandar y solamente limitándose a acompañar la embestida del toro. Esos fueron los derechazos, pero toreando al natural la cosa empeoró: dos series que ni fu ni fa, sin más. Y vuelta a la derecha para dejar otra serie ligada y que derrochó las mismas cosas que las anteriores. Las bernardinas como colofón, y varios pinchazos con los que perdió, a buen seguro, un triunfo gordo. En estos tiempos que corren, le hubieran pedido las dos orejas sin duda alguna. ¿Merecidas? Pues es que en Madrid una faena con vaivenes y sin terminar de cuajar con la mano izquierda... Pues como que no. Por eso se ha dicho "en estos tiempos que corren", tiempos estos de triunfalismo, rebajas, baratijas, regalos y despojos. 

Con Frenoso y esa faena de Fernando Adrián empezó y acabó una corrida infumable de toretes mansos, descastados, bobalicones, inválidos y demás retahíla de lindezas que caracterizan al infumable torito postmoderno. Y ante ellos, además de Fernando Adrián, también estuvieron José María Manzanares II El Bello y Pablo Clazeyritmo Aguado I, El Educador de los güenos afisionaos. El Bello, a lo suyo con dos babosas que fueron carne de matadero: telonazos a media altura y pasándose al toro por todo el área metropolitana. Y todo hay que decirlo: mató bien a sus dos toros.

Con Pablo Clazeyritmo Aguado I, El Educador de los güenos afisionaos, la cosa habría que empezar a delimitarla. ¿Qué es lo que este buen hombre entiende por eso se que un toro debe tener "clase y ritmo"? Y a partir de ahí, ya hablaríamos. Por lo pronto, la respuesta no es halagüeña, viendo cómo se recreó esta tarde con esa babosa floja, descastada y simplona (de Victoriano del Río, por cierto) que salió en tercer lugar. Sus muletacitos a media altura, con altos vuelos de plasticidad y gracia en la figura, gustándose bien, recreándose en cada muletazo, en los remates y adornos... ¡¡Cómo disfrutó ese torero ahí delante con el torete!! Si por un momento hasta pareció que se lo iba a llevar a casa para continuar con la mandanga preciosista. Pues seguramente que se había encontrado con su ideal de "clase y ritmo" Pablo Aguado esta tarde. Pero claro, en Madrid no todos estamos lo suficientemente educados como para paladear ese preciosismo tan infumable. Ese pegar pases a un pobre animalito que no puede ni con su alma... Ese... Esa farsa. Y es que sin toro, nada tiene importancia. Y da la siniestra sensación de que lo que se entiende por Toro, y lo que  Pablo Clazeyritmo Aguado I, El Educador de los güenos afisionaos, entiende por "clase y ritmo", están en las antípodas la una de la otra. Pues nada, que eso es Pablo Aguado. Ni mas ni menos. 

El Muerto de San Lorenzo y La Ventana del Muermo, un año más en la feria de San Isidro. Y un gran toro de Victoriano del Río, haciéndonos emocionar por unos instantes. En Otoño, de seguro, los tenemos aquí otra vez. Y que no falten. 

jueves, 15 de mayo de 2025

15 DE MAYO DE 2025, SEXTA DE FERIA: "LOS BUEYES DE SAN ISIDRO LABRADOR"

 Hay muchas maneras de rendirle tributo a San Isidro Labrador, el patrón de Madrid. Los hay quienes sacan en procesión su efigie, acuden a misas en su honor y le rezan y suplican. También está eso de echar el día en la famosa pradera de San Isidro, comerse un bocadillo de gallinejas, beber agua de la fuente del santo y comprar las típicas rosquillas. Y por la tarde, a los toros. A Las Ventas, donde parece haberse instaurado en los últimos tiempos una peculiar manera de honrar la memoria del Santo. O mejor dicho, a sus bueyes. Esos bueyes que tiraban del arado del santo labrador.

En Las Ventas, cada 15 de mayo y a las 7 de la tarde, la afición tiene a bien honrar la memoria de San Isidro y de sus bueyes, con un hermoso desfile de eso mismo: de bueyes. A lo largo de los últimos lustros, los hemos visto de toda clase y procedencia; pero en el día de la fecha, la marca a fuego que llevaban en el anca era la propia de don José Enrique Fraile de Valdefresno. 

Valdefresno, una vieja conocida... ¿Qué más da si bajo ese pseudónimo de toda la vida, o el de Fraile Mazas, o el más actual, que es José Enrique Fraile de Valdefresno? Monta tanto, tanto monta. El resultado no se ha visto alterado ni lo más mínimo respecto años anteriores, independientemente del nombre que figurara en el cartel. Valdefresno y quince de mayo, mala combinación. Desfile de moruchos por el ruedo de Las Ventas, o si resulta más apropiado, de bueyes. Por eso del tributo al santo labrador, y tal.

Seis bueyes de don José Enrique Fraile de Valdefresno, cuyo comportamiento queda más que de sobra definido. Sobra decir todo lo demás. Sobra redundar en la mansedumbre en varas, en la falta de casta y de fijeza, en el comportamiento moruchero que sacaron durante toda la lidia, en su tendencia a huir de todo lo que se les ponía por delante, en la IMPOSIBILIDAD de alcanzar media gota de emoción con semejante encierro. Fueron bueyes los toros de Valdefresno (perdón, de don José Enrique Fraile de Valdefresno). Auténticos bueyes, aptos para tirar del arado, o de las carretas que desfilan en la romería hacia El Rocío. Bueyes como aquellos que salen representados en los cuadros dedicados a San Isidro Labrador, patrón de Madrid. Bueyes, pero no TOROS DE LIDIA.

Y ante semejante percal, una terna compuesta por Paco Ureña, David Galván y Alejandro Chicharro, que eligió para confirmar la alternativa el mejor día de todos. O peor aún (y seguramente sea lo más acertado), "le dieron". Ninguno de los tres tampoco llego a ser la alegría de la "huerta", haciendo de nuevo honor, en términos metafóricos esta vez, a San Isidro y a sus labores. A Paco Ureña le cupo en suerte el único toro, el 2°, que tuvo un comportamiento más acorde a lo que puede esperarse de una corrida de toros. No fue el paradigma de la bravura ni de la casta ese animal, pero sacó un puñado de embestidas como para haber reventado la tarde toreando a placer. Pero a Paco Ureña se le fue ese toro con las orejas puestas y sin torear, tras una faena de destoreo hacia las afueras, muy despegado y dejando a su vez una bonita retahíla de contorsiones, retorcimientos y feos gestos que le restaron aún más credibilidad al asunto. De aquella manera finiquitó Ureña una feria que ha sido de lo más discreta para él . 

David Galván también finiquitó esta tarde y ante semejante bueyada una feria en la que no ha dejado de pasar de puntillas. Con el lote de hoy, imposible hacerlo de otro modo.

El bueno de Alejandro Chicharro, no sé si decir que se metió o le metieron en semejante jardín de mansos. Pero ahí anduvo, el hombre. Confirmó la alternativa con un ente que fue lo más parecido al Buey Apis. Huyó como loco de los caballos, puso en aprietos a los banderilleros a la hora de cubrir el segundo tercio y llegó a la muleta buscando solamente los adentros. Pero hete aquí que su matador se lo sacó a los medios y, milagrosamente (¿otro milagro atribuido al patrón de Madrid?), empujó con temperamento cada vez que se le ponía delante la muleta. Manso, sí; pero con temperamento. Aquí sí que cabe lidiar y torear. Una lidia por abajo y sobre los pies, por eso del someter, y luego ya se vería... No una faena de esas largas y vulgares que sí admiten las bobaliconas reses con las que las figuras se divierten y disfrutan una barbaridad. Pero Chicharro se limitó únicamente a pegar pases. Solo pases. Por arriba o a media altura, pero nunca bajando la mano ni mandando. La lidia a los toros mansos, como ese 1°, también existen y en nada se parecen al pegapasismo imperante. Otro día será para el joven Alejandro Chicharro.

El tedioso tributo que se le rindió a San Isidro labrador y a sus bueyes, fue alegrado por momentos gracias a los pares de banderillas de Iván García y Fernando Sánchez al 6°. Y es que en todas las tardes de toros siempre cabe rescatar algún momento.

14 DE MAYO DE 2025, QUINTA DE FERIA: "¿QUÉ FRÍO, NI QUÉ FRÍO? ¡¡TOROS!!"

    Llovió. Y también refrescó. Los paraguas abiertos se amontonaban por los tendidos, y los osados que se acercaron a la plaza en manga corta acabaron con el jersey puesto. El personal parecía haberse quedado pajarito, tras más de dos horas y media apoltronado en el escaño y soportando el frío, la lluvia y la chabacanería que airearon los tres señores con el vestido bordado en oro. Pero en el ruedo, a pesar de todo, la cosa echaba humo. ¡¡Vaya si lo echaba!! Mucho tuvo que ver en ello una señora corrida de TOROS herrada a fuego con la marca de Pedraza de Yeltes, variada de comportamiento y con la guinda de un bravo 6° al que se le concedió la vuelta al ruedo. ¿Qué frío, ni qué frío? Que le den morcillas al frío y a la lluvia.

    Con frío o sin él. Lloviendo o no. Pedraza de Yeltes echó un corridón de toros, que, a pesar de tal ambiente, no ha dejado indiferente. Hubo casta. Hubo bravura. Hubo mansedumbre, por supuesto. Hubo un buen tercio de varas y hasta picadores que señalaron en el sitio. Hubo un gran tercio de banderillas... ¿Que si faltó algo? Faltó, faltó. Digamos que la terna no anduvo a la altura que se considera deseable. Matizo: no anduvieron a la altura aquellos dos que mejores toros sortearon. Román anduvo bien e inteligente con el manso primero, al que llegó a someter y ligarle algunos muletazos mandones; y poco pudo hacer ante el cuarto, el único de toda la corrida que no ofreció nada. Salvo ser decoroso y efectivo a la hora de entrar a matar, lo que precisamente no fue Román.

    El 1º cantó su mansedumbre desde el momento en que Francisco de Borja le señaló dos buenos puyazos en todo lo alto. Apretaba hacia los adentros en banderillas y por poco no le da un disgusto a uno de los banderilleros. Román, tras un inicio de faena doblándose, probó a sacárselo a los medios; pero pronto tuvo que desistir dada la mansedumbre del animal. Sobre las rayas de picar llegaron los mejores momentos: el toro se arrancaba con alegría a cada cite y, aunque tenía esa tendencia a irse, Román logró sujetarlo en algunos muletazos por el lado derecho y de mano muy baja, con gran mérito. Anduvo bien el matador, y de haber dejado una buena estocada se hubiera llevado una oreja, a muy buen seguro. Pero lo único que dejó fue un pinchazo, una estocada trasera y dos golpes de descabello; quedando la cosa en una vuelta al ruedo que se antoja excesiva. Por mucho que hubiera quien la pidió.

    El 2º cumplió en varas, arrancándose desde lejos con cierta alegría y metiendo bien la cara abajo. En los quites de Colombo y de Fonseca se empezó a intuir que iba a durar poco en la muleta, pero finalmente el toro obsequió con algunas arrancadas portentosas, aunque se les echara en falta algo más de carbón. Seguramente le vino muy bien al animal el aire que le dio Jesús Enrique Colombo tras el tercio de banderillas. 

    El 3º tomó tres puyazos, dos en la contraquerencia y uno en el caballo que guardaba la puerta. Se defendió y huyó de los tres, demostrando así que la bravura no era lo suyo. Manso, pero encastado en la muleta. Isaac Fonseca no se hizo con el toro en ningún momento, en una faena vulgar y muy acelerada. 

    El 4º fue carne de matadero. Un toro pastueño y soso que salió de cada muletazo mirando las musarañas, con una tontuna irritante. Román se embarulló en una faena más larga de lo necesario, pero lo peor llegó con la espada: cuatro pinchazos saliéndose de la suerte con descaro, y estocada corta en los bajos que precedió a un hermoso mitin con el descabello. El toro no valió ni media perra gorda, pero qué menos que matarlo bien. ¿No, matador?

    El 5º recibió un fortísimo castigo en varas por parte de un carnicero tocado con castoreño, llamado Gustavo Martos. Se le barrenó de manera infame y en muy mal sitio, para colmo no se rectificaron los puyazos. Actuación merecedora de una multa y noche en chirona, por parte de ese picador. Pero el toro, lejos de derrumbarse tras ese vil tercio de varas, se vino arriba. Y vaya si se vino. El toro, dentro de su mansedumbre, fue encastado. Se arrancaba con prontitud a cada cite, embistió con temperamento y ofreció un buen número de embestidas de lo más provechosas. Fue una pena que delante no hubiera un buen matador que lo supiera entender.

    A pesar de la más que óptima corrida de toros que se estaba presenciando, el ambiente estaba muy frío. Y no solo por el tiempo. Pareció que el personal no había terminado de entrar en el festejo. Se palpaba que la gente, aun siendo consciente de la importancia de lo que se estaba lidiando, no lo estaba terminando de digerir. Tampoco ayudaron los vulgarísimos quehaceres por parte de los matadores. Muchos, incluso, optaron por desertar el escaño a la muerte de ese 5º y ya mañana sería otro día. De lo que no eran tan conscientes era de que lo mejor estaba por llegar, cuando el cartel anunciaba la salida al ruedo de Brigadier, nº 2, colorado de capa y 667 kilos de peso. Sexto toro de la corrida, la guinda perfecta a una buena corrida de toros. Brigadier tomó tres varas, yendo de menos a más en cada una de ellas. En el primer encuentro se limita a empujar con un solo pitón, pero ya en la segunda vara, que se le pone desde lejos, se arranca con alegría y mete la cara abajo; y en la tercera vara, casi desde la boca de riego, se volvió a arrancar con gran alegría y volvió a empujar con la cara abajo. Buenos puyazos del picador, Borja Lorente. La emoción de ver a un toro verdaderamente bravo en el primer tercio arrancó las mayores ovaciones de la tarde, y que se prolongaron durante el segundo tercio. ¡¡Cómo parearon Juan Carlos Rey y Jesús Robledo Tito!! Y qué gran brega la de Raúl Ruiz Bonilla. Qué tercio de varas, qué pares de banderillas, qué capotazos... ¡¡Qué toro más bravo estábamos disfrutando!! ¿Aguantaría en la muleta? La respuesta es afirmativa, rotundamente. Isaac Fonseca, consciente de lo que tenía delante, lo sacó a los medios, le dio sitio siempre, le intentó llevar siempre por bajo... Y el toro respondió como lo que era: bravo.  Pero el toro, ya con la faena entrando en su epílogo, dio síntomas de rajarse. Acabó recibiendo la estocada definitiva al refugio de las tablas. No importó. Fue un grandioso toro, y qué poquitos más vamos a ver como este no ya solo en lo que queda de feria, sino en toda la temporada. Sobre si Isaac Fonseca supo poder con el toro, más allá de lo bien que le hizo las cosas, es ya otro cantar...

    Esta fue la buena corrida de toros de Pedraza de Yeltes. ¿Cómo estuvieron los toreros? Pues Román anduvo inteligente y poderoso en el primero, ni fu ni fa con el soso cuarto y muy mal con la espada. Jesús Enrique Colombo, con un gran lote, se fue dando la razón a quienes consideran que no es torero para la feria de San Isidro. Basto con el capote toda la tarde, ofreció sendos numeritos en el segundo tercio a base de pares a cabeza pasada, y realizó dos faenas vulgares y sin rayar a la altura de los dos toros que tuvo. Isaac Fonseca anduvo francamente mal con el tercero, y con ese bravo sexto anduvo a ratos nada más. Y andar solamente a ratos con semejante ejemplar, queda muy lejano de estar bien Sin miramientos. Enseñó al toro, le dio todas las ventajas y lo lució de maravilla. Pero no supo sacarle partido. El comienzo de faena fue vibrante, toreando en redondo de rodillas por el lado derecho; y a continuación hiló dos series de derechazos bajando mucho la mano y haciendo la alcayata, pero algunos de los muletazos (y solo algunos) rezumaron cierto poderío. Cuando se echa la muleta a la mano izquierda, la mano del dinero y de los triunfos grandes, la faena termina de irse al garete. El toro siguió embistiendo como un tren por ese lado, pero aquí Fonseca no anduvo nada acertado. Sin mucho más que sobar por ese pitón, vuelve a la mano derecha para dejar otra serie que ni fu ni fa. Lo mejor llegó a continuación, con el cierre: algunos doblones y ciertas filigranas de lo más pintureros. Tras un pinchazo y una estocada caída, le otorgaron una oreja cuanto menos benévola. Pero ¿la gente sacó los pañuelos para pedir el despojo, o la vuelta al ruedo para el toro? Quizás fue precipitado pensar lo primero.

    Tarde fría, lluviosa, desapacible... Y de TOROS (que no de toreros). Y es que habiendo toros, ¿quién dijo frío? Sea enhorabuena pues al ganadero. 

martes, 13 de mayo de 2025

13 DE MAYO DE 2025, CUARTA DE FERIA: "UN DÍA MÁS EN LA OFICINA"

Fue un día más en la oficina. Novillada de Alcurrucén en los corrales de la plaza, y eso solo podía significar una cosa: petardo de lo más lozano. Se veía venir de lejos el asunto, y aunque uno lo desee y lo intente con toda su buena voluntad, no le sale el optimismo por ninguna parte. Y ese asunto que tan de lejos se vio venir, acabó siendo lo que tenía que ser: un infumable anti-espectáculo de más de dos horas y media de duración, colmado de vulgaridad, novillotes descastados, pegapasismo, avisos y, de regalo, dos sobreros. Lo dicho: un petardo de lo más... Lozano. 

Se veía venir que lo de Alcurrucén iba a salir de tal forma. No hace falta ser un visionario para ello, con tan solo echar un vistazo, así por encima, al historial de esta insufrible vacada en los últimos lustros, uno puede hacerse una idea de lo que va a venir. Cinco de Alcurrucén fueron lidiados (cuatro titulares y un sobrero), más otro sobrero de Montealto que también hizo méritos suficientes para que los berrendos de Florito se paseasen por el ruedo por tercera vez (pareció descoordinado de los cuartos traseros, ¿no era motivo suficiente?). Novillada muy floja y mansa que echó dos novillos, 2° y 5°, que se movieron con alegría y propiciaron un buen puñado de arrancadas cada uno  de lo más provechosas. Dos novillos de los que se dicen "buenos para el toreo", pero a una gran distancia de lo que se entiende por "bravura". Eso ya...

Esos dos novillos entraron en el mismo papelillo de fumar que se introdujo en el sombrero del mayoral al filo del mediodía. El afortunado que se lo llevó, como quien tiene la serie premiada del cupón de la ONCE, fue Aarón Palacio. Y aun con esos dos novillos, la ostentosa compañía del paisanaje (que hasta los enganchones le bramaron, con el ya archiconocido biiiiiennnnnnnjjjjjjjj), y una buena propaganda que se le ha hecho en los últimos meses, el chaval ha salido de la plaza a pie por la puerta de cuadrillas. Y lo que es peor, sin convencer lo más mínimo. Orejita aparte y que, naturalmente, hubo. 

Aarón Palacio sorteó, efectivamente, ese lote tan ideal para ratificar todo lo bueno que de él se ha hablado en los últimos meses. Y a lo único que se dedicó durante toda la santa tarde fue a pegar pases. Pases, muchos pases. Poniéndose muy bonito, eso sí. Pero al fin y al cabo, pases. Se los pegó al 5°, el del corte de la oreja. Pases por ambos pitones, muy perfilero y descargando la suerte. Pases, muchos pases sin ponerse en el sitio y echando al novillo siempre fuera. Pases, gran cantidad de pases sin someter al animal, ni templando ni mandando. Pases al fin y al cabo, pero con mucha estética y poniéndose muy bonito, faltaría más. La espada cayó arriba, aunque resultó quedar tendida y atravesada, y necesitó dos golpes de descabello. Y orejita al canto. Si con el 5° fueron pases, con el 2° ni eso. Medios pases, tal vez sería más correcto decir. De nuevo muy despegado, de nuevo sin someter, de nuevo destoreando... Y de nuevo, naturalmente, poniéndose muy bonito. Definitivamente, no convenció nada Aarón Palacio a pesar de la oreja.

Sergio Sánchez y Javier Zulueta se las vieron ante cuatro novillos a cada cual más infumable. Llegaron, salieron, realizaron lo que ya tenían previsto desde antes de calzarse la taleguilla, se quitaron de encima lo que les correspondió al mediodía y, ya si eso, vuelva usted mañana. Sergio Sánchez, no dijo absolutamente nada. Ni fu ni fa. Las formas de Javier Zulueta, quizás, sí llegan más. Se le palpa sevillanía, gusto y elegancia en sus maneras... Se le palparon en las verónicas con las que recibió al 3°, de manos muy bajas y muy buen estilo. Se le palparon también en algunas medias verónicas, en un suave quite por delantales, en algunos detallines con la muleta... Todo eso tan elogiable se le palpó a Javier Zulueta, pero... Pues que también se palpó tendencia al alivio, a no ponerse en el sitio, a meter mucho el pico, a los cites perfileros, y a toda esa mandanga de que caracteriza el destoreo.

Con Alcurrucén fue un día más en la oficina, otro más. Y lo peor es que nos queda otro encierro, previsto para dentro de ocho días, exactamente. 

lunes, 12 de mayo de 2025

11 DE MAYO DE 2025, TERCERA DE FERIA: PRIMEROS SEIS DE QUINCE

La X queda marcada en seis de las quince casillas que les corresponde a la vacada de Fuente Ymbro durante este mes de toros. Seis de quince que, en el cómputo global de lo que llevamos de temporada, se convierte en doce de veintiuno: Fuente Ymbro ya lidió una novillada (muy mala, por cierto) el pasado 30 marzo. Sí, en Madrid también hay toros fuera de feria. A muchos va a pillarles de sorpresa oírlo, pero es tal cual.

Veintiún toros de Fuente Ymbro nos veremos entre ese 30 de marzo referido y el 30 de mayo, día en que comparecerá (de momento) por vez última. Veintiún toros en sesenta días, ¡¡qué barbaridad!! Los empachos nunca son buenos, ya sean de jamón de bellota o de mortadela a seis euros. Y con Fuente Ymbro, que no es ni la una ni la otra, nos estamos llevando unos cuantos durante los últimos años. 

Doce de veintiuno. Numerador y denominador, respectivamente. No sería extraño que ese denominador siguiera aumentando en los sucesivos meses del año hasta llegar a octubre. Muy mal asunto, analizando el numerador. La novillada del 30 de marzo fue mala, pero la corrida de hoy, día 11 de mayo, no mejoró el percal. Muy lejos, ni tan siquiera, de llegar a maquillarlo. Seis toros que, finalmente, fueron cuatro. Al 1° y al 5° tuvo que salir el bueno de Florito a recogerlos con su tropa de escobas berrendas. El 1° se descordó tras tomar el primer telonazo de Miguel Ángel Perera, y el 5° ya venía inválido de serie. 

Seis menos dos, igual a cuatro. Cuatro toros muy flojos de remos y que convirtieron la suerte de varas en un auténtico simulacro. Ni uno tomó un puyazo en regla y, por supuesto, ninguno llegó a cumplir bajo el peto. Dos de ellos, 4° y 6°, rentabilizaron los dos picotacines que les fueron propinados desde lo alto del jamelgo, y se vinieron arriba en el último tercio. Los otros dos, 2° y 3°, ni eso. Dos babosas de acusada sosería, y que no llevaban nada dentro. Lo dicho: mal asunto si a lo largo de la temporada, continúa esto con un gallardo empacho. 

Hubo, efectivamente, dos toros que se vinieron arriba en la muleta y ofrecieron un puñado de embestidas francas y provechosas. Uno fue para Miguel Ángel Perera y el otro, para Ginés Marín. A uno se le llegó a entender y sacarle cierto partido. Al otro...

Miguel Ángel Perera se entendió perfectamente con el 4°, en un faena de más a menos en la que caben dos lecturas. La primera, orientada en el sentido de la técnica: en ello, es Miguel Ángel Perera uno de los toreros más excelsos de los últimos años. Tiene este torero un sentido del temple envidiable, con el que consigue someter a los toros por abajo y ligarle los muletazos con gran facilidad. Y así ha vuelto a demostrarlo en esa faena al cuarto, empezada por pendulazos de rodillas, y seguida con dos series de derechazos de mano muy baja, muy asentado en el piso y ligándole los muletazos a la perfección. Pero hay una segunda lectura, y aquí entra en juego la pureza y la verdad: Miguel Ángel Perera nunca, jamás, llegó a cargar la suerte. Ni por casualidad. Todos los muletazos llevaron el sello de la pierna retrasada y el cite perfilero; y si su técnica es elogiable, esa práctica de descargar la suerte es censurable. Un pecado capital del toreo. Tras ese vibrante  comienzo de faena y las dos series de derechazos con tanto poderío, la faena se vino abajo. Descompuso el viento la tercera serie con la derecha, rematada por cierto con un natural muy obligado y a cámara lenta. Se echó Perera la muleta a la zurda, pero ya no vuelve a coger altura el asunto. Comprende en este punto el matador que la faena está hecha y, tras un cierre por manoletinas, hace mal uso de la espada. Perdió una oreja. ¿O quizás dos, viendo el lamentable cariz triunfalista que esto ha cogido? Sea como fuere, esta es la faena de Miguel Ángel Perera al 4° y, dejando patentes las dos lecturas realizadas, cada cual concluya como le convenga. 

El otro torito que se vino arriba fue el 6°, pero no se le vio nada fino a Ginés Marín. Desconfiado, fuera de sitio, acelerado por momentos y por debajo de la situación, la faena que le realizó fue larga y vulgar. Destacó en la ejecución de la suerte suprema, entrando muy de verdad pero cobrando una estocada desprendida. Y como quiera que se le dedicó una ovación por ello, se creyó con todo el derecho del mundo a pegarse una vuelta al ruedo que nadie le agradeció y sí muchos protestaron. Y es que queda muy bonito ver impreso en el resultado final eso de "vuelta al ruedo". Para el currículum fenomenal, pero...

El resto de la corrida se desarrolló en un ambiente de hastío y decepción. Perera se las vio en primer lugar con un sobrero manso y descastado de Chamaco, con el que llegó a escuchar dos avisos tras una faena larga de mucho sobetear. Ginés Marín realizó un inspirado inicio de faena al 3°, de pases de la firma ligados al trincherazo que, de seguro, inspirarían a algunos pinceles. Nada más por su parte, de nuevo sin querer ponerse, ventajista y con muy poco que resaltarle. 

A Paco Ureña le correspondió un toro de Fuente Ymbro flojo y soso, y un sobrero de Chamaco muy manso, sí, pero con tela que cortar. Y Ureña, ni con uno ni con otro. Ni con el soso, ni con el manso. Vulgarote y sin verlo claro con el de Fuente Ymbro. Sucumbido y sin ideas ante el sobrero, con el no quiso nada. Un toro manso que no lo puso nada fácil para ser picado, hasta el punto en que algunos ya visualizábamos en el horizonte el pañuelo rojo. Finalmente no asomó, y en el tercio de muleta el toro se arrancaba como un tren cada vez que el matador le citaba. A estos toros también se les puede (y debe) lidiar. Se les puede torear, y someter, y sacar partido. No era un toro para una faena preciosista. No era un toro con claze y ritmo, que dicen los paladines del arte, ni tampoco para realizar cucamonas. Se han visto a lo largo de la historia grandes triunfos ante este tipo de toros, lidiando, sometiendo y luego, toreando. Y Ureña ni estuvo, ni quiso. 

Ruina de Fuente Ymbro. El empacho puede hacerse largo e infumable, una vez más. ¿Y si lo dosificáramos, de cara a temporadas venideras? Sería de agradecer.








domingo, 11 de mayo de 2025

10 DE MAYO DE 2025, SEGUNDA DE FERIA: "PITARDO"

Otra vez El Pilar. Otra vez, los toros herrados con el símbolo del número Pi vuelve a dedicarle un hermoso petardo a la afición de Madrid. Ni aunque tres, o catorce, o dieciséis o cincuenta y siete años pasasen, la vida va a cambiar. El Pilar ha vuelto a dar el cante, y lo ha hecho con una corrida de toros que en hechuras, fuerzas y comportamientos, fue cuanto menos censurable. 

Pitardo de El Pilar. Pitardo de esta insufrible ganadería número... ¿Tres, catorce, dieciséis, cincuenta y siete...? Cualquiera sabe, a estas alturas ya han sido tantos y tan seguidos, que uno ya perdió la cuenta. Y es que lo de esta corrida se veía venir de lejos. Se vio venir nada más leer su nombre plasmado en el cartel, allá por el mes de enero. Se vio venir esta mañana, cuando los toros a lidiarse por la tarde quedaron expuestos a los ojos de los curiosos. Y cuando salió el primero y empezó a blandear de aquella manera, haciendo de la suerte de varas un simulacro, las sensaciones se convertían en una realidad rotunda. "Vaya tarde nos espera", espetaban unos pocos cuando, al segundo muletazo de Diego Urdiales a ese toro, este se derrumbó cual castillo de naipes. Y efectivamente, vaya tarde que se nos acabó echando encima. Inválido y descastado ese primero, como también lo fue el que le sucedió. No así el tercero, que se quedó totalmente crudo en varas y acabó siendo un animal más correoso y con mucho más que torear. Al cuarto, además de asestársele dos puñaladas con muy mala sombra en el primer tercio, se le (mal) lidió en medio de un vendaval que imposibilitó todo lucimiento por parte de los lidiadores; y por ello poco pudimos saber de él, salvo que se le vio blandear de remos bien poco. Y los dos últimos, hicieron salir de paseo a los berrendos de Florito, siendo sustituidos por sendos toros que tampoco fueron la alegría de la huerta.

Así fueron las cosas y así se consumó un nuevo pitardo de El Pilar. Con ellos y ante ellos, una terna compuesta por un indolente Diego Urdiales, un elegante enfermero llamado David Galván, y un joven con hambre de ser algo en esto y que fue Víctor Hernández. Y entre medias, un público de lo más benévolo que premió con más aplausos y peticiones de orejas de los debidos. A David Galván se le aplaudió mucho, quizás merecido a veces pero otras no tanto. También se le pidió oreja del 2°, y oreja del 5°. Pero ¿fue para tanto? Se podría decir que estuvo muy por encima de la babosa que lidió en segundo lugar. Se puede decir que entendió a la perfección al tetrapléjico, realizando una faena de enfermero que derrochó buen gusto, elegancia, suavidad y ningún sometimiento. Lo muleteó siempre a media altura, sin molestarlo; por ambos pitones, y llegó a sacar muletazos de muy buen corte. ¿Que qué le faltó? Lo esencial: TORO. En otros lugares, con eso que realizó Galván hubiera bastado para cortar una, dos orejas, el rabo y hasta quién sabe si no se hubiera concedido el indulto... Pero en Madrid, si no hay toro nada tiene importancia. Y como no lo hubo, pues tampoco hubo petición mayoritaria ni rotundidad. También se aplaudió mucho a David Galván durante la lidia del 5°, sobrero de Castillejo de Huebra que fue perfecto para los que padecen de problemas cardíacos, por lo soso que fue. De nuevo elegancia en las maneras a la hora de acompañar la embestida. Y ahí estuvo la clave: acompañar, que no torear. Acompañando fuera de sitio y a media altura pero, eso sí, con mucha finura. Y se le pidió la oreja de nuevo, y de nuevo no hubo mayoría y el señor Presidente se dejó guardado el pañuelo para mejor ocasión. Como debe ser.

A Víctor Hernández se le dio una oreja tras vérselas con el regalito envenenado de la corrida. Ese 3° no anduvo tan falto de fuerzas como el resto, pero se le trató en varas como si apenas de sostuviera de pie. Y claro, el animal se vino arriba y acabó sacando temperamento. Víctor Hernández realizó una faena de menos a más basada en el aguante. Y vaya si aguantó el torero las tarascadas y miraditas que le echaba el ejemplar. Faena de valor seco y buenas intenciones de torear de verdad, muy bien puesto siempre e intentando llevar la embestida en redondo. Otra cosa es que el joven lo consiguiera siempre y terminara por hacerlo de manera rotunda. Víctor Hernández anduvo sobrado de valor y de firmeza ante este toro, pero le faltó mayor pulso en las muñecas para terminar de someter al toro y poderle de verdad. Hubo algunos muletazos de mano baja en los que el toro persiguió la muleta hasta el final y con claridad. Todo lo malo que hizo, de pegar cabezazos y pararse a mitad de viaje, lo hizo cuando el matador le pegaba el latigazo hacia arriba. Gustó la disposición de Víctor Hernández, su sinceridad y lo convincete que anduvo para hacer el toreo; aunque no terminara de someter al toro de El Pilar. Y por ello se llevó una oreja. No gustó tanto ante el sobrero de Villamarta que sustituyó al 6°. Un sobrero, por cierto, de casi seis años y que ha hecho una mili de tres años con destino en los corrales de Las Ventas y en El Batán. Cuántas veces no habrá figurado el animalito como sobrero en corridas de toros y hasta novilladas durante las temporadas anteriores... Y al final, salió como tenía que salir: manso en varas, con una embestida bronca y a la defensiva. Así salió el toro, y el torero ante él salió a morder de nuevo, pero no pasó de ahí. Toda la faena, más larga de lo necesario, se compuso de medios pases citando muy encima, sin llegar a someterlo. Muy valiente y sincero otra vez, aguantando firme los arreones del manso, pero faltó mayor pulcritud en el toreo. 

Diego Urdiales pasó sin pena ni gloria una vez más. Su primero no valió un real y tampoco se excedió mucho con él; y ante el cuarto, el fuerte viento que se levantó le imposibilitó todo cuanto pudiera haber intentado. Pero ¿y si no le hubiera soplado tanto viento y sus toros hubieran sido más lucidos? Cualquiera sabe...  Dicho de otra manera, tampoco se le ve fino ni con ganas a Urdiales últimamente, y con eso está todo dicho.

Dos horas y media, ocho toros, dos sobreros, tres avisos y tres vueltas al ruedo después (dos de David Galván y una de Víctor Hernández con oreja en mano), el personal desertó la plaza con las sensaciones de que lo de El Pilar podría quedarse en su casa durante una larguísima temporada. También, que la finura de David Galván ya quisiéramos verla con toros de verdad. Y, por supuesto, rezumando cierto optimismo con Víctor Hernández. Siempre queda algo positivo, aun en tardes en las que pensamos haber sido atracados.  

sábado, 10 de mayo de 2025

9 DE MAYO DE 2025, PRIMERA DE FERIA: ALEJANDRO TALAVANTE, POR LA PUERTA GRANDE... DE LA VERBENA

Se abrió la veda. Primer día de la feria de San Isidro, primera tarde verbenera y primera puerta (chica) grande que se abre. Primeros cubalibres y primera cogorza para unos pocos. Primer aguinaldo para los mulilleros, los cuales se tienen que estar frotando las manos al ver el cariz que esto ha cogido desde primer día; de seguir así, firman la jubilación el 16 de junio próximo. Sí, se abrió la veda: a Alejandro Talavante se lo han llevado en volandas por la puerta grande, tras una faenita de detalles muy toreros y algunos buenos muletazos, pero sin que hubiera ni una sola serie rotunda de verdad. 

Rotundidad fue, precisamente, lo que le faltó a esa faena de Talavante. Hubo un comienzo verdaderamente antológico, a base de naturales y trincherazos que se intercalaron entre sí. Un comienzo que derrochó gusto y aroma a toreo del caro, y al que siguió una serie con la derecha que tuvo el mismo gusto, aunque limitándose el matador a acompañar la embestida sin más. Tras esto, siguieron dos series de naturales que rezumaban el mismo aroma, algunos de los cuales sí fueron buenos, pero se entrelazaban con otros que no convencían tanto. La faena estaba siendo preciosista a estas alturas, pero no rotunda; y así continuó hasta el final: una serie más con la derecha, de mano baja y toreo despacioso, descargando la suerte descaradamente y metiendo mucho el pico; más algunos naturales de perfil que ni fu ni fa antes de irse a por la espada. Faena preciosista, pero no rotunda, y culminada con una estocada que se fue trasera. Y se desató la histeria colectiva, lo cual aderezado con los ginc-tónics de rigor y la jeta de los mulilleros, acabó en la concesión de dos orejas que solamente debieron ser una, y la primera puerta (chica) grande de la feria. 

Alejandro Talavante se llevó el premio gordo del público, del Presidente, de los mulilleros... Y de la corrida. Ese 4° toro que le cayó en suerte resultó ser, además de manso en varas, bueno para la muleta. El mejor dentro de una corrida de Victoriano del Río que estuvo muy bien presentada, fue dura de pies, no se empleó en el caballo y sacó algunos ejemplares exigentes. No fue buena la corrida, pero sí hubo toros que fueron eso mismo: toros. Y eso siempre le da importancia a lo que ocurre en el ruedo, matando así el aburrimiento y deja a los vendedores de pipas con las manos en los bolsillos. A Talavante le correspondió el mejor, pero también el peor. Fue el 2°, al que se pegó muy fuerte en varas y llegó a la muleta muy apagado, posiblemente lesionado de la mano izquierda. 

El excelso artista Juan Ortega, tendrá que esperar a otro día (y van unos cuantos ya) para dejarse ver en Madrid. Una media verónica. Tan solo se le vio esta tarde una media verónica, de cartel de toros por cierto. Una media verónica con la que remató un quite por chicuelinas tan aplaudido como movido y carente de gusto. Intentó torear a la verónica, pero no lo vio claro en ningún momento. Dejó una serie de derechazos aseaditas y con pequeñas dosis de gusto al 3°, un toro que se vino a menos muy pronto. Tampoco anduvo ni lúcido ni lucido ante el 5°, un toro que se movió con mal estilo y a la defensiva. Demasiado arroz para un artista que espera "su toro", el cual ni mucho menos tiene en qué parecerse a ese 5° ante el que (no) se vio Juan Ortega. El mitin que dio con la espada y el descabello ante ese toro fue también hermoso. ¿Otro día será? 

La primera de feria dejó la primera puerta (chica) grande (Talavante), y la primera decepción en forma de petardo (Juan Ortega). Pero también trajo a Clemente, quien en la tarde de su confirmación de alternativa dejó ganas de volver a verlo. Gustó Clemente en toro de la confirmación, al que realizó una faena de menos a más a un toro verdaderamente complicado por incierto, mirón y que no humillaba. Se basó la faena de Clemente en el aguante y la buena colocación. Poco a poco, y a base de tragar, consiguó meter al toro en la muleta para acabar ligándole algunos derechazos que tuvieron gran mérito, y con fuerte voltereta incluida. Repuesto del trance, se echa el matador la muleta a la zurda para dejar otras dos series de naturales menos lucidas, pero de nuevo tragando y quedándose muy quieto. Fue una faena verdaderamente meritoria ante un toro que no regaló nada, y que culminó de la peor forma posible: sartenazo en el número, sumado a otro bajonazo que surtió efecto fulimante. Lo que era una oreja de ley, acabó en una fuerte pitada al caer el toro, y una división de opiniones cuando salió a saludar al tercio. Y es que, aun habiendo estado verdaderamente bien, tan deficiente uso de la espada no debería consentir salir a saludar. Gustó mucho menos Clemente ante el toro 6°, en una faena en que, al contrario que en su primer turno, fue de más a menos. Muy suelto durante los primeros tercios de la lidia y manso de libro en el caballo, el toro fue finalmente fijado gracias a una brega eficaz de Juan José Domínguez; y Clemente comenzó la faena con muy buenos doblones sacándoselo al tercio. Los siguientes muletazos fueron asentados pero muy poco mandones, y a partir de ahí la faena fue cayendo en picado hasta quedar en una vulgar obra. Se le vio demasiado conformista al matador en este turno, tras lo realizado en su primero. De nuevo, mal con la espada.

Esta fue la primera de la feria de San Isidro, primera de veintiocho y que deja muy baja la exigencia de la plaza, con todo lo que tiene que venir. A Talavante, al final, se lo llevaron en hombros mientras en los pasillos y alrededores de la plaza retumbaba el reggaeton procedente de la odiosa discoteca. Perfecta metáfora de lo que fue esa puerta grande: jolgorio, verbena y falta de seriedad.





lunes, 10 de febrero de 2025

FERIA DE SAN ISIDRO 2025, PARTE III: LAS NOVILLADAS

    Novilladas. Esa variante de los festejos taurinos tan denostada en los últimos tiempos (para colmo de males), y que nos trae el premio gordo en la feria de San Isidro 2025. El culpable, un tal Marco Pérez. Ese niño torero al que se hizo figura del toreo antes incluso de vestirse de luces, y que tras una campaña como novillero con picadores que ya encamina su recta final y que ha sido de lo más provechosa (cuarenta novilladas a día de hoy, desde su debut en octubre de 2023), viene a presentarse en Madrid a la par que se despide del escalafón novilleril. Y lo hará a lo grande, lidiando seis novillos en solitario el día 30 de mayo y en la que será, sin lugar a dudas, el acontecimiento de la feria. 

     Llega a Madrid la gran promesa del toreo Marco Pérez. Llega a presentarse ante la dura y exigente afición de Madrid durante sus días grandes, ya pregonado como figurón del toreo y con el camino completamente allanado. Ni una china en el camino con la cual tropezar, y así se ha ido haciendo este novillero hasta llegar, un año y medio después de su debut con picadores, a Madrid para debutar en solitario. Apenas sí se le ha permitido competir con su generación novilleril, muchos de los festejos en los que ha participado han sido al lado de figuras del toreo y, por supuestísimo, con ganaderías de lo más selectas. Y entre esos mismos algodones, irrumpe en Madrid.

     Nadie discute que el gesto de encerrarse con seis novillos en Madrid sea elogiable, ni tampoco se discuten aquí las buenas maneras que este torero posee. Pero sí se considera censurable, primero, cómo se ha gestionado la carrera de este novillero, lejos de lo que debería ser la de un novillero con picadores. Lejos de comparecer en las grandes ferias de novilladas, con todos los novilleros punteros de su generación (y los que no son tan punteros), haciéndose con novillos de todos los encastes y demostrando sus buenas cualidades ante santacolomas, ibanes cebadas, entre otras. Qué gran oportunidad hemos perdido de relanzar las novilladas de la mano de un novillero con tanto ambiente y tan mediático. Qué gran oportunidad se ha perdido de que se programaran novilladas en ferias de provincia donde nunca se dan "por miedo a las pérdidas económicas"... Qué gran oportunidad se ha perdido, en definitiva, de emular aquel año 1950, en el que dos novilleros, llamados Aparicio y Litri, se pasearon por toda España y superaron la cifra de las cien novilladas cada uno, toreando juntos o con otros novilleros de aquel tiempo y siendo así un gran escaparate. Pero así las cosas, la mercantilización en detrimento del romanticismo y del sentido común. 

     Lidiará, en tan señalado día el figurón del toreo Marco Pérez, tres novillos de Fuente Ymbro y otros tres de El Freixo. Lo que supone más algodoncitos y más camino allanado... ¡¡Pero si hasta el Juli, en aquella encerrona que protagonizó como novillero en 1998, incluyó un novillo de Victorino Martín!! En fin, suerte para el chaval...

     Pero hay vida más allá de Marco Pérez y sus seis novillos el día 30 de mayo. Y esa vida prosigue con dos novilladas más, que lucirán hierro y divisa de Alcurrucén y Conde de Mayalde. La primera será lidiada por una terna de novilleros completamente nueva en esta plaza: Sergio Sánchez (vencedor de la reciente edición de la Liga Nacional de Novilladas), Aarón Palacios y Javier Zulueta. De los tres aspirantes, puede causar impresión en Madrid Aarón Palacios, un novillero que ya hizo lo propio durante la pasada temporada con un toreo muy elegante y no exento de pureza. La novillada del Conde de Mayalde también viene recargada de novilleros desconocidos en esta plaza: Tomás Bastos y El Mene (de quien también se hablan maravillas). Abrirá plaza ese día Fabio Jiménez, viejo conocido en este ruedo gracias a un puñado de magníficos naturales el pasado verano, los cuales le valieron para repetir en la final de las novilladas nocturnas de verano. 

     Para bien, para menos bien y para mal, este es el San Isidro que nos han preparado. Un San Isidro resumido en un escueto "más de lo mismo", de pocas luces, más sombras y la mediocridad por bandera. 

domingo, 9 de febrero de 2025

FERIA DE SAN ISIDRO 2025, PARTE II: LOS TOREROS

    Veintitrés corridas de toros. Esto supone un total de sesenta y nueve vacantes para torear en San Isidro de 2025, y que se han distribuido de la siguiente manera: seis matadores tienen contratadas tres actuaciones, trece harán doblete, y el resto (es decir, dieciocho), solamente una. En cuanto a las confirmaciones de alternativa, seis son los agraciados. Estos son los números, pero ¿qué dicen las letras? He ahí la cuestión. 

    Ausencias injustas, presencias exageradas y/o injustificables, toreros a los que se les echará de menos, otros a los que ni lo más mínimo, carteles estelares y otros cuantos que son infumables... La feria de San Isidro siempre da que hablar. Pero lo primero a comentar es de cajón: cerrando los carteles con tanta antelación, nada menos que en el mes de enero, se les corta el paso a un puesto bien ganado a aquellos matadores que pisan esta plaza a principio de temporada y dan un serio toque de atención. ¿Y si a los David de Miranda, Alejandro Mora o Rafaelillo, por citar solamente a unos pocos, les da por triunfar en sus respectivas comparecencias durante los meses de marzo y abril? De lo que ocurra en Fallas, Castellón, Valdemorillo o Arles, poca importancia puede tener: el pescado ya está vendido de antemano, antes incluso de que la temporada eche a andar en las madrugadoras ferias de la Magdalena, Fallas o Valdemorillo. La práctica totalidad de los anunciados en estas primeras ferias ya tenían asegurados sus correspondientes puestos en Madrid pasara lo que pasara, y no hay toreros de segunda fila anunciados en esas primeras ferias que tuvieran que ganarse no ya solo su presencia en San Isidro, sino su temporada.

    Y hablando de Rafaelillo, he aquí la que es una ausencia un tanto injusta de los carteles. Cierto es que toreará en Madrid el 20 de abril la corrida de Palha, pero ¿tanto hubiera costado darle, además, una tarde en plena feria de San Isidro? Es Rafaelillo a un torero veterano y curtido en mil batallas, con la honradez por bandera, que siempre da la cara y cuyo oficio aseguraría un buen hacer ante corridas como Escolar o Dolores Aguirre; y ni qué decir tiene que muy por encima de algunos de los anunciados en esas fechas. Caso similar es el de Sánchez Vara, aunque en este caso se le ha ninguneado hasta para las corridas de Saltillo, Valdellán y Palha que precederán al abono. Lo dicho: bien podrían haber el ocupado, tanto uno como otro, un puesto por encima de otros. No hablemos ya de El Cid, de quien muchos deben de pensar, a juzgar por el caso que le hacen, que sigue retirado. Pues no, Manuel Jesús Cid Salas regresó al toreo hace poco, y parece que con mucho acierto. Un huequecito en la corrida homenaje a Victorino Martín hubiera sido lo mínimo. ¡¡Qué menos, un torero que tan buen binomio formó con el citado ganadero!! Y si no en esa, en cualquier otro hueco por delante de muchos que no se sabe qué pintan anunciados en esta feria. Pero la ausencia más sonada es la de Jarocho, quien el pasado año pegó un fuerte aldabonazo en esta plaza como novillero, y que se ha quedado fuera de confirmar su alternativa. Al parecer, el chico pedía una tarde más, aparte de la confirmación de alternativa (lo lógico en un torero triunfador del año anterior). Pero la empresa no lo ha considerado oportuno, y finalmente Jarocho queda fuera por "propia decisión". Una lástima. 

    ¿Más ausencias destacables? Sobre el papel, poco o nada más que rascar. Están prácticamente todos los que deben de estar, y no se echa en falta a nadie más. Porque no parece que a nadie (entiéndase nadie en su sano juicio) le vaya a rechinar la ausencia de Cayetano Rivera Ordóñez de los carteles, por mucha "temporada de su adiós" que esta vaya a ser. Sobre aquellos que sí están, como siempre, de todo. Los figurones, a lo suyo: bien colocaditos y sin grandes alardes ni gestos, con sus ganaderías de cámara, sin complicarse la vida en dos comparecencias, y, en definitiva, a cumplir el trámite de Madrid. Por otro lado, en la confección de las llamadas "corridas duras" (término utilizado a todo aquello que se sale de la borreguez imperante), tampoco ha habido sobresaltos: los de siempre. Sus grandes especialistas, más alguno que otro del que no se sabe muy bien qué carajos pinta ahí. Una buena noticia, una grandiosa noticia en realidad, es la supresión de esa infamia que llevamos tragando las últimas ferias, denominada "corrida mixta", esa por la cual un rejoneador (siempre el mismo, por eso de darle dos tardes al "número uno") le abre cartel a dos matadores. No tenía sentido alguno, y este año se esfuma, gracias a Dios.

    Pero como mucha tela es la que hay que cortar, más vale ser exhaustivo e ir nombrando uno a uno todos los presentes, valorando así cada una de sus situaciones:


TRES TARDES

        ** MIGUEL ÁNGEL PERERA (Fuente Ymbro - Alcurrucén - El Parralejo): El mismo de siempre. Lineal, correcto y aseado (demasiado aseado) por momentos. Vulgar, repetitivo y pegapases, los más. Poderoso y dotado de un sentido del temple que más quisieran muchos, pues también. Ahí está veintiún años después de su alternativa, incombustible y a lo suyo. Le cortó una oreja a un buen toro de Victorino Martín el pasado Otoño, y también se entretuvo en escuchar la astronómica cifra de ¡¡ocho avisos!! en los siete toros que lidió en 2024 en esta plaza. Miguel Ángel Perera es único en su especie, y aquí le tenemos esta feria para lidiar tres corridas sin salirse mucho del redil. Una pena, ha demostrado en esta plaza tener capacidad para más. 

           ** PACO UREÑA (Fuente Ymbro - José Enrique Fraile de Valdefresno - Victorino Martín): Poco acertado últimamente, más destacando por jugársela a la heroica que por el toreo brillante y de quilates que sí le hemos visto en otros tiempos. No se olvidan sus "limitaciones" físicas, pero ya se sabe lo que se dice: si no se está en condiciones... Se anuncia con la de Victorino Martín por tercer año consecutivo, pero viendo cómo trató (él y su cuadrilla) a los del pasado año, más valdría que se quedara en casita ese día. 

            ** EMILIO DE JUSTO (La Quinta - Victoriano del Río - Victorino Martín): Bonito plantel ganadero para Emilio de Justo este año, eso sí que es compromiso por parte de un torero importante del escalafón. Tampoco es novedad ver a este torero dando la cara de esta manera en Madrid, y de nuevo hay que volver a quitarse el sombrero ante él y desearle la mejor de las suertes. Y también, buena mano para aprovechar esos toros.

             ** FERNANDO ADRIÁN (El Puerto de San Lorenzo - El Parralejo - Juan Pedro Domecq): Rey de la estadística, del corte de orejas, de salidas a hombros en Madrid, de rachas en puertas grandes... Todo eso está muy bien, sí. Pero ¿y lo de torear? Ahí muchos le seguimos esperando. Esta vez sí y a diferencia del año pasado, entra en San Isidro como merecen sus envidiables números. Lo que sí es más censurable, sobre todo en un torero joven y "novedoso" como él, las ganaderías elegidas. Sin complicarse mucho, como casi todos.

            ** TOMÁS RUFO (Victoriano del Río - Garcigrande - El Parralejo): Ese mocito que tanto prometía en su etapa de novillero, se ha ido diluyendo con el paso del tiempo hasta convertirse en otro pegapases más. Un pegapases que tampoco parece salirse del sota-caballo-rey que tienen instaurado los figurones para sí. Empieza a ser repetitivo.

             ** BORJA JIMÉNEZ (Jandilla - Juan Pedro Domecq - Victoriano del Río): La gran revelación del 2023 cumplió las expectativas solamente a medias en ese 2024 que debería haber sido su consagración. Una gran tarde en Sevilla ante la corrida de Victorino Martín precedió a un San Isidro que dejó muchas dudas ante la corrida de Santiago Domecq, un solemne cabreo ante la corrida de Victorino que tan mala suerte tuvo a la hora de serle adjudicados lidiadores, y una puerta grande merecida ante la de Victoriano. Si bien, en la feria de Otoño volvió a sembrar dudas ante otra buena corrida de Victoriano del Río. Todavía tiene mucho que consagrar de cara a este año que entra. 


DOS TARDES

               ** ALEJANDRO TALAVANTE (Victoriano del Río - Garcigrande): Dos tardes, y gracias. No está para trotes este torero, como viene demostrando desde hace algunos años.        

            ** JUAN ORTEGA (Victoriano del Río - Juan Pedro Domecq): Artista excelso, de la Sevilla profunda y alegre, y del que se vienen esperando muchas cosas desde hace algunas temporadas. Y en esas seguimos, esperando su faena y sus cosas. De otras plazas siempre llegan grandes noticias de él (plazas donde, por cierto, lo que menos importa es el Toro), pero es venir a Madrid, y ¡¡ay, Madrid!! Ay Madrid y su Toro, su ruedo, su público... No es excusa, los grandes artistas de la historia del toreo (Curro, Pepe Luis, su hermano Manolo, los Rafaeles...) siempre han sido venerados en Madrid, aun con sus más y sus menos. Y Madrid siempre es paciente para esperar lo bueno, pero la paciencia de Madrid también tiene límite. 

               ** DIEGO URDIALES (El Pilar - El Torero): Torero muy del gusto de Madrid, en horas bajas desde hace algunas temporadas. La irregularidad siempre ha sido estandarte en la carrera de este torero y, al final, siempre ha resurgido de sus cenizas. No es de extrañar esa mala racha, ni tampoco que resurgiera en cualquier momento.

            ** DAVID GALVÁN (El Pilar - José Enrique Fraile de Valdefresno): La gran revelación del pasado año en Madrid, y que no podía faltar colocado en dos ocasiones. 

               ** ROMÁN (Pedraza de Yeltes - Fuente Ymbro): Con el paso de los años, este torero se ha ido labrando un hueco importante en el escalafón de matadores, hasta el punto de resultar un torero prácticamente imprescindible en grandes ferias. Su concepto del toreo no sigue los derroteros de la finura y el gusto, pero si un toreo poderoso y con oficio, mucho más asentado y reposado que en sus comienzos, y con más seriedad. Dará la cara dos tardes, cosa que está muy bien.

            ** JOSÉ MARÍA MANZANARES (Puerto de San Lorenzo - Jandilla): Por muy "figura del toreo" que se le presuma, y muy guapo, y muy macho ibérico que sea, y demás... Este torero hace tiempo que debería estar en su casa descansando. Su presencia en la feria de San Isidro no hay por dónde cogerla.

         ** PABLO AGUADO (Puerto de San Lorenzo - Juan Pedro Domecq): Pablo Clazeyritmo Aguado, el Educador de los Afisionaos. El mismo que se coge un berrinche infantil cuando le echan para atrás dos toros completamente inválidos. ¿Eso es lo que necesita este torero para sacar todo su arte y su gracia sevillana? ¿Un toro completamente bobalicón y que no se tiene en pie? Gracias, pero hay cosas innegociables en esto. Y el Toro es una de ellas. Si más allá de un animal inválido no sabe ni por dónde empezar, entonces no se es torero ni se es . Es una estafa. El tocomocho del escalafón. Y en esas le tenemos este año de nuevo, con los amigos del Puerto y la juampedrada. Jé. 

                ** SEBASTIÁN CASTELLA (Alcurrucén - Jandilla): Extraño resulta verle anunciado en tan solo dos ocasiones, siendo este un torero habitual haciendo tripletes en Madrid. Solo él lo sabrá. 

                ** DANIEL LUQUE (Alcurrucén - La Quinta): Casi dos décadas después, ese "gran torero" que se harta a triunfar clamorosamente de año en año, y que en tan "buen momento" está, sigue sin dar lo mejor de sí en Madrid. Mala suerte en los sorteos, dicen que tiene. ¿O mal ojo eligiendo las corridas que lidiará? Él, que puede elegir. En el pecado llevan los toreros la penitencia, y más si son o se les presume figuras. Este año matará la corrida de La Quinta, a ver si le sale un Periquito demuestra sus encantos a Madrid.

                ** ROCA REY (Victoriano del Río - El Torero): ¡¡Todos firmes!! He aquí The Number One en la actualidad. Sin complicarse la vida, eso sí: dos tardecitas de abono, sin salirse de su redil ganadero, compañeros que no vayan a molestarle mucho... En definitiva, que vendrá, soltará su soflama, sus partidarios como locos berreando los biiiiiiiennnnnnjjjjj y los vivaspañas de rigor mientras agotan las existencias de ginebra, y hasta el año que viene. Pero ¿cómo vamos a tomarnos esto en serio?

                ** FERNANDO ROBLEÑO (Dolores Aguirre - Adolfo Martín): Se retira Fernando Robleño, un torero que, con sus luces y sus sombras, tiene ganados los respetos de todo el mundo. Y comparecerá en su último San Isidro siendo Robleño en estado puro: Dolores Aguirre y Adolfo Martín son sus oponentes. Seguramente, Madrid tenga a bien despedirle más avanzada la temporada. 

                ** MORANTE DE LA PUEBLA (Garcigrande - Juan Pedro Domecq): Es una alegría tenerle de regreso. No solo en lo taurómaco, sino en lo personal principalmente. Dos tardes contratadas con ganado muy selecto, sin complicarse (como la mayoría), y a esperar a ver si suena la flauta este año. Claro que sin toros...

           ** MANUEL ESCRIBANO (Lagunajanda - Adolfo Martín): Un torero que siempre da la cara ante corridas de toros de verdad. Por ello, resulta rechinante verlo anunciado en la corrida de Lagunajanda. Por su historial con los toros de Victorino Martín, bien podría haber entrado en la corrida In Memorian. ¿Por qué no? Mejor el Cid y Manuel Escribano, dos "especialistas" de verdad en esas corridas, que no el par de dos que el pasado año se cargaron esa corrida. 


UNA TARDE

       ** VÍCTOR HERNÁNDEZ (El Pilar): Novillero puntero en su momento, apuntando por momentos cosas interesantes. Por desgracia, no llegó nunca a disparar de verdad. Vencedor de la Copa Chenel en junio de 2024 y orejita en la feria de Otoño en esta plaza, lo que puede justificar su inclusión en los carteles. Necesita motivarlo en el ruedo.

           ** GINÉS MARÍN (Fuente Ymbro): Un buen torero, muy del agrado de los aficionados, en horas bajas. Una tarde contratada en un cartel importante, y nada más. Se le supone obligado a arrear en ese único compromiso. 

             ** JESÚS ENRIQUE COLOMBO (Pedraza de Yeltes): Muy pocos motivos se encuentran para ver anunciado a este torero. ¿Había que rellenar huecos? Pues había otros toreros con mayor atractivo para ello. En otras plazas se habrá hinchado a cortar orejas y rabos, pero sus actuaciones en Madrid durante las últimas temporadas han sido sin pena ni gloria. Las oportunidades, como las bicicletas. Son para el verano. 

                ** ISAAC FONSECA (Pedraza de Yeltes): Autor de la mejor estocada del año pasado en Madrid, y que le valió para cortar una merecida oreja. Regresó en septiembre para quedar inédito con una mala corrida de Antonio Bañuelos. Hay muchas esperanzas puestas en este torero mexicano, que parece haber aparcado el bullicio de sus años de novillero para dar paso a un toreo mucho más serio y reposado. 

                 ** UCEDA LEAL (La Quinta): Siempre es una buena noticia el ver anunciado a este gran torero. Abrirá uno de los carteles más rematados de la feria. 

              ** MORENITO DE ARANDA (Araúz de Robles): Ninguneado de manera injusta desde hace tiempo. Tuvo que plantarse en el verano madrileño el año pasado para decir alto y claro que él todavía estaba ahí, y que no había motivo alguno para seguir apartándole. Como no podía ser menos, este año tiene su hueco bien ganado.

                  ** FORTES (Araúz de Robles): Un torero al que hace ya muchos años que no se le ve asomar en Madrid. Torero con sus más y sus menos, pero que sabe hacer el toreo bueno. Un torero recuperable.

                   ** ADRIÁN DE TORRES (Araúz de Robles): Torero del corte denominado "valor seco", que cortó una oreja en esta plaza a un toro de Valdefresno el pasado 15 de agosto. Actuará también lidiando la corrida de Adolfo Martín que abre la temporada.

          ** CURRO DÍAZ (Fuente Ymbro): Sus partidarios, que se cuentan por miles en Madrid, estarán dando saltos de alegría viendo el nombre de este torero en los carteles. Pinturería y detalles.

        ** DAMIÁN CASTAÑO (Dolores Aguirre): Matador con argumentos de sobra para verse anunciado, y ante una de sus vacadas predilectas. Antes, matará en solitario una corrida del mismo hierro en San Agustín de Guadalix, y abrirá temporada en esta plaza con la corrida de Adolfo Martín. 

        ** JUAN DE CASTILLA (Dolores Aguirre): Colombiano que desde novillero se considera uno de esos toreros que siempre da la cara. Ideal para matar la corrida que le ha sido asignada.

                 ** ESAÚ FERNÁNDEZ (José Escolar): Sobran las palabras. Y también, su nombre de los carteles. Lo dicho: oportunidades en Madrid, para el verano. 

                ** MIGUEL DE PABLO (José Escolar): Torero colmenareño que anduvo bien en los desafíos ganaderos del pasado mes de septiembre. Esa tarde le hizo ganarse un puesto para matar esta corrida.

                 ** GÓMEZ DEL PILAR (José Escolar): Su buen hacer lidiador en los últimos años, le han convertido en un fijo en las corridas de Escolar de los últimos años. No podía faltar este año tampoco.

             ** JOSELITO ADAME (Lagunajanda): El figurón del toreo mexicano, regresa a Madrid tras algunos años de asueto. No se sabe muy bien qué carajo vuelve a pintar en esta feria. ¿Razones? Y que sean de peso.

                   ** EL FANDI (Conde de Mayalde): Lo mismo de todos los años, Madrid no es su circuito ni se necesitan mutuamente. Y bien demostrado quedó, sin ir más lejos, el pasado año cuando se dejó enteros y sin aprovechar a tres torazos de Fuente Ymbro. 

                ** SAMUEL NAVALÓN (Conde de Mayalde): De fugaz carrera como novillero con picadores (puntero, según dicen por ahí): en poco más de un año pasó de torear sin caballos a hacerse matador de toros. Confirmó la alternativa la pasada feria de Otoño cortando una orejita que puede justificar su inclusión en el abono.

        ** ANTONIO FERRERA (Adolfo Martín): Presencia testimonial la de este torero, quién en otro tiempo no tan lejano era anunciado en tardes de glamour y verbena. También estará en el mes de abril con la corrida de Valdellán.


LAS CONFIRMACIONES


               ** CLEMENTE (9 de mayo, Victoriano del Río): Matador de toros francés, con alternativa desde el año 2016. Basa sus temporadas sobre todo en plazas de su país, y algunas plazas del norte de España.

             ** ALEJANDRO CHICHARRO (15 de mayo, José Enrique Fraile de Valdefresno): Una puerta grande el pasado 1 de mayo (a decir verdad, de poco valor) y una muy buena actuación días después en plena feria, son los argumentos de este torero para confirmar el día del Patrón. Un torero que se hará matador de toros en la próxima feria de Fallas.

               ** DIEGO SAN ROMÁN (25 de mayo, Fuente Ymbro): Mexicano, con poco recorrido en España como matador de toros, y cuya alternativa data de diciembre de 2021. 

             ** RAFAEL SERNA (29 de mayo, El Torero): Habría que remontarse ocho años atrás para saber de su alternativa. Matador de toros muy modesto, de pocos festejos por temporada.

          ** ALEJANDRO PEÑARANDA (4 de junio, Lagunajanda): Doctorado en agosto de 2024, tuvo cierto ambiente en su momento como novillero con picadores. 

                   ** ISMAEL MARTÍN (6 de junio, Conde de Mayalde): Matador de toros desde el 29 de junio del año pasado, su tiempo como novillero se caracterizó por un concepto del toreo bullidor, alegre y con el fuerte de las banderillas. Al más puro estilo de su padrino de confirmación.