viernes, 6 de junio de 2025
6 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOQUINTA DE FERIA: "NI JUDAS SE ATREVIÓ A TANTO"
jueves, 5 de junio de 2025
5 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOCUARTA DE FERIA: "JANDILLA BARRE A THE MAESTROS"
Alguien de ahí abajo debería a empezar a pensarse muchas cosas. Pero que muchísimas. Sobre todo, después de dar cuenta de una corrida de Jandilla que, sin ser excepcional de bravura ni un derroche de casta, sacó ejemplares que se prestaron al toreo. Sí, se dejaron torear los toros de Jandilla. Se dejaron con nobleza, dulzura, cierto tranco de emoción y buenas embestidas. No se empleó la corrida en el caballo, aunque tampoco mansearon bajo el peto; y el sumo cuidado que los picadores emplearon para no meter mucho las cuerdas, echó el resto para que la corrida acabara por venirse arriba en el último tercio. Vamos, que la corrida fue muy discreta en varas, se quedó cruda y se dejó torear. Lo que viene siendo el llamado "medio-toro". Quien viniera a ver toros bravos y poderosos en varas por parte de una corrida de Jandilla que lidiaban las figuras, una de dos: o no sabía muy bien a lo que venía, o se ha equivocado de día. Vimos toros que se prestaron al toreo de muleta, y eso ya es algo. Otros días, ni eso. Es cosa de ver el vaso medio vacío o medio lleno.
Así las cosas, ante una corrida de Jandilla que tuvo que torear, volvió a quedar bien en Madrid (toreando, que no matando) Borja Jiménez; y sucumbieron estrepitosamente Sebastián Castella y, sobre todo, José María Manzanares II El Guapo. La buena faena de Borja Jiménez al 3º y, sobre todo, la buena condición de algunos de los toros que a ambos les cupo en suerte, barrió esta tarde a los dos The Maestros, ya en manifiesta decadencia y con la jubilación llamando a su puerta. ¿Cuándo se levantarán del sofá y abrirán? Mañana es tarde.
Borja Jiménez estuvo bien, efectivamente, ante ese buen 3º de Jandilla. Lo toreó con suavidad y buen estilo a la verónica, y se esmeró en dejarlo en suerte en el caballo con elegancia. No se le picó apenas y se dejó pegar los dos picotazos, por lo que a la muleta llegó alegre y con tela que cortar. Su matador se dobló con mucha torería para sacarlo a la segunda raya, y hubo doblones verdaderamente mandones. A continuación lo torea Borja Jiménez sobre el pitón derecho, dejando dos series de muletazos llevándolo por abajo y llevándose al toro hasta el final, trazando un semicírculo. Muletazos muy mandones, de figura erguida y cargando la suerte, que es como se debe torear. Porque torear sin cargar la suerte, es cualquier cosa menos torear; y este torero lo ha hecho esta tarde, por lo que se puede decir que ha toreado. A esas dos buenas series con la derecha, le sigue una de naturales que rebosa las mismas cualidades de toreo mandón hasta el final y mano baja. Pero a partir de aquí, el toro echó la persiana. Siguió el matador sobre la mano zurda, sacando muletazos muy obligados y de buen corte, pero ya sin la rotundidad de los anteriores. Y, con buen acierto, el matador también echó la persiana. No había nada más que hacer ahí, salvo ponerse a pegar bernardinas, circulares, trapazos encimistas y demás monsergas de esas que tan poco gustan en Madrid. Y como Borja Jiménez es chico listo, lo único que hizo fue cerrarse al toro andándole por la cara con torería, y dejando entre medias otro derechazo extraordinario. Buena faena, una faena que culminada con una gran estocada hubiera sido de oreja irreprochable. Pero hete aquí que pegó un bajonazo infame, con derrame incluido, y aunque hubo petición mayoritaria que fue atendida por la Presidencia, la cosa quedó un tanto deslucida por ese infame bajonazo...
Borja Jiménez toreó bien, realizó una faena en su justa medida con tres series de muletazos rotundas (dos por la derecha y una de naturales), una más de naturales que se quedó en poco por la nula condición del toro en ese momento, algunos detalles más para cuadrar al toro, y ya. El toro no tenía más. ¿De dos orejas? Faltó ahí mucha más carnaza toreando por naturales, para tal cosa... En el toreo, la mano de los billetes es la zurda. De siempre. ¿Y por qué tienen la manía estos toreros de empezar sobando a los toros por el pitón derecho, robando así embestidas que bien podrían ser empleadas en armar un fuerte escándalo toreando al natural? Imaginemos, por un momento, que en lugar de dos series rotundas con la derecha y una con la zurda, hubieran sido tres series del mismo corte por naturales... ¡¡Estaríamos hablando de otra cosa, seguro!! Pero no... El torear al natural, por desgracia, hoy en día tiene nula trascendencia. Este punto y la espada, asignaturas pendientes para Borja Jiménez de cara al futuro.
Luego viene lo de The Maestros, que es para hacérselo mirar pero bien mirado. A Sebastián Castella le cupo en suerte un toro, el 1º, de embestida suavona, justito de fuerzas y con suficiente nobleza como para haber andado de otra manera diferente a como estuvo. Ese toro, con más poder en los pies, hubiera sido extraordinario. Así las cosas, Castella se embarulló en una larga y vulgar faena, rebosante de enganchones y carente de temple. Tuvo también en su mano uno de los toros de la tarde, que fue el 4º. Un toro, mejor dicho otro medio-toro que se quedó sin picar y que se vino arriba en el último tercio para regalar un buen puñado de buenas embestidas. Embestidas que Sebastián Castella desaprovechó, en una faena (su archiconocida monofaena) comenzada por estatuarios, continuada por infinidad de series de medio-muletazos metiendo mucho pico, y el clásico arrimón cuando el toro ya está paradote y con la lengua rozando el albero. Lo mismo de siempre por parte de Sebastián Castella. Y eso, hace veinte años (sus mejores tiempos) cuajaba; ahora, ya es más difícil que cuele... Definitivamente, al escalafón le va haciendo falta una purga de toreros ya muy vistos. Una purga que debería empezarse no con Sebastián Castella, sino con el otro The Maestro.
Porque la tarde que ha ofrecido José María Manzanares II El Guapo, ataviado para más inri con un curioso terno negro bordado en tonos cobrizos, es para llevársele a casa y retenerlo allí ya de por vida. Qué digo la tarde. ¡¡La feria que ha dado!! La feria de este año, sí; y la del año pasado también; y si nos ponemos, la del anterior, y el anterior y... Y que Manzanares está para irse. Daba entre una mezcla de lástima y de hastío verlo ataviado con ese traje de Conde Drácula, paseándose por el ruedo con esa desidia, esa indolencia, esa actitud de como si la cosa no fuera con él... Solo faltaban ahí los músicos del Titanic tocando el Réquiem de Mozart, y ya hubiéramos tenido el cuadro al completo. Horrible todo, desde ese vestido en el que se había metido para venir a pasar el cepillo por Madrid un año más, hasta sus "faenas" a sendos toros de Jandilla. Uno, el 2º, con un buen pitón izquierdo y al que no quiso ni ver. Otro, el sobrero del mismo hierro, que vino a sustituir al 5º (que se descordó tras estamparse de salida contra un burladero); un toro este sobrero de condición reservona y flojo tanto de casta como de fuerzas. Ni con la espada, ese punto fuerte que siempre le ha caracterizado, ha conseguido estar siquiera decoroso este hombre en la tarde de hoy.
La corrida la cerró Borja Jiménez ante un toro que se movió soltando mucho la cara durante casi toda la faena. Y si se dice casi es porque en ese comienzo de rodillas toreando en redondo, el toro metió la cara de maravilla y hasta se tomó la licencia de hacer el avión. Una vez en pie, el matador no acertó en ningún momento a someterlo de la misma manera. ¿Un toro verdaderamente a la defensiva, o es que no hubo acierto ni buena mano por parte de su matador? Sea como fuere, la faena trascurrió sin pena ni gloria, con un Borja Jiménez entregado pero sin sacar muletazos limpios; y culminando, de nuevo, con otro infame bajonazo.
Analizadas todas las vicisitudes, no hay más remedio que redundar en la primera frase: alguien de ahí abajo debería a empezar a pensarse muchas cosas.
miércoles, 4 de junio de 2025
4 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOTERCERA FERIA: "LAS OPORTUNIDADES SON PARA EL VERANO"
martes, 3 de junio de 2025
3 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOSEGUNDA DE FERIA: "LOS ESCOLARES YA SON CATEDRÁTICOS"
domingo, 1 de junio de 2025
1 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOPRIMERA DE FERIA: "EL FUNCIONARIADO DEL PEGAPASISMO"
La terna llegó, soltó su soflama pegapasista ante una corrida infumable (otra más) de El Parralejo, y ya si eso vuelva usté mañana. Es lo que se puede conocer como el funcionariado del pegapasismo, y en cuyas filas a buen seguro que están alistados Miguel Ángel Perera, Fernando Adrián y Tomás Rufo. O lo que es lo mismo, esa terna que, en la tarde de hoy, soltó la soflama pegapasista ante una corrida infumable (otra más) de El Parralejo.
El funcionariado del pegapasismo es ese que festejo tras festejo, tarde tras tarde, feria tras feria, temporada tras temporada..., se planta en la plaza vestido de torero, realiza su faena (una monofaena ya premeditada) consistente en una hermosa retahíla de pases que son un derroche de vulgaridad; y si cuela, bien. Oreja, u orejas (y hasta rabo a veces, por no hablar de los indultos), y todos tan contentos. Y si no cuela, pues berrinche momentáneo y mañana será otro día y otra feria.
La soflama no coló en la tarde de hoy para Miguel Ángel Perera ni para Fernando Adrián. Ambos, hicieron lo que buenamente saben: pegar pases. Le pegaron muchos pases a esa corrida infumable (otra más) de El Parralejo. Pases que conformaron cuatro faenas infumables y alargadas sin sentido alguno. Pases. Pases sin orden ni concierto, como quien se va a jugar al golf por primera vez en su vida y, desde cuarenta o cincuenta metros, le da a la bolita apuntando al agujero. ¿Y si cuela, qué? Pues eso, que no les coló ni a Miguel Ángel Perera ni a Fernando Adrián en esta tarde.
A punto estuvo de colar para Tomás Rufo, ya en último momento. De hecho coló, si bien un pinchazo antes de una estocada, lo dejó en "lo que podría haber sido". Con el 3° pegó su infumable soflama y nadie le echó cuentas, pero con las mismas trazas ante el 6° sí le hicieron caso. ¿Que cómo lo hizo? Pues muy sencillo: yéndose a comenzar la faena en los terrenos de los tendidos 4 y 5, donde el público no está tan acostumbrado a que las faenas se desarrollen a su vera. Y si a eso se le añade que hubo unos cuantos autobuses venidos desde la provincia de Toledo (casualmente de donde es oriundo el renombrado Rufo), y cuyos pasajeros plantaron sus posaderas en esos tendidos, la guinda está puesta en el pastel. Es de primero de tauromaquia, lo de llenar los tendidos de paisanos y hacer las faenas en los tendidos 4 y 5 de la plaza... ¡¡Pardillo el que no lo haga!! Así las cosas, Tomás Rufo se fue a soltar su soflama pegapasista a esos terrenos de la plaza. La misma soflama que en el 3°. Exactamente calcado a lo que hizo el miércoles pasado (la tarde de Morante, para poner en contexto la situación); igualito que lo que aconteció en su primera tarde (la del famoso toro Frenoso, de Victoriano del Río, también por contextualizar). No se sabe muy bien cómo ni de qué manera, pero a veces cuela y a veces no. Hoy sí coló, pues ni tan mal para él. Bendito público de aluvión, el que se deja caer en esta plaza de cuando en cuando...
La faena de Tomás Rufo al 6° no dejó nada relevante. Lo normal, vaya: un conato de toreo hincado de rodillas, para comenzar (por dos veces se tuvo que poner en pie), y series, a continuación, de medios muletazos por ambos pitones. Sin ponerse en el sitio, sin llevarlos hasta el final, sin rematarlos atrás, sin cargar la suerte... Pero se le jaleó, y a buen seguro que una oreja perdió por pegar un pinchazo previo a una buena estocada. Que se le llegó a pedir, pero el señor Presidente mantuvo la compostura y denegó semejante despojo. Algunos, haciendo gala de no tener a nadie al volante, llamarán al Presidente "prevaricador" (cómo están las cabezas, oiga). Pero la realidad es que a eso se le llama "preservar el buen nombre de la plaza de Madrid".
Y, efectivamente, la corrida de El Parralejo fue infumable. Otra más de esta misma ganadería, que se empeña en no dejar en mal lugar a quienes la ven venir desde lejos. Si por una parte está el funcionariado del pegapasismo, por el otro estarían aquellas ganaderías que son algo así como "funcionariado de relleno". Véase, esas ganaderías que, a pesar de sus innumerables petardos, siguen viniendo año tras año. A rellenar huecos, claro está. Ganaderías comoditas y a las cuales nadie pone reparos. Nadie vestido de luces, se entiende. Los encargados de pagar su entrada, mucho; si bien, estos son el último mono en esta historia, y su opinión no sirve. El Parralejo envío en esta tarde otra corrida a Madrid muy mal presentada e impropia de esta plaza; completamente descastada, inválida y de carácter bobalicón. Y, naturalmente, a estas horas seguro que ya tendrán reseñada otra corrida para la feria del año que viene. Así las cosas.
sábado, 31 de mayo de 2025
30 DE MAYO DE 2025, DECIMONOVENA DE FERIA: "CON P DE PARODIA"
viernes, 30 de mayo de 2025
29 DE MAYO DE 2025, DECIMOCTAVA DE FERIA: "ACÓLITOS Y ACOHÓLICOS"
Ay, el público de los toros. Qué digno especimen de ser estudiado en profundidad. No existe ente alguno en el mundo, de tanta diversidad como aquella que se junta en los toros. Pero esa heterogeneidad solo se palpa durante los días grandes, que cuando aquí no hay ni feria, ni figuras, ni glamour, el personal parece olvidar por completo lo güen afisionao que es. El público a los toros es, efectivamente, de lo más heterogéneo que hay.
Los hay (y estos son mayoría) que solamente aparecen cuando hay figuritas de porcelana.
Los hay (que caben en un autobús, como decía aquel) que da igual que sea verano, primavera, otoño, haga frío, calor, llueva o hiele; que ahí estará, plantado en el tendido y dispuesto a paladear una tarde de toros.
Luego está el gorroncete, que solo va cuando le invitan y, para colmo, se cree amo y señor del lugar. Y en una línea parecida, están aquellos a quienes los toros se la bufan, y va únicamente en favor de la querencia que marca el ginc-tónic, y la foto para presumir en Instagram.
Están también los gritones. ¿Y qué gritan? Pues de todo: algunos, se dedican a censurar el mal juego de los toros, su falta de trapío, sus pocas fuerzas o su falta de casta; y también, el mal hacer de los actuantes. Otros, sin embargo, se quedan en el rebuzno del biiiiiieeeeeeeennnnnnnjjjjjjjjjj o el vivaspaña. Gritos de guerra estos últimos que, por lo general, suele dejar el descubierto al borrachín de turno.
Y, por supuesto, están los acólitos. Esos que son acólitos de un torero en concreto, al cual veneran como una especie de dios en la Tierra. Le aplauden todo, hasta lo inaplaudible. Le perdonan, silencio mediante, todo. Le vociferan la mediocridad, le exageran lo simplemente bueno, y lo superior... A lo superior no suelen llegar, para entonces ya tienen la pastilla debajo de la lengua y van camino del hule. Ayer, ración de acólitos morantistas. Hoy, los de Roca Rey... ¡¡La Virgen, qué dos días llevamos!!
Los morantistas saben de toros y saben paladear lo bueno. Y es que hay que saber de toros para comprender a un torero tan complejo como lo es Morante de la Puebla. Recuerdan a los de Curro Romero hace cuarenta años, que le veneraban hasta la forma de esquivar las almohadillas. Se desgarran la camisa con su torero, en lo bueno y en lo malo. Si Morante está bien, para ellos superior. Si está mal, "las cosas del genio". Y del Toro, ni hablar...
Los de Roca Rey, por su parte, recuerdan a aquellos que hace sesenta años llenaban las plazas en tromba por ir a ver a El Cordobés: público de aluvión y poco entendido, sin saber estar, sin cultura taurina y llamados de manera exclusiva por el morbo. Y aquellos que con El Cordobés llegaron, con El Cordobés desertaron del tendido y nada más se volvió a saber de ellos. Con los de Roca Rey vamos camino de lo mismo.
Los acólitos de Roca Rey, como es habitual allá donde va anunciado, llenaron la plaza y se hicieron con el control de la situación. Madrid no es ajena a esta moda, y ahí queda el ejemplo de esta tarde: Roca Rey en el cartel, con una corridita de El Torero y el acompañamiento de Diego Urdiales y de Rafael Serna, confirmante de alternativa este último. Al llamado Huracán de los Andes le jalearon y aplaudieron todo cuanto hizo ante el 2º mulo de El Torero. Faena esta comenzada con sus clásicos pendulazos de rodillas; y continuada, una vez en pie, con el destoreo más burdo que pueda existir. Faena muy desajustada, rebosante de trapazos, y sin colocarse ni una vez en el sitio; culminada además con una estocada trasera que bastó por sí sola. Nada, absolutamente nada de especial, ni digno de recordarse lo de aquella faena. Pero como de acólitos estaba repleto el tendido, hubo petición. Una petición que, afortunadamente, desatendió un acertado Presidente. Pero he aquí el colmo del analfabetismo taurino: tras pedir la oreja, NADIE saca a saludar una ovación a ese mismo matador a quien, instantes antes, aclamaban.
Pero Roca Rey no se fue de este San Isidro sin su preciado despojo. Se lo llevó del 5º toro, un torete este de embestida bobalicona, blanda y sosa, ante el cual Roca Rey compuso una faena larguísima y a la que nadie prestó la más mínimo atención en su primera parte. ¿Acaso el percal cambió en algún momento, artísticamente hablando? Para nada. La diferencia la marcaron las protestas: ningún acólito le prestó la menor atención al destoreo chabacano de Roca Rey, hasta que cayeron en la cuenta, ya muy entrada la faena, de las protestas que llegaban desde algunos sectores. Protestas hacia ese pegapasismo a un toro muy parado y blandengue, que embestía sin emoción ninguna. Y ahí es cuando los acólitos entraron en l faena y reaccionaron. No hubo ningún atisbo de toreo en la faena de Roca Rey al 5º, como tampoco hubo una estocada correcta. Al contrario, fue una estocada trasera y caída que, sin embargo, hizo su efecto fulminante. Y orejita al canto. Orejita que para nada tapa la pésima feria que ha echado este torero.
Roca Rey, así como Diego Urdiales y Rafael Serna, hicieron el paseíllo esta tarde para vérselas ante una malísima corrida de El Torero. Malísima por floja, de poco poder en varas, sosa, descastada y tediosa. Solo uno embistió con alegría, y ese fue el 4º. Un buen toro que se quedó crudo en varas, y que en la muleta sacó embestidas verdaderamente provechosas. Y con ese toro, Diego Urdiales sucumbió estrepitosamente. Ni pudo ni quiso. Y definitivamente, tal y como se sospechaba desde hace algún tiempo, Diego Urdiales está para hacer las maletas e irse a casa. No es cosa de ahora, sino de hace algunas temporadas. Una pena.
Rafael Serna vino a confirmar la alternativa que tomó en Sevilla hace ocho temporadas. Y lo cierto es que, despojos aparte, el hombre tuvo una actuación de lo más digna y voluntariosa. Entró en quites, estuvo activo con el capote, puso buena voluntad y empeño, dio buenas verónicas en el recibo al 6º tras una portagayola, llevó a ese toro al caballo mediante un bonito galleo por chicuelinas... Y hasta en la faena a ese 6º, aunque no fue una faena limpia ni dejó muchos muletazos para el recuerdo, sí dejó buenas sensaciones. Las buenas sensaciones que da el querer hacer el toreo de frente y queriendo llevarse al toro detrás de la cadera. Ese toro 6º fue complicado: tuvo casta, pero a la vez pocas fuerzas. Y si se le bajaba la muleta, se derrumbaba; y si se le toreaba a media altura, embestía rebrincado. Rafael Serna, dando muestras de su poco oficio y mucha voluntad, estuvo firme y entregado, con intención de hacer el toreo. No lo consiguió, pero la impronta quedó ahí. Mató de una estocada desprendida que, asimismo, fue fulminante; y la orejita cayó. Una orejita cuanto menos benévola. No obstante, se quedan ganas de volver a verlo y de seguir su progresión.
Se desconoce cómo fue para los acólitos, pero en lo que respecta a los que acuden todos los días a los toros sin importar el cartel, la tarde fue soporífera. La mala corrida de El Torero y el calor abrasante fue la tónica general que marcó la tarde. Excepto para aquellos que se refrescaran la garganta y la boca cubalibres mediante. Esos sí que saben.
miércoles, 28 de mayo de 2025
28 DE MAYO DE 2025, CORRIDA DE LA PRENSA: "LOS GARCIMIAUS, EL DERRIBO, MORANTE Y EL ACOMPAÑAMIENTO"
martes, 27 de mayo de 2025
27 DE MAYO DE 2025, DECIMOSEXTA DE FERIA: "DOLORES DE CABEZA"
domingo, 25 de mayo de 2025
25 DE MAYO DE 2025, DECIMOQUINTA DE FERIA:"EMPACHO DE MORTADELA BARATA"
Cogerse un empacho, sea de lo que sea, nunca es bueno. Pero claro, si uno ha de empacharse por decreto y porque no le queda otra, sería preferible que fuera a base de jamón 5J, y no mortadela. Que el estómago se va a resentir de la misma manera, pero a fin de cuentas, el paladar lo agradece más de una manera que de la otra. Si don Ricardo Gallardo, amo y señor de la ilustrísima vacada Fuente Ymbro, nos hubiera brindado 5J desde que empezó la temporada, igual el empacho tan gallardo que llevamos hubiera dejado buen regusto. De la cama al váter y del váter a la cama, sí; pero que a uno le quiten lo bailao. Por jamón del bueno, "mato". Pero como el renombrado ganadero se ha dedicado a repartir mortadela de la más barata que hay en el mercado, la cosa sabe mucho peor.
Doce de quince, que en total son dieciocho de veintiuno. El gallardo empacho suma tachones en sus correspondientes casillas, y ya hace estragos en el cuerpo. Mala novillada el pasado 30 de marzo (en Las Ventas, sí; donde también hay toros cuando no es feria de San Isidro, aunque algunos parezcan ignorarlo). Mala corrida hace exactamente catorce días, con desfile de inválidos y de sobreros incluido. Y en la tarde de hoy, domingo 25 de mayo, mediocre y soporífera corrida de toros. Ni los dos toros lidiados en 5º y 6º lugar, con los aires de la casta en su haber, logran maquillar un nuevo fiasco que lleva por Conste y Certifico la firma del señor Ricardo Gallardo.
Los toros de Fuente Ymbro vinieron a Madrid con leña y ofensivos por la parte delantera, si bien desigual de hechuras. Desde alguno que otro más correcto, hasta otros que andaban escurridos y mal hechos. Mansos, flojos de remos y de poco poder en varas, la corrida llegó al último tercio muy apagada y a la defensiva. Durante la lidia de los cuatro primeros, lo único trascendental fue que un nuevo matador de toros mexicano había confirmado su alternativa en España. Su nombre, Diego San Román; quien celebró tan magno evento haciéndose cargo de un toro rajado al que no supo plantarle batalla. Muy voluntarioso por agradar el nuevo matador, el toro se le arrancaba a cada cite con nobleza pero al tercer muletazo se le iba hacia las tablas. No consiguió en ningún momento meterse en su terreno y sujetarlo, por lo que el trasteo pasó desapercibido. Lo mejor de su actuación ante ese toro, un quite por gaoneras de lo más ajustadas.
Curro Díaz dispuso de un lote completamente de matadero, sin opción alguna. Salvo que se excedió más de la cuenta ahí delante pegando pases, y que a ambos se los cepilló de sendos bajonazos, poco más se le puede reprochar. Román también se eternizó más de la cuenta lidiando al 3º, al que se despachó de dos picotacines en el caballo y que embistió con tontuna y una sosería irritante. Lo intentó Román dándole mucho sitio y dejándoselo venir, pero no ocurrió nada relevante ni exento de vulgaridad. Una vulgaridad que llegó, a partes iguales, de toro y torero.
A punto de llegar a lo más profundo del abismo estaba la tarde cuando Román agarró la muleta para hacerse cargo del 5º. Este toro pasó por el trámite (nunca mejor dicho) del picador para recibir dos caricias de nada. Un beso de amor hace más sangre e imprime más castigo que esos dos picotacitos que se llevó ese 5º en el primer tercio. Pero el toro, en lo más profundo de sus entrañas, llevaba un cierto fondo de casta que acabó por derrochar en el último tercio. La generosidad de Román echó el resto. Fueron seis series de muletazos, por ambos pitones, en las que el matador le dio sitio siempre y se lo dejó venir desde lejos. Esto hizo que el toro galopara con alegría y repitiera en cada muletazo, embistiendo con mucha franqueza. Buen toro en la muleta... ¿Toro? Más bien, medio toro: discreta pelea en varas (manseó y le dejaron crudo), y buen juego en la muleta. Román anduvo generoso, asentado y voluntarioso, sí. Otra cosa es que llegara a torearlo con limpieza y a realizarle una buena faena. No hubo muletazos rotundos, lo pasó siempre a base de trallazos, muy despegado y echándoselo hacia fuera metiendo el pico descaradamente. Ya en la última serie, con la diestra, sufrió una fuerte voltereta cuando se quedó totalmente fuera de cacho en uno de los cites, y el toro hizo por él sin dudarlo. Cerró la faena con un puñado de electrizantes bernardinas, en las que se jugó el tipo con gran sinceridad. Pero el uso de la espada fue deficiente: pinchazo y media estocada baja y atravesada. Se le otorgó una oreja, ciertamente cuestionable teniendo en cuenta varios factores, pero sobre todo el de la espada.
El 6º toro también fue un ejemplar con mucho que torear. Manseó en el caballo, donde el picador Eduardo Reyna le plantó dos puñaladas traseras y metiendo bien las cuerdas. A pesar de todo, llegó a la muleta embistiendo como un tren. Fue un toro muy complicado y de embestida correosa, que pedía firmeza, mano baja y temple. La faena de Diego San Román acepta dos lecturas: la de la firmeza y el valor que derrochó en todo momento; y, por otro lado, el poco oficio que demostró tener. Dio la cara el matador en todo momento y tuvo la virtud de no venirse abajo ni aun cuando el toro le desbordaba. Poco a poco, esos trallazos que compusieron las primeras series fueron convirtiéndose en muletazos de más mano baja, hasta llegar a conseguir algunos más mandones y de mejor trazo. Ante una embestida que se encuentra en las antípodas de esa embestida mexicana suave y lenta a la que anda más acostumbrado, Diego San Román demostró estar sobrado de valor y muy flojo de oficio.
Del gallardo empacho, ya solo nos queda el postre en forma de tres novillos para el viernes. ¿Y si dosificáramos y, de paso, la mortadela la dejamos para otras ocasiones? Al final todos saldríamos ganando. Y nuestros estómagos, los primeros: los empachos son siempre desagradables.
sábado, 24 de mayo de 2025
24 SE MAYO DE 2025, DÉCIMOCUARTA DE FERIA: "EN EL NOMBRE DEL ARTE, DE LA CLASE, DEL RITMO Y DE LA SANTA TOREABILIDAD. AMÉN"
En el nombre del arte, se han cometido (y cometen) numerosos disparates. En el nombre del arte, un plátano pegado a una pared con cinta de carrocero se exhibe en la feria Arte Basel de Miami. En el nombre del arte, se considera "obra" a una pared pintada de blanco. En el nombre del arte, una estructura metálica forrada con extensiones de pelo rubio, es exhibida en Arco y cuesta la friolera de once billetes de los violetas... Y en el nombre del arte, ahí queda la imposición de la toreabilidad, de la falta de casta, de la borreguez y de la falta de fuerzas como el paradigma de la bravura. Amén.
La ganadería artista por excelencia, Juan Pedro Domecq, con los dos artistas por excelencia del momento: Juan Ortega y Pablo Aguado, más conocidos en estos lares como Juan Con Miedo Ortega y Pablo Clazeyritmo Aguado I, El Educador de los güenos afisionaos. El paradigma del arte taurino más contemporáneo: una gatada inválida y descastada, para que dos torerines de pitiminí se harten a pegar pases. Pases, eso sí, con mucho gusto y duende. A esto hemos llegado.
Semejante bodrio cuela en cualquier otro sitio, especialmente de Despeñaperros para abajo. Pero Madrid, aunque a veces flojee, siempre es Madrid. En Madrid, semejante parodia de inválidos escuálidos y descastados, no cuela. Como tampoco cuelan las caricias a media altura, la pinturería, el gusto, los desplantes y el aroma a sevillanía, cuando ahí delante falta el actor principal de la corrida. Véase, el Toro. Y como Toro fue precisamente lo que no hubo en esta tarde, el resultado se ha condensado en un infumable (anti) espectáculo que, a Dios gracias, no se extendió mucho más de dos horas.
No valieron para nada los pocos detalles de pinturería que le jalearon a Juan Ortega durante la lidia de sus tres entes. Alguna cosilla por ahí suelta, pero que muy suelta, con el capote; y algún que otro detallín en forma de remates con la muleta. Tres babosas fue lo que lidió, con las tres babosas hizo intento de recrearse con su esencia, y en los tres turnos apenas llegó a alcanzar el menor caso del personal. Y ya si eso, hasta otro rato. Que ya será en otra feria.
Al Educador de los güenos afisionaos, el mismo que da una pataleta de niño chico porque le devuelven los inválidos, le otorgaron una oreja del 6°. Antes, anduvo con su pinturería y su plasticidad ante otras dos babosas que no hicieron un mal gesto ni le pusieron en apuro alguno. Detallines ante esos dos cuarto y mitad de toros que le correspondió lidiar en segundo y cuarto lugar. Entre el tedio y el cabreo generalizado del personal, que se sentía cual víctima del tocomocho ante la falta de casta y de bravura que caracterizaba la tarde. La oreja se la cortó, efectivamente, al 6°; remiendo de Torrealta. Porque no, la BECERRADA de Juan Pedro Domecq no pasó al completo la criba veterinaria (cómo serían los rechazados, Dios santo...). Ese sobrero de Torrealta llegó a cumplir en el caballo, recibiendo más castigo él solito que los otros cinco restantes. Llegó a la muleta noble, suavón y a medio gas. O lo que es lo mismo, con claze y ritmo. Por fin, parecieron alinearse los astros para el Educador de los güenos afisionaos, pues aparte de que pareció encontrar un torete al gusto, también parte del personal ya se vio completamente educado para entender todo lo que le hizo. Y así le cortó la oreja, tras una faena basada principalmente en la mano izquierda y en la que, de manera suelta y aislada, soltó algunas caricias muy estéticas e inspiradas. Granitos entre mucha paja. Torería y sabor a raudales, pero faltaron dos cosas: por un lado, rotundidad; esa rotundidad que solo puede llegar con una serie de esos naturales completa y muy bien pegada. Y por otro lado, el actor principal: el Toro. El de Torrealta se dejó con dulzura, pero le faltó mucha más emoción, una emoción que solo podía llegar con la casta. Y de eso no hubo. Mató Aguado de estocada rinconera que, además de provocar un derrame, surtió efecto fulminante. Y orejita. Un orejita que en absoluto maquilla el fiasco ganadero y jartista con el que se había publicitado la tarde.
Aunque nadie le hizo ni caso, aunque nadie tuvo la decencia de invitarle a hacer un quite... Pero ahí anduvo, una vez más, Álvaro de la Calle como sobresaliente. Siempre atento a todo, bien colocado y perfecto en sus labores. Había que resaltarlo.
En el nombre del arte, de la clase, del ritmo y de la santa toreabilidad, la Fiesta se va, literalmente, a la mierda. Y tardes así, le hacen más daño a esto que los quince-veinte cazurros que ayer, una vez más y con el beneplácito de esa infamia política que guía los destinos de España, gritaban a las puertas de la plaza de Madrid. Toro, Toro y solamente Toro es lo que hace falta aquí; y lo demás, que venga después. Si quiere venir y medirse al Toro, claro.
viernes, 23 de mayo de 2025
23 DE MAYO DE 2025, DECIMOTERCERA DE FERIA: "EL MEDIO-TORO EN TODO SU ESPLENDOR"
A Victoriano del Río no le salió esta vez un Frenoso, uno de esos toros bravos de principio a fin, que cumple en varas y va a más durante toda la lidia. No hubo Frenoso alguno esta vez, como tampoco hubo alcurrucenes, ni lisardianos o aldeanuevas frailunos. Dicho de otro modo, la corrida de Victoriano del Río no fue extraordinaria, pero sí echó toros con posibilidades. Sirvió la corrida, sirvió dentro de los parámetros de la nobleza, la toreabilidad, las pocas fuerzas, la simulación del tercio de varas y la poca casta, enemiga pública esta del torero y del jarte. El medio-toro en toda su extensión. Ni toros, ni moruchos. Simplemente el medio-toro. Es cosa de según se mire el vaso, si medio lleno o medio vacío. Y yo, pobre de mí, lo veo medio vacío. Sugestionado acaso por los Frenoso, Brigadier, los de Palha del mes de abril, o el de Saltillo también de abril (que sí señores, que en Madrid no solo hay toros en mayo, a ver si se enteran). Pero también, sugestionado ya después de las inmundicias que llevan por nombre El Puerto de San Lorenzo, Alcurrucén, El Pilar o Valdefresno...
Pues fuera las sugestiones. En el día de hoy, Victoriano del Río se echó al morral una corridita bien presentada aunque sin grandes excesos, que no hizo cosas grandiosas en varas (si bien, hubo algunos que cumplieron bajo el peto y no mansearon), baja de casta, y que se dejó hacer. Y con el morral atestado de esas cualidades desembarcó Victoriano del Río en Madrid una vez más, con el personal esperando mucho más, y después de unos días de "mucho menos". Poca cosa ocurrió durante la lidia de los tres primeros toros, cuya pelea en varas fue más o menos igual que la que libraron en el último tercio: se dejaron sin hacer un mal gesto, pero sin grandes alardes de bravura y de casta. Al 1º, Emilio de Justo le realizó una faena muy poco asentada y atropellada, sin terminar de confiarse y pegando sus clásicos medios muletazos. El 2º, al que no se picó apenas, fue un toro reservón y muy agarrado al piso, que cuando decidía arrancarse repetía y otorgaba buenas embestidas. Sobre todo por el pitón izquierdo. Un toro, a fin de cuentas, complicado y con el que había que meterse mucho y saber lidiar. Pero fue a encontrarse con un huracán, el famoso Huracán de los Andes, que en el día de hoy no fue ni brisa. Desentendido e indolente, como si la cosa no fuera con él, se limitó a tirar líneas con una chabacanería absoluta. El 3º, dentro de esa línea pastueña y toreable, tuvo una faena de pocos pero intensos muletazos, de esos que hacen recordar el "pronto y en la mano" del inolvidable maestro del mechón blanco. Pero Tomás Rufo, que no es Antoñete ni mucho menos (poooooor favorrrrrr), realizó una faena larguísima y anodina, con un comienzo espectacular toreando de rodillas, pero venida rápidamente abajo, al asentar las plantas de los pies sobre la arena. Mal, además, con la espada.
En cierto modo, empezaron a ocurrir cosillas una vez el 4º irrumpió en el ruedo. Dos picotacitos recibió, saliendo suelto del segundo; pero en la muleta derrochó cierta alegría en sus embestidas. Emilio de Justo paseó una oreja de este toro tras su lidia, por una faena en la que hubo mucha paja y algún que otro grano. Faena de altibajos, con pocos altos y sí muchos bajos. Los bajos fueron cuatro series de derechazos muy pero que muy modestas, siempre citando muy fuera de cacho y escondiendo la pierna descaradamente, sin terminar de rematar ningún muletazo. Se la echa a la zurda y no ocurre nada en la primera serie, pero sí llega a lucir algunos naturales aislados al final, a pies juntos, con gusto y despaciosidad, que fueron rematados con un GRANDIOSO pase de pecho. Extasiado, arroja la espada al suelo en un feo gesto que no representa torería alguna, y comienza a pegar naturales con la mano derecha, cuyo calificativo más amable bien podría ser "ni fu, ni fa". Como culminación, algunas florituras de mucha enjundia para cerrarse al toro, y una buena estocada que sirvió por sí sola. Y orejita al canto, a un toro que mereció mucho más.
Al 5º toro lo asesinó un picador de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que se hace llamar Sergio Molina. Semejante sujeto asestó una puñalada al animal en todo el costillar, y desde entonces el toro no hizo sino blandear y defenderse. Tampoco anduvo muy lucido el señor Presidente, que lo mantuvo en el ruedo. Y ese presunto huracán que hoy se quedó en una pequeña brisa, encantado de la vida. O al menos eso aparentó durante el largo trasteo al inválido, recreándose en sus cucamonas de excelso pepagapases que es, hasta el punto de llegar a escuchar un aviso. Ya hay que ser mal profesional para, en Madrid, llegar a escuchar un aviso por recrearse ante un pobre inválido. Pero claro, estamos hablando de Roca Rey, de quien nada puede ya sorprendernos. Ya sabemos que en cualquier otro lado, por esto le hubieran otorgado dos orejas y rabo, y hasta hubiera habido petición de indulto... Pero Madrid aún no se ha perdido del todo.
Y llega el momento culmen de la tarde. Es el 6º toro, que ya daba muestras de ser un completo inválido desde que asomó por chiqueros, sin tan siquiera pasar por el trámite (porque, al fin y al cabo eso es lo que es) de los puyazos. ¿Puyazos? Picotacines de nada, más bien. Como hubiera dicho un legendario aficionado de Madrid (a quien Dios tenga en su santo seno), "ni para un análisis". Y con esas, el toro se viene arriba tras ser banderilleado por Sergio Blasco y Fernando Sánchez. El primero dejó dos buenos pares de banderillas, y el que resta... Pues es que como ya se le aplaude todo, qué más da si lo fueron o no. Salió apurado Fernando Sánchez de ese par, el toro le hizo hilo y por poco le echa mano... Pero más apurado aún es salir perseguido y que sea Roca Rey quien deba estar al quite. ¿Apurado? Un deporte de riesgo, más bien. Como tirarse en paracaídas y que este no se abra... ¡¡Mal profesional y mal compañero es ese torero!! Y lo peor, no es la primera vez... En definitiva, que ese inválido se vino arriba y propició un puñado de enclazadas y rítmicas embestidas, que a cualquiera de esos paladines del jarte hubiera extasiado hasta el orgasmo. Pero Tomás Rufo no es un torero excelso, artista ni inspirado. Tomás Rufo es... Tomás Rufo. Un torero que torea retorcido, que se echa a los toros para fuera metiendo mucho el pico, que no carga la suerte, que se alivia... Y eso fue lo que hizo durante toda la faena, una faena por cierto muy jaleada. Varias series de muletazos por ambos pitones, bajando mucho la mano pero tal vez aceleradas, sin mando ni sometimiento. Muletazos despegados y escupiendo al toro fuera. Series ligadas, en algunas haciendo la noria y hasta haciendo ese censurable gesto de agarrarse a los cuartos traseros... ¿Que si entra la espada a la primera, se hubieran pedido las dos orejas? Ni qué decir tiene. Pero la espada no entró, y el bueno de Tomás Rufo se quedó sin cantar bingo.
La corrida de Victoriano del Río fue un canto al medio toro. Una lírica a la tauromaquia postmoderna. Un poema a la toreabilidad. Una fábula en la que la nobleza es protagonista principal; y la casta y la suerte de varas, antagonistas. El vaso medio vacío.
22 DE MAYO DE 2025, DUODÉCIMA DE FERIA: "NI PICANDO A VEINTE METROS BAJO TIERRA"
Regla no escrita en esto de los toros: en toda tarde de toros siempre se rasca algo interesante. Aunque sea cualquier nimio detalle. Cualquier cosa... Un capotazo. Un quite. Una media verónica. Un remate. Un par de banderillas. Un puyazo. Un... Algo. La regla es esa y, como toda regla, siempre hay una excepción. Por lo pronto, esa excepción es una corrida de Alcurrucén que fue lidiada por Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera y Daniel Luque un 22 de mayo de 2025. Es decir, la corrida de hoy. A ver quién es el guapo que le saca el más mínimo contenido a semejante bueyada. Una bueyada con la que se vio las caras la vulgaridad en persona y vestida de luces.
Como cerdos llevados al matadero, célebre frase "rowlingiana", se dirigió a la plaza el aficionado (a los toros, que no al cubateo, a los vivaspaña y a la jarana); sabedor de las nubes negras que se cernían sobre la tarde. Alcurrucén... Si solo de oírlo da escalofríos: moruchada hace nueve días. Dos moruchadas hace doce meses. Otras dos moruchadas hace veinticuatro. Y hace treinta y seis, lo mismo. ¿Qué podía salir mal? "De una tarde de toros siempre se rasca algo interesante", decía el más optimista, acaso con la noble intención de inventarse cualquier excusa para dejarse caer por la plaza, con semejante panorama oteando en el horizonte. Y hasta de la peor tarde de toros se puede rascar algo, faltaría más. Pero no fue el caso, porque una cosa es una mala tarde de toros, y otra muy distinta fue esto. Y en verdad, no hubo nada de nada. Pero vamos a ver ¿qué demonios se va a rascar de tal infamia? Nada, es imposible. Ni rascando, ni rastreando como sabuesos, ni aun picando a veinte metros bajo tierra. La tarde ha sido infinita y anodina, de más de dos horas y media de duración y completamente vacía. Uno a uno fueron desfilando, ante los ojos de los presentes, una nueva y lozana bueyada que añadir a la colección de lozanos despropósitos. Seis moruchos de carne, mal presentados, mansos, descastados, parados, bobalicones, marmolillos, tontunos y toda esa ristra de calificativos tan impropios de toda una corrida de toros. El 4º, inválido, hizo mover el esqueleto a los chicos de Florito, a buen seguro más bravos que cualquiera de los últimos cien lozanos toros que hemos visto por aquí. Y en su lugar salió un sobrero de Zacarías Moreno: el tuerto en un país de ciegos. Un tuerto miope y astigmático, pero tuerto al fin y al cabo. Y eso, al final, puede llegar hasta a servir. Y sirvió, para que Castella soltara una inaguantable soflama de destoreo. Pero sirvió, que ya es algo.
Ante semejante panorama bóvido se plantaron los tres vulgares pegapases antes referidos, para echarle aún más leña al fuego de la chabacanería y de la inmundicia. Con el capote, con la muleta y, por descontado, con la espada. Castella anduvo pegapases y anodino con el morucho. Y con el tuerto miope y astigmático, lo mismo. Se dejó ese 4°, que regaló un puñado de embestidas que fueron derroche de bobaliconería. Sacó Castella todo su arsenal: pendulazos desde los medios, series de muletazos sobre ambos pitones; sin mando, sin temple, sin acople, sin colocación, con muchos enganchones y aún más vulgaridad... Anduvo mal Castella con ese potable toro, muy mal. Pero aún más con la espada, y durante toda la tarde además: bajonazo al 1° y bajonazo al 4°. Y aun con esas, le piden la oreja. Debe de ser duro, pero que muy duro, dejarse un buen número de billetes en entradas, cubatas, vestuario y accesorios, para luego salir de la plaza sin haber visto cortar ni una mísera oreja. Qué digo una oreja, sin tan siquiera tener ocasión de dar un mísero aplauso. Solo por este motivo, aderezado correctamente con la ingesta de unos cuantos litros de ginc-tónic, se puede llegar a comprender que parte del personal pierda la razón de esa manera. Muy duro...
Miguel Ángel Perera, maestro del pegapasismo más vulgar que se pueda encontrar en una plaza de toros, se estampó contra la moruchada. Soltó su soflama, poco caso le hicieron, hizo un deficiente uso del estoque (de nuevo), y hasta otro ratito. O lo que es lo mismo, hasta dentro de diez días.
Daniel Luque también es maestro. O al menos, así lo quieren vender los paladines de la (des)información taurina. Maestro, sí. ¿De qué? Eso ya no lo sabemos decir. Es maestro, y punto. Pero fuera de Madrid, claro. Lejos de esta plaza y de esta afición, sus andanzas son solo comparables a las del Cid (ojo, el Campeador; que no nuestro Manuel Jesús, pues no ha nacido aún hombre alguno que se pueda equiparar a ese Cid de sus buenos años). Pero es pisar Madrid, y el señor Luque queda como don Quijote luchando contra los gigantes que en realidad eran molinos. Perfecta metáfora, quijotesca además, de lo que es este torero: donde dicen que hay gigantes, tan solo hay molinos. Una feria de San Isidro más a la buchaca, y Daniel Luque vuelve a pasar de puntillas. Ni con ese capote ese tan magnífico que (dicen) tiene, ni con esa muleta que (dicen) es tan poderosa y tan artística, ni con la espada. Daniel Luque se plantó, de nuevo, ante dos moruchos. También soltó su soflama de pases, muy despegado y a media alturita para no molestar; lo de las luquesinas, lo del (des)toreo en ochos, lo del encimismo... Y hasta otro rato, que ya si eso llegará con una nueva feria.
Alcurrucén dio la tarde, y con Alcurrucén la dieron tres matadores que son capaces de aburrir hasta a una oveja. Tampoco dieron motivos de alegría las cuadrillas, tan socorridas en tardes así para recordar algún que otro momento de altura. Hubo algún que otro par de banderillas aseado por parte de Rafael Viotti y de Jesús Arruga, pero no pasó de eso mismo. Aseado, y ya. De todas las tardes de toros siempre se repesca algo, pero en la de hoy es misión imposible. Como soltar la piara de cochinos en mitad del Sáhara y pretender que te encuentren una trufa. Pues igual.
jueves, 22 de mayo de 2025
21 DE MAYO DE 2025, UNDÉCIMA DE FERIA: PATANES
De manera concisa. O, como se dice en el balompié, "cortita y al pie": dejar de sacar la entrada de esta tarde, alegando un "cartel flojito", es de ser un verdadero PATÁN. Y hubo unos cuantos, al parecer. Peor para ellos.
Cierto, no era una tarde de postín, ni de glamour. Tampoco había por allí figurillas de porcelana que aseguran aluvión de orejas, ni torerines famosos y con porte de modelo que son habituales en los programas y revistas de marujas. Qué decir tiene sobre la ganadería, si tampoco era de esas que indultan media camada por temporada en esas plazas de Dios. No, hoy no era día para dejarse ver. Pocas fotos en Instagram sujetando el cubalibre, y con el incomparable marco de Las Ventas como fondo; ataviado con el uniforme reglamentario del güen afisionao (a saber, camisa de ya sabemos qué conocida marca, chaleco, pantalones pesqueros de pitillo, calcetines de colores, mocasines y sombrero cordobés al gusto). Poco negocio hoy para los de la ginebra, no digamos ya para la odiosa discoteca. No hubo nada de eso pero, a cambio, sí tuvimos toros y toreros. Con eso igual solo se llena un autobús, mientras que el glamour llena las plazas. Pero, al fin y al cabo, de eso se trata esto de los toros: de disfrutar del Toro y del toreo. ¿No?
La tarde tuvo contenido, y se veía venir desde que se anunció. A pesar de los augurios, pero se veía venir que aquí sí podía saltar la liebre. Enchiquerada, una corrida de Araúz de Robles; vacada cuanto menos peculiar dado que confluyen diversas sangres y procedencias en sus venas; y que durante los últimos años ha lidiado ejemplares muy interesantes. Su hoja de servicios era cuanto menos justificable como para acercarse con ánimo a la plaza. Sin embargo, la corrida de esta tarde ha sido mala. Una mala corrida de toros por mansa, complicada, bronca y muy parada. Mansos de principio a fin, desde que salían y se les veía cómo buscaban la salida, hasta el momento del arrastre; pasando, naturalmente, por el caballo de picar y la faena de muleta. Una corrida de toros muy complicada, y a la que se supo sacar partido. O, al menos, lidiar con suficiencia. Pareciera esto último una perogrullada, pero nada más lejos de la realidad: el escalafón, atestado de matadores y novilleros; y cuando sale una corrida complicada casi nadie sabe meterle mano.
Anunciado estuvo Morenito de Aranda, un matador de muy elegantes maneras, ya veterano (exactamente veinte años de alternativa), y que sabe torear bien de verdad. En esta plaza ha dado muchas tardes de toros excelentes y, aunque parece haber desaparecido en las últimas temporadas, ahí sigue. ¿Un "cartel flojo", aquel que lo abre Morenito de Aranda? Vamos, hombre... Pues anduvo ciertamente bien durante toda la tarde. Lidió a sus dos toros con oficio y eficacia, se preocupó por poner en suerte en el caballo, dio los capotazos y muletazos precisos, y anduvo con torería. Dispuso en primer lugar de un auténtico buey de carrera, con el que poco pudo hacer. Sí tuvo más toro en cuarto lugar, un toro manso, correoso y exigente que llevaba hule en sus pitones. En los medios y sin probaturas (quizás desacertadamente con semejante manso), Morenito realizó una faena con altibajos, costándole mucho trabajo someter la embestida del toro. Algunos muletazos sueltos consiguió sacar y sobre todo firmeza. Se la jugó de verdad el matador antes ese toro y, a pesar de los altibajos de la faena, esta fue muy meritoria por todo lo que tragó. Lo mejor llegó al final: tres naturales excepcionales, y un cierre de faena mediante algunos remates y adornos que bien podrían quedar impregnados en los carteles de toros. Con la espada, mal durante toda la tarde.
La tarde continuó con Saúl Jiménez Fortes, un torero de muy desigual carrera y al que muy poco hemos visto durante las últimas temporadas. Tras lo de esta tarde, a buen seguro le veremos más a menudo de aquí en adelante. Como para no... Fortes echó en Madrid una tarde sensacional, de puerta grande de verdad si no se hubiera dedicado a pinchar en hueso. Una oreja pudo haberle cortado al 2°, un toro reservón, muy agarrado al piso y al que sacó muletazos de veras muy meritorios. Fue una faena corta y muy medida: una primera serie con la mano derecha y gustándose, a la que siguió otra serie de naturales muy mandones y sometidos, de gran belleza y pureza. Siempre muy bien colocado Fortes y enfajado con el toro, vuelve a la derecha para dejar otros cuantos muletazos enormes; y un cierre de faena mediante ayudados por alto de sabor añejo. No hizo falta más, el toro tampoco tenía dentro gran cosa y, aun así, su matador logró hacerle faena. Solo faltó una buena estocada, pero esta no llegó y el asunto quedó en una ovación. Mucha más movilidad tuvo el 5°, con el que Fortes anduvo toreando con la misma pureza, aunque algo desigual. Si la primera serie, con la derecha, fue discreta, la segunda fue perfecta; volviéndose a pasar cerca al toro y rematando cada muletazos atrás y por abajo, mandando e imponiéndose a cada embestida. En la tercera serie el toro se le para y le prueba, no es una serie limpia pero sí estoica y de aguante, que derrocha mérito. Tras ello se la echa a la zurda y, de uno en uno, sacó aquellos naturales de fragancia eterna. El TOREO en mayúsculas. ¡¡Así se torea!! En este punto el toro está ya muy parado y se le solicita al matador que culmine, cosa que no hace. Gran desacierto por su parte, la siguiente serie, de derechazos, fue muy deslucida y enfrió al público en cierta medida. Quizás sobrara esa serie, aunque la oreja la tenía ya ganada de haber rematado con una buena estocada... La cual no llegó. La vuelta al ruedo fue apoteósica, Fortes se ha revelado en Madrid y ha dejado claro el porqué en las ferias debería estar anunciado su nombre. Definitivamente, mi más sentido pésame y un fuerte abrazo a los del "cartel flojito".
La terna la completó Adrián de Torres, que pasó de puntillas. Le correspondió el peor de la tarde, un pregonao que huía de todo lo que se le ponía por delante y, aunque anduvo el matador porfión y entregado, no llegó a sacar nada. Peor fue lo del 6°, sobrero de Castillejo de Huebra que acusó cojera de la mano derecha durante toda la lidia. A pesar de los esfuerzos del bueno de Adrián de Torres (demasiados, y hasta prescindibles en cierto punto) no ocurrió absolutamente nada de interés.
La tarde tuvo contenido, vaya si lo tuvo. La madurez de Morenito de Aranda y el buen toreo de un resucitado Fortes, ante una corrida con muchas complicaciones de Araúz de Robles. Y el grandioso tercio de banderillas que Iván García protagonizó ante el 4°. ¿"Cartel flojo" el de esta tarde? A mí tardes flojas como estás, y que Dios me libre de tardes de "glamour". Empezando, sin ir más lejos, por las tres que vienen...