Pongámonos en antecedentes: resulta que en la tarde del lunes, uno de esos salvaballenas autoproclamados "Gladiadores de la Paz" saltó al ruedo de la cubierta de Valdemorillo con ánimo, una vez más, de hacer el indio. Sin toro, por supuesto, que aunque en la mayoría de las veces nos lo pueda parecer, esta tropa no tiene un pelo de tontos. Y lo de siempre: lío, silbidos, gritos, protestas, los funcionarios de la Guardia Civil se llevan al engendro, el festejo se acaba celebrando con normalidad, y aquí no ha pasado nada.
El problema vino veinticuatro horas después, cuando diversos medios de "información" (o desinformación, mejor dicho) hacen saltar la noticia de que el tipo en cuestión recibió amenazas, y fue agredido, y blablablabla...
Vaya por delante la censura que desde este blog se hace siempre al menor atisbo de violencia, pero es por eso mismo por lo que uno no da crédito al tratamiento de la noticia por parte de esa repugnante prensa que hay ahí fuera, tratando al colectivo animalista como víctimas mientras, de forma paralela, los aficionados a los toros somos puestos a la altura de delincuentes comunes. ¿Dónde estaban esos mismos periodistas hace unos días, cuando a la redacción de la revista Tierras Taurinas llegaron unas cartas con consignas amenazadores que, por si fuera poco, portaban unas cuchillas colocadas con intención de lesionar a quien abriera dichas cartas? ¿Por qué no se interesaron por este hecho, y ni siquiera fueron capaces de emitir una triste imagen de los cortes que sufrieron algunos al abrir los sobres?
¿Dónde están esos profesionales de la desinformadción cuando, a las puertas de las plazas de toros, los aficionados somos insultados, vejados y hasta en alguna ocasión agredidos por ese violento colectivo que, de "Paz", no tiene ni el nombre?
Se me viene a la cabeza también la agresión con gas pimienta que sufrió la propietaria de una tienda de souvenirs taurinos en una céntrica calle de Madrid ¡¡junto a su hija menor de edad!! Que yo recuerde ni Antena 3, ni Telecirco, ni La Secta, ni panfletos como 20 Minutos o Público dieron cobertura a la noticia y, ni mucho menos, se interesaron en entrevistar a la víctima.
También recuerdo el incendio que los antitaurinazis provocaron en la vivienda de André Viard hace algunos años.
O la agresión que sufrió el aficionado don Andrés de Miguel en el CEU. Sí hombre sí, aquel señor, ya luciendo canas, al que tiraron por unas escaleras.
Y no hablemos de las perlas que nos encontramos día a día en las redes sociales insultando, deseando maldades, e incluso amenazando de muerte.
Y digo yo, ¿estas cosas por qué no reciben el mismo tratamiento informativo que se les da a los verdaderos violentos y delincuentes, véase los antitaurinos? Eso, si se llega a hablar, claro.
Ni periodismo, ni información, ni profesionalidad, ni leches. Tan sólo manipulación. Manipulación en contra de un colectivo de personas, mejores o peores, algunas honradas, otras cafres, pero que, a fin de cuentas, su único "delito" es el de ser aficionado a un espectáculo totalmente legalizado y reconocido internacionalmente.
Y manipulación para favorecer a una banda de maleantes y esquizofrénicos a los que, me gustaría saber por qué, se les da tratamiento de víctimas, de superhéroes, de grandes personas, etc.
BASTA YA DE CINISMO Y DE MANIPULACIÓN