domingo, 1 de junio de 2025

1 DE JUNIO DE 2025, VIGESIMOPRIMERA DE FERIA: "EL FUNCIONARIADO DEL PEGAPASISMO"

     La terna llegó, soltó su soflama pegapasista ante una corrida infumable (otra más) de El Parralejo, y ya si eso vuelva usté mañana. Es lo que se puede conocer como el funcionariado del pegapasismo, y en cuyas filas a buen seguro que están alistados Miguel Ángel Perera, Fernando Adrián y Tomás Rufo. O lo que es lo mismo, esa terna que, en la tarde de hoy, soltó la soflama pegapasista ante una corrida infumable (otra más) de El Parralejo. 

     El funcionariado del pegapasismo es ese que festejo tras festejo, tarde tras tarde, feria tras feria, temporada tras temporada..., se planta en la plaza vestido de torero, realiza su faena (una monofaena ya premeditada) consistente en una hermosa retahíla de pases que son un derroche de vulgaridad; y si cuela, bien. Oreja, u orejas (y hasta rabo a veces, por no hablar de los indultos), y todos tan contentos. Y si no cuela, pues berrinche momentáneo y mañana será otro día y otra feria. 

     La soflama no coló en la tarde de hoy para Miguel Ángel Perera ni para Fernando Adrián. Ambos, hicieron lo que buenamente saben: pegar pases. Le pegaron muchos pases a esa corrida infumable (otra más) de El Parralejo. Pases que conformaron cuatro faenas infumables y alargadas sin sentido alguno. Pases. Pases sin orden ni concierto, como quien se va a jugar al golf por primera vez en su vida y, desde cuarenta o cincuenta metros, le da a la bolita apuntando al agujero. ¿Y si cuela, qué? Pues eso, que no les coló ni a Miguel Ángel Perera ni a Fernando Adrián en esta tarde. 

    A punto estuvo de colar para Tomás Rufo, ya en último momento. De hecho coló, si bien un pinchazo antes de una estocada, lo dejó en "lo que podría haber sido". Con el 3° pegó su infumable soflama y nadie le echó cuentas, pero con las mismas trazas ante el 6° sí le hicieron caso. ¿Que cómo lo hizo? Pues muy sencillo: yéndose a comenzar la faena en los terrenos de los tendidos 4 y 5, donde el público no está tan acostumbrado a que las faenas se desarrollen a su vera. Y si a eso se le añade que hubo unos cuantos autobuses venidos desde la provincia de Toledo (casualmente de donde es oriundo el renombrado Rufo), y cuyos pasajeros plantaron sus posaderas en esos tendidos, la guinda está puesta en el pastel. Es de primero de tauromaquia, lo de llenar los tendidos de paisanos y hacer las faenas en los tendidos 4 y 5 de la plaza... ¡¡Pardillo el que no lo haga!! Así las cosas, Tomás Rufo se fue a soltar su soflama pegapasista a esos terrenos de la plaza. La misma soflama que en el 3°. Exactamente calcado a lo que hizo el miércoles pasado (la tarde de Morante, para poner en contexto la situación); igualito que lo que aconteció en su primera tarde (la del famoso toro Frenoso, de Victoriano del Río, también por contextualizar). No se sabe muy bien cómo ni de qué manera, pero a veces cuela y a veces no. Hoy sí coló, pues ni tan mal para él. Bendito público de aluvión, el que se deja caer en esta plaza de cuando en cuando... 

    La faena de Tomás Rufo al 6° no dejó nada relevante. Lo normal, vaya: un conato de toreo hincado de rodillas, para comenzar (por dos veces se tuvo que poner en pie), y series, a continuación, de medios muletazos por ambos pitones. Sin ponerse en el sitio, sin llevarlos hasta el final, sin rematarlos atrás, sin cargar la suerte... Pero se le jaleó, y a buen seguro que una oreja perdió por pegar un pinchazo previo a una buena estocada. Que se le llegó a pedir, pero el señor Presidente mantuvo la compostura y denegó semejante despojo. Algunos, haciendo gala de no tener a nadie al volante, llamarán al Presidente "prevaricador" (cómo están las cabezas, oiga). Pero la realidad es que a eso se le llama "preservar el buen nombre de la plaza de Madrid". 

    Y, efectivamente, la corrida de El Parralejo fue infumable. Otra más de esta misma ganadería, que se empeña en no dejar en mal lugar a quienes la ven venir desde lejos. Si por una parte está el funcionariado del pegapasismo, por el otro estarían aquellas ganaderías que son algo así como "funcionariado de relleno". Véase, esas ganaderías que, a pesar de sus innumerables petardos, siguen viniendo año tras año. A rellenar huecos, claro está. Ganaderías comoditas y a las cuales nadie pone reparos. Nadie vestido de luces, se entiende. Los encargados de pagar su entrada, mucho; si bien, estos son el último mono en esta historia, y su opinión no sirve. El Parralejo envío en esta tarde otra corrida a Madrid muy mal presentada e impropia de esta plaza; completamente descastada, inválida y de carácter bobalicón. Y, naturalmente, a estas horas seguro que ya tendrán reseñada otra corrida para la feria del año que viene. Así las cosas.


 

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