sábado, 2 de octubre de 2021

2 DE OCTUBRE DE 2021, QUINTA DE LA FERIA DE OTOÑO: ASÍ SE TOREA

Así se torea. Pisando los terrenos del toro, dando el pecho, echándole al toro la muleta al hocico, con la pata pa'lante, y rematando abajo y atrás el muletazo. Y vuelta a empezar. No hace falta marcarse un "bajoyo", basta con poner como ejemplo a aquellos toreros que tienen a bien ejecutar con pureza el toreo, y en paz. Emilio de Justo y su faena de muleta al 5° (con el hierro de Domingo Hernández) es uno de esos que podrían servir de ejemplo para explicar qué es eso del toreo. Porque hoy Emilio de Justo ha TOREADO en Madrid. Torear en mayúsculas y letras bien grandes. 

 El de Domingo Hernández salió suelto de los caballos en las tres varas que tomó, dejando así de manifiesto que bravo, lo que se dice bravo, no era. Ya en banderillas y en el capote de Morenito de Arles, quien lo bregó con mucha solvencia, el toro dio síntomas de que podría ser un buen toro en la muleta. Y así fue, vaya si lo fue. Emilio de Justo se dobló con él con mucha torería y, a base de muletazos por abajo, lo sacó casi a los medios sin despeinarse. Fue en esos terrenos donde se desarrolló al completo la faena, que comenzó de regular para abajo, pues las tres primeras series de muletazos, por el lado derecho, derrocharon efectivamente buenas intenciones, pero el matador se encontraba muy acelerado y sin terminar de poder al toro. Eso sí, los pases de pecho y remates eran auténticos carteles de toros. Le faltaba acople a la faena, y este fue llegando conforme los naturales se iban sucediendo, y fue así como consiguió hacer aparecer, por fin, el milagroso parar-templar-mandar. Tras esos buenos naturales llegó la serie más redonda de todas, que fue por el lado derecho, y ¿para qué excederse más? Cambió la espada con una oreja de ley cortada, pero todavía estaba por llegar lo mejor: naturales de frente con la mano derecha, dados de uno en uno y enroscándose al toro en la cintura, toreando de verdad y acompañando con todo el cuerpo y la barbilla hundida en el pecho. ¡¡Puro sentimiento!! Y, para cerrar al toro, unos cuantos trincherazos que pararon el tiempo y pusieron al personal la piel de gallina. ¡¡Ay, cuando aparece el toreo de verdad!! Todo el mundo se pone de acuerdo y nadie rechista, ¿no será que, a lo mejor, esos "reventadores" de la plaza de Madrid pudieran tener algo de razón cuando se quejan? Emilio de Justo rubricó su faena con una gran estocada tirándose de verdad, y las dos orejas del toro cayeron sin dilación. 

 Juan Ortega también sabe mucho sobre eso del toreo ejecutado con pureza. Pero no solo eso, también sabe de arte, duende, naturalidad y gusto. Muchísimo gusto. No se le vio nada ante el tercero, un mansazo sin una gota de casta con el que el torero no estuvo nada a gusto y pegó el mitin con la espada. Pero salió el sexto, que se dejó hacer más sin ser la alegría de la huerta (en este punto se quedó gran parte de la fibra que le faltó a la faena), y aquí sí fue donde se vieron fogonazos de arte. No en demasía, pero sí los justos para dibujarse un puñado de carteles de toros. Tiene Juan Ortega ese halo de naturalidad y despaciosidad, como quien toma café ante la cara del toro, tan propia de la escuela sevillana. No solo fueron algunos derechazos sueltos, ni trincherazos, pases de pecho y molinetes que se hacen eternos... Es la forma que tiene este torero de moverse por la plaza y andar ante la cara del toro. 

"¡¡Aprende Julián!!", se escuchó decir en varias ocasiones desde varios puntos de la plaza durante la lidia de ese último toro. Y es que en esta tarde también (des)toreó don Julián. ¡¡Qué ruina!! Si en líneas anteriores se hablaba de ejemplos sobre lo que es TOREAR, a continuación viene el ejemplo sobre PEGAR PASES: la gran lección que dio el Maestro a costa del 1°, un bendito que iba y venía sin gota del maldad, y al que el Maestro cortó una orejita con el mismo peso que la pluma de un gorrión. Sí, el Maestro. Maestro del destoreo, del ventajismo, de las trampas y de la mentira. ¿Torear es tirar en todos y cada uno de los santos muletazos el toro hacia fuera metiendo el pico de esa forma tan descarada? ¿Torear es citar ofreciendo la cadera y medio glúteo? ¿Torear es retorcerse de esa manera tan burda y tan dolorosa hasta para los ojos de quienes son testigos de ello? Me niego a creer en ello, por muchos despojos que sirvan de premio a tales "conceptos del toreo". 

 La corrida que se trajo Justo Hernández esta tarde a Madrid fue grandota y basta, con buenas caras y rematados por detrás. No anduvieron flojos de fuerzas aunque tampoco derrocharon poder a raudales, y resultaron todos ellos mansos en los caballos y, a excepción del 5°, pastueños y con la casta justa. Bueno para la muleta fue la perita en dulce al que don Julián cortó el despojo; y superior también en la muleta el 5°, el único que de verdad tuvo casta. Por cierto que este 5° llevaba el hierro de Domingo Hernández. No falla...

Tras el alboroto, alzaron en volandas a Emilio de Justo y se lo llevaron hacia la Calle Alcalá; y a Juan Ortega le despidieron con una ovación que premiaba su aroma a inspiración. La otra gran ovación de la tarde se la llevó Iván García por dos grandes pares al 4°.


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