Al gran aficionado y amigo Pepehíllo, quien nos ha contado con gran sabiduría los últimos festejos desde su Andanada del 3.
Gracias, MAESTRO
"Veni, vidi, vici", dijo el emperador romano Julio César tras salir victorioso de una batalla. Parecido a lo que podrían decir los toros del Puerto de San Lorenzo (y su prima hermana La Ventana del Puerto) tras protagonizar la cuarta de la feria de Otoño: "Veni, vidi y... ¿Vici?". Más bien se diría que vinieron, vieron y pegaron un clamoroso petardo. Quién podría pensarlo, ¡¡el Puerto de San Lorenzo, en unión a sus primos hermanos marca Domecq, echando una infamia de corrida!! Uno se queda ojiplático.
Los espantajos del Puerto de San Lorenzo, "veni, vidi y petardi". Nada que ver con lo de sus señores propietarios, los cuales literalmente sí que 'veni, vidi, vici"; o mejor dicho, "veni, vidi y me lo llivi muerti", una vez más. Como en mayo. Como el año pasado. Como hace dos, y tres, y cuatro, y... Y si seguimos enumerando, terminamos hoy no, mañana.
Así las cosas, lo de esta tarde por parte del Puerto de San Lorenzo, y sus dos primos lidiados en 4° y 5° lugar, se resume en pocas palabras. Las mismas de siempre: las casta brillando por su ausencia, flojera de remos y, sobre todo, mansedumbre. Mansedumbre a raudales durante toda la lidia, desde que asoman por chiqueros hasta que doblan la pezuña tras la estocada. Y con ello, el cabreo del personal, los siseos, los bostezos, algún recordatorio hacia el ganadero sobre cuál debería ser su mejor amigo, el famoso "¡¡bummmm, petardo!!" durante la lidia del 6°, y la alegría final de que la corrida ha acabado y de que todavía nos quedan unos 7 meses para ver otra bueyada marcada a fuego con este hierro. Ya podrían ser décadas, o incluso siglos, pero uno se conforma ya con muy poquito.
Y ahí, delante de semejante percal, anduvo la terna echando la tarde. Cada cual a lo suyo y a su manera. Sin que en ninguna de las seis lidias haya ocurrido algo como para que pase a los anales de la historia de la Tauromaquia, ni rebosen detalles que quedan en la retina del aficionado. En definitiva, José María Manzanares a lo suyo. Román, también a lo suyo. Y Tomas Rufo, pues lo mismo.
¿Qué es lo de José María Manzanares? ¿En qué consiste "lo suyo"? Tiene dos lecturas, una corta y otra larga. La corta, similar a la de los ganaderos: "veni, vidi y me lo llivi muerti". La larga, ya tiene más trajín: se planta en Madrid una vez más, se pasea cual modelo de Armani, muestra sus múltiples encantos físicos y, con ello, provoca la histeria colectiva en las damas; capotea con aseo y sin esmero, muletea a media altura y desde bien lejos para que la sangre no manche su precioso vestido, estoquea como puede, baño de multitudes (sobre todo femeninas) a la salida de la plaza, duchita en el hotel, cena y hasta mañana; no sin antes recoger sus honorarios. Y todo esto, resumido en cuatro simples palabras: Manzanares está para irse. Una vez más, queda demostrado que este torero anda quitándole el puesto a otros que sí lo merecen de verdad.
¿En qué viene consistiendo lo de Román? Ante el 2° buey, ya rajado desde antes de tomar el primer capotazo, realizó una faena de más a menos, en las que brillaron las tres primeras series por el pitón derecho. En los medios y dando sitio, consiguió ligarle muletazos muy meritorios, pero al echarse la franela a la zurda se vino todo abajo y ya no remontó. El toro echó la persiana en ese momento, y fue imposible sacarle nada más. Bien y muy por encima Román ante este toro; e inédito ante el 5°, con el que se demoró más de lo que merecía el buey herrado con la Ventana. En resumen, Román vuelve a ratificar que es un torero que merece más de lo que se le da.
Y ¿qué es lo de Tomás Rufo? En una palabra, vulgaridad. Vulgaridad ante flojo sobrero de Juan Pedro que sustituyó al 3°, y vulgaridad ante el toreable 6°. Lo mismo ante uno y otro. Ante el 3° nadie le echó cuentas, pero lo del 6° fue ya otra cosa. No fue la faena lo que avivaron los aplausos y la histeria colectiva, sino las protestas y los pitos a los cites perfileros, los mantazos hacia fuera, el abuso del pico... Si nadie hubiera protestado, a Tomás Rufo nadie le hubiera echado cuentas ante este 6°. Y ante esto, vuelve a quedar patente eso de que el día en que en Madrid se deje de protestar a los toreros durante la faena, se cortarán menos orejas. No es porque guste lo que el torero de turno está haciendo, es por llevar la contraria. Este es el público que va a los toros hoy en día. Una media estocada que cayó trasera, junto a un golpe de descabello, fueron el preludio de una petición de oreja que, por suerte, fue acertadamente desatendida por la Presidencia. Se pegó una vuelta al ruedo tras el arrastre, pero ni así maquilla el fiasco que está resultando ser la carrera como matador de toros de aquel chavalín que tanto gustó en su etapa novilleril. ¡¡Quién le ha visto y quién le ve!!
Y tras todo este despropósito, ya hay programados otros dos o tres encierros de esta ganadería para la temporada 2025. Se conoce que son baratos.
Querido Luis.Leo con el agrado de siempre,tus crónicas con las que estoy de acuerdo en un elevadísimo tanto por ciento y aprovecho que esta será una de las últimas de esta temporada,para decirte que te leo siempre y sigues contando con un buen amigo.Amistad que se me hace va a durar más que esta pseudo Fiesta,porque la aut,entica falleció hace tiempo.Un fuerte abrazo. Paco de Sevilla.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco. La Fiesta a la que nos aficionamos, como bien dices, murió hace tiempo. Ahora vamos por inercia y por si salta la liebre.Y aun sabiendo lo que nos espera (tal que la corrida del Puerto de San Lorenzo) tenemos el valor de ir.
EliminarEn fin, un placer encontrar aficionados como usted, un saludo muy cordial.