Hace pocos días saltó a la palestra del portal Mundotoro un artículo titulado "Impresentables", en el cual el renombrado portal volvió a hacer gala, una vez más, de que lo suyo es de otra galaxia. El artículo en cuestión se hablaba de lo caro que sale montar un festejo, el elevado precio de los vestidos de torear, lo rápido que se esfuman los billetes una vez se liquida a la cuadrilla y los gastos varios, lo difícil que es triunfar, etc., para que al presidente de turno no se le ocurra otra cosa que negar las orejas. ¿Sabrán estos tipos el verdadero significado de la palabra "impresentable"? Como yo, abiertamente, lo pongo muy en duda, me comprometo a ayudarles a que lo entiendan.
Verán, este menda que esto escribe gana un digno pero escueto salario el cual cuesta, como la mayor parte de los salarios, mucho sudor y mucho esfuerzo conseguir, y después de invertir gran parte en estudios, letras, parienta y demás, queda una pequeña parte para disfrutar de la mayor afición que servidor tiene: los toros. Las entradas están caras, el combustible necesario para mover el coche allí donde hay toros, también, Y cuando el destino queda lejano, no queda otra que quedarse en casa viendo Canal Plus Toros, el cual tampoco es regalado (aunque como compensación al daño moral que hacen muchas de las cosas que ahí se ven y escuchan, no estaría mal). Todo ello tiene un precio muy elevado y muy costoso. La ilusión y el amor por esta afición, no lo tiene. Por todo esto y mucho más, duele, entristece y cabrea ver el estado de la Fiesta de los toros en la actualidad, ya que es muchísimo esfuerzo realizado para tragar día tras día, feria tras feria y temporada tras temporada con el mismo cuento: becerros lastimeros, afeitados, drogados, inválidos, descastados, atontados...; torerillos mentirosos, vulgares, ventajistas, faltones, golfos, ladrones, sinvergüenzas...; ganaderías emblemáticas que se van al matadero, toreros interesantes y verdaderos que están en casa, y muchos etcéteras que ya estamos hartos de enumerar todos los días.
Piénsenlo, ¿aquí quienes son los verdaderos impresentables, en el más amplio sentido de la palabra?
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