martes, 20 de julio de 2021
ROMANTICISMO NAVARRO
Benditos sean los ganaderos valientes. Esos que, lejos de dejarse dominar por los aires comerciales de hogaño, se afanan en sacar adelante vestigios ganaderos ya no solamente casi extinguidos, sino olvidados y hasta despreciados por gran parte del taurineo. Cuánta grandeza reúnen estos ganaderos, que luchan contra viento y marea por hacerse notar, sin gran éxito en muchos casos, y sobre todo por mantener casi pendiendo de un hilo joyas genéticas que otros muchos se empeñan en su desaparición. Personas valientes y trabajadoras. Hombres y mujeres. De dinastía o locos románticos. Y, lo más sangrante, con el mismo apoyo desde los estamentos taurinos oficiales que el que puedan esperar de parte del PACMA. Ahí está Tomás Prieto de la Cal. Ahí está Arturo Cobaleda. O José Luis Algora. Aurelio Hernando. Fernando Cuadri. La portuguesa Rita Vaz. El francés Jean Luc Courturier... Y, por supuesto, el último gran héroe de historias como la que nos ocupa: Miguel Reta, uno de los pocos guardianes que quedan de la antiquísima sangre oriunda de las montañas de Navarra y Aragón.
Ya es una hazaña digna de alabanza conservar en tiempos que corren una ganadería de genética tan particular y aún más particular comportamiento. No solamente Miguel Reta es poseedor de esta sangre, pues aparte existen otros cuantos nombres, como José Arriazu, Juan José Laparte, Eulogio Mateo o José Luis Cuartero (entre otros nombres, y que me perdonen por no poder nombrarlos a todos a la vez). La obra de todos ellos se puede ver casi al 100% en el festejo popular, donde se los rifan en pueblos de Valencia, Castellón, Aragón y, por supuesto, Navarra, mayormente. No podíamos imaginar, hasta hace muy poquito, que volviéramos a verlos saltar al ruedo para ser picados, banderilleados, lidiados y muertos a estoque por tres toreros de alternativa. ¿Quién podía esperar que algún empresario le echara el romanticismo necesario y, sobre todo, reuniera a tres tíos con los arrestos necesarios para anunciarse con ellos? La respuesta nos la dieron, como casi siempre en estos casos, los del otro lado de los Pirineos. La ADAC de Ceret levantó la liebre y los anunció para en un principio su feria de 2020, que acabó siendo 2021.
Ríos de tinta han corrido sobre lo acontecido el 17 de julio de 2021, sábado, en Ceret. Opiniones para todos los gustos, pero seguramente y como conclusión final podría sacarse lo siguiente: que si bien fue una corrida muy propia del siglo XIX (como cabía de esperar), seguramente en aquellos días esta corrida hubiera provocado problemas de orden público por su extremada mansedumbre. Muy probablemente los pupilos de Miguel Reta no se parecieron en nada a los mejores productos que en su tiempo criaron ganaderos de la talla de Nazario Carriquiri, Joaquín Zalduendo o Felipe Pérez Laborda. Seguramente ninguno de los seis de Ceret se parecieran lo más mínimo a aquel ejemplar de nombre Murciélago que fue indultado en Córdoba por el primer Califa del toreo, el gran Rafael Molina Lagartijo, en 1879; animal perteneciente precisamente al hierro de Pérez Laborda y que, tras ser indultado, llegó a ofrecer sus servicios como semental al hierro de la A con asas. Ni tampoco a otro ejemplar, herrado con el hierro de Carriquiri y Llavero de nombre, que fue también indultado en Zaragoza en el año 1866 y que tomó la nada despreciable cantidad de ¡¡53 varas!! y dejando para el arrastre la tampoco despreciable cifra de 14 arres. No.
Seguramente, las infamias que llevan a cabo los ganaderos dominantes hoy en día, criando un toro penosamente tontorrón y carente de la más mínima emoción, echan el resto para que cuando sale una corrida como la del sábado en Ceret nos creamos que se ha aparecido la Virgen, que decía el maestro Joaquín Vidal, y confundamos las churras con las merinas. Nadie se aburrió, dicen muchos, y no sin razón. Pero hay que evitat caer en la trampa, lo del sábado en Ceret puede incluso llegar a ser el extremo opuesto a esa monserga del mojón artista, el mismo que los taurinetes del montón nos quieren hacer creer que es la verdadera bravura, pero que solamente queda en tontuna.
Pero, tras hacer esta reflexión sobre los toros navarros lidiados en Ceret
no se puede por menos que pensar en dos cosas. La primera es que nadie duda de que tanto Miguel Reta como su hija Alba, la ganadera por antonomasia, buscan en sus toros a la hora de seleccionar y sin dejar de ser fiel a los antiquísimos orígenes de la sangre que tienen en sus manos, la verdadera bravura. Se entiende, y no hace falta ser un genio para darse cuenta, que 4 toros que hicieron asomar el pañuelo rojo dan para pensar mucho e intentar mejorar, cosa que siempre puede hacerse. Lo segundo, al hilo de lo primero, es que no debiera dejarse a la corrida de Miguel Reta lidiada el sábado como un experimento con gaseosa, y ni mucho menos llegar a escuchar sandeces como las que se ha escuchado decir a más de uno sobre que "eso no debería salir del festejo popular". Al contrario. Que esta corrida en particular no haya salido como pudiera esperarse no significa que vaya a ser denominador común en cualquier corrida o novillada de procedencia navarra a lidiarse.
Y a todo esto, ¿quién es Miguel Reta?
Jesús Miguel Reta Azcona, de 53 años de edad e Ingeniero de profesión, formó su ganadería en el año 1998 adquiriendo reses de Nicolás Aranda, Adolfo Lahuerta, José Arriazu, Hermanos Domínguez y Ángel Laparte. En su finca "La Tejería", en Grocín (Navarra), es donde desarrolla desde hace más de 20 años su extraordinaria labor junto a su hija Alba, a cuyo nombre también tiene otro hierro con la misma procedencia: aquella que desciende del primitivo Bos Brachyceros, mamífero rumiante de época prehistórica y que se instaló en los montes de Navarra y de Aragón tras cruzar el Pirineo, procedente de Europa. Al igual que otros ganaderos románticos anteriormente nombrados, a Miguel Reta le pesa mucho más su afición desmedida y su fidelidad a sus verdaderas tendencias que el, llamémoslo, "sentido común", lo cual no consiste en nada diferente a la compra de una punta de vacas y dos o tres sementales procedentes de Domecq, para luego seleccionar nobleza, nobleza y más nobleza para que los figurones del siglo XXI disfruten una barbaridad. . Tras más de 20 años luchando y llevándose, bien es verdad, alguna que otra alegría gracias al festejo popular, le llegó la hora de la verdad en Ceret el 17 de julio de 2021, acartelado junto a tres lidiadores llamados Sánchez Vara, Octavio Chacón y Miguel Ángel Pacheco. Tres tíos, permítaseme la expresión, con dos cojones y un palo. Y aquella corrida de toros trajo consigo autenticidad, emoción y sabores que transportaron a los presentes a otra época, ya lejana. Pero también trajo la certeza de que a Miguel y Alba, padre e hija, les quedan muchas cosas por pulir. No importa, tenemos la certeza de que seguirán trabajando a destajo para seguir progresando. Lo que ya no tenemos tan claro, por desgracia, es que a la Casta Navarra, la considerada más anrigua de las fundacionales, se le vuelva a dar oportunidad alguna en corridas de toros o novilladas. Debería ser obligatorio, y por varios motivos. El principal, amén de la alarmante falta de variedad en la tauromaquia de hoy en día, es la afanosa labor que llevan a cabo estos ganaderos por sacar adelante una sangre tan particular y a la vez tan minoritaria. Se agradecería mucho.
Buneos dias Lus. Mira, anduve por allí y mi decepcion fue mayor a las ilusiones que tenia de que salieran un par, no mas, pero si un par de Toros que tuvieran algo que enseñar. y tenia esa ilusión, por que yo les he visto lidiar, y Torear, no me lo han contado. Mucha decepcion. los Toreros... Sánchez Vara, es el Torero de Toreros. Chacon y Pacheco, respeto infninito, pero no. Sánchez Vara, mucho Sánchez Vara.
ResponderEliminarKaparra