jueves, 24 de junio de 2021
ES LA HORA DE MORANTE DE LA PUEBLA Y EL TORO
Bien podría parecer una broma con motivo del día de los Santos Inocentes. Quién diría que, de un momento a otro, no le fueran a espetar a uno esa cantinela tan típica cada 28 de diciembre y que dice "Inocente, Inocente", para después echarse la mano a la espalda y quitarse un monigote blanco que le han pegado a traición. Pero no, no es broma. Todos le hemos leído a Morante de la Puebla decir claramente "estar aburrido de juampedros y garcigrandes", jurar estar "cansado del toro bueno", manifestar estar dispuesto a "contrarrestar la tendencia del sota, caballo y rey"... Y los hechos parecen reflejar, al menos de momento, la mayor sinceridad posible en sus palabras: Corrida de Miura en Sevilla por septiembre (que de no haber sido por el jodido bicho se hubiera dado ya no hace dos meses, sino hace un año y en el mismo escenario: Sevilla), la de Torrestrella en Huelva, una de La Quinta en Arles y parece que hasta se atreverá con 6 veraguas de Prieto de la Cal en solitario, en el Puerto de Santa María. Y de aquí, a quién sabe dónde...
Se ha cansado del "toro bueno", dice Morante. Es imposible culparle, algunos ya nacimos cansados de esa soflama antes incluso de que se inventara, aunque es una lástima que se haya cansado a estas alturas. Bien más vale tarde que nunca. Ahora es la hora del Toro, así sin más. Lo que él y toda la caterva de taurinejos llaman "toro bueno" no es más que esa pantomima del medio-borrego artista que deja a la altura del betún a cualquier cuadrúpedo con la digindad de llamarse "Toro de lidia". Es la hora del Toro, parece interpretarse de las palabras de Morante de la Puebla, y bienvenido sea este sorprendente y radical cambio de tendencia de este torero. ¡¡Quién iba a decirlo, en un torero de tanta categoría pero a su vez con tanta monserga metida en la cabeza!! Porque Morante de la Puebla es un grandioso torero, uno de los mejores de los últimos 20 años, de los que mejor han toreado con el capote en la historia, y que tantas tardes importantes ha cosechado en su carrera, las cuales por desgracia casi echa a perder por sus múltiples "morantadas", como la tontería de los toros chicos, la cuesta de Las Ventas, o las puyas menguadas (sobre esto último a ver si sigue pensando lo mismo cuando se las vea con los veraguas o con los miuras)... Pero se ha cansado Morante, se ha cansado de dar bandazos con esos animalejos de Dios y ahora parece que le ha llegado la hora, su hora, de vérselas con el Toro sin más.
¿Capacitado para ello? De sobra, no me cabe la menor duda. Morante de la Puebla no solo es un torero con un gusto exquisito para torear con el capote y también con la muleta. Su tauromaquia va mucho más allá, pues tiene una gran parte del toreo antiguo metido en su cabeza, ese que ante toros de casta hace falta sacar a relucir para dominar las correosas y emocionantes embestidas. La obsesión que le ha generado Gallito desde siempre le ha hecho estudiar en profundidad y asumir conceptos de la lidia antigua que, de seguro, le capacitan para hacer cosas importantes ante este tipo de corridas. Es tambien, por otro lado, un torero largo de repertorio y muy variado, y es que a pesar de que al capote de Morante siempre se le ha ligado estrechamente con la verónica, lo cierto es que también le hemos visto armar escándalos por chicuelinas, tafalleras, revoleras, largas y hasta tocando el palo del galleo del bú; así como con la muleta, con una interpretación muy barroca y cargada de detalles rematando las series, en los desplantes y en el más mínimo detalle cuando se hace presente en la arena.
Pero es que además, y a lo mejor más de uno se sorprende de ello, Morante de la Puebla conoce muy bien los entresijos de muchas de esas ganaderías, pues no es raro verle tentar en Zahariche, La Ruiza, El Toruño o Partido de Resina, entre otras. A buen seguro que los muchísimos tentaderos que ha realizado en esas y otras ganaderías del mismo estilo le han servido para coger oficio sobrado que le sirva para protagonizar grandes tardes en la plaza, y no quedarse así solamente en la soledad del tentadero.
Las palabras de Morante de la Puebla nos han llegado al alma a muchos, porque reflejan a las mil maravillas el sentir de gran parte de los aficionados desde hace años: cansados y hastiados del sota-caballo-rey y de la mentira del toro artista, o el "toro bueno" como lo llama Morante, pero que no deja de ser la antítesis del toro bravo y encastado. Ahora, la pregunta es cuánto le durará a Morante su hastío del "toro bueno". ¿Otros 25 años, como mínimo? ¿O le sobrevendrá un cansancio más exagerado aún en cuanto los veraguas, santacolomas y miuras que le aguardan en la plaza no le dejen dormir con tranquilidad, y entonces se dé cuenta que vivía más tranquilo aburrido que sin dormir?
Si las cosas salen bien, puede ser este el momento de Morante de la Puebla y el Toro...
Ninguna confianza en que pueda cambiar su propia historia. Como aficionado me gustaría equivocarme.
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