Y, por lo que me cuenta la buena gente de siempre que ha ido hoy a la plaza, hasta he acertado y todo de gastar mi tiempo en otra cosa. Porque lo de Pereda, que ya llevaba algún tiempo sin aparecer por este foro, no ha desentonado para nada de lo que nos lleva acostumbrando desde hace la mar de años: toritos flojos, bobalicones, descastados, sin picar, y haciendo que la emoción brillara por su ausencia. Lo de siempre cuando lidia Pereda. Lo de siempre en esta feria, salvando alguna que otra honrosa excepción.
El cartel de toreros, pues sí, con alicientes: Morenito de Aranda sabe torear, Fandiño... Fandiño, y el joven Gonzalo Caballero, en quien hay muchas ilusiones puestas dado el buen concepto que dejó como novillero.
Morenito, que se ha dado de bruces contra un lote lisiado, y ante el cual ha estado aliviado, dejando algún detalle de su sello propio.
Que Iván Fandiño, a lo suyo. Apático, sin convicción, fuera de sitio, pegapases y aburrido. El segundo iba y venía, pero al bajarle la mano al único sitio donde iba era al suelo. El quinto tuvo tranco y más pies, pero su matador no le cogió el pulso.
Y Gonzalo Caballero, que ha dejado dos estocadas formidables a sus toros. Por lo demás, poco más que reseñar. De puntillas ante el descastado y rajado tercero, y mostrando una falta de oficio propia de quien torea poco ante el sexto, a quien le atribuyen ser el menos malo del festejo. Tuvo qué torear este ejemplar también, y además recibió castigo en varas por sus restantes hermanos, pero Caballero, firme y decidido aunque con maneras más propias del toreo 2.0 que de las que recordaban a sus tiempos de novillero, no logró acoplarse. Dio una vuelta al ruedo al ser arrastrado el sexto.
Como apunte final, un buen aficionado y amigo me comenta que, después de lo visto esta tarde, está lo de Pereda para una barbacoa. Tampoco es algo que nos pille de imprevisto, la verdad.
Como apunte final, un buen aficionado y amigo me comenta que, después de lo visto esta tarde, está lo de Pereda para una barbacoa. Tampoco es algo que nos pille de imprevisto, la verdad.
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