Nuestro criterio es la casta como afán de lucha, que es lo que da interés.
El toro encastado embiste para coger; el descastado, embiste para que le deje en paz.
Nuestra ganadería no la quieren los toreros. Vivimos del aficionado, al que no debemos defraudar.
Este año hay que cumplir en Madrid. Si no, tras el petardo del año pasado, no volvemos al que viene.
En ganadería, cuanto más te olvides del tema económico, más dinero ganas.
Los toreros no tienen que divertirse, tienen que pasarlas canutillas.
Las condiciones de crianza y selección del toro permiten que este no sienta dolor durante la lidia.
Hay muchísimos más animales de los que se piensa que viven en condiciones de sufrimiento. El toro de lidia no.
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