miércoles, 8 de febrero de 2017

CINISMO ANTITAURINAZI

Alucinando en colores me hallo. No es que a estas alturas de la vida me siga sorprendiendo del lamentable nivel periodístico (no solo taurino) que padecemos en esta bendita sociedad del siglo XXI, pero hay situaciones en la vida en las que uno cree haber visto ya todo. Y no, por desgracia siempre habrá quien intente sorprender (para mal, en este caso).

Pongámonos en antecedentes: resulta que en la tarde del lunes, uno de esos salvaballenas autoproclamados "Gladiadores de la Paz" saltó al ruedo de la cubierta de Valdemorillo con ánimo, una vez más, de hacer el indio. Sin toro, por supuesto, que aunque en la mayoría de las veces nos lo pueda parecer, esta tropa no tiene un pelo de tontos. Y lo de siempre: lío, silbidos, gritos, protestas, los funcionarios de la Guardia Civil se llevan al engendro, el festejo se acaba celebrando con normalidad, y aquí no ha pasado nada.
El problema vino veinticuatro horas después, cuando diversos medios de "información" (o desinformación, mejor dicho) hacen saltar la noticia de que el tipo en cuestión recibió amenazas, y fue agredido, y blablablabla...

Vaya por delante la censura que desde este blog se hace siempre al menor atisbo de violencia, pero es por eso mismo por lo que uno no da crédito al tratamiento de la noticia por parte de esa repugnante prensa que hay ahí fuera, tratando al colectivo animalista como víctimas mientras, de forma paralela, los aficionados a los toros somos puestos a la altura de delincuentes comunes. ¿Dónde estaban esos mismos periodistas hace unos días, cuando a la redacción de la revista Tierras Taurinas llegaron unas cartas con consignas amenazadores que, por si fuera poco, portaban unas cuchillas colocadas con intención de lesionar a quien abriera dichas cartas? ¿Por qué no se interesaron por este hecho, y ni siquiera fueron capaces de emitir una triste imagen de los cortes que sufrieron algunos al abrir los sobres?
¿Dónde están esos profesionales de la desinformadción cuando, a las puertas de las plazas de toros, los aficionados somos insultados, vejados y hasta en alguna ocasión agredidos por ese violento colectivo que, de "Paz", no tiene ni el nombre?
Se me viene a la cabeza también la agresión con gas pimienta que sufrió la propietaria de una tienda de souvenirs taurinos en una céntrica calle de Madrid ¡¡junto a su hija menor de edad!! Que yo recuerde ni Antena 3, ni Telecirco, ni La Secta, ni panfletos como 20 Minutos o Público dieron cobertura a la noticia y, ni mucho menos, se interesaron en entrevistar a la víctima.
También recuerdo el incendio que los antitaurinazis provocaron en la vivienda de André Viard hace algunos años.
O la agresión que sufrió el aficionado don Andrés de Miguel en el CEU. Sí hombre sí, aquel señor, ya luciendo canas,  al que tiraron por unas escaleras.
Y no hablemos de las perlas que nos encontramos día a día en las redes sociales insultando, deseando maldades, e incluso amenazando de muerte.

Y digo yo, ¿estas cosas por qué no reciben el mismo tratamiento informativo que se les da a los verdaderos violentos y delincuentes, véase los antitaurinos?  Eso, si se llega a hablar, claro.

Ni periodismo, ni información, ni profesionalidad, ni leches. Tan sólo manipulación. Manipulación en contra de un colectivo de personas, mejores o peores, algunas honradas, otras cafres, pero que,  a fin de cuentas, su único "delito" es el de ser aficionado a un espectáculo totalmente legalizado y reconocido internacionalmente.
Y manipulación para favorecer a una banda de maleantes y esquizofrénicos a los que, me gustaría saber por qué, se les da tratamiento de víctimas, de superhéroes, de grandes personas, etc.

BASTA YA DE CINISMO Y DE MANIPULACIÓN



sábado, 4 de febrero de 2017

EL TORO BRAVO, SEGÚN VICTORINO MARTÍN ANDRÉS

《 El toro bravo no se cría pensando en el torero, porque caeríamos, sin remedio, el la mansedumbre. El buen ganadero solo debe pensar en la bravura, principio y final de este tinglado de la ganadería brava. El toro debe tener buen principio y buen final, servir para todos los tercios, dejarse torear pero sin caer en la bobaliconería, ser bueno para el caballo, tener prontitud y codicia en banderillas y meter la cabeza en la muleta con bravura, repitiendo en las embestidas, humillando y con largo recorrido.

Buscando el toro bueno para la muleta nos hemos cargado las ganaderías bravas con reserva de casta. Solo se ha pensado en la muleta como final único y definitivo y, a la hora de la selección, en las ganaderías se dejaron las vacas buenas para la muleta y se eliminaron las aunténticas bravas. Así hemos caído en la mansedumbre.

El público desea ver el toro bravo , y no el tonto. Nos olvidaremos del llamado "todo artista" y, echando mano de la reserva de la casta, donde la haya, volveremos al origen de la bravura. No hay otra que la demostrada en el caballo 》.  Amén

VICTORINO MARTÍN ANDRÉS 
GANADERO DE TOROS BRAVOS