domingo, 21 de febrero de 2016

OTROS TIEMPOS EN RONDA


Rompetiestos, n° 43, de la ganadería del Conde de la Corte, lidiado en la corrida - concurso de Ronda el 29 de julio de 1989 por Ortega Cano. 
Otros tiempos...


lunes, 15 de febrero de 2016

GREGORIO TÉBAR "EL INCLUSERO", TORERO DE LOS PIES A LA CABEZA

El maestro Gregorio Tébar toreando el pasado sábado una becerra en el campo 
(desconozco autoría de la foto, aludidos pónganse en contacto por privado)


Qué gusto le da a cualquier aficionado a los toros escuchar una palabras coherentes, sensatas y sinceras. Hoy, en Tendido de Sol, el programa de toros de Onda Diamante (98.4 FM, los lunes a las 12:00 h), nos han llegado y, sin duda ninguna, han sido sinfonía para nuestros oídos. A Gregorio Tébar Pérez, "El Inclusero" en los carteles, solo con haberle escuchado esta mañana y sin necesidad de intercambiar palabras, se le presume un luchador de la vida, honesto, sencillo, de corazón tan humilde como sincero, e independiente. Y soñador, tanto como para andar pensando, a sus 70 primaveras, en hacer el paseíllo en su Alicante durante la próxima feria de Hogueras para celebrar el cincuenta aniversario de su doctorado. 
No he tenido la suerte de ver torear al maestro Inclusero pero, si cierto es aquello de que "se torea como se es", este hombre debe de torear como los propios ángeles. Uno de esos que tiempo atrás dignificó la tauromaquia cuando pisaba la arena, y que ahora no la dignifica menos cuando abre la boca y habla de toros:



De las crónicas que me hacía Joaquín Vidal solo me salían enemigos. Él se limitaba a escribir lo que veía, sin importarle ni el carné de identidad, ni de torero, ni en qué grupo estaba. 


Llevo ya dos años preparándome para torear este año en Alicante, durante la feria de Hogueras, con motivo de mi L aniversario de alternativa. Estamos en contacto con los responsables para ver si se puede llevar a cabo, porque yo físicamente estoy. Si no, no estaría.


Cada vez que torea en Madrid, Carlos Escolar "Frascuelo" tendría que estar subvencionado por el gobierno de Madrid, porque es un fuera de serie.


Hay figuras que podrían ser grandes toreros, pero los imperativos y los grandes problemas que deben imponer los empresarios no les dejan. Entonces se convierten en figuras, pero no pasan de ahí, no van más allá. Se han perdido por ser figuras y no van a llegar a ser toreros de culto como lo son Frascuelo o Juan Mora. Las figuras no tienen ese don. 


Otro torerazo para mí, que además es figura, ese es Morante de la Puebla. Un torerazo que tiene la suerte de ser figura. algo rara habis.


El toro de ahora, con ese volumen, da mucho miedo. El de antes era más liviano, repetía más y repartía más cornadas y más leña. El de ahora reparte menos pero se pasa un trago delante de ese pedazo de toro.


El toro lo que tiene que hacer es embestir y repartir cornadas, así pillarían más cacho otros toreros. Tendría más emoción todo. 


Fíjate si las figuras pudrieran ser un poquito más románticos y dijeran "ponerme a fulano que dicen que torea como Dios". Entonces Frascuelo podría torear seis corridas al año con ellos, el Inclusero podría estar toreando todavía, Juan Mora también...  Esto sería otra cosa.


Ser torero por libre es una ruina. Así se va día a día, tarde a tarde... Es muy difícil entrar donde el circuito está restringido. Por eso digo de repartir un poco más el pastel a otros toreros. Sería muy hermoso. 


¿Cómo es posible que un hombre que no torea, vaya en cualquier momento a Madrid y haga prácticamente lo más artístico de la temporada? ¿Qué pasa, que les da miedo a las figuras y a los apoderados y no quieren? Si ese hombre tiene algo innato, ¿cómo le vas a cortar las alas? Déjale que se manifieste. 


¿Una plaza? Madrid, Las Ventas, la plaza de toros más fácil del mundo. Ese es el sitio ideal para ir con la verdad, y con torear ya vale. 


Tú imagínate si el gran y admirable José Tomás tuviera afición, fíjate lo que digo, AFICIÓN; porque en lo que a convocatoria se refiere él es el gran jefe, pero luego no se impone una ley a la hora de decir "estoy rico de esto y voy a ir a ayudar a los míos, a ciertos toreros y voy a levantar esto que está muy mal". Por su parte es un egoísta, abandona a los suyos totalmente. Parece que tiene un negocio: va con el zurrón, se lo llenan y se marcha. ¿Y por qué no deja que le vea todo el mundo, refiriéndome a la televisión?


Si va Simón Casas y dice "voy a poner al Inclusero en Alicante porque me da a mí la gana", voy a salir ahí a acabar con todos. Y si me ponen a José Tomás, el primero que me llevo por delante. 


¿Respeto? Te voy a contar de qué va el respeto de ahora: Me encuentro de vez en cuando con alguna figura y veo que me saluda de una manera que solo le falta ponerme la alfombra roja, igual que si yo fuera un semidios. Y ya te mosqueas, dices "pero bueno, ¿a qué viene esto? Si luego se da la vuelta y no es ni capaz de preguntar dónde estoy, cómo estoy, si querré torear...".


Como aficionado, yo veo todas las corridas que puedo, ahora mismo por ejemplo estoy enganchado a lo que pasa en México. Y es muy complicado, porque resulta que sale un chaval que está empezando, y ya ha aprendido todo lo que no debe aprender nunca de las figuras, que es la pierna atrás y la escondo cada vez más, me retuerzo más... ¿Y entonces sabes qué es lo que hago? Que automáticamente apago la televisión o el ordenador. 


El público ha maleducado a las figuras, y las figuras han caído en la trampa. Antes no ocurría, antes eso de dar patadas en el suelo para provocar la arrancada del toro o esconder la pierna era inconcebible. 


El aficionado, ya solo con ir a la plaza, pagar y seguir protestando, tiene un mérito enorme y les doy todas las gracias del mundo. Gracias a Madrid, a la Monumental de Las Ventas, a la afición de Madrid en definitiva, se mantiene todavía un poquito el respeto al toreo.


Ojalá Madrid, pero Madrid es impensable porque es muy complicado. Pasa que, como dice el refrán, la suerte tiene nombre y apellidos. Y yo nunca he tenido nombre y apellidos en los despachos. 
Qué alegría sería un 15 de agosto en Madrid, con Frascuelo y... y... y qué coño, el Pana. ¡¡Y llenamos la plaza!! 



No menos interesante es una exposición de Antolín Castro que salió a la palestra durante la tertulia con el maestro al hablar de los públicos actuales en los toros: Los públicos no imponen nada, son las figuras quienes imponen a los públicos, y en ese terreno han impuesto un tipo de toreo avalado por una crítica absolutamente vendida a los poderosos, y lógicamente han conformado un producto que es el que se vende y es el que los asistentes a una corrida de toros compra. Solamente aquellos que son aficionados y que se mantienen en cualquier plaza del mundo, son los que han pretendido (y digo que han pretendido porque hablo en pasado), exigir que las cosas se desarrollasen por un cauce, digamos, natural, porque el toreo es natural, sin ningún tipo de retorcimientos. Entonces esa verdad que se ha ido exigiendo desde distintos ángulos y desde distintos aficionados lo que se ha ido haciendo es lógicamente perdiendo. ¿Por qué? Pues porque se ha ido imponiendo una mayoría aplastante que ha dicho que no, y no solo eso, sino que encima dicen que se callen a los que intentan protestar. Las figuras naturalmente se sienten más cómodas sin ser exigidos, y de ahí viene el toreo moderno, un toreo que no deja de ser absolutamente descafeinado. 




Larga vida maestro, nos vemos en Alicante el próximo mes de junio. Mucha suerte.




viernes, 12 de febrero de 2016

FERNANDO CUADRI EN EL CLUB COCHERITO DE BILBAO

Nuestro criterio es la casta como afán de lucha, que es lo que da interés.


 El toro encastado embiste para coger; el descastado, embiste para que le deje  en paz.


Nuestra ganadería no la quieren los toreros. Vivimos del aficionado, al que no debemos defraudar. 


Este año hay que cumplir en Madrid. Si no, tras el petardo del año pasado, no volvemos al que viene. 


En ganadería, cuanto más te olvides del tema económico, más dinero ganas.


Los toreros no tienen que divertirse, tienen que pasarlas canutillas. 


Las condiciones de crianza y selección del toro permiten que este no sienta dolor durante la lidia.


 Hay muchísimos más animales de los que se piensa que viven en condiciones de sufrimiento. El toro de lidia no.









lunes, 8 de febrero de 2016

ANA ROMERO EN VALDEMORILLO: DECEPCIÓN ES LA PALABRA

Se presenta una tarde muy afable. Las ganas, la gente, la música... Todo vuelve a lucir como antes. Y es que yo no sé qué me da, pero yo a esto de los toros lo llamaría mi "pequeña gran adicción". Volvemos pues a inaugurar otro curso taurino con emoción. 


Y es que, por muy mal que esté esto y mucho empeño que están poniendo en mandarlo a hacer gárgaras, tanto desde dentro como desde fuera, a ningún aficionado por muy cansado que esté se le quita el mono de toros durante el largo invierno. Así que en este frío domingo nos decidimos a matar el gusanillo y cogimos el coche para movernos hasta Valdemorillo, imbuidos por el nombre de Ana Romero y la sangre santacolomeña que sus pupilos llevan en las venas, quien estaba anunciada en este día para lidiar una corrida de toros en un cartel de jóvenes promesas, quienes, dicen los buenos y sensibles aficionados de postín, están llamados a cargar con el futuro de la Fiesta sobre sus hombros. 
Pero, para no perder el hilo, el gusanillo fue aplastado por una enorme decepción que inundó las mentes y corazones de los aficionados allí presentes. 
Ana Romero presentó en Valdemorillo una corrida de bonita presencia, en el tipo de la casa y más que dignos para una plaza de tercera categoría. Incluso el quinto, de bella estampa y muy aplaudido de salida, podría haber pasado sin problemas en plazas de más renombre; y sonrojantes y cuanto menos censurables eran los plátanos que lucía el tercero como defensas, algo que no se puede tolerar en ninguna plaza, por muy de tercera categoría que sea. Ni que en estos lugares la entrada más barata costara menos de 20 euros...
Escaso fondo, nulo poder, la mansedumbre siempre presente e inexistente la casta, esa fue la nota predominante de la corrida en líneas generales, que recibió un solo puyazo por cabeza y sin emplearse con verdadera entrega (exceptuando el quinto, que empujó presto y con ganas al penco). 

De los cárdenos de Ana Romero dieron cuenta Borja Jiménez, Lama de Góngora y Francisco José Espada, tres chavales que hace justamente un año andaban en la cúspide de la novillería, y ahora se postulan como tres grandes esperanzas del toreo moderno. Así está esto, pensamos muchos acabada la corrida.
Borja Jiménez está en dos vertientes: la del pegapasismo alevoso y la del ponerse bonito. En sus manos cayó el lote que más posibilidades ofreció: el primero, que tuvo quince arrancadas en las que embistió humillando, pero al que nunca templó ni sometió por bajo, quedando todo en una aburrida y larga faena llena de trapazos y enganchones. Le sonó un aviso antes de dejar un bajonazo. El cuarto fue un animal empalagosamente noble y con el que realizó una faena de más postureo que toreo de verdad. Cortó una oreja.
Lama de Góngora quedó prácticamente inédito con el segundo de la tarde, cuyo comportamiento fue más propio de un buey de carreta que de un toro de lidia. 
Al quinto le pegaron mucho y muy trasero mientras empujó de buenas maneras en el caballo, y lo acusó en el último tercio cuando se le bajaba la mano. El animalito no se comió a nadie, pero su matador, visto lo poco que asentó sus zapatillas y lo poco quieto que se quedó, debió pensar que delante tenía al mismísimo demonio. Definitivamente, no se puede vivir toda la vida de la única renta que da una Puerta del Príncipe abierta en la época de novillero sin picadores.
Francisco José Espadas fue muy aplaudido en su populista primera actuación, llena de arrimones baratos y en los que destacó algún muletazo a cámara lenta, pero no porque el niño derroche temple y mando, sino por la embestida borrega de su oponente. Pasó de puntillas ante el animal que cerró plaza con una vulgar actuación. 

Era noche ya cerrada cuando abandonamos la plaza cubierta de La Candelaria, sumidos en una gran decepción por el juego ofrecido por los de cuatro patas, y con la sensación en el cuerpo de que los toreros no hicieron más de lo que en realidad saben hacer. Y con la tizona, los tres ya pueden ponerse las pilas. Este es el futuro de la Fiesta...