lunes, 14 de septiembre de 2015

AUTOBUSEROS, ISIDROS... Y LOS QUE NO LO SON TANTO

Empiezo esta vez a hablar sobre la corrida de Moreno Silva (nada de Saltillo, que para eso iban herrados con la M y la O y, además, luciendo divisa blanca y negra) aportando una novedad que, creo, nunca se ha escrito en este blog: la plaza de Madrid está desnortada. Ah, pero ¿esto ya lo había dicho yo por aquí en anteriores ocasiones? Pues hubiera jurado lo contrario. 
Desnortada, sí. Sin criterio alguno. Pisoteando su grandeza. Mandando a la mismísima mierda la seriedad que un día la hizo primera plaza del mundo. 
Vaya por delante que ojalá la peor de las tardes de toros que vivimos en Las Ventas a lo largo del año fuera esta. Hemos visto seis toros de bellísima lámina e irreprochable trapío, y cuyo mero acto de presencia en el ruedo era un espectáculo digno de contemplar. De esos seis se ha visto uno, el quinto, que embestía como una locomotora, acudiendo pronto a cada cite, fiero y picante como él solo, y besando la arena de lo que humillaba. Lo que se dice casta, y todo ello descrito en una sola palabra: emoción. Hubo otro, el sexto, también con su casta y picante, aunque le costaba más tirar para adelante y, consecuentemente, necesitaba tener delante a un tío seguro y con todo bien puesto para sacarle todo lo que llevaba dentro, demasiado para un torero que ha saltado a la palestra por una foto en una capea.
También tuvieron lo suyo primero y cuarto, mucho más dulces y manejables que los otros dos, pero con mucho que torear. El segundo recibió en el caballo tanto como las camadas enteras de Garcigrande o La Palmosilla de los últimos cinco años, por lo que quedó aplomado y siempre a la defensiva; y el tercero, de manera concisa, hubiera sido lo suyo que Florito hubiera salido a recogerlo con la silla de ruedas. 
Ahora bien, ninguno peleó con ganas ni excesiva bravura en el primer tercio. El único que empujó con cierto brío fue ese quinto, pero no es menos cierto que lo hizo con la carita arriba y que salió de najas de los dos encuentros, algo que un servidor interpreta como mansedumbre sin más. 
Volviendo al principio, ojalá la peor corrida fuera esta, en la que ha habido emoción y, como consecuencia, nadie se ha aburrido. Será que estamos tan acostumbrados a la borreguez y al descaste, que a la más mínima sensación de emoción que nos transmite un toro encastado y fiero (que no bravo, ojo) nos creemos que Bastonito ha resucitado. Pero no, oigan. Una corrida que resulta interesante y para nada aburrida no tiene por qué ser sinónimo de una gran corrida de toros que ha derrochado bravura por los cuatro costados. Y esa lamentable, llamémoslo "confusión ",  ha sido el detonante de la corrida de hoy. 
Repetimos: un quinto toro muy encastado, pronto, humillando y reponiendo en cada muletazo. Y tragándose la muerte después de la estocada, demostrando ser más duro que las canteras de Despeñaperros. Pero aquí, si le queremos dar importancia al caballo, se la da sin mirar el hierro del anca y sin medias tintas. Con dos varas, tan solo dos, en las que ha empujado, sí, pero con la cara arriba y huyendo en ambas, no se le puede pedir la vuelta al ruedo a ningún toro, al menos a juicio de quien esto escribe. Y no, la cosa esta vez no iba de autobuseros, los cuales en ese momento estaban más pendientes de su torero. Tampoco de isidros, que como son tan buenos aficionados no quieren saber nada de cárdenos ni de "encastes minoritarios". 
No sabemos si porque en esta plaza solo hay un idiota, o sea un servidor, que se molesta en dar importancia al caballo, o porque esos señores tan habituales en esta plaza se quedaron más atentos de la guapa guiri de turno cuando la acorazada de picar realizaba sus quehaceres, o porque en casa de Moreno Silva se merienda de lujo, pero se le ha pedido la vuelta al ruedo con mucha insistencia a un toro MANSO, encastado sí, pero MANSO, y lo que es el colmo: se ha sacado al mayoral a saludar al finalizar la corrida sin que en esta hubiera un solo toro bravo. Encastados, unos cuantos. Bravos, ni uno. Y eso ya no lo tienen ni en cuenta aficionados de Madrid que uno hasta tomaba por serios y exigentes. ¡¡Qué ruina, Dios santo!! Decimos de los palmeros de las figuras, de los isidros que aplauden cualquier cosa, de los periodistas subvencionados, de los que vienen a ver a su paisano... Pero también tenemos muchísimo palmero de algunos ganaderos que... ¡¡cuidadito!! 

Ah, se me olvidaba, también había toreros por allí. Sánchez Vara uno. Ha paseado un despojo del cuarto por... por... por... ¿Por qué, si ni él mismo se lo creía? Sería porque a sus paisanos les ha gustado los miles de mantazos que ha dado en la periferia. Pero no porque estuviera bien y, ni mucho menos, porque hubiera mayoría de pañuelos. 
José Carlos Venegas también se ha llevado un hermoso despojo, regalo de los múltiples paisanos que tenía repartidos por la plaza y de otros cuantos a los que se les ha contagiado el afán triunfalista de la tarde. Pero aquí sí había mayoría de pañuelos, así que poco se le puede reprochar al usía. Le cupo en suerte ese quinto con el que estuvo dispuesto y poco más. Más bien se tenía que haber llevado el toro las orejas del matador, y no al revés. No templó ni mandó una sola vez. Lo hizo todo con la muleta arrastrada por el albero, como exigía el toro, pero a una velocidad de vértigo que hasta mareaba verlo. Y el toro, comiéndose con papas al matador. 
Por último, confirmó alternativa Marco Antonio Gómez, quien puede volverse tranquilamente a seguir matando el gusanillo en las capeas de Castilla y la Alcarria. De luces en un festejo mayor, desde luego, poco más le veremos. 

El detalle torero de la tarde corrió a cargo, por partida doble, de dos subalternos. Uno, David Adalid, que le sopló un par de banderillas al tercero sencillamente brillante, y que resultó prendido de manera espeluznante por el quinto por jugársela demasiado, afortunadamente sin consecuencias.  
Y otro, Raúl Ramírez, tercero de Sánchez Vara, que tuvo a bien de ejecutar el salto de la garrocha con el cuarto, reviviendo así las viejas estampas que un día pintó don Francisco Goya. Ya podría haberse revivido alguna estampa de un toro empujando al caballo metiendo los riñones y levantándolo del suelo, pero eso no sucedió. Aunque para algunos, como si sí. Lo dicho, ¡¡una ruina!!

martes, 8 de septiembre de 2015

ROMPER UNA LANZA EN FAVOR DEL TORO DE LA VEGA

¿QUÉ ES EL TORO DE LA VEGA?
Aunque casi todo el mundo crea saber en qué consiste el toreo del Toro de la Vega, son tantas las falsedades, inexactitudes, mentiras y manipulaciones que rodean esta fiesta, que es imposible conocerla en la descripción que habitualmente se hace de ella. Por ello, hemos considerado conveniente aportar algo de información.

500 AÑOS DE HISTORIA
Los primeros documentos que hablan del torneo del Toro de la Vega son del año 1534. Durante el siglo XX los dictadores que hubo en España quisieron prohibirlo: Miguel Primo de Rivera lo intentó, y luego Francisco Franco mediante circular 32/1963 firmada por Manuel Fraga como ministro. En 1964 la Guardia Civil tomó Tordesillas metralleta en mano, pero el Torneo se celebró y los dos lanceros que mataron al toro fueron detenidos y golpeados en el cuartelillo. Hasta 1977 estuvo en teoría prohibido, pero se celebraba como buenamente se podía. Cuando llegó la democracia se abolió la prohibición en nombre de la libertad, y se declaró el Torneo en 1980 Fiesta de Interés Turístico Nacional (emitiéndose ese año un sello de Correos conmemorativo de este triunfo de la tolerancia y la diversidad cultural). Después, ha sido declarada Fiesta Tradicional digna de protección por la Junta de Castilla y León desde 1999. Está, por tanto, dentro de una legalidad que debería protegerla.


UNA CELEBRACIÓN POPULAR QUE FORMA PARA DE LA TAUROMAQUIA
Para entender el Torneo se puede hacer una comparación con los sanfermines: en los sanfermines hay una carrera o encierro de toros y cabestros dentro de la ciudad que concluye en la plaza de toros. Pues bien, en el Toro de la Vega  hay dos carreras o encierros: el primero es nocturno y se celebra el lunes antes de la Virgen de la Peña. Los corredores conducen al toro, que va con los cabestros, desde la Vega Piraniega, subiendo por el puente hasta la plaza de toros. 
La segunda carrera o encierro se hace el martes de la Peña, día del Toro de la Vega, en el que los corredores conducen al toro sin los cabestros desde la plaza de toros hasta la Vega Piraniega, atravesando el puente. Durante esta parte del festejo está prohibido tocar al toro y mucho menos alancearle; es momento de citar al toro y evitar su embestida mediante recortes.

Después de la carrera, en los sanfermines cada toro es lidiado en la plaza por un profesional y su cuadrilla, mientras que en Tordesillas es lidiado de inmediato en la Vega por un aficionado, a cuerpo limpio y a campo abierto. El Torneo, al ser popular, se celebra de manera altruista y los participantes lo hacen de manera desinteresada, algo que despertó gran admiración por el gran torero Manolete, según contó el Dr. Mariano Zúmel, cirujano, presidente de la Asociación de Médicos escritores, en Diario de Navarra (1984): "Recuerdo que un día llevé a Manolete a que viera el espectáculo, y cuando veníamos de vuelta a Valladolid me dijo: 'Y esto lo hacen en balde, con gusto. Qué barbaridad' ".


Su gran aceptación popular, con decenas de miles de personas (unas 35000 en un pueblo de 9000 habitantes) ha producido la proliferación de informaciones falsas, tergiversaciones, equívocos, manipulaciones interesadas a cargo de personas de ideología extremista, y una sobreabundancia tal de mentiras, que es imposible reconocer la verdad del festejo en la descripción que habitualmente se realiza de él. A modo de ejemplo, aunque Muchas personas corran detrás del toro en la Vega, solo se puede intentar la muerte del animal de uno en uno y conforme a las reglas. Raramente participan en la lidia final más de dos o tres personas, y en ningún caso está permitido alancear al toro indiscriminadamente o en cualquier parte. Las lanzadas deben intentar ser mortales, y habitualmente lo son, pues el animal no suele recibir más de dos o tres. Ni es una masacre, ni una barbarie, ni el toro es "linchado" por ninguna horda. Pero esas y otras falsedades se difunden habitualmente, incluso en medios de comunicación "serios" que presumen de preocuparse por el rigor.



EL TORO
Gran protagonista de la fiesta. Se lidia un toro de gran presencia y trapío, de más de 600 kg de peso, con cinco años cumplidos y sus defensas íntegras. El elegido para el festejo 2015, de nombre Rompesuelas, es un ejemplar de la ganadería de Herederos del Conde de la Corte, nacido en noviembre de 2009 y de 640 kg de peso. El respeto y la admiración por el toro de lidia se percibe asimismo en el hecho de que si este traspasa los límites del palenque, o bien si ha transcurrido un tiempo prudencial desde que entró en la Vega, es indultado. Están documentos, al menos, dos indultos, curiosamente muy seguidos: 1993 y 1995, lo cual lleva una media de indultos superior a las corridas de toros. 


UNA FIESTA BIEN REGULADA Y REGULADA POR UNA ORDENANZA
El Torneo se ha regido siempre por unas normas de lidia, recogidas en un reglamento que estipula cuándo es lícito alancear al toro. Hasta ese momento, en la vega de pinares solo está permitido citarle de lejos e intentar cortarle o recortarle (los pocos valientes que se atreven a ello) en campo abierto. Habitualmente no intervienen más de una docena de lanceros, entre los que van a pie y a caballo, si bien suelen inscribirse más, que no llegan a intentarlo siquiera (en 2014 se apuntaron previamente, pues es obligatorio hacerlo, 30 lanceros a pie y 15 a caballo). Los lanceros pueden intentar abatir al toro de uno en uno según los siguientes artículos del Reglamento:
28: El alanceamiento del toro deberá ser s cuerpo limpio, sin ningún tipo de engaño, y en la salida y huida del lancero no deberá haber ninguna defensa u obstáculo artificial que beneficie al lancero para su propio cobijo. 
29: Se intentará el orden en la lidia, respetando al primer lancero que haya osado a entrarle al toro.

Actualmente, una estricta ordenanza aprobada por el Ayuntamiento de Tordesillas en 2012, regula con precisión todos los aspectos del torneo y establece sanciones para las infracciones que puedan cometer los participantes del festejo.



EL MOMENTO MÁS POLÉMICO: LA LIDIA, CON SUS DOS SUERTES
Mientras transcurre la lidia, se suceden en la hermosa Vega Piraniega durante no más de pocos minutos, breves lances de una belleza arrebatadora que recuerdan a los aguafuertes de Goya y y a las estampas del arte de torear de Pepe-Hillo. En contra de lo que suele asegurarse,  es un lance entre un hombre solo frente a un imponente toro, Con las dificultades añadidas de actuar en un palenque 50 veces mayor que una plaza de toros, sin protecciones artificiales, con arena de pinar, en un terreno en el que hay agujeros, baños,  irregularidades y otras trampas naturales, teniendo en cuenta que además los pies se hunden hasta en los tobillos y se dificulta correr. 
El otro animal venerado y adorado en el Toro de la Vega es el caballo. Sin embargo, el desconocimiento de la cultura campera ha sido utilizado a menudo para manipular la opinión pública, a la que durante años se le dijo que participan a en en el torneo cientos de lanceros, confundiendo las lanzas de la lidia con las garrochas que suelen llevar los caballistas, y que son instrumentos para la conducción de los animales. La actual ordenanza, con buen criterio, prohíbe  las garrochas para evitar este tipo de confusiones y tergiversaciones.



Texto: Página oficial de Facebook de Bous al Carrer, a quien mandamos nuestra más sincera enhorabuena por tan imprescindible escrito.

viernes, 4 de septiembre de 2015

LOS CARTELES DE OTOÑO ME PRODUCEN FLATULENCIAS

Jueves 1 de octubre: Novillos de El Torreón, para Filiberto (nuevo en esta plaza), Alejandro Marcos y Joaquín Galdós.

Viernes 2 de octubre: Toros de El Puerto de San Lorenzo, para Diego Urdiales y López Simón.

Sábado 3 de octubre: Toros de El Vellosino, para Eugenio de Mora, Uceda Leal y López Simón.

Domingo 4 de octubre: Toros de Adolfo Martín, para Rafaelillo, Fernando Robleño y Paco Ureña.


Habrá quien diga que hay un reducto de aficionados que nunca estamos contentos con nada, que siempre estamos de malos humos con todo lo que sucede en los entresijos de la Fiesta, y que nos quejamos únicamente porque nos encanta y porque tenemos ese puñetero vicio. Ea, que no nos dejan opción.
Y es que los cartelitos con los que Taurodelta nos agasajará en la próxima feria de Otoño, son como para estar contentos.
Primero, la inexplicable y lamentable ausencia de Morenito de Aranda, uno de los triunfadores de 2015 en Madrid. No es casualidad que dos días antes de hacerse pública su ausencia de Otoño saltara a la palestra la noticia de que rompía con sus apoderados, por lo que todo parece indicar que ni Mariano Jiménez ni José Ignacio Ramos han sido lo bastante competentes como para aprovecharse de la situación que su poderante provocó el pasado 2 de mayo. Pero claro, pasa que cuando un torero da un aldabonazo en Madrid como el que dio este torero, el empresario de turno ha de hacer lo inhumano para traerlo a torear a Madrid, porque el hombre lo merece y porque los aficionados estamos deseando verlo. Nasti de nasti.
Más sangrante es todo cuando se compara con lo de otro de los grandes triunfadores de 2015 en Madrid. López Simón viene a Otoño dos tardes, y una de ellas mano a mano. ¿Por qué a uno tanto y a otro nada? No se entiende. ¿Será que Morenito de Aranda molesta por su corte clásico, mientras que López Simón no tanto porque es uno más de la Tauromaquia 2.0? Pues da que pensar, siendo francos. Lo suyo hubiera sido un vis a vis a lo grande, como los dos triunfadores del año en Madrid que son ambos, y todos contentos. Pero no la ausencia de uno, y la presencia del otro nada menos que ¡¡dos de los tres festejos de la feria!! Ni Juan ni Juanillo.

Otra ausencia no menos importante es la de Manuel Escribano. ¿Por qué? Me lo explique alguien, por favor. En los últimos días todo parecía apuntar que mataría los toros de Adolfo Martín, pero cualquiera sabe qué ha podido pasar, a parte de la nula afición de la que Taurodelta hace gala.

Ver ausentes a Morenito de Aranda y a Manuel Escribano esta feria es muy grave, pero si se hace una lectura detenida de todos los carteles, ya es para cortar pescuezos. Uceda Leal lleva ya unos cuantos añetes coleccionando petardazos bien hermosos en esta plaza, por lo que su inclusión en esta feria está muy de más. Caso parecido el de Fernando Robleño, un torero que cuando se pone, se pone de verdad. El problema es que lleva ya mucho tiempo sin ponerse.
Paco Ureña también tuvo sus dos tardes en San Isidro y pasó con mucha más pena que gloria, por lo que da a pensar que su inclusión podría haber sobrado, pero bien es verdad que hasta hace pocos meses este señor nos tenía ilusionados. Veamos qué tal le ha sentado el verano.
De Eugenio de Mora y Rafaelillo nada que objetar. Ambos han hecho méritos suficientes para estar con ganas de verlos.
Lo de Urdiales es un caso especial. Por un lado, ya ha tenido seis toros en mayo y no pasó nada en ninguno de los seis, por lo que podemos sacar la conclusión de que quizás lo suyo hubiera sido que el año próximo más y mejor. Pero se le junta que es un torerazo muy esperado en Madrid y que lo de Bilbao hace días fue muy fuerte. Antes que él había otros, pero también él va por encima de otros que, sin ningún mérito, están bien colocados en la feria.

El ganado elegido para la ocasión sigue provocando ardores de estómago y náuseas. Adolfo Martín lleva años en Madrid sin muchas cosas positivas que resaltar (aunque este año 2015 ha sido para él muy positivo fuera de Madrid), y lo del Puerto de San Lorenzoes como si no llevara dos meses sin darnos la murga (sí, ya sé que son baratos para la empresa, pero mi abono es caro y nadie se preocupa de que sea rentable).
Y por supuesto no podía faltar el clásico hierro que asegure el espectáculo que se trae Florito con sus berrendos en colorado, no sea que los isidros salgan de la plaza sin disfrutarlos, con los que les gusta a ellos dar palmas a cualquier cosilla. El Vellosino, qué bendito no tiene que ser el promotor de la idea.

Mención aparte merece la novillada, que bien podría haber servido para repetir a dos chavales que llamaron la atención por sus buenas maneras a lo largo de este año: David de Miranda y Víctor Tallón. Sin ánimo de desmerecer a los anunciados, nos quedaremos con las ganas.
Se presentará en esta plaza Filiberto, un chaval de Murcia muy cacareado por el taurinero, y del cual ya veremos lo que sabe dar de sí, junto a Joaquín Galdós y Alejandro Marcos.
Lo del Torreón, visto lo visto años atrás, no da pie a tener esperanzas positivas con sus novillos.

Esto es lo que tenemos. Que les aproveche a los que lo consideren una feria cumbre (o cunvre), porque lo que a un servidor respecta, produce flatulencias.